EL BUEN PASTOR
<b>Si no existe vida eterna, ¿qué
valor tiene la vida?</b>
“Una de las cuestiones clave a las que nos
tenemos que enfrontar es si nuestras vidas acaban después de la muerte. La
creencia en la eternidad determina nuestros hechos. Por lo tanto, es crucial
determinar qué hay de mortal en nosotros, qué hay de eterno, y que atesoremos
la parte eterna. La mayoría de las personas hace todo lo contrario”
(<b>Blaise Pascal</b>).
He aquí el dilema: existencia más allá de
la muerte o aniquilación en la muerte. Empezaremos por la segunda opción. Quienes
no creen en Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo se consideran animales
evolucionados que mueren como lo hacen las bestias. Sus cuerpos sirven de
nutrientes que favorecen el crecimiento de las plantas y así la vida animal
pueda seguir existiendo. En el fondo no están seguros de que su final sea este.
Si la muerte es súbita como la de aquellas personas que mirando un partido de
futbol en la tele cierran los ojos para no volver a abrirlos, o como la de
aquellos que se acuestan y ya no despiertan, consideran que es la mejor manera
de morir. No sufren y no hacen sufrir a los suyos.
El final no es siempre así. Para estos
casos existen los equipos de atención domiciliaria cuyo trabajo “consiste en
acompañar al final de la vida, permitiendo que salgan los miedos que uno no
sabe a quién explicar cuando uno tiene una enfermedad avanzada y esté cerca la
muerte. Ofrecer confort y vías para morir en paz, proporcionar todas las
herramientas posibles para adaptarse a una situación que no se resuelve con
medicinas” (<b>Ana Mcpherson</b>). Los miembros de los equipos de
atención domiciliaria dan soporte emocional en quienes sufren dolencias de
larga duración y, de alguna manera contribuyen a bien morir. Para muchos enfermos
terminales el único soporte que tienen es el de sus familiares y de los miembros de los equipos de atención
domiciliaria que los ayudan en el viaje a la aniquilación de la mejor manera
posible.
Por lo que hace a quienes creen en la
existencia más allá de la muerte, me referiré en quienes creen en Dios, el
Padre de nuestro Señor Jesucristo, que es un Dios personal con quien el
creyente puede mantener comunicación. Por un lado Dios habla por medio de la
Biblia que, con sus palabras vivificadas por el Espíritu Santo se convierte en
el libro de cabecera que conforta en los momentos en que la enfermedad
angustia.
Pero la relación es bidireccional. De parte
del creyente tiene a su disposición la oración. Mediante esta herramienta el
creyente que yace en el lecho del dolor expone sus sentimientos al Padre
celestial que le escucha de la manera que
solamente Él sabe hacerlo. Le unge con el bálsamo que mitiga el dolor del alma.
La paz de Dios que sobrepasa la
comprensión humana, le invade. Además cuenta con las plegarias de los hermanos
en la fe que son un refuerzo añadido ya que los creyentes en Cristo forman un
solo cuerpo: “Y si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él” (1 Corintios
12: 26).
Una oración bíblica de la que se hace un
mal uso porque se pronuncia en los funerales y acompaña los recordatorios.
También se nos hace familiar por su presencia en los <i>westwerns</i>,
el salmo 23 conocido como “el Señor es mi Pastor”. Digo que se hace un mal uso
de este poema porque los difuntos no necesitan de nuestras oraciones
intercesoras porque con el deceso queda sellado el destino eterno. Las
oraciones a los difuntos no pueden influir en ellos.
El Salmo 23 memorizado y recordado durante la duración de la
enfermedad terminal sirve de mucho consuelo porque nos recuerda el
misericordioso amor de Dios. Su autor, el rey David, durante su reinado sufrió
muchas penalidades. Desconocemos por cuál de ellas escribió el poema. Mejor que
sea así porque ello nos impide que seamos tentados a aplicarla en una en concreto
y dejarnos desprotegidos del resto, que no son pocas.
Dice así el salmo: “El Señor es mi
Pastor, nada me faltará/ En lugares de
delicados pastos me hará descansar, junto a aguas de reposo me pastoreará. /
Confortará mi alma, me guiará por sendas de justicia por amor de su Nombre. /
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú
estarás conmigo, tu vara y tu cayado me infundirán aliento. / Aderezas mesa
delante de mí en presencia de mis angustiadores, unges mi cabeza con aceite, mi
copa está rebosando. / Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos
los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días”.
¿No es una riqueza de valor incalculable
saber que Jesús que es el Buen Pastor que dio su vida por las ovejas nos
acompañará lo largo de todos nuestros días y de manera especial cuando la
enfermedad terminal haga estragos en nuestro cuerpo?
Octavi
Pereña i Cortina
27
de marzo 2023
IDOLATRIA VENCIDA
<b>”Es cierto que existen dioses
pero lo que la multitud cree de ellos no es cierto” (Epicuro)</b>
Un breve escrito titulado <i>Madre
de Dios alcaldesa</i> me lleva transcribir esta cita del profeta
Jeremías: “Así dice el Señor, ¿qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que
se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad, y se hicieron vanos?” (2:5).
Vanidad en lenguaje bíblico significa idolatría. Israel tan pronto como fue
liberado de la esclavitud egipcia, cuando según el pueblo, no sabía que se
había hecho de Moisés, el guía humano que los condujo durante la travesía del
desierto, porque tardaba en descender de la cumbre del Monte Sinaí en donde se
había retirado para recibir instrucciones de Dios y recibir las tablas de la
Ley. El pueblo que no tenía ojos para ver la Invisible dijo a Aarón.
“levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros, porque Moisés, el
varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya sucedido. Y
Aarón les dijo: “Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de
vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. Entonces
todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas y los trajeron a Aarón, y él tomó de sus
manos y le dio forma con el buril, e hizo de ello un becerro de fundición.
Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses que te sacaron de la tierra de
Egipto” (Éxodo 32:1-4).
La Biblia enseña que el pueblo de Dios tiene
que andar por fe, no por vista. En el momento en que la fe desaparece surge la
necesidad de hacerse imágenes que pretenden representar a la divinidad. Lo
mismo le ha sucedido a la Iglesia. En el momento en que los apóstoles dejaron
este mundo, siguiendo el ejemplo de Israel a la muerte de Moisés, el virus de
la idolatría se fue introduciendo en ella de manera solapada hasta que el
emperador Constantino proclamó el edicto de Milán en el año 313, en que se
concedió al cristianismo carta de derecho legal. Este edicto facilitó la
entrada masiva en la Iglesia de personas paganas y con ellas se introdujo la
diversidad de deidades que se cristianizaron y a las que se les rindió culto.
Abominación a los ojos del Señor que ha persistido hasta nuestros días: “No
tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza
de lo que esté en cima en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas
debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás, porque yo soy
el Señor tu Dios, fuerte celoso, que visito la maldad de los padres sobre los
hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen” (Éxodo 20:
3-5).
La idolatría se comporta como un virus
que se extiende por todo el tejido social. No se limita a hacer estragos en el
seno eclesial. Sale de sus entrañas e influye en quienes abiertamente se
declaran no cristianos. Por mimetismo
hacen actos de reverencia a las imágenes prohibidas por Dios. Sale del ámbito
privado para instalarse en el institucional. De ello tenemos ejemplos diversos. Recientemente se
ha dado un nuevo caso en el municipio de Sant Vicenç dels Horts que en el pleno municipal celebrado el 24 de
noviembre de 2019 se aprobó nombrar <i>alcaldesa perpetua</i> a la
Virgen de la Soledad “para conmemorar los
20 años de la cofradía local, la del Cristo de la Soledad y nuestra Señora de la Soledad, y reconocer
todas las acciones que ha venido
haciendo para <i>engrandecer la semana Santa del municipio</i> (El
Nacional, 27/11/2019).
El apóstol Pablo escribiendo a la iglesia
de Roma, redacta: “Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración
por Israel, es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo
de Dios, pero no conforme a sabiduría” (Romanos 10.12).
Al referirse el apóstol al celo de Dios
de Israel, es muy posible que tuviera en mente su pasado fariseo
ultraconservador, que su celo sin sabiduría, lo impulsaba a perseguir a los cristianos para encarcelarlos o matarlos como
en el caso de Esteban, el primer mártir de la era cristiana. El apóstol sigue
escribiendo algo muy interesante, que de entenderse, conseguiría que el
idólatra abandonara la vanidad de la
idolatría sin que nadie se lo prohibiese. Si alguien se convierte en hijo de
Dios por adopción por la fe en Jesús, con sólo pensar en arrodillarse ante una
imagen se le removerían las entrañas. He aquí lo que dice el apóstol: “Porque
ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se
han sujetado a la justicia de Dios” (v.3). Traducido significa que el
idólatra ignora que Dios salva a los pecadores únicamente por la fe en Jesús
muerto y resucitado y busca la salvación implorando a cristos, vírgenes,
santos. En el momento en que cree en Jesús como el único camino que lleva a
Dios, Dios por la sangre derramada de su Hijo en el Gólgota, borra todos sus
pecados. El perdón que Dios concede a quienes creen en su Hijo, pulveriza la
idolatría almacenada en su corazón. Amanece a una nueva vida llena de esperanza.
Octavi
Pereña i Cortina
17
de diciembre 2019
CIUDADANOS DE MONEYLAND
<b>No hay nadie que sea tan pobre
como aquel cuya única riqueza sea el dinero</b>
Palabas que dicen mucho: “Porque los que
quieren enriquecerse caen en tentación y
lazo, y en muchas codicias necias y daños que hunden a los hombres en
destrucción y perdición, porque raíz de todos los males es el amor al dinero,
el cual codiciando algunos, se han extraviado de la fe, y fueron traspasados de
muchos dolores” (1 Timoteo 6: 9,10).
KAP en una de sus viñetas ilustra el amor
al dinero que es la raíz de todos los males, de manera muy entendedora: Sentado
en una butaca un potentado, fumando un habano y en nombre de todos sus
compinches, piensa: “Nos preocupa mucho el cambio climático por eso vamos
reciclando a todos los ex políticos en los consejos de administración de
nuestras empresas”.
