diumenge, 23 d’abril del 2023

 

EL BUEN PASTOR

<b>Si no existe vida eterna, ¿qué valor tiene la vida?</b>

“Una de las cuestiones clave a las que nos tenemos que enfrontar es si nuestras vidas acaban después de la muerte. La creencia en la eternidad determina nuestros hechos. Por lo tanto, es crucial determinar qué hay de mortal en nosotros, qué hay de eterno, y que atesoremos la parte eterna. La mayoría de las personas hace todo lo contrario” (<b>Blaise Pascal</b>).

He aquí el dilema: existencia más allá de la muerte o aniquilación en la muerte. Empezaremos por la segunda opción. Quienes no creen en Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo se consideran animales evolucionados que mueren como lo hacen las bestias. Sus cuerpos sirven de nutrientes que favorecen el crecimiento de las plantas y así la vida animal pueda seguir existiendo. En el fondo no están seguros de que su final sea este. Si la muerte es súbita como la de aquellas personas que mirando un partido de futbol en la tele cierran los ojos para no volver a abrirlos, o como la de aquellos que se acuestan y ya no despiertan, consideran que es la mejor manera de morir. No sufren y no hacen sufrir a los suyos.

El final no es siempre así. Para estos casos existen los equipos de atención domiciliaria cuyo trabajo “consiste en acompañar al final de la vida, permitiendo que salgan los miedos que uno no sabe a quién explicar cuando uno tiene una enfermedad avanzada y esté cerca la muerte. Ofrecer confort y vías para morir en paz, proporcionar todas las herramientas posibles para adaptarse a una situación que no se resuelve con medicinas” (<b>Ana Mcpherson</b>). Los miembros de los equipos de atención domiciliaria dan soporte emocional en quienes sufren dolencias de larga duración y, de alguna manera contribuyen a bien morir. Para muchos enfermos terminales el único soporte que tienen es el de sus familiares  y de los miembros de los equipos de atención domiciliaria que los ayudan en el viaje a la aniquilación de la mejor manera posible.

Por lo que hace a quienes creen en la existencia más allá de la muerte, me referiré en quienes creen en Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que es un Dios personal con quien el creyente puede mantener comunicación. Por un lado Dios habla por medio de la Biblia que, con sus palabras vivificadas por el Espíritu Santo se convierte en el libro de cabecera que conforta en los momentos en que la enfermedad angustia.

Pero la relación es bidireccional. De parte del creyente tiene a su disposición la oración. Mediante esta herramienta el creyente que yace en el lecho del dolor expone sus sentimientos al Padre celestial que le escucha de la manera  que solamente Él sabe hacerlo. Le unge con el bálsamo que mitiga el dolor del alma. La paz de Dios que sobrepasa  la comprensión humana, le invade. Además cuenta con las plegarias de los hermanos en la fe que son un refuerzo añadido ya que los creyentes en Cristo forman un solo cuerpo: “Y si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él” (1 Corintios 12: 26).

Una oración bíblica de la que se hace un mal uso porque se pronuncia en los funerales y acompaña los recordatorios. También se nos hace familiar por su presencia en los <i>westwerns</i>, el salmo 23 conocido como “el Señor es mi Pastor”. Digo que se hace un mal uso de este poema porque los difuntos no necesitan de nuestras oraciones intercesoras porque con el deceso queda sellado el destino eterno. Las oraciones a los difuntos no pueden influir en ellos.

El Salmo 23 memorizado  y recordado durante la duración de la enfermedad terminal sirve de mucho consuelo porque nos recuerda el misericordioso amor de Dios. Su autor, el rey David, durante su reinado sufrió muchas penalidades. Desconocemos por cuál de ellas escribió el poema. Mejor que sea así porque ello nos impide que seamos tentados a aplicarla en una en concreto y dejarnos desprotegidos del resto, que no son pocas.

Dice así el salmo: “El Señor es mi Pastor, nada me faltará/  En lugares de delicados pastos me hará descansar, junto a aguas de reposo me pastoreará. / Confortará mi alma, me guiará por sendas de justicia por amor de su Nombre. / Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo, tu vara y tu cayado me infundirán aliento. / Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores, unges mi cabeza con aceite, mi copa está rebosando. / Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días”.

¿No es una riqueza de valor incalculable saber que Jesús que es el Buen Pastor que dio su vida por las ovejas nos acompañará lo largo de todos nuestros días y de manera especial cuando la enfermedad terminal haga estragos en nuestro cuerpo?

Octavi Pereña i Cortina

27 de marzo 2023

 

 

 


 

IDOLATRIA VENCIDA

<b>”Es cierto que existen dioses pero lo que la multitud cree de ellos no es cierto” (Epicuro)</b>

Un breve escrito titulado <i>Madre de Dios alcaldesa</i> me lleva transcribir esta cita del profeta Jeremías: “Así dice el Señor, ¿qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad, y se hicieron vanos?” (2:5). Vanidad en lenguaje bíblico significa idolatría. Israel tan pronto como fue liberado de la esclavitud egipcia, cuando según el pueblo, no sabía que se había hecho de Moisés, el guía humano que los condujo durante la travesía del desierto, porque tardaba en descender de la cumbre del Monte Sinaí en donde se había retirado para recibir instrucciones de Dios y recibir las tablas de la Ley. El pueblo que no tenía ojos para ver la Invisible dijo a Aarón. “levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros, porque Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya sucedido. Y Aarón les dijo: “Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas  y los trajeron a Aarón, y él tomó de sus manos y le dio forma con el buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses que te sacaron de la tierra de Egipto” (Éxodo 32:1-4).

La Biblia enseña que el pueblo de Dios tiene que andar por fe, no por vista. En el momento en que la fe desaparece surge la necesidad de hacerse imágenes que pretenden representar a la divinidad. Lo mismo le ha sucedido a la Iglesia. En el momento en que los apóstoles dejaron este mundo, siguiendo el ejemplo de Israel a la muerte de Moisés, el virus de la idolatría se fue introduciendo en ella de manera solapada hasta que el emperador Constantino proclamó el edicto de Milán en el año 313, en que se concedió al cristianismo carta de derecho legal. Este edicto facilitó la entrada masiva en la Iglesia de personas paganas y con ellas se introdujo la diversidad de deidades que se cristianizaron y a las que se les rindió culto. Abominación a los ojos del Señor que ha persistido hasta nuestros días: “No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté en cima en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás, porque yo soy el Señor tu Dios, fuerte celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen” (Éxodo 20: 3-5).

La idolatría se comporta como un virus que se extiende por todo el tejido social. No se limita a hacer estragos en el seno eclesial. Sale de sus entrañas e influye en quienes abiertamente se declaran no cristianos. Por  mimetismo hacen actos de reverencia a las imágenes prohibidas por Dios. Sale del ámbito privado para instalarse en el institucional. De ello  tenemos ejemplos diversos. Recientemente se ha dado un nuevo caso en el municipio de Sant Vicenç dels Horts  que en el pleno municipal celebrado el 24 de noviembre de 2019 se aprobó nombrar <i>alcaldesa perpetua</i> a la Virgen de la Soledad “para conmemorar  los 20 años de la cofradía local, la del Cristo de la Soledad  y nuestra Señora de la Soledad, y reconocer todas las acciones que  ha venido haciendo para <i>engrandecer la semana Santa del municipio</i> (El Nacional, 27/11/2019).

El apóstol Pablo escribiendo a la iglesia de Roma, redacta: “Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración por Israel, es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a sabiduría” (Romanos 10.12).

Al referirse el apóstol al celo de Dios de Israel, es muy posible que tuviera en mente su pasado fariseo ultraconservador, que su celo sin sabiduría, lo impulsaba  a perseguir a los  cristianos para encarcelarlos o matarlos como en el caso de Esteban, el primer mártir de la era cristiana. El apóstol sigue escribiendo algo muy interesante, que de entenderse, conseguiría que el idólatra abandonara la  vanidad de la idolatría sin que nadie se lo prohibiese. Si alguien se convierte en hijo de Dios por adopción por la fe en Jesús, con sólo pensar en arrodillarse ante una imagen se le removerían las entrañas. He aquí lo que dice el apóstol: “Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han  sujetado a la justicia de  Dios” (v.3). Traducido significa que el idólatra ignora que Dios salva a los pecadores únicamente por la fe en Jesús muerto y resucitado y busca la salvación implorando a cristos, vírgenes, santos. En el momento en que cree en Jesús como el único camino que lleva a Dios, Dios por la sangre derramada de su Hijo en el Gólgota, borra todos sus pecados. El perdón que Dios concede a quienes creen en su Hijo, pulveriza la idolatría almacenada en su corazón. Amanece a una nueva vida llena de esperanza.

Octavi Pereña i Cortina

17 de diciembre 2019


 

CIUDADANOS DE MONEYLAND

<b>No hay nadie que sea tan pobre como aquel cuya única riqueza sea el dinero</b>

Palabas que dicen mucho: “Porque los que quieren enriquecerse  caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y daños que hunden a los hombres en destrucción y perdición, porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se han extraviado de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo 6: 9,10).

KAP en una de sus viñetas ilustra el amor al dinero que es la raíz de todos los males, de manera muy entendedora: Sentado en una butaca un potentado, fumando un habano y en nombre de todos sus compinches, piensa: “Nos preocupa mucho el cambio climático por eso vamos reciclando a todos los ex políticos en los consejos de administración de nuestras empresas”.

<b>Oliver Bullough</b>, periodista y escritor que analiza las consecuencias de los paraísos fiscales resume en una frase lo encontrado fruto de su investigación: “Existe un paraíso virtual que te permite evitar cualquier ley”. La periodista <b>Ima Sanchís</b> que lo entrevista hace un resumen de las investigaciones de <b> Bullough</b>:”Se adentró en el mundo de los paraísos fiscales y se encontró con el país del dinero que llamó <i>Moneyland</i>, un sistema en el que los cleptócratas (personas con propensión patológica a robar) apátridas que campan a su aire. ¿Por qué tantos barcos navegan bajo la bandera de otros países? <i>Moneyland</i> les permite evitar las legislaciones laborales. Los funcionarios rusos prefieren construir puentes que valen millones de dólares antes que escuelas y hospitales? <i>Moneyland</i> les permite robar el 10% de los costes de construcción y que almacenan en el extranjero. ¿Por qué los billonarios viven en Londres? <i>Moneyland</i> les permite evadir impuestos  allá. ¿Por qué tantos extranjeros corruptos invierten en Nueva York? <i>Moneyland</i> protege sus bienes ante una posible confiscación.

Es del dominio público que los ladrones de cuello blanco no salen malparados de las sentencias judiciales, hechos que hacen enrabiar a las personas que a menudo culpan a Dios de su permisividad. Las personas se disgustan con Él porque desearían ver cómo trata con dureza a las personas que se apropian impunemente del dinero público. Los individuos que recriminan a Dios porque no actúa de inmediato para castigar a los ladrones lo hacen porque ignoran que “el Señor no tarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9). La paciencia de Dios hacia los malhechores no quiere decir que cuando crucen la línea roja que significa que el arrepentimiento ya no es posible, no vaya a descargar sobre los malvados todo el peso de su Ley.

Fíjese el lector de qué manera retrata el salmista a los ciudadanos de <i>Moneyland</i>: “No temas cuando alguien se enriquece, cuando aumenta la gloria de su casa, porque cuando muera no llevará nada, ni descenderá tras él su gloria. Aunque mientras viva, llame dichosa a su alma. Y sea loado cuando prospere, entrará en la generación de sus padres, y nunca más verá la luz. El hombree que está en honra y no entiende, semejante es a las bestias que perecen” (Salmo 44: 16-20). ¿Qué vergüenza que después de unos funerales majestuosos Dios considere que la muerte de los ciudadanos de  <i>Moneyland</i> se parezca a la de las bestias que perecen.

Jesús concluye sus enseñanzas sobre las riquezas con estas palabras: “Ningún siervo puede servir a dos señores, porque o aborrecerá al uno y amará al otro; o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Lucas 16: 13). Con  este epitafio Jesús retrata a los ciudadanos de <i>Moneyland</i> que por haber hecho pleitesía a las sotana rojas  y hecho cuantiosos donativos para ganarse el cielo y despedidos con funerales suntuosos, al abrir los ojos en la eternidad descubran que únicamente han trabajado por las riquezas que no pueden llevarse consigo en la eternidad.

“Y oían también todas estas cosas los fariseos que eran avaros y se burlaban de Él” (v.14). Un toque de atención a los clérigos amantes de las inmatriculaciones. Jesús relata la parábola de Lázaro y del rico que banqueteaba espléndidamente y se desentendía del mendigo Lázaro que comía las migajas que caían de la mesa del rico. Ambos fallecieron. El ciudadano de <i>Moneyland</i> al abrir los ojos en la eternidad descubrió que se encontraba en el infierno (vv.19-31). ¡Triste final para aquellos que únicamente vivieron para almacenar riquezas que no se pueden llevar a la eternidad!

Octavi Pereña i Cortina

3 de febrero 2020


 

¿ES UNA ILUSIÓN LA FELICIDAD?

<b>Dejemos de confundir felicidad con calidad de vida</b>

<b>Rosana Torres</b> pregunta a la actriz <b>Rosa María Sardà</b>. ¿La felicidad no es posible, cómo afirma en uno de sus relatos? La respuesta que da la actriz-escritora es muy categórica y refleja el sentir de muchas personas: “La felicidad auténtica solamente existe en la imaginación”. Según la actriz, la felicidad es una quimera. Cierto, la felicidad auténtica únicamente existe en la imaginación cuando se la busca en un rosario de placeres sensuales parecido al bienestar que tienen los bueyes cuando se les pone el pienso en el comedero. En aquel instante los bueyes gozan de la vida. Es muy pequeña la felicidad humana si se la comprar a la satisfacción que siente el buey cuando se le suministra un puñado de alfalfa. Los seres humanos no aceptan compararse con las bestias en sus satisfacciones. Como los humanos no sabemos otra manera de buscar la felicidad, lo intentamos como persiguiendo el viento que se les escapa por entre los dedos cunado se intenta atraparlo. Como todo lo que satisface a los sentidos no dura, se necesita intensificar la persecución de la felicidad porque las satisfacciones rápidamente desaparecen.

Intentar complacer los sentidos de la manera como el buey satisface los suyos cuando se le pone pienso en el comedero, nos lleva a pensar que la vida es muy desagradecida. No satisface porque el ser humano es mucho más que cuerpo. Sin saberlo se llega a la misma conclusión a que llega el autor de Eclesiastés cuando escribe: “Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas, y he aquí todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol” (2.11).

El dicho que dice que el hombre es el animal que tropieza dos veces con la misma piedra es una gran verdad. No haber aprendido la lección que nos da el primer tropiezo, es ser muy necio seguir tropezando con la misma piedra infinidad de veces. Gato escaldado del agua fría huye. El hombre<i>sapiens sapiens</i> que dicen los científicos  que es, de sabio no tiene nada. Los animales irracionales son más  inteligentes que nosotros. Hemos perdido el control cuando buscamos la felicidad persiguiendo la prosperidad material con la falsa esperanza de que el dinero y todas las cosas que se pueden adquirir  con él, nos la vayan a dar. El bienestar material nunca da lo que promete. Como alguien ha dicho: “Quien ama la plata no se saciará con la plata y quien ama la riqueza no sacará ninguna renta”. Los placeres sensuales no satisfacen y la persecución irracional de la felicidad satisfaciendo los deseos sensuales nos ha llevado al consumo insostenible de bienes materiales que nos han conducido al cambio climático que amenaza con destruir la Tierra y haciéndola inhabitable, cosa que malmete la prosperidad. A pesar de ello, no nos despojamos de nuestra insensatez y persistimos en la locura del consumo insostenible que además es incentivado por la publicidad que no tiene entrañas. En tanto no impere la sensatez seguiremos considerando que “la felicidad auténtica solamente existe en la imaginación.

Que Rosa María Sardà piense lo que quiera sobre la felicidad. Si piensa que la felicidad auténtica solamente existe en la imaginación, es libre de creerlo. Porque ella lo diga los demás no tenemos por qué pensar lo mismo.

Jesús en quien habita la plenitud de Dios es quien puede proveer la felicidad auténtica en quienes creen en Él ya que es el Camino que conduce al Padre. Dios dirigiéndose a nosotros mediante la pluma del autor de proverbios, nos dice: “Ahora, pues, hijos, oídme: felices los que guardan mis caminos” (8: 32). La felicidad que proporciona creer en Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo y guardan sus caminos, Jesús lo refuerza con estas palabras. “Cualquiera, pues, que oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la arena. Descendió  lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa, y no cayó porque estaba fundada sobre la roca” (Mateo 7: 24,25). Los contratiempos que tan a menudo nos hacen tambalear nada podrán hacer para robar la felicidad en aquellos que edificamos nuestras vidas sobre la Roca que es Jesús.

Octavi Pereña i Cortina


 

AMOR PACIFICADOR

<b>La falta del amor de Dios hace que las personas sean depredadoras de su prójimo</b>

El odio es un sentimiento que últimamente se ha banalizado con la implantación de la ley mordaza, supuestamente para luchar contra la incitación al odio. Para lo que realmente sirve es para imponer las normas de determinados grupos en el conjunto de la sociedad. Si la libertad de expresión es uno de los pilares de una sociedad democrática, la ley mordaza es una flagrante violación de dicho derecho. Se la debe combatir con firmeza.

La filosofa <b>Carlota Casiraghi</b> a la pregunta que le hace el periodista <b>Eusebio Val</b>: ¿Qué pasión negativa le angustia más?, responde: “El odio, el discurso del odio se infiltra por todas partes. Empieza con pequeñas frases, burlas, estigmatizaciones. Es lo que más me inquieta, excluir de la humanidad una parte de las personas. ¿Por qué se llega a pensar que a ellas no se les deben aplicar los derechos humanos? A mí esto se me hace insoportable. Hemos vivido hechos muy catastróficos de genocidios, y todavía existen muchos lugares  de extrema fragilidad en donde se puede desencadenar. Pienso que no somos suficientemente conscientes.

Con la aparición de internet y de la proliferación de las redes sociales se facilita la difusión del discurso del odio: “Un <i>hater</i> es una persona que difama, menosprecia y descalifica al contrario. Puede odiar por motivos políticos, religiosos, de género o raza, o sencillamente por motivos personales, aunque lo más habitual es que las víctimas sean miembros de colectivos y minorías. Siempre han existido personas con deseos de odiar. Con la llegada de internet  y las redes sociales (que es en donde nace la palabra <i>hater</i>, literalmente que odia) ha dado a estos individuos más tiempo para perseguir a las víctimas y obtener información sobre ellas, si son datos personales mucho mejor…¿Por qué odian tanto a <b>Greta Thumberg</b>? Porque no soportan que diga la verdad” (<b>Ramón Aymerich</b>).

El domingo 15 de diciembre de 2019 se suspendió el partido de futbol entre el Rayo Vallecano y el Albacete porque la afición radical del Rayo Vallecano conocida como <i>Bukaneros</i> calificaba reiteradamente de nazi al delantero del Albacete <b>Román Zozula</b>. Son diversos los jugadores que por su origen racial o por posicionamientos políticos, que se insultan en los estadios. Con la incorporación de la mujer en el deporte, árbitros mujeres y jugadoras “hayan tenido que escuchar insultos de <i>puta</i> hacia arriba por ser mujeres”.

<b>Daniel Fernández</b> hace una descripción del odio que creo pertinente reproducirla: “Hace ya un tiempo que hemos aprendido a ser prudentes y esquivos. Gracias que el afecto y al deseo de celebración y convivencia hace que la mayoría callemos nuestras opiniones y evitemos imponerlas en los otros. Pero no siempre es posible, me temo. Porque en los últimos años, podría ser casualidad, me ha tocado vivir más o menos de cerca unas cuantas experiencias  que no puedo considerar de otra manera que odio. Rectifico, no han sido tanto explosiones, ira como una breve locura, sino más bien la destilación amarga y venenosa de esto mismo, un odio, un veneno. Algo se está pudriendo dentro de algunas personas: una cosa fea, viscosa y en expansión, que los debilita moralmente y los incapacita racionalmente. I no de manera transitoria, esta es la diferencia, porque este odio tiene raíces que no desaparecen cuando disminuyen la fiebre y la inflamación y pasa el momento del vómito. Es un dolor personal y secreto que aparece en la superficie como revienta la burbuja fétida del pantano, exhalando un miasma que es en sí misma una enfermedad. Odio,  no solamente rabia o menosprecio…” Del texto destaco: “Algo se está pudriendo dentro de algunas personas: una cosa fea y viscosa y en expansión, que los debilita moralmente y los incapacita racionalmente”. ¿Qué es esta cosa fea, viscosa y en expansión”? Tiene un nombre: PECADO. A medida que el pecado endurece el alma, esta se insensibiliza e instigada por el diablo “que es homicida desde el principio”, impulsa a hacer el mal, no solamente de palabra, llegando incluso a la agresión física. El odio que es una variedad del pecado, solamente se le puede combatir con el amor, no de la manera que insinúa el eslogan: <i>haz el amor y no la guerra</i>. El antídoto contra el odio es el amor de Dios que nos enseña a hacer al bien no solamente a las personas que apreciamos, incluso a las que nos son desagradables. Las leyes anti odio no consiguen disolver esta cosa fea, viscosa y en expansión que es capaz de hacer tanto daño.

Octavi Pereña i Cortina

8 de enero 2020


 

LA HISTORIA SE REPITE

<b>Ima Sanchís</b> le pregunta a <b>Pere Portabella<b>, director de cine y político: ¿Qué ha entendido del ser humano? El político responde: “Todas las especies se adaptan al cambio excepto nosotros. Somos instintivamente depredadores”. Este concepto que el director de cine tiene del ser humano no gusta a mucha gente que lo consideran bueno  por naturaleza y culpan al entorno de su perversidad. Si no existiese el instinto depredador en el ser humano no se hubiesen cometido los genocidios que se han cometido a lo largo de la historia hasta nuestros días. No se sabría nada de campos de exterminio. Ignoraríamos la existencia de campos de reeducación de disidentes políticos como los que constan en China y Corea del Norte. La aplicación de la tortura para hacer confesar delitos que únicamente se encuentran en las mentes de los torturadores. Los gulags soviéticos…

<b>Víctor-M. Amela</b>  le dice a <b>Martí Domínguez</b> entomólogo y periodista de manera afirmativa: No reincidiremos en esta barbarie, refiriéndose a los crímenes cometidos en la Alemania nazi. Parece ser que el reportero dude de que una situación parecida se pueda volver a repetir en nuestros días. <b>Martí Domínguez</b> le tiene que recordar que “biólogos, físicos, sicólogos…Sí. El nazismo dio soporte a la ciencia, porque financió sus departamentos en universidades…Y los científicos colaboraron a favor de la salud y la felicidad de los alemanes, hablaban del higienismo social, de eliminar individuos de <i>razas inferiores</i> ¡Y ayudaban a hacerlo!”!

¿De qué manera los científicos ayudaron a la felicidad y a la salud de los alemanes? <b>Martí Domínguez</b>, explica: “Unos defendían el <i>labensraum</i> (espacio vital), el derecho natural del pueblo alemán a más territorio. Otros el <i>labensborn</i> (fuente de vida), granjas de recién nacidos: Mujeres arias se dejaban embarazar…por oficiales de las SS. Entregaban a los niños arios a familias nazis, y niños rubios  en países eslavos. Y el doctor <b>Asperger</b> gaseó a niños <i>inferiores</i>”.

Volvamos a la duda que tiene <b>Amela</b> de que hoy se vuelva a producir algo tan cruel como lo que se produjo durante el nacismo. El “¿No?” con el que comienza la respuesta de <b>Martí Domínguez</b>, el entomólogo y periodista le está diciendo: ¿Estás seguro? Si la cultura nazi fomentó el genocidio y la cultura de la guerra, ¿crees que la nuestra evitará que se repita? Quien avisa no es traidor. El entomólogo se explica: “Aconsejo estar muy atentos para evitar que una idea te ilumine…y entres en una espiral hacia un solo punto de luz, igual que las polillas hacia la luz de una bombilla”. Para evitar quemarnos como lo hace la polilla cuando entra en contacto con la bombilla encendida, tenemos que alejarnos cuanto más lejos mejor de las ideas totalitarias que nos encandilan con las promesas de imposible cumplimiento  y que destruyen a quienes no las comparten. No tenemos que olvidar nunca lo que <b>Portabella</b> dice: los seres humanos somos instintivamente depredadores. ¿Qué hace que nos comportemos peor que las bestias?

El engendro de la  bestia se produce en  el Edén, con la desobediencia de Adán a la prohibición de Dios de que moriría si comiese el fruto del árbol prohibido. Desobedeció y murió espiritualmente en el acto. Físicamente vivió 930 años y murió. A pesar de que por la misericordia de Dios nació de nuevo como hijo de Dos por adopción, el germen de la muerte ha permanecido vivo en toda su descendencia. El primer acto que evidencia que el ser humano es portador del instinto depredador fue el asesinato de Abel, hijo de Adán, por su hermano Caín.

La radiografía que la Biblia hace del hombre como portador del instinto depredador lo hace con estas palabras: “Y vio el Señor que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6:5). Las crónicas describen con detalle la perversidad humana manifestada en las guerras para dominar a los pueblos vecinos. Los genocidios cometidos durante la colonización de pueblos considerados inferiores y desgraciadamente los infligidos  en el nombre de Cristo.

El instinto depredador del hombre tiene un origen a lo largo de la historia. He aquí como lo describe el apóstol Pablo: “Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto. Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1: 19,20). La creación habla del Creador que por su palabra hizo los cielos y la tierra, hecho que hace que el ateísmo sea inexcusable. Prosiguiendo su relato el apóstol dice que los hombres cambiaron la gloria de Dios por imágenes consideradas artísticas, hecho que hace que Dios deje al hombre sometido al libre albedrio. Dejado el hombre en esta condición, que se considera libertad, le lleva a cometer las maldades  que el alma sin freno le incita a realizar: “Toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad, llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños, malignidades, murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de malos, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia” (vv.29-31). Esta descripción que hace el apóstol Pablo del hombre alejado de Dios es lo que <b>Pere Portabella<b> denomina instinto depredador del hombre, que estando en activo, hace que la historia se repita y que el hombre no aprenda de sus tropiezos.

Octavi Pereña i Cortina

30 de diciembre 2019

 

 


 

DESPERTAR DEL SUEÑO

<b>¿Qué le sucede al cuerpo después de la muerte?</b>

El <b>Dr. Tony Wyss-Coray</b> dirige el rejuvenecimiento con transfusiones de sangre en Stanford. El objetivo principal de su investigación inyectando sangre joven, no es alargar la vida, sino conseguir que el Alzheimer, a pesar que no se cure sirva para una significativa mejoría para las personas que lo padezcan. “Encontrar esta cura será una parte de mi trabajo. Lo que me fascina es entender el envejecimiento y entender sus secretos”. ¿Por qué envejecemos?  ¿Cómo puede frenarse el envejecimiento? Las preguntas que se plantea el <b>Dr. Wyss</b> nos las hacemos todos.

Un anuncio de productos cosméticos dice: “Me permito el lujo de no aparentar mi edad”. Con cremas y otras pócimas se puede intentar esconder las arrugas que señalan el paso del tiempo, pero no se puede esconder la edad cronológica que se manifiesta con la pérdida del vigor físico y los achaques que le acompañan. Si no se es consciente que el envejecimiento es un hecho inevitable uno se adentra en una lucha interna que no tiene las de ganar, y, que afecta a la salud emocional, pues genera estrés que los fármacos no pueden curar. No encontrarse bien con uno mismo corroe el alma. “El tiempo puede arrugar la piel, pero las preocupaciones, las dudas y la pérdida de ideales carcome el alma” (<b>Myson Taylor</b>).

Una mujer le pregunta a <b>J. Roberton McQuilkin</b>. ¿Por qué permite Dios que nos hagamos viejos? He aquí la respuesta que recibió: “Creo que Dios ha planificado que la fortaleza y la belleza de la juventud sea física. Pero la fuerza y la hermosura de vejez sean espirituales. Poco a poco perdemos la belleza y la fuerza, así aseguramos concentrarnos en la fuerza y la belleza que duran para siempre. Así deseamos abandonar la parte temporal de nosotros que se malmete y sentir una auténtica nostalgia de nuestra casa eterna. Si fuésemos siempre jóvenes, fuertes y guapos, no quisiéramos morir nunca” (Anónimo). El autor de este texto cree en la existencia en el más allá de la muerte. Es una persona que como el salmista le pide a Dios que le enseñe a contar sus días para adquirir la sabiduría del corazón (Salmo 90: 12).

Son muchas las personas que piensan lo mismo que la actriz <b>Laura Pamplona</b>: “Los  retoques digitales me parecen ridículos. Se debe  vender juventud, pero es absurdo y antinatural porque todo el mundo tiene que envejecer”. Cuando llega la tan indeseada muerte, ¿qué? Al interrogante de lo que existe más allá de la muerte únicamente le pueden dar respuesta cierta los creyentes en Cristo, que por la fe, que es un regalo de Dios, tienen visión de la gloria futura que les ayuda a traspasar el umbral de la puerta que da acceso a la eternidad. Cuando les llegue este día, como al resto de los mortales, sus cuerpos dormirán en la oscuridad de las tumbas en tanto que sus almas parten para gozar de la presencia de Dios. La muerte física produce una separación temporal de los dos componentes que forman la persona: el cuerpo y el alma. La separación durará hasta que Jesús muerto, enterrado y resucitado, revestido de su gloria eterna regrese a  buscar a los suyos, cuyos cuerpos reposan en la oscuridad de las tumbas. Al oír su voz de mando los cuerpos despertarán de sus sueños, inmortales e incorruptibles. En este momento se reunirán con sus almas. Entonces se realizará el anhelo de gozar de la juventud eterna. Habiéndose destruido el aguijón de la muerte que es el pecado, contemplarán  el rostro glorioso del Salvador, “serán semejantes a Él, porque le verán tal como Él es” (1 Juan 3:2). La belleza y la fortaleza de la juventud que se perdió en el Edén se recuperarán en el día de la resurrección para no perderlos nunca más.

