diumenge, 17 d’agost del 2025

 

LUZ EN LAS TINIEBLAS

“Los que buscan la maldad me persiguen, están lejos de tu Ley” (Salmo 119: 150)

Ima Sanchís, entre otras cosas le pregunta a Hernán Zin, reportero de guerra: “¿Cree que estamos bien informados? La respuesta es horripilante: “Sí, lo que recibo cada noche es aterrador, en la prensa vemos únicamente el 30% de lo que ocurre. Es una guerra hecha con IA, Gaza es un gran laboratorio. En el 2004 vi los primeros drones israelitas. Después las grandes empresas venden sus inventos en las ferias de armas con el sello de “probado en combate”.

La guerra existe desde que el ser humano habita en la tierra. Cuando todavía no se habían constituido las naciones, cuando solo 4 personas habitaban el Planeta Tierra: Adán, Eva y sus hijos Caín y Abel. La primera guerra documentada fue una guerra de religión. En el momento que Adán instigado por Eva comió el fruto del árbol prohibido se rompió la buena relación que nuestros primeros padres mantenían con su Creador. La premisa que afirma que el ser humano es quien lleva la iniciativa a la hora de buscar a Dios, es falsa. Para muestra un botón. Después que Adán ingiriese el fruto del árbol prohibido lo primero que percibieron Adán y Eva fue que estaban desnudos. Aun cuando el texto no lo diga se deduce que sintieron vergüenza de su desnudez. “Entonces cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales” (Génesis 3: 7). La primera experiencia religiosa fue que creyeron que haciendo una obra meritoria recuperarían el favor del Creador. Pero el hombre no puede auto salvarse. La prueba se encentra en el hecho que cuando se les aproximaba el Creador  corrieron a esconderse de su presencia entre los árboles del jardín (v. 8). Los delantales que cosieron no sirvieron para lavar su pecado. Como el ser humano no puede esconder su pecado de los ojos de Dios, puede hacer dos cosas: Esconderse o negar su existencia como si con ello consiguiese hacerlo desaparecer.

Con el propósito de poner punto final al tema del pecado “el Señor Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió” (v. 21). El Señor Dios es el primer Sacerdote que ofrece un sacrificio. Bien seguro que fueron dos corderos los que sacrificó Dios porque simbolizaban el sacrificio que Jesús ofrecería clavado en la cruz para salvación del pueblo de Dios, porque es “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1: 29). “Sin derramamiento de sangre (la de Jesús) no hay perdón” (Hebreos 9: 22).

Ya conocemos el plan de Dios para salvar a su pueblo de sus pecados. Adán y Eva tienen dos hijos: Caín y Abel. Ambos son religiosos. Caín, payés y “trajo del fruto de la tierra una ofrenda al Señor” (Génesis 4: 3). “Y Abel trajo de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró el Señor Dios con agrado a Abel y su ofrenda, pero no miró con agrado a Caín y a su ofrenda. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante” (vv. 4, 5). Caín quiso imitar a sus padres y ofrendó una obra meritoria. Fracasó. En cambio “por la fe Abel ofreció más excelente sacrificio que Caín, por lo que alcanzó testimonio que era justo, dando Dios testimonio de su ofrenda, y muerto, aún habla por ella” (Hebreos 11: 4).

Dios no dejó a Caín abandonado a su suerte. Se le acercó para decirle: “¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? (Génesis 4: 6). La historia de los dos hermanos tiene un final horripilante: “Y dijo Caín a su hermano Abel: salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató” (v. 8). El apóstol Juan explica qué motivó Caín a matar  su hermano: “En esto se manifiestan los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros. No como Caín que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas” (1 Juan 3: 10-12).

Por nacimiento natural todos nacemos siendo descendencia de Caín e hijos de las tinieblas. Por la fe en Jesús, el Mesías  anunciado, se nace como hijo de Dios y de la luz. Ambos hermanos practican las obras de sus respectivos padres espirituales. Como quiera que la estirpe de Caín es mucho más numerosa que la de los hijos de Dios, no debe extrañarnos, pues, que el espíritu cainita impere. Las guerras y los daños colaterales que les acompañan sean el menú del día que los medios de comunicación se encargan de suminístranos en el desayuno.

Una chispa puede iniciar una nueva guerra y más clientes para los fabricantes de armas. Desde el Averno Satanás se ríe de nosotros sí creemos que incrementando los presupuestos militares se va a  conseguir una paz duradera. No olvidemos que el espíritu cainita sigue bien vivo y que Satanás que es homicida des del principio sigue instigando a que los hombres se maten unos a otros.

Octavi Pereña Cortina

 

SALMO 119: 36

“Ríos de agua descendieron de mis ojos, porque no guardaban tu Ley”

El comportamiento ajeno tendría que afectarnos. En el caso de quienes quebrantan la Ley de Dios tendría que conmovernos aun cuando no provocase ríos de agua literales de nuestros ojos. Pero no, la sequía es extrema. Estamos tan hartos de leer en los periódicos y ver en la televisión dramas de violencia. No nos inmutamos. Estamos tan hartos de violencia que nos hemos hecho inmunes a ella. Momentáneamente nos produce una pequeña mueca para inmediatamente sumergirnos en nuestros negocios. ¿Existe el antídoto que frene la violencia? Sí que existe. Sólo se necesita ir al botiquín, coger el frasco del antídoto y tragarse el contenido.

En cierta ocasión un intérprete de la Ley se acercó a Jesús  para probarle, diciéndole: “¿Haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? (Lucas 10: 25). Jesús le dijo: “¿Qué está escrito en la Ley?” El erudito le respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo”. Jesús le dijo: “Has respondido bien, haz esto y vivirás”. El intérprete de la Ley de Dios se la conocía al dedillo. Y, queriendo justificarse le preguntó al Señor: “¿Y quién es mi prójimo?” La respuesta que recibió de Jesús fue la parábola que se conoce como “el buen samaritano”. Para vergüenza de los judíos, Jesús señala como prójimo de ellos a un samaritano, persona totalmente distinta ideológicamente del intérprete de la Ley. Éste, con el fin de auto protegerse,  dice ignorar quien es su prójimo. Jesús no se amilana y le expone la parábola del buen samaritano: ”un hombre  descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron, e hiriéndole, se fueron dejándole medio muerto”. Pasaron por aquel lugar un sacerdote y un levita y, viéndole “pasaron de largo”. No quisieron perder tiempo atendiéndole. Las tareas religiosas eran prioritarias. Pasó luego un samaritano, un paria para los judíos. Se detuvo y atendió al herido.

Jesús dirigiéndose al intérprete de la Ley le dice: “¿Quién, pues, de estos tres te parece fue prójimo del que cayó en manos de los ladrones?” El religioso le dice: “El que usó de misericordia con él.” Entonces Jesús le dijo: “Ve, y haz tu lo mismo”. Teniendo presente la parábola del buen samaritano, ¿pueden los judíos ortodoxos de hoy justificar la masacre que están cometiendo en Gaza? 


 

APOCALIPSIS 9: 20, 21

“Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce y de piedra, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar, y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de sus fornicaciones, ni de sus hurtos”

Jesús recuerda dos accidentes acompañados de muertes. Uno es el asesinato perpetrado por Pilato de unos galileos cuando se encontraban en el templo ofreciendo sus sacrificios.  El otro es el derrumbe de la torre de Siloé que mató a dieciocho personas (Lucas 13: 1-5). En ambos casos Jesús aplica la misma coletilla: “¿Pensáis que estas personas que padecieron tales cosas eran más pecadores?” (que los que no murieron). “Os digo. No, antes, si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”

Si conocemos a las personas que dramáticamente fallecen en un accidente podemos llegar a decir: Se lo merecían. Jesús intenta sacarnos del engaño. Si el lector es uno de los que dicen: Se lo merecían., si no se arrepiente fallecerá  de la misma manera que los que mueren en un accidente. Jesús mira más allá de la muerte física. Fíjese el lector qué dice Jesús: “Si no os arrepentís todos pereceréis igualmente”. Que esté en medio el arrepentimiento, significa que Jesús tiene en mente algo mucho más profundo que la muerte física: LA MUERTE ETERNA.

En el caso que citamos, Jesús deja en el aire la respuesta que dieron los sobrevivientes. En el caso de los sobrevivientes de las plagas apocalípticas, el texto dice que no se arrepintieron. Los afectados por los fuegos forestales se quejan de la inoperancia de los políticos a la hora de combatirlos. Cuando contemplan el horror en las imágenes televisivas, se lamentan. Pero no es un lamento que brote del alma. Los millones de automovilistas que causan atascos en las carreteras. Los millares de millares de turistas que se desplazan por mar o aire que contaminan los lugares de destino, mientras arden los bosques, indican que los lamentos no tienen sentido. El sentimiento: Comamos y bebamos que mañana moriremos significa que se prefiere el placer momentáneo a encontrar solución a la vida o condenación eterna.