<b>Oliver Bullough</b>,
periodista y escritor que analiza las consecuencias de los paraísos fiscales
resume en una frase lo encontrado fruto de su investigación: “Existe un paraíso
virtual que te permite evitar cualquier ley”. La periodista <b>Ima
Sanchís</b> que lo entrevista hace un resumen de las investigaciones de <b>
Bullough</b>:”Se adentró en el mundo de los paraísos fiscales y se
encontró con el país del dinero que llamó <i>Moneyland</i>, un
sistema en el que los cleptócratas (personas con propensión patológica a robar)
apátridas que campan a su aire. ¿Por qué tantos barcos navegan bajo la bandera
de otros países? <i>Moneyland</i> les permite evitar las
legislaciones laborales. Los funcionarios rusos prefieren construir puentes que
valen millones de dólares antes que escuelas y hospitales?
<i>Moneyland</i> les permite robar el 10% de los costes de
construcción y que almacenan en el extranjero. ¿Por qué los billonarios viven
en Londres? <i>Moneyland</i> les permite evadir impuestos allá. ¿Por qué tantos extranjeros corruptos invierten
en Nueva York? <i>Moneyland</i> protege sus bienes ante una posible
confiscación.
Es del dominio público que los ladrones
de cuello blanco no salen malparados de las sentencias judiciales, hechos que
hacen enrabiar a las personas que a menudo culpan a Dios de su permisividad.
Las personas se disgustan con Él porque desearían ver cómo trata con dureza a
las personas que se apropian impunemente del dinero público. Los individuos que
recriminan a Dios porque no actúa de inmediato para castigar a los ladrones lo
hacen porque ignoran que “el Señor no tarda su promesa, según algunos la tienen
por tardanza, sino que es paciente con nosotros, no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9). La
paciencia de Dios hacia los malhechores no quiere decir que cuando crucen la
línea roja que significa que el arrepentimiento ya no es posible, no vaya a
descargar sobre los malvados todo el peso de su Ley.
Fíjese el lector de qué manera retrata el
salmista a los ciudadanos de <i>Moneyland</i>: “No temas cuando
alguien se enriquece, cuando aumenta la gloria de su casa, porque cuando muera
no llevará nada, ni descenderá tras él su gloria. Aunque mientras viva, llame
dichosa a su alma. Y sea loado cuando prospere, entrará en la generación de sus
padres, y nunca más verá la luz. El hombree que está en honra y no entiende,
semejante es a las bestias que perecen” (Salmo 44: 16-20). ¿Qué vergüenza que
después de unos funerales majestuosos Dios considere que la muerte de los ciudadanos
de <i>Moneyland</i> se
parezca a la de las bestias que perecen.
Jesús concluye sus enseñanzas sobre las
riquezas con estas palabras: “Ningún siervo puede servir a dos señores, porque
o aborrecerá al uno y amará al otro; o estimará al uno y menospreciará al otro.
No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Lucas 16: 13). Con este epitafio Jesús retrata a los ciudadanos
de <i>Moneyland</i> que por haber hecho pleitesía a las sotana
rojas y hecho cuantiosos donativos para
ganarse el cielo y despedidos con funerales suntuosos, al abrir los ojos en la
eternidad descubran que únicamente han trabajado por las riquezas que no pueden
llevarse consigo en la eternidad.
“Y oían también todas estas cosas los
fariseos que eran avaros y se burlaban de Él” (v.14). Un toque de atención a
los clérigos amantes de las inmatriculaciones. Jesús relata la parábola de
Lázaro y del rico que banqueteaba espléndidamente y se desentendía del mendigo
Lázaro que comía las migajas que caían de la mesa del rico. Ambos fallecieron.
El ciudadano de <i>Moneyland</i> al abrir los ojos en la eternidad
descubrió que se encontraba en el infierno (vv.19-31). ¡Triste final para
aquellos que únicamente vivieron para almacenar riquezas que no se pueden
llevar a la eternidad!
Octavi
Pereña i Cortina
3 de
febrero 2020
¿ES UNA ILUSIÓN LA FELICIDAD?
<b>Dejemos de confundir felicidad
con calidad de vida</b>
<b>Rosana Torres</b> pregunta
a la actriz <b>Rosa María Sardà</b>. ¿La felicidad no es posible,
cómo afirma en uno de sus relatos? La respuesta que da la actriz-escritora es
muy categórica y refleja el sentir de muchas personas: “La felicidad auténtica
solamente existe en la imaginación”. Según la actriz, la felicidad es una
quimera. Cierto, la felicidad auténtica únicamente existe en la imaginación
cuando se la busca en un rosario de placeres sensuales parecido al bienestar
que tienen los bueyes cuando se les pone el pienso en el comedero. En aquel
instante los bueyes gozan de la vida. Es muy pequeña la felicidad humana si se
la comprar a la satisfacción que siente el buey cuando se le suministra un
puñado de alfalfa. Los seres humanos no aceptan compararse con las bestias en
sus satisfacciones. Como los humanos no sabemos otra manera de buscar la
felicidad, lo intentamos como persiguiendo el viento que se les escapa por
entre los dedos cunado se intenta atraparlo. Como todo lo que satisface a los
sentidos no dura, se necesita intensificar la persecución de la felicidad
porque las satisfacciones rápidamente desaparecen.
Intentar complacer los sentidos de la
manera como el buey satisface los suyos cuando se le pone pienso en el comedero,
nos lleva a pensar que la vida es muy desagradecida. No satisface porque el ser
humano es mucho más que cuerpo. Sin saberlo se llega a la misma conclusión a
que llega el autor de Eclesiastés cuando escribe: “Miré yo luego todas las
obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas, y he
aquí todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol”
(2.11).
El dicho que dice que el hombre es el
animal que tropieza dos veces con la misma piedra es una gran verdad. No haber
aprendido la lección que nos da el primer tropiezo, es ser muy necio seguir
tropezando con la misma piedra infinidad de veces. Gato escaldado del agua fría
huye. El hombre<i>sapiens sapiens</i> que dicen los científicos que es, de sabio no tiene nada. Los animales
irracionales son más inteligentes que
nosotros. Hemos perdido el control cuando buscamos la felicidad persiguiendo la
prosperidad material con la falsa esperanza de que el dinero y todas las cosas
que se pueden adquirir con él, nos la
vayan a dar. El bienestar material nunca da lo que promete. Como alguien ha
dicho: “Quien ama la plata no se saciará con la plata y quien ama la riqueza no
sacará ninguna renta”. Los placeres sensuales no satisfacen y la persecución
irracional de la felicidad satisfaciendo los deseos sensuales nos ha llevado al
consumo insostenible de bienes materiales que nos han conducido al cambio
climático que amenaza con destruir la Tierra y haciéndola inhabitable, cosa que
malmete la prosperidad. A pesar de ello, no nos despojamos de nuestra
insensatez y persistimos en la locura del consumo insostenible que además es
incentivado por la publicidad que no tiene entrañas. En tanto no impere la
sensatez seguiremos considerando que “la felicidad auténtica solamente existe
en la imaginación.
Que Rosa María Sardà piense lo que quiera
sobre la felicidad. Si piensa que la felicidad auténtica solamente existe en la
imaginación, es libre de creerlo. Porque ella lo diga los demás no tenemos por
qué pensar lo mismo.
Jesús en quien habita la plenitud de Dios
es quien puede proveer la felicidad auténtica en quienes creen en Él ya que es
el Camino que conduce al Padre. Dios dirigiéndose a nosotros mediante la pluma
del autor de proverbios, nos dice: “Ahora, pues, hijos, oídme: felices los que
guardan mis caminos” (8: 32). La felicidad que proporciona creer en Dios, Padre
de nuestro Señor Jesucristo y guardan sus caminos, Jesús lo refuerza con estas
palabras. “Cualquiera, pues, que oye estas palabras, y las hace, le compararé a
un hombre prudente, que edificó su casa sobre la arena. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos,
y golpearon contra aquella casa, y no cayó porque estaba fundada sobre la roca”
(Mateo 7: 24,25). Los contratiempos que tan a menudo nos hacen tambalear nada
podrán hacer para robar la felicidad en aquellos que edificamos nuestras vidas
sobre la Roca que es Jesús.
Octavi
Pereña i Cortina
AMOR PACIFICADOR
<b>La falta del amor de Dios hace
que las personas sean depredadoras de su prójimo</b>
El odio es un sentimiento que últimamente
se ha banalizado con la implantación de la ley mordaza, supuestamente para
luchar contra la incitación al odio. Para lo que realmente sirve es para imponer
las normas de determinados grupos en el conjunto de la sociedad. Si la libertad
de expresión es uno de los pilares de una sociedad democrática, la ley mordaza
es una flagrante violación de dicho derecho. Se la debe combatir con firmeza.
La filosofa <b>Carlota
Casiraghi</b> a la pregunta que le hace el periodista <b>Eusebio
Val</b>: ¿Qué pasión negativa le angustia más?, responde: “El odio, el
discurso del odio se infiltra por todas partes. Empieza con pequeñas frases,
burlas, estigmatizaciones. Es lo que más me inquieta, excluir de la humanidad
una parte de las personas. ¿Por qué se llega a pensar que a ellas no se les
deben aplicar los derechos humanos? A mí esto se me hace insoportable. Hemos
vivido hechos muy catastróficos de genocidios, y todavía existen muchos lugares de extrema fragilidad en donde se puede
desencadenar. Pienso que no somos suficientemente conscientes.
Con la aparición de internet y de la
proliferación de las redes sociales se facilita la difusión del discurso del
odio: “Un <i>hater</i> es una persona que difama, menosprecia y descalifica
al contrario. Puede odiar por motivos políticos, religiosos, de género o raza,
o sencillamente por motivos personales, aunque lo más habitual es que las
víctimas sean miembros de colectivos y minorías. Siempre han existido personas
con deseos de odiar. Con la llegada de internet
y las redes sociales (que es en donde nace la palabra
<i>hater</i>, literalmente que odia) ha dado a estos individuos más
tiempo para perseguir a las víctimas y obtener información sobre ellas, si son
datos personales mucho mejor…¿Por qué odian tanto a <b>Greta
Thumberg</b>? Porque no soportan que diga la verdad” (<b>Ramón
Aymerich</b>).