Octavi Pereña i Cortina


 

POPULISMO DESENMASCARADO

<b>Jesús desaprueba el populismo  que defiende legalismos</b>

<b>Jared Diamond</b>, biógrafo y premio Pulitzer hace una declaración que merece ocupar las primeras páginas en todos los rotativos del mundo: “Pronto los Estados Unidos dejarán de ser una democracia”. Puntualiza: “me duele y es mi temor. Democracia consiste en que todos puedan votar, y hoy allá están creciendo las voces que desearían privar del todo el voto en amplios sectores sociales”. ¿Solamente en Estados Unidos? ¿No está caminando Europa hacia el suicidio?

Se culpa de la decadencia  de Estados Unidos y de Europa al populismo.<b>Diamond</b> define como populista “al líder que culpa a un tercero de los males de su país o sociedad…Si un líder dice a su sociedad que el malvado es de afuera, se delata de incompetente y populista. Y si lo votas, eres cómplice del populismo. Lo son los votantes de Trump que  culpan de los males a inmigrantes, intelectuales y periodistas de Washington: eso funciona en las urnas y mata a la democracia”.

El populismo tiene raíces espirituales: “No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en tu ojo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano” (Mateo 6: 1-5).

Esta recomendación de Jesús únicamente será atendida si los ciudadanos y las personas escogidas en las urnas para gobernar a las naciones son conscientes que esta recomendación va dirigida a todos ellos. En tanto esto no sea así, si las personas seguimos considerándonos “buenas personas”, no estaremos en condiciones de hacer autocrítica de nuestros propios actos. Seguiremos la filosofía populista de culpar de los fracasos de nuestro entorno familiar y social, y, en el caso de los políticos,  culpar a los medios de comunicación y a los otros políticos de los fracasos  que son el resultado de las propias decisiones equivocadas. Ello conduce a fracaso tras fracaso. Indefinidamente tropezando con la misma piedra. A los populistas se les puede aplicar la advertencia que el autor de Proverbios hace a quienes son dados al vino: “¿para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas?¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos? Para los que se detienen mucho en el vino, para los que van buscando la mistura. No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece en la copa. Se entra suavemente, mas al fin  como serpiente morderá, y como el áspid dará dolor. Tus ojos verán cosas extrañas, y tu corazón hablará perversidades. Serás como el que yace en medio del mar, como el que está en la punta de un mastelero. Y dirás: Me hirieron mas no me dolió, me azotaron, mas no lo sentí, cuando me despierte, aun lo  volveré a buscar” (Proverbios 23: 29-35)

En las Escrituras cristianas no aparecen las palabras: populista y populismo, pero sí su espíritu. El populista es una persona que se considera superior a las otras. Concepto que le permite juzgar a las otras sin haberse lavado previamente de las faltas que observa en su prójimo. Este comportamiento presuntuoso  el Nuevo Testamento lo personifica en los sacerdotes y fariseos que acusan a Jesús de relacionarse con aquellas personas que tachaban despectivamente de “pecadores”.

Con el propósito de denunciar el populismo excluyente haremos una ojeada a un texto que tiene que ver con la conversión de Mateo, el autor del evangelio que lleva su nombre, odiado por los judíos por ser cobrador de impuestos al servicio de Roma y de lo que piensa Jesús de estas personas. Jesús en su deambular por la tierra se detiene en el lugar en donde Leví (Mateo) recauda los impuestos y le dice: “Sígueme”. El funcionario se levanta  “y le siguió”. El texto no lo menciona pero es muy probable que Leví agradecido, invitase a Jesús y sus discípulos a comer en su casa. Esta sociabilidad de Jesús enojó a los escribas y fariseos, los defensores de la ortodoxia religiosa y de la moral pública. Estas personas que se consideraban impolutas se acercan  a los discípulos para denunciar el mal ejemplo que estaba dando su Maestro: “¿Cómo es que come y bebe con los cobradores de impuestos y los pecadores? Jesús que oye la condena, les dice: “Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar justos (personas que se consideran buenas) sino pecadores” (Marcos 2:14-17). Bien  seguro que estos defensores de la moral pública, al oír la sentencia de Jesús abandonaron el lugar con el rabo entre las piernas, enrojecidas sus caras de vergüenza de la misma manera que lo hicieron sus compañeros de corporación cuando Jesús les dijo: “El que de vosotros esté sin pecado sea el primero de arrojar la piedra contra ella” (la mujer atrapada en  adulterio). “Ellos, al oír esto, acusaos por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros” (Juan 8: 3-11). Jesús desenmascara a los populistas.

Octavi Pereña i Cortina

14 de enero 2020


 

CEREMONIAL RELIGIOSO

<b>El ceremonial es una práctica religiosa que no vincula al hombre con Dios</b>

Las religiones cuanto más alejadas de Dios, se caracterizan por una liturgia muy elaborada y barroca que ha perdido la frescura de una íntima relación con Dios: Edificios majestuosos como si en ellos hubiese espacio para que el Dios infinito le agradase habitar en  ellos y una práctica religiosa de masas cuando la fe es una cuestión personal. El error que cometen estas religiones es hace creer a los fieles  que les basta con la práctica externa de la religión, sin tener en cuenta que la verdadera religiosidad consiste en mantener una estrecha relación con el Padre de nuestro Señor Jesucristo.

Jesús es el único camino que conduce a Dios “porque no hay otro Nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que puedan ser salvos” (Hechos 4: 12). Jesús no enseña en ningún momento la conversión en masa. Siempre se dirige a las personas, individualmente, a que se arrepientan de sus pecados y crean en Él ya que la sangre que derramó en la cruz del Gólgota es el único detergente “que nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1: 7).

¿Qué piensa Dios de las religiones de masas que únicamente les interesa la participación en las ceremonias, sin importarles cuál es la relación que los feligreses mantienen con Dios? El profeta Amós responde a la pregunta que hemos planteado: “Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me complaceré en vuestras asambleas. Y si me ofrecierais vuestros holocaustos y vuestras  ofrendas, no los recibiré, ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales engordados. Quita de mí la multitud de tus cantares, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos. Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo” (Amós 5: 21-24). El profeta Isaías remacha el clavo cuando escribe: “Este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado” (Isaías 29: 13).

No. Al Dios de la Biblia no le complace la religiosidad vacía de contenido. El salmista enseña cuál es la religiosidad que le agrada a Dios. El salmo 51 es uno de los salmos conocidos como penitenciales.  El rey David, su autor, gracias a la intervención del profeta Natán reconoce haber cometido el pecado de adulterio y, como pecador arrepentido se dirige al Señor con estas palabras: “Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos…Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. Y no me eches de delante de ti, y no quites de mí tu Santo Espíritu” (vv, 4,9-11).

El judaísmo del Antiguo Testamento era una religión muy ceremonial. Se tenían que seguir unas normas muy  estrictas para conseguir una purificación ceremonial, que no espiritual. El rey David deja a un lado los requisitos legales para conseguir el perdón de su pecado de adulterio y va directamente a la fuente del perdón que es Jesús. Al adulterio del monarca le acompañó, en un vano intento de esconder su pecado, el asesinato que ordenó se cometiese en el campo de batalla, al marido de la esposa ultrajada: “Límpiame de homicidios, oh Dios, de mi salvación, cantará mi lengua tu justicia” (v. 14).

En nuestros días el papa y la jerarquía católica, ante el escándalo de la pederastia clerical, envueltos en sus ropajes de solemnidad, se olvidan de pedir perdón a Dios a quien han ofendido en primer lugar y se limitan a pedir perdón a las víctimas y, con el propósito de disminuir la responsabilidad de la Iglesia sacan a relucir que otras personas han cometido el mismo pecado. Pero la sociedad va perdiendo confianza en una Institución que le dicta las nomas éticas que debe cumplir, siendo la primera en incumplirlas.

El rey David siguiendo las instrucciones que la Biblia da desde Génesis a Apocalipsis, que la verdadera religiosidad no consiste en ceremonial vacío de contenido, sino en un nacimiento espiritual, escribe: “Señor abre mis labios, y publicará mi lengua tu alabanza, porque no quieres sacrificio que yo lo daría, ni quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado, al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (vv. 15-17).

Octavi Pereña i Cortina

21 de enero 2020


 

EDUCACIÓN

<b>El conocimiento de la Biblia es la base de una buena educación</b>

La Policía Nacional detuvo ayer a un séptimo joven acusado a participar en la presunta violación  grupal de una menor de 14 años en Palma en la Noche de Navidad. De los siete detenidos todos son menores excepto uno de 19 años.

La Guardia Urbana de Lleida detuvo el lunes por la tarde en la calle Maragall a un joven de 19 años acusado de agredir a su madre y amenazarla con un cuchillo.

Valencia endurece la ley del juego para menores. Se impones controles de acceso en las casas de apuestas.

Según la dirección general de la Ordenanza del juego del Ministerio de Hacienda, más de un tercio de los españoles se inicia en el juego sin haber cumplido los 18 años.

Una ochentena de jóvenes es atendida en urgencias cada fin de semana por intoxicaciones alcohólicas en Catalunya.

<b>David le Breton</b>, profesor de Sociología y Antropología en la Universidad de Estrasburgo, hace esta radiografía de la juventud actual: “Las cifras asustan: Uno de cada cinco adolescentes en el mundo se encuentra en situación de estrés y caen en conductas de riesgo, otros en el consumismo en busca de cómo a través de la borrachera, los trastornos alimentarios, la toxicomanía…son actitudes recientes…Las generaciones jóvenes de hoy no están orientadas, no saben a dónde van, no tienen la certeza interior de que su vida tiene un valor y de que tienen un lugar en el mundo y lo buscan fuera. El consumismo intenta llenar esta brecha y darles puntos de referencia…Son individuos aislados que buscan reconocimiento”. Pienso que las palabras de <b>David le Breton</b> hacen una radiografía muy certera de la realidad de la adolescencia de nuestros días. Deberían  ser motivo de reflexión.

El déficit educativo de nuestros días se debe a que se tiene en mente impartir muchos conocimientos a los niños olvidando que lo que es más importante en la educación es compartir sentido de la vida. La educación horizontal que únicamente tiene en cuenta las materias que se pueden contemplar con los ojos y tocar con las manos, es coja, y no prepara a los adolescentes para afrontar el mundo de manera positiva.

La educación, tanto la escolar como la paterna refleja la filosofía del hombre de hoy: Dios no existe, y si es, se olvida de nosotros, como algunos padres que dejan a sus hijos encerrados dentro del coche mientras se van de juerga. Las noticias que he mencionado al principio de este escrito reflejan la realidad que una educación en que sobra Dios, no es una formación adecuada para formar personas de bien, en la infancia, adolescencia, juventud y más tarde como adultos. Nos quejamos del incivismo juvenil y de la corrupción política y  nos despreocupamos de querer saber la causa que personas escolarizadas y con títulos universitarios se comporten tal como lo hacen a lo largo de sus vidas. A la educación que reciben le falta la cuarta pata que da estabilidad a la silla: Religión. Cuando me refiero a Religión no quiero decir conocimientos sobre religiones que tienen que ver más con la información que en la formación de los alumnos.

Aun cuando no tiene nada que ver con la religión sí que lo tiene con la disciplina. El texto que cito del libro de <b>Rafel Nadal</b> <i>Cuando éramos felices</i>, ambientado en la Girona de los años del siglo XX, debería despertarnos. Se refiere a la disciplina, desgraciadamente hoy en día casi desaparecida del mundo educativo paterno. Lo hace con estas palabras. “Ya ha quedado claro que si el padre era el encargado de la disciplina material, la madre siempre se ocupó de la supervisión de los estudios y de todas las cuestiones morales o intelectuales. Controlaba las notas, estaba en contacto con los maestros para saber cómo íbamos, y nos aconsejaba cuando teníamos que escoger un itinerario escolar”.

El libro de Proverbios pone mucho énfasis en la disciplina que los padres tienen que aplicar a sus hijos. Una muestra: “El que rehúye usar su bastón, a su hijo aborrece, mas el que lo ama, desde temprano lo corrige” (13: 24). A primera vista da la impresión de que los padres tienen que aplicar la violencia a la hora de disciplinar a sus hijos. Quien así lo interprete no manifiesta el amor que debe sentir por sus hijos. Desgraciadamente los gritos de personas que dan la impresión de que han  enloquecido y los golpes salvajes  a los que someten a sus hijos, son las herramientas que se usan con demasiada frecuencia en la educación. El apóstol Pablo enseña el principio que deberían seguir los padres a la hora de disciplinar a sus hijos: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina  y amonestación del Señor” (Efesios 6: 1-4).

Octavi Pereña i Cortina

28 de enero 2020

 


 

FILOSOFIA DE LA DUDA

<b>La incapacidad de discernimiento entre el bien y el mal no tiene por qué seguir dándose</b>

La periodista <b>Begoña Corzo</b> se refiere a la participación del actor italiano <b>Cosimo Fusco</b> en la serie de <b>  Alejo de la Iglesia</b> <i>30 monedas<i>. El actor dice: “Soy un privilegiado de ser uno de los personajes: un cura italiano”. La entrevistadora la pregunta: ¿Un sacerdote bueno o malo?  El artista le responde: “¿Quién sabe en dónde está el mal o el bien?” El ser humano es un ser moral capacitado para saber diferenciar entre el bien y el mal. ¿Cómo es posible que acompañando a <b>Cosimo Fusco</b> sean tantas las personas que no sepan distinguir entre el bien y el mal?

La respuesta a esta pregunta la encontramos en los tres primeros capítulos de Génesis. Si como muchos piensan que son mitología como las mitologías griega y romana que han contribuido a la formación del pensamiento occidental,, entonces no hay respuesta a por qué el ser humano siendo un individuo moral no sepa distinguir entre el bien y el mal. Para mí, los tres capítulos de Génesis, como el resto de la Biblia, son historia. Describe hechos históricos y como tales se los debe tener en cuenta.

Vayamos a Génesis. El primer versículo declara: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra”. Acto seguido detalla cómo hizo la creación. De los seres vivientes el hombre es el más importante ya que Dios lo creó a imagen y semejanza suya (1: 26). Esta importancia requería que se le diese un trato diferenciador. Adán y Eva tenían que tener un lugar condicionado en donde habitar. “El Señor Dios plantó un jardín” (2: 8). “El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín de Edén para que lo cultivase y lo guardase” (2: 13). Una vez instalados en el jardín que el Creador había diseñado para ellos, les dio las instrucciones necesarias para que las cosas les fuesen bien: “Puedes comer de todo árbol del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comas, porque el día que comas, ciertamente morirás” (2: 16,17). El jardín fue un auténtico paraíso hasta que Satanás, padre de la mentira entró en escena habiendo poseído una serpiente. Persuasivamente despierta el pensamiento pecaminoso de Eva. Ésta, fijándose en el árbol prohibido que hasta este momento no le había prestado atención, vio que era bueno para comer. Ella y Adán se zamparon el fruto delicioso a sus ojos (3.6). La desobediencia de Adán tuvo una consecuencia inmediata: “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos, entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales” (3:7). La desobediencia alteró su relación con Dios. Antes, la desnudez no los avergonzaba. Ahora  saben por experiencia qué es el mal. A pesar de que no han perdido su condición de seres morales, la visión se les ha hecho borrosa. Ha perdido la nitidez original. De ahí que como <b>Cosimo Fusco</b>, muchos digan: Quién sabe en dónde está el mal o el bien”. En el aspecto moral nos hemos convertido en ciegos que guían a otros ciegos. Los unos y los otros caen en el hoyo. ¿No es esta la situación en nuestros días que las cosas nos van de mal a peor?

Los ciegos que le pidieron a Jesús que les devolviese la vista lo hicieron porque eran conscientes de su ceguera. Si decimos que somos capaces de distinguir entre el bien y el mal significa que no somos conscientes de nuestra ceguera espiritual. No sabemos distinguir de manera correcta entre el bien y el mal aun cuando creamos que sí sabemos hacerlo. Como resultado de la desobediencia de Adán, todos sin excepción, nacemos pecadores, ciegos espirituales, desde la concepción, incapaces de distinguir entre el bien y el mal, deficiencia que se detecta poco después de nacer. Refiriéndose a esta dolencia Jesús hace esta reflexión: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). Si quien cree en Jesús deja de andar en tinieblas significa que en el sentido espiritual se le devuelve la vista a los ciegos de nacimiento.

Si se persiste en conservar la ceguera espiritual, permanece intacta la incapacidad de discernir entre el bien y el mal. Entonces somos merecedores de la reprensión que hace el profeta Isaías: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y a lo dulce por amargo!”        (5: 20). Aquellos israelitas que por el mero hecho de practicar el ceremonial establecido por la Ley de Dios creían que andaban por el camino que conduce a Dios, el profeta los corrige y los pone en su sitio: “Buscad lo bueno y no lo malo, para que viváis, porque así el Señor de los ejércitos estará con vosotros, como decís” (Amós 5:14). Con Jesús que es la luz del mundo se corrige la incapacidad de distinguir entre el bien y el mal. Con Cristo la filosofía de la duda es cosa del pasado.

Octavi Pereña i Cortina

11 de febrero 2020


 

DOMINGO: REMEDIO PARA LA SOLEDAD

<b>Mil personas andando por un camino, mil soledades andando juntas (proverbio hindú)</b>

Un reportaje titulado <i>Cuando el lunes es el mejor día de la semana</i>, expresa de manera muy clara y documentado con experiencias de afectados por la soledad y declaraciones de expertos en salud mental, la trágica situación en que se encuentran muchas persona los fines de semana cuando el viernes por la tarde abandonan el trabajo y no tienen que reemprenderlo hasta el lunes.

<b>Javier Ricau</b>,  autor del reportaje cita el testimonio de <b>Peter</b>, hombre de 62 años “que tiene una vida laboral atareada”. Para este hombre el sábado y el domingo son los peores días de la semana. Como dice, queda atrapado “en un desierto emocional” del que no se escapa hasta el lunes. Al contrario de lo que ocurre a muchas personas que el lunes sufren el síndrome de fin de semana, para <b>Peter</b> el lunes es el mejor día de la semana porque le toca volver a trabajar.

Una encuesta del periódico británico <i>The Guardian</i> que hizo entre sus lectores “sorprende porque la mayoría de las personas que respondieron confesaron que se sentían muy solas los sábados y los domingos.

<b>Liz</b>, una mujer de 41 años que tiene un buen empleo explica su experiencia de los fines de semana: “Entre semana soy una persona feliz y satisfecha con lo que hago, el fin de semana me siento como una paria solitaria”. Echa de menos a sus compañeros de trabajo con quienes interactúa durante la semana y que tienen planes para el fin de semana “en donde no hay lugar para una soltera”.

El siquiatra <b>Sergio Oliveros</b> dice que el trabajo de <i>The Guardian</i> tiene mucho sentido si se tiene en cuenta que se ha realizado en un país como Gran Bretaña: “<b>Theresa May</b> creó en el 2018 una Secretaria de Estado para la soledad porque consideró que era un problema de salud pública que podía afectar a más de la quinta parte de la población británica y genera más morbididad  cardiovascular que el tabaco, el alcohol o el sedentarismo,  como han demostrado diversos estudios.  Como un síndrome de abstinencia a una substancia, en este caso el trabajo que ha mantenido intoxicado al sujeto durante la semana laboral”. Las personas que afirman ser muy felices de lunes a viernes y que pasan solas los sábados y domingos, “suelen divinizar el trabajo y han convertido su entorno laboral en la única fuente de gratificación”.

La divinización del trabajo como dice el siquiatra <b>Sergio Oliveros</b> o convertirse en <i>adictos al trabajo</i> como dicen los expertos en salud mental, por parte de quienes viven solos los fines de semana, también de quienes tienen familia ya que afecta negativamente las relaciones familiares.

El ser humano no puede ser feliz sin Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Los israelitas habiendo sido testigos del poder de Dios manifestado en las plagas de Egipto y en la travesía en seco por el Mar Rojo, ponen de manifiesto que la fe en el Todopoderoso era muy superficial. En el momento en que dicen que no sabían que se había hecho de Moisés, que estaba conversando con Dios en la cima del monte, convierten en un becerro de oro a quien les había liberado de la esclavitud de Egipto y conducido a la libertad. A pesar de su infidelidad, el Libertador  les da instrucciones que les guíen en el futuro a tomar decisiones correctas. Los Diez Mandamientos resumen dichas instrucciones.

La primera orden que se lee en la tabla dice: “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20: 3). Cualquier cosa que se interponga entre Dios y el hombre es un dios que le está prohibido. La adoración a dioses que no son Dios perjudica la salud espiritual y a la salud síquica del hombre. Con el fin de abortar la tendencia idólatra Dios escribe este mandamiento que tiene que ver con el trabajo: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra, mas el día séptimo es reposo para el Señor tu Dios, no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todas las  cosas que en él hay, y reposó en el séptimo día, por tanto el Señor bendijo el día de reposo y la santificó” (vv.8-11).

Un día de descanso semanal para dedicarlo exclusivamente al Creador y Salvador es el antídoto que cura la adicción al trabajo, aporta bienestar familiar y la salud del alma a quienes viven solos los fines de semana.

El problema de la soledad que  <b>Theresa May vio tan grave hasta el punto de crear una Secretaria de Estado para combatirla, su curación no costaría ni un euro a la Sanidad Pública si los afectados decidiesen dedicar el domingo al Señor. Esto significaría que durante los días laborables se miraría el trabajo con otros ojos.

Octavi Pereña i Cortina

19 de febrero 2020


 

FALSOS PASTORES

<b>La prosperidad de las naciones en gran parte depende de las enseñanzas que imparten los dirigentes religiosos</b>

Las viñetas de  <b>El Roto</b> son punzantes. La que comento, en la parte alta se encuentra el triángulo con el ojo en su interior que significa la omnipresencia de Dios. En la parte interior del triángulo el siguiente texto: “En público exhiben la Biblia, pero hacía tiempo que habían sustituido el triángulo por el Pentágono”. Debajo un esbozo del edificio del Pentágono con un ojo en su interior que, a mi entender significa la omnipresencia de Estados Unidos que habiendo abandonado la Biblia pretende dominar el mundo con el poder de las armas.

<b>El Roto</b>, en otra viñeta denuncia la codicia de las religiones, concretamente la de la Iglesia católica. En el Nombre de Dios que la Biblia define: “Es amor” (1 Juan 4: 8), se han cometido y se siguen cometiendo muchos desmanes que hacen que sean infinidad de personas condenan a Dios y le culpan de las muchas fechorías que se hacen en su Nombre. En esta viñeta, de entre una espesa nube negra que creo significa la corrupción que se da en la Iglesia católica emerge una figura refulgente como el oro pulido que representa a Dios. El texto que acompaña el dibujo es muy explícito: “He oído que la Iglesia está inscribiendo todo a su nombre. ¡Incluyendo mí reino! ¡Y por aquí no paso!” <b>El Roto</b> censura con firmeza las escandalosas inmatriculaciones de bienes y propiedades a nombre de la Iglesia. Actitud que escandaliza a muchos. El comportamiento de los hombres que en el nombre de Dios que se encarna en su Hijo en la persona de Jesús, que nació en un pesebre que tuvo como colchón un puñado de paja, trastorna a muchos y lo más grave es que los indignados culpan a Dios de los desaguisados que cometen quienes tienen su Nombre a flor de labios y que en las solemnidades lo asfixian con el olor del incienso que desprenden los incensarios manipulados por las manos finas y delicadas de obispos y cardenales. Quienes perjudican a las personas con su comportamiento nada evangélico, no sé si se han fijado en estas palabras de Jesús que los censuran con dureza: “Imposible es que no vengan tropiezos, mas, ¡ay de aquel por quienes vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojara al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos” (Lucas 17: 1,2).

La Iglesia católica con la colaboración de los poderes temporales puede realizar las inmatriculaciones con total impunidad al disponer de cobertura legal. La codicia eclesiástica tienen la reprobación de Jesús: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen y donde ladrones minan y hurtan, sino haceos tesoros en el cielo donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan” (Mateo 6: 19-21).

Una advertencia muy significativa que Jesús comparte con sus oyentes  cuyo eco llega hasta nuestros días: “Guardaos de los falsos profetas que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis, ¿acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? (Mateo 7: 15, 16).

Jesús no gozaba de las simpatías de los dirigentes religiosos. Le odiaban a muerte. Esperaban la oportunidad de deshacerse de Él legalmente. La ocasión se les presentó cuando en la parodia de juicio se declaró “Hijo de Dios”, haciéndose con ello igual a Dios. Le acusaron de blasfemo y por lo tanto reo de muerte. Lluís Xirinacs, el cura que se hizo famoso durante la Transición por sus sentadas ante la puerta de la prisión Modelo de Barcelona, dijo: “Jesús fue condenado a muerte por los judíos oportunistas”. Esta afirmación solamente es verdadera en parte. El motivo principal de su muerte en manos de los judíos con la connivencia de las autoridades romanas, fue que tenían que cumplirse las Escrituras que tenía que morir en la cruz para salvación del pueblo de Dios.

No nos alejemos de los falsos pastores. El profeta Ezequiel dedica el capítulo 34 de su libro a relatar con mucha dureza los daños que los falsos pastores hacen en las ovejas del Señor. Si el lector está interesado en el tema le recomiendo que lea el texto íntegro. En él se menciona que de la descendencia del gran rey de Israel David nacerá Jesús, el Buen Pastor, que da su vida por las ovejas. David el antepasado de Jesús según la carne dice del Buen Pastor: “El Señor es mi Pastor, nada me faltará. En lugares de delicados  me hará descansar, junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma, me guiará por sendas de justicia por amor de su Nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo, tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (Salmo 23: 1-4). Los falsos pastores cubiertos con pieles de oveja no pueden dañar a las ovejas del Señor porque la vara y el cayado del Buen Pastor les infunden aliento. Además, dice Jesús: “nadie las arrebatará de mi mano” (Juan 10:28).

Octavi Pereña i Cortina

7 de marzo 2020


 

DEMOCRACIA DESAPARECIDA

<b>Las apariencias enmascaran la rapacidad que se amaga en lo profundo del alma</b>

El historiador mexicano <b>Enrique Kranze</b> dijo: “Hemos olvidado que la democracia es mortal. Hoy nos parece la manera más natural y lógica de gobernarnos, pero desde una perspectiva universal y milenaria veríamos que ha sido una preciosa y frágil excepción en el tiempo y en el espacio”

En febrero de 2020 se celebró en Múnich la conferencia de Seguridad en que lo acordado puede resumirse en que se han erosionado los valores democráticos. En la conferencia inaugural que fue a cargo del presidente de Alemania <b>Frank-Walter Steinmeier</b>, el conferenciante se refirió a la propagación del odio en Alemania y en el resto del mundo. España no es inmune  a la epidemia. El primer ministro de Canadá <b>Justin Trudeau</b> contribuyó al desánimo de los asistentes cuando dijo: ”La gente está perdiendo la fe en sus mandatarios”. Recordemos lo dicho por el mexicano <b>Kranze</b>: “Hemos olvidado que la democracia es mortal”. ¿Dónde recae su debilidad? La democracia es el gobierno del pueblo, de las personas. Por experiencia conocemos la fragilidad de los seres humanos, incluso de los más fuertes. A menudo nos preguntamos: ¿Cómo ha podido haber hecho esto esta persona? Jamás me lo hubiera creído. Pero es así. La fragilidad humana se manifiesta de mil maneras. Investidas del poder que les concede las urnas a determinadas personas, la investidura no las convierte en <i>supermen</i> ni en <i>superwomen</i>. Siguen siendo personas de carne y huesos, con la misma fragilidad y miserias que el resto de los mortales.

Jerusalén era asediada por el ejército asirio. El emisario del rey Senaquerib le dijo a Ezequías el monarca asediado: “He aquí que confías en este báculo de caña frágil, en Egipto, en el cual si alguien se apoya, se le entrará por la mano, y la atravesará. Tal es faraón rey de Egipto para con todos los que confían en él” (Isaías 36: 6). Esta era la opinión que se tenía de la gran potencia de la época. ¿Qué piensa Dios de dónde debe irse a buscar ayuda en los momentos de necesidad? “Así ha dicho el Señor: maldito el hombre que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta del Señor” (Jeremías 17: 5). Las cosas no funcionan bien para el hombre que se ha apartado de Dios y que no sabiendo dónde apoyarse en el momento de necesidad busca la protección en el hombre. El rey Ezequías ante el asedio asirio fue a buscar ayuda en la superpotencia que era Egipto, pero no fue el poderío militar de Egipto que impidió la destrucción de Jerusalén sino la intervención de Dios que la protegió en respuesta a la oración de Ezequías que buscó la ayuda divina.

A Europa se le podría aplicar perfectamente el mensaje que Jesús que le hace llegar a la iglesia de Sardis, una de las siete iglesias de Asia (actual Turquía). “Yo conozco tus obras,, que tienen nombre de que vives, y estás muerta” (Apocalipsis 3: 1). Europa como la antigua iglesia de Sardis tiene que arrepentirse de sus pecados. El pecado que es la madre de todos sus males consiste  en haber levantado el trono de la democracia, el gobierno del hombre. Ha probado el invento y el resultado es el fracaso. No le queda otra solución que sustituir democracia por <i>teocracia</i>, del gobierno de Dios. Aterroriza oír la palabra <i>teocracia</i> porque tenemos la nefasta experiencia de los efectos negativos  de la presencia del catolicismo en todos los ámbitos sociales. Esto no es <i>teocracia</i>. Es la dictadura de una religión. Quienes hemos nacido antes de la Guerra Civil recordamos los efectos del nacionalcatolicismo que imperaba en todas las esferas sociales. Se nos obligaba a la práctica del catolicismo sí o sí. Era muy difícil escaparse de sus tentáculos. Quienes vivimos el nacionalcatolicismo nos quedan un amargo recuerdo de la dictadura de la religión.