 

diumenge, 10 d’agost del 2025

 

2 CORINTIOS 7: 8

“Porque aunque os contristé con la carta, no me pena, aunque entonces lo lamenté, porque veo que aquella carta, aunque por algún tiempo os contristó”

El apóstol Pablo escribió una carta que dolió a los cristianos de Corintio. De esta carta no ha quedado rastro. Pero sí los efectos que produjo en los receptores. En un principio el apóstol Pablo lamenta los efectos que produjo en sus receptores. “Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento” (v. 9). A  pesar de que los cuerpos de los verdaderos cristianos se convierten en templos del Espíritu Santo, ello no borra su condición de pecadores, lo cual, por mucho que nos pese, permite que cometamos pecados. La plena liberación del pecado no se hará realidad hasta el día de la resurrección del cuerpo cuando la salvación será plenamente realizada.

Como somos un tanto miopes y no nos damos cuenta de los muchos deslices que cometemos, demos gracias al Señor porque pone a nuestra disposición a personas que nos entristecen  para arrepentimiento cuando amorosamente nos reprenden. De momento no nos cae bien la amonestación. Así es la condición humana que no desea reconocer su condición de pecadora. Más tarde por la acción secreta del Espíritu Santo agradecemos al Señor por aquella persona que con amor nos ha reprendido para arrepentimiento. Ello nos acerca más al Señor  que por la acción del Espíritu Santo ríos de agua viva broten de nuestro corazón.

“La tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse, pero la tristeza del mundo produce muerte” (v. 10).


 

1 CRÓNICAS 13: 7

“Y llevaron el arca de Dios de la casa de Abinadab en un carro nuevo”

La cosa parecía que iba viento en popa, pues “David y todo Israel se regocijaban delante de Dios con todas sus fuerza, con cánticos, arpas, salterios……   (v. 8). Pero todo el gozo en un pozo: “Cuando llegaron a la era de Quidón, Uza extendió su mano al arca para sostenerla, porque los bueyes tropezaron. Y el furor del Señor se encendió contra Uza. Y lo hirió, porque había extendido su mano al arca, y murió allí delante de Dios” (vv. 9, 10). Los impíos acusan a Dios de criminal por causar la muerte de Uza que con la mejor intención alargó el brazo para impedir que el arca que transportaba el carro cayese a tierra y el arca de la alianza se dañase. A simple vista da la impresión que Uza actuó con sensatez, pero “el furor del Señor se encendió contra Uza, y lo hizo y lo hizo porque había extendido su mano al arca, y murió allí delante de Dios” (v.10). La tragedia sirvió para que David reflexionase: “Entonces dijo David: el arca de Dios no debe ser llevada sino por los levitas, porque a ellos ha  elegido el Señor para  llevar el arca del Señor” (1 Crónicas 15: 2).

Pecamos de orgullo y creemos que podemos decidir cómo adorar al Señor. La forma de hacerlo ha quedado claramente expuesta en la Biblia. El Señor habló al profeta Amós y le dijo: “¿Qué ves Amós? Y dije: Una plomada de albañil. Y  el Señor me dijo: He aquí pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel, no lo toleraré más” (Amós 7: 8). El pueblo de Israel había abandonado al Señor para adorar a los baales y a quienes no son dioses. El albañil, para comprobar que la pared se levanta verticalmente lo comprueba con la plomada. Este elemento que se usa en la construcción, también tiene que emplearse en la edificación de la casa del Señor que es la iglesia. ¿Cómo podemos comprobar que el muro espiritual que levantamos  se haga verticalmente sin peligro de derrumbe? La Biblia es la plomada. Desgraciadamente, la Biblia la tenemos escondida en un cajón, polvorienta y cubierta de telarañas  y no la utilizamos para comprobar si las enseñanzas que se imparten desde el púlpito son según Dios o no. Afecta también individualmente a los fieles: ¿Utilizan la Biblia para comprobar si lo que se predica desde el púlpito es correcto o no? Es una responsabilidad personal e intransferible verificar si lo que se predica desde el púlpito se ajusta a la VERDAD de Dios o no. Si el lector tiene una Biblia durmiendo en la oscuridad de un cajón sáquela a la luz, desempólvela y utilícela como plomada espiritual. La salud de su alma se lo agradecerá.  

 

 

ESCOGIENDO POLÍTICOS

¿Dónde nos lleva la Democracia?

Ha dado la vuelta a la tierra infinidad de veces la anécdota de Diògenes andando por la calle bajo un sol abrasador con un candil encendido en la mano. El rey Alejandro el Grande se encuentra con el filósofo  y le dice: “Diògenes, ¿dónde vas con el candil encendido si el sol brilla esplendorosamente?”. El sabio le responde: “Busco un hombre”. Podríamos concretar el deseo de Diógenes y hacerle decir: “Busco un político”. La especie es más difícil de encontrar que una aguja en un pajar.

Fernando Trias de Bes, en su escrito: “Delégalo todo menos la supervisión”, da unas instrucciones muy buenas para que los empresarios saquen el máximo rendimiento de sus empleados. La ciudadanía con su voto delega a determinadas personas para que gobiernen por ella. Delega pero no puede supervisar a los políticos que con su voto ha escogido. Pasado un cierto tiempo empiezan a aparecer brotes de corruptelas que nos indignan. Lo cual significa que la Democracia de la que tan orgullosos nos sentimos no es tan buena como la venden. Tal vez sea la doctrina política menos mala. Por ser imperfecta no se nos permite divinizarla. No es necesario recordar que estamos inmersos en una grave crisis política debido a la corrupción que embadurna  los despachos de quienes gracias  a nuestro voto gobiernan. Los gobernantes por el mero hecho de ser descendientes de Adán son materia prima mala. Es en este campo donde se tiene que trabajar: Convertir el árbol malo en bueno para que no dé frutos corruptivos. Prevalezca la honestidad.

Jacques Delors ha dejado escrito: “La crisis de la Democracia también es una crisis moral y en consecuencia la espiritualidad tiene que revitalizar a la sociedad. La crisis de la Democracia en parte se debe a la debilidad de la espiritualidad. Por ser Delors  católico me imagino que cuando se refiere a la espiritualidad tiene presente la católica que por ser tan diversa es muy difícil distinguir cuál de ellas sea verdaderamente cristiana.  Cuando se coronó a Carlos VI como rey de Inglaterra se le presentaron tres espadas que simbolizan los tres reinos. El monarca dijo: “Todavía falta una espada” Cuando se le preguntó qué quería decir, dijo: “La Santa Biblia que es la espada del Espíritu y que se la tiene que preferir antes que estas señales de realeza”. La espiritualidad que estaba escondida en el pensamiento de Delors, Carlos VI la saca a la luz para que todo el mundo pueda saber  cómo una persona mala con tendencias corruptas pueda convertirse en buena con inclinaciones a la honestidad.

La tendencia actual es que las democracias lentamente giran hacia las dictaduras. ¡Qué acertadas son las palabras de Abraham Lincoln: “Hay momentos en la vida de los políticos que lo mejor que pueden hacer es no abrir la boca!” El desencanto de la ciudadanía hacia los políticos va en aumento. A la vez crece entre los jóvenes la tendencia hacia la ultraderecha. Ante el incremento de los extremismos vigilemos no caer en el nihilismo y resignados ante la impotencia decir rutinariamente: “Que sea lo que Dios quiera”.

La situación caótica actual no es casual. Tiene una causa: el ateísmo imperante. En el Antiguo Testamento los profetas anunciaban al pueblo que se volvieran a Dios. Que dejasen de darle la espalda: “Convertíos,  hijos rebeldes, dice el Señor, porque yo soy vuestro esposo y os tomaré uno de cada ciudad, y dos de cada familia, y os introduciré en Sión, y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia” (Jeremías 3: 14, 15). A la invitación de los profetas, la respuesta fue: “No volveremos”. El resultado de ello fue la destrucción de Jerusalén y todo lo que significaba para ellos. Las tropas babilónicas la destruyeron por primera vez. En el año 70 de nuestra era el ejército romano  bajo el mando de Tito   arrasó por segunda vez la ciudad. Lo que queda de ella es el muro de las lamentaciones donde los judíos piadosos se acercan para quejarse de su destino.

Las señales indican que se acerca una nueva catástrofe de magnitud cósmica. La fecha es imprecisa.  No lo dudemos, llegado el momento se cumplirá. Dudo de que la conversión masiva de judíos vaya a producirse, pero tizones individuales si pueden salir de la hoguera. Aún se es a tiempo para que algún desorientado que ande perdido en medio del desierto pueda encontrar a Jesús que es el camino que lleva al Padre (Juan 14: 6). “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, ¿quién lo conocerá? Yo el Señor, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras” (Jeremías 17: 9, 10).