El domingo 15 de diciembre de 2019 se
suspendió el partido de futbol entre el Rayo Vallecano y el Albacete porque la
afición radical del Rayo Vallecano conocida como <i>Bukaneros</i> calificaba
reiteradamente de nazi al delantero del Albacete <b>Román
Zozula</b>. Son diversos los jugadores que por su origen racial o por
posicionamientos políticos, que se insultan en los estadios. Con la incorporación
de la mujer en el deporte, árbitros mujeres y jugadoras “hayan tenido que escuchar
insultos de <i>puta</i> hacia arriba por ser mujeres”.
<b>Daniel Fernández</b> hace
una descripción del odio que creo pertinente reproducirla: “Hace ya un tiempo
que hemos aprendido a ser prudentes y esquivos. Gracias que el afecto y al
deseo de celebración y convivencia hace que la mayoría callemos nuestras
opiniones y evitemos imponerlas en los otros. Pero no siempre es posible, me
temo. Porque en los últimos años, podría ser casualidad, me ha tocado vivir más
o menos de cerca unas cuantas experiencias
que no puedo considerar de otra manera que odio. Rectifico, no han sido
tanto explosiones, ira como una breve locura, sino más bien la destilación
amarga y venenosa de esto mismo, un odio, un veneno. Algo se está pudriendo
dentro de algunas personas: una cosa fea, viscosa y en expansión, que los
debilita moralmente y los incapacita racionalmente. I no de manera transitoria,
esta es la diferencia, porque este odio tiene raíces que no desaparecen cuando
disminuyen la fiebre y la inflamación y pasa el momento del vómito. Es un dolor
personal y secreto que aparece en la superficie como revienta la burbuja fétida
del pantano, exhalando un miasma que es en sí misma una enfermedad. Odio, no solamente rabia o menosprecio…” Del texto
destaco: “Algo se está pudriendo dentro de algunas personas: una cosa fea y
viscosa y en expansión, que los debilita moralmente y los incapacita
racionalmente”. ¿Qué es esta cosa fea, viscosa y en expansión”? Tiene un
nombre: PECADO. A medida que el pecado endurece el alma, esta se insensibiliza
e instigada por el diablo “que es homicida desde el principio”, impulsa a hacer
el mal, no solamente de palabra, llegando incluso a la agresión física. El odio
que es una variedad del pecado, solamente se le puede combatir con el amor, no
de la manera que insinúa el eslogan: <i>haz el amor y no la
guerra</i>. El antídoto contra el odio es el amor de Dios que nos enseña
a hacer al bien no solamente a las personas que apreciamos, incluso a las que
nos son desagradables. Las leyes anti odio no consiguen disolver esta cosa fea,
viscosa y en expansión que es capaz de hacer tanto daño.
Octavi
Pereña i Cortina
8 de
enero 2020
LA HISTORIA SE REPITE
<b>Ima Sanchís</b> le
pregunta a <b>Pere Portabella<b>, director de cine y político: ¿Qué
ha entendido del ser humano? El político responde: “Todas las especies se
adaptan al cambio excepto nosotros. Somos instintivamente depredadores”. Este
concepto que el director de cine tiene del ser humano no gusta a mucha gente
que lo consideran bueno por naturaleza y
culpan al entorno de su perversidad. Si no existiese el instinto depredador en
el ser humano no se hubiesen cometido los genocidios que se han cometido a lo
largo de la historia hasta nuestros días. No se sabría nada de campos de
exterminio. Ignoraríamos la existencia de campos de reeducación de disidentes
políticos como los que constan en China y Corea del Norte. La aplicación de la
tortura para hacer confesar delitos que únicamente se encuentran en las mentes
de los torturadores. Los gulags soviéticos…
<b>Víctor-M. Amela</b> le dice a <b>Martí Domínguez</b>
entomólogo y periodista de manera afirmativa: No reincidiremos en esta
barbarie, refiriéndose a los crímenes cometidos en la Alemania nazi. Parece ser
que el reportero dude de que una situación parecida se pueda volver a repetir
en nuestros días. <b>Martí Domínguez</b> le tiene que recordar que
“biólogos, físicos, sicólogos…Sí. El nazismo dio soporte a la ciencia, porque
financió sus departamentos en universidades…Y los científicos colaboraron a
favor de la salud y la felicidad de los alemanes, hablaban del higienismo
social, de eliminar individuos de <i>razas inferiores</i> ¡Y
ayudaban a hacerlo!”!
¿De qué manera los científicos ayudaron a
la felicidad y a la salud de los alemanes? <b>Martí Domínguez</b>,
explica: “Unos defendían el <i>labensraum</i> (espacio vital), el
derecho natural del pueblo alemán a más territorio. Otros el
<i>labensborn</i> (fuente de vida), granjas de recién nacidos:
Mujeres arias se dejaban embarazar…por oficiales de las SS. Entregaban a los
niños arios a familias nazis, y niños rubios
en países eslavos. Y el doctor <b>Asperger</b> gaseó a niños
<i>inferiores</i>”.
Volvamos a la duda que tiene
<b>Amela</b> de que hoy se vuelva a producir algo tan cruel como lo
que se produjo durante el nacismo. El “¿No?” con el que comienza la respuesta
de <b>Martí Domínguez</b>, el entomólogo y periodista le está
diciendo: ¿Estás seguro? Si la cultura nazi fomentó el genocidio y la cultura
de la guerra, ¿crees que la nuestra evitará que se repita? Quien avisa no es
traidor. El entomólogo se explica: “Aconsejo estar muy atentos para evitar que
una idea te ilumine…y entres en una espiral hacia un solo punto de luz, igual
que las polillas hacia la luz de una bombilla”. Para evitar quemarnos como lo
hace la polilla cuando entra en contacto con la bombilla encendida, tenemos que
alejarnos cuanto más lejos mejor de las ideas totalitarias que nos encandilan
con las promesas de imposible cumplimiento
y que destruyen a quienes no las comparten. No tenemos que olvidar nunca
lo que <b>Portabella</b> dice: los seres humanos somos
instintivamente depredadores. ¿Qué hace que nos comportemos peor que las
bestias?
El engendro de la bestia se produce en el Edén, con la desobediencia de Adán a la
prohibición de Dios de que moriría si comiese el fruto del árbol prohibido.
Desobedeció y murió espiritualmente en el acto. Físicamente vivió 930 años y
murió. A pesar de que por la misericordia de Dios nació de nuevo como hijo de
Dos por adopción, el germen de la muerte ha permanecido vivo en toda su
descendencia. El primer acto que evidencia que el ser humano es portador del
instinto depredador fue el asesinato de Abel, hijo de Adán, por su hermano
Caín.
La radiografía que la Biblia hace del
hombre como portador del instinto depredador lo hace con estas palabras: “Y vio
el Señor que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo
designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el
mal” (Génesis 6:5). Las crónicas describen con detalle la perversidad humana
manifestada en las guerras para dominar a los pueblos vecinos. Los genocidios
cometidos durante la colonización de pueblos considerados inferiores y
desgraciadamente los infligidos en el
nombre de Cristo.
El instinto depredador del hombre tiene
un origen a lo largo de la historia. He aquí como lo describe el apóstol Pablo:
“Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto. Porque las cosas invisibles
de Él, su eterno poder y deidad se hacen claramente visibles desde la creación
del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no
tienen excusa” (Romanos 1: 19,20). La creación habla del Creador que por su
palabra hizo los cielos y la tierra, hecho que hace que el ateísmo sea
inexcusable. Prosiguiendo su relato el apóstol dice que los hombres cambiaron
la gloria de Dios por imágenes consideradas artísticas, hecho que hace que Dios
deje al hombre sometido al libre albedrio. Dejado el hombre en esta condición,
que se considera libertad, le lleva a cometer las maldades que el alma sin freno le incita a realizar:
“Toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad, llenos de
envidia, homicidios, contiendas, engaños, malignidades, murmuradores,
detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores
de malos, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural,
implacables, sin misericordia” (vv.29-31). Esta descripción que hace el apóstol
Pablo del hombre alejado de Dios es lo que <b>Pere Portabella<b>
denomina instinto depredador del hombre, que estando en activo, hace que la
historia se repita y que el hombre no aprenda de sus tropiezos.
Octavi
Pereña i Cortina
30
de diciembre 2019
DESPERTAR DEL SUEÑO
<b>¿Qué le sucede al cuerpo después
de la muerte?</b>
El <b>Dr. Tony Wyss-Coray</b>
dirige el rejuvenecimiento con transfusiones de sangre en Stanford. El objetivo
principal de su investigación inyectando sangre joven, no es alargar la vida,
sino conseguir que el Alzheimer, a pesar que no se cure sirva para una
significativa mejoría para las personas que lo padezcan. “Encontrar esta cura
será una parte de mi trabajo. Lo que me fascina es entender el envejecimiento y
entender sus secretos”. ¿Por qué envejecemos?
¿Cómo puede frenarse el envejecimiento? Las preguntas que se plantea el <b>Dr.
Wyss</b> nos las hacemos todos.
Un anuncio de productos cosméticos dice:
“Me permito el lujo de no aparentar mi edad”. Con cremas y otras pócimas se
puede intentar esconder las arrugas que señalan el paso del tiempo, pero no se
puede esconder la edad cronológica que se manifiesta con la pérdida del vigor
físico y los achaques que le acompañan. Si no se es consciente que el
envejecimiento es un hecho inevitable uno se adentra en una lucha interna que
no tiene las de ganar, y, que afecta a la salud emocional, pues genera estrés
que los fármacos no pueden curar. No encontrarse bien con uno mismo corroe el
alma. “El tiempo puede arrugar la piel, pero las preocupaciones, las dudas y la
pérdida de ideales carcome el alma” (<b>Myson Taylor</b>).
Una mujer le pregunta a <b>J. Roberton
McQuilkin</b>. ¿Por qué permite Dios que nos hagamos viejos? He aquí la
respuesta que recibió: “Creo que Dios ha planificado que la fortaleza y la
belleza de la juventud sea física. Pero la fuerza y la hermosura de vejez sean
espirituales. Poco a poco perdemos la belleza y la fuerza, así aseguramos
concentrarnos en la fuerza y la belleza que duran para siempre. Así deseamos
abandonar la parte temporal de nosotros que se malmete y sentir una auténtica
nostalgia de nuestra casa eterna. Si fuésemos siempre jóvenes, fuertes y
guapos, no quisiéramos morir nunca” (Anónimo). El autor de este texto cree en
la existencia en el más allá de la muerte. Es una persona que como el salmista
le pide a Dios que le enseñe a contar sus días para adquirir la sabiduría del
corazón (Salmo 90: 12).