Al referirme que para liberarnos de los males que afligen a la Europa democrática es  recuperar la <i>teocracia</i>, es decir, el gobierno de Dios, no quiero decir que los hombres tienen que volver a Dios, sin coacciones. Voluntariamente. Un ejemplo de lo que digo lo tenemos en el profeta Jonás que fue enviado por Dios a predicar el arrepentimiento a la ciudad de Nínive que debido a su impiedad Dios tenía previsto destruirla en el plazo de cuarenta días. En su misericordia envía al profeta para que avise a los ninivitas para que se arrepientan. El mensaje fue escuchado y obedecido. Se produjo el arrepentimiento y los cuarenta días se convirtieron en unos ciento cuarenta  mil antes de ser destruida por una coalición de ejércitos medos, babilónicos y escitas.

Desconocemos el día que tocarán las campanas anunciando la muerte de la Unión Europea. Que sonarán, seguro. Pero los cristianos esperamos confiadamente la implantación del Reino de Dios eterno para gozar en todo su esplendor los beneficios de la <i>teocracia</i>. En el Reino de Dios no se encontrará el más mínimo vestigio de democracia porque en él “mora la justicia” (2 Pedro 3: 13) en todo su esplendor.

Octavi Pereña i Cortina

20 de marzo 2020


 

EL VIRUS DEL MIEDO

<b>Los miedos imaginarios son peores que los reales</b>

La periodista <b>Sara Sans</b> le pregunta a <b>Asia Argento</b>, actriz: ¿Qué le hace más miedo una película de terror o la vida real? <b>Asia</b>: “La vida real es horrible. Mi padre hacía terror estéticamente bueno, pero el mundo es realmente feo, peor que una película de terror. He visto cien veces la película de mi padre: <i>Profundo rosso</i> y continuo chillando pero lo que es realmente terrorífico es hacia dónde va el mundo. Parece que al poder le interesa que la gente tenga miedo, porque paraliza y es una manera de controlarnos”.

Con la aparición del coronavirus el miedo se apodera de nosotros. Los medios de comunicación se encargan de que este sentimiento no decaiga. El goteo constante en los medios de noticias sobre la pandemia estimula suposiciones sobre su origen. ¡Ay Del corazón cuando alguien cercano a nosotros tiene fiebre!. El pensamiento se dispara, generalmente para mal.

Si el lector sigue mis escritos se habrá dado cuenta de que utilizo las viñetas de El Roto como base para tratar un tema. Sus viñetas son muy incisivas. Hurga en los miedos sociales para denunciarlos. En este escrito utilizo una que se refiere al tema del miedo. Un hombre bien vestido está sentado de lado junto a una mesa de despacho mirando el televisor. En la pantalla el morro de una bestia feroz mostrando los dientes ensangrentados. El televidente piensa: “Quien controla los medios controla los miedos”. ¿Una alusión al coronavirus? La primera reacción ante un evento calamitoso es acusar agresivamente a quienes consideramos culpables de su presencia. Tenemos que ir más allá de las manos que causan los perjuicios para descubrir quién es el que mueve los hilos que hace que los hombres se conviertan en marionetas  haciendo el mal. Si en verdad se desea saber por qué las cosas son tal como son tenemos que ir a la Biblia. Si tenemos oídos para oír y ojos para ver, entenderemos lo que dice Jesús al respecto. Describe una relación muy íntima entre el hombre y el diablo. Como padre de mentira que es enmascara su personalidad maléfica haciendo que nos lo imaginemos como este bufón que acompaña los pasacalles de los días feriados vestido de rojo, con cuernos, cola, tridente en la mano y vomitando fuego. Este demonio sí que es inofensivo. El real, Jesús nos vincula muy íntimamente con él, al decir: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, porque es mentiroso y padre de mentira” (Juan 8: 44). Tal vez el lector le dará la razón a Jesús cuando después de describir la catadura moral del diablo, dice: “Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis” (v. 45). A pesar de que el ser humano no convertido a Cristo sea una marioneta en las manos del diablo, la Biblia no le niega su condición de ser moral responsable de sus actos perversos.

La tierra maldecida por Dios debido al pecado de Adán a menudo produce cataclismos que ponen en peligro la vida de muchas personas. Si a ello le añadimos la maldad humana, no debe extrañarnos que se produzcan situaciones verdaderamente angustiosas. ¿Qué tenemos que decir con lo que ocurre con los emigrantes? ¿Y tantas otras situaciones que hacen que se nos ericen los pelos? Toda esta diversidad de situaciones verdaderamente preocupantes las podemos concentrar en la escena que se presenta cuando Jesús y sus discípulos surcaban en barca el Mar de Galilea. De repente “se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca. Pero Él (Jesús) dormía”. En su desespero “vinieron sus discípulos y le despertaron diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! Él les dijo: ¿Por qué tenéis miedo hombres de poca fe? Entonces levantándose, reprendió a los vientos y al mar, y se hizo grande bonanza” (Mateo 8. 23-27). Al diablo que es “mentiroso y padre de mentira” jamás se le ocurrirá decir a sus esclavos que Jesús es quien libera del miedo. Fíjese el lector en la infinidad de vírgenes, santos, santas, cristos que se encuentran en el mercado de la religión a los que las personas imploran cuando tienen miedo. Estos santos, santas, vírgenes, cristos no proporcionan tranquilidad a quienes los invocan. Son inventos del demonio para que las personas que los invocan permanezcan atrapadas en los embustes imaginados por el padre de la mentira.

Moisés poco antes de partir de este mundo para irse a la presencia de Dios, en el mensaje de despedida que pronunció incluye estas palabras: “¿Dónde están sus dioses, la roca en que se refugiaban…Que se levanten, que os ayuden y os defiendan. Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo, yo hago morir, y yo hago vivir, yo hiero y yo mato, y no hay quien pueda librar de mi mano” (Deuteronomio 32: 37-39).

Jesús que ha vencido al diablo, en su muerte por nuestros pecados y en su resurrección para darnos vida eterna, nos dice: “Mi paz os dejo, mi paz os doy, no como del mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14: 27).

Octavi Pereña i Cortina

14 de septiembre 2020


 

HILO DE SANGRE

<b>La única sangre que puede dar salud eterna es la sangre de Jesús</b>

<b>Ana Vidal Egea</b> finaliza su escrito <i>¿Quién quiere vivir para siempre?</i> con estas palabras: “La pregunta es: ¿debemos preocuparnos para vivir para siempre o por vivir en las mejores condiciones posibles? La periodista cita al billonario <b>Larry Ellison<7b>, de 73 años que “está invirtiendo obsesivamente para prolongar la vida, lo que es lo mismo, retasar el envejecimiento”. <b>Ana Vidal</b> añade: “Vivir eternamente es un anhelo de antaño, bien suscrito en la cultura popular cuando se comentaba que beber o inyectarse sangre de las vírgenes hacía la vida más longeva. La <i>start-up</i> norteamericana Ambrosia Medical hacía transfusiones de sangre de jóvenes que revertería la edad de quien la recibiera. Aunque no había ninguna prueba que garantizara resultados. Las pacientes pagaban hasta 7.500 dólares por un litro de sangre de donantes de 16 a 25 años, arriesgándose  a sufrir infecciones, alergias y complicaciones respiratorias y cardiovasculares. En febrero se dejaron de hacer tratamientos”.

Detrás de la lucha encarnizada contra el envejecimiento con cosméticos que cuesta una millonada a quienes quieren conservar la juventud, se añaden ahora las transfusiones de plasma de donantes jóvenes que se dice mejoran el Alzheimer. . “Pero los límites éticos se disparan a favor del negocio. El Maharaj Institute de Florida ofrece ensayos clínicos de transfusiones de plasma de donantes jóvenes al elevado coste de unos 251.000 euros aprovechándose de aquellos que buscan desesperadamente una cura”.

La vida eterna no está reñida con la muerte física. El cuerpo y el alma son dos elementos inseparables de la persona. Se separan temporalmente con la muerte física pero se reencontrarán en la resurrección. “Está establecido para los hombres que mueran una vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9: 27). Se descarta la reencarnación como proceso purificador para alcanzar la unión con el absoluto. El destino eterno se sella con la muerte.  La condición en que se produzca de deceso se conservará en la eternidad.

Es muy controvertido que la terapia de sangre pueda promover la longevidad. Los guerreros de tribus paganas bebían la sangre de animales porqué creían que les transmitía su vigor. En la antigua Roma, se dice que se animaba a los enfermos, especialmente a los epilépticos a que bebieran sangre de los gladiadores recién muertos. Todo este proceder que consideramos supersticioso tiene su razón de ser. La Biblia refiriéndose a Jesús como “el Cordero de Dios que borra el pecado del mundo” (Juan 1:29) ya había sido profetizado: “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no  con cosas corruptibles,  como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor a vosotros” (1 Pedro 1: 18-2). Esta información si no es por revelación ninguna mente humana puede hacer declaración de tanta importancia. Cuando únicamente existía Dios en las tres Personas se planificó la muerte del Hijo para salvación de su pueblo.

En el inicio de la Historia, para dar solución al problema del pecado, fue el mismo Dios quien sacrificó dos corderos para cubrir con sus pieles la desnudez de Adán y Eva. “Sin derramamiento de sangre no es posible la redención” (Hebreos 9: 27). La sangre de los corderos que  Dios sacrificó no borra el pecado. Es un símbolo para que pusiesen la mirada en el Cordero que derramaría su sangre en la cruz del Gólgota. Esa es la sangre que sí borra los pecados (1 Juan 1: 7).

No podemos olvidar la presencia del malvado personaje que tiene el propósito de desbaratar la obra de Dios. El primer intento de este perverso fue cuando incita a Caín a no adorar a Dios de la manera establecida por Él. Lo impulsa a asesinar a su hermano Abel que sí adora a Dios según su propósito, es decir ofreciendo “de los primogénitos de sus ovejas de lo más gordo de ellas” (Génesis 4: 4). Es la primera guerra de religión: Caín asesina a su hermano Abel. Satanás cree que ha ganado la partida a Dios, que ha extirpado la línea de la que vendrá el Salvador. Se equivocó porque la muerte de Abel fue sustituida por Set. De su descendencia vendrá el Cristo en el momento establecido por Dios.

Satanás es infatigable y pretende hacerle la puñeta a Dios pervirtiendo la religión. La pureza de los sacrificios establecidos por Dios los pervierte al ir acompañados de bacanales sexuales y de sacrificios de niños para calmar la ira de los dioses. Esta degradación ahora no nos interesa.

El hilo de sangre que caracteriza a la religión verdadera comienza en Adán cuando Dios sacrifica a los dos corderos. Prosigue con Set y los patriarcas. Después con Moisés y los sacrificios en el tabernáculo. Continúa con la monarquía y los sacrificios en el templo de Jerusalén. Con la muerte de Jesús en la cruz del Gólgota para remisión de los pecados concluye el simbolismo sangriento. Cuarenta años más tarde el templo es destruido por los romanos.

Jesús en la última Cena enseña a sus discípulos la manera cómo deben recordar su muerte. Lo tienen que hacer con el pan y el vino en lo que llamamos la Cena del Señor. Según Jesús el pan simboliza su cuerpo y el vino su sangre. Así se hará hasta que Jesús venga en su gloria a buscar a su pueblo. El hilo de sangre se alargará hasta a eternidad. Los redimidos, ciudadanos del Reino de Dios eterno entonarán este cántico: “Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos porque Tú fuiste inmolado, con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación” (Apocalipsis 5: 9). El hilo de sangre redentora iniciado en la eternidad pasada seguirá presente en la futura. Las señales de los clavos y de la lanza que atravesaron el cuerpo mortal de Jesús siguen visibles en su cuerpo glorificado.

Octavi Pereña i Cortina

26 de marzo 2020


 

NARCISISMO CRISTIANO

<b>Detrás de una religiosidad de extrema dureza se esconde la debilidad de una alma que no ha encontrado la paz de Dios</b>

Jesús, viendo los déficits sociales que había entre sus oyentes, les dice: “Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mateo 5: 48). Se tiene que ser muy precavido a la hora de interpretar las palabras de Jesús. Si se las descifra literalmente dejando de lado el contexto general de la Biblia ,se pueden producir graves trastornos de la personalidad.

Víctor-M. Amela entrevista a la escritora bilbaína <b>Espido Freixe</b>, diciéndole: Me adelantaba que usted terminó fatal…La respuesta que llega. “Por aquellas contradicciones y porque me exigí ser la mejor…en todo lo que hacía: canto, escritora…y me invadió el vacío: Ansiedad, pensamientos negros…Y compensé aquel vacío con la comida: comía, vomitaba…bulimia y también anorexia y…trastornos de la conducta alimentaria, en resumen. …Y de hecho estaba sumida en una depresión”. El periodista le dice. ¡Pero usted ganó el premio Planeta con 25 añitos! ¿No le hizo subir la moral? “No. Aquello me empeoró… ¡Me empeñé en demostrar que lo merecía! Me esforcé, trabajé más y más…”Puedo más”, me decía. Quise disipar sospechas. Y todo esfuerzo era poco, todo triunfo era poco” ¿Cómo salió del bucle destructivo? Le pregunta Víctor-M.? “¡Fue difícil! Como mujer me esforzaba a ser más brillante que cualquier hombre. Hoy sé que cualquier mujer tiene derecho a ser tan mediocre como cualquier hombre”. <b>Espido</b> dice que le ayudó a ver la luz “la meditación primero. Y la psicoterapia de grupo, enseguida escuchas al otro, te ves reflejada, y la ayudas a relativizar sus cosas… ¡Y aprendes a relativizar las tuyas!…En otras personas es natural estar bien, en mí es pura determinación: ¡No volveré a hundir la cabeza en aquel lugar oscuro, húmedo y frío, no quiero! La depresión es una hiedra: enraíza las patitas en la pared…y lo infecta todo”. Dramática la experiencia de quien quería sobresalir en todo. Ser la número 1.

Analicemos “ser perfectos como nuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. Esta orden Jesús no la da al hombre en general, ni a quienes se consideran cristianos porque siguen las enseñanzas de la Iglesia católica. Aceptan la enseñanza de que para alcanzar la perfección tienen que poner  sus cuerpos bajo estricta disciplina: flagelaciones, largos ayunos, cilicios, es decir, mortificando el cuerpo cuanto más mejor. No se debe dejar levantar la cabeza a las pasiones carnales. Se pretende alcanzar la perfección del Padre celestial sin conseguirlo. La tortura física  no es el camino para obtenerla.  “Ser perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” se pide a aquellos que creen que Jesús es el Salvador, que murió por ellos en la cruz, que la sangre derramada en el Gólgota limpia todos sus pecados. Por la fe en Jesús, que es un regalo de Dios, se convierten en hijos de Dios que no han alcanzado la perfección del Padre celestial, que Jesús les pide. Se inicia un proceso que el apóstol Pablo describe de manera muy entendedora, haciéndonos ver que el narcisismo cristiano no es el camino que conduce a la perfección cristiana.

El apóstol Pablo escribiendo a los cristianos de Filipos, les dice: “Porque nosotros somos la circuncisión (verdaderos cristianos), los que en espíritu servimos a Dios, y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo  confianza en la carne” (Filipenses 3: 3). El apóstol hace un breve resumen de su vida anterior como perseguidor de los cristianos. Declara su condición de narciso al afirmar que en cuanto a su fidelidad a la Ley de Dios <i>irreprensible</b> (v.6). Ahora, el prestigio que gozaba en el judaísmo siendo fariseo orgulloso de lo que consideraba estricta observancia de la Ley de Dios, como cristiano “estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura por ganar a Cristo” (v.8).

Ahora el apóstol enseña el camino que conduce a la perfección del Padre celestial: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto, sino que prosigo por ver si logro asir aquello para lo cual fue también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo alcanzado, pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que queda delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (vv. 12-14). Llega al final de la carrera cristiana, que describe con estas palabras: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, el Señor Jesucristo, el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas” (vv. 20,21). El apóstol Pablo y todos los que tienen su misma fe alcanzarán la perfección del Padre celestial al encontrarse en el reino de los cielos, en donde no existe pecado, la muerte ha sido vencida por la resurrección de Jesús y la corrupción física del tiempo presente habiendo sida transformada en incorruptibilidad. ¡Ah! Y el aguijón del pecado destruido. Allí en donde no hay pecado no hay muerte.

Octavi Pereña i Cortina

3 de agosto 2020


 

EL VIRUS DE LA MUERTE

<b>La muerte si no es revestida por la vida, el hombre fallece eternamente</b>

<i>Todos los virus, y no solo el coronavirus</i> es el título del escrito redactado por <b>Miguel Pita</b>, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Madrid. Si he de ser sincero no he entendido nada de lo que el profesor Pita dice sobre los virus. Sí que me ha interesado el título:<i>Todos los virus, y no solo el coronavirus</i>: “La existencia de estos seres que la mayoría de los expertos rechazan aceptar como <i>seres vivos</i>. La comunidad científica está interesada en los que no son “seres vivos” que producen patologías que hacen ir de cabeza  a médicos, políticos, economistas y la sociedad en general, como lo hace el coronavirus hoy. Nos trastorna a todos.

El título del escrito de <b>Miguel Pita</b> señala que se tienen que tener en cuenta a todos los virus, no solamente el coronavirus, hoy de moda, por sus efectos devastadores. Quede claro que en mi escrito no me voy a referir a “estos seres” que la mayoría de los expertos rechaza considerarlos “seres vivos”. El virus al que me refiero no se le puede investigar en un laboratorio con la finalidad de fabricar una vacuna que proteja a las personas de la patología que los hace mortíferos.

El coronavirus, como los virus que le han precedido, en su momento adquirieron notoriedad por la mortalidad que ocasionaban. La muerte no solamente la producen estos “seres” que la mayoría de los expertos no considera que sean “seres vivos”, que se les llama virus. La muerte está presente en la cotidianidad. Los periódicos publican esquelas que anuncian la muerte. Los gobiernos contabilizan, para hacer estadísticas, las muertes por accidente de tránsito, laboral. Las guerras dejan miles de miles de cadáveres desparramados por el suelo. Alguien ha dejado escrito que de cada generación no quedan supervivientes. Sea por virus o por otras causas, lo cierto es que la muerte es nuestra compañera de viaje. El causante de la muerte no puede ser analizado en el laboratorio para fabricar la vacuna que erradique el fantasma de la muerte. Los potentados a lo largo de la historia han intentado vencerla, sin conseguirlo. “Porque la paga del pecado es la muerte” (Romanos 6: 23), y, “ya que todos hemos pecado” (Romanos 3: 23), todos moriremos. El salmista se pregunta: “Qué hombre vivirá y no verá la muerte? ¿Librará su vida del poder del sepulcro? (Salmo 89: 48). La respuesta es NO.

El pueblo de Israel durante su peregrinaje por el desierto muestra su manera de ser: “Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés” (Números 21: 5). “Y el Señor envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo, y murió mucho pueblo de Israel” (v.6). Como sucedía siempre, cuando las coas les iban mal, a toda prisa a pedirle perdón a Dios. En su misericordia Él escuchaba su clamor y retiraba el azote punitivo. En este caso el Señor dijo a Moisés. “Hazte una serpiente ardiente (de bronce) y ponla sobre una asta, y cualquiera que fuese mordido y mire a ella, vivirá” (v.8). y así sucedió. El veneno de las serpientes se  disipó y la mortalidad finalizó.

Este relato de las serpientes en el desierto llega al Nuevo Testamento y Jesús nos da la interpretación. El Señor conversa con un fariseo llamado Nicodemo. El tema de la conversación gira alrededor del nuevo nacimiento. El erudito fariseo ignora en qué consiste. Jesús le explica que no es un volver al vientre de la madre para volver a salir. Cristo le dice: “De cierto, de cierto te digo, el que no naciere del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 35). Algo tiene que suceder para que el hombre tenga acceso en el reino de Dios. El apóstol Pablo describe el proceso al escribir: “Pero esto os digo hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda  la incorrupción” (1 Corintios 15: 50). Para tener acceso al reino de Dios es necesario que se participe de la resurrección de Cristo.

Volviendo a la conversación que Jesús mantuvo con Nicodemo, el Maestro le explica al erudito fariseo como puede hacerse morir el virus del pecado que es el  causante de la muerte física y lo que es más importante de la espiritual: “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre (Jesús) sea levantado, porque todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3: 14,15).

En el tiempo presente ningún cristiano consigue lo que tiene que ser. Aquí entra en acción la fe que es un regalo de Dios. El apóstol Pablo escribiendo a los cristianos de Corinto redacta: “Porque sabemos que nuestra morada terrestre, este tabernáculo se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial, pues allí seremos hallados vestidos y no desnudos. Porque asimismo, los que estamos en este tabernáculo (el cuerpo) gemimos con angustia, porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Mas el que nos hizo para esto es Dios, que nos ha dado las arras del Espíritu. Así que vivimos confiados siempre, sabiendo que entretanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor porque por fe andamos, no por vista” (2 Corintios 5: 1-7). La fe del cristiano no es la fe del hombre natural que la deposita en cosas que hoy son y mañana se han desvanecido. El resultado es el desencanto, la frustración. La fe del cristiano está depositada en Jesús que como la serpiente de bronce fu levantada, así Él fue alzado en la cruz del Gólgota, muerto y resucitado, que es la garantía de que los que mueren en Cristo resucitarán gloriosos para vida eterna.

Octavi Pereña i Cortina

31 de marzo 2020

 

 

 


 

AGUA VIVA

<b>Las personas que han perdido el sentido de la vida y la consideran un absurdo son las más propensas a suicidarse</b>

Un buen número de personas padecen insomnio, nerviosismo, estrés, angustia y otras dolencias de carácter sicológico. No saben gestionar sus emociones porque no se les ha enseñado a hacerlo. No basta con decirles: No tengas miedo, no te enfades, no estés triste, el tiempo todo lo cura. Estos consejos no sirven para hacer desaparecer sus sentimientos. Las emociones no desaparecen, se tapan. Se las deposita en la mochila del alma, con lo cual empeora el estado emocional y se lucha contra él con pastillas.

<b>Macarena Berlín</b>, directora del taller <i>Depresión y suicidio la realidad silenciada</i>, dice que ha leído una nota de despedida escrita por una joven que se suicidó. Afortunadamente, dice <b>Macarena</b>, dejó una nota que decía: “Estoy rota…lo siento querida familia…jamás tendré paz…nadie merece vivir así…no quiero que me traten como un perro…sólo quería tener una vida normal…pero mi vida es un infierno…lo único que hago es llorar…ya no tendréis que cargar conmigo…he llegado al límite…adiós…lo siento…estoy rota”

<b>Ana González-Pino, presidenta de la Sociedad Española de Siquiatría Biológica, dice: “La mortalidad de niños y adolescentes es una pérdida económica y productiva importante. Y los nuestros jóvenes  se suicidan”. <b>Javier Jiménez</b>, presidente honorario de APIS, dice: “El suicidio es una solución radical sufrimiento sicológico irresistible. Pero nosotros defendemos que el trastorno viene por un sufrimiento sicológico provocado por cosas que ocurren en el día a día”.

Una joven que fue hallada muerta en la estación de Roma dejó una nota que decía: “Reconozco que queríais mi bien pero no habéis sido capaces de instruirme para el sufrimiento. Me lo habéis dado todo, incluso cosas superfluas pero no me habéis dado lo que es indispensable, y no me habéis indicado un ideal por el que merezca la pena vivir. Por eso he decidido poner fin a mi vida. No me queda otra solución”

Esta muchacha desesperada acusa a sus padres de su suicidio. No tiene razón. Sus padres no le podían enseñar “un ideal por el que merezca la pena vivir”, por la sencilla razón de que lo desconocían. Ante la caótica situación actual se acostumbra a decir que se han perdido los valores. ¿Qué valores? Lo único que conoce nuestra sociedad es el hedonismo, doctrina filosófica que considera el placer como el único o principal propósito de la vida. La joven anónima que se quitó la vida en la estación de Roma reconoce que sus padres le “habían dado todo incluso cosas superfluas”. Quizás la joven se encontraba en Roma porque sus padres la habían ayudado. Quizás suspiraba con ver la “Ciudad Eterna” y, al tenerla al alcance de la mano no encontrase lo que esperaba. Se desilusionó como todas las cosas que había tenido. Todo lo que sirve para satisfacer los sentidos decepciona.

Los padres de la joven, como la mayoría de los padres ven en sus hijos carne bautizada que se mueve, piensa, siente, llora, ríe…pero sin alma que es lo que los distingue de las mascotas que tienen en sus casas. Es por eso que en los momentos insoportables se quejan de que sus padres “no les han dado un ideal por el que merezca la pena vivir”. “El suicidio es la solución radical al sufrimiento sicológico por cosas que ocurren en el día a día”.

La chica que se quitó la vida en la estación de Roma, en su desespero encontró a faltar algo por lo que valiese la pena vivir. En  vez de pedir para recibir, buscar para encontrar, llamar para que se le abriese la puerta, la salida más fácil fue quitarse la vida. La joven se queja de que sus padres no “le han dado lo que es importante y no le han dado un ideal por el que merezca la pena vivir”. Esta carencia que descubre la adolescente antes de quitarse la vida, ¿la poseen los padres para que puedan enseñarla a sus hijos para que no opten por el suicidio? Las estadísticas manifiestan que se dan demasiados casos de suicidios entre niños y adolescentes. No son casos aislados.

Jesús fatigado y sediento por la caminata se sienta junto a un pozo. Una samaritana se acerca acarreando un jarro para llenarlo de agua. Jesús le dice: Dame de beber”. Es así como se rompe el hielo entre un judío y una samaritana. Debido a prejuicios religiosos, judíos y samaritanos no se relacionaban. Del agua del pozo pasan a hablar del agua viva que apaga la sed para siempre, que es Jesús. De la sensualidad a la espiritualidad. De las necesidades corporales a las del alma. Jesús le dice a la mujer: “Cualquiera que beba esta agua,  volverá a tener sed, mas el que beba el agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salta para vida eterna”  (Juan 4: 4-42).

Más tarde Jesús explica a sus oyentes quien es el agua viva. Les dice: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán  ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en Él” (Juan 7: 38,39). Los padres que hayan creído en Jesús, aun cuando dé la sensación de que no haya ocurrido nada, interiormente, por el Espíritu Santo recibido se encuentran en otra dimensión haciendo que estén en condiciones de transmitir a sus hijos lo que la joven que se suicidó en la estación de Roma se quejase  que no lo había recibido de sus padres: “Lo que es indispensable y el ideal por el que valga la pena vivir”. No basta con que los padres hayan creído en Jesús, la riqueza hallada deben compartirla con sus hijos. Si no aceptan el ideal por el que vale la pena vivir, potencialmente son candidatos al suicidio.

Octavi Pereña i Cortina

17 de agosto 2020


 

VIGENCIA DE LOS MANDAMIENTOS

<b>Los mandamientos de Dios sirven para que los caminos de los hombres sean rectos</b>

“Lo que aconteció el 4 de octubre de este año 2019 en los jardines del Vaticano y posteriormente en la basílica de San Pedro en relación al culto idolátrico celebrado en honor de la diosa Pacha Mama y en connivencia  de los más altos cargos de la curia romana incluido su representante máximo el Papa Francisco, pasará a la historia como un punto de inflexión dentro de esa Iglesia. Con la absorción de unos rituales paganos propios de la cultura amazónica, Roma ha expresado lo que interiormente llevaba conociéndose hace mucho tiempo, el acomodamiento a todas las culturas y formas de religión con miras a no ofender a nadie y aglutinar en su seno el eclecticismo más obsceno e inimaginable” (Carlos Rodríguez).

Es interesante conocer quién es esa diosa Pacha Mama: “La Pacha Mama es una diosa reverenciada por los indígenas de los Andes. Pacha Mama acostumbra a traducirse  como “Madre Tierra”. La Pacha Mama y el Inti eran las dos deidades más benevolentes y adoradas en el Imperio Tahuantisuyo…Las celebraciones en honor a la Pacha Mama incluyen ofrendas de manjares, objetos y flores. En la antigüedad se sacrificaban llamas para pedirle buenas cosechas para el año que empezaba…En lo que se llama sincretismo religioso, con la llegada de los colonizadores que intentaban impone su cultura y religión, las tradiciones de ambas culturas se entremezclaban y producían nuevas divinidades, fiestas y tradiciones que cogían un poco de cada origen”.

Monseñor Felipe Arizmendi, obispo emérito de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México, en su escrito: <i> ¿Es diosa la Pacha Mama?</i>, niega que lo que ocurrió el 4 de octubre de 2019 hubiese sido un acto idolátrico: “Nada de eso hubo. No son dioses, no fue un culto idolátrico. Son símbolos de realidades y vivencias amazónicas, con motivaciones no solo culturales, sino también religiosas, pero no de adoración, pues esta se debe solo a Dios” ¿La Iglesia católica rinde culto únicamente a Dios? La evidencia dice que no. ¿Qué son todas estas vírgenes, santos y cristos bajo cuya advocación se someten naciones, ciudades, pueblos? ¿No son actos de idolatría invocar a los santos patrones nacionales y locales?

