JEREMÍAS 50: 38
“Sequedad sobre
sus aguas, y se secarán porque es tierra de ídolos, y se entontecerán con
imágenes”
Estas palabras de Jeremías no van dirigidas
contra Judá sino contra la pagana Babilonia. Esto es una evidencia de que los
ojos del Señor están puestos no solamente en su pueblo, también en las naciones
gentiles. Con el cambio climático que afecta a toda la Tierra y especialmente
la sequía tan amenazadora que nos sobresalta, es urgente que reflexionemos en
este texto que es la base de ese comentario.
“Sequedad sobre
sus aguas” que
hará que “nunca más sea poblada ni
habitada por generaciones y generaciones” (v. 39). El profeta dice que la “sequedad sobre sus aguas será porque es
tierra de ídolos y se entontecerán con
imágenes”. Nuestro país “es tierra de
imágenes” porque los representantes de la religión oficial se han encargado
de enseñar durante siglos que la idolatría es la manera correcta de adorar a
Dios. El Señor es claro al respecto: “No
tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza
de lo que este arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las agua debajo
de la tierra” (Éxodo 20: 3, 4). No es de sabios ser idólatra y propagarla. “Se entontecen con imágenes”.
El Antiguo Testamento narra diversas sequías
que fueron el resultado de que los pueblos abandonaron al Dios creador de los
cielos y la Tierra y de todo lo existente por adorar a dioses que no son Dios.
Todos estos relatos han quedado registrados en las páginas de la Biblia con el
propósito de culturizarnos y tengamos recuerdo de ellas únicamente como hechos
históricos sin ninguna otra trascendencia. No. Han quedo registradas en las
páginas de las Sagradas Escrituras cristianas para que aprendamos de ellas la
lección espiritual que contienen. Dios nunca considera inocente al culpable. La
enseñanza es que Dios no consideró inocente a Babilonia y a los otros países
invadidos de ídolos. Las sequías que Dios les mandó se debieron a que no
quisieron escuchar los mensajes de los profetas que les enviaba de que se
arrepintiesen y no quisieron escuchar. No se tomaron seriamente el mensaje de
arrepentimiento que proclamaban los siervos del altísimo lo cual incendió la
ira divina. Habiendo visto las barbas de nuestros antepasados pelar pongamos
las nuestras a remojar. Los imperios antiguos no hicieron caso de los avisos
proféticos y desaparecieron del mapa. Otros ocuparon el vacío que dejaron. Así
ha sido hasta nuestros días y así seguirá siendo hasta que el Señor anuncie el
fin del tiempo para dar entrada al reino de Dios eterno. Se va acercando el día
que tanto como naciones o como individuos nos veremos obligados a abandonar el
escenario. Aún estamos a tiempo de arrepentirnos desconocemos con exactitud el
día y la hora en que nos veremos obligados a abandonar el escenario. La antigua
Nínive disponía de cuarenta días para arrepentirse. Lo hizo a la predicación de
Jonás y se salvó de ser destruida por unos ciento cincuenta años. El futuro
está en nuestras manos. ¿Qué haremos?
EFESIOS 4: 30
“Y no
entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el
día de la redención”
El texto que comentamos se refiere al
presente del verdadero cristiano que es guardado por Dios para el día de la
redención que no es otro que el día de la resurrección cuando Jesús acompañado
de la multitud de los santos vendrá a buscar a su pueblo que en aquel momento
se encentre en la Tierra y en un abrir y cerrar de ojos serán revestidos de
incorruptibilidad y de inmortalidad para salir al encuentro del Señor.
El texto nos dice que quienes hayan nacido de
nuevo como hijos de Dios en adopción han sido sellados para el día de la
redención. ¿Qué significa que una persona ha sido sellada por el Espíritu
Santo? ¿Qué quiere decir que alguien que por la fe en el Nombre de Jesús se
haya convertido en templo del Espíritu Santo? El apóstol Pablo da respuesta a
estas peguntas: Cristo que murió y resucitó está a la diestra del Padre
intercediendo por él. Dice algo muy importante que tenemos que tener bien
asumido: “Como está escrito. Por causa de
ti somos muertos todo el tiempo, somos contados como ovejas de matadero. Antes,
en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Por lo cual estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni
principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo
profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que
en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8: 36-39).
Ahora que sabemos que si somos hijos de Dios
en adopción por la fe en Jesús tenemos la certeza que nada ni nadie nos podrá
arrebatar nuestra condición de hijos de Dios. En otras palabras: NO PODEMOS
PERDER LA SALVACIÓN. ¿Podemos vivir de cualquier manera? ¿Podemos
comportarnos de manera que
entristezcamos al Espíritu Santo? El apóstol nos dice que tenemos que
vestirnos: “Del nuevo hombre, creado
según Dios en la justicia y la santidad de la verdad. Por lo cual desechando la mentira, hablad
verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros…Ninguna
palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes…Quítese de vosotros
toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed
benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios
también os perdonó a vosotros en Cristo” (vv. 24-32).
Si queremos vivir en cristiano no nos dará
tiempo para aburrirnos. Luchar contra el pecado que nos asedia no lo va a
permitir.
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