dilluns, 29 de desembre del 2014


ENDEMONIADOS LIBERADOS


<b>Las religiones practican exorcismos porque creen en la existencia de Satanás. ¿Liberan o esclavizan todavía más a los exorcizados?</b>

El hecho de la adolescente de Burgos que ha sido exorcizada, rito al que por cierto ha ido seguido de intervención judicial ha puesto en la palestra esta actividad sacerdotal que normalmente no trasciende. El dominico <b>Juan José Gallego</b>, doctor en Teología, desde el año 2007 tiene la encomienda del arzobispo de Barcelona, <b>Lluís Martínez Sistach</b>, de ser el exorcista oficial de la iglesia catalana. Este religioso recuerda que el primero en practicar exorcismos fue Jesús. Los exorcismos que practican los exorcistas oficiales de la Iglesia católica tienen unas peculiaridades que los distinguen del modelo de Jesús.

<b>Félix María Arocena</b>, profesor de Teología Litúrgica de la Universidad de Navarra, dice: “El ritual, jamás ha admitido la violencia”. El caso de la adolescente de Burgos que se ha hecho público gracias a la denuncia interpuesta por la adolescente  ya mayor de edad juntamente con seis de sus tíos maternos, el 13 de agosto de 2012 ante el Servicio de Atención a la Familia ha hecho que el Juzgado de Instrucción número 2 de Burgos abriese una investigación.

<b>Andrea Noguera Calver</b> en su escrito <i>Exorcismos, nuestro pan de cada día</i> (14/12/2014), dice: “La protagonista de esta historia empezó a tener anorexia en el 2012, cuando aún no había cumplido los 18 años. La enfermedad la llevó a sufrir una angustia – con intento de suicidio incluido – que, de la mano de sus padres se incrementó más allá de sus aflicciones habituales. La fuerte religiosidad que envolvía a esta familia la indujo a creer fervientemente a creer en la posesión de su hija. La joven decía “que tenía un demonio dentro que la castigaba”. Entonces decidieron someterla a unas sesiones d’exorcismo.

En mayo de 2012 la joven declaró  ante la policía que empezó con “unos problemas de anorexia acompañados de dificultades nerviosas de ansiedad”, que dejó de comer “para hacer penitencia”, el mismo motivo que la indujo a “cortarse las muñecas”. ¿Quién la indujo a hacerlo? Confesó que fue su madre y el grupo religiosos la Milicia de Santa María. Según detalles que han trascendido la celebración del rito no estuvo exento de malos tratos físicos.

<b>Félix María Arocena  se refiere al caso evangélico de posesión satánica que se conoce con el nombre del <i>Endemoniado Gadareno</i>. El evangelio de Lucas hace esta descripción: “Un hombre poseído por un espíritu impuro que vivía en los sepulcros, ni con cadenas nadie podía sujetarle. Porque muchos lo había atado con grillos y cadenas y había roto las cadenas y troceado los grillos, y nadie le podía dominar.…” Este hombre tan violento que le decía a Jesús que no le atormentase porque le decía: “Sal de este hombre espíritu impuro”. Los hombres de aquella comarca avisados por los porqueros al llegar al escenario del hecho encontraron al hombre violento “sentado a los pies de Jesús vestido y en sus cabales” (Lucas 8:27-39). Sólo con la palabra de Jesús este hombre terriblemente endemoniado fue liberado de la esclavitud satánica.

También es muy aleccionador el caso de la mujer siro fenicia, una pagana que suplicaba a Jesús que expulsase el diablo que perturbaba a su hija. El relato evangélico pone de manifiesto la fe de la mujer  y es muy significativo que basándose exclusivamente en la fe de la madre, Jesús le diga: “Por la palabra que has dicho, ve, el demonio ya ha salido de tu hija”. Al llegar a casa “encontró que el demonio había salido, y a su hija acostada en la cama” (Marcos 7:24-30).

Los exorcismos practicados por Jesús y sus discípulos relatados en el Nuevo Testamento no se parecen en nada a los que practican los exorcistas oficiales de la Iglesia católica porque en aquellos la palabra de fe iba acompañada del poder de Dios. Eran espontáneos. No iban acompañados de normas estrictas conservadas en un manual de instrucciones. La liberación se producía escuchando con fe la palabra de  los apóstoles. No necesitaban manuales esclavizadores, bastaba con predicar con fe el mensaje de la cruz que habían recibido, el resto lo hacía Dios según su voluntad.

Una recomendación que el apóstol Pable le hace a su discípulo Timoteo que por el hecho de constar en el Nuevo Testamento, que es Palabra de Dios, se hace extensiva a todas las generaciones: “Un siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido, que corrija con mansedumbre a los que se oponen, por si quizás Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él” (2 Timoteo 2:24-26)

Octavi Pereña i Cortina

 

PROVERBIOS 11:7


“Cuando muere el hombre impío, perece su esperanza, y la expectación de los malos perecerá”


El hombre impío no lo es forzosamente la persona que abiertamente se declara atea. El hombre impío puede muy bien ser una persona altamente religiosa. Los fariseos, los saduceos, los sacerdotes lo eran. También pueden serlo las personas que dan abultados donativos con el propósito de hacer méritos para su salvación. Persona impía lo es la que se manifiesta abiertamente delincuente que sin escrúpulos de conciencia mata a sangre fría, el que maltrata física o psíquicamente a su cónyuge. Lo es el pederasta que abusa sexualmente de niños, lo es el violador, el que asedia por internet. Persona impía lo es el político que a conciencia dicta leyes que perjudican a los ciudadanos al proteger a los poderosos. También lo es el legislador que promulga  leyes injustas y el magistrado que dicta sentencias por cohecho. En la sociedad se encuentran multitud de personas “honradas” de las que solamente Dios conoce sus corazones y las considera impías.

Todos nacemos impíos porque desde el vientre de nuestras madres no hemos tenido conciencia de la existencia de Dios. Tal vez se me considerará un desalmado al hacer esta afirmación. Pero la Biblia nos dice que sin excepción alguna hemos sido concebidos en pecado y, el pecado no perdonado separa al hombre de Dios. La persona a la que no le ha sido perdonado el pecado, aún cuando digamos que los niños son inocentes o que ciertos adultos son bellísimas personas, todos ellos a los ojos de Dios son impíos y la esperanza de los tales se esfuma cuando la muerte los llama y el aliento cesa de salir por sus narices.

Una esperanza sin Dios es una pésima esperanza porque cuando se abren los ojos a la realidad post mortem ya no existe posibilidad de hacer marcha atrás y rectificar la decisión equivocada.

El hombre deja de ser impío cuando a pesar de ser pecador reconoce tal condición y confiesa su pecado a Jesús cuya sangre vertida en la cruz del Gólgota le limpia de todos sus pecados. Tal persona, a pesar de que sigue siendo pecador lo cierto es que sus ojos no están puestos en las cosas materiales, por legítimas que sean, sino en el Señor Jesucristo que es su esperanza que no defrauda porque el Señor cumple lo que promete. Todos, sin excepción, que confían en el Señor Jesucristo jamás serán defraudados. La esperanza de los piadosos es la vida eterna, toda una eternidad gozando de la presencia de Dios.



1 CORINTIOS 15:55


“¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro tu victoria?”

Las investigaciones médicas desembocan en avances espectaculares en la curación de enfermedades incurables hasta el presente. La cirugía no es menos activa y los quirófanos resuelven problemas de salud impensables hasta el presente. Los progresos avanzan porque la investigación no recula y los médicos no desisten en resolver las dificultades que se les presentan en el camino. De todos los beneficios que se recogen de la investigación médica debemos dar gracias a Dios porque Él concede dones a los hombres para resolver los problemas sanitarios y así conseguir que mejore la calidad de vida. A pesar de tal notorio progreso en todos los campos de la medicina, la muerte no desaparecerá porque el salario del pecado es la muerte y, como todos hemos pecado, todos sin excepción moriremos. Ningún titular de prensa podrá anunciar con grandes letras: LA MUERTE HA SIDO DESTRUIDA.