El artículo 2131 del Catecismo de la Iglesia Católica finaliza con esta declaración: “El Hijo de Dios al encarnarse inauguró una nueva “economía” de las imágenes”. Con esta declaración prepara al lector a aceptar lo que dice el artículo que le sigue: “El culto cristiano de las imágenes no es contrario al primer mandamiento que prohíbe los ídolos. En efecto el honor que tributamos a una imagen se refiere al modelo original, y el que venera a una imagen, venera la persona que representa. El honor que damos a las sagradas imágenes es una “veneración respetuosa”, no una adoración que solamente se debe a Dios. El culto de la religión no se dirige a las imágenes por ellas mismas como realidades, sino que se las mira bajo un aspecto propio de imágenes que nos llevan al Dios encarnado. El movimiento que se dirige a la imagen como tal, no se detiene, ya que llega a la realidad representada por la imagen”.

El resumen que hace el Catecismo en el artículo 2141, dice: “El culto de las sagradas imágenes se basa en el misterio de la encarnación del Verbo de Dios”. ¿No es contrario al primer mandamiento? Ahora resulta ser que Jesús es el responsable de la magnitud idólatra que se da en la Iglesia católica desde los pies a la cabeza. ¿No la prohíbe con claridad el Nuevo Testamento? Es taxativo en este sentido: “¿No sabéis que ni los…idólatras …heredarán el reino de los cielos” (1 Corintios 6: 9,10). Como coletilla añade: “Y esto erais algunos, mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido purificados, ya habéis sido perdonados en el Nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (v.11). La idolatría es injustificable.

Monseñor Felipe Arizmendi dice: “Es mucho atrevimiento condenar al Papa como idólatra, pues nunca lo ha sido ni lo será”. Si el Papa no es idólatra, porque fue a la iglesia de San Marcello para interceder ante el  milagroso crucifijo que se guarda allí recordando los milagros que supuestamente hizo para que termine la pandemia del coronavirus?

¿Qué es sino idolatría la plegaria  del papa Francisco que difunde el llamado <i>video del Papa</b>: “Bajo tu protección nos acogemos, santa María Madre de Dios, no rechaces las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, mas bien líbranos de todo peligro, oh siempre Virgen gloriosa y bendita” ¿Es que Jesús no resucitó y que ahora se encuentra en la diestra del Padre intercediendo por nosotros? ¿Es que el Espíritu Santo no nos enseña a orar cómo debemos? ¿Es que el Padre no escucha el Padrenuestro cuando nos dirigimos a Él? ¿Es que la Trinidad duerme y se precisan intercesores humanos para despertarla?

Según la martingala del Catecismo la Iglesia católica no es idólatra. Sí, según las palabras de Jesús: “No penséis que he venido a abrogar la Ley o los profetas, no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Ley, hasta que todo se haya cumplido” (Mateo 5: 17,18). Según Jesús el mandamiento: “No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen ni ninguna semejanza…No te inclinarás a ellas, ni las honrarás” (Éxodo 20: 3-5), sigue vigente en el siglo XXI porque todavía no se ha cumplido todo.

Octavi Pereña i Cortina

28 de julio 2020


 

PERSONAS NORMALES: CRÍMENES HORRILANTES

<b >¿Pueden personas normales convertirse en Eichmanns?</b>

Una experiencia que quizás nos ayudará a comprender a naturaleza humana. Es un poco extensa pero merece la pena transcribirla.

En el año 1960 el servicio secreto israelí diseñó el atrevido secuestro de <b>Adolf Eichmann</b>, uno de los cerebros del Holocausto. Después de atraparlo en su escondrijo suramericano se le condujo a Israel para ser juzgado.

Iniciado el proceso, los acusadores llamaron a declarar como testigos a antiguos prisioneros de los campos nazis de exterminio. Uno de ellos fue <b>Yehiel Dimur</b> que milagrosamente consiguió escapar de Auschwitz. Cuando fue llamado a testificar  miró fijamente al hombre que se encontraba confinado dentro de una cabina de vidrio a prueba de balas, que había matado personalmente a sus amigos y supervisado la muerte de millones de personas. Cuando se encontraron los ojos de ambos, los de la víctima y los del verdugo, se miraron fijamente. La sala guardó un silencio sepulcral debido a la tensión del momento. Nadie estaba preparado para ver lo que iba a suceder a continuación: <b> Yehiel Dimur</b> se puso a gritar y a llorar. Se desplomó. ¿Fue  vencido por el odio…por los terribles recuerdos…por el mal que <b>Eichmann</> había ocasionado? No. Más tarde explicó en una entrevista televisiva la causa de su desplome. Fue al ver que <b>Eichmann</> no era la demoníaca personificación del mal, como esperaba. Más bien era un hombre normal como cualquier otro. En aquel instante <b>Dimur</b> comprendió la aterradora realidad de que el pecado y el mal son la condición humana. “Tuve miedo de mí mismo” dijo  “<b>Dimur</b>, “me di cuenta de que yo era capaz de hacer lo mismo que él”

La sorprendente declaración de <b>Dimur</b> impulsó a <b>Mike Vallace</b>, presentador del programa a girar la cámara y, dirigiéndose a la audiencia le hizo la más dolorosa de las preguntas: “¿Cómo fue posible que un hombre pudiese hacer lo que hizo <b>Eichmann</b>? ¿Quizás era una cosa todavía más terrorífica…era un hombre normal?”.

¿Cómo fue posible que Judas, el discípulo de Jesús que por treinta monedas de plata cometiese la traición más horrible de la historia? El texto bíblico nos da la respuesta: “¿No os he elegido a vosotros les dice (Jesús), y uno de vosotros es un diablo?” (Juan 6: 70). Jesús escoge como discípulo suyo a una persona que ya sabía que le traicionaría. La condición moral de Judas únicamente la conocía Jesús. Para los otros. era una persona normal, considerada buena y más si se tiene en cuenta que era un discípulo de Jesús. El clímax de la maldad latente que se escondía en el alma de Judas se hizo evidente “cuando cenaban, como el diablo ya se había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, para que le entregase” (Juan 13: 2). A los ojos de los otros discípulos Judas era una bellísima persona, pero en el fondo era un malvado, hasta que los ojos vieron la buena pieza que era, cuando, la perversidad que se escondía en su corazón le llevó a cometer la Gran Traición.

El corazón del hombre no puede permanecer vacío. Es como un vaso: si está lleno de agua no lo está de aire. Si no hay agua el aire ocupa el espacio vacío. El alma tampoco puede permanecer vacía. Si no la llena Dios lo hace el diablo. Y, el maligno la lleva a convertir en dioses las cosas creadas, convirtiendo el Dios incorruptible en una imagen de hombre corruptible la llamada Semana Santa lo expone a las mil maravillas. La sustitución del Dios eterno por dioses de fabricación humana tiene sus consecuencias: “Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada para hacer cosas que no convienen, estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad, llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños, malignidades, murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, sin misericordia” (Romanos 1. 28-31).

La pregunta que <b>Mike Vallace</b> a la audiencia: “¿Cómo es posible que un hombre hiciese lo que hizo <b>Eichmann</b>? ¿O quizás era una cosa todavía más terrorífica…era un hombre normal?”, nos debería mover a preguntarnos: Si una persona normal sin Dios como lo era Judas, a pesar de su religiosidad, lo llevó a cometer la Gran Traición, ¿debería extrañarnos que una persona normal como lo era <b>Eichmann</b> cometiese el genocidio que cometió? Si en el corazón de una persona se introduce el diablo la posibilidad de hacer daño no tiene límite.

Octavi Pereña i Cortina

21 de abril 2020


 

ARREPENTIMIENTO

<b>El arrepentimiento a Dios proporciona la paz que sobrepasa la comprensión humana</b>

Una de las viñetas de EL ROTO muestra a un ángel cubriendo su rostro con una mascarilla mirando hacia la Tierra. El texto dice: ”¡Os traigo un mensaje!”. Desde la Tierra el mensajero recibe la respuesta. “Vale, pero mejor déjalo a la puerta”.

 

Los estamentos eclesiásticos  dan respuesta al mensaje que llega desde los cielos con el humanismo cristiano tan propio de la doctrina católica, respuesta que no da tranquilidad a quienes sufren las consecuencias de la pandemia.

Desconozco si el lector ha visto el video del Papa que difunde diariamente TV13. Da pena y más cuando en la primera quincena de abril de 2020 se celebró la llamada Semana Santa, que en principio tendría que servir para recordar que el niño nacido en Belén, al que se le puso por Nombre Jesús “porque salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1: 21) y que llegado el cumplimiento del tiempo, como sustituto de los pecadores murió en la cruz para perdón de los pecados y fue resucitado al tercer día como garantía de que quienes creen Él también serán resucitados con cuerpos semejantes al del Resucitado.

En este tiempo de tanta confusión religiosa sería aconsejable que prestásemos atención a las palabras que el apóstol Pedro dirigió a las autoridades religiosas que le pedían explicaciones de cómo había curado a un mendigo cojo: “Sea notorio a todos vosotros y a todo el pueblo de Israel, que en el Nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los murtos, por Él este hombre está en vuestra presencia sao. Este Jesús es la Piedra repudiada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro Nombre bajo el cielo, dado a los hombres en que podamos ser salvos” (Hechos 4: 10-12).

Volvamos al video del Papa y a su plegaria intercesora a favor de los afectados por el  veneno del coronavirus: “Bajo tu protección nos acogemos, santa María Madre de Dios, no rechaces las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, mas bien líbranos de todo peligro, oh siempre Virgen gloriosa, bendita”. En esta plegaria papal brilla por su ausencia el Nombre Jesús que según el profeta “se llamará Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno y Príncipe de paz” (Isaías 9: 6). Muchos de los que hoy se consideran cristianos, persuadidos por los “edificadores” rechazan “la Piedra reprobada”. Ello tiene sus consecuencias para los que abandonando al Todopoderoso creador del cielo y de la Tierra adoran a ídolos mudos que tienen ojos que no ven, oídos que no oyen, piernas que no andan y que tienen que ser transportados.

En el Antiguo Testamento contiene  muchas referencias a las terribles consecuencias que se tienen que soportar los que  dan la espalda a Dios y adoran a los que no son dioses. Citaré una. “Y vino palabra del Señor a Jehú (profeta) contra Baasa (rey de Israel), diciendo: Por cuanto yo te levanté del polvo y te puse por príncipe sobre mi pueblo Israel y has andado en el camino de Jeroboam” (con Reboam, hijo de Salomón, Israel se dividió en dos: Judá e Israel. Jeroboam fue el primer rey del nuevo Israel. Para evitar que el pueblo acudiese a Jerusalén para adorar a Dios en el templo construido por Salomón, esculpió dos becerros de oro que instaló en los dos extremos del país), “y has hecho pecar a mi pueblo Israel, provocándome a ira con tus pecados, he aquí yo borro la posteridad de Baasa, y la posteridad de su casa”.  (1 Reyes 16: 1-3). Convertir la gloria del Dios eterno a semejanza de ídolos, sean d la clase que sean, siempre despierta la ira de Dios.

El apóstol Pedro dirigiéndose a la multitud que “alababa a Dios” al contemplar el milagro realizado dijo: “Así que arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados, para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio” (Hechos 3: 19). En los mensajes que transmiten por los medios de comunicación quienes tienen la posibilidad de hacerlo no aparece ni por casualidad la palabra “arrepentimiento”. Es como si no existiese en el diccionario. El contenido de dichos mensajes está centrado en el esfuerzo humano: “Unidos venceremos”. Nos consideramos dioses  y no necesitamos para nada la ayuda de Dios. Carecemos de humildad para reconocer nuestras limitaciones. Tropezamos dos veces con la misma piedra, dice el refrán. Necesitamos un mensaje que nos llegue del cielo. No le digamos al que lo envía: “Vale, pero mejor déjalo en la puerta”. “Pon oh Señor”, dice el salmista “temor en ellos, conozcan las naciones que no son sino hombres” (Salmo 9: 20). En nuestro engreimiento creemos que podemos con todo. Lo cierto es que vamos de fracaso en fracaso.

“Feliz aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en el Señor su Dios, Él hizo los cielos y la Tierra, el mar y todo lo que en él hay, que guarda verdad para siempre, que hace justicia a los agraviados, que da pan a los hambrientos, el Señor libra a los cautivos…” (Salmo 146: 5-9).

Octavi Pereña i Cortina

27 de abril 2020


 

MIEDO VENCIDO

<b>”Los miedos imaginarios son peores que los reales” (Shakespeare)</b>

“La vida real es horrible. Mi padre hacía terror estéticamente bonito, pero el mundo es realmente feo, peor que una película de terror. He visto cien veces la película de mi padre<i>Profundo rosso</i> y sigo chillando, pero lo que es realmente horrífico es hacia dónde va el mundo. Parece que al poder le interese que la gente tenga miedo, porque paraliza y es una manera de controlarnos” (<b>Asia Argento</b>, actriz).

Desde la aparición del terrible coronavirus, el miedo está a flor de piel. El Roto, en una de sus viñetas dice: “El miedo es un microscopio que lo agranda todo”. En otra viñeta muestra a dos hombres huyendo de unos negros nubarrones que los persiguen. Uno de ellos dice al otro. “¡Corre que viene!” “Qué? Pregunta el otro. “¡El miedo!”, responde el primero.

“Permitidme decir que mi creencia más firme es que de la única cosa de la que tenemos que tener miedo, es el miedo, nefasto, no razonable, injustificado temor que paraliza los esfuerzos que se necesitan para convertir la retirada en un avance” (Franklin D. Roosevelt). Jesús que luchó contra el miedo que existe desde el principio, que hace ver fantasmas inexistentes en el horizonte, dijo: “Hombres de poca fe” a su auditorio. Los incrédulos se preocupan por lo “¿qué comeremos, o qué beberemos, o con qué nos vestiremos?” (Mateo 6: 31). Vosotros tenéis que saber que si el Padre celestial se preocupa de que a las aves no les falte comida y viste de belleza a los lirios, “No os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Baste a cada día su propio mal” (v. 34).

La preocupación desmesurada por el futuro, prójimo o lejano, se debe a que nos sentimos desamparados, perdidos, solos, sin punto de referencia al que agarrarnos con fuerza para enfrentarnos al futuro con tranquilidad y serenidad.

Tenemos que ir al origen de la Historia para descubrir el inicio del miedo que nos atenaza y que nos impulsa a vivir con angustia e inquietud permanente.

La primera vez que aparece la palabra <i>miedo</i> en la Biblia es después de que Adán y Eva hubiesen comido el fruto del árbol prohibido y se escondiesen de la presencia de Dios. Éste dirigiéndose a Adán, le dice: “¿Dónde estás?” El hombre le responde: “He escuchado tu voz en el jardín, y he tenido MIEDO porque estoy desnudo, y me he escondido” (Génesis 3,10). “El miedo es la emoción más antigua y más fuerte de la humanidad” (<b>H. P. Lovecraft</b>). El origen del miedo se encuentra en el hecho de que la relación íntima con Dios se ha roto. Con el sacrificio que Dios hace de unos animales con las pieles de los cuales cubrió la desnudez que avergonzaba a nuestros primeros padres, simbólicamente está anunciando la muerte de Jesús en la cruz y que la sangre derramada limpia todos nuestros pecados. Ahora Dios deja de ser un Ente irreal, fabuloso, para convertirse por la fe en Jesús en un Ser real y cercano. Esta proximidad es la que permite al ser humano invocarle en los momentos de necesidad. Se convierte en la Roca que es el cimiento para edificar una vida estable y que no se tambalee en las vicisitudes de la vida, que son muchas.

Testigos de que el perdón de los pecados lleva a la convicción de que Dios es un Ser real, muy cercano y misericordioso:

“Busqué al Señor, y Él me oyó, y me libró de todos mis temores” (Salmo 34: 4).

“En el día que temo, yo en ti confio. En Dios alabaré su palabra, en Dios he confiado, no temeré, ¿qué puede hacerme el hombre?” (Salmo 56: 3,4).

“Alzaré mis ojos al que habita en los cielos, ¿de dónde me llega el socorro? Mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra” (Salmo 121: 1).

Al Dios del Antiguo Testamento a quien nadie vio jamás se hace visible en la persona de Jesús que muestra el corazón misericordioso del Dios Invisible: “La paz o dejo, mi paz os doy, yo no os la doy como el mundo  la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14: 27).

Con el amor propio de Dios misericordioso, Jesús que vino a la tierra para ser el Camino que conduce al Padre celestial, invita a todos aquellos a los que el pecado les ha inoculado el virus del miedo: “venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil, y ligera la carga” (Mateo 11: 28-30).

Octavi Pereña i Cortina

5 de mayo 2020


 

PODER JUDICIAL

<b>Quien quiere administrar justicia  huya  del amiguismo</b>

El 64% de los españoles dice que no confía en el sistema judicial. Únicamente el 39% cree en la independencia  de los tribunales y de los jueces. Ética, objetividad e imparcialidad son las tres ramas imprescindibles en democracia para que la ciudadanía no pierda la confianza en la justicia.

Con el estallido del coronavirus se oyen voces que dicen que cuando la pandemia desaparezca, nada seguirá igual. Se harán las cosas de distinta manera. Eso no se lo creen ni los mismos que lo afirman. En medio de la plaga nos damos cuenta de que quienes guían el país no han cambiado sus maneras de gobernar. Es que no pueden hacerlo. Se lo impide su condición humana. “¿Mudará el etíope (la persona de color) su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podéis vosotros hacer el bien, estando habituados a hacer el mal?” (Jeremías 13. 23). Los buenos propósitos de cambiar no sirven cuando se toca la naturaleza humana. “Genio y figura hasta la sepultura”.

Algunos, amparándose en Romanos 13:1 defienden la obediencia servil a la autoridades. Esta inviolabilidad no la defiende la Biblia. Un caso que exponen las Sagradas Escrituras cristianas de que las autoridades no son intocable es éste: “Y Josafat (rey de Judá) puso jueces en todas las ciudades fortificadas de Judá, por todos los lugares: Mirad lo que hacéis, porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar del Señor, el cual está con vosotros cuando juzgáis. Sea, pues, con vosotros el temor del Señor, mirad lo que hacéis, porque con el Señor nuestro Dios no hay injusticia ni acepción de persona, ni admisión de cohecho” (Jeremías 14: 4-7). Este texto muestra cómo debe interpretarse Romanos 13: 1. “Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas”.

Las autoridades en general y los jueces en particular han recibido de Dios autoridad delegada. Para entender dicha delegación tenemos que ir al Decálogo que se encuentra en Éxodo 20. Los primeros versículos exponen esta declaración: “Yo soy el Señor tu Dios” (v.2), enfatiza la autoridad suprema. En el versículo 12 Dios delega autoridad en el cimiento social que es la familia: “Honra a tu padre y a tu madre”. En Efesios 6 dice: “Hijos obedeced a vuestros padres porque esto es justo” (v.1). Nos remite a Éxodo 20: 12 cuando dice: “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa” (v.2). También especifica cómo deben ser las relaciones entre conyugues: “Someteos unos a otros en el temor de Dios. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor: Porque el marido es cabeza de la mujer, así  como Cristo es la Cabeza de la Iglesia, la cual es su Cuerpo y Él es su Salvador” (Efesios 5. 21-23). La anarquía no es buena filosofía para gobernar una sociedad por pequeña que sea como lo es el ente familiar. La política de hacer cada uno lo que mejor le arezca no es la más indicada para gobernar una sociedad, de ahí el caos que existe en nuestros días. A medida que el núcleo familiar  se ensancha convirtiéndose en infinidad de núcleos familiares, se precisa que se regule la relación entre ellos. Aquí entran en escena las autoridades que como muy dice Romanos 1: “Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas”.

Vayamos a los jueces que también son autoridad: “Mirad lo que hacéis porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar del Señor, el cual está con vosotros cuando juzgáis. Sea, pues, con vosotros el temor del Señor, mirad lo que hacéis, porque con el Señor nuestro Dios no hay injusticia, ni acepción de personas, ni admisión de cohecho”.

Que el 64% de los españoles no confíen en el sistema judicial y únicamente un 39% lo haga con la independencia de tribunales y jueces, precisa que se pregunten si cuando administran justicia lo hacen como representantes de Dios o lo hacen movidos por el temor al hombre. De dar una respuesta correcta depende de que los españoles confíen o no en el sistema judicial.

Octavi Pereña i Cortina

12 de mayo 2020


 


EL SIGNIFICADO DE LA PAZ

<b>”No hay paz para los malos, dice el Señor</b>

El título de este escrito es el mismo que lleva el cuento escrito por <b >Paulo Coelho</b>, publicado con el propósito “que los niños lo lean en compañía de sus padres durante el confinamiento”. Es pues un relato de entretenimiento que distorsiona el significado de la paz.

“Érase una vez un rey que gobernaba un reino en donde todo el mundo era feliz, a pesar de que los reinos vecinos vivían en un estado de guerra permanente”.

“Es peligroso vivir rodeados de guerra”, pensó el rey preocupado. “Un día se pueden cansar de luchar entre ellos y atacarnos. ¿Cómo les podemos enseñar a nuestros vecinos la importancia de la paz?”

Un día que el rey estaba  sentado en la orilla de un lago, pasó un barquero al que le preguntó: “¿Se te ocurre cómo podríamos enseñar a nuestros vecinos la importancia de la paz?” El barquero le respondió: “Como todos hablan idiomas diferentes no sé si nos podríamos entender”. Después de un rato de pensar en las palabras del barquero al rey se le acudió la idea de consultar a sus súbditos: “Quien consiga crear un cuadro sobre la paz recibirá diez monedas de oro”. Finalizado el plazo establecido por el rey y estimulados por la recompensa todo el mundo pintó un cuadro siguiendo las bases del concurso establecidas por el rey.

Escogida la pintura “el cuadro viajó hacia muchos reyes, y uno a uno todos comprendieron el mensaje del rey, y la paz llenó sus corazones”. Colorín colorado y este cuento ha terminado. No creo que el lector crea la enseñanza que aporta el cuento de <b >Paulo Coelho</b>. No es nada más que una moraleja.

La paz no es precisamente una ausencia de guerra. A lo largo de la historia las naciones han firmado tratados de paz. Los cañones han dejado de vomitar fuego, pero en los países pacificados sus ciudadanos siguen resentidos, descontentos y el odio sigue aflorando en sus corazones lo cual genera nuevos conflictos. Siguiendo la táctica de las “fake news” los gobernantes dicen que han aprendido la lección y que esta ha sido la última guerra. Pero las guerras estallan de acá a acullá motivadas por fabricantes y traficantes de armas que no quieren perder su negocio. La paz verdadera se la tiene que ir a buscar en otro lugar.

Jesús en el llamado Sermón de la Montaña, entre otras cosas, dijo: “Felices los pacificadores porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5: 9). Pacificador, en el verdadero sentido de la palabra no lo es cualquier persona que tenga a flor de labios la palabra paz. A pesar de no estar en época navideña, recordar el nacimiento de Jesús es bueno hacerlo en cualquier época del año. El profeta Isaías que anunció la encarnación del Hijo de Dios lo hizo con estas palabras: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro, y se llamará su Nombre…Príncipe de Paz” (9:5,6). Quienes creen en Jesús  como a su Señor y Salvador poseen su Espíritu y, éste va formando en ellos la imagen de Jesús lo cual los convierte en personas felices porque en ellas se forma el carácter pacificador de Jesús, el Príncipe de Paz, se va formando en ellos. Los creyentes en Cristo se convierten en pacificadores y la paz se extiende en nuevas personas que asimismo creen en el Príncipe de Paz.

Nuestra sociedad mayormente está formada por persona, agnósticas, ateas, incrédulas, es decir, por personas no regeneradas que no saben lo que es “el camino de la paz” (Romanos 8: 17). Esta multitud, codo a codo con <b >Paulo Coelho</b> enseña a los niños “el significado de la paz” que no tiene nada que ver con el sentido que le da la Biblia. La enseñanza de <b >Paulo Coelho</b> es una fábula que jamás aportará paz genuina.

El papa Pablo VI promulgó que en el primer día del año se celebrase el día de la paz, con estas palabras: “Nos dirigimos a todos los hombres  de buena voluntad para exhortarlos a celebrar el día de la paz en todo el mundo, en el primer día del año civil, 1 de enero de 1968.

Han transcurrido 52 años desde que se promulgó la celebración del día de la paz en todo el mundo. Por lo que se ve no se han encontrado hombres de buena voluntad que se encarguen de llevar la paz en el mundo. Guerras y rumores de guerra a doquier. No está al alcance de hombre instaurar la paz verdadera.

De pacificadores, al decir de Jesús, siempre han sido una minoría. Estas minorías que han vivido a lo largo de la historia serán .los ciudadanos del Reino de Dios eterno, en el que el pecado que es el  causante de todos los males que nos afligen no habrá lugar en él. Quienes hoy son pacificadores a la vez que pecadores, son pacificadores muy imperfectos. Cuando se establezca el Reino de Dios eterno, estos pacificadores hoy defectuosos, habrán sido desposeídos de la más mínima mácula de pecado. Entonces y solamente entonces existirá una sociedad que vivirá en perfecta paz.

Octavi Pereña i Cortina

25 de mayo 220

 

 


 

ANCIANIDAD

<b>”Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares” (Salmo 71:18)</b>

Una viejecita encorvada y apoyándose en un bastón, piensa: “La llamaban residencia, pero era una morgue” (El Roto). La reflexión de esta ancianita es muy oportuna en estos días de la pandemia del coronavirus y del protagonismo que han adquirido las residencias de ancianos por las excesivas defunciones que se han producido en dichos centros asistenciales.

“En Occidente se ha roto el ciclo natural de la solidaridad generacional y confinan en geriátricos, orilla del alma, a nuestros mayores después de haberlos exprimido”, <b>Víctor Gómez-Pin</b>, pensador. La periodista le pregunta al pensador, ¿cuál es la alternativa? El entrevistado responde: “Recuperar la solidaridad entre abuelos, padres e hijos de la vida agraria, porque hemos retrocedido hasta dejar a nuestros padres mal aparcados en estas cunetas: España integra a los mayores en fiestas, tabernas en donde coinciden abuelos y nietos y toda la familia. Esto era una enorme riqueza para todos, reflejo de una sociedad generosa. Pero la civilización Occidental ha normalizado la rotura de esta solidaridad que era natural”.

Esta denuncia de falta de soporte que se le debe a nuestros mayores que tan bien describe <b>Víctor Gómez-Pin</b> tiene una causa: el olvido del mandamiento: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que el Señor tu Dios te da” (Éxodo 20: 12). Refiriéndose a este mandamiento el apóstol Pablo escribió: “Honra tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con una promesa, para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra” (Efesios 6: 2,3).

No existe efecto sin causa. La degradación en que se encuentra un buen número de personas que hoy calificamos de “personas mayores” se debe a que hemos olvidado el primer mandamiento del Decálogo: “Yo soy el Señor tu Dios” (Éxodo 20: 2), que es la fuente de toda autoridad delegada.

Jesús denuncia el trato que se les da a los ancianos. Los escribas y fariseos que por lo visto no tenían nada más que hacer que espiar a Jesús y a sus discípulos, un día observan que los discípulos “comían pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban. Porque aferrándose a la tradición de los ancianos,  si muchas veces no se lavan las manos, no comen” (Marcos 7: 2,3). No contentos con criticar a los discípulos se encaran a Jesús diciéndole: “¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen con manos inmundas?” (v.5). Jesús les dice: “Por qué dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres” (v. 8). Remitiéndolos a Moisés de quien eran fanáticos seguidores, les dice: “Porque Moisés dijo: honra a tu padre y a tu madre, y el que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente” (v.10).

Las tradiciones humanas llevan a desechar la Ley de Dios. Jesús a quien los sacerdotes y fariseos consideraban ser infractor de la Ley de Moisés porque según ellos no respetaba el descanso sabático porque en sábado curaba a enfermos, les dice: “Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: es Corbán, que quiere decir mi ofrenda a Dios, todo aquello con que pueda ayudarle, y no le dejáis hacer más por su padre o su madre, invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a esta” (vv.11-13).

Las tradiciones que se basan en enseñanzas religiosas que no tienen el respaldo de la Biblia se convierten en religiones sin Dios, porque las tradiciones son los dioses que adoran. Los tradicionalistas anteponen su religión al bienestar de las peonas. Los versículos que comentamos nos dicen que si una persona  hacía ofrenda de sus bienes a Dios  quedaba libre desatender las necesidades de su padre o de su madre. Jesús, a quienes invalidaban la Ley de Dios por sus tradiciones los llama <i>hipócritas</i>.

Esto ocurre en nuestros días en determinados movimientos religiosos que liberan a sus seguidores de atender a las necesidades de sus padres si no pertenecen a la secta. Lo mismo ocurre con el laicismo, la religión sin Dios. <b>Víctor Gómez-Pin</b> denuncia este comportamiento cuando dice: “En Occidente se ha roto el ciclo natural de la solidaridad generacional y confían en geriátricos, orilla del alma a nuestros mayores después de haberlos exprimido”. La causa de que se confíe en geriátricos y que debido al coronavirus han ocupado espacios destacados en los medios de comunicación por sus deficiencias sanitarias en una sociedad supuestamente avanzada como la nuestra, se debe a que los ancianos convertidos  en personas no productivas conviene orillarlas porque molestan.

Octavi Pereña i Cortina

8 de junio 2020


 

LA TRAVESIA DEL DESIERTO

<b>Vivir en una sociedad amenazada por la pandemia del coronavirus es parecido a una travesía por el desierto</b>

Los políticos cuando atravesamos un desierto como lo estamos haciendo hoy debido a la pandemia con tantas incógnitas que despejar, para tranquilizarnos nos dicen que conocen el camino para salir del laberinto y conducirnos hasta un oasis donde podremos descansar de las penalidades del viaje. Nos engañan. Están tan perdidos como lo estamos nosotros. Unos titulares de prensa ponen en duda  que los dirigentes políticos sepan hacia dónde ir:

“Las nuevas directrices de Jhonson  sumergen a los británicos en la confusión”

“García Egea ve al gobierno sumido en el caos, sin rumbo, sin criterio, sin ningún tipo de indicador”.