Son muchas las personas que piensan lo
mismo que la actriz <b>Laura Pamplona</b>: “Los retoques digitales me parecen ridículos. Se
debe vender juventud, pero es absurdo y
antinatural porque todo el mundo tiene que envejecer”. Cuando llega la tan
indeseada muerte, ¿qué? Al interrogante de lo que existe más allá de la muerte
únicamente le pueden dar respuesta cierta los creyentes en Cristo, que por la
fe, que es un regalo de Dios, tienen visión de la gloria futura que les ayuda a
traspasar el umbral de la puerta que da acceso a la eternidad. Cuando les
llegue este día, como al resto de los mortales, sus cuerpos dormirán en la
oscuridad de las tumbas en tanto que sus almas parten para gozar de la
presencia de Dios. La muerte física produce una separación temporal de los dos
componentes que forman la persona: el cuerpo y el alma. La separación durará hasta
que Jesús muerto, enterrado y resucitado, revestido de su gloria eterna regrese
a buscar a los suyos, cuyos cuerpos
reposan en la oscuridad de las tumbas. Al oír su voz de mando los cuerpos
despertarán de sus sueños, inmortales e incorruptibles. En este momento se
reunirán con sus almas. Entonces se realizará el anhelo de gozar de la juventud
eterna. Habiéndose destruido el aguijón de la muerte que es el pecado,
contemplarán el rostro glorioso del
Salvador, “serán semejantes a Él, porque le verán tal como Él es” (1 Juan 3:2).
La belleza y la fortaleza de la juventud que se perdió en el Edén se
recuperarán en el día de la resurrección para no perderlos nunca más.
Octavi
Pereña i Cortina
POPULISMO DESENMASCARADO
<b>Jesús desaprueba el
populismo que defiende
legalismos</b>
<b>Jared Diamond</b>,
biógrafo y premio Pulitzer hace una declaración que merece ocupar las primeras
páginas en todos los rotativos del mundo: “Pronto los Estados Unidos dejarán de
ser una democracia”. Puntualiza: “me duele y es mi temor. Democracia consiste
en que todos puedan votar, y hoy allá están creciendo las voces que desearían
privar del todo el voto en amplios sectores sociales”. ¿Solamente en Estados
Unidos? ¿No está caminando Europa hacia el suicidio?
Se culpa de la decadencia de Estados Unidos y de Europa al populismo.<b>Diamond</b>
define como populista “al líder que culpa a un tercero de los males de su país
o sociedad…Si un líder dice a su sociedad que el malvado es de afuera, se
delata de incompetente y populista. Y si lo votas, eres cómplice del populismo.
Lo son los votantes de Trump que culpan
de los males a inmigrantes, intelectuales y periodistas de Washington: eso
funciona en las urnas y mata a la democracia”.
El populismo tiene raíces espirituales:
“No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio que juzgáis,
seréis juzgados, y con la medida que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la
paja en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio
ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la
viga en tu ojo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces
verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano” (Mateo 6: 1-5).
Esta recomendación de Jesús únicamente
será atendida si los ciudadanos y las personas escogidas en las urnas para
gobernar a las naciones son conscientes que esta recomendación va dirigida a
todos ellos. En tanto esto no sea así, si las personas seguimos considerándonos
“buenas personas”, no estaremos en condiciones de hacer autocrítica de nuestros
propios actos. Seguiremos la filosofía populista de culpar de los fracasos de
nuestro entorno familiar y social, y, en el caso de los políticos, culpar a los medios de comunicación y a los
otros políticos de los fracasos que son
el resultado de las propias decisiones equivocadas. Ello conduce a fracaso tras
fracaso. Indefinidamente tropezando con la misma piedra. A los populistas se
les puede aplicar la advertencia que el autor de Proverbios hace a quienes son
dados al vino: “¿para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las
rencillas?¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién
lo amoratado de los ojos? Para los que se detienen mucho en el vino, para los
que van buscando la mistura. No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece
en la copa. Se entra suavemente, mas al fin
como serpiente morderá, y como el áspid dará dolor. Tus ojos verán cosas
extrañas, y tu corazón hablará perversidades. Serás como el que yace en medio
del mar, como el que está en la punta de un mastelero. Y dirás: Me hirieron mas
no me dolió, me azotaron, mas no lo sentí, cuando me despierte, aun lo volveré a buscar” (Proverbios 23: 29-35)
En las Escrituras cristianas no aparecen
las palabras: populista y populismo, pero sí su espíritu. El populista es una
persona que se considera superior a las otras. Concepto que le permite juzgar a
las otras sin haberse lavado previamente de las faltas que observa en su
prójimo. Este comportamiento presuntuoso
el Nuevo Testamento lo personifica en los sacerdotes y fariseos que
acusan a Jesús de relacionarse con aquellas personas que tachaban
despectivamente de “pecadores”.
Con el propósito de denunciar el
populismo excluyente haremos una ojeada a un texto que tiene que ver con la
conversión de Mateo, el autor del evangelio que lleva su nombre, odiado por los
judíos por ser cobrador de impuestos al servicio de Roma y de lo que piensa
Jesús de estas personas. Jesús en su deambular por la tierra se detiene en el
lugar en donde Leví (Mateo) recauda los impuestos y le dice: “Sígueme”. El
funcionario se levanta “y le siguió”. El
texto no lo menciona pero es muy probable que Leví agradecido, invitase a Jesús
y sus discípulos a comer en su casa. Esta sociabilidad de Jesús enojó a los
escribas y fariseos, los defensores de la ortodoxia religiosa y de la moral
pública. Estas personas que se consideraban impolutas se acercan a los discípulos para denunciar el mal
ejemplo que estaba dando su Maestro: “¿Cómo es que come y bebe con los
cobradores de impuestos y los pecadores? Jesús que oye la condena, les dice:
“Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a
llamar justos (personas que se consideran buenas) sino pecadores” (Marcos
2:14-17). Bien seguro que estos
defensores de la moral pública, al oír la sentencia de Jesús abandonaron el
lugar con el rabo entre las piernas, enrojecidas sus caras de vergüenza de la
misma manera que lo hicieron sus compañeros de corporación cuando Jesús les
dijo: “El que de vosotros esté sin pecado sea el primero de arrojar la piedra
contra ella” (la mujer atrapada en
adulterio). “Ellos, al oír esto, acusaos por su conciencia, salían uno a
uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros” (Juan 8: 3-11). Jesús
desenmascara a los populistas.
Octavi
Pereña i Cortina
14
de enero 2020
CEREMONIAL RELIGIOSO
<b>El ceremonial es una práctica
religiosa que no vincula al hombre con Dios</b>
Las religiones cuanto más alejadas de
Dios, se caracterizan por una liturgia muy elaborada y barroca que ha perdido
la frescura de una íntima relación con Dios: Edificios majestuosos como si en
ellos hubiese espacio para que el Dios infinito le agradase habitar en ellos y una práctica religiosa de masas
cuando la fe es una cuestión personal. El error que cometen estas religiones es
hace creer a los fieles que les basta
con la práctica externa de la religión, sin tener en cuenta que la verdadera
religiosidad consiste en mantener una estrecha relación con el Padre de nuestro
Señor Jesucristo.
Jesús es el único camino que conduce a
Dios “porque no hay otro Nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que
puedan ser salvos” (Hechos 4: 12). Jesús no enseña en ningún momento la
conversión en masa. Siempre se dirige a las personas, individualmente, a que se
arrepientan de sus pecados y crean en Él ya que la sangre que derramó en la
cruz del Gólgota es el único detergente “que nos limpia de todo pecado” (1 Juan
1: 7).
¿Qué piensa Dios de las religiones de
masas que únicamente les interesa la participación en las ceremonias, sin
importarles cuál es la relación que los feligreses mantienen con Dios? El
profeta Amós responde a la pregunta que hemos planteado: “Aborrecí, abominé
vuestras solemnidades, y no me complaceré en vuestras asambleas. Y si me
ofrecierais vuestros holocaustos y vuestras
ofrendas, no los recibiré, ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros
animales engordados. Quita de mí la multitud de tus cantares, pues no escucharé
las salmodias de tus instrumentos. Pero corra el juicio como las aguas, y la
justicia como impetuoso arroyo” (Amós 5: 21-24). El profeta Isaías remacha el
clavo cuando escribe: “Este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios
me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un
mandamiento de hombres que les ha sido enseñado” (Isaías 29: 13).
No. Al Dios de la Biblia no le complace
la religiosidad vacía de contenido. El salmista enseña cuál es la religiosidad
que le agrada a Dios. El salmo 51 es uno de los salmos conocidos como penitenciales.
El rey David, su autor, gracias a la
intervención del profeta Natán reconoce haber cometido el pecado de adulterio
y, como pecador arrepentido se dirige al Señor con estas palabras: “Contra ti,
contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos…Esconde tu
rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un
corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. Y no me eches de
delante de ti, y no quites de mí tu Santo Espíritu” (vv, 4,9-11).
El judaísmo del Antiguo Testamento era
una religión muy ceremonial. Se tenían que seguir unas normas muy estrictas para conseguir una purificación
ceremonial, que no espiritual. El rey David deja a un lado los requisitos
legales para conseguir el perdón de su pecado de adulterio y va directamente a
la fuente del perdón que es Jesús. Al adulterio del monarca le acompañó, en un
vano intento de esconder su pecado, el asesinato que ordenó se cometiese en el
campo de batalla, al marido de la esposa ultrajada: “Límpiame de homicidios, oh
Dios, de mi salvación, cantará mi lengua tu justicia” (v. 14).
En nuestros días el papa y la jerarquía
católica, ante el escándalo de la pederastia clerical, envueltos en sus ropajes
de solemnidad, se olvidan de pedir perdón a Dios a quien han ofendido en primer
lugar y se limitan a pedir perdón a las víctimas y, con el propósito de
disminuir la responsabilidad de la Iglesia sacan a relucir que otras personas
han cometido el mismo pecado. Pero la sociedad va perdiendo confianza en una
Institución que le dicta las nomas éticas que debe cumplir, siendo la primera
en incumplirlas.