La Biblia, pero, proclama que la muerte ha sido destruida para la persona que cree en Jesucristo: “Cuando esto corruptible haya sido vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad,  entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 15:54-57).

Esta buena noticia lo es para cualquier persona que la reciba. De la misma manera que fue una buena noticia para los pastores que Jesús había nacido en Belén, lo es para nosotros: “No temáis porque os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, el Salvador, que es Cristo el Señor” Lucas 2:10,11).

El nacimiento de Jesús fue el principio del fin de la muerte porque el aguijón de la muerte ha desaparecido. Como muy bien enseña la Escritura, si antes no viene Cristo en su gloria, todos moriremos. Los creyentes en Cristo también falleceremos pero lo haremos con la esperanza de que cuando Cristo venga en su gloria en el día final, cuando suene la trompeta: “los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (V.52).

La esperanza de la vida eterna es motivo para celebrar la Navidad, no al estilo pagano como se festeja, sino de manera espiritual. No sólo el 25 de diciembre, sino durante todos los días del año porque recordar el nacimiento de Jesús refuerza nuestra esperanza de que el aguijón de la muerte fue destruido en el Gólgota. Sin la Navidad no hay derramamiento de la sangre de Jesús en el Gólgota  y sin el derramamiento de la sangre de Jesús no es posible el perdón de los pecados y, sin el perdón de Dios no hay vida eterna.

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dilluns, 22 de desembre del 2014


SUFRIMIENTO


<b>El tiempo no lo cura todo, lo que ayuda a sobrellevar el sufrimiento es lo que se hace mientras dura el dolor</b>

Se conocen una serie de enfermedades <i>raras</i> que provocan mucho sufrimiento a quienes las padecen. Una de ellas se denomina <i>insensibilidad química y electromagnética</i>. Las personas que las padecen son alérgicas a las colonias, suavizantes, detergentes, desodorantes, efecto que les obliga a mantener siempre cerradas las ventanas porque les llegan los olores de la ropa tendida de los vecinos. La reacción a los olores les obliga a hacerlo. La hipersensibilidad a las antenas de telefonía, a los inalámbricos…ampliada por la utilización masiva de estos artilugios en la sociedad actual  hace que sean más las personas que <i>sufren una enfermedad que la gente no comprende</i>. Otra enfermedad rara que altera a las personas es la <i>fatiga crónica</i> que favorece las depresiones. Los desahucios, el paro y otras situaciones anómalas contribuyen a mantener crónico el dolor psíquico que tiene efectos físicos. Todo ello crea un malestar que lleva a las personas al borde del abismo, a sentirse solas y con tendencias suicidas.

El sufrimiento en toda su escala de intensidad tiene dos propósitos. El primero es hacernos entender que su origen se encuentra e el pecado que cometimos cuando estábamos en el lomo de nuestro padre Adán. La primera consecuencia del pecado que cometimos estando todavía en Adán fue la muerte espiritual, es decir, dejar de tener relación con el Creador, y la muerte física que más pronto o más tarde nos encuentra de manera ineludible.. El tiempo desde la fecundación hasta la muerte está marcado por el sufrimiento que tiene la finalidad de hacernos contar nuestros días, recordarnos que la muerte se esconde en la esquina esperando encontrarnos sorpresivamente. El otro propósito del sufrimiento es poner en evidencia nuestra fragilidad y llevarnos a confiar en Jesús que por ser Dios es la fuente de donde nace el poder necesario para hacer frente a las situaciones angustiosas que inevitablemente se nos presentan,  victoriosamente.

La palabra <i>pecado</i> es un vocablo que hemos desterrado de nuestro diccionario particular. Si se persiste en hacerlo no se soluciona el problema del sufrimiento, no se elimina, con el agravante que nos quedamos solos con él con la consecuencia de desordenes psíquicos que intensifican el dolor. Uno se lo pasa muy mal estando solo ante el dolor.

El rey David que es un tipo de Jesús , <i>Varón de dolores</i>, en el salmo 38 que escribió incluye un aviso que reza así <i>Para recordar</i>, lo cual significa que el poema no se escribió para ser leído a toda prisa, sin darle el tiempo necesario para su comprensión, para hacer una lectura pausada y reflexiva.

Antes de dedicarnos al salmo, <b>Joni Earecvkson Tada</b> que en su adolescencia quedó parapléjica debido a un chapuzón, escribe: “A veces Dios permite aquello que odia para conseguir lo que ama. Mediante cosas como las enfermedades puede hacer mucho bien. No entenderemos a Dios ni a su manera de hacer las cosas hasta que no estemos en el cielo, pero nos da muchas pistas para comprender que podemos confiar en Él, y que si Él permite alguna cosa que odia, ha de ser para conseguir algo maravilloso. Él quiere que Cristo esté en ti y que sea tu esperanza de gloria”.

Creo que David no especifica en su poema ningún tipo de sufrimiento concreto, se refiere a ello de manera genérica, para que cada persona que sufre pueda hacer suya su experiencia : No hay nada sano en mi carne, a causa de tu indignación, no hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado. Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza, como carga pesada se han agravado sobre mí. Hieden y supuran mis llagas, a causa de mi locura. Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera, ando enlutado todo el día. Porque mis lomos están llenos de ardor, y nada hay sano en mi carne. Estoy debilitado y molido en gran manera, gimo a causa del gemido de mi corazón” (vv. 3-8).

Después de la larga exposición de sus sentimientos que son producto del dolor, David concluye su poema con una muestra de plena confianza en el Dios <i>cuyas saetas cayeron sobre mí</i> (v.2). De esta manera expresa su confianza en el Dios que permite que <i>ande en valle de sombra de muerte</i> (Salmo 23:4): <i>No me desampares, oh Señor, Dios mío, no te alejes de mí. Apresúrate a ayudarme, oh Señor, mi salvación”</i>.

Octavi Pereña i Cortina

 

SALMO 91:4


“Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro, escudo y coraza es su verdad”

Las personas, sea cual sea su condición social necesitan un castillo fuerte donde refugiarse. Necesitan la Roca donde poner los pies que las guarde de las inundaciones y lluvias torrenciales. En todas las clases sociales: tornados, tifones, ríos turbulentos,  amenazan su estabilidad. Los unos, debido a las crisis tienen dificultades para llegar a fin de mes y depende su supervivencia de las ayudas que puedan recibir de las instituciones privadas o gubernamentales que se dedican a este menester. Los otros, los que pertenecen a la clase opulenta no tienen problemas de dinero y pueden derrocharlo. Ah, pero tienen dificultades familiares. Han sobreprotegido a los hijos  y les han dado todo lo que han querido. No han puesto limitaciones a sus deseos. Por todo ellos los han convertido en pequeños dictadores que son aguijones en las vidas paternas. Las infidelidades conyugales son vendavales que flagelan sus rostros y los hijos drogadictos piedrecitas en los zapatos. Pobres y ricos, sin distinciones necesitan ayuda. La asistencia social no basta para los pobres. El dinero y el poder son insuficientes para aportar estabilidad a los potentados. El salmo 91 nos invita a apartar nuestros ojos de la caña cascada que atraviésala mano cuando nos apoyamos en ella y en ella buscamos la ayuda que no puede prestarnos . Todo lo contrario, nos abandona en el momento en que más necesitamos que alguien tienda su mano para ayudarnos. El salmo que comentamos nos invita a que busquemos refugio debajo de las alas del Altísimo donde estaremos seguros y bien protegidos.

El texto que comentamos nos lleva al Nuevo Testamento en donde Jesús muestra la ternura que almacena su corazón y expone el deseo de que Israel abandone la insensatez  de hacer caso omiso a la persistente llamada de Dios a que se recoja bajo sus alas: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas ,y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de sus alas”. Jesús pinta una escena bucólica en la que la gallina cuando olfatea el peligro y ve amenazados  sus polluelos se arrellana, extiende sus alas y con el sonido especial de peligro alerta a los polluelos de la amenaza y se apresuran a cobijarse bajo las alas protectoras de la gallina. Estos pequeñuelos indefensos nos dan una lección de obediencia. Jesús tiene que censurar a sus conciudadanos: “No quisisteis”. ¡Que triste que vayamos dando trompicones en nuestra huida del peligro cuando el Señor extiende sus alas protectoras en donde podemos encontrar refugio seguro, nos neguemos a aceptarlo!