“Sindicatos, docentes, familias, critican la capacidad de las autoridades”

“Solamente el 34% de los franceses aprueba la gestión del Gobierno durante la crisis” (del coronavirus).

<b>Leopoldo Abadía</b>, divulgador económico escribe: “En diciembre terminé un libro en donde lo anticipaba. Ahora, únicamente le he añadido algunas páginas. La humanidad está angustiada, oscura, perdida, sin referentes”.

<b>Víctor-M. Amela entrevista a <b>Leopoldo Abadía</b>, si usted mandase en España, ¿qué haría? Respuesta: “Unir a los cuatro mejores técnicos que hay en España en Economía, Sanidad, Ciencia, Educación y les daría la papeleta”. El periodista hurga: ¿No confía en el gobierno actual? El divulgador económico responde: “Visto el escaso respeto a la verdad de estos chicos que nos gobiernan, me cuesta, lo siento”. El reportero sigue hurgando: ¿Qué le gustaría ver en este mundo nuevo que ahora irrumpe? <b>Abadía</b> responde: “Ética, buenas personas y competentes al frente de las empresas”.

Al final de la entrevista <b>Leopoldo Abadía</b> ingenuamente cita a <b>Swami Shantamritamenla Puri</b>: “A pesar de que no puedes escoger dónde nacer, ni tus padres, ni tu raza, ni tu posición social, sí que puedes escoger ser buena persona”. Desgraciadamente la utopía de <b>Leopoldo Abadía</b> de encontrar buenas personas que cojan las riendas de los gobiernos, de las instituciones, de las familias, no se encuentran porque no las hay. Debajo de la apariencia de buena persona se esconde el virus del pecado que impide que las personas en general sepan tomar decisiones correctas para que puedan salir derechas de las crisis que se presentan con tanta frecuencia en este mundo salpicado por el pecado. Se puede escoger desear ser buena persona pero la condición humana lo impide en su plenitud.

<b>Immanuel Kant</b> hace esta descripción de la bondad humana: “Uno no puede librarse de cierta indignación al observar la actuación de la humanidad en el escenario del gran teatro del mundo. Haciendo balance del conjunto se diría que ha sido maquinado por una locura y una vanidad infantiles e incluso con frecuencia por una maldad y un afán destructivo así mismo pueriles de manera que al fin y al cabo el hombre no sabe qué idea hacerse sobre tan envanecida especie”. Debe abandonarse el humanismo endiosado y reconocer que el hombre es un ser caído incapaz de conseguir que sus decisiones hagan diana y se busque en Jesús que es la “luz del mundo” para que nos guie en nuestra travesía por el desierto.

Pueden parecernos  palabras muy sentidas pero que no hacen diana fueron las que dijo <b>Alessandro Lequio</b> a raíz de la muerte de su hijo Álex: “Eres y siempre serás mi luz y mi centro”. “Hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14: 12) En general es lo que está sucediendo. Tropezamos infinidad de veces en la misma piedra y no aprendemos la lección. Nos comportamos como el borracho que al despertar de su embriaguez se dice: “Me hirieron, mas no me dolió, me azotaron mas no lo sentí, cuando despierte aun lo volveré a buscar” (Proverbios 23: 35). Deberíamos aprender del salmista que se pregunta: “¿De dónde vendrá mi socorro?” El mismo da la respuesta: “Mi socorro viene del Señor que hizo los cielos y la tierra” (Salmo 121: 1,2)

Jesús se refiere al ciego que guía a otro ciego, ambos caen en el hoyo (Mateo 15: 14). Comportémonos como los ciegos de los evangelios que le pedían a Jesús: “Ábrenos los ojos”. Una promesa que no debe olvidarse de Jesús: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí, y al que a mí viene no lo echo fuera” (Juan 6: 37). Estos escogidos de Dios son los que perseveran en su palabra y no son oyentes olvidadizos, sino que le siguen de cerca. Esto creyentes no son cristianos domingueros sino practicantes de las enseñanzas de Jesús. A estos creyentes el Señor los compara “a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos y golpearon contra aquella casa, y no cayó porque estaba fundada sobre la roca” (Mateo 7: 24,25). No es así con los cristianos que se consideran “creyentes no practicantes” que se parecen “a un hombre que edificó su casa sobre la arena, y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa, y cayó y fue grande su ruina” (vv. 26,27).

Construimos la carretera pero las tormentas “Gloria” destruyen la construcción una y otra vez. Jamás el Presidente puede cortar la cinta inaugural.

Octavi Pereña i Cortina

1 de junio 2020

 


 

INTEGRIDAD

<b>Algo que no se valora cuando se piensa en la prosperidad de las naciones es en la integridad de sus ciudadanos</b>

La viñeta muestra una extraña cabeza que representa un capitalista sin entrañas. Su aspecto es amenazador. De su mollera sobresale un asta. Su boca abierta  enseña unos dientes amenazadores de la que sale humo que me imagino representa el veneno que brota de su interior. El texto que acompaña el dibujo dice: “La ética y la moral entorpecen el progreso”.

Alguien ha dejado escrito: “Vivimos en una época de disciplina, cultura, civilización, pero no una época de moralidad. El estado actual de las cosas se puede decir que incrementa la felicidad de las personas, a la vez su infelicidad. ¿Cómo podemos hacer felices a las personas, si no han sido enseñadas para alcanzar una moral elevada? Sin sabiduría no se sostiene”. Nuestro tiempo ha alcanzado cotas muy altas de cultura y educación pero la moralidad y la ética no han acompañado a su crecimiento.

El hombre perverso de la viñeta considera que la ética y la moral entorpecen el progreso. Visto cómo van las cosas, la amoralidad y la falta de ética son las causantes de todos los quebrantos que padecemos. Se dice que después del coronavirus las cosas se harán de manera diferente. Yo no lo creo. Tal como se comporta el hombre natural que la Biblia cataloga de “carnal” no puede comportarse de otra manera de como lo ha venido haciendo hasta ahora. Su condición espiritual manchada por el pecado se lo impide. De producirse el cambio de conducta deseada se producirá si previamente se ha producido la regeneración en la fuente de la ética y de la moral. Esta regeneración se encuentra en la santidad que es don de Dios por medio del Espíritu Santo. Ello hace que los principios éticos y morales no sean papel mojado. Si no se produce la regeneración espiritual que consiste en convertirse en una persona nueva por la fe en Jesús clavado en la cruz cuya sangre derramada limpia todos los pecados, como dice <b>Confucio</b> “Nos visitan los vicios como viajeros,  nos visitan como huéspedes y se quedan como amos”. Por ello es inútil combatir la falta de ética y de moral tan notorio en nuestros días si no se tiene en cuenta la intervención de Dios en nuestras vidas.

La sicóloga Elena Ellionz hace esta reflexión: “Cuando el egoísmo se convierte en un modus operante legítimo, se produce una erosión del sentimiento de vergüenza, porque la vergüenza presupone la posibilidad de ser responsable hacia los otros. Y el capitalismo ha erosionado en gran manera esta capacidad. Esta es la cultura que legitima la persecución hedonista del interés propio en todos los dominios”. Se ha perdido la capacidad de enrojecer.

La Biblia describe esta condición cono tener un <i>corazón de piedra</i>, insensible a las necesidades del prójimo. El yo prevalece sobre el otro. Sin la conversión a Dios no hay salida a la caótica situación en que nos encontramos. En muchas personas el endurecimiento de sus corazones casi ha llegado al límite. Sigue abierta la posibilidad de enrojecer. Se dan cuenta de que su comportamiento no es correcto. Desgraciadamente, en  vez de arrepentirse y abandonar los caminos erróneos camuflan sus pensamientos pecaminosos debajo de la capa de la ética como salida del lodazal. No se dan cuenta de que la ética y las leyes morales no son nada más que una capa de barniz sobre la piel. Debajo se encuentra agazapada la bestia dispuesta a saltar sobre la víctima en la primera oportunidad que se presente. Es por ello que el personaje malvado de la viñeta considere que “la ética y la moral entorpecen  el progreso” porque ignora que es la ética y la moral.

Una sociedad como la nuestra que niega la existencia de Dios, que cree que somos fruto del evolucionismo azaroso y materialista, no debe extrañarnos como dice <v>lady Violet Crowlwy</b>: “Los principios son como las plegarias. Nobles evidentemente, pero incomodas en una fiesta”

En una sociedad carente de los valores cristianos que convierten a quienes los creen firmemente en personas íntegras porque saben que Dios existe y que observa todo lo que hace el hombre. Saben que Dios es ubicuo, que está presente en todas partes al mismo tiempo. Toldo lo que haga o piense Dios lo conoce a la perfección. Es por ello que no puede dejar de obedecer los principios éticos y morales que se encuentran expuestos en la Ley de Dios para nuestro bien. Es por ello que dichas personas se proponen ser íntegras. No casi íntegras. Es algo parecido al casamiento. O estás casado o no lo estás. Casi casado no existe. En una sociedad que ha abandonado a Dios en el trastero no debería extrañarnos que se den tantos casos de falta de integridad. La palabra griega que se ha traducido <i>integridad</i> significa: “Total, sano, intacto, entero”. Es la ausencia de un doble comportamiento: “engaño, hipocresía”. Ser persona íntegra incluye ser financieramente responsable y fiable.

Muchas personas para dar fe de que lo que dicen es verdad ponen como testigo a Dios  en el que no creen o a una persona querida. Estos testigos no avalan lo que dicen. Jesús dice: “No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus  juramentos…Pero sea vuestro hablar. Sí, sí, no, no, porque lo que es más de esto procede del maligno”                                (Mateo 5: 33-37). Viendo la facilidad con que se incumple la palabra dada pone de manifiesto que nuestra sociedad está controlada por el maligno.

Octavi Pereña i Cortina

15 de junio 2020


 

MUERTE UNIVERSAL

<b>Los muertos que debido al coronavirus acaparan  la atención de los medios nos recuerdan que un día nosotros también falleceremos</b>

Con la pandemia del Covid-19 todo gira alrededor del número de fallecidos que se producen diariamente. Los portavoces de los gobiernos  diariamente nos inundan con cifras de los decesos ocurridos y que después tienen que corregir por utilizar maneras distintas de contabilizarlos. En definitiva, un embrollo que confunde a la ciudadanía. Lo que sí es cierto es que diariamente se producen millares de muertes debido al Covid-19 por todo el mundo. Estamos concentrados en los muertos causados por la “enfermedad de moda”. Los otros muertos parece ser que no cuentan. Discriminamos por diversos motivos: posición social, sexo, raza, nacionalidad…¿No tenemos suficiente con tanta discriminación que también tengamos que hacerlo con los muertos? “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9: 27). Este texto debería hacernos pensar en la doctrina de la transmigración de las almas, es decir, que las personas mueren una y otra vez y a cada reencarnación nacen con un karma distinto. Según esta filosofía las personas aprenden de la existencia anterior y se comportan mejor hasta que supuestamente un día alcanzan la unión con el absoluto, es decir, pierden su identidad.

El texto de Hebreos citado desmiente que se vivan muchas existencias. “Se muere una sola vez y después de esto el juicio”. De acuerdo con eso el futuro eterno se sella con una sola vez que se muera. De ahí la importancia que en tanto vivamos físicamente hagamos caso de la enseñanza bíblica que la vida eterna no se obtiene por las obras meritorias con las que comprar el favor de Dios, que por cierto nunca se consigue porque no hay suficiente dinero en el mundo para comprarlo. Es por la fe en Jesús que muriendo en la cruz a favor del pecador paga el incalculable precio de la salvación. “Porque hay un solo Dios, y un solo Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo2. 5).

Con el deceso se sella el destino eterno. Una vez finalizada la vida física ya no puede hacerse nada para mejorar la existencia de los fallecidos. Las plegarias por los difuntos no sirven para nada. Son un fraude que las personas que creen en su eficacia descubren cuando abren los ojos en la eternidad. Demasiado tarde para rectificar.

La aparición el Covid-19 ha sido por sorpresa. El evangelista Lucas relata dos casos de muertes colectivas súbitas. Le informaron a Jesús de la muerte de unos galileos, la sangre de los cuales el gobernador romano Pilato había mezclado con la de los sacrificios ofrecidos o aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató. Sobre estos hechos Jesús hace una reflexión: “¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los galileos?…O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que había en Jerusalén?” A menudo, cuando alguien que no nos cae bien padece una enfermedad grave o sufre un accidente que lo deja tullido de por vida, acostumbramos a decir. “Ya le está bien”. “Ha recibido su merecido”. Pensamos que por no habernos encontrado en el lugar de los hechos la muerte pasará de largo sin que la guadaña siegue  nuestras vidas. ¿Qué dice Jesús al respecto? Os digo: No, antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”                      (Lucas 13: 1-5).

Los días del hombre sobre la tierra están contados. La muerte no es un acontecimiento  fortuito. Sea debido a una larga enfermedad o a un ataque cardiaco fulminante  o a un accidente del tipo que sea, Dios ha establecido de antemano el día y la hora de nuestro traspaso. Cuando llega el día y la hora establecida, sin la demora de un segundo la guadaña hace su trabajo de segar la vida. Con la incertidumbre de la duración de nuestra vida tenemos que prepararnos para el buen morir. ¿Cómo se produce el buen morir? No como dicen las esquelas: “Ha muerto cristianamente” porque se le despida con un sepelio cristiano, sino porque “ha muerto la muerte de los justos”, es decir, habiendo vivido en la fe en Cristo cuya sangre le ha limpiado todos sus pecados. La sangre de Jesucristo es el pasaporte que le abre la puerta que da acceso al Reino de Dios.

Octavi Pereña i Cortina

22 de junio 2020


 

LA BIBLIA: LA LUZ DEL MUNDO

<b>Una enseñanza exhaustiva de la Biblia vale más que una educación universitaria</b>

Las protestas antirracistas no solamente se han extendido a lo largo y ancho de Estados Unidos, también se han esparcido por todo el mundo. La indignación por la muerte de <b>George Floyd</b> en las manos de un policía que evidenciaba que el deceso no fue fortuito, sino deliberado, ha evidenciado nuevamente el racismo institucional existente en estados Unidos. El mismo presidente <b>Donald Trump</b> con sus palabras dando soporte a la violencia de la policía no ayuda a calmar la ira de la población negra.

En medio del alud de protestas,  la negativa de los militares de poner al ejército a sofocar las protestas, <b>Donald Trump</b> se planta ante la iglesia de Saint John con la actitud teatral de cara de pocos amigos esgrimiendo una Biblia. Tal escena tiene el propósito de complacer a los evangélicos norteamericanos. Se acercan las elecciones y la popularidad del presidente <b>Trump<</b> se desploma. El uso de la Biblia como arma electoral puede complacer a un sector de los evangélicos que confraternizan con el racismo, pero no gusta a Dios que no apoya la violencia injustificada.

Vayamos a la Biblia. El cristianismo evangélico llegó a Estados Unidos con los primeros colonos ingleses que huyendo de la persecución religiosa en su país embarcaron en el May Flower para desembarcar en la costa este de lo que sería Estados Unidos. Llegaron otras oleadas de inmigrantes procedentes de otros países europeos que abandonaban sus hogares porque los reyes católicos, lacayos del papa, no los dejaban vivir y, como herejes que se les consideraba  que merecían morir.

La base religiosa de las colonias que con el tiempo se convertirían en Estados Unidos fue protestante y la Biblia era la roca sobre la que se sustentaba su fe. Es por ello que la Biblia jugó un papel tan importante en la construcción de la nueva Nación.

Cuando <b>Trump</b>, personaje de dudosa calidad moral, utiliza la Biblia como arma propagandista puede tener consecuencias electorales. Lo cierto es que no complace al Espíritu Santo que inspiró a los autores humanos a escribir los libros que contiene la Biblia. Es por ello que la Biblia es la Palabra de Dios. El Libro de los cristianos contiene duras amenazas para quienes menosprecian su contenido y se comportan de manera contraria a sus enseñanzas.

KAP, en una viñeta nos muestra a <b>Trump</b> mostrando la Biblia en su mano. A la imagen le acompaña el pensamiento que KAP atribuye al presidente norteamericano: “¿Alguien me puede decir para qué sirve esto y para quién le sirve?” La duda que KAP atribuye a <b>Trump</b> no la tenían los fundadores de las colonias ni los primeros presidentes de la nueva nación.

Quienes creen de verdad en el Padre de nuestro Señor Jesucristo consideran que la Biblia es el pan espiritual de cada día que alimenta sus almas. No es un pastal que se ingiere en celebraciones puntuales. Por decirlo de otra manera es el Libro que se tiene en la mesita de noche para tenerlo siempre a mano.

La Biblia bien leída y entendida es el tesoro más valioso que pueda tener una persona y una nación, las saca del oscurantismo, de la superstición y de la inmoralidad. La oscuridad espiritual en que se encuentran sumergidas las personas y las naciones les hace pensar que el progreso de los pueblos depende de una economía saneada y de una tecnología avanzada. La realidad nos muestra que ni la tecnología puntera ni la economía sana dan respuesta a la necesidad que tienen las personas de ser felices. Ningún texto constitucional puede garantizarla. Cualquier intento de apagar la luz que irradia la Biblia, se han hecho muchos a lo largo de la historia, se convierte en un crimen contra la humanidad.

<b>George Washington</b>, que fue el primer presidente de Estados Unidos dijo: “Es imposible gobernar el mundo con justicia sin Dios y la Biblia”. El presidente especifica: “Gobernar el mundo con justicia”. Hay muchos gobernantes en el mundo, ¿en qué nación brilla la justicia? “La justicia enaltece la nación, pero el pecado es el oprobio de los pueblos” (Proverbios 13: 34). El proverbio contrasta pecado con justicia. Ambos no pueden ir juntos. Cuando el pecado desaparece de las naciones la justicia social brilla en las mismas. Si tenemos ojos para ver lo que sucede en nuestro entorno nos daremos cuenta de la preeminencia del pecado en sus diversas manifestaciones: Injusticia social, guerras interminables, conductas antisociales, violencia de género, pederastia, robos…Lo que hace que un pueblo sea distinto y que sobresalga del resto de las naciones es si la justicia es su marca de identidad.  ¿Qué es lo que hace  que la reina de Saba tuviese interés en viajar a Jerusalén para entrevistarse con el rey Salomón?  La gloria y la fama que iban con él. Más tarde se fue apartando de la justicia que le daba renombre. Comenzó la decadencia de su reino hasta su destrucción por Nabucodonosor rey de Babilonia.

Hay muchos problemas que acaparan la atención de los gobernantes. <b>Guttemberg</b> que puso a disposición de los alemanes  la nueva tecnología de la imprenta, el primer libro que imprimió fue la Biblia. Refiriéndose a la nueva técnica de impresión, dijo: “Por medio de ella Dios sembrará su Palabra y una primavera de verdad nacerá de ella y una nueva estrella hará desaparecer la oscuridad de la ignorancia y proveerá la luz entre los hombres”. Es una pena que algunos gobernantes utilicen la Biblia como arma de propaganda política.

Octavi Pereña i Cortina

20 de julio 2020

 


 

POLITICOS CALVINISTAS

<b>La regeneración política depende de la regeneración espiritual</b>

<b>Francesc de Carreras</b> comienza así su escrito <i>Holandés y calvinista</i>: “Hace unos días en el curso de una videoconferencia familiar un hijo mío nos hizo soltar a todos una carcajada cuando dijo con cara muy seria que a la vista del “personal político que tenemos en España, la única solución era que viniesen los <i>hombres de negro</i>, se pusiesen al frente de cada uno de los ministerios y designaran presidente del Gobierno a un holandés calvinista”. Es curioso que un joven español proponga como solución del desbarajuste político en nuestro país, debido a la incompetencia  de los políticos, un Presidentes calvinista.

¿Quién fue <b>Juan Calvino?</b> Un reformador francés nacido en Noyon y fallecido en Ginebra (1514-1564). Su enseñanza se basaba exclusivamente en la soberanía  absoluta de Dios y la autoridad suprema de la Biblia como Palabra de Dios que es. Esta enseñanza hizo mella en Holanda y en los políticos. Allí en donde la Biblia brilla con fuerza las personas y las naciones salen del oscurantismo y de la superstición religiosa.

En la escala de valores los calvinistas ponen en primer lugar a Dios y que el ser humano tiene que relacionarse directamente con Él. Difiriéndose del catolicismo romano que intercala entre Dios y el hombre a la Iglesia como mediadora principal y como medidores secundarios la numerosa cohorte de santos y vírgenes, que autoriza ejerzan su papel de medidores. Cuando la Iglesia se engrandece se empequeñece a Dios. La Iglesia usurpa las funciones de Dios y lo situ en un lugar secundario. La Iglesia se alza en la parte alta del podio. El protagonismo que adquiere la Iglesia   hace, entre otras cosas, auto concederse el poder de perdonar los pecados. Jesús afirma que tiene poder de perdonar los pecados porque es Dios. Con la relevancia que adquiere la Iglesia, Jesús no es necesario. Teniendo el fiel católico a un confesor a quien ve, ¿qué necesidad tiene de Jesús a quien no ve? Mas vale pájaro en  mano que cien volando.  ¿Y si se diese el caso de que Jesús sea un mito como muchos aseguran?  Cojamos lo que vemos. A pesar de que los fieles católicos tienen el Nombre de Dios a flor de labios, realmente no creen en Él. La Iglesia le ha quitado a Dios la potestad de perdonar los pecados y la ha traspasado al hombre.

El calvinista no creen en la mediación de la Iglesia, ni en la de santos y vírgenes. Tampoco que el hombre posea el poder de perdonar los pecados como se atribuye la Iglesia. Para él solamente “hay un único Dios, y un único Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre” (1 Timoteo 2:5). “La sangre de Jesús su Hijo (de Dios) nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1: 7). Nos deja limpios como una patena. Ocurre algo parecido a lo que le sucede a una camisa blanca tendida en el balcón. No sé por qué, pero muy a menudo  le cae una mota en el cuello, el lugar más visible de la prenda, suceso que irrita a las mujeres. La persona cuya alma ha sido blanqueada por la sangre de Jesús no puede soportar la presencia de tan pequeño como lo que se considera pecado venial. No puede permitirlo porque su comisión significa que se ha transgredido toda la Ley de Dios (Santiago 2: 10). Este motivo espiritual hace que el hijo de <b>Francesc de Carreras</b> aporte como solución al desbarajuste político español que los <i>hombres de negro</i> pongan como Presidente del Gobierno a un calvinista.

El apóstol Pablo escribiendo a la iglesia en Roma dice que la autoridad “es un servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme, porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios vengador para castigar al que hace lo malo”                           (Romanos 13: 4).  El que verdaderamente es calvinista se toma al pie de la letra su condición de “servidor de Dios”, de que es un representante suyo para gobernar a su país. Si la característica de Dios es ser justo en su máxima expresión, el ciudadano calvinista o el que ejerce un  cargo público, ambos, en sus respectivas áreas de responsabilidad, desean que se refleje en ellos de la mejor manera posible la santidad de Dios.

El político calvinista forma parte de la membresía de una iglesia local que se reúne para adorar a Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo y deja ante la puerta  del templo los honores públicos que goza. Junto con sus hermanos en la fe celebra la Cena del Señor, que es el recordatorio de la muerte vicaria de Jesús en favor de los pecadores. Lo hace con el espíritu que enseña el apóstol Pablo: “Así pues, todas las veces que coméis este pan y bebéis esta copa la muerte del Señor anunciáis hasta que Él venga. De manera que cualquiera que coma este pan o beba esta copa del Señor  indignamente será culpado del cuerpo y sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y como así del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí” (1 Corintios 11: 23-30).

El político calvinista ante el pan y el vino que simbolizan la muerte de Jesús  para perdón de sus pecados, el reconocimiento de su condición de pecador arrepentido y perdonado fortalece su fe y la capacidad  de aplicar la justicia de Dios en el desempeño de su responsabilidad política. El hijo de Francesc de Carreras, aun cuando sea inconscientemente, desea que un político calvinista ocupe la presidencia del Gobierno de España.

Octavi Pereña i Cortina

13 de julio 2020

 


 

SUFRIMIENTO QUE ACOMPAÑA A LA MUERTE

<b>Para que la muerte de un hijo no provoque un trauma emocional requiere coraje</b>

“Preocupados por <b>Ana Obregón</b>. No ha pasado un mes desde que perdió el hijo y su familia se preocupa por sus mensajes”, escribió <b>Albert Domènech</b>. El mismo periodista sigue redactando: “Ha pasado casi un mes desde que <b>Álex Lequio</b> ya no está, y la actriz parece que ha quedado atrapada en un pantano de dolor y de tristeza y más después de perder también a su perra <i>Luna</i>, su fiel compañera y uno de los nexos de unión más fuertes con el recuerdo de <i>Aless</i>, como se hacía decir”.

Poco después del fallecimiento de Álex, <b>Ana Obregón</b> escribió: “Perder un hijo es morir y tener la obligación de vivir”. El periodista cita a <b>Teresa Moratalla</b>, sicóloga clínica: “Y si atendemos a los especialistas en el duelo, no le falta razón. La pérdida de un hijo es lo peor que se puede tener, porque no es coherente  con el ciclo de la vida de las personas, perder un hijo siempre va después”.

Refiriéndose al hijo perdido <b>Ana Obregón</b> escribió: “Ahora solo pido que pueda volverlo a abrazar muy pronto porque lo encuentro insoportablemente a faltar”. <b>Ana Obregón</b> como tantos padres que pierden a un hijo en los albores de la vida encuentran insoportablemente a faltar al hijo que los ha dejado. El futuro de los padres que han perdido a un hijo, ¿tiene que ser de perenne tristeza y dolor? No forzosamente tiene que ser así.

<b>Marck Littleton</b> narra la siguiente historia: “Una misionera en Pakistán lo pasó muy mal cuando perdió a su hijo de seis meses. Una anciana punjalí fue a visitarla y le dijo: “Si eres un huevo tu aflicción te hará dura  e insensible. Si eres una patata saldrás blanda y maleable, flexible  y adaptable”. La misionera comenta que aunque le pueda parecer extraño a Dios, muchas veces le pido: Oh Señor, hazme una patata”. Cada vez hay menos tolerancia al dolor en esta sociedad nuestra que se recrea en la superficialidad y el hedonismo de los anuncios publicitarios. Se busca el confort inmediato y no se lo encuentra.

Cuando alguien pierde a un hijo y considera injusta la pérdida, que no se lo merece, se rebela contra Dios y lo  culpa de la supuesta injusticia. Es un huevo que el dolor endurece. La pena que le corroe los huesos hace que su vida se convierta en un infierno. Haga como hizo la misionera que prestó atención a las palabras que le dijo la anciana punjalí diciendo a Dios que no quiere ser un huevo duro para pasarse la vida arrastrándose en una queja continua, siendo infeliz y desgraciado. Si no crees en Dios pídele al Padre de nuestro Señor Jesucristo que te conceda el regalo de la fe. En el momento que el velo de la incredulidad que te impide ver desaparece, estarás en condiciones de poder pedirle a Dios que te convierta en una patata que el dolor ablanda, y te hace moldeable y flexible. Encontrarás en Jesús el Consejero que cura la herida de tu corazón y transforma el rencor contra Él en un oasis de paz y tranquilidad inexplicables.

Nuestra sociedad educada en el hedonismo, es decir, para complacer las exigencias del cuerpo, le impide alzar los ojos hacia el cielo de donde le  vine el socorro que desea cuando la necesidad apriete. Una sociedad educada en el materialismo, que solamente cree en lo que los sentidos pueden palpar, al Dios Invisible que no se le puede analizar en un tubo de ensayo, se puede hacer presente por la fe en Jesús. Entonces la persona hedonista se convierte en un ser espiritual capacitado para invocar  a Jesús que le libera del materialismo insatisfactorio.  “Invócame en el día de la angustia, te liberaré, y tú me honrarás” (Salmo 50: 15).

En el momento en que Dios deja de ser un Dios desconocido, extraño y ausente, para convertirse en un Ser personal, cercano, amoroso, consolador, misericordioso, en un Padre sensible a las necesidades de sus hijos, entonces el alma angustiada está en condiciones de solicitar su ayuda. “Con mi voz clamaré al Señor, con mi voz pediré al Señor misericordia. Delante de Él expondré mi queja, delante de Él manifestaré mi angustia. Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda. En el camino en que andaba, me escondieron lazo. Mira a mi lado, y observa, pues no hay quien me quiera conocer, no tengo refugio, no  hay quien cuide de mi vida. Clamé a ti, Señor, dije: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes. Escucha mi clamor porque estoy muy afligido” (Salmo 142: 1-5).

¿Por qué vivir con un dolor insoportable por la pérdida de un hijo o de un ser querido y permitir que el alma se marchite por falta de consuelo cuando en Jesús puedes encontrar el gozo y la paz de Dios que sobrepasa la comprensión humana?

Octavi Pereña i Cortina

29 de junio 2020

 


 

ACTIVIDADES DIABÓLICAS

<b>Si el diablo es un mito, ¿quién es el  causante de los males que padecemos?</b>

Según El País, el exministro de Interior <b>Jorge Fernández Díaz</b> se entrevistó con el papa emérito Benedicto XVI el 17 de junio de 2020 en el monasterio <i>Mater Eclessiae</i> situado en los jardines del Vaticano. Hablaron de los problemas políticos por los que atraviesa España, poniendo especial énfasis en la situación en Cataluña. Según <b> Fernández Díaz</b> Benedicto XVI le aseguró que “el diablo quiere destruir España por los servicios prestados por el país a la Iglesia de Cristo”. Según el exministro el papa emérito le dijo que  “el diablo ataca más a los mejores por esto ataca especialmente a España”. Asimismo el político compartió con los jóvenes la fórmula que según le dio el papa para vencer al diablo en la batalla contra el independentismo catalán. “Humildad, plegaria, sufrimiento y devoción a la Santísima Virgen”.

