diumenge, 31 d’agost del 2025

 

OBEDIENCIA CIEGA

La renuncia a la razón es el primer paso hacia la autodestrucción

El gobierno anterior de las Hijas del Amor Misericordioso promovía “la confianza en Dios y el abandono a su voluntad”. Las denuncias de los familiares dicen que este supuesto abandono encubre “técnicas de dominio y control mental” (Domingo Marchena).

San Ignacio de Loyola decía: “La teoría puntual y la práctica comuna de la obediencia ciega como sacrificio del  intelecto no serían lo que son. A menudo se habla del sacrificio del intelecto para describir la exigencia que la Iglesia hace a los fieles cuando les exige que acepten como objeto de creencia milagros, dogmas y sacramentos que parecen contradecir a la racionalidad. La carta que el 20 de marzo de 1553 Ignacio de Loyola escribió a los jesuitas portugueses expresa que “todo lo que el superior ordena es una orden de Dios nuestro Señor y su santísima voluntad”. Acto seguido, para terminar de pintar la clase de entrega que  se espera hacia los que mandan, añade: “A ciegas, sin ninguna inquisición, proceder, con el ímpetu y la rapidez de la voluntad deseosa de obedecer a la ejecución de lo que se ha mandado”. Las Constituciones de la Compañía de Jesús, cinco años después precisaban muy gráficamente que quien vive en la obediencia se tiene que dejar guiar y conducir por la providencia divina a través del suprior  “como si fuese un cadáver que puede ser llevado a cualquier lugar y tratado de cualquier manera”. Pero la idea de la obediencia ciega entendida como sacrificio de la inteligencia forma parte de las raíces cristianas de Europa sobrevive secularizada como herencia de la Contrarreforma, por todos lados y en muchas mentes” (Extracto del escrito de Josep Maria Ruiz Simon: “El sacrificio del intelecto” (La Vanguardia 29/07/2025). El escrito de Ruiz Simon hace poner los cabellos de punta al ver como la Religión que tendría que utilizarse para liberar a los hombres de los demonios que los poseen, se utiliza de manera sectaria como en el caso de las mencionadas Hijas del Amor Misericordioso.

Un estudio elaborado por la Universidad Rovira Virgili, concluye: “Que los sustitutivos de la religión, la fe y también de la medicina convencional han llegado para ocupar una parte del vacío que multitud de personas tienen, incapaces de encontrar respuesta a sus inquietudes”. El mencionado escrito destaca lo que llama “el mercado de la insatisfacción”. La presencia de las nuevas religiones en el mercado de la espiritualidad se debe a que el cristianismo tradicional es incapaz de ofrecer a las personas que compran en el “mercado de la insatisfacción” el mensaje que llenaría el vacío al que ha llevado el ateísmo y materialismo imperantes. Mientras las personas sigan alimentándose con sucedáneos del verdadero alimento espiritual, la insatisfacción que los lleva  a ponerse en las manos de desaprensivos, sean religiosos o laicos, a pesar de que sean unos imbéciles que los seducen con promesas que no pueden cumplir. Si despiertan descubren que están atrapados en las garras  de malvados carismáticos de las cuales no pueden liberarse de no ser por la intervención de un poder superior al suyo: “Si el Hijo (Jesús) os libera seréis verdaderamente libres” (Juan 8: 36).

Jesús nos alerta del peligro que representa el sectarismo que tratamos en este escrito, cuando dice: “Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos” (Mateo 24: 11). Este anunció no tardó mucho en empezar a cumplirse. En pleno apogeo de la iglesia apostólica ya comenzó a realizarse. El apóstol Pablo nos avisa cuando despidiéndose de los ancianos de la iglesia de Éfeso, les  dice: “Porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. Por tanto mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto como pastores para apacentar la iglesia del Señor, la cual Él ganó con su propia sangre. Porque después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán el rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas, para arrastrar tras a los discípulos. Por tanto velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar  con lágrimas a cada uno. Y ahora, hermanos, os recomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados” (Hechos 20: 27-32). “Pero el Espíritu Santo dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4: 1). Si esto ocurría ya en la época apostólica, ¿cómo no tenemos que vigilar más atentamente en nuestros días? “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para corregir, para redargüir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3: 16, 17).

El antídoto contra la infiltración del sectarismo satánico en las iglesias nos lo proporciona el apóstol Pablo cuando escribiendo a su discípulo Timoteo, que por formar parte de la Biblia, es de gran utilidad en nuestros días: “Te encarezco delante de Dios y del  Señor Jesucristo…que prediques la Palabra, que instes a tiempo y fuera de tiempo, redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina, porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4: 1-4).

La victoria contra el sectarismo satánico se encuentra en: “Someteos, pues, a Dios, y resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4: 7).

Octavi Pereña Cortina

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