JUAN 1: 1,14


“En el principio era el Verbo…Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”

Génesis y el evangelio de Juan comienzan igual: “en el principio”. En “el principio” de Génesis “Dios creó los cielos y la tierra”. Juan al decir “en el principio era el Verbo” nos transporta  a antes de la creación de los cielos y la tierra. Nos está diciendo que el Jesús que presenta existe desde antes de la fundación del mundo. En definitiva que es Dios. Que todo lo creado existe porque el unigénito Hijo de Dios lo creó con su palabra. Jesús dijo y fue.


Juan nos dice que el Verbo que anuncia fue hecho carne y habitó entre nosotros. “No estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres, y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:6-8).

Juan el Bautista cuando presentó el Verbo que era Dios lo hace así: “He aquí el Cordero de Dios” (Juan 1:36). Desde el principio de la historia se anuncia que la simiente de la mujer liberaría al pueblo de Dios de sus pecados. No dice el texto de Génesis que sería la simiente del hombre quien lo conseguiría, no,  sino la simiente de la mujer , lo cual significa que el nacimiento de esta Simiente sería de manera sobrenatural. María le pregunta al ángel cómo seria posible que concibiese siendo virgen. Recibe esta respuesta: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios” (Lucas 1:35).

Por amor al pueblo de Dios, el Unigénito del Padre se hace carne en el seno de la virgen María con el propósito de que siendo el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, se ofrece en sacrificio para perdonar los pecados de quienes son pueblo de Dios.

Navidad y Gólgota son las dos caras de la misma moneda. La salvación prevista por Dios antes de la fundación del mundo no es posible si una de ellas no existe. El gozo de la Navidad depende de que quien la celebra tenga en cuenta el Calvario. Por ello que no debe extrañarnos que la Navidad vaya acompañada de depresiones, angustias, conflictos familiares porque a los celebrantes les falta el Gólgota, es decir, el perdón de los pecados por la fe en el Cristo crucificado la sangre del cual limpia todos los pecados. La persona que sea purificada por la sangre recibe el gozo del Señor. ¿Se ve el gozo del Señor en las multitudes que celebran la Navidad de manera pagana?

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dilluns, 15 de desembre del 2014


JUAN 16:13


“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiará a  toda verdad”

Cuando nos referimos a la verdad debemos preguntarnos. ¿qué es la verdad? Existen muchas verdades, pero ¿qué es la verdad? Existen verdades científicas que son irrefutables. Son verdad acontecimientos irrefutables. Prosigamos con la pregunta: Qué es la verdad?

Lo que perseguimos es descubrir la verdad que es de suma importancia para nuestras vidas. La Biblia habla de luz y tinieblas. Dos situaciones contrapuestas que jamás pueden ir juntas. La una hace desaparecer a la otra. Luz y tinieblas espirituales que nos pueden afectar para bien o para mal. Las verdades temporales tienen una importancia relativa porque negarlas o ignorarlas poco importa. Lo que verdaderamente importa es la verdad absoluta que para bien o para mal afecta a nuestro destino eterno: salvación o condenación y que también para bien o para mal tiene que ver con nuestra felicidad en el tiempo presente.

Debido al pecado, el tiempo presente se caracteriza por la confusión existente cuya presencia se debe al dominio que Satanás ejerce en el hombre, confusión que por cierto no se sabe como desprenderse de ella. Ello se debe a que las tinieblas espirituales que llenan el corazón impiden encontrar la luz que las despeje y puedan encontrar el camino recto que debe seguirse.

El texto que comentamos hoy nos presenta al Espíritu de verdad que guía a toda verdad. ¿Qué es la verdad? O mejor dicho: quién es la verdad a la que debe guiarnos el Espíritu de verdad? Hay un texto que aporta luz a la pregunta: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6)., afirma Jesús. Jesús es la verdad absoluta a la que guía el Espíritu de verdad, que da testimonio de la Verdad, que da testimonio de la Verdad  y que nos recuerda las palabras de Jesús para que no seamos huérfanos perdidos en medio de las espesas tinieblas espirituales que nos envuelven. Cuando Jesús dice: “Angosto es el camino que lleva a la vida, y pocos son los que lo hallan” (Mateo 7:14), se está refiriendo a sí mismo que es el Camino que lleva al Padre. El Espíritu da testimonio de la Verdad pero son pocos los que lo encuentran porque no se dejan guiar por el Espíritu. De ahí la confusión existente. Las tinieblas que confunden siguen haciendo su trabajo porque los hombres en su tozudez permiten que sea Satanás  que siga manteniéndoles en la mentira que confunde.


JEREMÍAS 17:7


“Bendito es el hombre que confía en el Señor, y cuya confianza es el Señor”

Adán y Eva no necesitaban esperanza porque no les faltaba nada de lo que necesitaban.. Además tenían el privilegio de charlar cara a cara con el Señor. Vivían en el Paraíso. Pero la existencia paradisíaca de Adán y Eva estaba condicionada a la obediencia de un mandato dado por el Creador: “Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás” (Génesis 2:12).La prueba a la desobediencia se presentó cuando Satanás disfrazado de serpiente apareció ante Eva sembrándole la duda respecto al mandato de Dios diciéndole que no moriría si come del árbol de la ciencia del bien y del mal. Eva miró al árbol y vio que el fruto era apetecible, y comió. Después la mujer indujo a Adán a hacer lo mismo. Les fueron abiertos los ojos y descubrieron que estaban desnudos. Habían muerto y con la muerte la necesidad de esperanza, la esperanza de que su culpabilidad y vergüenza desaparecen y la felicidad hasta ahora sentida y marchita, recuperada.

Navidad es la época de la esperanza que la Serpiente pretende, y lo consigue en muchos, hacer desaparecer. En vez de poner los ojos en la Simiente de la mujer que aplastaría la cabeza  de la Serpiente. Ésta induce a los hombres a poner los ojos en las cosas materiales. La Navidad se ha convertido en un intercambio de regalos, muchas veces de un coste superior a las posibilidades. En vez de ser la Navidad un tiempo de esperanza se convierte en una época de desilusión, de frustración, que afecta de manera especial a quienes se encentran solos o ingresados en hospitales y residencias de ancianos.

El profeta Hageo anuncia que “vendrá el Deseado de todas las naciones” (2:7), venida que se realizó hace 2000 años en Belén cuando la virgen María dio a luz al Niño que se llamaría Emanuel que significa Dios con nosotros  y  Jesús que significa Salvador. Cuando los ojos se ponen en el Deseado de todas  las  naciones, quien lo hace le liberará de la potestad de las tinieblas, y le trasladará al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13).La tinieblas con las que la Serpiente envolvió haciéndole errar el camino, Jesús, el Deseado de todas las naciones   hace resplandecer la luz de Dios en los corazones de quienes creen en Él. Para los verdaderos creyentes en Jesús la luz divina que resplandece en sus corazones convierte en oscuridad las resplandecientes luces navideñas que guían a los hombres a las compras compulsivas y los alejan de Jesús, el Deseado de todas la naciones que guía a los hombres a la vida eterna.

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dilluns, 8 de desembre del 2014


EL PROBLEMA DEL MAL


<b>¿Puede el leopardo borrar las manchas de su piel? Tampoco puede el corazón perverso dejar de pensar maldades, a no se que Cristo lo cambie</b>

<b>Oriol Pi de Cabanyes</b> comenta el pensamiento de la judía <b>Hannah Arendt</b>: “Asimismo <b>Eichmann</b>”, dice <b>Pi de Cabanyes</b>, “que para <b>Arendt</b> no es un simple monstruo sino una pieza de un engranaje criminal que lo ha desposeído de discernir entre lo que está  bien y lo que está mal de manera que puede sentirse eximido de toda conciencia de responsabilidad y de culpa…En su proceso de búsqueda de comprensión del holocausto como fenómeno el mal nunca es radical, como lo había creído. Porque no radica en las raíces de la humanidad sino en la superficie, como un hongo que seca las hojas. No se encuentra en la esencia de lo que es humano sino en lo que es circunstancial”.