La pegunta que me hago es: Jorge Fernández Díaz ¿es católico apostólico romano i opusdeista o cristiano? Ambas cosas a la vez no puede serlo.

La afirmación que el político le dijo Benedicto XXI “que el diablo ataca a los mejores y por esto ataca especialmente a España” por mucho que lo haya dicho un papa, n o es cierto. Si España no va bien no se debe al independentismo catalán. No va bien debido a la corrupción política que la infecta desde la cabeza a los pies. Sabe muy bien el exministro que el partido al que está afiliado ha alcanzado cotas muy altas de corrupción. “La justicia enaltece a la nación, pero el pecado es el oprobio de los pueblos” (Proverbios 14. 34). Cuando la Biblia se refiere a la justicia es a la de Dios, no a la de los hombres que tienen un concepto muy distorsionado de ella.

Se tiene que separar el trigo de la paja. <b>Antoni Puigverd</b> en su escrito <i>Satanás y los corsarios</i> que trata del supuesto encuentro entre <b>Jorge Fernández Díaz</b> y <b>Benedicto XVI</b>, escribe. “cualquiera que haya coincidido con Fernández Díaz en una cena (me tocó hace años  en una boda) sabe que este hombre habla por los codos de santos, demonios, ángeles y conquistas españolas en América”. Los servicios que España ha hecho a la Iglesia católica, no los ha prestado a Cristo, debido a que la evangelización se hace predicando la Palabra de Cristo, no con la coacción de la espada.

No señor Fernández Díaz, si España no va bien se debe a la religiosidad supersticiosa de su población y por descontado la de sus dirigentes políticos. Me imagino que el político está empapado de <i>El Camino</i> de monseñor Escrivá de Balaguer, pero sus conocimientos bíblicos brillan por su ausencia. Si tuviese, aunque fuesen pocos, sabría que la decadencia de los pueblos y España es uno de ellos, no se debe a que el diablo tenga un interés en especial en destruirla por ser la mejor nación del mundo. Fernández Díaz le brinda excesivo protagonismo al diablo y se lo niega al hombre que desgraciadamente lo tiene por haber abandonado a Dios y por no haberse arrepentido de sus pecados. Habiéndose despojada de toda la armadura de Dios, no puede resistir las asechanzas del diablo (Efesios 6: 11). El hombre desprovisto de la protección de Dios se encuentra desnudo ante el diablo  lo que hace que le abra la puerta de su corazón de par en par con lo que el diablo toma posesión de él y lo incita a hacer el mal.

Puede parecer una tontería pero no lo es. La religiosidad disfrazada de cristiana no garantiza que quienes la practican sean cristianos. Basta con un ejemplo que Jesús expone. El Maestro tenía muchos encontronazos con los fariseos y los sacerdotes. Saulo de Tarso que más tarde se le conocería como el apóstol Pablo, después de su conversión a Jesús, confiesa que fue un fanático fariseo: “En cuanto a la Ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la Ley, irreprensible” (Filipenses 3: 5,6). Confiesa su legalismo extremo que le impulsó a perseguir a muerte a los cristianos. El fariseísmo estricto al que perteneció Pablo condujo a condenar a muerte al Mesías que el pueblo de Israel esperaba.

En uno de los encuentros de Jesús con los fariseos sale a relucir el tema del diablo que según Fernández Díaz quiere destruir España. Jesús dice al auditorio que había creído en Él: “Si vosotros permanecéis en mi palabra seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres…Así que si el Hijo os libera, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:32, 32, 36). Como respuesta le dicen que son hijos de Abraham. Jesús les responde diciéndoles que si fuesen hijos de Abraham las obras de su padre Abraham harían y no desearíais matarme. A partir de ahora la disputa se centra en el diablo. Jesús les dice: “Vosotros sois de  vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer.  Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, porque es mentiroso y padre de mentira” (v.44). El Roto, en una de sus viñetas, hablando en nombre de muchos, le hace decir a un rostro de aspecto diabólico: “¡No seáis crédulos! ¡El diablo no existe!” Esto quisiera él, que lo transformemos en un bufón de fiesta mayor. Jesús nos lo pinta tal cual es realmente.

El apóstol Pablo detalla las obras que hacen aquellos que tienen como padre espiritual al diablo: “Adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, hechicería, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas acerca de las cuales os amonesto” (Gálatas 5: 19-21).

¡Quién es que destruye España? Las personas que se ponen al servicio del diablo y éste les hace cometer las fechorías que hacen. La súplica que el apóstol Pablo hace a favor de quienes están atrapados en las redes del diablo que: “escapen del lazo del diablo, en que están cautivos  a voluntad de él” (2 Timoteo: 2: 26). España necesita personas que rompan las redes del diablo para levantarla de la decadencia.

Octavi Pereña i Cortina

6 de julio 2020

SOLEDAD EXISTENCIAL

<b>¿Existe vacuna para la soledad existencial?</b>

“La soledad es una de las grandes amenazas al deseo de encontrarnos bien, afecta nuestra salud por medio de nuestro comportamiento en las relaciones sociales, impulsos de comida y cosas semejantes. Un estudio sugiere que casi un tercio de la población, sin tener en cuenta la edad, el género se siente sola alguna vez. Un súper británico ha creado en su sección de cafetería una zona de <i>mesas que hablan</i>, como una manera de fomentar la comunicación entre las personas. Quienes buscan relacionarse solo necesitan sentarse en una de estas mesas destinadas para este propósito,  juntarse con otros o permitir que otras personas puedan compartir mesa. La conversación proporciona un sentido de pertenencia y de comunicación” (<b>Christian Helmberg</b>).

Dada la condición humana, ”silencio y soledad no son palabras del siglo XX. Se adecuan a la Era Victoriana de la puntilla, de los zapatos con botones y las luces de petróleo, más que a nuestra época de la televisión y el video, y personas que hacen footing empalmadas a unos audiófonos. Nos hemos convertido en personas que aborrecen la soledad y nos encontramos mal cuando estamos solos” (<b>Jean Fleming</b>.

La soledad es una anomalía. Dios no considera bueno el aislamiento. Antes de crear al hombre” el Señor Dios plantó un jardín en el Edén al oriente” (Génesis 2: 8), habitación adecuada para recibir al hombre que iba a crear. Por el relato de Génesis sabemos que el hombre fue creado en dos etapas. Primero Adán. “No es bueno que el hombre esté solo, le haré ayuda idónea para él” (v.18). Realmente, Adán no estaba solo del todo. Se encontraba rodeado de los animales que Dios creó previamente.  El texto nos enseña que la compañía de los animales previamente creados, que en aquel entonces no representaban ningún peligro para el hombre no bastaba para llenar su soledad. Adán necesitaba a una persona de su misma especie. “Entonces el Señor Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán y mientras éste dormía, le tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar”. (Dios inventó la cirugía y la anestesia) . “Y de la costilla que el Señor Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne” (vv. 21-23).

Creo que tendría que diferenciarse entre soledad física y la existencial. La primera se la puede combatir con animales de compañía, centros de esparcimiento para personas mayores y otras ocurrencias para que las personas distraigan su soledad. Pero la verdaderamente importante es que la soledad existencial persiste intocada. Pienso que cuando Dios creó de Adán a Eva lo hizo para combatir la soledad física porque la existencial permanecía activa porque la relación de Adán con su Creador permanecía intacta. Seguía abierta sin interferencias la línea de comunicación entre el Creador y la criatura.

Por lo que hace a la soledad existencial el problema empieza en el momento en que Adán comió el fruto del árbol prohibido: “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos y conocieron que estaban desnudos, entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales” (3:7).

Antes de la Caída las relaciones entre Adán y Eva eran plácidas. A nadie se le ocurrió poner palos en la rueda. En el desconcierto producido Adán tiene que dar cuenta del por qué sabía que estaba desnudo. Se defiende culpando a Eva de lo sucedido. “la mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí” (v.12). Las relaciones sociales y conyugales se vieron afectadas. De ahí que por más empeño que se ponga para mejorarlas, el resultado es frustrante. La nueva situación que se produce después de la Caída hace que las personas se sientan solas a pesar de que a su lado se encuentre el conyugue o se esté en una fiesta.

Vayamos a la soledad existencial. En el momento en que Adán comió el fruto del árbol prohibido se terminó la relación con Dios que hasta este momento eran limpia, íntima, sin nubes que presagiasen tempestades. En el momento en que Adán comió el fruto prohibido la situación cambia. El texto la describe con estas palabras: “y oyendo la voz del Señor que se paseaba en el huerto, al fresco del día” (v.8). Ahora cuando escucha los pasos divinos que se acercan “se esconden de la presencia del Señor Dios entre los árboles del jardín”. A pesar del feo que Adán y Eva hacen a su Creador, éste en su misericordia se acerca a Adán para preguntarle: “¿Dónde estás tú?”  (v.9). Adán respondió: “Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo, y me escondí” (v.10). Aquí empieza a manifestarse la soledad existencial. Tener miedo de Dios. Esconderse de su presencia. Negar su existencia. Decir que la creación es el resultado fortuito del encuentro de unos átomos. Afirmar que la presencia del hombre en la Tierra es el resultado de la evolución materialista que actúa desde hace millones de años. La Biblia afirma: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios” (Salmo14: 1). Necio, en el sentido bíblico no lo es alguien faltado de inteligencia. Lo es el científico más encumbrado que ante la magnificencia de la creación afirma que lo que contemplan sus ojos con la ayuda de potentes telescopios es el resultado de una fuerza impersonal que actúa desde hace millones de años.

El pecado crea un abismo infranqueable que nos separa de Dios. El Señor en su misericordia, con su sangre allana el camino. Simbólicamente lo hace cuando sacrificó unos animales con las pieles de los cuales cubrió la desnudez de nuestros primeros padres (v.21). El Nuevo testamento enseña con luz meridiana que Jesús es el camino que conduce al Padre celestial. Jesús consigue que quien crea en Él entre en estrecha relación  con Dios con lo cual desparece la soledad existencial.

Octavi Pereña i Cortina

9 de agosto 2020


 

COVID-19

<b>Las secuelas que deja el coronavirus hacen que muchas personas necesiten asistencia sicológica</b>

El desastre económico, emocional e intelectual que nace de la embestida global del covid-19 ha servido para descubrir la fragilidad del ser humano y darnos cuenta que tiempos como el presente descubren su impotencia. El cineasta <b>Woody Allen</b> en su autobiografía publicada coincidiendo con el desastre de la pandemia, titulada. <i>Sobre la nada</i>.. En su obra se refiere al “caos maligno de un universo sin sentido”. El universo puede ser verdaderamente peligroso cuando no se le respeta. ¿Sin sentido? No lo creo.

Puede ser agotador considerar las diversas amenazas en las que tiene que enfrentarse el ser humano. En medio del caos existente: una buena noticia: Todo lo que hacemos puede tener sentido.  Nos encontramos en un momento que en escala cósmica  se nos ofrece la posibilidad de dejar de lado el frenesí de las actividades diarias para poder sentarnos a reflexionar en nuestra manera de vivir que nos lleva al desastre. En un momento de grande incertidumbre por lo que hace al futuro. Es hora de reorientar nuestro pensamiento para descubrir que el materialismo nos lleva a destruir la Tierra. Que el egoísmo sin límites tiene que dejar de ser el motor que impulsa nuestra manera de vivir actual. Quiera Dios que la reflexión nos lleve a la posibilidad de dejar entrar en nuestra conciencia la posibilidad de la existencia de Dios. Ya sé que el comportamiento incorrecto de los religiosos puede haber desengañado al lector. Es posible que tampoco crea lo que digo.

Imagínese que se encuentra en un lugar despoblado contemplando el cielo estrellado. Tal vez la visión de la magnitud y magnificencia de lo observado  le haga plantear la pregunta: algo que funciona con más precisión que un reloj suizo, ¿cómo ha podido ser? David que de su descendencia nacería Jesús, antes de ser rey de Israel fue pastor de ovejas. Durante muchas noches había guardado el rebaño de ovejas de su padre. En las vigilias, descansando de la fatiga diurna, observaba el resplandor de las estrellas. Escribe los pensamientos que nacen de su observación: “Los cielos declaran la gloria de Dios, la expansión proclama la obra de sus manos” (Salmo 19:1). El apóstol Pablo tratando la doctrina de que Dios habla al hombre mediante la creación, obra de sus manos, escribe: “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad, porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de manera que no tienen excusa” (Romanos 1: 18-21).

Antes he escrito: “Ya sé que el comportamiento incorrecto de los religiosos puede haber desengañado al lector”. Es muy grave su responsabilidad por haberse convertido en obstáculos que impide que los extraviados busquen a Dios, Creador y Salvador, lo encuentren y reciban el regalo de la vida eterna y así se “liberen del caos maligno de un universo sin sentido”.

El desengaño ocasionado por los religiosos que confunde a las personas por no comportarse de la manera que debieran, no libera al lector de la responsabilidad de buscar la Verdad que da sentido a su existencia

Cada noche serena, aunque la brillantez de las estrellas esté algo difusa por la contaminación de la ciudad, el lector tiene la posibilidad de contemplar “los cielos (que) proclaman la gloria de Dios, la expansión (que) proclama la obra de sus manos”. Con la ayuda de telescopios como el existente en el Observatorio del Tibidabo o en el de Ager, los habitantes de las ciudades pueden ver ampliada la magnificencia y maravilla de la creación de Dios

El libro de Proverbios que trata de la sabiduría de Dios  invita al lector que vive inmerso en el “caos maligno de un universo sin sentido”. “La sabiduría clama en las calles, alza su voz en las plazas, clama en los principales lugares de reunión, en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones. ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los burladores desearán el burlar, y los insensatos aborrecerán la ciencia?” (Proverbios 1. 20-22).

Octavi Pereña i Cortina

22 de agosto 2020


 

EL FINAL DEL TIEMPO

<b>La tierra que ha sido creada por Dios, maldecida por culpa del pecado de Adán, espera ser liberada de la corrupción a la libertad gloriosa de los hijos de Dios</b>

“Y se le acercaron  (a Jesús) los fariseos y saduceos para tentarle y le pidieron que les mostrase una señal del cielo”. Conociendo Jesús la trampa que le tendían sus enemigos les respondió con un refrán popular fruto de la atenta observación de los payeses de los cambios atmosféricos. En aquella época no existían los servicios meteorológicos modernos que predicen el tiempo con bastante exactitud. En aquella lejana época  como  entre nosotros hace unas décadas, los campesinos observaban el aspecto del cielo para predecir el tiempo que haría.

Los fariseos y los saduceos perseguían que Jesús cometiese algún error para descalificarlo ante las multitudes que le seguían. A la petición que le hacen sus enemigos de que les diese una señal que acreditase que era un enviado de Dios, les responde con un dicho fruto de la sabiduría popular: “Cuando anochece, decís: Buen tiempo, porque el cielo tiene arreboles.  Y por la mañana: Hoy habrá tempestad, porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas!, que  sabéis distinguir el aspecto del cielo, mas las señales de los tiempos, no podéis” (Mateo 16: 1-3).

Jesús que quiere que sus enemigos se arrepientan de sus pecado desea llevarlos de las señales del cielo que pronostican el tiempo que hará a que hagan una mirada introspectiva para que se den cuenta de su verdadera catadura moral. Refiriéndose a la petición que la hacen los fariseos y los saduceos de que les muestre una señal que no es uno, sino el Enviado de Dios, les dice: “La generación mala y adúltera demanda señal, pero no le será dada, sino la señal del profeta Jonás” (v. 4). Con estas palabras Jesús toca la sensibilidad de los dirigentes religiosos ultra ortodoxos ya que al citar al profeta Jonás hace vibrar su nacionalismo ultra.

Dios envía a Jonás a predicar a los ninivitas un mensaje de arrepentimiento. Se resiste a obedecer el mandato de Dios porque sabía que tenía el propósito de hacer bien a aquellos gentiles que según él y los judíos ultra ortodoxos, no se lo merecían. Desafiando a Dios, en vez de dirigirse a Nínive para cumplir la orden recibida, se embarca en un navío con destino a Tarsis. Es decir, alejarse de Nínive lo más posible.

La historia de Jonás es una de las más conocidas de la Biblia porque relata la historia del profeta que se lo engulló una ballena y estuvo tres días y tres noches en su panza. Jesús al citar a Jonás además de confirmar su historicidad del profeta confirma su condición de ser el Mesías que Israel esperaba. “Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres día y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12: 40). Jesús recuerda a los dirigentes religiosos que Jonás en un tipo del Mesías  que tenía que morir y ser resucitado para salvación del pueblo de Dios que no estaba limitado al pueblo judío. Al enviar a Jonás a Nínive a predicar el arrepentimiento está diciendo a los judíos que el pueblo de Dios abraza también a los gentiles. Un cogotazo al orgullo judío al decirles que los gentiles también tienen acceso a la salvación. Desgraciadamente el orgullo nacionalista de los judíos no les permitió ver en Jonás el universalismo de la misericordia de Dios. Al confabularse los dirigentes religiosos judíos para matar a Jesús hizo que se cumpliesen las Escrituras que anunciaban que como Cordero de Dios tenía que morir para perdón de los pecados.

Encontrándose Jesús con sus discípulos sentado en el monte de los Olivos desde donde se divisaba el majestuoso templo en Jerusalén. Sus discípulos le pidieron más detalles de su destrucción “y qué señal habrá de tu venida, y del fin del tiempo”                  (Mateo 24: 3). La destrucción del templo ocurrió en el año 70 de nuestra Era. Del final del tiempo desconocemos la fecha en que va a suceder. Para enseñar a sus discípulos que el clímax  sucederá, Jesús aporta señales en el horizonte que dejan entrever su próximo cumplimiento. La parábola de las diez vírgenes, entre otras, nos alertan a. “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre va a venir” (Mateo 25: 13),

Las señales que anuncian que el fin del mundo y la venida gloriosa de Jesús  pueden producirse en cualquier momento, el Señor las destaca: Aparición de falsos cristos y profetas, guerras y rumores de guerras, hambrunas,  pestilencias, terremotos y cataclismos, persecución de cristianos, incremento de la iniquidad, expansión del Evangelio (Mateo 24. 4-45). Jesús con el fin de que los suyos no se desesperen ante lo que pueden considerar tardanza en venir, lo ilustra con una parábola: “Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando brotan, viéndolo sabéis por vosotros mismos que el verano ya está cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios” (Lucas 21: 29-31).

No me dirá el lector que las señales que dice Jesús indican que se acerca el final del tiempo y su venida gloriosa para instaurar el Reino de Dios no son visibles en nuestros días. Con los judíos sabemos discernir las señales en el cielo que indican que el tiempo va a cambiar. A la vez somos ciegos para no ver las señales del tiempo que nos alertan que el The End está listo para aparecer en la pantalla. El creyente en Cristo pasa por las mismas tribulaciones que el resto de los mortales, pero las afronta con la plena confianza de que Jesús le está preparando una morada en el cielo en donde pasar la eternidad.

 

Octavi Pereña i Cortina

1 de septiembre 2020

 


 

MUERTE SILENCIADA

<b>La vida se ha convertido en un absurdo para un creciente sector de la sociedad que opta por abandonarla suicidándose</b>

<i>Muerte silenciada</i> se la llama al suicidio. A menudo ni los familiares ni los íntimos tienen constancia de la batalla que se libraba en el interior del suicida.

El <b>Dr. José Besora</b>, dice: “Se está medicando el sufrimiento. La tolerancia a la angustia es mínima y se soluciona con una píldora”. La atención personalizada de la persona que sufre es cara  y la sanidad pública, y más si está insuficientemente financiada como lo está hoy, opta por la opción más barata que es medicar al paciente con  lo que en algunos casos se le convierte en un zombi. Aparentemente quien sufre se tranquiliza gracias a los fármacos suministrados, pero ello no alivia el dolor del alma. Todo lo contrario, se agrava. La única salida para él a tan insoportable situación es quitarse la vida.

Los especialistas en trastornos mentales dicen que debido al Covid-19 y el confinamiento de la población tiene efectos sicológicos: Estrés, ansiedad, depresión, insomnio, miedo a salir a la calle…No debe olvidarse al personal sanitario que se ha visto obligado a trabajar bajo una intensa presión sicológica debido a las duras jornadas laborales a las que se han visto sometidos y obligados a atender a los contagiados sin disponer de la protección necesaria. Asimismo han sufrido trastornos sicológicos quienes han tenido que experimentar duelos complicados debido a la pérdida de un ser estimado debido a la pandemia sin poder despedirlo en compañía de familiares y allegados. El Covid-19 deja muchas secuelas sicológicas que merecen la atención debida.

Una noticia reciente: “En Barcelona el suicidio es la primera causa de la mortalidad de hombres entre 18 y 44 años y la segunda causa entre las mujeres después del cáncer de mama. Se calcula que cada año alrededor de 2.000 personas intentan quitarse la vida en la ciudad. Y se teme que ahora se pueda producir un incremento de las consecuencias socioeconómicas negativas de la pandemia y también porque  ha finalizado el confinamiento (deja de haber entornos controlados y es más fácil acceder a sustancias letales). Por esto, entre otros elementos el Ayuntamiento ha decidido poner en marcha un teléfono de prevención del suicidio que se presentó ayer” (<b>Raúl Montilla</b>.

La pandemia del Covid-19 ha puesto de manifiesto la fragilidad humana y la poca confianza en los avances tecnológicos y sanitarios para proteger a las personas. La tramoya que se ha montado para aportar bienestar  social se ha levantado sobre un cimiento de arena. El castillo del que estábamos tan ufanos y que se ha levantado sobre un firme inestable, a la primera de cambio se ha derrumbado. El descalabro nos agobia y no sabemos a dónde ir en busca de ayuda eficaz.

Una cosa buena que en principio ha aportado el coronavirus ha sido que nos impulsa a cambiar la manera de pensar. ¿Realmente es así? Recordemos que en momentos puntuales decimos: “Tengo que cambiar”. Cuando aquello que nos ha impulsado a decir: “Tengo que cambiar” se ha desvanecido, olvidamos el buen propósito. Así una y otra vez, sin que se produzca el cambio en la manera de pensar. Se debe tomar la firme determinación de dejar de hacer promesas para cambiar la manera de actuar cuando en el fondo nos gusta aquello que sin meditar decimos que vamos a dejarlo. Debe tomarse conciencia de que el Dios que hasta el presente no nos interesaba debe hacerse cercano en la Persona de nuestro Señor Jesucristo. En el momento en que uno se encuentra con el Hijo de Dios y se decide edificar la vida sobre la Roca que es Él, se está en condiciones de apropiarse la experiencia del salmista que no era una cuestión filosófica para ser debatida en tertulias públicas o privadas, sino de fe. De creencia. Por ello se puede afirmar: “Al Señor clamé estando en mi angustia, y Él me respondió” (Salmo 120: 1). Si el salmista viviese hoy no iría a buscar consuelo en las píldoras que hacen adicto. Tampoco iría a buscar alivio en el profesional de la salud mental. Sin dudarlo repetiría lo que hizo cuando escribió el salmo hace unos 2.500 años: “Al Señor clamaré estando en mi angustia, y Él me responderá”. David que fue rey de Israel para quien Dios era un ser real, en el salmo 27 escribe: “El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida, ¿De quién he de atemorizarme?…Hubiese yo desmayado, si no creyese que veré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. Espera en el Señor, esfuérzate, y aliéntese tu corazón, sí, espera en el Señor” (vv. 1, 13, 14).

Octavi Pereña i Cortina

7 de septiembre 2020


 

BELLEZA DEL ALMA

<b>La belleza que contemplan nuestros ojos se desvanece. La belleza del alma es eterna</b>

<b>Joan-Enric Vives</b>, arzobispo de Barcelona, en su escrito: <i>Catalonia Sacra: “Todo está aquí</i>, hace un llamamiento a visitar el patrimonio cultural y arquitectónico que posee la Iglesia Católica con el convencimiento de que la belleza es el camino “hacia la verdad, hacia el bien, hacia Dios”. La invitación que el purpurado hace para que nos interesemos por el patrimonio arquitectónico y cultural que posee la Iglesia Católica es porque la belleza contemplada nos lleva a Dios, Se podría decir. “A Dios por la cultura”.

La invitación que hace el clérigo nos viene a decir que sobra la Biblia. Si el ser humano que es pecador e injusto puede convertirse en una persona buena, que puede presentarse ante Dios por el mero hecho de admirar la belleza creada por el hombre, no se necesita a Jesús que es el camino que conduce a Dios (Juan 14: 6).

El templo en Jerusalén fue una maravilla por su belleza y por lo que representaba para el pueblo judío. Albergaba en el lugar santísimo el arca del pacto que simbolizaba la presencia de Dios entre su pueblo. La belleza arquitectónica acompañada del simbolismo espiritual no hizo buenas personas a los sacerdotes que diariamente sacrificaban ovejas que señalaba al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, ni a los fieles que asistían en las ceremonias.

Jesús cumpliendo las profecías se presentó en el templo y expulsó del santuario a los que vendían los animales que se necesitaban para los sacrificios y tumbó las mesas de los cambistas que cambiaban la moneda extranjera por la que se utilizaba en el templo. Indignado por lo que vio, dijo: “Escrito está: Mi casa, casa de oración será, mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones” (Mateo 21: 13).

Debido a la denuncia que hizo Jesús del comportamiento sacerdotal al permitir que la casa de oración se convirtiese en un mercado en el que se celebraban negocios en el nombre de Dios, lo odiaban a muerte. No pararon hasta que gritaron a Pilato: “Este hombre no merece vivir. Crucifícalo”. El arte no convierte en buenas personas a quienes son árboles malos. La belleza cultural no cambia el corazón de los hombres. A menudo los convierte en asesinos. Recordemos la Inquisición que en el Nombre de Dios cometió asesinatos., hoy se diría genocidios. Lo que los religiosos hicieron con Jesús muestra que la apariencia de belleza esconde una fealdad terrorífica.

Juan el Bautista, el precursor del Mesías, que bautizaba en la orilla del Jordán decía a aquellos que venían a él a bautizarse. “Arrepentíos porque se ha acercado el reino de los cielos” (Mateo 3:2). “Al ver el Bautista que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía. ¡Generación de víboras! ¿Quién os ha enseñado a huir de la ira venidera. Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento” (vv.7,8).

Jesús al inicio de su ministerio público empezó a predicar. El mismo mensaje que el Bautista: “Arrepentíos porque se ha acercado el reino de los cielos” (Mateo 4:17). A Jesús le encanta la fealdad espiritual porque de ella puede crear la belleza del alma que glorifica al Padre celestial.

El ser humano debido al pecado de Adán ha malmetido la belleza espiritual en que fue creado y la fealdad resultante intenta esconderla con afeites  y adornos externos. En las ceremonias religiosas los oficiantes se visten muy ostentosamente. Quienes intentan esconder la fealdad del alma no son la clase de personas que Jesús ha venido a buscar para restituirle la belleza espiritual perdida en el paraíso.

Sea como sea, se intenta esconder la condición de pecador porque avergüenza serlo. Este fue el gran error que cometieron los sacerdotes, fariseos y saduceos. Jesús para mostrarles el gran error que cometían cita la parábola del fariseo y del cobrador de impuestos. El propósito de la parábola es mostrar a estos religiosos  que pretendían ser personas de espíritu bello, esta actitud les llevaba a menospreciar a las otras personas por considéralas pecadores menospreciables. No se daban cuenta de la biga que tenían en sus ojos.

Dos hombres suben al templo a orar. Uno fariseo el otro cobrador de impuestos. El fariseo puesto en pie para que todos los presentes pudieran verlo y alabasen su piedad, ora a Dios en estos términos: “Dios te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este cobrador de impuestos, ayuno dos veces a la semana, doy diezmo de todo lo que gano”. La plegaria muestra su supuesta superioridad moral sobre el resto de los mortales. El fariseo presumía de una belleza moral de la que carecía.

“Mas el cobrador de impuestos, estando lejos (se supone en un rincón para no ser visto), no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que golpeaba el pecho, diciendo: Dios, se propicio a mi pecador”.

El fariseo y el cobrador de impuestos invocan al mismo Dios. Lo importante es saber qué es lo que piensa Dios de ellos. Refiriéndose al cobrador de impuestos Jesús dice: “os digo que éste descendió a casa justificado”. Es decir, la fealdad de su alma se había convertido en belleza espiritual porque sus muchos pecados habían sido perdonados por su fe en Jesús. La fe en Jesús no pasa desapercibida a Dios.. Dice de él “El que se humilla será enaltecido”.

Por lo que respecta al fariseo tan orgulloso de su religiosidad, Jesús dice de él: “Cualquiera que se enaltece  será humillado”. Decirle a alguien que es un fariseo quiere decir que se le considera un hipócrita. El fariseo de la parábola subió al templo para exhibir su religiosidad. El Señor que conoce  la interioridad de su corazón no le da gato por liebre. Salió del templo con la fealdad del alma intensificada debido a pretender engañar a Dios. (Lucas 18: 9-14).

Octavi Pereña i Cortina, 6 de enero 2020

UNIDAD POLÍTICA: UN MITO

<b>Fuerzas espirituales opuestas impiden que la unidad política sea una realidad</b>

Una cabecera de prensa resume la situación política actual. “<b>Sánchez </b>llama a la “unidad”  y a eliminar el partidismo en la lucha contra el coronavirus” el presidente <b>Sánchez</b> no explica cómo llevará la fragmentación política a la “unidad” para afrontar juntos la montaña de problemas que afectan a la sociedad actual además del coronavirus. Es una situación que sobrepasa la capacidad humana para resolverla.

