ISAÍAS 9: 16
“Porque
los guías de este pueblo los hacen errar, y los que se dejan guiar se pierden”
Las apariencias engañan. Los
“influencers” religiosos y los que se dejan influenciar son ciegos que se dejan
engañar como chinos. Los “influencers” religiosos son de lengua fácil y dulces
como la miel. Las palabras salen de sus labios edulcoradas con la apariencia de
verdad. Para descubrir el engaño que transmiten
los “influencers” religiosos se tiene que disponer de la Verdad para
poder rechazar sus embustes edulcorados. Los“influencers” religiosos después
de siglos de ejercer de emisarios de Satanás, que es el padre de la mentira y
homicida desde el principio, desgraciadamente han obtenido el respeto de los
engañados.
Los guías que no son enviados por Dios
que es la VERDAD, el profeta no se corta. Proclama la VERDAD de Dios sin
recortes ni añadidos. Y, como ocurrió con los influencers del tiempo de Jesús que les rechinaban los
dientes y no perdían ninguna oportunidad para intentar deshacerse de Él. Los
enviados de Jesús no son menos que el Señor. Si a Él persiguieron los enviados
también serán perseguidos.
Llegado el tiempo, Jesús ya no elude a
sus enemigos. Le atrapan y acusan d blasfemo por decir que es el Hijo de Dios y
ser el Único que tiene poder de perdonar los pecados. Los “influencers”
religiosos lo atrapan y lo llevan ante Pilato para que dicte sentencia de
muerte. El procurador romano lo interroga y como no ve en Él ningún delito que
merezca pena de muerte, quiere dejarle en libertad, Los “influencers”
religiosos presionan a Pilato que se ve obligado a condenarlo a morir clavado
en una cruz como un vulgar delincuente.
Los que escuchan a los embaucadores
religiosos y creen los embustes porque desconocen la VERDAD, la ignorancia no
los exime de su responsabilidad. El profeta lo deja bien claro: “los que se dejan guiar”, SE PIERDEN. Las
personas son responsables de sus actos.
Nadie les obliga a prestar atención a los embaucadores que les engañan.
Voluntariamente prestan atención a sus
embustes. La responsabilidad de los
engañados es contrastar las enseñanzas que imparten los guías del pueblo con la
VERDAD de Dios revelada en la Biblia. Una vez verificadas las falsas enseñanzas
lanzarlas por la borda y seguir el sendero dejándose guiar por la VERDAD de
Dios que les es disponible en la Biblia.
MATEO 7: 11
“Pues
vosotros siendo malos sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¡cuánto más
vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan!”
El texto que comentamos dice algo que nos
cuesta aceptar: Creer que por el hecho de que las personas hagan algunas buenas
obras ya son buenas personas. Jesús afirma categóricamente: “Ninguno hay bueno, sino uno, Dios” (Mateo
19: 17). A pesar de ser árboles malos no hemos llegado al extremo de la maldad
lo cual nos permite poder dar algunos frutos buenos. No nos confundamos.
El contexto dice algo que debido a
nuestra condición de pecadores no
sabemos ver. Aflicciones que nos afectan a todos. Unos más, otros menos. Pero
todos en un momento u otro necesitamos ayuda. Como en nuestras vidas no tenemos
en cuenta a Dios confiamos plenamente en la asistencia social que el Estado
aporta por medio de los departamentos que establezca. Esta ayuda, cuando llega,
lo hace a cuentagotas. De ahí las manifestaciones que se hacen protestando en
contra de la Administración por no satisfacer las demandas. “Pues vosotros siendo malos sabéis dar
buenas dádivas” cuánto más nuestro Padre celestial no nos va a
dar lo que verdaderamente necesitamos. Jesús en el Padrenuestro dice: “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro
que estás en el cielo”. ¿Qué enseñan los profesionales de la religión? En
nuestro contexto católico enseñan a orar a santos, vírgenes y, como enseñaban los atenienses a orar a un dios
desconocido para que no se enfurezca, Jesús nos enseña cómo hacerlo a nuestro
Padre celestial: “Pedid y se os dará,
buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá. Porque todo aquel que pide recibe, y
el que busca halla, y al que llama, se le abrirá” (vv.7-9).
Jesús, a los que pasan ansiedad por las
cosas materiales que son insaciables, les dice: “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de
comer, o qué habéis de beber, ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No
es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni
recogen en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis
vosotros mucho más que ellas?” (Mateo 6: 25, 26). Si se posee la fe que es
don que otorga el Espíritu Santo, el Padre celestial se hace real y se deja de
recitar el Padrenuestro como un loro ignorando el significado de lo que se está
diciendo. Entonces tendrán sentido las palabras: “Hágase tú voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”
(Mateo 6: 10). Entonces se aceptará de buen grado todo lo que la voluntad de
Dios nos concede porque reconoceremos
que lo que nos otorga es lo que más nos conviene para nuestro crecimiento
espiritual. La paz del Señor nos cubrirá y la serenidad inundará nuestro
corazón.
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