Dios que nunca duerme y sus ojos están siempre abiertos para observar lo que ocurre en la tierra, ¿qué es lo que ve? “Y se corrompió la tierra delante de Dios, y la tierra estaba llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos, y he aquí yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca   de madera de gofer” (Génesis 6: 11, 14). La construcción del arca duró años. La gente tuvo tiempo de sobra para arrepentirse y escapar de la destrucción anunciada. Cuando el “Señor cerró la puerta” (del arca) (Génesis 7: 16), se acabó el tiempo de gracia concedido. Nos encontramos en una situación parecida a la que se daba antes del Diluvio. La hora y el día se aproxima.  Respecto a este día futuro Jesús explica la parábola que se conoce como la de las “diez vírgenes” (Mateo 25: 1-13). La enseñanza de la parábola es: cuando el Señor  venga en su gloria para celebrar con los suyos las bodas del Cordero, quienes estén preparados entraran en la sala con Él. “Y se cerró la puerta”. Los que se quedaron fuera del arca perecieron ahogados.  Los que no estaban presente cuando  llegó el novio, colorín colorado la parábola acaba así: “Señor, Señor, ábrenos. Mas Él respondiendo, dijo: de cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día y la hora que el Hijo del Hombre ha de venir”  

Octavi Pereña Cortina

diumenge, 3 d’agost del 2025

 

PROVERBIOS 25: 4, 5

“Quita las escorias de la plata y saldrá objeto para el orfebre. Aparta el malvado de delante del rey, y su trono se afianzará en la justicia”

Para que el mineral de plata tenga valor se le tiene que someter a un proceso de altas temperaturas para separarlo de la escoria. Una vez libre de lo inservible, la plata está lista para que el orfebre diseñe y fabrique preciosas joyas. La Biblia  tiene algo más que decir. En este caso, algo tan pragmático como es la política.

Jeroboam se encuentra con el profeta Abias que le dice: “Yo rompo el reino de la mano de Salomón y a ti te daré diez tribus” (1 Reyes 11: 31). Salomón fallece y le sucede en el trono su hijo Roboam. Las diez tribus envían a Jeroboam a parlamentar con el nuevo monarca. El parlamentario le expone al recién entronado los desaires  que habían sufrido durante el reinado de su padre Salomón. Roboam les da 10 días para darles respuesta. Roboam se asesora con los consejeros que había tenido su padre. Le dicen: “Si tú fueses hoy siervo de este pueblo y lo sirvieses y respondiéndoles buenas palabras les hablaras, ellos te servirían para siempre” (1 Reyes 12: 7). Roboam no quedó satisfecho con el consejo recibido. Se asesoró con sus compañeros de juventud. Cuando Jeroboam volvió a encontrarse con el nuevo monarca, la respuesta que recibió fue: “Mi padre agravó vuestro yugo, pero yo añadiré a vuestro yugo, mi padre os castigó con azotes, mas yo os castigaré con escorpiones” (v. 14).  Jeroboam se convirtió en el primer rey de las diez tribus disidentes.

Hoy, para ser consejero para los presidentes de los gobiernos y de las instituciones del Estado, se exigen: títulos académicos, masters e idiomas. Pero nos olvidamos de algo muy importante: la calidad moral de quienes tienen que ser los presidentes de los gobiernos e instituciones del Estado y de los consejeros que los asesoren

La segunda parte del texto que sirve de base de esta meditación, dice: “Aparta el malvado de delante del rey, y su trono se afianzará en la justicia”. Será así si el gobernante expulsa de su entorno a los malvados. Si hacemos como Roboam que escuchó a los rufianes, compañeros de su juventud, todo se irá al garete. Así es como va la  política: Los malvados buscando el consejo de los malvados.  Ambos caen en el hoyo. Y la ciudadanía sufre.


 

SALMO 38: 3

“Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira, no hay paz en mis huesos a causa de mi pecado”

Creo que se tiene que hacer resaltar “no hay paz en mis huesos a causa de mi pecado”, porque es la respuesta a las enfermedades sicosomáticas que se deben a un mal funcionamiento del cerebro y que repercuten en la salud física. Los médicos pasan olímpicamente del alma a la hora de analizar el origen de los trastornos sicosomáticos que tanto malestar ocasionan. Como se desconoce su verdadero origen, los médicos prescriben unos tranquilizantes y asunto solucionado. Lo cierto es que los trastornos físicos que se originan en el espíritu van a más. No respetan la edad de los pacientes.

El salmista reconoce: “No hay nada sano en mi carne” (v. 3). El salmista describe su estado: “No hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado, porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza, como carga pesada se han agravado sobre mí” (vv. 3, 4). No nos gusta la palabra pecado. La hemos borrado del diccionario. El salmista la tiene presente en su boca. Como el salmista es la boca por la que Dios habla, sería sensato por parte nuestra prestar atención a lo que dice: “Señor, delante de ti están todos mis deseos, y tu suspiro no te es oculto, mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor, y aun la luz de tus ojos me falta ya” (vv. 9, 10). A pesar que el salmista se siente abandonado por sus amigos (v. 11). El hecho de que en su dolor busque al Señor significa para él que el Señor vive y que tiene oídos para oír el clamor que brotan de sus labios. No hace caso de lo que sus amigos piensen o digan de él, “porque en ti, oh Señor he esperado, Tú responderás, Señor Dios mío” (v. 15).

A pesar de la confianza que el salmista deposita en el Señor su Dios, no le quita reconocer que es un ser humano “muerto en sus delitos y pecados”: “Por tanto confesaré mi maldad, y me contristaré por mi pecado” (v. 18).

A pesar de la turbulencia que golpea la vida del salmista no se queja contra Dios a pesar de “los que pagan mal por bien” (v. 20). La confianza que el salmista mantiene con Dios a pesar de las tribulaciones es admirable: “No me desampares, oh Señor, Dios mío, no te alejes de mí. Apresúrate a ayudarme, oh Señor, mi salvación” (vv. 21, 22).

Cuando el lector es zarandeado por los vientos de la adversidad, ¿dónde busca ayuda: en el hombre que no se la puede dar, o en el Señor que es su salvación?

 

 

ÉTICA, ¿DÓNDE NOS LLEVAS?

La ética sin espíritu nos lleva al abismo

La ética es una rama de la filosofía que estudia la moral y los principios que guían el comportamiento humano, enfocando lo que es correcto e incorrecto, justo e injusto, como tenemos que actuar. La ética, a pesar que es un humanismo,  muestra que el ser humano a pesar de haber perdido la perfección en que fue creado aún le queda algo de la imagen y semejanza de Dios inicial. Lo cual, a pesar que el ser humano se manifieste ser ateo desea adentrarse en el misterio de Dios aun cuando no quiera reconocerle. Es necesario mencionar que pensadores prestigiosos han alcanzado un nivel de sabiduría casi sublime. Es por eso que el apóstol Pablo puede recomendarnos: “Examinadlo todo, retened lo bueno” (1 Tesalonicenses 5: 21).

La ética tiene paralelismo con el humanismo cristiano y la letra de la ley de Dios. Los tres velan por la moral individual y pública. Los tres fracasan a la hora de conseguir que el árbol malo, que es el ser humano, se convierta en bueno. Es pedir un imposible: que el olmo dé peras.

En la entrevista que la periodista le hace   la filósofa Carolin Encke, entre otras cosas dice: “La democracia exige la participación del pueblo. Esta soberanía popular, con todo, no puede ejercerse de manera óptima  porque la ciudadanía no tiene fácil acceso a la verdad. En este camino, las amenazas y la violencia salen a su encuentro. Con todo, seguimos sin valorar la verdad como se merece”. ¿A qué verdad se refiere la filósofa? Me imagino que a las verdades que los medios de comunicación se encargan de difundir. “Si eres ético”, nos dice la filósofa, “tienes que sorprenderte   de la brutalidad de lo que vemos. Hacerlo es asumir el final de la humanidad”.

Los éticos se han llenado la mente de normas de conducta que indican qué es bueno y qué no lo es. Se olvidan de algo muy importante: la condición humana. Cuando nace un niño, no nace   siendo buena persona. Lo nace siendo pecador y por lo tanto inclinado a  hacer el mal. Se le puede cubrir con una capa de cristiano respetable con el bautismo, pero si no nace de nuevo por la fe en el Nombre de Jesús sigue siendo un hijo del diablo que quiere hacer las obras que su padre el diablo le manda hacer (Juan 8: 44). Los medios de comunicación nos llenan la cabeza con noticias que nos crispan. Nos irrita la corrupción de los políticos y la violencia social. Nos creemos ser tan buenas personas que nos atrevemos a decir: ¡Si yo mandase en cuatro días acabaría con todo ello! El problema es que el declive moral no disminuye, todo lo contrario, vamos de mal a  peor.

Cuando Carolin Encke confunde la verdad absoluta con las verdades relativas que difunden los medios, se identifica con Pilato, el gobernador romano que preguntó a Jesús: “¿Qué es la verdad?” (Juan 18: 38). Sin esperar respuesta se fue a encontrarse con los judíos que acusaban a Jesús de atentar contra Roma, para decirles que no veía delito en Él. La verdad absoluta no interesa. Preferimos deleitarnos en las verdades que nos transmiten los medios de comunicación, que nos agobian.

