MODA TRANS
<b>El
problema principal de los transgenero es que desean ser reconocidos
socialmente</b>
<b>Ima
Sanchís</b> entrevista a la periodista <b>Abigail Shrier</b>:
“¿Es usted transfobica?” La respuesta que da es: “Por descontado que no tengo
fobia a las personas transgenero, yo me
he limitado a estudiar un grave problema que estamos viviendo ente las
adolescentes en los EUA: La sensación de grave incomodidad con el sexo
biológico propio”. Según <b>Abigail</b> “las niñas adolescentes de
hoy día están pasando la peor crisis mental que jamás hemos visto. Las púberes
tienen niveles altos de ansiedad, de depresión, existen trastornos nuevos como
las autolesiones, el odio hacia su cuerpo y el deseo de huir de su forma
femenina. Y aquí es en donde irrumpe la moda
trans. Les desagrada su sexo biológico. Es lo que llamamos desagrado de
género. Normalmente se inicia en la infancia e históricamente se ha dado en
niños. Hoy la demográfica nos dice que principalmente la padecen niñas
adolescentes sin un historial de desagrado en su infancia”.
<b>Abigail
Shrier</b> dice que la identificación transgenero se ha multiplicado por
cien en solo unas décadas en niñas de entre 12 y13 años. “Suele pasar en la pubertad.
Las adolescentes con sus amigas afirman que odian su cuerpo, sus pechos y el
período, tienen ansiedad y depresión y creen que si comienzan un tratamiento de
testosterona y se convierten en chicos
todo se arreglará. Se animan las unas a las otras”. Qué certeras son las
palabras de Salomón: “Hija mía, si los pecadores te quieren seducir, no lo
consientas” (Proverbios 1: 10). Los que influencian y las estrellas trans por medio de las redes sociales llenan de viento
las cabezas de las adolescentes. “Algún trans imparte conferencias en las
escuelas sobre su experiencia y les queda la idea de que serán más populares si
se declaran transexuales. Más que una necesidad sicológica son el
resultado de estímulos y sugerencias”.
<b>Abigail</b>
expone: “La locura de diagnóstico actual de aversión de género lleva a las
púberes a llenarse de testosterona y a
extirparse los pechos porque, mal aconsejadas creen que la incomodidad propia
de la adolescencia se debe a que su cuerpo y su sexo no se corresponden”.
<b>Abigail</b>sigue alertando: “En el 2007 existía una única
clínica de genero hoy las hay a centenares. En Tik Tok los médicos hacen
publicidad de este tipo de cirugía que es muy popular” Otro negocio a costa de
la salud física y sicológica de las adolescentes.
<b>Arianna
Armour</b> confiesa. “Fui LBGTQ durante 16 años. Fui lesbiana durante 14 años y transgenero
de mujer a hombre durante 2 años. También crecí en un hogar cristiano. Ibas a
la iglesia una vez a la semana. Te ponías la mejor ropa de domingo. Escuchabas
el sermón. Hablabas de cosas triviales y vuelves a casa y vives tu vida como quieres durante los próximos seis días”.
<b>A
Arianna</b> se la podría considerar cristiana practicante que se limita a
las formas externas desconociendo quien es Cristo. Hace esta declaración del
entorno religioso en que se movía: “Todos eran falsos y crueles y yo creía que
Dios me odiaba y que iba a enviarme al infierno”. Insatisfecha consigo misma,
dice. “Le pregunté a Dios ¿por qué me has hecho niña’ ¿Por qué no pude nacer
niño?” Las predicaciones sobre un Dios sin misericordia, que solo piensa en
enviar a los pecadores al infierno hacen más daño que una pedrea.
Cuando
<b>Arianna</b> tenía 17 años creía que Dios la había hecho niña por
equivocación. Tanta era su confusión que decidió convertirse en
<b>James</b> y así fue como empezó a inyectarse testosterona
pensando que así haría desaparecer su
confusión. Afirma: “Estaba realmente perdida. Estaba deprimida. Tenía ansiedad.
Tomaba pastillas. Hacía todo lo posible para soportar todo lo que me había
pasado. Drogas, alcohol. Lo que hiciese falta”
En el
año 2019 <b>Arianna</b> fue invitada a asistir a The Supernatural
Life en Altamonte Springs, Florida. Del encuentro explica. “Allí fue que conocí
a Jesús. Todavía era un hombre trans. Fue un encuentro loco, sucedieron cosas
locas y supe que necesitaba a Jesús. No la religión, sino a Jesús”. A partir de
entonces empezó a producirse un cambio en el comportamiento de <b>Arianna</b>. Empezó a orar, a
dedicar tiempo a Dios, a leer la Biblia. Dice. “Todo se redujo a una elección.
Decidí seguir a Cristo”. Dice que se convirtió a Dios en septiembre de 2020.
“Estoy preparada para ser libre de éste que me robó la identidad” (se refiere a
Satanás). “Estoy preparada para ser quien soy porque Dios me creó por algún
motivo. Estoy cansada de mirar a mi cuerpo y pensar que todo fue un error.
Estoy cansada de andar con la cabeza inclinada y a odiarme a mí misma”.
<b>Arianna
Armour</b> dice que cuando todavía era <b>James</b> asistía a
la iglesia, leía la Biblia y oraba, pero todavía no me consideraba cristiana
sino una persona LBGTQ que buscaba a Jesús. Alguien que le faltaba en su vida.
”Por qué? Porque no me había arrepentido.
No me negaba a mí misma, No seguía a Jesús, solo lo estaba buscando. No
creo que se pueda seguir siendo LGBTQ y a la vez ser cristiana porque un
cristiano no es alguien que dice “creo”. Un cristiano es alguien que vive a
Jesús. Un cristiano es un discípulo de Jesucristo”.
“Jesús
no nos dijo que siguiésemos viviendo nuestro estilo de vida pecaminoso y todo
está bien. No está bien. Nos dice a todos, heterosexuales u homosexuales que
nos arrepintamos de nuestros pecados. Escogí seguir de verdad a Jesús y
renuncié al estilo de vida LBGTQ”.
Jesús
cambia para bien la vida de cualquier persona que cree en Él como a su único
Señor y Salvador.
Octavi Pereña i Cortina
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