El rey David siguiendo las instrucciones
que la Biblia da desde Génesis a Apocalipsis, que la verdadera religiosidad no
consiste en ceremonial vacío de contenido, sino en un nacimiento espiritual,
escribe: “Señor abre mis labios, y publicará mi lengua tu alabanza, porque no
quieres sacrificio que yo lo daría, ni quieres holocausto. Los sacrificios de
Dios son el espíritu quebrantado, al corazón contrito y humillado no
despreciarás tú, oh Dios” (vv. 15-17).
Octavi
Pereña i Cortina
21
de enero 2020
EDUCACIÓN
<b>El conocimiento de la Biblia es
la base de una buena educación</b>
La Policía Nacional detuvo ayer a un
séptimo joven acusado a participar en la presunta violación grupal de una menor de 14 años en Palma en la
Noche de Navidad. De los siete detenidos todos son menores excepto uno de 19
años.
La Guardia Urbana de Lleida detuvo el
lunes por la tarde en la calle Maragall a un joven de 19 años acusado de
agredir a su madre y amenazarla con un cuchillo.
Valencia endurece la ley del juego para
menores. Se impones controles de acceso en las casas de apuestas.
Según la dirección general de la
Ordenanza del juego del Ministerio de Hacienda, más de un tercio de los
españoles se inicia en el juego sin haber cumplido los 18 años.
Una ochentena de jóvenes es atendida en
urgencias cada fin de semana por intoxicaciones alcohólicas en Catalunya.
<b>David le Breton</b>, profesor
de Sociología y Antropología en la Universidad de Estrasburgo, hace esta
radiografía de la juventud actual: “Las cifras asustan: Uno de cada cinco
adolescentes en el mundo se encuentra en situación de estrés y caen en
conductas de riesgo, otros en el consumismo en busca de cómo a través de la
borrachera, los trastornos alimentarios, la toxicomanía…son actitudes
recientes…Las generaciones jóvenes de hoy no están orientadas, no saben a dónde
van, no tienen la certeza interior de que su vida tiene un valor y de que
tienen un lugar en el mundo y lo buscan fuera. El consumismo intenta llenar
esta brecha y darles puntos de referencia…Son individuos aislados que buscan
reconocimiento”. Pienso que las palabras de <b>David le Breton</b>
hacen una radiografía muy certera de la realidad de la adolescencia de nuestros
días. Deberían ser motivo de reflexión.
El déficit educativo de nuestros días se
debe a que se tiene en mente impartir muchos conocimientos a los niños
olvidando que lo que es más importante en la educación es compartir sentido de
la vida. La educación horizontal que únicamente tiene en cuenta las materias
que se pueden contemplar con los ojos y tocar con las manos, es coja, y no
prepara a los adolescentes para afrontar el mundo de manera positiva.
La educación, tanto la escolar como la
paterna refleja la filosofía del hombre de hoy: Dios no existe, y si es, se
olvida de nosotros, como algunos padres que dejan a sus hijos encerrados dentro
del coche mientras se van de juerga. Las noticias que he mencionado al
principio de este escrito reflejan la realidad que una educación en que sobra
Dios, no es una formación adecuada para formar personas de bien, en la
infancia, adolescencia, juventud y más tarde como adultos. Nos quejamos del
incivismo juvenil y de la corrupción política y
nos despreocupamos de querer saber la causa que personas escolarizadas y
con títulos universitarios se comporten tal como lo hacen a lo largo de sus
vidas. A la educación que reciben le falta la cuarta pata que da estabilidad a la
silla: Religión. Cuando me refiero a Religión no quiero decir conocimientos
sobre religiones que tienen que ver más con la información que en la formación
de los alumnos.
Aun cuando no tiene nada que ver con la
religión sí que lo tiene con la disciplina. El texto que cito del libro de
<b>Rafel Nadal</b> <i>Cuando éramos felices</i>,
ambientado en la Girona de los años del siglo XX, debería despertarnos. Se
refiere a la disciplina, desgraciadamente hoy en día casi desaparecida del
mundo educativo paterno. Lo hace con estas palabras. “Ya ha quedado claro que
si el padre era el encargado de la disciplina material, la madre siempre se
ocupó de la supervisión de los estudios y de todas las cuestiones morales o
intelectuales. Controlaba las notas, estaba en contacto con los maestros para saber
cómo íbamos, y nos aconsejaba cuando teníamos que escoger un itinerario escolar”.
El libro de Proverbios pone mucho énfasis
en la disciplina que los padres tienen que aplicar a sus hijos. Una muestra:
“El que rehúye usar su bastón, a su hijo aborrece, mas el que lo ama, desde
temprano lo corrige” (13: 24). A primera vista da la impresión de que los
padres tienen que aplicar la violencia a la hora de disciplinar a sus hijos.
Quien así lo interprete no manifiesta el amor que debe sentir por sus hijos.
Desgraciadamente los gritos de personas que dan la impresión de que han enloquecido y los golpes salvajes a los que someten a sus hijos, son las herramientas
que se usan con demasiada frecuencia en la educación. El apóstol Pablo enseña
el principio que deberían seguir los padres a la hora de disciplinar a sus
hijos: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.
Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para
que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros padres, no
provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6: 1-4).
Octavi
Pereña i Cortina
28
de enero 2020
FILOSOFIA DE LA DUDA
<b>La incapacidad de discernimiento
entre el bien y el mal no tiene por qué seguir dándose</b>
La periodista <b>Begoña
Corzo</b> se refiere a la participación del actor italiano
<b>Cosimo Fusco</b> en la serie de <b>
Alejo de la Iglesia</b> <i>30 monedas<i>. El actor
dice: “Soy un privilegiado de ser uno de los personajes: un cura italiano”. La
entrevistadora la pregunta: ¿Un sacerdote bueno o malo? El artista le responde: “¿Quién sabe en dónde
está el mal o el bien?” El ser humano es un ser moral capacitado para saber
diferenciar entre el bien y el mal. ¿Cómo es posible que acompañando a <b>Cosimo Fusco</b> sean tantas las personas que no
sepan distinguir entre el bien y el mal?
La respuesta a esta pregunta la
encontramos en los tres primeros capítulos de Génesis. Si como muchos piensan
que son mitología como las mitologías griega y romana que han contribuido a la
formación del pensamiento occidental,, entonces no hay respuesta a por qué el
ser humano siendo un individuo moral no sepa distinguir entre el bien y el mal.
Para mí, los tres capítulos de Génesis, como el resto de la Biblia, son
historia. Describe hechos históricos y como tales se los debe tener en cuenta.
Vayamos a Génesis. El primer versículo
declara: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra”. Acto seguido
detalla cómo hizo la creación. De los seres vivientes el hombre es el más
importante ya que Dios lo creó a imagen y semejanza suya (1: 26). Esta
importancia requería que se le diese un trato diferenciador. Adán y Eva tenían
que tener un lugar condicionado en donde habitar. “El Señor Dios plantó un
jardín” (2: 8). “El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín de Edén
para que lo cultivase y lo guardase” (2: 13). Una vez instalados en el jardín
que el Creador había diseñado para ellos, les dio las instrucciones necesarias
para que las cosas les fuesen bien: “Puedes comer de todo árbol del jardín,
pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comas, porque el día que
comas, ciertamente morirás” (2: 16,17). El jardín fue un auténtico paraíso
hasta que Satanás, padre de la mentira entró en escena habiendo poseído una
serpiente. Persuasivamente despierta el pensamiento pecaminoso de Eva. Ésta,
fijándose en el árbol prohibido que hasta este momento no le había prestado
atención, vio que era bueno para comer. Ella y Adán se zamparon el fruto
delicioso a sus ojos (3.6). La desobediencia de Adán tuvo una consecuencia
inmediata: “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que
estaban desnudos, entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales”
(3:7). La desobediencia alteró su relación con Dios. Antes, la desnudez no los
avergonzaba. Ahora saben por experiencia
qué es el mal. A pesar de que no han perdido su condición de seres morales, la
visión se les ha hecho borrosa. Ha perdido la nitidez original. De ahí que como
<b>Cosimo Fusco</b>, muchos digan: Quién sabe en dónde está el mal
o el bien”. En el aspecto moral nos hemos convertido en ciegos que guían a
otros ciegos. Los unos y los otros caen en el hoyo. ¿No es esta la situación en
nuestros días que las cosas nos van de mal a peor?
Los
ciegos que le pidieron a Jesús que les devolviese la vista lo hicieron porque
eran conscientes de su ceguera. Si decimos que somos capaces de distinguir
entre el bien y el mal significa que no somos conscientes de nuestra ceguera
espiritual. No sabemos distinguir de manera correcta entre el bien y el mal aun
cuando creamos que sí sabemos hacerlo. Como resultado de la desobediencia de
Adán, todos sin excepción, nacemos pecadores, ciegos espirituales, desde la
concepción, incapaces de distinguir entre el bien y el mal, deficiencia que se
detecta poco después de nacer. Refiriéndose a esta dolencia Jesús hace esta
reflexión: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue andará en tinieblas, sino
que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). Si quien cree en Jesús deja de andar
en tinieblas significa que en el sentido espiritual se le devuelve la vista a
los ciegos de nacimiento.
Si
se persiste en conservar la ceguera espiritual, permanece intacta la incapacidad
de discernir entre el bien y el mal. Entonces somos merecedores de la
reprensión que hace el profeta Isaías: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y
a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que
ponen lo amargo por dulce, y a lo dulce por amargo!” (5: 20). Aquellos israelitas que por el
mero hecho de practicar el ceremonial establecido por la Ley de Dios creían que
andaban por el camino que conduce a Dios, el profeta los corrige y los pone en
su sitio: “Buscad lo bueno y no lo malo, para que viváis, porque así el Señor
de los ejércitos estará con vosotros, como decís” (Amós 5:14). Con Jesús que es
la luz del mundo se corrige la incapacidad de distinguir entre el bien y el
mal. Con Cristo la filosofía de la duda es cosa del pasado.
Octavi Pereña i Cortina
11 de febrero 2020
DOMINGO: REMEDIO PARA LA SOLEDAD
<b>Mil personas andando por un camino, mil soledades
andando juntas (proverbio hindú)</b>
Un reportaje titulado <i>Cuando el lunes es el mejor
día de la semana</i>, expresa de manera muy clara y documentado con
experiencias de afectados por la soledad y declaraciones de expertos en salud
mental, la trágica situación en que se encuentran muchas persona los fines de
semana cuando el viernes por la tarde abandonan el trabajo y no tienen que
reemprenderlo hasta el lunes.