El ajetreo social nos distrae y nos roba el tiempo que podríamos dedicar en buscar la verdad absoluta que es Jesús, no un formulario ético. Transcribo un texto de François de la Mothe Fenelon que considero muy oportuno con el tema que tratamos: “La gente no se hace perfecta escuchando o leyendo sobre la perfección. Lo más importante no es escucharte a ti mismo, sino en silencio escuchar a Dios. Habla poco y haz mucho sin miedo de ser visto. Dios te enseñará más que todas las personas más experimentadas o más que los libros espirituales puedan hacer. Tú ya conoces mucho más de lo que puedes practicar. Ya no necesitas adquirir nuevos conocimientos, te basta con poner en práctica la mitad de lo que ya tienes”. Quienes practican mindfulness nos dicen que veinte minutos al empezar el día son suficientes para que la vida nos vaya mejor. Quienes transmiten esta enseñanza ignoran que a la mente no se la puede dejar en un vacío estéril, pues, un espíritu maligno se apresura en ocupar el vacío que ha dejado la práctica de mindfulnes. La condición del hombre empeora.

Jesús que se retiraba en lugares solitarios alejándose del mundanal ruido para estar a sola con su Padre, nos aconseja: “Y cuando ores, no seas como los hipócritas, porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas, para ser vistos de los hombres, de cierto te digo que ya tienen su recompensa. Mas tú cuando ores, entra en tu habitación, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que  está en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (Mateo 6: 5, 6). Una ley espiritual de inexorable cumplimiento: “Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Mateo 23: 12). Algo tan sencillo es el secreto para encontrar la VERDAD que Pilato con sus prisas para complacer a los judíos dejó escapar por no hacer un hueco en su calendario para buscarla: “Porque todo aquel que pide, recibe, y el que busca encuentra, el que llama se le abrirá” (Lucas 11: 10). Quien diligentemente busca encuentra a Jesús que es la Verdad eterna.

Octavi Pereña Cortina

diumenge, 27 de juliol del 2025

 

EXPERIENCIA PROXIMA A LA MUERTE

La muerte infunde temor, pero no debería

El médico de cabecera José Morales debido a una arritmia, le produjo una parada cardíaca que le duró 60 segundos. Explica: “Cuando recuperé la conciencia, había tenido una experiencia extraordinaria, para mí desconocida, pero estudiando el tema me he dado cuenta que es una experiencia común entre la EPM. Describe: “Me vi fuera de mi cuerpo, tirado en tierra, y fui arrastrado hacia un lugar luminoso, en donde había un entorno natural extraordinario, sentía una gran conexión, una comunión con el todo, y felicidad. Todos los sentidos estaban excitados: los olores, los sonidos, la visión. Me encontraba muy a gusto…Las personas que han tenido una EPM tienen cambios sustanciales en sus vidas y encuentran un nuevo significado.” El resultado de una EPM “es desarrollar la capacidad  de conectar con el todo, amar y comunicarse, perdonar al otro y a mí mismo, y después de haber revisado sus vidas, vuelven con un propósito…El propósito es una vida desde la autenticidad con aquello que uno encuentra valioso, para eso se necesita silencio. Veinte minutos de silencio al comenzar el día, una práctica simple de mindfulness. La vida nos iría mejor si tuviésemos más conexión con nosotros y con los otros, amor, perdón, propósitos. No estamos aquí para servirnos,  sino para servir”.

En el médico José Morales existía una duda: “Existen dos creencias: la que todo es materia, y la que existe trascendencia. Uno puede posicionarse, pero nadie te puede decir que tú te equivocas. No existen evidencias y todas tienen sus argumentos” (?). A pesar que el médico dice que “ha pasado de ser cristiano cultural a tener la convicción de que la muerte no es el final”, la duda respecto a qué hay después de la muerte la experiencia EPM no la resuelve. La respuesta se tiene que ir a buscarla, no en una experiencia sensorial EPM, sino en el campo espiritual.

Como era habitual, a Jesús le seguían multitudes. Junto al camino dos ciegos estaban  sentados pidiendo limosna. Al percibir que Jesús se acercaba se pusieron a gritar: “Ten piedad de nosotros, Señor, hijo de David”. Como no podía hacerlo de otra manera, Jesús los llama y les dice: “¿Qué queréis que haga por vosotros?”. Los dos ciegos sin pensárselo dos veces le dicen: “Señor, ábrenos los ojos”. Inmediatamente recibieron la vista. (Mateo 20: 29-34). Distinguiéndonos  de los ciegos del relato nosotros somos ciegos espirituales que al oír que Jesús se acerca a nosotros tendríamos que gritar con fuerza: “Señor, ábrenos los ojos”. Automáticamente nuestros ojos espirituales  serían abiertos y podríamos ver las realidades espirituales que la ceguera nos impide ver. Nos daríamos cuenta que el significado de las EPM no tenemos que ir a descubrirlo  en la ciencia, sino en el campo espiritual. La respuesta al interrogante que nos plantean las EPM forzosamente tenemos que ir a buscarla en la Biblia. No existe otra alternativa.

Satanás que es quien se encuentra detrás de las EPM  es muy astuto y no se presenta ante nosotros mostrando su rostro perverso. El apóstol Pablo describiendo a ese personaje maligno, escribe: “Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos  que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanàs se disfraza como ángel de luz” (2 Corintos 11: 13, 14).

Satanás que se disfraza como ángel de luz no se presenta ante Eva mostrando su rostro maligno. Escoge para encarnase a un animal de bello aspecto. La serpiente antes de ser maldecida por Dios y ser condenada a arrastrarse (Génesis 3: 14), era un animal que andaba de pie. Es  muy probable que Eva estuviese familiarizada con ella pues cuando se le acerca no da muestras de rechazo. Todo lo contrario. La serpiente no es Satanás. Es el envoltorio que utiliza para embaucar a Eva. Vayamos al escenario donde Satanás se encentra con Eva para analizar el parecido con una EPM. La primera cosa a destacar es que la serpiente habla. Esto es un hecho sobrenatural que pone de manifiesto que Satanás tiene poder de hacer milagros. Jesús lo describe con estas palabras: “como homicida desde el principio, y no se mantuvo en la verdad, porque en él no hay verdad. Cuando habla mentira, habla de lo que le es propio, porque es mentiroso y padre de la mentira” (Juan 8: 44).

Dios autorizó a Adán a comer “de todo árbol del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comerás, porque el día que de él comas ciertamente morirás” (Génesis 2: 16, 17). La serpiente se acerca a Eva para crearle dudas. “¿Con que Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (3: 1). La mujer comete el error de escucharle y dialogar con él. La serpiente le miente cuando le dice: “No moriréis, sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis  como Dios, sabiendo el bien y el mal” (vv. 4, 5). El árbol que hasta este instante había pasado desapercibido, de súbito adquiere protagonismo. (v. 6). En el mismo instante que Adán y Eva comen el fruto del árbol prohibido, “fueron abiertos los ojos de ambos y conocieron que estaban desnudos, entonces, cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales” (v. 7. El fruto que tenía aspecto de ser dulce como la miel realmente era amargo como la hiel. Al verse desnudos, reconocieron que habían muerto. La muerte espiritual fue instantánea. La física se postergó: Adán murió a los 930 años (Génesis 5: 5).

Una experiencia EPM es un engaño satánico que quiere hacer creer que la vida eterna puede recuperarse prescindiendo del Mesías que Dios en su misericordia anunció a Adán y Eva (Génesis 3: 14, 15). El Mesías que Dios anunció casi en el mismo inicio de la Historia, se hizo carne en la Persona de Jesús que es “el camino, y la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por Mí” (Juan 14: 6). 

Octavi Pereña Cortina

 

SALMO 86: 11

“Enséñame, oh Señor, tu camino, afirma mi corazón para que tema tu Nombre”

El Salmista es un hombre de fe. De fe robusta. No deja de ser un hombre con todas sus debilidades. Pero te conozco Señor. Si no fuese así no te pediría que me enseñes. ¡Soy tan poca cosa! Tengo miedo que pueda extraviarme. Es por esto que te pido: “Afirma mi corazón para que tema tu Nombre. No permitas, oh Señor, que me vuelva a la vanidad. Sujeta el cabestro y tira de él. No permitas que me salga de tu camino y no vuelva a las tinieblas de las que no debería haber entrado nunca”. Con todas mis contradicciones, “te alabaré, oh Señor, Dios mío, con todo mi corazón”. Tú, Señor, que lo sabes todo de mí, conoces al dedillo mi fragilidad y debilidad. Es por esto que te pido que afirmes mi corazón para que tema tu Nombre. Estoy rodeado de enemigos que me incitan a abandonarte. Es por esto que te pido que seas mi escudo que me proteja de los dardos de fuego que Satanás lanza contra mí. Que no aparte de ti mis ojos porque Tú eres el Autor y Perfeccionador  de la fe  (Hebreos 12: 2).

Los antiguos que no tenían el conocimiento que hoy tenemos de Ti fueron liberados de la boca del león. ¡Cuánto más hoy podemos resistir los ataques de Satanás para que huya y nos deje tranquilos! Pero no descansa. Volverá al ataque. Y volverá a hacerlo. Es infatigable en su deseo de separarnos de Ti.

Hoy ya  sabemos quién es el Mesías que en el inicio de la Historia anunciaste a nuestros primeros padres: Adán y Eva. Sabemos que el camino que nos lleva a Ti es Jesús. Cuando los discípulos le dijeron a Jesús que les mostrase el camino que conduce al Padre, el Señor les dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida, nadie viene al Padre, sino por Mí” (Juan 14: 6). En el contexto de la resurrección de Lázaro Jesús dijo a su hermana Marta: “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en Mí, aunque esté muerto vivirá. Y todo aquel que  vive y cree en Mí, no morirá eternamente” (Juan 11: 25, 26).

