dilluns, 22 de desembre del 2014


SALMO 91:4


“Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro, escudo y coraza es su verdad”

Las personas, sea cual sea su condición social necesitan un castillo fuerte donde refugiarse. Necesitan la Roca donde poner los pies que las guarde de las inundaciones y lluvias torrenciales. En todas las clases sociales: tornados, tifones, ríos turbulentos,  amenazan su estabilidad. Los unos, debido a las crisis tienen dificultades para llegar a fin de mes y depende su supervivencia de las ayudas que puedan recibir de las instituciones privadas o gubernamentales que se dedican a este menester. Los otros, los que pertenecen a la clase opulenta no tienen problemas de dinero y pueden derrocharlo. Ah, pero tienen dificultades familiares. Han sobreprotegido a los hijos  y les han dado todo lo que han querido. No han puesto limitaciones a sus deseos. Por todo ellos los han convertido en pequeños dictadores que son aguijones en las vidas paternas. Las infidelidades conyugales son vendavales que flagelan sus rostros y los hijos drogadictos piedrecitas en los zapatos. Pobres y ricos, sin distinciones necesitan ayuda. La asistencia social no basta para los pobres. El dinero y el poder son insuficientes para aportar estabilidad a los potentados. El salmo 91 nos invita a apartar nuestros ojos de la caña cascada que atraviésala mano cuando nos apoyamos en ella y en ella buscamos la ayuda que no puede prestarnos . Todo lo contrario, nos abandona en el momento en que más necesitamos que alguien tienda su mano para ayudarnos. El salmo que comentamos nos invita a que busquemos refugio debajo de las alas del Altísimo donde estaremos seguros y bien protegidos.

El texto que comentamos nos lleva al Nuevo Testamento en donde Jesús muestra la ternura que almacena su corazón y expone el deseo de que Israel abandone la insensatez  de hacer caso omiso a la persistente llamada de Dios a que se recoja bajo sus alas: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas ,y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de sus alas”. Jesús pinta una escena bucólica en la que la gallina cuando olfatea el peligro y ve amenazados  sus polluelos se arrellana, extiende sus alas y con el sonido especial de peligro alerta a los polluelos de la amenaza y se apresuran a cobijarse bajo las alas protectoras de la gallina. Estos pequeñuelos indefensos nos dan una lección de obediencia. Jesús tiene que censurar a sus conciudadanos: “No quisisteis”. ¡Que triste que vayamos dando trompicones en nuestra huida del peligro cuando el Señor extiende sus alas protectoras en donde podemos encontrar refugio seguro, nos neguemos a aceptarlo!


JUAN 1: 1,14


“En el principio era el Verbo…Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”

Génesis y el evangelio de Juan comienzan igual: “en el principio”. En “el principio” de Génesis “Dios creó los cielos y la tierra”. Juan al decir “en el principio era el Verbo” nos transporta  a antes de la creación de los cielos y la tierra. Nos está diciendo que el Jesús que presenta existe desde antes de la fundación del mundo. En definitiva que es Dios. Que todo lo creado existe porque el unigénito Hijo de Dios lo creó con su palabra. Jesús dijo y fue.


Juan nos dice que el Verbo que anuncia fue hecho carne y habitó entre nosotros. “No estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres, y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:6-8).

Juan el Bautista cuando presentó el Verbo que era Dios lo hace así: “He aquí el Cordero de Dios” (Juan 1:36). Desde el principio de la historia se anuncia que la simiente de la mujer liberaría al pueblo de Dios de sus pecados. No dice el texto de Génesis que sería la simiente del hombre quien lo conseguiría, no,  sino la simiente de la mujer , lo cual significa que el nacimiento de esta Simiente sería de manera sobrenatural. María le pregunta al ángel cómo seria posible que concibiese siendo virgen. Recibe esta respuesta: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios” (Lucas 1:35).

Por amor al pueblo de Dios, el Unigénito del Padre se hace carne en el seno de la virgen María con el propósito de que siendo el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, se ofrece en sacrificio para perdonar los pecados de quienes son pueblo de Dios.

Navidad y Gólgota son las dos caras de la misma moneda. La salvación prevista por Dios antes de la fundación del mundo no es posible si una de ellas no existe. El gozo de la Navidad depende de que quien la celebra tenga en cuenta el Calvario. Por ello que no debe extrañarnos que la Navidad vaya acompañada de depresiones, angustias, conflictos familiares porque a los celebrantes les falta el Gólgota, es decir, el perdón de los pecados por la fe en el Cristo crucificado la sangre del cual limpia todos los pecados. La persona que sea purificada por la sangre recibe el gozo del Señor. ¿Se ve el gozo del Señor en las multitudes que celebran la Navidad de manera pagana?

http://octaviperenyacortina22.blogspot.com

 

 

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