<b>Javier Ricau</b>, autor del reportaje cita el testimonio de
<b>Peter</b>, hombre de 62 años “que tiene una vida laboral
atareada”. Para este hombre el sábado y el domingo son los peores días de la
semana. Como dice, queda atrapado “en un desierto emocional” del que no se
escapa hasta el lunes. Al contrario de lo que ocurre a muchas personas que el
lunes sufren el síndrome de fin de semana, para <b>Peter</b> el
lunes es el mejor día de la semana porque le toca volver a trabajar.
Una encuesta del periódico británico <i>The
Guardian</i> que hizo entre sus lectores “sorprende porque la mayoría de
las personas que respondieron confesaron que se sentían muy solas los sábados y
los domingos.
<b>Liz</b>, una mujer de 41 años que tiene un
buen empleo explica su experiencia de los fines de semana: “Entre semana soy
una persona feliz y satisfecha con lo que hago, el fin de semana me siento como
una paria solitaria”. Echa de menos a sus compañeros de trabajo con quienes
interactúa durante la semana y que tienen planes para el fin de semana “en
donde no hay lugar para una soltera”.
El siquiatra <b>Sergio Oliveros</b> dice que el
trabajo de <i>The Guardian</i> tiene mucho sentido si se tiene en
cuenta que se ha realizado en un país como Gran Bretaña: “<b>Theresa
May</b> creó en el 2018 una Secretaria de Estado para la soledad porque
consideró que era un problema de salud pública que podía afectar a más de la
quinta parte de la población británica y genera más morbididad cardiovascular que el tabaco, el alcohol o el
sedentarismo, como han demostrado
diversos estudios. Como un síndrome de
abstinencia a una substancia, en este caso el trabajo que ha mantenido
intoxicado al sujeto durante la semana laboral”. Las personas que afirman ser
muy felices de lunes a viernes y que pasan solas los sábados y domingos,
“suelen divinizar el trabajo y han convertido su entorno laboral en la única
fuente de gratificación”.
La divinización del trabajo como dice el siquiatra <b>Sergio
Oliveros</b> o convertirse en <i>adictos al trabajo</i> como
dicen los expertos en salud mental, por parte de quienes viven solos los fines
de semana, también de quienes tienen familia ya que afecta negativamente las
relaciones familiares.
El ser humano no puede ser feliz sin Dios, el Padre de
nuestro Señor Jesucristo. Los israelitas habiendo sido testigos del poder de
Dios manifestado en las plagas de Egipto y en la travesía en seco por el Mar
Rojo, ponen de manifiesto que la fe en el Todopoderoso era muy superficial. En
el momento en que dicen que no sabían que se había hecho de Moisés, que estaba
conversando con Dios en la cima del monte, convierten en un becerro de oro a
quien les había liberado de la esclavitud de Egipto y conducido a la libertad.
A pesar de su infidelidad, el Libertador
les da instrucciones que les guíen en el futuro a tomar decisiones
correctas. Los Diez Mandamientos resumen dichas instrucciones.
La primera orden que se lee en la tabla dice: “No tendrás
dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20: 3). Cualquier cosa que se interponga
entre Dios y el hombre es un dios que le está prohibido. La adoración a dioses
que no son Dios perjudica la salud espiritual y a la salud síquica del hombre.
Con el fin de abortar la tendencia idólatra Dios escribe este mandamiento que
tiene que ver con el trabajo: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
Seis días trabajarás, y harás toda tu obra, mas el día séptimo es reposo para
el Señor tu Dios, no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu
siervo, ni tu sierva, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus
puertas. Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y
todas las cosas que en él hay, y reposó
en el séptimo día, por tanto el Señor bendijo el día de reposo y la santificó”
(vv.8-11).
Un día de descanso semanal para dedicarlo exclusivamente al
Creador y Salvador es el antídoto que cura la adicción al trabajo, aporta
bienestar familiar y la salud del alma a quienes viven solos los fines de
semana.
El problema de la soledad que
<b>Theresa May vio tan grave hasta el punto de crear una
Secretaria de Estado para combatirla, su curación no costaría ni un euro a la
Sanidad Pública si los afectados decidiesen dedicar el domingo al Señor. Esto
significaría que durante los días laborables se miraría el trabajo con otros
ojos.
Octavi Pereña i Cortina
19 de febrero 2020
FALSOS PASTORES
<b>La prosperidad de las naciones
en gran parte depende de las enseñanzas que imparten los dirigentes
religiosos</b>
Las viñetas de <b>El Roto</b> son punzantes. La
que comento, en la parte alta se encuentra el triángulo con el ojo en su
interior que significa la omnipresencia de Dios. En la parte interior del
triángulo el siguiente texto: “En público exhiben la Biblia, pero hacía tiempo
que habían sustituido el triángulo por el Pentágono”. Debajo un esbozo del
edificio del Pentágono con un ojo en su interior que, a mi entender significa
la omnipresencia de Estados Unidos que habiendo abandonado la Biblia pretende
dominar el mundo con el poder de las armas.
<b>El Roto</b>, en otra
viñeta denuncia la codicia de las religiones, concretamente la de la Iglesia
católica. En el Nombre de Dios que la Biblia define: “Es amor” (1 Juan 4: 8),
se han cometido y se siguen cometiendo muchos desmanes que hacen que sean infinidad
de personas condenan a Dios y le culpan de las muchas fechorías que se hacen en
su Nombre. En esta viñeta, de entre una espesa nube negra que creo significa la
corrupción que se da en la Iglesia católica emerge una figura refulgente como
el oro pulido que representa a Dios. El texto que acompaña el dibujo es muy
explícito: “He oído que la Iglesia está inscribiendo todo a su nombre.
¡Incluyendo mí reino! ¡Y por aquí no paso!” <b>El Roto</b> censura
con firmeza las escandalosas inmatriculaciones de bienes y propiedades a nombre
de la Iglesia. Actitud que escandaliza a muchos. El comportamiento de los
hombres que en el nombre de Dios que se encarna en su Hijo en la persona de
Jesús, que nació en un pesebre que tuvo como colchón un puñado de paja, trastorna
a muchos y lo más grave es que los indignados culpan a Dios de los desaguisados
que cometen quienes tienen su Nombre a flor de labios y que en las solemnidades
lo asfixian con el olor del incienso que desprenden los incensarios manipulados
por las manos finas y delicadas de obispos y cardenales. Quienes perjudican a
las personas con su comportamiento nada evangélico, no sé si se han fijado en
estas palabras de Jesús que los censuran con dureza: “Imposible es que no vengan
tropiezos, mas, ¡ay de aquel por quienes vienen! Mejor le fuera que se le atase
al cuello una piedra de molino y se le arrojara al mar, que hacer tropezar a
uno de estos pequeñitos” (Lucas 17: 1,2).
La Iglesia católica con la colaboración
de los poderes temporales puede realizar las inmatriculaciones con total
impunidad al disponer de cobertura legal. La codicia eclesiástica tienen la
reprobación de Jesús: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el
orín corrompen y donde ladrones minan y hurtan, sino haceos tesoros en el cielo
donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan”
(Mateo 6: 19-21).
Una advertencia muy significativa que
Jesús comparte con sus oyentes cuyo eco
llega hasta nuestros días: “Guardaos de los falsos profetas que vienen a
vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus
frutos los conoceréis, ¿acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los
abrojos? (Mateo 7: 15, 16).
Jesús no gozaba de las simpatías de los
dirigentes religiosos. Le odiaban a muerte. Esperaban la oportunidad de
deshacerse de Él legalmente. La ocasión se les presentó cuando en la parodia de
juicio se declaró “Hijo de Dios”, haciéndose con ello igual a Dios. Le acusaron
de blasfemo y por lo tanto reo de muerte. Lluís Xirinacs, el cura que se hizo
famoso durante la Transición por sus sentadas ante la puerta de la prisión
Modelo de Barcelona, dijo: “Jesús fue condenado a muerte por los judíos
oportunistas”. Esta afirmación solamente es verdadera en parte. El motivo
principal de su muerte en manos de los judíos con la connivencia de las
autoridades romanas, fue que tenían que cumplirse las Escrituras que tenía que
morir en la cruz para salvación del pueblo de Dios.
No nos alejemos de los falsos pastores.
El profeta Ezequiel dedica el capítulo 34 de su libro a relatar con mucha
dureza los daños que los falsos pastores hacen en las ovejas del Señor. Si el
lector está interesado en el tema le recomiendo que lea el texto íntegro. En él
se menciona que de la descendencia del gran rey de Israel David nacerá Jesús,
el Buen Pastor, que da su vida por las ovejas. David el antepasado de Jesús
según la carne dice del Buen Pastor: “El Señor es mi Pastor, nada me faltará.
En lugares de delicados me hará descansar,
junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma, me guiará por sendas
de justicia por amor de su Nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no
temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo, tu vara y tu cayado me infundirán
aliento” (Salmo 23: 1-4). Los falsos pastores cubiertos con pieles de oveja no
pueden dañar a las ovejas del Señor porque la vara y el cayado del Buen Pastor
les infunden aliento. Además, dice Jesús: “nadie las arrebatará de mi mano”
(Juan 10:28).
Octavi
Pereña i Cortina
7 de
marzo 2020
DEMOCRACIA DESAPARECIDA
<b>Las apariencias enmascaran la
rapacidad que se amaga en lo profundo del alma</b>
El
historiador mexicano <b>Enrique Kranze</b> dijo: “Hemos olvidado
que la democracia es mortal. Hoy nos parece la manera más natural y lógica de
gobernarnos, pero desde una perspectiva universal y milenaria veríamos que ha
sido una preciosa y frágil excepción en el tiempo y en el espacio”
En
febrero de 2020 se celebró en Múnich la conferencia de Seguridad en que lo
acordado puede resumirse en que se han erosionado los valores democráticos. En
la conferencia inaugural que fue a cargo del presidente de Alemania
<b>Frank-Walter Steinmeier</b>, el conferenciante se refirió a la
propagación del odio en Alemania y en el resto del mundo. España no es
inmune a la epidemia. El primer ministro
de Canadá <b>Justin Trudeau</b> contribuyó al desánimo de los
asistentes cuando dijo: ”La gente está perdiendo la fe en sus mandatarios”.