Hoy se celebran talleres para ayudar a los ancianos a recorrer la última etapa de su existencia terrenal. Los consejeros que puedan suministrarles la Administración son tan malos como aquellos amigos de Job que pretendían consolarle en la tribulación. Si Jesús por la fe habita en el corazón del lector, el Señor que resucitó en el tercer día de entre los muertos, es la garantía de quien cree en Él tiene vida eterna. ¿Existe algo mejor qué ofrecer a los ancianos?


 

PROVERBIOS 19: 18

“Corrige a tu hijo en tanto que hay esperanza, pero no dejes que tu alma se irrite hasta matarlo”

Joan Planelles, arzobispo de Tarragona, en una de sus glosas  dominicales, escribe: “He tenido la oportunidad de presenciar, en uno de nuestros pueblos, un partido de futbol de categoría infantil. ¡He quedado horrorizado! Y no por los niños, que juegan deportivamente con más o menos acierto, sino por los padres. Tensión, gritos, insultos, reprensiones…Esto es lo que he ido oyendo desde la pequeña grada donde me encontraba”.

De vez en cuando, algo parecido a lo transcrito aparece en los medios de comunicación.  Lo que comentamos me ha llevado al Congreso en donde los políticos que deberían comportarse con buenos modales, se comportan como auténticos gamberros. ¡Cuán cierto es que el hábito no hace al monje!

El texto bíblico que comentamos tiene dos partes: La primera corrige a tu hijo. La segunda, el hombre demasiado iracundo tiene que ser castigado. El niño es como un arbolito recién plantado. Por ser tierno y flexible el tronco, el payés puede hacerle crecer en la dirección que desee. Previamente, pero, tiene que saber qué forma quiere que adquiera el árbol. En la educación de los hijos sucede algo parecido. Salvo excepciones, según sean los padres, así serán los hijos. El refrán dice: “de tal palo tal astilla”. Lo que los hijos ve en los padres así ellos imitarán. ¿Qué puede esperarse de unos niños que han mamado la violencia hacia sus educadores? No debe extrañarnos que cuando estos crios lleguen a la adolescencia se comporten como gamberros hacia sus compañeros que no son como ellos.

Cuando estos niños mal criados por el ejemplo nefasto de sus padres sean adultos,  y por la causa que sea se dediquen a la política, no debería extrañarnos que se comporten como auténticos groseros sedientos de poder. En vez de trabajar buscando el bienestar de sus conciudadanos lo único que les importa es el poder para beneficio propio. Así es como una generación de desvergonzados da paso a una nueva generación de su misma calaña. Ignorando que por encima de ellos existe el Dios justo que no considera inocente al culpable. Les pedirá cuenta de lo que han hecho según sus responsabilidades. Negar la existencia de Dios no significa que el Juez justo no exista.

 

diumenge, 20 de juliol del 2025

 

LUCAS 24: 5

“¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?”

A los discípulos que Jesús llevó consigo en el monte donde se transfiguró les dijo que no dijesen a nadie lo que habían visto, “sino cuando el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos” (Marcos 9: 9). No entendieron “aquello de resucitar de los muertos” (v.10).

Hoy, parece ser que la Iglesia Católica se encuentra en la etapa pre resurrección, no entiende qué significa “aquello de resucitar de los muertos”. La Semana Santa, la fiesta más emblemática que celebra la Iglesia se centra en la muerte de Jesús, como si el Señor no hubiese resucitado.

El primer día de la semana, algunas mujeres, muy de mañana fueron al sepulcro “trayendo las especies aromáticas que habían preparado  para amortajar el cuerpo de Jesús” (v.1). Estando perplejas al ver que el cuerpo de Jesús había desaparecido del sepulcro, “se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes, que les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló cuando aún estaba en Galilea, diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día” (vv. 6, 7). Abandonando el sepulcro dieron nuevas de todas estas cosas a los once y a todos los demás…Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas” (v. 11).

Me imagino que el lector es miembro de una Iglesia que con unas gotas de agua rociadas sobre tu cabeza cuando eras un recién nacido, te han enseñado que con esta ceremonia te convirtieron en cristiano. Si se te pregunta dirás que eres católico. Pero, ¿eres cristiano? ¿Crees que Jesús resucitó al tercer día como dice la Biblia?

Aun cuando  tu entierro pueda ser de lujo con varios sacerdotes oficiándolo. A pesar que con solemnidad los oficiantes reciten el Salmo 23: “El Señor es mi Pastor, nada me faltará/En lugares de delicados pastos me hará descansar, junto a aguas de reposo me pastoreará/Confortará mi alma, me guiará por sendas de justicia por amor a su Nombre/Aunque  ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo/Tu vara y tu cayado me infundirán aliento”.

Si para ti ser cristiano consiste que en tu funeral el oficiante con voz melosa  diga que en vida fuiste una persona encantadora, que fuiste un padre o una madre ejemplar, que tus hijos digan que te recordarán siempre. Si no has nacido de nuevo por la fe en Jesús, cuando abras los ojos en la eternidad te encontrarás envuelto de llamas que queman pero que no consumen.


 

JUAN 12: 35

“Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros, andad entretanto que tenéis la luz, para que no os sorprendan las tinieblas, porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va”

¿A qué luz se refiere Jesús cuando les habla de la luz? Indiscutiblemente no se refiere a la oscuridad que se necesita encender una linterna para no tropezar. El contexto inmediato gira alrededor de Jesús clavado a la cruz para salvar al pueblo de Dios de sus pecados.

En aquel entonces los discípulos todavía no habían recibido el Espíritu Santo por lo cual eran carnales y no podía entender las osas espirituales. Se está acercado el día D y la hora H de la salvación: “Ahora es el juicio de este mundo, ahora el príncipe de este mundo será echado fuera” (v. 31). El príncipe de este mundo no es otro que Satanás, el cabecilla de aquel grupo de ángeles que se rebelaron contra Dios. Tal como enseña el libro de Job el diablo no puede hacer todo el mal que su maldad le impulse a hacer. Dios mantiene a Satanás atado a una cuerda y no puede alargar el brazo más allá de lo que la longitud de la cuerda se lo permita. “Ahora es el juicio de este mundo, ahora el príncipe de este mundo será echado fuera”. ¿Tiene presente el lector la sentencia que Dios dictó contra la serpiente el diablo, por haber incitado a Eva a comer el fruto del árbol prohibido? “Y pondré enemistad entre ti i la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya, ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el talón” (Génesis 3: 19). Jesús es la simiente de la mujer que hirió a la serpiente en la cabeza y, ésta a su vez la que hirió a Jesús en el talón estando en la cruz. Jesús  anuncia a sus discípulos la proximidad del cumplimiento de esta profecía: “Y yo, si fuese levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo, dando a entender de qué muerte iba a morir” (vv. 32, 33).

“Después de esto, sabiendo Jesús que todo estaba consumado, dijo para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed…Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu” (Juan 19: 28-30). Aparentemente el diablo había ganado la partida, pero, “Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escrituras, y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras”(1 Corintios 15: 3, 4). ¡Cristo curó de la herida que la serpiente le había hecho en el talón y con su resurrección hirió mortalmente a la serpiente en la cabeza!

 

 

EL ODIO EN POLÍTICA

Cuanto más encumbrado uno esté más trascendencia tiene el odio

A pesar que la práctica religiosa ha descendido mucho en España y lo que queda es tradicional, sigue siendo superficialmente religiosa. Fijémonos en las grandes multitudes que arrastra como es Semana Santa. Los partidos hacen muchas zalamerías a la Iglesia Católica porque políticamente les interesa. A pesar de la catolicidad del Estado español, sus ciudadanos son huérfanos de Cristo. La orfandad espiritual se manifiesta en la proliferación del discurso del odio.

La escritora Inés Martín redacta unas palabras muy jugosas que dan para mucho: “Si no te amas a ti mismo, no sabrás amar a nadie”. Estas palabras nos recuerdan la Regla de Oro que Jesús dijo al escriba que le preguntó: “¿Cuál es el primero de los mandamientos?” (Marcos 12: 28). Jesús le responde: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos” (Marcos 12: 30, 31). El vacío que deja la ausencia de amar al prójimo con la intensidad que exige la Regla de Oro lo ocupa un espíritu maligno por la ausencia del espíritu de Dios. (Mateo 12: 43-45).

Ramón Aymerich escribe: “”Un hater” es una persona  que difama, menosprecia, descalifica al contrario. Puede odiar por motivos políticos, religiosos, de género o raza, o simplemente por motivos personales, todo y que lo más habitual es que las víctimas sean miembros de colectivos y minorías. Siempre ha habido personas con ansias de odiar”.