<b>Claire Marin</b>, filósofa  ve con más claridad que los políticos el problema cuando dice al periodista que la entrevista: “No hemos tomado conciencia de lo que es el cuerpo social, eso es un paradigma que hemos perdido. Creo que es algo ligado a la lógica individualista del capitalismo. No quiero caer en las caricaturas, pero hemos tenido esa especie de elogio del individuo que decide por sí mismo y que finalmente tiene poca conciencia de las implicaciones de sus acciones o de coste humano. Salvo en el deporte no se habla ya de lo colectivo, no es una prioridad”.

La “unidad” que pide el presidente <b>Sánchez</b> a los partidos es una quimera si no se empieza por la humildad. No se avanzará en alcanzar el objetivo mientras sigan arrogantes y orgullosos. Por muchas llamadas que se hagan a la “unidad” para ir juntos a combatir el monstruo en que se ha convertido el caos social del que somos conscientes, si no aparece la humildad en las relaciones entre políticos y en la sociedad en general, la situación es semejante a aquel ejercicio de fuerza en que dos personas se agarran a los extremos de una cuerda con el objetivo de arrastrar al contrario a que cruce la línea divisoria que los separa.

El problema de la “unidad” que plantea el presidente <b>Sánchez</b> y también los empresarios para superar la crisis económica  es de índole espiritual y es en este campo en donde se debe ir a buscar la solución. En la iglesia que se encontraba en Corinto se planteó un problema de liderazgo. El apóstol Pablo escribiendo a la comunidad, les dice: “Os ruego, pues, hermanos, por el Nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos  en un mismo sentir y en un mismo parecer”        (1 Corintios 1: 10), ¿Por qué les hace esta exhortación? Porque en Cristo, sin perder su individualidad forman parte del cuerpo místico de Jesús, alcanzando la unidad en la diversidad: “Y yo (Jesús) ya no estoy en el mundo, mas estos (los discípulos) están en el mundo, y yo voy a ti Padre Santo, a los que me has dado, guárdalos en tu Nombre, para que sean <b>uno</b>, así como nosotros…Para que todos sean <b>uno</b>,,como tú o Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean <b>uno</b>, con nosotros para que el mundo crea que me enviaste” (Juan 17. 11,21). El salmista exclama: “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en harmonía” (Salmo 133: 1). La buena política y la economía equitativa no pueden separase de la verdadera espiritualidad.

El apóstol Pablo corrige a los hermanos que están en Corinto con estas palabras. “Porque aun sois carnales (os comportáis como no convertidos a Cristo), pues habiendo entre vosotros celos, contiendas, y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres”? (no convertidos a Cristo) (1 Corintios 3: 3). Es el comportamiento carnal lo que nos lleva al caos en que nos encontramos. ¿No pone de manifiesto la carnalidad de las personas  su manera de comportarse aun cuando pretendan esconderla bajo una capa de barniz religioso?

¿Cómo describe Pablo la unidad que debe darse entre los hombres? Lo hace con la analogía del cuerpo humano, en estos términos: “Porque así como el cuerpo es uno, y  tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo” (1 Corintios 12: 12). El cuerpo místico de Cristo tiene muchos miembros (v. 14) que se necesitan mutuamente (vv. 14-23). La relación existente entre los miembros del cuerpo el apóstol Pablo la resume con estas palabras: “De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honor, todos los miembros con él se gozan” (v.26).

Si los cristianos regenerados, justificados por la fe en Jesús, transformados en árboles buenos, perdonados todos sus pecados sin dejar ni uno que no haya pasado por la lavadora que es la sangre de Jesús, necesitan que el apóstol les recuerde cómo deben comportarse  como miembros del cuerpo místico de Jesús. Siendo así, ¿no deberían abandonar la utopía que los miembros de una sociedad incrédula pueda alcanzar la unidad que solamente poseen los creyentes en Cristo? Si no poseen el Espíritu Santo que corrige a los creyentes en Cristo, ¿quién les va dar a entender que su comportamiento es incorrecto y que necesitan arrepentirse? No existe comparación entre la iglesia, el cuerpo místico de Jesús y la sociedad civil que se caracteriza por la incredulidad. Jesús describe las característica de esta sociedad civil: “Porque de dentro del corazón de los hombres salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre” (Marcos 7: 21-23). Dado que los políticos y la sociedad en general reflejan este comportamiento que denuncia Jesús, casi sin limitaciones, ¿alguien puede creer que los políticos van a ir unidos a resolver la grave situación social que roba el bienestar a la ciudadanía?

Octavi Pereña i Cortina

21 de septiembre 2020


 

SATANÁS: MITO O REALIDAD

<b>Satanás, señor de las tinieblas, es el causante del desorden existente en nuestra sociedad</b>

<b>John Connolly</b> escribe una carta al diablo en estos términos: “Querido Satanás: Lamento profundamente tener que comunicarte nuestra decisión de relevarte del cargo de Archidemonio, príncipe de la Oscuridad,  Rey del Abismo, etcétera, y despojarte de todos y cada uno de los títulos asociados a tu supuesta condición de fuente del mal supremo en el mundo…Podríamos continuar, pero no veo razón para avergonzarte más. Es cierto que el mundo se encuentra en una situación atroz, y que los motivos para el optimismo son pocos y muy dispersos, pero a la humanidad le ha tocado labrarse su propia ruina sin contar apenas con tu ayuda, o prescindiendo por completo de ella, una tarea que ha asumido con gusto. No podemos sino considerar que los retratos cinematográficos y literarios que te presentan como un personaje cuya malevolencia solo se ve superada por su astucia, son excesivamente aduladores y que en algún momento el dinero ha debido cambiar de manos. Estamos muy decepcionados contigo y la verdad, ya no te necesitamos más. Somos y siempre hemos sido lo suficientemente capaces de no cuidar de nosotros mismos, atentamente, John Connolly, alias el Nuevo Satanás”.

El autor de la carta a Satanás niega la existencia de este ser maligno y que la caótica situación en que se encuentra la sociedad es de nuestra exclusiva responsabilidad. Los hay que niegan el holocausto nazi y la existencia de los campos de exterminio. Existen negacionistas del coronavirus. Negarlo no significa que el primeo no existió y que el segundo no sea el causante de los estragos que hace en la sociedad. Negar la existencia del diablo no significa que no exista y que la causa que la sociedad se labre su propia ruina no quiere decir que satanás no tenga nada que ver en ello.

Jesús habla del diablo lo cual da fe de su existencia. Lo hace con estas palabras: En  medio de una discusión con los judíos que presumían que Abraham era su padre, Jesús esclarece quien es el padre espiritual de sus oponentes. Les dice: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, porque es mentiros y padre de mentira” (Juan 8. 44).

¿Sabe el lector quien ha sido el primer mentiroso que ha existido en la Tierra? El diablo que cambió la verdad por la mentira. La verdad es esta: “Y mandó el Señor Dios al hombre diciendo: “De todo árbol del huerto podéis comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comeréis, porque el día que de él comáis, ciertamente moriréis” (Génesis 2: 16,17). La primera mentira la proclamó el diablo cuando dijo a Eva: “¿Con que Dios os ha dicho no comáis de todo árbol del huerto?” La mujer comete el error de querer dialogar con el padre de la mentira. Eva dijo a la serpiente: “Del fruto de los árboles del huerto podemos comer, pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios. No comeréis. De él ni lo tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: “No moriréis, sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Génesis 3:1-5). El diablo cuando era un ángel de luz se llenó de orgullo y pretendió destronar a Dios. Perdió la guerra y fue expulsado del cielo. Siendo un vencido y convertido en el padre de la mentira se acerca a Eva y le insinúa que a ella y a Adán se les abrirán los   y serán como Dios. El deseo inmoderado llena e l corazón de Eva. La mujer hasta aquel momento no se había fijado en el árbol del conocimiento el bien y del mal. Gracias a la insinuación de Satanás  le pica la curiosidad: “Y vio que el árbol era bueno para comer y era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar sabiduría, y tomó de su fruto y lo comió, y dio también a su marido, el cual comió, así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos y conocieron que estaban desnudos,  entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales” (Génesis 3: 6,7). Nuestros  primeros padres desobedecieron el mandato: “Someteos, pues a Dios, y resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4: 7). Adán como progenitor de toda la humanidad desobedeció a Dios y cayó preso en las garras del diablo. Alejado de Dios no tuvo fuerzas para resistir al diablo y fue atrapado en sus redes. Su descendencia sigue haciendo lo mismo y es incapaz de desprenderse de los tentáculos del Maligno.

 Adán y Eva se diesen cuenta de que iban desnudos  porque habían muerto por sus delitos y pecados. En el acto no murieron físicamente. Adán vivió nueve cientos treinta años. Desde el mismo instante de la desobediencia llevaba inoculado el virus de la muerte que es el pecado. Espiritualmente también estaban muertos porque se rompió el vínculo con Dios. Sin Dios muerte integral: física y espiritual. Por reproducción somos concebidos muertos en ambos aspectos. Es necesario   volver a nacer espiritualmente  por la fe en Jesús para deshacer los efectos de la desobediencia de Adán.

El apóstol Pablo escribiendo a los cristianos en Corinto les dice: “si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto, en los cuales el dios de este siglo (Satanás) cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandézcala luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”    (2 Corintios 4: 3,4).

Con <b>John Connolly</b> se puede negar la existencia de Satanás pero las consecuencias de lo que hizo en el paraíso son evidentes en el comportamiento humano en el día de hoy.

Octavi Pereña i Cortina

 


 

LA ÉTICA DEL DINERO

<b>Sin el Padre de nuestro Señor Jesucristo la existencia se convierte en una fuente de corrupción</b>

El periodista pregunta si el problema actual de la humanidad  es que se ha deshumanizado. <b>Joan Antoni Melé</b>, el padre de la banca ética en España dice que sí. “porque el problema de las personas que nos han sumido en las diferentes crisis de los últimos años o del último siglo, no es que tuviesen un bajo nivel de matemáticas, ciencias o gramática (saber necesario, sin duda), su problema es la falta de ética y de valores humanos. Para mí educar es ayudar a desarrollar las individualidades pero también ayudar a pensar en los otros…La transformación social sólo será posible desde la transformación personal”. El problema radica en cómo se produce  la transformación personal para que la sociedad también pueda beneficiarse. Se conoce la solución pero se ignora cómo hacerla efectiva.

El apóstol Pablo escribiendo a su discípulo Timoteo le dice: “Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en la tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañinas, que hunden a los hombres en la destrucción y perdición, porque raíz de  todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo 6: 8-10). Esta recomendación que el apóstol hace a su discípulo no la escribe para que la guarde para sí mismo, sino  que la comparta con sus feligreses con  el propósito que la ética del dinero sea asumida por la sociedad. La fe en Cristo cambia el orden de las prioridades ya que inculca en los creyentes que como personas no son solamente cuerpo. También poseen un espíritu que conviene alimentar. Velar por la salud del alma no significa que se tenga que desatender las necesidades básicas del cuerpo como algunos enseñan. Esta no es la enseñanza de la Biblia. El apóstol Pablo escribe: “Porque también cuando estábamos con vosotros, los ordenábamos esto: si alguien no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente,  coman su propio pan” (2 Tesalonicenses2. 10-12). Palabras de Jesús que transmiten confianza en quienes creen en Él: “Mirad las aves del cielo que no siembran, ni siegan, ni  recogen en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” (Mateo 6: 26).

<b>Joan Antoni Melé</b> afirma: “Ganar dinero es una necesidad, pero ganarse la vida es otra cosa, es darle sentido. En Japón se dan 70 suicidios diarios y se ganan la vida. La gran tragedia no es que 3.000 millones de personas pasen hambre, sino que hay 7.500 millones que viven una vida sin sentido, luchando los unos contra los otros, porque hay mucha competencia, acumulando, envenenando el planeta”.

El periodista que entrevistas a <b>Joan Antoni Melé</b> le pregunta: ¿Qué nos pasa? El banquero ético responde: ”Hemos desconectado de nuestra esencia humana. Si solamente vivimos en la lucha por la supervivencia, en el miedo, nos convertimos en marionetas fácilmente manipulables”. El entrevistado asegura que la causa de los males sociales se debe a que “hemos desconectado de nuestra esencia humana”. ¿En qué consiste esa desconexión? <b>Joan Antoni Melé</b> nos habla de la banca ética. Los filósofos de la ética en general. Debido a habernos desconectado de Dios debido al pecado, la imagen y semejanza a Él ha sido dañada, pero no borrada del todo. Lo deja entrever el apóstol Pablo cuando escribe: “Pero cuando los gentiles (personas que no son pueblo de Dios) que no tienen ley hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos aunque no tengan ley son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándolos o defendiéndolos sus requerimientos en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio” (Romanos 2: 14-16). El tenue rayo de la luz divina que penetra en la conciencia de los no convertidos a Cristo es lo que le permite reflexionar en cómo deben ser las cosas, pero no les permite vivir plenamente de acuerdo a las conclusiones a las que llegan. La incapacidad de vivir de acuerdo a lo que es ley para sí mismos pone de manifiesto su condición de pecadores. De la misma manera que la ley escrita tiene la finalidad de conducir a los pecadores a Cristo lo hace con aquellos que no teniendo ley  no hacen lo que es ley para sí mismos.

En Cristo se recupera la esencia humana que da sentido a la existencia. En Cristo emerge el hombre nuevo que mirando más allá de las cosas que se ven por la fe contemplan las que no se ven. Las celestiales. En Cristo la vida adquiere sentido. La ética deja de ser una cuestión filosófica para debatir intelectualmente para convertirse en una actitud, una forma de vida que glorifica el Nombre de Dios.

Octavi Pereña i Cortina

5 de octubre 2020


 

NARCISISMO EN INSTAGRAM

<b>El narciso es alguien obsesionado consigo mismo y que presta escasa atención a su prójimo</b>

Ante las numerosas situaciones aterradoras que afectan a nuestra sociedad <b>David Barenboim</b> director de orquesta, dice. “Hay muchas y variadas razones. Muy complejas. Empezaron por Internet. De posibilidades únicas que hemos podido comprobar. Pero que mata la curiosidad. Si necesitas algo das con el dedo y ya está. Esto  produce una confusión entre la educación y la información. La curiosidad requiere tiempo y nuestra sociedad es impaciente. La curiosidad es el elemento que la hace progresar. Internet en si no es culpable. Es el uso que las personas hacemos de esto. Con esta frase: ¿Qué es un cuchillo? Algo con el que puedes cortar un pedazo de pan y dar de comer a la gente o una arma con la que puedes matar a alguien. Internet es esto: un cuchillo. Se habla del espíritu del tiempo, el <i>zestgest</i> que dicen los alemanes, pero nuestro tiempo carece de espíritu. Se valora aquello mecánico, la velocidad, poco más”.

<b>Sarah Frien</b>, analista de Bloomberg resume el secreto del porqué Instagram en 10 años se ha convertido en la red de seguidores más grande de la historia gracias a unir el impulso del narcisismo y de la avaricia. “Instagram arrasa porque ha sabido unir ego y capitalismo”. Instagram ha crecido tanto y tan   deprisa, según la analista “porque permite a millones de personas mostrarse al mundo como a ellas les gustaría ser”.

<b >Sarah Frien</b> describe el narcisismo del usuario de Instagram así: “En Instagram muestras un estilo de vida que puede ser seguido e incluso envidiado en muy poco tiempo por millares de personas, y hay millones de usuarios que cuelgan en Instagram imágenes de sus vivencias hora a hora. E incluso cada café tan bien preparado o cada ejercicio de gimnasia con la nueva indumentaria que tanto te gusta, te ha costado y que acabas de comprar…o con tu perrito –tan monísimo- con lacitos saliendo de la peluquería” <b>Javier Cercas</b> considera <i>mediopatia</i> el síndrome narcisista en Instagram.

<b>Sarah Frien</i> clava la puntilla a Instagram cuando dice: “Tan agotador como resulta nuestro ego cuando no sabemos gestionarlo. Por esto es importante tener suficiente madurez y ser capaz de distanciarse de esta competición de glamur <i>non stop</i> (que no se para). Yo recomiendo abstinencia digital de vez en cuando para descubrir que se puede tener vida sin que nadie la vea”.

El dicho popular “dime de que presumes y te diré de que careces” muestra el vacío existente en el alma de quien necesita exponer en Instagram la superficialidad que se amaga en su interior. Para compensar lo que no hay en sí mismo necesita exponer a la luz pública sus supuestos encantos, su estilo de vida que cree encandilará y que cree lo distingue del resto de los mortales. Como muy bien dice <b>Sarah Frien</b> la egolatría nunca dice basta. Se tiene que retroalimentar continuamente sin encontrar nunca sentido a la existencia. Es un perseguir el viento. ¡Ardua tarea es esta!

<b>Lucia Etxebarria</b> dice: “Veamos, estoy describiendo a la mitad de los presidentes  de las comunidades autonómicas españolas y a todos estos políticos corruptos que nos indignan. Desgraciadamente la propia sociedad en que vivimos es narcisista, está obsesionada con los éxitos externos, con el poder, con la belleza, con el éxito entendido como la acumulación de  bienes materiales y en tanto admiramos a los narcisos los recompensamos con nuestros  votos”. En su éxito nos reflejamos a nosotros mismos.

¡Alto! El narcisismo es una falacia. Bajo la apariencia de una gran estima los narcisos esconden sentimientos de inseguridad, de insuficiencia que se enmascaran y se compensan con el salto a la fantasía. Subir a lo alto del podio  del éxito. Son muy sensibles a cualquier cosa que puedan interpretar como un desafío o una amenaza a su necesidad básica de sentirse superiores.  Al supuesto escarnio reaccionan con hostilidad y agresividad. Todo va ligado a la agotadora lucha diaria  para mantener el glamur. Esconder lo frágil que se siente.

El narcisismo no es un trastorno fisiológico que se pueda combatir con fármacos o con cirugía. Es una enfermedad del alma que es el resultado del pecado y que únicamente la puede curar Jesús que es el Médico del alma. El narciso se cura de su manera de comportarse cuando reconoce su pecado y el Médico del alma le aplica el medicamento que es la sangre que derramó en la cruz y que posee el poder de borrar todos los pecados.

“No seáis sabios en vuestra propia opinión”, escribió el apóstol Pablo a los cristianos en Roma. No ser sabio en la propia opinión significa ser humilde, que ha abandonado la egolatría.  ¿Dónde encontrar el modelo de humildad? Jesús distribuye la medicina que cura el narcisismo cuando dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga” (Mateo 11: 28-30).

Octavi Pereña i Cortina

13 de octubre 2020

 


 

BUENA EDUCACIÓN

<b>La persona bien educada no lo es quien tiene títulos universitarios sino quien es persona justa</b>

<b>Iñigo Domínguez</b> inicia su escrito <i>Miradas lascivias</i> así: “La semana pasada el Ministerio de Igualdad publicó una encuesta sobre la violencia contra la mujer, un estudio muy bueno sobre esta lacra humana. En la página 181había algo llamativo: se incluía como acoso sexual <i>”las miradas insistentes o lascivias”</i>. De momento no, mañana ya diremos, si los pensamientos lascivos no van a ser punibles   por la justicia humana. La impunidad no significa que no vayan a tener sus consecuencias penosas para quienes los fabrican y para su prójimo. Lo que entra por los ojos llega al corazón. Por  eso es muy importante que seamos selecticos a la hora de dejar entrar imágenes por los ojos. Jesús nos alerta: “La lámpara del cuerpo es el ojo, así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz, pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?” (Mateo 6: 22.23). Sin dejar el tema del ojo, Jesús sigue diciendo: “por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti, pues mejor es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno” (Mateo 5: 24).

El ojo juega un papel muy importante en la cuestión del adulterio. Encontrándose ocioso el rey David en la terraza de palacio contempla Jerusalén a sus pies y se fija en una  bella mujer que se estaba bañando. La desea y hace que la lleven a palacio. Yace con ella. El pecado no queda impune. Diversos problemas familiares se le presentan debido a su adulterio.

Hoy no hace falta encamarse con la mujer del prójimo para cometer adulterio. Jesús va más allá del contacto sexual para cometerlo, cuando dice: “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5: 27, 28).

La Fiscalía General del Estado que analiza el impacto del consumo de pornografía entre los más jóvenes, ve en la pornografía  una puerta abierta a la violencia sexual. El Instituto Nacional de Estadística confirma que en el 2019 aumentó un 28,8% el número de menores condenados por delitos sexuales.

El siquiatra Enrique Rojas considera que la pornografía es una epidemia: “Su difusión es frenético, y esto convierte a la mujer en objeto de placer. Más del 80% de los jóvenes ven pornografía casi a diario. Citando ABC News (2019) la pornografía empieza a los 6 y 7 años y los marca para toda la vida. Se convierte en un recuerdo inesbrrable”. El siquiatra sigue diciendo: “Educar la inteligencia, los sentimientos y la voluntad. Hoy la educación sexual de los menores está en manos de la pornografía. Después continúa en la adolescencia que engancha y más tarde en jóvenes que quedan atrapados durante años en aquellos menores. La pornografía es una mentira sobre el sexo. Y eso aleja la felicidad”.

Vivimos en una sociedad católica más que cristiana en la que a menudo se confunde el tema. Se considera el folclore católico como sinónimo de cristianismo. Existen muchas asociaciones culturales que confunden tradición por fe. En el momento que preguntas a alguien  ¿crees en Dios? La respuesta más común es: Soy creyente no practicante. Dejo al lector que interprete esta respuesta.  Lo cierto es que la ética cristiana ha desaparecido de una sociedad que se autoproclama cristiana. Para no desentonar del entorno sigue el ejemplo de Vicente que va allí a dónde va la gente.

El cristianismo tradicional no  sirve para que la ética cristiana saque la nariz por un agujero. Palabras bonitas, muchas. Hechos, bien pocos. El hecho de que el Instituto Nacional de Estadística diga que en el año 2019 los delitos sexuales cometidos por menores hayan aumentado un 28,% significa que algo falla en una sociedad que se considera cristiana en la educación de los hijos.

El siquiatra Enrique Rojas avergüenza a los padres cuando afirma: “Hoy la educación sexual de los niños está en manos de la pornografía”. Muchos padres, demasiados, delegan a la escuela el encargo educativo que les corresponde a ellos hacer. Y así van las cosas. Informar no es educar. “Instruye al niño en su camino, y aun cuando envejezca no se apartará de él” (Proverbios 22: 6). Este proverbio enseña de manera general a los padres su deber de tomarse seriamente la educación de los hijos a que no se aparten dl camino recto, el de la virtud. Que les convierte en personas de bien, para que desde la infancia, adolescencia, juventud y en la edad adulta se comporten sensatamente en las diversas situaciones en las que van a encontrarse a lo largo de la vida. 

Moisés preparando a los israelitas  a su inminente entrada en la Tierra Prometida, les dic: “Amarás pues al Señor tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos todos los días” Deuteronomio 11: 1). Dirigiéndose directamente a los padres, les doce: “Y los enseñareis a vuestros hijos, hablando de ellos cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes… “(vv. 19-21). Tomarse seriamente la educación espiritual de los hijos como lo pide Dios repercute favorablemente en su bienestar y en el de la sociedad. Hoy el país necesita urgentemente padres responsables que se dispongan a enseñar a sus hijos a ser temerosos de Dios.

Octavi Pereña i Cortina

26 de octubre 2020

 

 


 

PADRENUESTRO

<b>Los momentos de retiro tienen que servir para dialogar con el Padre celestial<b/>

<b>Francie Healey</b>, socióloga y consejera de salud y bienestar afirma que durante toda su vida ha reflexionado sobre la soledad: “Recuerdo que cuando era una niña me sentía sola en mi mundo incluso en medio de mis familiares y amigos. Supongo que me sentía invisible e incomprendida”. Este sentimiento es general. Nadie se escapa del sentimiento de sentirse solo en medio de la gente. Se debe a la sencilla razón  de que en lo más profundo del alma, que es en donde se forman los sentimientos, ningún ser humano, salvo Dios, tiene acceso. Es por esto que encontrándonos gozando de la vida en una fiesta, de vacaciones en compañía de alguien estimado en uno de estos paraísos terrenales que anuncian las agencias de viajes, no desaparece el sentimiento de  soledad, sentimiento que en algunos casos conduce al suicido, <i>la muerte silenciada</i> como también se le conoce.

Un estado de soledad persistente es una “crisis de salud” asegura <b>Francie Healey</b>. Los expertos en salud mental “relacionan aislamiento social y la soledad como un riesgo más alto de enfermedades mentales, físicas, cardíacas, obesidad, sistema inmunológico debilitado, Alzheimer, depresión e incluso la muerte”.

La socióloga <b>Francie Healey</b>, dice: “El 2018, el primer ministro británico lanzó la primera campaña nacional para poner fin a la soledad, calificándola de “uno de los principales desafíos de salud pública de nuestro tiempo”. Pero soledad no es lo mismo que estar solo” ¡Cuánta razón tiene la socióloga! Conviene distinguir la diferencia.

El estilo de vida occidental es frustrante. Eso hace que personas residentes en las grandes áreas metropolitanas decidan abandonarlas para irse a vivir en zonas rurales, más cerca de la naturaleza en donde se vive más sosegadamente, evitando vivir con el estrés que provoca las grandes aglomeraciones de personas. <b>Francie Healey</b>, comenta la novedad nacida en Corea del Sur conocida como <i>honjok</i>, iniciada por la juventud que opta por realizar tareas en solitario. Esta tendencia no es ninguna novedad. Los antiguos eremitas de los siglos III y IV abandonaban el mundo, con su polución espiritual, para refugiarse en lugares desérticos. Con ellos siguió la polución espiritual del mundo que creían abandonarla porque la llevaban consigo.

Jesús fue un hombre muy atareado. Las multitudes lo buscaban insistentemente para que les curase sus dolencias. Nos da ejemplo de lo que se tiene  que hacer para que las exigencias laborales no nos produzcan trastornos sicológicos. Dejando a las multitudes que le agobiaban se retiraba a lugares solitarios, abandonando el mundanal ruido y oraba a su Padre con el propósito de cargar las baterías emocionales y buscar consejo. Jesús es el modelo por excelencia. Nos muestra la bondad de aislarnos para abandonar el ensordecedor ruido del mundo. Cuando lo hace no lo hace con el propósito de mirarse el ombligo. Lo hace para que nos demos cuenta que tenemos que salir de nosotros mismos y dirigirnos al Padre celestial. A quienes somos sus discípulos nos enseña a orar.

La primera cosa que nos enseña es lo que no tenemos que hacer jamás: “Y cuando ores no seas como los hipócritas, porque ellos aman orar en pie en las sinagogas (iglesias) y en las esquinas de las calles, para que sean vistos de los hombres, de cierto os digo que ya tienen su recompensa” (Mateo 6.5). ¿Cuál es el secreto de la  verdadera oración?  Así lo expresa el Señor. “Mas tu cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (v.6). Estas palabras de Jesús denuncian a aquellos que de la práctica religiosa hacen ostentación. Ya tienen lo que buscan: El aplauso de los hombres pero no el favor del Padre.

Jesús cuando muestra el Padrenuestro como una oración que sirve de modelo nos dice que no debemos hacerlo de carretilla como los incrédulos. Hagamos un  breve examen del Padrenuestro.

“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre”. Dios está en el cielo, nosotros en la tierra. Respetemos la distancia. Dios es santo y su Nombre debe pronunciarse con reverencia ni mancharlo con blasfemias.

Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, también en la tierra”. Se debe ser consciente que Dios es el Rey de la creación y que al final del tiempo implantará su reino eterno. Si respetásemos su voluntad las farmacéuticas tendrían muchas pérdidas porque no se consumirían ansiolíticos ni pastillas antiestrés. Al no haber discrepancia entre la voluntad de Dios y la nuestra el resultado sería la paz en el corazón.

“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. “Como las aves dependen de Él para su sustento, nosotros por el hecho de haber sido creados a imagen y semejanza de Él y con el raciocinio que nos ha dado, tenemos que pedirle por las necesidades del día. Ni más ni menos. Si Dios cuida de las aves, ¿no cuidará de nosotros  hombres de poca fe?

“Y perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Como transgresores de la Ley de Dios le pedimos perdón y nos lo concede, como perdonados tenemos que perdonar a quien nos falte. Si lo hiciésemos así, las venganzas desaparecerían, no nos consumiría el rencor almacenado y viviríamos en paz los unos con los otros.

“Y no nos metas en tentación, mas líbranos del Maligno, porque tuyo es el reino, y el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén”. El diablo es un ser muy poderoso al que no podemos vencer con nuestras escasas fuerzas. Resistiéndole envestidos del poder de Dios huirá de nosotros.Cerrada la puerta de nuestra habitación oremos al Padre celestial para que nos ayude en el día a día hasta el día que nos llame a su presencia.

Octavi Pereña i Cortina, 17 de octubre 2020

EL VIRUS QUE CORROMPE  A LAS NACIONES

<b>¿Existe vacuna contra el virus de la corrupción?</b>

<b>Antonio Muñoz Molina</b> finaliza su escrito <i> La otra pandemia</i> así: “No sé, sinceramente qué podemos hacer los ciudadanos normales, los no contagiados de odio, los que quisiéramos ver  la vida política regida por los mismos principios de pragmatismo y concordia por los que casi todo el mundo se guía en la vida diaria. Nos ponemos la mascarilla, guardamos distancias, salimos poco, nos lavamos las manos, hacemos nuestro trabajo lo mejor que podemos. Si no hacemos algo más esta gente (los políticos) va a hundirnos a todos”.

El autor del escrito que menciono creo que hace una crítica muy sensata de la situación política, sanitaria y educativa actual. Termina su realista escrito manifestando su impotencia ante la caótica situación actual que  se desborda provocando que tanto la clase política y la ciudadana anden a tientas para no darse cabezazos contra un muro.

