PROVERBIOS 28: 16
“El gobernante falto de entendimiento
multiplicará la extorsión”
Los
gobernantes se encuentran en el ojo del huracán no porque cumplen los preceptos
éticos, sino porque se comportan como auténticos desvergonzados. El texto que
comentamos se refiere a ellos no porque se comportan como Dios manda, sino por
la falta de entendimiento. El texto no dice que carecen de cultura. La mayoría
de ellos poseen títulos universitarios. No son unos analfabetos. El texto que
comentamos no dice que son unos incultos, sino “faltos de entendimiento”. Poderoso caballero es don dinero.
Con el
dinero de sus padres han podido estudiar en la universidad. Tanta importancia
se da a los títulos académicos que algunos políticos los falsifican. Aun cuando
los títulos acrediten que han estudiado en la universidad y que poseen
conocimientos en alguna materia académica. Los títulos, no acreditan que poseen
sabiduría. La sabiduría es un don de Dios: “Porque
por gracia sois salvos, por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don
de Dios” (Efesios 2: 8). “Para que el
Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de
sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él” (Efesios
1: 11). “El principio de la sabiduría es
el temor del Señor, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia” (Proverbios
9: 10). ¿Dónde vemos que los políticos practican los mandamientos de Dios?
Honrar a Dios de labios no funciona. Que vayan a misa en determinados momentos
es una memez. Honrar a Dios de labios no funciona. El político “que confía en su propio corazón es un necio” (Proverbios 28: 26).
A los ciudadanos que tenemos un conocimiento limitado de lo que sucede a nuestro alrededor, los políticos nos pueden
dar gato por liebre. Recuerden que por encima del hombre está Dios. Citaré un
texto, que los políticos se acusan mutuamente los unos a los otros desearían
que no se hubiese escrito: “Por lo cual
eres responsable, oh hombre, quienquiera que seas, pues en lo que juzgas a
otro, te condenas a ti mismo, porque tú que juzgas haces lo mismo. Mas sabemos
que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. ¿Y
piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo,
que te escaparás del juicio de Dios? ¿O menosprecias las riquezas de su
benignidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? Pero por tu
dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día
de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras” (Romanos
1: 2-6).
¡Cuán
beneficioso sería para los políticos si se dirigieran a Dios de la manera como
lo hace el salmista: “¡examíname, oh
Dios, y conoce mi corazón, pruébame y conoce mis pensamientos, y ve si hay en
mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno!” (Salmo 139: 23, 24).
MIQUEAS 3: 11
“Sus dirigentes juzgan por cohecho, y sus
sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero, y se apoyan
en el Señor diciendo: ¿No está el Señor entre nosotros? No vendrá mal sobre
nosotros”
Son
muchos quienes desean que Dios no sea como lo describe la Biblia. Piensan que
tendría que ser condescendiente como muchos padres lo son con sus hijos por
haber borrado del diccionario la palabra disciplina. Tenemos que prestarle
mucha atención al texto que sirve de base de esta reflexión. Las autoridades
civiles y religiosas actúan motivadas por el amor al dinero que es la raíz de
todos los males. ¿Qué piensan estos dirigentes civiles y religiosos que está
sujetos al vasallaje de don dinero? Dicen: “¿No
está el Señor entre nosotros? No vendrá el mal sobre nosotros”. Creen que
Dios lo consiente todo como ellos lo hacen con sus hijos que se lo consienten
todo porque ignoran qué es disciplina.
Cierto,
Dios es amor, pero no olvidemos que a la vez es justo. Los adoradores del
dinero no lo ven así: “Se apoyan en el
Señor diciendo: ¿No está el Señor entre nosotros? No vendrá el mal sobre
nosotros”. ¡Qué bien que nuestro pecado no tenga consecuencias punitivas!
El Señor que es justo en grado máximo no es de este parecer. “No tomes el nombre del Señor tu Dios en
vano, porque no dará por inocente al que tome su Nombre en vano” (Éxodo 20:
7). ”Porque la paga del pecado es muerte”
(Romanos 6: 23). El apóstol Pablo no disuelve las consecuencias del pecado:
“Por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios”. El hecho de que la sentencia no se
aplica de inmediato no significa que su ira haya desaparecido. Palabras del
apóstol Pablo que deberían estar gravadas en nuestro corazón: “Por lo cual eres inexcusable, oh hombre,
quienquiera que seas tú que juzgas, pues en lo que juzgas a otro te condenas a
ti mismo, porque tú que juzgas haces lo mismo. Mas sabemos que el juicio de
Dios contra los que practican estas osas es según verdad. ¿Y piensas, oh
hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás
del juicio de Dios? ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia, y
longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? Pero por
la dureza y por tu corazón no
arrepentido atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación
del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras”
(Romanos 2: 1-6).
¿Qué les dice el profeta Miqueas a aquellos dirigentes que creían “que no vendrá mal sobre nosotros”? He aquí la sentencia: “Por tanto, a causa de vosotros Sion será arada como campo, y Jerusalén vendrá a ser montones de ruinas” (Miqueas 3: 12). Hay esperanza: “Volveos al Señor y Él se volverá a vosotros”
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