Mariano Gundel escribe: “En vez de apostar por la reconciliación para hacer frente a los grandes retos geopolíticos, nos dejamos arrastrar por el enfrentamiento y el odio. El tono que utilizan los políticos y los medios de comunicación cada vez son más peligrosos”

El periodista Eusebio Val le pregunta a la filósofa Carlota Casiraghi: “¿Qué pasión maligna le inquieta más?” La respuesta que da la sabia es: “El discurso del odio se nos filtra por todas partes. Comienza por pequeñas frases burlonas, estigmatizaciones. Es lo que me inquieta más: excluir de la humanidad a una parte de las personas. Porque se llega a pensar   que a los otros no se les tiene que aplicar los derechos humanos”.

La conocida Ley del Talión: “El que cause lesión en su prójimo, según hizo, así le sea hecho. Rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente, según la lesión que haya hecho a otro, tal se le hará a él” (Levítico 24:a Ley ten19-21). Inicialmente esta Ley tenía la  finalidad de que la Justicia no se extralimitase en sus sentencias. Con el tiempo se la ha desfigurado hasta el punto que hoy se la ha convertido en una autorización legal para la venganza personal avivada por el odio. Una autorización legal a la venganza como hoy lo hace Israel. El ataque de Hamás fue un error que tiene sus consecuencias. Las represalias de Israel   no le exculpan de su responsabilidad.

Charles Baudelaire  tiene una manera muy peculiar de ilustrar la sed de venganza atizada por el odio: “El odio es el borracho que en el fondo de la taberna constantemente renueva su sed con más bebida”. El odio jamás se apaga. Todo lo contrario, se le aviva así que en la hoguera se le van echando prejuicios. Los resentimientos que se acumulan debido a los malos pensamientos que produce el corazón no hecho bueno por la fe en Jesús, avivan el odio.

Quien odia como no sabe cómo defender sus sentimientos malvados, vomita vulgaridades. Este tipo de lenguaje es el utilizan un día sí y otro también los políticos. Isabel Díaz Ayuso y Alberto Nuñez Feijó, son dos ejemplos claros de políticos que utilizan un lenguaje grosero para desprestigiar a sus oponentes políticos. Presumen de centralidad política y no se dan cuenta que el odio que almacenan sus corazones los lleva a extremismos que les impide entenderse por la falta de diálogo sincero. La guerra civil española de nefasto recuerdo fue el resultado del odio sembrado por ambos bandos  en la sociedad.

Hoy 10 de junio he escuchado por la radio que el Banco de España dice que quienes nos han llevado al caos actual no pueden sacarnos de él. Mientras la crispación sea el lema de los líderes políticos no saldremos del lodazal en el que nos han metido. Para que puedan hacer algo provechoso se tienen que transformar en personas nuevas con pensamientos nuevos. Si los políticos siguen siendo los mismos perros con el mismo collar, no nos salvaremos del naufragio que se avecina.

Se impone pues la necesidad de abandonar la religión tradicional que es incapaz de hacer buenas a las personas que son malas. Es obligado que nos acerquemos a Jesús y hagamos como aquel publicano que en un rincón del templo para no ser visto por los asistentes, no se atrevía a alzar los ojos al cielo sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “Dios, sé propicio a mí, pecador” (Lucas 18: 13). Esta suplica hecha con humildad y sinceridad tiene el poder de arrastrar hasta el fondo del mar el odio que carcome las entrañas y sustituirlo por el amor de Dios que convierte en amigo a la persona que se la tenía por enemiga. El amor de Dios controlando a los políticos hará posible que la enemistad se convierta en amor que edifica y no destruye. Si eso ocurriese, dejaría de tener sentido  la sentencia del Banco de España que afirma que los partidos políticos que nos han llevado al caos actual no nos pueden sacar de él.

Octavi Pereña Cortina

diumenge, 13 de juliol del 2025

 

CORRUPCIÓN ARRAIGADA

¡Qué difícil es eliminar las malas hierbas!

En uno de los apuntes al natural, JL. Martin muestra al orador pontificando desde la estrada. “¡No todos los políticos son corruptos!” Desde platea, el representante del público le dice: “De acuerdo. La pregunta es: ¿Por qué los corruptos siempre llegan a la cúpula de los partidos?” Interesante pregunta, ¿verdad?

En “Las dos caras de la humanidad”, Albert Montagut escribe: “La información científica obtenida en Chile y las consecuencias del conflicto de Oriente Medio nos dan una idea de lo que somos capaces de desarrollar, pero a la vez desnuda al ser humano y nos muestra las dos caras y que alguna cosa no funciona en nuestra civilización. Después de miles de años de desarrollo,el gen de la maldad sigue latente en el ADN de la humanidad. Incluso hoy mismo, cuando la inteligencia artificial nos muestra que la creación del conocimiento todavía tiene un recorrido larguísimo, somos incapaces de controlar el instinto de la maldad”.

Mariano Guindal, en su escrito: “Medio siglo de corrupción política”, aporta unos datos que cabreará a muchos: La corrupción política tiene un coste de 2000€ por contribuyente. Algunos juicios por corrupción siguen pendientes de resolver 20 ó 30 años después. Guindal finaliza su escrito con esta perla: “Están interrelacionados y no es fácil distinguir si el origen es en la política o en la economía. Lo que queda claro es que es urgente regenerar la vida política y económica, recuperando ética y valores, y superar la crisis de las instituciones restaurando la independencia y el papel de contrapoder del poder político”. Lo que tiene claro Guindal es: “que es urgente regenerar la vida política y económica, recuperando ética y valores”. Guindal parte de una premisa errónea: Considera que el ser humano es bueno por naturaleza y que con solo enseñarle ética y valores cambiará su tendencia a la corrupción. ¿Qué nos dice el salmista? “No te impacientes a causa de los malvados, no tengas envidia de los que traman iniquidad, porque como hierba verde se secarán”(Salmo 37: 1, 2).

Los medios de comunicación difunden las corruptelas de los políticos porque saben que ello vende. Muchos lectores son masoquistas y se deleitan informándose de corrupciones del prójimo. Se gozan de los deslices ajenos porque razonan mal. Hablando entre dientes se dicen: “Yo no soy como estos malnacidos que nos roban. Soy una buena persona que busca la dirección de la ética y de los valores.

Amanece. Jesús está sentado para enseñar al auditorio. Se le acercan unos escribas y fariseos, por cierto, bellísimas personas en sus propios ojos, para presentarle “una mujer sorprendida en adulterio” (Juan 8: 3). ¿Qué pretendían estos defensores de la moral pública? Que condenara aquella mujer  a ser lapidada según la Ley de Moisés. “Y como insistían en preguntarle, se enderezó y les dijo: “El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojarle la piedra  contra ella”  (v. 7). ¿Cuál fue el resultado de esta respuesta? “Ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno” (v. 9). ¿Qué lección se puede sacar del juicio a una mujer sorprendida en adulterio? Que los moralistas, que según ellos son estrictos cumplidores de la Ley de Dios, Jesús, sin acusarlos abiertamente, les hace ver que ellos también son pecadores lo que no les permite que se conviertan en justicieros. En el tema de la corrupción que tratamos si Jesús dice a los políticos que vociferan anticorrupción: “El que de vosotros esté limpio de corrupción sea el primero en arrojar la piedra”. Los justicieros acusados por su conciencia se retirarán del escenario cabizbajos. ¿Dónde irán a quejarse?

El rey David cometió adulterio con la esposa de un militar que se encontraba en el campo de batalla. No hubo testigos del adulterio. Dios que observa todo lo que sucede en la tierra contempló la infidelidad real. Intervino en el asunto porque no le gustó lo que vio. Envía al profeta Natán para que amoneste al adúltero (2 Samuel 12: 1-14). El resultado de la visita del profeta fue que David escribió el Salmo 51. El rey expone sus sentimientos y describe su condición de pecador: “Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos” (v. 4).

No podemos cerrar este escrito sin volver a encontrarnos con aquellos escribas y fariseos que se retiraron del escenario con el rabo entre las piernas y con la conciencia que los acusaba. ¿Qué ocurriría si Jesús dijese a Aznar, Rajoy, Feijóo, Ayuso: “El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra”? Si Jesús es quien lo dice, siendo el Único que puede entrar en la conciencia, si no fuesen unos insensatos creyendo que son rectos en sus propios ojos y si escuchasen a Jesús, serían sabios y no abandonarían el escenario avergonzados, sino como sabios y como tales se pondrían un candado en los labios para mantener la boca cerrada. Ya no volvería a escucharse la cancioncilla: “¡Pedro Sánchez, dimite!” El silencio aportaría serenidad en la política que mucha falta le hace.

Octavi Pereña Cortina

 

NEHEMÍAS 8: 7, 8

“Y los levitas…hacían entender la Ley, y el pueblo estaba atento en su lugar. Y leían en el Libro de La Ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura”

El texto que sirve de base de este comentario tendría que despertarnos de la somnolencia que nos embota los sentidos cuando nos relacionamos con Dios. Mucha de la predicación que se considera cristiana porque  sale de los labios de un pastor evangélico o de  un sacerdote católico, en el fondo se trata de un humanismo cristiano que es tan perjudicial como el laico. Esta predicación humanista puede brotar de unos labios expertos en oratoria que pueden impulsarnos a asentar con la cabeza las barbaridades que proclaman.