El comentario  de <b>Pi de Cabanyes</b> <i>Hannah Arendt</i> no entra en la raíz del dilema del mal. Si es algo circunstancial como el hongo que seca las hojas no se resolverá la dificultad. Con argumentos filosóficos se puede razonar sobre hongos superficiales que marchitan el comportamiento ético, pues no se resuelve el problema de fondo que sigue produciendo hongos que banalizan el mal, convirtiéndolo en un enigma meramente filosófico, académico, de amantes de las letras. No podemos desviarnos del tema convirtiéndolo exclusivamente en un dialogo de eruditos.

Si como dice Pi de Cabanyes que Eichmann “para Arendt no es un simple monstruo sino una pieza de un engranaje criminal que lo ha desposeído de toda capacidad de discernir entre lo que está bien y lo que está mal”, el ser humano no es responsable de sus actos porque “somos una pieza de un engranaje criminal”. Con este razonamiento se puede llegar a la conclusión de que sobran los jueces y las cárceles porque los delincuentes y los criminales no son responsables de su comportamiento impropio. Es así como se banaliza el mal y no se le aplica el tratamiento adecuado para acabar con él.

Se banaliza el mal cuando se considera que el comportamiento indeseado del ser humano lo provoca las circunstancias. Se considera que el ser humano es bueno por naturaleza y que son las circunstancias las que lo convierten en malvado. Aquí podríamos discutir si primero es el huevo o la gallina. Si las circunstancias mueven al hombre a hacer el mal, ¿cómo es que son tal como son? ¿Es el hombre perverso quien las hace malignas? Si sin prejuicios vamos a nuestros orígenes como los enseña la Biblia entenderemos porque el engranaje criminal del cual somos una pieza nos impulsa a hacer el mal. “A Adán (Dios) le dijo: Porque has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol que te mandé diciendo: No comerás de él, maldita será la tierra por tu causa, con dolor comerás de ella todos los días de tu vida” (Génesis 3:17). Ahora ya sabemos quien es primero si el huevo o la gallina. El hombre es el engranaje criminal que crea los Eichmann de turno en toda su escala de degradación moral.

El capítulo 3 de Génesis nos describe el origen del mal. Nos presenta a un personaje que se llama Satanás, Diablo, que es un ángel que previamente se había rebelado contra Dios y que se encarna en una serpiente. Adán desobedeció a Dios por instigación satánica, pero el texto nos dice que el hombre fue responsable de su desobediencia lo cual le reportó castigo. Ahora el hombre es portador del virus del mal y con el apoyo satánico es el responsable de todas las fechorías que se cometen. La consecuencia de haber hecho caso al engaño de Satanás y de haber desobedecido a Dios  pronto se hacen notar. La Biblia registra el primer crimen que se cometió: Caín mata a su hermano Abel, hijos de Adán. Antes del diluvio “el Señor vio que la maldad del hombre era muy grande en la tierra, y que los propósitos del pensamiento de su corazón sólo era el mal todo el día” (Génesis 6:5). Si esto es lo que Dios vio en aquel tiempo lejano, ¿qué es lo que ve hoy? Desde su mismo inicio la historia de la humanidad está teñida de sangre. Se dicen muchos pronunciamientos de paz. Se firman tratados de paz y se hacen muchas ofertas de dialogo para resolver pacíficamente los conflictos, pero, mientras se firman y se habla ya se está pensado en convertir en papel mojado los buenos propósitos.

Las fechorías que nos dejan estupefactos porque ignoramos cómo pueden llegarse a cometer, y más si las hace alguien a quien consideramos buena persona, nacen en el corazón del hombre: “Porque del corazón nacen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, las blasfemias” (Mateo 15:19). Los pensamientos afloran antes que los hechos. Si se pretende erradicar el mal combatiendo las acciones dejamos intacto el corazón de donde provienen. Así no se resuelve el problema de los muchos Eichmann que nacen. “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23). El mal no es algo externo en el hombre. Se origina en su corazón y es aquí en donde debe erradicarse si es que en verdad nos preocupa su presencia entre nosotros. La excarcelación de violadores que se produjo hace unos meses  puso en estado de alerta a la ciudadanía porque no estaba segura que la cárcel reinserte a sus huéspedes. Es natural que las personas tengan miedo a la excarcelación de delincuentes peligrosos porque los programas educativos que se utilizan no sirven para curar el corazón. El lobo sigue siendo lobo, solamente necesita la oportunidad de morder. 

Octavi Pereña i Cortina

 

1 TIMOTEU 4: 7,8


“Ejercítate en la piedad, porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida , y de la venidera”

Vivimos en unos tiempos en los que prevalece el culto al cuerpo. Todo lo que tiene que ver con terapias antienvejecimiento es un campo que produce millones de euros de beneficio. Los gimnasios brotan como las flores en primavera. La sociedad actual gira entorno a la juventud y como preservarla con el paso de los años. Es tanta la obsesión en querer conservar la belleza juvenil que las personas, principalmente las mujeres, pasan por los quirófanos estéticos con el propósito de adquirir rasgos faciales que les asemejen a los ídolos del cine o de la  pasarela. Mucha atención se le presta al cuerpo y poca preocupación se le brinda al alma. La atención desproporcionada que se le da al cuerpo en detrimento del alma, en gran parte es la culpable del incremento de la diversidad de enfermedades mentales que son un azote para la sociedad occidental actual.

Parece ser que el interés excesivo por el cuerpo no es cosa de nuestros días. Cuando el apóstol Pablo escribe el texto que comentamos nos descubre que en la antigüedad tal preocupación también existía. El apóstol expone su preocupación porque no es un asunto banal, sino que tiene consecuencias eternas. El apóstol contrasta dos ejercicios: el corporal con la piedad. Apremia a sus lectores a que se decidan: por el cultivo del alma para conservar el cuerpo sano y bello a lo largo de toda la vida terrenal.

El hecho de que la “piedad para todo aprovecha pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera” , no significa que deba llegarse al extremo enfermizo de someter el cuerpo a prolongados ayunos  y dolorosas laceraciones para que no interfiera en la salud del alma. El cristiano debe cuidar dentro de límites razonables su cuerpo, procurando mantenerlo sano dentro de unos límites. A fin de cuentas Dios también se preocupa por nuestro cuerpo ya que en su día el cuerpo destinado a la muerta para ser pasto de los gusanos, en el día final lo resucitará un cuerpo inmortal e incorruptible. El ejercicio corporal no debe interferir en ejercitarse en la piedad. Ello se debe a que “ejercitarse en la piedad tiene promesa de esta vida presente y de la venidera”. El ejercicio de la piedad contribuye a conservar la salud corporal.

Ejercitarse en la piedad requiere tiempo. Debe programarse el día para que haya un hueco para la lectura de la Biblia y la oración. El cultivo del alma produce la salud mental tan necesaria en nuestros días en un mundo convulsionado por el estrés, depresiones…, a la vez mantiene viva la promesa de la vida venidera que se hará efectiva el día de la resurrección


LUCAS 2:20


“Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho”

Muchas son las personas que de oídas han oído el Nombre de Jesús, pero que no le conocen. Suponen que fue un gran hombre que hizo milagros, que se pudo al lado de los débiles,, que se enfrentó al poder religioso. Todo esto es cierto. Pero hay algo más.

Los comentaristas dicen que los pastores guardaban el rebaño de ovejas iban destinadas a ser sacrificadas en el templo. De ser cierta dicha interpretación cada uno de los animales eran un tipo del Mesías anunciado por el profeta Isaías que fue “herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados,, el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos curados” (53:5). Quizás los pastores de oídas conocían el significado redentor de las ovejas que cuidaban pero, saber la verdad de oídas no cambia a las personas.