“A cada momento”, dice <b>Antonio Muñoz</b>, “la política española se va volviendo más y más tóxica que el virus de la pandemia. El aumento de los contagios y las muertes los hemos visto agravados por el espectáculo cochambroso de la discordia política, de la ineficacia aliada al sectarismo de la irresponsabilidad frívola que poco a poco va mutando en negligencia criminal. La política española es tan destructiva como el virus. Contra el virus llegará la vacuna e irán mejorando los tratamientos paliativos, contra el veneno español de la baja política no parece que haya remedio”. La situación actual, política, social y económica de España la describe muy bien  <b>Antonio Muñoz</b> al decir “si no hacemos algo más esa gente va a hundirnos a todos”.

<b>Antonio Muñoz</b> ve así el panorama español: “El buen gobierno, la justicia social, necesitan lo primero de todo de una administración honesta y eficiente. Las mejores intenciones naufragan en la nada o en el despropósito si no hay estructuras eficaces y flexibles y funcionarios capaces que las mantienen en marcha”.

Se dice de <b>Diógenes</b>, el filósofo griego que iba por la calle a pleno sol llevando un candil encendido. Alejandro el Grande que lo vio, se extraña de este comportamiento tan peculiar. Se le acerca y le dice: “¿Por qué vas por la calle con un candil encendido?” La respuesta que le da el sabio es “Busco un hombre”. Esta respuesta pone de relieve que en siglo IV a.C. ya tambaleaban las estructuras políticas. Bamboleaban anteriormente y  seguirán haciéndolo en el futuro. El hombre en su condición de ser caído ha perdido la noción de qué es la justicia y se comporta de manera totalmente opuesta a la Ley de Dios.

“La justicia” (resumiendo consiste en comportarse a la manera de Dios),”enaltece a la nación, pero el pecado es el oprobio de los pueblos” (Proverbios 14: 34). La Biblia nos habla de personas justas. Estas personas no son seres perfectos. Son hombres y mujeres cuyos pecados han sido perdonados  y lavados por la sangre de Jesús derramada en la cruz y que por la fe en su Nombre se han convertido en personas nuevas. No son perfectos. Han nacido de nuevo por el Espíritu Santo cuya presencia los impulsa a abandonar el comportamiento injusto que los dominaba antes de la conversión a Cristo. Se sienten motivados a hacer aquello que le place al Dios totalmente justo. Yendo por la calle a plena luz del sol no van a encontrarse con ningún hombre ni con ninguna mujer que arregle el desbarajuste social que  nos lleva a la miseria. Los cristianos tienen que salir a la calle no a buscar personas justas que nos saquen del lodazal en que estamos metidos, sino proclamando el Evangelio de Jesús que es la luz del mundo. Cada persona que cree en Jesús,  resplandece en su corazón la luz de Dios, resplandor que le hace ver lo que realmente es. Este conocimiento con la ayuda del Espíritu Santo facilita abandonar lo que se era antes de la conversión a Cristo e impulsa a vivir la ética de la Ley de Dios. Estos son los hombres y mujeres que nos ayudarán a salir del peligro en que nos encontramos si se cree el mensaje de la Biblia de la cual son heraldos.

Abandonar la política que es tanto o más destructiva que el Covid-19 en un mundo maldecido por Dios debido al pecado de Adán no se conseguirá ni que toda la humanidad estuviese formada por personas verdaderamente convertidas a Jesús. Que mejoraría mucho la condición en que nos encontramos, evidentemente. Pero una sociedad que reuniese esta condición no sería la ideal porque la justicia no brillaría en todo su esplendor.

Si una cosa tenemos que aprender de la Historia es que las naciones, los imperios, nacen y la corrupción los destruye. Los nacionalismos exacerbados se envuelven con banderas para intentar esconder la corrupción que hay en ellos. El intento no funciona: “el pecado es el oprobio de los pueblos”.

Nabucodonosor rey de Babilonia vio en un sueño una estatua de grandes dimensiones de aspecto terrible. El profeta Daniel interpreta el significado de la descomunal imagen. A partir del imperio babilónico otros imperios nacerán y desaparecerán sucesivamente hasta el fin del tiempo: “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo, desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre. De la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano la cual desmenuzó (la estatua). El gran Dios ha mostrado al rey (Nabucodonosor) lo que ha de acontecer en lo porvenir, y el sueño es verdadero y fiel la interpretación” (Daniel 2: 1-45). Esta es la esperanza del cristiano: ser ciudadano del reino de Dios eterno en done la justicia resplandecerá en todo su esplendor y. “enjugará Dios toda lagrima de los ojos de ellos, y que no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor porque las primeras cosas pasaron” (las que ocurren en el mundo actual) (Apocalipsis 21: 4).

Octavi Pereña i Cortina

10 de noviembre 2020


 

EL MUNDO TRASBALSADO

<b>Si se anda en las tinieblas no se puede encontrar el camino</b>

En su escrito <i>El mundo al revés</i>, <b>Daniel Fernández</b>, expone: “Que nuestro sistema de valores se ha pervertido y que el ascensor social se h encallado en alguna sima abismal”. Para ilustrar este <i> mundo al revés</i>, dice. “Futbolistas y populistas son los héroes de este <i>mundo al revés</i> y cuando esto se comprende, todo es cristal. Sacamos a la calle antes los perros que a los niños, abrimos antes los bares que las escuelas. A más de un supuesto líder es necesario aplicarle el efecto brújula y entender que dicen todo lo contrario de todo lo que piensan. Es una falsa simetría que explica casi todo lo que pasa…Nos piden que conservemos la calma al mismo tiempo que se nos inocula el pánico en dosis continuas de alarmas no siempre justificadas. Esperamos que todo mejore en tanto nos tememos lo peor. Desconfiamos de las autoridades y nos quejamos de la falta de autoridad. No queremos obedecer y no queremos que nos gobiernen los tibios y los blandos de corazón. Somos un universo dislocado e irracional. Y necesitamos que alguien nos saque de él pronto. Pero no solamente a uno o dos, sino a todos nosotros. Es necesario empezar a despertar y asumir que vivimos en peligro. Y es necesario estar dispuestos a enfrentarnos al mal y distinguir los sueños de las pesadillas”.

Esta compilación del pensamiento de <b>Daniel Fernández</b> retrata muy bien  <i>el mundo al revés</i> en que vivimos. Nos muestra una realidad que nos desvela y que para intentar huir de ella nos atiborramos de pastillas que dice son inocuas y que acaban por hacernos adictos a ellas. <i>El mundo al revés</i> en que vivimos carece de brújula que nos señale el norte.

En la lucha por la supervivencia nos agarramos a un salvavidas que creemos nos va a sacar de la confusión en que nos encontramos y que a la hora de la verdad descubrimos que no sirve. Y  persistimos en construir un <i>un mundo al revés</i>.

La Biblia es un manual de filosofía y de manera especial lo es el libro de Proverbios. Ahora que se reivindica la filosofía, como solución a los problema que sufrimos, y se publican libros para acercarla a los ignorantes, no puedo dejar de recomendar  al lector su lectura atenta. Proverbios pone al alcance de las personas interesadas en adquirir sabiduría la sabiduría de Dios. Por medio de un padre preocupado por la educación de su hijo da consejos que no tienen fecha de caducidad.  El aviso que el padre da a su hijo es muy adecuado para salir del  <i> mundo al revés</i>.del que nos habla <b>Daniel Fernández</b>: “Guarda hijo mío el mandamiento de tu padre, y no dejes la enseñanza de tu madre, átalos siempre en tu corazón, enlázalos a tu cuello, te guiarán cuando andes, cuando duermas te guardarán, hablarán contigo cuando despiertes. Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, y camino de vida las reprensiones que te instruyen” (Proverbios 6: 22,23).

Dios mediante la figura de un padre nos transmite la importancia que tiene la Biblia que es palabra de Dios. Simbólicamente nos la enlazamos al cuello, es decir se la tiene siempre presente para que pueda cumplir el oficio de ser lámpara a nuestros pies. El salmista hace esta pregunta: “¿Con qué limpiará el joven (cualquier persona) su camino?”, el salmista responde: “Con guardar tu palabra” (Salmo 119: 9).

La Biblia a pesar de ser una obra humana porque los autores materiales de haberla escrito son hombres, que la han redactado conservando el estilo de cada uno de ellos. El Autor real es Dios que por el Espíritu Santo los guió a redactarla. El apóstol Pablo escribe: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea completo, preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3: 16,17). El hecho de que la Biblia sea un libro divino-humano es lo que hace posible ejerza su función educadora, de guiar a una persona cuando anda, velar por ella cuando duerme, y hablarle cuando está despierta. Lo que merece ser destacado del texto de Proverbios citado es: “El mandamiento es lámpara y la enseñanza es luz”. Físicamente la luz es imprescindible para que en el caminar no andemos a tientas y no tropecemos con los obstáculos que se pueden presentar en el camino. En la oscuridad nos sentimos desorientados. Lo mismo ocurre en el campo espiritual. Sin Cristo que es la luz del mundo andamos en tinieblas pero siguiéndole se dispone de la luz de la vida (Juan 8: 12). Desgraciadamente los hombres aman más las tinieblas que la luz y no van a la luz para que sus obras no sean reprobadas. (Juan 3: 19,20).

A pesar que por nacimiento natural todos contribuimos a levantar el <i>mundo al revés</i>, la misericordia de Dios hace posible que quienes no aman la luz porque no desean que su obras sean reprobadas, la luz que resplandece en sus corazones les hace ver que son pecadores y la necesidad de ir a Jesús que es el Médico del alma. Por la fe en Él que es regalo de Dios reciben el Espíritu Santo que les fortalece para emprender un nuevo camino a lo largo del cual se van desprendiendo de su pasado injusto y se van revistiendo de la justicia divina con lo cual participan a la desconstrucción del <i>mundo al revés</i> que tantos perjuicios nos otorga.

Octavi Pereña i Cortina

1 diciembre 2020


 

MUNDO ENFERMIZO

<B>La enfermedad requiere un médico y un tratamiento para curarla</b>

“Siquiatras y sicólogos han tratado en España los efectos de una gran crisis económica (2008) y atendido a supervivientes de atentados terroristas con decenas de muertos y consolado a padres que terminan de perder a sus hijos en una cuneta. Esta vez con el Covid-19 que provoca la tempestad perfecta. La vida dominada por la incertidumbre, la muerte sin el duelo que dejan secuelas de culpabilidad  y las angustias laborales” (<b>Joaquín Luna</b>).

El sicoterapeuta <b>Luís Muiño</b> hace la siguiente declaración: “Son diversas crisis en una. He aquí el problema. Entre los “filosóficos” aparece el hundimiento de las certidumbres. Se dan personas que carecen de tolerancia a la incerteza. Viven convencidas de que si haces esto o aquello tienes garantizada una realidad determinada. La sociedad también creía que tenía un control de todas las cosas. Y este panorama se agrava porque no tiene respuesta a cuando va a terminar esto”. El Covid-1 ha sido beneficioso en el sentido de que ha hecho tambalear  las columnas sobre las que se sostiene nuestro mundo. En tanto las cosas iban relativamente bien confiábamos en una seguridad inexistente. Creíamos que estábamos construyendo nuestro mundo sobre la roca cuando en realidad lo estábamos haciendo sobre la arena. Esto es lo que nos permite comenzar a construir de otra manera  que no sea sobre la falsa seguridad. ¿Aprovecharemos la lección?

Cada 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental. Celebrar una jornada dedicada a la salud mental significa la existencia de una carencia. Los cristianos podemos contribuir a solucionar el problema si hacemos los deberes. Los cristianos somos los primeros responsables de haber contribuido a que la sociedad no edificase sobre la Roca  porque hemos abandonado el cimiento de la fe cristiana que es la muerte de Jesús el Hijo de Dios en la cruz del Gólgota por nuestros pecados y resucitado de entre los muertos para garantizarnos la vida eterna. Hemos abandonado la Roca y sustituido por tradiciones que son arena. Por esto, cuando los vientos nos son desfavorables y soplan con fuerza, no aguantamos las embestidas y nos hundimos. De grandes males se pueden sacar grandes bienes.  Si es que tenemos ojos para ver la envergadura de lo que nos sucede.

Tenemos que cambiar el chip mental si es que en verdad se desea enderezar la situación actual en que nos encontramos. Hemos estado construyendo la sociedad sobre el endeble cimiento del ateísmo lo cual ha servido para deshacernos de la colaboración  del Todopoderoso. Dicho abandono ha hecho que nos convirtiésemos en dioses con pies de barro lo cual hace que lo que construimos no aguante. Aún estamos a tiempo de deshacer lo que hemos venido haciendo mal.

Los problemas de salud mental que denuncia el Día Mundial de la Salud Mental tienen una raíz espiritual. Quienes los padecen no deberían dejarse guiar por los prejuicios y considerar si sus trastornos mentales no son consecuencia de su ateísmo/agnosticismo que ha hecho que en vez de construir nuestras vidas sobre la Roca que es Cristo, se ha hecho sobre la arena de la incredulidad. Las evidencias muestran que la <i>nueva normalidad</i> no se ha desligado de la antigua.

El salmista nos enseña a buscar la estabilidad emocional en un mundo enfermizo. El salmo 102 incluye una introducción que dice: “La plegaria del afligido que desfallece, y derrama su lamento ante el Señor”. Nos indica que Él es nuestro refugio en el tiempo de la angustia, de las incertidumbres y del dolor.

Para el salmista Dios no es un concepto filosófico para debatir entre intelectuales. Para el salmista Dios es un Ser real, alguien con quien se puede comunicar. Empieza el poema con estas palabras: “Señor, escucha mi oración, y llegue a ti mi clamor. No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia, inclina a mí tu oído” (vv. 1,2). El suplicante utiliza un lenguaje antropomórfico al dirigirse a Dios. A pesar de que Dios es incorpóreo utiliza un lenguaje corporal para describir al Invisible. ¡Qué abismal diferencia entre el antropomorfismo bíblico que nos presenta a Dios como teniendo oídos, ojos, pies, manos…con las esculturas idolátricas que tienen ojos que no ven, oídos que no oyen, manos que no acarician, pies que no se mueven y necesitan ser transportadas!

El Dios eterno cuyo recuerdo permanece de generación en generación “mira la plegaria del destituido y no ha menospreciado su súplica” (v. 17). El Invisible a quien cualquier persona, sin distinción de sexo, cultura, raza, posición social puede dirigirse a Él suplicando su favor ,se hace visible en la Persona de Jesús.

El mundo que ha enfermado para morir debido al pecado y que fuera de Jesús no tiene remedio, no curará su enfermedad espiritual si no permite que el Médico del alma le dé la vida eterna y que en medio del dolor “mira la plegaria del destituido y no la menosprecia”.

Octavi Pereña i Cortina

15 de diciembre 2020

 

 

 


 

PUEBLO DE SANTOS

<b>El paganismo en la Iglesia lo prohíbe la Biblia</b>

La fiesta de Todos los Santos y el Día de los Difuntos han conservado en el costumbrismo toda una serie de celebraciones, elementos y ritos que provienen de sistemas de creencias anteriores al cristianismo.

El camino que conduce a la Iglesia Católica a celebrar la Fiesta de Todos los Santos se remonta a principios del siglo VI cuando el papa Bonifacio IV convirtió el templo del Panteón en Roma que estaba dedicado a todos los dioses romanos y lo consagró en honor de la Virgen María y de todos los mártires cristianos. El papa estableció el 13 de mayo en fecha para la celebración de la Fiesta. La celebración de dicha Fiesta el 1 de noviembre no se proujo hasta el siglo IX a instancias de Luís el Piadoso. Pero el impulso definitivo no se estableció hasta que el abad de Cluny santo Adilión la introdujo en todos los monasterios reformados alrededor del año 1.000. Los monasterios establecidos en zonas en donde los cultos funerarios celtas seguían vigentes y ejercían una  gran influencia social. Odilión se aprovechó de la celebración del día de los difuntos de cultura celta y la fusionó con las nuevas prácticas cristianas. Fue el papa Gregorio IV  quien eligió el 1 de noviembre como fecha oficial para la celebración de la Fiesta de Todos los Santos. La celebración de dicha Fiesta no tiene bases bíblicas porque la Biblia prohíbe el culto a los muertos.

La Fiesta de Todos los Santos como hemos visto es de origen pagano y se ha introducido en el seno de la Iglesia Católica porque la doctrina del bautismo en que cree considera que todos los bautizados son hijos de Dios porque considera que el agua bautismal tiene el poder de limpiar los pecados de los bautizados, lo cual les otorga el privilegio de ser admitidos en la Iglesia. Esto facilitó la admisión en la Iglesia de masas de personas bautizadas pero no convertidas a Cristo. Estas masas bautizadas y supuestamente convertidas a Cristo introdujeron en la Iglesia sus costumbres paganas. En vez de ser una Iglesia santa se paganizó hasta nuestros días. El culto a los difuntos no es cristiano.

Moisés tuvo un entierro muy peculiar y único. El texto que habla de ello dice: “Subió Moisés al monte Nebo, a la cumbre del Pisga (desde donde vio la Tierra Prometida) y le dijo el Señor: Esta tierra que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: a tu a tu descendencia la daré. Te he permitido verla con tus ojos, mas no pasarás alá. Y murió allí Moisés…Y lo enterró en el valle…Y nadie conoce el lugar de su sepultura hasta hoy” (Deuteronomio 34: 1-6). Según nuestra cultura pagana cristianizada nos cuesta entender el motivo porque Dios mantiene en secreto el lugar en que enterró a Moisés. No dudo que el motivo se encuentra en la tendencia a divinizar a los difuntos corrientes y molientes y a los de prestigio. Si se hubiese hecho público el lugar en donde fue enterrado Moisés a no tardar se habría convertido en un lugar de peregrinaje  y construido un santuario lujoso en donde se reunirían millares de personas para venerar al gran hombre de Dios. Si los hombres y mujeres que por potestad eclesial se convierten en santos y vírgenes poseedores de dudosos poderes milagrosos que en su nombre se convierten en centros de peregrinaje  y en máquinas de hacer dinero, ¿en qué no se habría convertido la tumba de Moisés si se supiese el lugar en donde le enterró Dios? No merece la pena dar respuesta a la pregunta.

Cuando fallece una persona, por más eminente que sea, deja de ejercer influencia en la tierra de los vivientes. Entre los lugares en que se encuentran los difuntos  y los vivos no existe una puerta abierta que comunique ambos lugares. Si algo se ha podido .hacer a los difuntos fue cuando vivían entre nosotros.  Una vez  producido el deceso lo mejor es dejarlos que descansen en paz.

Recordar a las personas amadas no es contrario a la doctrina cristiana. Venerarlas es harina de otro costal, porque entre Dios y el hombre se interpone a un difunto. “No tendrás dioses ajenos ante mí” (Éxodo 20: 3).

Mientras estemos aquí en la tierra lo que tenemos que hacer es preocuparnos de nuestra salvación. Este es el consejo que nos da el apóstol Pablo: “Porque sabemos que nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha no hecha de manos, eterna en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial,  pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque así mismo, los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia, porque no quisiéramos ser desnudados,  sino revestidos para que lo mortal sea ab sorbido por la vida. Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, que nos ha dado las arras del Espíritu. Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entretanto estemos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor, porque por fe andamos , no por vista, pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor” (2 Corintios 5. 1-8).

Andar por fe es la mejor  inversión que hayamos podido hacer en esta vida pues nuestro andar no será en vano.

Octavi Pereña i Cortina

3 de noviembre 2020


 

DICTADORES

<b>El poder de los dictadores se desvanece como el rocío a la salida del sol</b>

El libro Hechos de los Apóstoles describe la muerte del rey Herodes Agripa I cuando se encontraba en Cesarea. Perteneció a una familia que no se caracterizó por la justicia. Sus antecesores en el trono se mantuvieron en él gracias a las intrigas palaciegas y los asesinatos. Su abuelo Herodes el Grande intentó matar al niño Jesús por considerar que podría destronarlo. El relato dice. “Y Herodes estaba enojado contra los de Tiro y Sidón…pedían paz porque su territorio era abastecido por el rey. Y el día señalado, Herodes vestido de ropas reales, se sentó en el tribunal y los arengó. Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, no de un hombre! Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios, y expiró comido de gusanos”                     (Hechos 12. 20-23).

El historiador judío Flavio Josefo que se puso al servicio de Roma, se refiere a Herodes Agripa I que se encontraba en Cesarea dando una fiesta en honor al emperador Claudio. Herodes vestía una túnica tejida con hilo de plata que reflejaba los rayos del sol. En medio de los aplausos de los presentes comenzó a encontrarse mal, siendo trasladado a su residencia en donde murió al cabo de cinco días.

Ambos textos coinciden en el vestido. El bíblico dice “vestido de ropas reales”, es decir no ordinarias. El de Flavio “túnica tejida con hilo de plata”. Los textos difieren en el comportamiento de los asistentes al acto. El bíblico dice: “El pueblo aclamaba gritando: “¡Voz de Dios y no de hombre!” El de Flavio: “En medio de los aplausos de los presentes”. Ambos textos coinciden en decir que Herodes murió pero no de la manera que sucedió. El texto bíblico dice: “Al momento un ángel del Señor le hirió por cuanto no dio la gloria a Dios, y expiró comido de gusanos”. El de Flavio. “Comenzó a sentirse mal, siendo trasladado a su residencia en donde murió al cabo de cinco días”. El texto bíblico dice que la muerte repentina de Herodes se debió a un acto de la justicia divina. El de Flavio que Herodes murió de muerte natural como la mayoría de las personas..

El lector que ha llegado hasta aquí se preguntará el motivo por el que he expuesto la muerte de Herodes explicada por dos fuentes. Me ha impulsado a hacerlo una breve nota d prensa que lleva por título: “Torturas y violaciones. El “inhumano” sistema de prisión en Corea del Norte”. Al texto le acompaña una fotografía del dictador Kim Jung-un ante un fondo que viene a representar un sol brillante. Todos los dictadores creen que tienen el  cargo por la “gracia de Dios” y por ello están autorizados a defender a capa y espada el cargo con toda clase de crímenes porque se sienten legitimados a cometerlos. Es cierto lo que dice el apóstol Pablo: “Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay por Dios han sido establecidas”. Si el texto bíblico terminas aquí podríamos entender que las autoridades están autorizadas a actuar como ancha Castilla. Hacer y deshacer a placer. Pero no, el texto sigue diciendo: “Porque las autoridades no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás alabanza de ella, porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios,  vengador para castigar al que hace lo malo” (Romanos 13: 1, 3, 4). Lo que está mal o bien no lo dictan los dictadores, lo determina la Biblia.  Las autoridades como servidores de Dios  deben gobernar guiados por los principios bíblicos de la justicia.

Debido al reyezuelo que todos llevamos dentro nos comportamos como pequeños dictadores en el hogar, convirtiéndolo en un infierno. La cosa va en aumento en la escuela haciendo muy difícil la convivencia con los compañeros por el carácter autoritario. La situación alcanza el disloque en el momento en que Dios dispone que un pequeño dictador obtenga el poder. “Estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad,  avaricia, maldad, llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños, malignidades, murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia” (Romanos 1. 29-31). Comportamiento que se manifiesta con más o menos intensidad en el ciudadano de a pie pero que se percibe de manera extrema en el dictador.

Un informe de Human Right Watch que acompaña la nota de prensa citada previamente, se puede aplicar con matices en todas las naciones, incluso en las que presumen ser “democracias consolidadas”. La investigación titulada: “Valemos menos que un animal”, habla de abusos y violaciones del debido proceso durante la detención preventiva en Corea del Norte, subrayando las lagunas del sistema penal y del marco jurídico del preso que resulta en la tortura generalizada y sistemática de aquellos que están  arrestados. El informe da varias recomendaciones al régimen para poner fin a la tortura endémica y degradante en centros de prisión preventiva e interrogatorios. Según la nota de prensa el informe es el resultado de entrevistas realizadas a 46 norte coreanos que habían sido detenidos.

A pesar de que los dictadores pueden terminar sus vidas no siendo “comidos por los gusanos” como le sucedió a Herodes Agripa I, no podrán justificar sus crímenes cometidos cuando tengan que presentarse ante el tribunal de Cristo y tengan que escuchar de los labios del Juez: “Os digo que no sé de dónde sois, apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad. Allí será el llanto y el crujir de dientes”                    (Lucas 13: 27,28). No les valdrá la excusa: “Tú nos has dado la autoridad y el poder”.

Octavi Pereña i Cortina

9 de diciembre 2020


 

EN EL PUNTO DE MIRA

<b>La corrupción en la Iglesia Católica es una piedra de molino atada en su cuello que no le permite alzar el vuelo</b>

<b>Josep Miró i Ardevol en su escrito <i>Iglesia: una idea equivocada<i/> argumenta que el mundo quiere que  la Iglesia Católica se le parezca. Lo hace en estos términos: “A raíz de las palabras de Francisco se produce un reiterado tipo de comentario, formulado ante cualquier iniciativa por parte de la Iglesia. Consiste en exigir que se parezca mucho más al “mundo”, a la sociedad, asumiendo sus cambios, y el reconocimiento de sus nuevas instituciones, prácticas, costumbres y pasiones. En este caso al matrimonio homosexual, pero igual sirve para razonar sobre el aborto, la eutanasia, el sacerdocio femenino, y muchos más temas”.

La pregunta que me ha movido a comentar el escrito de Josep Miró es: ¿Qué ha provocado el descredito que la Iglesia Católica tiene hoy? No es que el mundo pretenda asimilarla. Al revés. Es la Iglesia la que asimila al mundo. Este proceso tiene una causa. La Biblia la expone con nitidez. Es responsabilidad de quienes se consideran católicos analizarla.

Los avisos que reiteradamente hacían los profetas al pueblo de Israel es que debían  mantenerse apartados de los paganos que convivían con ellos. Si esta separación no se producía  las costumbres religiosas de los paganos los infectarían. El resultado fue el abandono de Dios que los liberó de la esclavitud egipcia y que los introdujo en la Tierra Prometida. Por  mano de Josué entraron a poseer la heredad que el Señor les había prometido. Pero no expulsaron a los habitantes de la tierra. El contacto con ellos contaminó la fe de los israelitas. En vez de atraer los israelitas a los paganos a Dios fueron éstos los que atrajeron a los israelitas a adorar a sus dioses. Esto pudo ser así debido al vacío que se había producido en el corazón de los israelitas por haber abandonado a Dios. El vacío se compensó con las creencias religiosas de los paganos que convivían con ellos.

El Antiguo Testamento no se escribió únicamente para proporcionar conocimientos históricos. El propósito principal es que los lectores aprendan de los éxitos y fracasos del pueblo de Dios para que no se repitan los fracasos. Adquieran la sabiduría de Dios que almacenan sus páginas.

“Esta manera de razonar” dice <b>Josep Miró>/b>, “la del “mundo”, expresa un desconocimiento grande de la misión de la Iglesia, aquello que da sentido a su existencia desde Pentecostés del año primero”. El libro d los Hechos de los Apóstoles que es de donde extrae <b>Josep Miró</b> la palabra Pentecostés, muestra cómo era la iglesia apostólica. La fe de aquellos primeros cristianos. De sus luchas para mantenerla viva en un entorno pagano que les era hostil. La situación siguió siendo la misma hasta que en el año 313, con la publicación del Edicto de Milán que concedió a los cristianos los mismos derechos que gozaban las otras religiones. “La iglesia estaba libre de persecuciones. Su firmeza, su fe, y su organización la habían sacado a flote en medio de tantos peligros. Pero al obtener la libertad de sus enemigos, había caído en gran parte bajo el dominio dl trono imperial de Roma. Había empezado una fatal unión con el estado” (<b>Williston Walker</b>). La unión con del estado hizo que los emperadores participasen en el gobierno de la iglesia. Convocasen concilios. Ello fue fatal para la salud espiritual de la iglesia. Se abrió de par en par la puerta para que el paganismo contaminase la fe de la iglesia. Por lo que hace al cristianismo occidental cayó bajo la autoridad del papa de Roma que se convirtió en el único interlocutor con el estado. Este maridaje ha sido fatal para la Iglesia Católica y lo sigue siendo hoy. 

<b>Josep Miró</b> no tiene motivo para quejarse de que el “mundo” tenga una idea equivocada de la Iglesia. Pienso que debería reflexionar sobre la causa  que la ha llevado a ser lo que hoy es y que no tiene ningún parecido con la iglesia que nació en el primer Pentecostés. Que queda reflejada en el libro de los Hechos de los Apóstoles.

Hoy la Iglesia Católica se ha convertido en la multinacional de la religión, corrompida de los pies  a la cabeza. La corrupción que los medios de comunicación se encargan de hacerla pública se debe a que la fe que enseña y su nueva evangelización no tienen ningún parecido con el de la iglesia apostólica. Su alejamiento de la fe del Nuevo Testamento impide que pueda reformarse según Dios. Si no se produce un auténtico arrepentimiento cualquier intento de reforma será como lo ha sido en otros intentos  pasado. Agua de borrajas Podrá reaccionar con otra Contrarreforma que tampoco no servirá  de nada.

La Iglesia Católica está en el punto de mira del mundo debido a su corrupción. Jesús dijo a Pilato: “Mi reino no es de este mundo” (Juan 18: 36). En el momento en que la iglesia empezó a festejar con el estado y se fue a la cama con él, el reino que tenía que el de los cielos  se ha convertido en el reino de este mundo. Para resolver este conflicto de intereses que tanto desprestigio  causa a la Iglesia Católica sería conveniente que tuviese en cuenta estas palabras de Jesús: “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperan y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, <i>mintiendo</i>. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”                      (Mateo 5: 11,12).

Octavi Pereña i Cortina

24 de noviembre 2020

 

 

 

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