Recordemos lo dicho por el mexicano <b>Kranze</b>: “Hemos olvidado
que la democracia es mortal”. ¿Dónde recae su debilidad? La democracia es el
gobierno del pueblo, de las personas. Por experiencia conocemos la fragilidad
de los seres humanos, incluso de los más fuertes. A menudo nos preguntamos:
¿Cómo ha podido haber hecho esto esta persona? Jamás me lo hubiera creído. Pero
es así. La fragilidad humana se manifiesta de mil maneras. Investidas del poder
que les concede las urnas a determinadas personas, la investidura no las
convierte en <i>supermen</i> ni en <i>superwomen</i>.
Siguen siendo personas de carne y huesos, con la misma fragilidad y miserias
que el resto de los mortales.
Jerusalén
era asediada por el ejército asirio. El emisario del rey Senaquerib le dijo a
Ezequías el monarca asediado: “He aquí que confías en este báculo de caña
frágil, en Egipto, en el cual si alguien se apoya, se le entrará por la mano, y
la atravesará. Tal es faraón rey de Egipto para con todos los que confían en
él” (Isaías 36: 6). Esta era la opinión que se tenía de la gran potencia de la
época. ¿Qué piensa Dios de dónde debe irse a buscar ayuda en los momentos de
necesidad? “Así ha dicho el Señor: maldito el hombre que confía en el hombre, y
pone carne por su brazo, y su corazón se aparta del Señor” (Jeremías 17: 5).
Las cosas no funcionan bien para el hombre que se ha apartado de Dios y que no
sabiendo dónde apoyarse en el momento de necesidad busca la protección en el
hombre. El rey Ezequías ante el asedio asirio fue a buscar ayuda en la superpotencia
que era Egipto, pero no fue el poderío militar de Egipto que impidió la
destrucción de Jerusalén sino la intervención de Dios que la protegió en
respuesta a la oración de Ezequías que buscó la ayuda divina.
A
Europa se le podría aplicar perfectamente el mensaje que Jesús que le hace
llegar a la iglesia de Sardis, una de las siete iglesias de Asia (actual
Turquía). “Yo conozco tus obras,, que tienen nombre de que vives, y estás
muerta” (Apocalipsis 3: 1). Europa como la antigua iglesia de Sardis tiene que
arrepentirse de sus pecados. El pecado que es la madre de todos sus males consiste
en haber levantado el trono de la
democracia, el gobierno del hombre. Ha probado el invento y el resultado es el
fracaso. No le queda otra solución que sustituir democracia por
<i>teocracia</i>, del gobierno de Dios. Aterroriza oír la palabra
<i>teocracia</i> porque tenemos la nefasta experiencia de los
efectos negativos de la presencia del
catolicismo en todos los ámbitos sociales. Esto no es <i>teocracia</i>.
Es la dictadura de una religión. Quienes hemos nacido antes de la Guerra Civil
recordamos los efectos del nacionalcatolicismo que imperaba en todas las
esferas sociales. Se nos obligaba a la práctica del catolicismo sí o sí. Era
muy difícil escaparse de sus tentáculos. Quienes vivimos el nacionalcatolicismo
nos quedan un amargo recuerdo de la dictadura de la religión.
Al
referirme que para liberarnos de los males que afligen a la Europa democrática
es recuperar la
<i>teocracia</i>, es decir, el gobierno de Dios, no quiero decir
que los hombres tienen que volver a Dios, sin coacciones. Voluntariamente. Un
ejemplo de lo que digo lo tenemos en el profeta Jonás que fue enviado por Dios
a predicar el arrepentimiento a la ciudad de Nínive que debido a su impiedad
Dios tenía previsto destruirla en el plazo de cuarenta días. En su misericordia
envía al profeta para que avise a los ninivitas para que se arrepientan. El
mensaje fue escuchado y obedecido. Se produjo el arrepentimiento y los cuarenta
días se convirtieron en unos ciento cuarenta mil antes de ser destruida por una coalición
de ejércitos medos, babilónicos y escitas.
Desconocemos
el día que tocarán las campanas anunciando la muerte de la Unión Europea. Que
sonarán, seguro. Pero los cristianos esperamos confiadamente la implantación
del Reino de Dios eterno para gozar en todo su esplendor los beneficios de la
<i>teocracia</i>. En el Reino de Dios no se encontrará el más
mínimo vestigio de democracia porque en él “mora la justicia” (2 Pedro 3: 13)
en todo su esplendor.
Octavi Pereña i Cortina
20 de marzo 2020
EL VIRUS DEL MIEDO
<b>Los miedos imaginarios son
peores que los reales</b>
La periodista <b>Sara
Sans</b> le pregunta a <b>Asia Argento</b>, actriz: ¿Qué le
hace más miedo una película de terror o la vida real? <b>Asia</b>:
“La vida real es horrible. Mi padre hacía terror estéticamente bueno, pero el
mundo es realmente feo, peor que una película de terror. He visto cien veces la
película de mi padre: <i>Profundo rosso</i> y continuo chillando
pero lo que es realmente terrorífico es hacia dónde va el mundo. Parece que al
poder le interesa que la gente tenga miedo, porque paraliza y es una manera de
controlarnos”.
Con la aparición del coronavirus el miedo
se apodera de nosotros. Los medios de comunicación se encargan de que este
sentimiento no decaiga. El goteo constante en los medios de noticias sobre la
pandemia estimula suposiciones sobre su origen. ¡Ay Del corazón cuando alguien
cercano a nosotros tiene fiebre!. El pensamiento se dispara, generalmente para
mal.
Si el lector sigue mis escritos se habrá
dado cuenta de que utilizo las viñetas de El Roto como base para tratar un
tema. Sus viñetas son muy incisivas. Hurga en los miedos sociales para
denunciarlos. En este escrito utilizo una que se refiere al tema del miedo. Un
hombre bien vestido está sentado de lado junto a una mesa de despacho mirando
el televisor. En la pantalla el morro de una bestia feroz mostrando los dientes
ensangrentados. El televidente piensa: “Quien controla los medios controla los
miedos”. ¿Una alusión al coronavirus? La primera reacción ante un evento
calamitoso es acusar agresivamente a quienes consideramos culpables de su
presencia. Tenemos que ir más allá de las manos que causan los perjuicios para
descubrir quién es el que mueve los hilos que hace que los hombres se
conviertan en marionetas haciendo el
mal. Si en verdad se desea saber por qué las cosas son tal como son tenemos que
ir a la Biblia. Si tenemos oídos para oír y ojos para ver, entenderemos lo que
dice Jesús al respecto. Describe una relación muy íntima entre el hombre y el
diablo. Como padre de mentira que es enmascara su personalidad maléfica
haciendo que nos lo imaginemos como este bufón que acompaña los pasacalles de
los días feriados vestido de rojo, con cuernos, cola, tridente en la mano y
vomitando fuego. Este demonio sí que es inofensivo. El real, Jesús nos vincula
muy íntimamente con él, al decir: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y
los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el
principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando
habla mentira, de suyo habla, porque es mentiroso y padre de mentira” (Juan 8:
44). Tal vez el lector le dará la razón a Jesús cuando después de describir la
catadura moral del diablo, dice: “Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis”
(v. 45). A pesar de que el ser humano no convertido a Cristo sea una marioneta en
las manos del diablo, la Biblia no le niega su condición de ser moral
responsable de sus actos perversos.
La tierra maldecida por Dios debido al
pecado de Adán a menudo produce cataclismos que ponen en peligro la vida de
muchas personas. Si a ello le añadimos la maldad humana, no debe extrañarnos
que se produzcan situaciones verdaderamente angustiosas. ¿Qué tenemos que decir
con lo que ocurre con los emigrantes? ¿Y tantas otras situaciones que hacen que
se nos ericen los pelos? Toda esta diversidad de situaciones verdaderamente
preocupantes las podemos concentrar en la escena que se presenta cuando Jesús y
sus discípulos surcaban en barca el Mar de Galilea. De repente “se levantó en
el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca. Pero Él (Jesús)
dormía”. En su desespero “vinieron sus discípulos y le despertaron diciendo:
¡Señor, sálvanos, que perecemos! Él les dijo: ¿Por qué tenéis miedo hombres de
poca fe? Entonces levantándose, reprendió a los vientos y al mar, y se hizo
grande bonanza” (Mateo 8. 23-27). Al diablo que es “mentiroso y padre de
mentira” jamás se le ocurrirá decir a sus esclavos que Jesús es quien libera
del miedo. Fíjese el lector en la infinidad de vírgenes, santos, santas,
cristos que se encuentran en el mercado de la religión a los que las personas imploran
cuando tienen miedo. Estos santos, santas, vírgenes, cristos no proporcionan
tranquilidad a quienes los invocan. Son inventos del demonio para que las
personas que los invocan permanezcan atrapadas en los embustes imaginados por
el padre de la mentira.
Moisés poco antes de partir de este mundo
para irse a la presencia de Dios, en el mensaje de despedida que pronunció
incluye estas palabras: “¿Dónde están sus dioses, la roca en que se
refugiaban…Que se levanten, que os ayuden y os defiendan. Ved ahora que yo, yo
soy, y no hay dioses conmigo, yo hago morir, y yo hago vivir, yo hiero y yo
mato, y no hay quien pueda librar de mi mano” (Deuteronomio 32: 37-39).
Jesús que ha vencido al diablo, en su
muerte por nuestros pecados y en su resurrección para darnos vida eterna, nos
dice: “Mi paz os dejo, mi paz os doy, no como del mundo la da. No se turbe
vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14: 27).