El texto nos dice que los pastores “velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño” (v.8). Conociendo la condición humana es muy probable que los pastores que estaban despiertos y que se calentaban sentados alrededor de una hoguera pasasen la vigilia explicándose relatos picantes. Encontrándose los pastores cumpliendo con su deber de vigilar el rebaño, “y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor les rodeó de resplandor” (v.9). A menudo la experiencia espiritual redentora es imprevista. Los pastores distraídos contándose historias no se esperaban la presencia evangélica y ni mucho menos que ellos deberían ser los protagonistas de tan sobrenatural acontecimiento. Sorprendidos sí, obedecieron el mandato de ir a Belén y vieron que era cierto todo lo que les dijo el ángel.. Conocer la verdad transforma. “Y al verlo, dieron a conocer todo lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que lo oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían” (vv.17,18). La ley de causa y efecto también es aplicable en el campo de la espiritualidad. Todo encuentro con Jesús, por pequeño que sea,  produce gozo y, el gozo no puede mantenerse encerrado en la mazmorra del corazón. El gozo vuela a través de las rejas y como blanca paloma vuela gozosa anunciando al mundo que un Niño nos es nacido en Belén. El Príncipe de paz ha venido para ser conducido como oveja al matadero para dar salvación a quienes creen en Él, al pueblo de Dios.

La pregunta que le hago al lector es: ¿Adoras en espíritu y en verdad al Niño nacido en Belén?

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dilluns, 1 de desembre del 2014


CADUCIDAD DE LAS LEYES


<b>”Prefiero exponerme a los inconvenientes de una excesiva libertad que los que ocasionan limitarla” (Thomas Jefferson</b>

Hoy, el autoritarismo es un valor en alza en algunos ámbitos políticos. La intolerancia del poder impropia del pensamiento democrático, impide la discrepancia. El debate sereno, razonado, no interesa. Lo que prevalece es la imposición de los propios puntos de vista. La pluralidad de opiniones, sentimientos e ideas no tienen valor si están en contradicción con lo que se considera políticamente correcto. Este no es el camino que debe seguirse. El bien del país exige que no se regrese al imperio del dogmatismo empobrecedor, del sectarismo que anula el espíritu crítico necesario para corregir errores y enderezar entuertos. Más ven cuatro ojos que dos, dice el adagio. La realidad es mucho más compleja que la postura excluyente. La realidad es plural. No es ni blanca ni negra. Está formada por una escala de grises. Nos encontramos en un momento en que los valores de la Constitución de 1978 han quedado desfasados porque la realidad que no es inmutable ha cambiado y es preciso reformarla en profundidad para adaptarse a la nueva realidad. Si verdaderamente se desea construir un país cimentado en la libertad debe construirse sobre la base del respeto y el pluralismo. No de la imposición y del seguidismo empobrecedor.

Me mueve a escribir este comentario no el NO permanente de Mariano Rajoy, que es suficiente para disentir, sino por lo que recientemente ha dicho Alfonso Guerra: “El 9-N violó la ley. Es como un referéndum sobre si los maridos pueden pegar a sus esposas”. Esta declaración de quien fue expresidente del Gobierno de España es un insulto al respeto que se le debe a la mujer y un atentado contra la democracia porque se le niega a un pueblo a decidir sobre su futuro, de si quiere o no cambiar el estatus actual. En definitiva, en nombre de la democracia se pretende impedir por coerción que los catalanes abrazando el amplio abanico de matices políticos puedan expresar libremente lo que quieren ser. Si se prohíben las urnas, ¿dónde está la democracia?

El pensamiento único que defiende quien se cree en posesión de la verdad absoluta excluye cualquier otro pensamiento que no se conforme con lo que se considere políticamente correcto. Así se impide que la diversidad de pensamiento que conforma la realidad política del momento pueda aportar soluciones válidas para resolver el monumental conflicto político que España tiene actualmente por no haber sabido encontrar pacíficamente el encaje de Catalunya dentro del Estado español.

El gobierno de Mariano Rajoy se mantiene tozudo en no querer resolver el problema catalán que no se ha incubado recientemente sino que se ha venido gestando desde los últimos tres siglos, emparándose en la constitución vigente que por cierto se la cuestiona y se la interpreta de diversas maneras. Margrethe Vestager hablando recientemente sobre Catalunya   ha dicho que se debe escuchar a la gente aún cuando no se esté de acuerdo: “Sin escuchar a los otros, nunca será más sabio…Creo que también es muy importante que se pueda celebrar el debate sin interferencia europea y sin que yo tenga que dar una opinión”.

Mariano Rajoy y su gobierno siguen en sus trece en que la Constitución no puede reformarse. Maimónides filósofo judío nacido en Córdoba en el año 1135 hace nueve siglos, tiene algo muy interesante que decir sobre la duración de las leyes: “Por otro lado, si una ley es vigente desde hace mucho tiempo, y resultó ser anacrónica en el transcurso de los años, debe derogarse automáticamente. En términos jurídicos, la cuestión se resuelve así: Se sancionó una ley en Israel, y  fue vigente durante muchos años, y en un momento surgió un nuevo tribunal y comprobó que aquella ley no satisfacía  las exigencias del momento, en este caso debe anularse. Aún cuando el nuevo tribunal sea inferior en sabiduría y autoridad al tribunal original”.

El error de opinión es propio de la condición humana. Mariano Rajoy, mientras no se demuestre lo contrario, es humano y por tanto sujeto al error . Los políticos por el hecho de ser humanos también se equivocan y como dice Margrethe Vestager: “Sin escuchar a los otros jamás serán mas sabios”. Mariano Rajoy en vez de rodearse de aduladores que no desean dejar de salir en la foto debería intimar con consejeros que le dijesen la verdad aún cuando le hagan llorar. He aquí un consejo que da la Biblia: “Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo, mas en la multitud de consejeros hay seguridad” (Proverbios 11:14)

Octavi Pereña i Cortina

 

ISAÍAS 9:6


“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro, y se llamará su Nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz”

Por inspiración del Espíritu Santo el profeta Isaías describe algunas características que reuniría el Mesías que vendría para salvar al pueblo de Dios. Los nombres que recibe el Niño revelan su divinidad, pero al decir de Él”niño nos es nacido, hijo nos es dado”, sin duda alguna identifica que el Niño que es Dios a la vez es un niño de carne y huesos como lo son todos los niños que nacen. No nos equivocamos si afirmamos que el Niño que anuncia el profeta es Dios y Hombre. La naturaleza divino-humana del niño que nacerá nos la clarifica el Nuevo Testamento al decir quien es este Niño.

El ángel que se presentó a María identifica al Niño en cuatro aspectos:

·        “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y lo llamarás Jesús” (Lucas, 1:31). Aquí el ángel declara que el Niño nacido sobrenaturalmente será un verdadero hombre.

·        “Éste será grande, y será llamado Hijo del Altísimo”  (v. 32). El Niño al tener a Dios como Padre es el reconocimiento de que es Dios. Al decir Jesús que Dios es su Padre los judíos lo acusaron de blasfemo y le dijeron: “Por buena conducta no te apedreamos, sino por blasfemia, porque tú siendo hombre, te haces Dios” (Juan 10:33)

·        “Y el Señor Dios le dará el trono de David su padre” (v.32). El Señor escogió a David para ser rey de Israel, así se inicia una estirpe real. Uno de sus descendientes reinaría eternamente. El ángel le confirma a María que el Niño que concebirá por el Espíritu Santo  “reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin” (v.33).

El primogénito de María que tenía que ser consagrado a Dios se le puso el nombre Jesús porque salvará al pueblo de Dios de sus pecados. Saber del nacimiento del Hijo del Altísimo que ha venido a este mundo para salvarnos de nuestro pecado, ¿nos dejará indiferentes? ¿No sentiremos la necesidad de adorarlo como lo hicieron los pastores y los magos cuando supieron de tan extraordinario evento?

¿No sentirás la necesidad de abandonar el intercambio de regalos entre tus parientes para postrarte ante el Niño Rey para adorarle?