Los levitas que “leían en el Libro de la Ley de Dios claramente, y ponían el sentido de modo que entendiesen la lectura”.  Toca los corazones de los oyentes hasta tal punto que se veían obligados a decirles: “Dios santo es el Señor nuestro Dios, no os entristezcáis, ni lloréis, porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabra d la Ley” (v. 9). Finalizado el acto, los asistentes regresaron a sus casas “a gozar de grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado” (v. 12).

La predicación cristiana es una predicación de esperanza basada en una esperanza real. La predicación cristiana no está pensada para ser pronunciada ante un auditorio de personas que se consideran justas. Por un lado se dirige a un público que consiste de personas redimidas por la sangre de Jesús y que no han perdido su condición de pecadores. Por el otro, a unas personas que todavía no han nacido como hijos de Dios.

La predicación evangélica es mixta. Se dirige tanto a creyentes como incrédulos. Ambos tipos de personas se encuentran entre la concurrencia. Ambos necesitan su porción alimenticia. El ABC del Evangelio para los que buscan, leche para los recién nacidos y vianda sólida para los adultos. Todos abandonan la asamblea gozosos porque han sido bendecidos por el Señor.


 

JOB 12: 13-25

Un texto que transcribo sin comentario alguno que da respuesta a muchos de los interrogantes que nos hacemos:

“Con Dios está la sabiduría y el poder, suyo es el consejo y la inteligencia/Si Él derriba no hay quien edifique, encerrará al hombre, y no hay quien le abra/Si detiene las aguas, todo se seca, si las envía destruyen la tierra/Con Él está el poder y la sabiduría, suyo es el que yerra, y el que hace errar/Él hace andar despojados de consejo a los consejeros, y entontece a los jueces/Él rompe las cadenas de los tiranos, y les ata una soga a sus lomos/Él lleva despojados a los príncipes, y trastorna a los poderosos/Priva del habla a los que dicen verdad y quita a los ancianos el consejo/Él derrama menosprecio sobre los príncipes, y desata el cinto de los fuertes/Él descubre las profundidades de las tinieblas, y saca a la luz la sombra de la muerte/Él multiplica las naciones, y Él las destruye, esparce a las naciones, y las vuelve a reunir/Él quita el entendimiento a los jefes de los pueblos de la tierra, y los hace vagar como por un yermo sin camino/Van a tientas, como en tinieblas sin luz, y los hace errar como borrachos”

Este texto nos muestra la soberanía absoluta de Dios. Nada ocurre sin su consentimiento. Algo tan insignificante como aplastar un mosquito contra la pared no se hace sin su permiso. Para empezar tenemos que reconocer que Dios es justo y no hace nada que vaya contra su justicia. Nosotros que tenemos un conocimiento tan limitado podemos cuestionar porque Dios permite que las cosas sean tal como son. Como Dios es infinitamente justo sus razones tendrá. Lo cierto es que no hace nada caprichosamente.

Quienes fuimos escolarizados finalizada la Guerra Civil Española se nos hizo aprender de memoria el Padrenuestro y a recitarlo como loros. Pero no se nos enseñó a exprimir el jugo que contiene. Respecto al tema que hoy analizamos  el Padrenuestro dice: “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6: 10). ¿Se ha parado el lector a reflexionar alguna vez en este texto? Aceptar esta enseñanza de Jesús es medicina para el alma porque dejamos en manos de Dios lo que está fuera de nuestro alcance. Aporta una paz indescriptible.

 

diumenge, 6 de juliol del 2025

1 JUAN 3: 1

“Mirad cual amor nos ha dado el Padre, para que seamos hijos de Dios, por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él”

¿Cuál es el secreto de que el ser humano ame a Dios? El apóstol Juan responde esta pregunta: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación de nuestros pecados” (1 Juan 4: 10). El ser humano está espiritualmente muerto. Dios toma la iniciativa: “Y nos dio vida cuando estábamos muertos en nuestros delitos y pecados” (Efesios 2: 1). Debido  a que Dios nos ha dado vida estando muertos en nuestros delitos y pecados es por lo que hoy tenemos necesidad de Él. No es el hombre muerto en sus delitos y pecados quien toma la iniciativa de buscar a Dios. Es Dios quien toma la decisión. Por medio de la predicación de la Biblia los escogidos de Dios oyen, creen y se salvan por la fe en Jesús que es don de Dios. A semejanza del ciego Bartimeo que cuando oyó que Jesús estaba cerca de él, se levantó y se abalanzó hacia Él a la vez que le pedía: Devuélveme la vista. Jesús le escuchó y recuperó la vista.

Habiendo recibido vida espiritual, el apóstol Juan nos impulsa a mirar al amor del Padre celestial que en su misericordia nos convierte en hijos suyos. Juan nos estimula a seguir leyendo: “Amados, ahora somos hijos de Dios”. En la cristiandad decadente  de nuestros días no es habitual que en los sermones se diga que los verdaderos creyentes en Cristo son hijos de Dios. Pues sí. La Palabra de Dios no miente. Los verdaderos creyentes en Cristo dejan de ser hijos del diablo para convertirse en hijos de Dios por adopción. Pero, la condición de hijos de Dios por adopción es solo el anticipo de una condición eterna infinitamente mejor de la que actualmente gozan. El apóstol Juan afirma que hoy los creyentes en Cristo son hijos de Dios. Pero no se queda ahí. Asegura que los profetas de la antigüedad anunciaron cosas que sus ojos no habían visto ni oído escuchado, son las que Dios tiene preparadas para aquellos que le aman. El apóstol Juan nos abre los ojos y los oídos a estas cosas preparadas de antemano para quienes aman a Dios: “Amados, ahora somos hijos de Dios”. Esta es la condición que gozan los verdaderos creyentes en Jesús. Ahora viene lo mejor: “Y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser, pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal cual Él es” (1 Juan 3: 2). No existen palabras para describir como seremos a partir del día de la resurrección: cuerpos inmortales, ausencia de pecado, poder contemplar cara a cara a Jesús nuestro Dios y Salvador. No nos lo podemos imaginar pero por medio de la fe que es don de Dios, es una esperanza que hoy ya es nuestra.


 

ESDRAS 7: 10

“Porque Esdras había preparado su corazón para estudiar la Ley del Señor y para practicarla, y para enseñar a Israel el estatuto y el juicio”

Quienes se consideran médicos del alma recetan el silencio para recargar la batería del alma para enfrentarse a las tareas diarias con todos los impredecibles que les acompañan. El silencio que recetan, ¿en qué consiste? Antes de salir de casa por la mañana, dedicar 30 minutos al silencio total. ¿Qué hacen durante estos 30 minutos totalmente aislados del mundanal ruido? El vacío absoluto no puede conseguirse. Si se intenta vaciarse del todo, el espacio libre que queda lo ocupa un espíritu maligno, con lo cual empeora la condición de la persona que en el silencio busca mejorar su personalidad.

Esdras nos ofrece un modelo a imitar para cuando sintamos deseos de retirarnos a un lugar tranquilo alejados del mundanal ruido para buscar a Dios. Esdras, nos dice el texto “había preparado su corazón”. Todo intento de recargar la batería para enfrentarse a una nueva jornada, empieza por el examen del propio corazón. “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida” (Proverbios 4: 23). Si no se inicia la jornada con un examen del corazón no se irá lejos. La manera de preparar Esdras su corazón nos aporta un detalle que tiene mucha importancia: Prepara su corazón para estudiar la Ley del Señor. La manera de Esdras de preparar su corazón lo hace en un lugar que no es estéril. Esdras reconoce que Dios existe y que se ha manifestado por medio de los profetas que escribieron siendo inspirados por el Espíritu Santo. Es por esto que Esdras prepara su corazón para estudiar la Ley del Señor.  ¿Con qué finalidad Esdras prepara su corazón para estudiar la Ley del Señor?  No para presumir de conocimientos. En la iglesia terrenal se encuentran muchos doctores en Teología que no viven lo que saben. A tales personas Jesús las considera hipócritas. Esdras no es uno de esto teólogos presumidos que alardean de tener lo que no poseen. Prepara su corazón para estudiar la Ley del Señor. Para atención, lector, Esdras prepara su corazón para estudiar la Ley del Señor para PRACTICARLA. No para presumir de conocimientos vanos. Quien vive la Ley del Señor  no significa que esté sin pecado. Todo el tiempo que el Señor lo retenga “en este valle de sombra de muerte”, cada día se verá obligado a pedirle al Señor: “Dios, sé propicio a mí, pecador” (Lucas 18: 13). La suplica del publicano tiene que ser la que todo creyente en Jesús tiene que hacer encerrado en su habitación antes de empezar la jornada laboral.

 


dissabte, 28 de juny del 2025

 

2 CRONICAS 6: 18

“Mas, ¿es verdad que Dios habitará con el hombre en la tierra? He aquí los cielos y los cielos de los cielos no le pueden contener, ¿cuánto menos esta casa que he edificado”

Las palabras de Salomón, autor del texto que comentamos desacreditan la doctrina católica de la transustanciación según la cual el sacerdote diciendo en latín: “esto es mi cuerpo”, la hostia eucarística deja de ser una masa de harina para convertirse en el cuerpo físico de Jesús. ¡En el reducido espacio de un sagrario se hace caber la inmensidad de Dios que ni el magnífico templo de Jerusalén no podía contener!