 

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dilluns, 24 de novembre del 2014


LA ISLA PERDIDA


<b>Las políticas de crecimiento ilimitado a la larga, ¿son beneficiosas para la ciudadanía?</b>

Nauru es la isla más pequeña del mundo y la república más aislada de solamente 21 Km2, es un trozo de arena y coral en medio del Pacífico a unos 4.000 kilómetros de Australia y a miles de kilómetros de la isla más cercana. Nauru generaba tanta riqueza que causaba la envidia de los jeques del petróleo. La prosperidad de la isla liliputiense la generaba el guano, el excremento de las aves que encontraban refugio en la isla y que se fue acumulando durante milenios. Su población fue una de las más ricas del mundo debido a la explotación del fosfato, el resultado de la fosilización del guano.

La sobreexplotación del fosfato ha creado angustiosos problemas para los isleños y un caso de estudio para ecologistas y antropólogos por lo fácil que es destruir un ecosistema y hacer desaparecer una cultura nativa. Centímetro a centímetro Nauru es la nación del mundo con un ecosistema más maltrecho debido a la explotación minera a cielo abierto del fosfato acumulado en su superficie. El problema empezó a producirse cuando los colonos alemanes y australianos descubrieron el fosfato que almacenaba la isla y empezaron a extraerlo, explotación que se siguió haciendo a partir del año 1968 cuando Nauru se independizó de Australia.

La consecuencia de la extracción del fosfato ha sido que se ha introducido en el subsuelo de coral convirtiéndolo en un paisaje lunar totalmente estéril e inútil para ser cultivado. El único suelo habitable es una estrecha franja costera. El 75% de la isla es inhabitable.

La extracción del fosfato ha afectado incluso al clima. Las olas de calor que son el resultado de la actividad minera han provocado una drástica disminución de lluvia lo cual ha ocasionado una persistente sequía que ha obligado a reducir drásticamente el suministro de agua. Cuando en el siglo XVIII llegaron los primeros marineros europeos que vieron la isla la denominaron <i>Isla Fantástica</i>. Hoy es un disparate decirlo, una broma de mal gusto.

<b>James Ainginea</b>, de 84 años, pastor de la Iglesia Congregacional de Nauru, expresa sus sentimientos: “Desearía que jamás se hubiese descubierto el fosfato. Preferiría que Nauru fuese como era antes. ¡Cuando era un niño era tan hermosa! Había árboles. Todo era verde y podíamos comer cocos y del árbol del pan. Ahora veo lo que ha pasado y tengo ganas de llorar”.

El alto nivel de vida alcanzado por los ciudadanos de Nauru ha conseguido que obtengan uno de los niveles más altos de obesidad, diabetes del tipo dos, tensión arterial elevada como consecuencia de una dieta de importación rica en grasas, consumo de alcohol y tabaco. Pocas son las personas que sobrepasen los 60 años. Otra consecuencia desfavorable debido a la opulencia exagerada ha sido que muchos de los isleños han abandonado  sus oficios y malgastado en juergas, fiestas lujosas, viajes y adquisición de coches de lujo. Este estilo de vida de alargar el brazo más que la manga los ha arruinado. Otro factor que ha contribuido a  la ruina de Nauru ha sido la mala política de inversiones que el Gobierno efectuó. <i>La prosperidad de los necios los destruye</i>. (Proverbios 1:32).

Aún cuando nosotros somos gigante comparados con la minúscula isla de Nauru, lo que ha llevado a la ruina a uno de los países con una renta por per más alta del mundo, las causas de su bancarrota son aplicables a nosotros. La contaminación y desertización del suelo y la sobreexplotación pesquera hace que disminuya la producción de alimentos y que sea obligado la importación de otros que no son de la calidad de los de proximidad. Esto contribuye a incrementar la presencia de enfermedades características del mundo occidental opulento y de los países emergentes. El estado de bienestar que favorece la riqueza contribuye a que se pierdan muchos empleos por considerarlos indignos de nosotros. El bienestar económico incita al consumo sin moderación de productos no esenciales que conduce al endeudamiento y a depender de los acreedores, dependencia de consecuencias nefasta porque se han convertido en sus esclavos. Los gobiernos invierten en obras faraónicas que no generan riqueza, todo lo contrario empobrecen a la población porque es dinero público que se lanza en los vertederos. El caso Nauru debería ser motivo de reflexión en las sociedades occidentales.

La enseñanza que se puede extraer de la ruina de Nauru es que debemos preocuparnos seriamente de mantener sano el ecosistema, que debemos ser sobrios y no alargar el brazo más que la manga. La sobriedad en todos los aspectos es una buena medicina para curar las enfermedades sociales que no se saben como solucionar. Los políticos en concreto deberían aplicar las políticas que convienen a los ciudadanos y no para conseguir votos que los perpetúen en el sillón. <i>Tú diste alegría a mi corazón, mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto</i> (Salmo 4:7).

Octavi Pereña i Cortina

 

JUAN 21:22


“Jesús les dijo: Si quiero que él queda hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú”

La voluntad del Señor es individual y diferente para cada persona. El Espíritu Santo reparte los dones a cada uno “como Él quiere”. El apóstol Pablo cuando en 1 Corintios 12 imparte la enseñanza del repartimiento de dones por el Espíritu Santo deja bien claro la libertad que tiene Dios de dar dones a los suyos como mejor le parezca, pero no lo hace de manera caprichosa , al azar, dejando un resultado imprevisible. El repartimiento de dones lo hace teniendo en cuenta un objetivo concreto. En la carta a que nos referimos el apóstol Pablo emplea la analogía del cuerpo para que los lectores puedan entender la lógica que tiene el Espíritu Santo al repartir dones “a cada uno en particular como Él quiere”.

Es ilustrador que el apóstol use la analogía del cuerpo para enseñar el funcionamiento de las iglesias. El cuerpo actúa de manera piramidal. En el vértice superior se encuentra el cerebro de donde emanan las órdenes que deben cumplir los diversos miembros “para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros” (v.25).

El apóstol no escribe a los corintios para enseñarles fisiología. Redacta la carta para que las iglesias aprendan a funcionar como cuerpos, cada miembro actuando en función al don recibido, por cierto, cada creyente recibe un don distinto para realizar una tarea distinta. Se dan diversidad de dones, diversidad de ministerios, de operaciones, “pero Dios que hace las cosas en todos es el mismo” (v.6).. “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho” (v.7). La iglesia está sujeta a Cristo porque es su Cabeza. No hay alternativa. Si la iglesia no acepta la soberanía absoluta de Cristo podrá autodenominarse iglesia. Tendrá a apariencia de estar viva. Realmente está muerta.

El capitulo 12 se Corintios no lo escribió Pablo para ser un tema de debate entre teólogos. Lo escribió con el propósito de que todos los cristianos reflexionemos sobre el tema con el propósito de que nuestras vidas se ajusten a la voluntad del Señor. La palabras que Jesús dirige a Pedro poco antes de su ascensión a los cielos para sentarse a la diestra del Padre: “Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú”, nos las dice también a nosotros. Dejemos de preocuparnos  y criticar lo que hace el hermano. Preocupémonos de hacer trabajar cada uno de nosotros el don/dones que nos haya dado el Espíritu Santo. Si en vez de guardarlos bajo tierra para no perderlos los hacemos trabajar, los incrementaremos y las iglesias florecerán y darán fruto abundante. Si las envidias que tanto daño producen las arrojaremos al cubo de la basura  y las dejamos allí quietecitas  no interferirán en la buena marcha de las iglesias.


JUAN 2:24,25


“Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, porque Él sabía lo que había en el hombre”

En el momento de escribir este comentario es el 15 de noviembre. La publicidad ya se encarga de despertar en las personas el deseo de comprar impulsivamente cosas que no se necesitan. Pero es Navidad y el materialismo imperante debe camuflarse revistiéndolo de un barniz cristiano. Villancicos acompañan a la publicidad. El nombre de Jesús resuena por doquier. Los comercios adornan sus escaparates con belenes.

Era una Pascua. Jesús estaba en Jerusalén. Multitudes se congregaban en la Ciudad Santa para cumplir con el ritual religioso establecido. Isaías anuncia con estas palabras cómo sería el Mesías que había de venir: “Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis, he aquí vuestro Dios viene con retribución, con pago. Dios mismo vendrá y os salvará. Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo…” (Isaías 35:3-6).

A lo largo de su ministerio público Jesús hizo muchos milagros que confirmaban que era el Mesías prometido. Los testigos de las señales que hacía Jesús le aclamaban. En el texto que comentamos no dejó de hacer los milagros que atestiguaban su divinidad, “pero Jesús no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues Él sabía lo que había en el hombre”.

Con un poco de imaginación podemos representar en nuestras mentes el trajín religioso que  se daba durante la celebración de la Pascua. Podemos imaginarnos a los mercaderes vendiendo animales para los sacrificios y a los peregrinos llegados de diversos lugares cambiando sus monedas nacionales por las de curso legal en el templo. El fervor religioso hervía. Todo ello, a los ojos de Jesús no era nada más que una pantomima, puro teatro. Jesús no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie diese testimonio del hombre, pues Él sabía lo que hay en el hombre”

Traslademos el trajín de la Pascua judía con el nombre de Jehová a flor de labios de los “fieles” con el ajetreo de la Navidad cristiana, comprando impulsivamente para satisfacer la sensualidad,  con el nombre de Jesús en los labios de las multitudes. No existe diferencia alguna. Jesús no se traga el anzuelo de la religiosidad cristiana porque sabe lo que hay en el hombre. “Si no os arrepentís todos pereceréis igualmente”

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dilluns, 17 de novembre del 2014


MATEO 26:41


“Velad y orad, para que no entréis en tentación, el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”

Jesús se encontraba ante la puerta de la crucifixión para salvar al pueblo de Dios. Se acercaba el momento crucial de la encarnación del Hijo de Dios. Las últimas horas de Jesús antes de afrontar el cruel sacrificio de morir en la cruz ponen de manifiesto su genuina humanidad. Jesús es consciente del terrible dolor que se le avecina: dolor físico, dolor espiritual por asumir la carga del pecado del pueblo de Dios incrementado por el hecho de tener que sentirse solo ante el abandono del Padre. Jesús tiene que afrontar con la más absoluta soledad el precio de tener que redimir al pueblo de Dios de su pecado.

En su momento Jesús pronunció estas palabras: “Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis” (Juan 13:15). Jesús es nuestro modelo en todo. Por tanto también debe serlo en lo que atañe a la oración. Finalizada la cena pascual Jesús acompañado de los once discípulos se dirigen hacia Getsemaní. Llegados a destino Jesús dice a sus discípulos: “Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro” (v.36). Premeditadamente Jesús se separa de sus discípulos para estar a solas con su Padre: “Comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera”  (v.37). A Pedro y a los hijos de Zebedeo que separó del grupo les dice: “Mi alma está muy triste, hasta la muerte, quedaos aquí y velad conmigo”  (v. 38). El dolor que lacera el corazón de Jesús es tan intenso que no existe persona que pueda consolarlo. Se aparta de ellos para orar intensamente. Se acerca a los discípulos privilegiados y los encuentra durmiendo. Le dice a Pedro: ”¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad para que no entréis en tentación, el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil” (vv. 40,41). En dos ocasiones sucesivas Jesús se acerca a sus discípulos para encontrarlos durmiendo. Jesús no pudo ser confortado por sus discípulos en un momento de gran sufrimiento. Pero deja un mensaje claro para nosotros: “Velad y orad, para que no entréis en tentación, el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”. En el mundo infectado por el pecado el sufrimiento es inevitable. La carne es débil. Precisamente porque somos paja zarandeada por el viento debemos orar. Tal vez nos dormimos mientras oramos. En nuestra debilidad debemos orar. Jesús fue abandonado por su Padre cuando colgaba en la cruz.. La soledad absoluta fue el precio que pagó para no dejarnos huérfanos y, entretanto está sentado a la diestra de su Padre intercediendo por nosotros.

“Ejemplo os he dado” dijo Jesús. Imitémosle orando intensamente en todo tiempo. Nuestra debilidad lo exige.


MATEO 26:75


“Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo me negarás tres veces. Y saliendo fuera lloró amargamente”

La triple negación de Pedro diciendo que conocía a Jesús fue precedida por el orgullo que manifestó cuando le dijo que lo haría: “Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré” (v.35). Se le da mucha importancia a la triple negación de Pedro, que la tiene. Pero el versículo en el que Pedro afirma que estaría dispuesto a morir antes que negar al Señor, finaliza así: “Y todos los discípulos dijeron lo mismo”. ¿Qué hubiese ocurrido si en vez de ser Pedro el autor de la triple negación, hubiese sido uno cualquiera de los otros diez? Dado que se escondían en la madriguera “por miedo a los judíos” , en el caso de que uno de ellos hubiese estado calentándose en el fuego encendido en le patio del palacio del sumo sacerdote, habrían hecho lo mismo.

El orgullo no es un pecado periférico que podamos mirarlo con indiferencia. El orgullo estaba latente en los corazones de Adán y Eva que se manifestó cuando atendieron al engaño de la serpiente que les dijo que si comían del árbol del conocimiento del bien y del mal serían como Dios. Comieron y se vieron desnudos. El orgullo los mató. Si el orgullo estaba latente en Adán antes de pecar, ¿cómo no lo va a estar en  nosotros  que hemos sido concebidos en pecado?

Jesús dijo a sus discípulos: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mateo 11: 29). El aprendizaje de la humildad que debe caracterizar a los cristianos no se consigue leyendo libros que tratan del pecado del orgullo. La teoría no convierte en humilde a las personas. No es el pensamiento positivo lo que nos hace humildes. Ni tan siquiera se  consigue la lectura de la Biblia, cuyo contenido debe ser el pan de cada día. Es la presencia del Espíritu Santo en el creyente lo que hará que el orgullo vaya desapareciendo para dar paso a la humildad que nos asemejará a Jesús. Con ella se dará gloria a Dios.

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INFIDELIDAD


<b>El césped del jardín del vecino siempre aparenta ser más verde que el propio</b>

Un tal Carlos escribe a Ramiro Calle en estos términos: “Estoy felizmente casado, pero hace dos años que conocí a otra mujer y empezó una relación que todavía dura. Amo a mi esposa y amo a la otra mujer, y las dos me aman. Las necesito a las dos. Las dos me proporcionan el equilibrio personal y la estabilidad emocional que necesito y viceversa. Soy consciente de que lo que le hago a mi mujer no está bien, pero es que no puedo renunciar a los encantos de la otra mujer que tiene 33 años y le doblo la edad. ¿Cómo resolvería usted este problema?

La primera pregunta que nace de esta declaración es: ¿Está felizmente casado Carlos? Pienso que no ya que si lo estuviese no se habría dejado atrapar por una mujer de 33 años a quien dobla la edad, relación que sabe que no está bien porque reconoce que le hace un feo a su esposa. La atracción hacia el otro sexo es inevitable pero sí se puede evitar la infidelidad espiritual que conduce a la física. No se puede impedir que los pájaros revolotean encima de nuestra cabezas pero sí que podemos evitar que aniden en ella. Jesús lo dice con toda claridad: “Todo aquel que mira a una mujer para codiciarla, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón” (Mateo 5:28). El contexto inmediato es contundente: “Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti, pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo seas arrojado en el infierno” (v.29). En estos tiempos de relajamiento sexual no se tiene en cuenta la ética sexual que enseña Jesús. Lo que importa es la gratificación de los sentidos sin tener en cuenta si se traspasa la línea roja. Pienso que Calle acierta cuando le dice a Carlos: “Es muy común que después de una larga relación de convivencia la pasión se extinga y el deseo sexual decaiga. Y este acostumbra a ser el inicio del problema”. El debilitamiento de la pasión y la atracción sexual que ejerce otra mujer sí que puede ser el inicio del problema si no se tiene en cuenta lo que dice Jesús la máxima autoridad moral: “Si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo”, manera metafórica de decir: aparta la mirada de la mujer que te puede arrastrar a la infidelidad de hecho. La sociedad actual mediante la ayuda de los medios de comunicación presenta de manera muy idílica la infidelidad conyugal en nombre del amor, cantarela que de tan repetida se llega a la conclusión que debe ser verdad. Pero Jesús no dice que la infidelidad conduzca al gozo personal sino que el resultado es ser “arrojado en el infierno”. El adulterio jamás conduce a un final feliz como nos quieren hacer creer quienes defienden la infidelidad conyugal apelando al comportamiento de alguna especies animales que no son monógamas.