El apóstol Pablo en la doxología con que cierra la carta que escribe a los Romanos, dice: “Y  al que puedo confirmaros según mi evangelio y la predicación del MISTERIO que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que ha sido manifestado ahora, y que por las escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan la fe” (Romanos 16: 25, 26).

¿Qué misterio es este que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos y que ha sido manifestado ahora? Ni más ni menos que  la asombrosa doctrina de que los verdaderos creyentes en Cristo se han convertido en hijos adoptivos de Dios por la fe en el Nombre de Jesús a la vez que en templos del Dios viviente. Si los cielos de los cielos no lo pueden contener, ni tampoco el magnífico templo de Jerusalén. Ahora se nos revela el misterio oculto desde tiempos eternos: Los creyentes en Cristo se han convertido en templos de Dios. ¡Grande es la responsabilidad que recae sobre ellos!

“¿No sabéis que sois templos de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguien destruye el templo de Dios, Dios le destruirá a él, porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” (1 Corintios 3: 16, 17). La sangre de Jesús que limpia todos los pecados (1 Juan 1: 7) ha convertido el cuerpo del creyente en lugar santo. Es responsabilidad suya conservarlo santo.

“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cal está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? (1 Corintios 6: 19). El cuerpo del creyente en Cristo pertenece a Dios. Ya no se puede hacer con él lo que mejor nos parezca. Prestemos atención a la doxología con la que el apóstol Pablo pone punto final a la carta a los Romanos: “Y  al que puedo confirmaros según mi evangelio y la predicación del MISTERIO que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que ha sido manifestado ahora, y que por las escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan la fe, al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén.


 

APOCALIPSIS 14. 13

Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque con ellos sus obra siguen”

¿Por qué son bienaventurados los que mueren en el Señor? Quienes desean que la aniquilación fuese verdad, se llevarán un gran desengaño cuando abran sus ojos en la eternidad. A pesar que el texto se refiere a quienes fallecen en el Señor, la Biblia es muy clara y especifica que hay dos lugares donde los difuntos van a pasar la eternidad futura: Salvación y condenación.

En el texto que comentamos el apóstol Juan se refiere “muertos que mueren en el Señor”, parece indicar que entre el presente y el futuro separado por la muerte del cuerpo existe continuidad: “porque con ellos sus obra siguen”. La muerte del cuerpo no significa inactividad del espíritu incorpóreo. El libro Apocalipsis nos da a entender que las almas de quienes han muerto en Cristo y que aguardan la resurrección de sus respectivos cuerpos siguen activas alabando al Señor.

Nos adentramos en un tema que no podemos ser dogmáticos. El texto que comentamos nos infunde esperanza cierta porque quienes han muerto en el Señor, la resurrección de sus cuerpos para vida eterna está garantizada por la resurrección de Jesús. Durante este estado intermedio, el cuerpo que se ha convertido en polvo es insensible a lo que ocurre a su alrededor, pero el espíritu sigue consciente, lo que le permite adorar a su Dios y Salvador, en espera del día de la resurrección en que el espíritu junto a su cuerpo convertido por la resurrección en incorrupto e inmortal, toda la eternidad futura sirviendo al Señor liberados de las angustias del tiempo presente.

No me atrevo a decir nada más porque sería entrar en especulación. Lo que sí extraigo del texto que comentamos  es que con la muerte del cuerpo el espíritu no cae en la ociosidad. Descansa del frenesí del tiempo presente. No quiero escribir nada más para no caer en la especulación. Quienes esperamos en el Señor el futuro será tan glorioso que las palabras no lo pueden describir.

 

 

METÁSTASIS MALIGNA

El pecado es una enfermedad espiritual mortífera

El periodista Donat Puitx entrevista al cantautor Paco Ibañez y le pegunta: “¿Cómo ve el mundo?” La pregunta el periodista la hace teniendo presente el avance de la extrema derecha por todo el mundo. La respuesta que da el cantante es muy acusadora: “Lo que cuentas es una dejadez de la sociedad que lo deja pasar todo. Estamos en un periodo de agonía. Agonía no mental, pero sí moral. ¿Cómo puede ser que la gente no reaccione con lo que está pasando en Oriente Medio? Para empezar el ataque de Hamás a los israelitas en octubre de 2023 no se puede aceptar, pero la respuesta israelita contra los palestinos se ha convertido a ojos de todos en un genocidio sin perdón…Decir rabia es poco. No puede permitirse que el mundo esté parado, como si no pasase nada. Y después…Mira, yo no estoy en contra del futbol, pero basta de esportizar la vida y la existencia. Fíjate que están haciendo los americanos, que en el fondo borran conciencias llenando estadios con propuestas musicales ya no ligeras, sino casi asesinas, se puede decir. Alimentan la ignorancia y el menosprecio de lo que es el mundo, de lo que es la creación, de lo que es llamarse artista. Da vergüenza”.

María José Diez-Aguado, catedrática de Sicología de la Educación, es suficiente clara cuando dice: “Cuando los medios informan de un caso de asedio suelen pedir si se ha aplicado el protocolo. Encuentro a faltar que se pregunte: ¿Había un plan de prevención?” yo añado: Violencia machista, guerras y los genocidios que les acompañan, explotación del hombre por el hombre…El asedio escolar es la punta de un iceberg profundo donde está la sociedad entera. Una cultura ancestral de dominio y sumisión en que el poder se ejerce sometiendo”.

Comentando el periodista con Jean-Abdou Arbach, las calamidades de la guerra, el clérigo le dice: “Ustedes en la UE se creen seguros, pero tienen el enemigo dentro” ¿es una alusión al incremento imparable de la extrema derecha por todas partes? Si es así el clérigo se equivoca de enemigo. La extrema derecha como los partidos políticos que se autodenominan democráticos o liberales tiene  en común a un mismo padre espiritual. Jesús lo descubre cuando dice a los judíos. “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla porque es mentiroso y padre de mentira” (Juan 8: 44). Es de suma importancia prestar atención a lo que Jesús dice a continuación a sus oyentes: “¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis? El que es de Dios, las palabras de Dios oye, por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios” (vv. 46, 47).

Judas Iscariote que vendió a Jesús a sus enemigos por treinta monedas de plata, ilustra perfectamente la causa que hace que exista la metástasis de la maldad humana que hace que no exista pedagogo, ni sicólogo, ni siquiatra, capaz de curarla. Ninguno de ellos está capacitado para curar la metástasis de la maldad humana porque nada tiene que ver ni con el cuerpo ni con la mente porque es el resultado de ser descendencia de Adán. De él hemos heredado el pecado que es el causante de la metástasis maligna.

En las bienaventuranzas Jesús  dice a sus seguidores que son la sal de la tierra y la luz del mundo” (Mateo 5: 13-15). La enseñanza del texto se resume. “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (v. 16).

Judas Iscariote es un ejemplo claro de cómo Satanás utiliza a las personas para cometer maldades. En el grupo íntimo de los   discípulos de Jesús Judas tenía la responsabilidad de guardar la bolsa del dinero (Juan 12: 6). No era tan honorable como aparentaba ser: “Era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella” (v. 6). El arte de la corrupción viene de la antigüedad. Era un ladrón de guante blanco. Muy refinado. Nadie dudaba de su honorabilidad. ¡Aparentaba ser tan buena persona! Jesús que escudriña los corazones  sabía perfectamente quién era Judas.  Judas que tenía a Satanás  como padre espiritual hacía las obras que Satanás su padre espiritual le mandaba hacer. “Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón  de Judas que le entregase” (v. 3). Judas, aparentemente era uno de los Doce. De repente Jesús “se conmovió en espíritu y dijo: “De cierto de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. Entonces los discípulos, se miraron los unos a los otros, dudando de quien hablaba. Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. A éste, pues, le hizo señas Simón Pedro, para que peguntase quién era aquel de quien hablaba. Él, entonces recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor ¿quién es? Respondió Jesús: “A quien yo dé el pan mojado, aquel es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscacriote, hijo de Simón. Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas  a hacer hazlo pronto. Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió porque dio esto. Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta, o que diese algo a los pobres. Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, salió, y era de noche”               (Juan 13: 21-30).

La muerte de Jesús en la cruz la decidió el Padre antes de la creación del mundo: “A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de Él” (Mateo 26: 24). La pregunta que nos hacemos es: Dado que  el Padre decidió la muerte de su Hijo para salvación de su pueblo, ¿fue Judas  responsable de su acto de traición? Jesús responde la pregunta: “Mas, ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a este hombre no haber nacido” (v. 24b). La metástasis maligna  todos sin excepción contribuimos a crearla a pesar de que no queremos reconocerlo. Todos tendremos que dar cuenta de ello en el día que compareceremos ante el tribunal de Cristo para responder de todos nuestros actos, buenos o malos, cometidos  durante nuestro peregrinaje por la tierra. ¿Cuándo nos arrepentiremos de nuestros pecados que contribuyen a la extensión de la metástasis maligna’

Octavi Pereña Cortina