A la infidelidad conyugal siempre le acompaña la mentira. Carlos se sincera cuando dice: “Soy consciente de que lo que le hago a mi mujer está mal”. ¿Hasta que punto decadencia moral ha llegado Carlos que reconociendo que está haciendo algo malo a su esposa persista en cometerla? Sigue diciendo: “Es que no puedo renunciar a los encantos de la otra mujer” La mentira no es el camino correcto para mantener una buena relación con el cónyuge. La mentira afecta negativamente las relaciones conyugales. Más pronto o más tarde la esposa descubrirá el engaño. El humo que produce el fuego que se encendido a escondidas tarde o temprano sale a la superficie. Mirar con deseo de poseer a una mujer que no es la propia esposa es como poner una trampa en la que cae el trasgresor. El libro de Proverbios se refiere muchas veces  al problema que plantea Carlos. Al lector que se deja influenciar por la ética sexual que impera hoy le recomiendo que lo lea. No le ocupará mucho tiempo y le será muy provechosa si es que tiene problemas de infidelidad conyugal y desee solucionarlos.

¿Cómo resolverá usted esta cuestión?  le pregunta Carlos a Calle. Éste con muy buen criterio le dice: “A veces escoger es muy difícil, claro que sí”. Carlos se ha metido en un buen berenjenal poniendo lo ojos en donde no debería haberlos puesto. Pide consejo para quitarse los quebraderos de cabeza que le han provocado su errónea decisión. Calle le dice: “Debes reflexionar” ¿Sobre  que base debe cavilar? ¿Dónde encontrar la plomada que le indique la rectitud o incorrección de su reflexionar? En la Biblia Carlos encontrará la luz que necesita para resolver el problema que le ha provocado dejarse guiar por sus sentimientos egoístas en vez de la sensatez que proporciona la Palabra de Dios. ¿Está seguro Carlos que quiere hacer justicia a su esposa si afirma que “no puede renunciar a los encantos de la otra mujer? Un texto que puede servir de plomada para los que como Carlos se han metido en un pantano de aguas cenagosas y que se preguntan cómo salir de ellas: “La iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos. Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos, de que su iniquidad  no será hallada y aborrecida” (Salmo 36:1,2). La plomada de la palabra de Dios que indica si se edifica bien o mal la propia vida dice que la infidelidad conyugal es pecado del cual el infractor debe arrepentirse  y corregir su estilo de vida equivocado si es que desea resolver el problema de conciencia que le agobia. Si no se hace así el problema se enquista y a medida que pasa el tiempo se hace más difícil solucionarlo.

Octavi Pereña i Cortina

 

dilluns, 10 de novembre del 2014


SOLEDAD


 

<b>La soledad espanta pero si se sabe escogerla es el remedio para una vida gratificante y merecedora de ser vivida</b>

“Silencio y soledad son dos nombres del siglo XX. Se adecuan a la era victoriana de la punta y zapatos con botones y lámparas de petróleo más que a nuestra época de la televisión y el video y personas que hacen footing empalmadas a unos audífonos. Nos hemos convertido en personas que aborrecen la soledad y nos encontramos mal estando solos”, ha escrito <b>Jean Fleming</b>.

Se dan dos tipos de soledad: la ordinaria y la del ser. La ordinaria la escogemos voluntariamente en momentos puntuales: cuando deseamos hacer un trabajo que requiere silencio  y aislamiento porque necesitamos concentrarnos en una tarea determinada. En el momento de redactar el borrador de este escrito estoy solo. No oigo ningún ruido que me distraiga. Nos aislamos cuando deseamos leer algo que requiera concentración. Es muy difícil coger y leer un libro que requiera atención total rodeados de criaturas que no se están quietas y no paran de gritar o con la radio o el televisor funcionando. En situaciones puntuales que exigen evitar distracciones escogemos la soledad. Después volvemos al sarao de la vida diaria. No podemos vivir recluidos permanentemente en una ermita el la cima de una montaña.

La soledad que verdaderamente nos interesa no es la ordinaria que escogemos a conveniencia, es la del ser, la existencial, la del alma, aquella que no debería estar presente en nuestro interior, que no desaparece ni estando en compañía de personas amadas con las que podemos mantener conversaciones sobre temas interesantes: filosóficos, religiosos, políticos o intranscendentes como el fútbol, el glamour de Hollywood o las intimidades de los famosos que se divulgan en las tertulias televisivas. Un maestro indio dijo: “mil personas andando por un camino, mil soledades andando juntas”. Es una  buena descripción de la sociedad actual: multitudes caminando empalmadas a unos audífonos o distraídas por las calles tecleando sus móviles. Muchas personas lo primero que hacen al despertar por la mañana es encender la radio o el televisor. Sus oídos que no pueden soportar la soledad interior intentan mitigarla oyendo voces que no escuchan. Los sonidos les hacen sentir acompañados, sólo aparentemente. Se dan personas que para huir de la soledad interior que las incomoda incorporan en sus vidas el yoga y otras técnicas de meditación importadas de Oriente, sin conseguirlo.

La soledad del alma no la puede llenar nada que sea de carácter material aún cuando se lo bautice de espiritualidad oriental o cristiana porque al fin y al cabo consiste en reglas que se deben cumplir inexorablemente y que afectan a la psique pero no al alma. Para eliminar la soledad del ser solamente puede conseguirse manteniendo una relación íntima con el Señor Jesucristo que garantiza a sus discípulos que no se quedarán huérfanos cuando los deje al irse con el Padre. Les asegura que les enviará al Espíritu Santo que morará en sus corazones y que les recordará todas las palabras que les dijo cuando enseñaba a sus seguidores durante su transito por las regiones de Israel. Jesús, espiritualmente estará con los suyos en todo momento. Quienes creen en Él jamás se sentirán solos. La presencia espiritual de Jesús en sus almas los animará en las dificultades y encontrarán en Él el amigo que aliviará sus angustias al compartirla con Él.

La promesa de Jesús de no dejar huérfanos a sus discípulos no es una oferta generalizada a todas las personas, está limitada a los que creen en Él ya que es la única posibilidad de recuperar la intimidad con Dios perdida en el paraíso debido al pecado de Adán, nuestro primer padre. “Yo soy el camino”, dijo Jesús, “que conduce al Padre”. La soledad del alma es la consecuencia de haber perdido la amistad con el Padre de Jesucristo. Creyendo en Jesús se recupera la amistad perdida con Dios. Fruto de la amistad recuperada se inicia una relación íntima que se va profundizando con el tiempo. La amistad con Dios recuperada se perfecciona con el aislamiento voluntario en momentos puntuales del día, alejándose del mundanal ruido perturbador para dedicarlos a la lectura de la Biblia y en la soledad escogida escuchar la voz de Dios que de manera suave habla en el espíritu de la letra leída. Durante el recogimiento se reflexiona en lo que se lee y se abre el corazón para que la presencia espiritual del Señor libere de las angustias que acompañan el hecho de ser pecadores que viven en un mundo manchado por el pecado. Restablecida la amistad con Dios por la fe en Jesucristo que es el remedio contra la soledad existencial que erosiona al alma,  Dios deja de ser un concepto filosófico para ser debatido en las tertulias de sabios para convertirse en una relación de tú a tú con el Creador y Salvador”.

Octavi Pereña i Cortina