Octavi
Pereña i Cortina
14
de septiembre 2020
HILO DE SANGRE
<b>La única sangre que puede dar
salud eterna es la sangre de Jesús</b>
<b>Ana Vidal Egea</b>
finaliza su escrito <i>¿Quién quiere vivir para siempre?</i> con
estas palabras: “La pregunta es: ¿debemos preocuparnos para vivir para siempre
o por vivir en las mejores condiciones posibles? La periodista cita al
billonario <b>Larry Ellison<7b>, de 73 años que “está invirtiendo
obsesivamente para prolongar la vida, lo que es lo mismo, retasar el
envejecimiento”. <b>Ana Vidal</b> añade: “Vivir eternamente es un
anhelo de antaño, bien suscrito en la cultura popular cuando se comentaba que
beber o inyectarse sangre de las vírgenes hacía la vida más longeva. La
<i>start-up</i> norteamericana Ambrosia Medical hacía transfusiones
de sangre de jóvenes que revertería la edad de quien la recibiera. Aunque no
había ninguna prueba que garantizara resultados. Las pacientes pagaban hasta
7.500 dólares por un litro de sangre de donantes de 16 a 25 años,
arriesgándose a sufrir infecciones,
alergias y complicaciones respiratorias y cardiovasculares. En febrero se
dejaron de hacer tratamientos”.
Detrás de la lucha encarnizada contra el
envejecimiento con cosméticos que cuesta una millonada a quienes quieren
conservar la juventud, se añaden ahora las transfusiones de plasma de donantes
jóvenes que se dice mejoran el Alzheimer. . “Pero los límites éticos se
disparan a favor del negocio. El Maharaj Institute de Florida ofrece ensayos
clínicos de transfusiones de plasma de donantes jóvenes al elevado coste de
unos 251.000 euros aprovechándose de aquellos que buscan desesperadamente una
cura”.
La vida eterna no está reñida con la
muerte física. El cuerpo y el alma son dos elementos inseparables de la
persona. Se separan temporalmente con la muerte física pero se reencontrarán en
la resurrección. “Está establecido para los hombres que mueran una vez, y
después de esto el juicio” (Hebreos 9: 27). Se descarta la reencarnación como
proceso purificador para alcanzar la unión con el absoluto. El destino eterno
se sella con la muerte. La condición en
que se produzca de deceso se conservará en la eternidad.
Es muy controvertido que la terapia de
sangre pueda promover la longevidad. Los guerreros de tribus paganas bebían la
sangre de animales porqué creían que les transmitía su vigor. En la antigua
Roma, se dice que se animaba a los enfermos, especialmente a los epilépticos a
que bebieran sangre de los gladiadores recién muertos. Todo este proceder que
consideramos supersticioso tiene su razón de ser. La Biblia refiriéndose a
Jesús como “el Cordero de Dios que borra el pecado del mundo” (Juan 1:29) ya
había sido profetizado: “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana
manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa
de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado
desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros
tiempos por amor a vosotros” (1 Pedro 1: 18-2). Esta información si no es por
revelación ninguna mente humana puede hacer declaración de tanta importancia.
Cuando únicamente existía Dios en las tres Personas se planificó la muerte del
Hijo para salvación de su pueblo.
En el inicio de la Historia, para dar
solución al problema del pecado, fue el mismo Dios quien sacrificó dos corderos
para cubrir con sus pieles la desnudez de Adán y Eva. “Sin derramamiento de
sangre no es posible la redención” (Hebreos 9: 27). La sangre de los corderos
que Dios sacrificó no borra el pecado.
Es un símbolo para que pusiesen la mirada en el Cordero que derramaría su
sangre en la cruz del Gólgota. Esa es la sangre que sí borra los pecados (1
Juan 1: 7).
No podemos olvidar la presencia del
malvado personaje que tiene el propósito de desbaratar la obra de Dios. El
primer intento de este perverso fue cuando incita a Caín a no adorar a Dios de
la manera establecida por Él. Lo impulsa a asesinar a su hermano Abel que sí
adora a Dios según su propósito, es decir ofreciendo “de los primogénitos de
sus ovejas de lo más gordo de ellas” (Génesis 4: 4). Es la primera guerra de
religión: Caín asesina a su hermano Abel. Satanás cree que ha ganado la partida
a Dios, que ha extirpado la línea de la que vendrá el Salvador. Se equivocó
porque la muerte de Abel fue sustituida por Set. De su descendencia vendrá el
Cristo en el momento establecido por Dios.
Satanás es infatigable y pretende hacerle
la puñeta a Dios pervirtiendo la religión. La pureza de los sacrificios
establecidos por Dios los pervierte al ir acompañados de bacanales sexuales y
de sacrificios de niños para calmar la ira de los dioses. Esta degradación
ahora no nos interesa.
El hilo de sangre que caracteriza a la
religión verdadera comienza en Adán cuando Dios sacrifica a los dos corderos.
Prosigue con Set y los patriarcas. Después con Moisés y los sacrificios en el
tabernáculo. Continúa con la monarquía y los sacrificios en el templo de
Jerusalén. Con la muerte de Jesús en la cruz del Gólgota para remisión de los
pecados concluye el simbolismo sangriento. Cuarenta años más tarde el templo es
destruido por los romanos.
Jesús en la última Cena enseña a sus
discípulos la manera cómo deben recordar su muerte. Lo tienen que hacer con el
pan y el vino en lo que llamamos la Cena del Señor. Según Jesús el pan
simboliza su cuerpo y el vino su sangre. Así se hará hasta que Jesús venga en
su gloria a buscar a su pueblo. El hilo de sangre se alargará hasta a
eternidad. Los redimidos, ciudadanos del Reino de Dios eterno entonarán este
cántico: “Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos porque Tú fuiste
inmolado, con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y
pueblo y nación” (Apocalipsis 5: 9). El hilo de sangre redentora iniciado en la
eternidad pasada seguirá presente en la futura. Las señales de los clavos y de
la lanza que atravesaron el cuerpo mortal de Jesús siguen visibles en su cuerpo
glorificado.
Octavi
Pereña i Cortina
26
de marzo 2020
NARCISISMO CRISTIANO
<b>Detrás de una religiosidad de
extrema dureza se esconde la debilidad de una alma que no ha encontrado la paz
de Dios</b>
Jesús, viendo los déficits sociales que
había entre sus oyentes, les dice: “Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro
Padre que está en los cielos es perfecto” (Mateo 5: 48). Se tiene que ser muy
precavido a la hora de interpretar las palabras de Jesús. Si se las descifra
literalmente dejando de lado el contexto general de la Biblia ,se pueden
producir graves trastornos de la personalidad.
Víctor-M. Amela entrevista a la escritora
bilbaína <b>Espido Freixe</b>, diciéndole: Me adelantaba que usted
terminó fatal…La respuesta que llega. “Por aquellas contradicciones y porque me
exigí ser la mejor…en todo lo que hacía: canto, escritora…y me invadió el
vacío: Ansiedad, pensamientos negros…Y compensé aquel vacío con la comida:
comía, vomitaba…bulimia y también anorexia y…trastornos de la conducta
alimentaria, en resumen. …Y de hecho estaba sumida en una depresión”. El
periodista le dice. ¡Pero usted ganó el premio Planeta con 25 añitos! ¿No le
hizo subir la moral? “No. Aquello me empeoró… ¡Me empeñé en demostrar que lo
merecía! Me esforcé, trabajé más y más…”Puedo más”, me decía. Quise disipar
sospechas. Y todo esfuerzo era poco, todo triunfo era poco” ¿Cómo salió del
bucle destructivo? Le pregunta Víctor-M.? “¡Fue difícil! Como mujer me
esforzaba a ser más brillante que cualquier hombre. Hoy sé que cualquier mujer
tiene derecho a ser tan mediocre como cualquier hombre”.
<b>Espido</b> dice que le ayudó a ver la luz “la meditación
primero. Y la psicoterapia de grupo, enseguida escuchas al otro, te ves
reflejada, y la ayudas a relativizar sus cosas… ¡Y aprendes a relativizar las
tuyas!…En otras personas es natural estar bien, en mí es pura determinación:
¡No volveré a hundir la cabeza en aquel lugar oscuro, húmedo y frío, no quiero!
La depresión es una hiedra: enraíza las patitas en la pared…y lo infecta todo”.
Dramática la experiencia de quien quería sobresalir en todo. Ser la número 1.
Analicemos “ser perfectos como nuestro
Padre que está en los cielos es perfecto”. Esta orden Jesús no la da al hombre
en general, ni a quienes se consideran cristianos porque siguen las enseñanzas
de la Iglesia católica. Aceptan la enseñanza de que para alcanzar la perfección
tienen que poner sus cuerpos bajo
estricta disciplina: flagelaciones, largos ayunos, cilicios, es decir, mortificando
el cuerpo cuanto más mejor. No se debe dejar levantar la cabeza a las pasiones
carnales. Se pretende alcanzar la perfección del Padre celestial sin
conseguirlo. La tortura física no es el
camino para obtenerla. “Ser perfectos
como vuestro Padre celestial es perfecto” se pide a aquellos que creen que
Jesús es el Salvador, que murió por ellos en la cruz, que la sangre derramada
en el Gólgota limpia todos sus pecados. Por la fe en Jesús, que es un regalo de
Dios, se convierten en hijos de Dios que no han alcanzado la perfección del
Padre celestial, que Jesús les pide. Se inicia un proceso que el apóstol Pablo
describe de manera muy entendedora, haciéndonos ver que el narcisismo cristiano
no es el camino que conduce a la perfección cristiana.
El apóstol Pablo escribiendo a los
cristianos de Filipos, les dice: “Porque nosotros somos la circuncisión
(verdaderos cristianos), los que en espíritu servimos a Dios, y nos gloriamos
en Cristo Jesús, no teniendo confianza
en la carne” (Filipenses 3: 3). El apóstol hace un breve resumen de su vida
anterior como perseguidor de los cristianos. Declara su condición de narciso al
afirmar que en cuanto a su fidelidad a la Ley de Dios
<i>irreprensible</b> (v.6). Ahora, el prestigio que gozaba en el
judaísmo siendo fariseo orgulloso de lo que consideraba estricta observancia de
la Ley de Dios, como cristiano “estimo todas las cosas como pérdida por la
excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he
perdido todo, y lo tengo por basura por ganar a Cristo” (v.8).
Ahora el apóstol enseña el camino que
conduce a la perfección del Padre celestial: “No que lo haya alcanzado ya, ni
que ya sea perfecto, sino que prosigo por ver si logro asir aquello para lo
cual fue también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo
alcanzado, pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que queda delante, prosigo a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (vv. 12-14). Llega al final de la carrera
cristiana, que describe con estas palabras: “Mas nuestra ciudadanía está en los
cielos, de donde también esperamos al Salvador, el Señor Jesucristo, el cual
transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al
cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí
mismo todas las cosas” (vv. 20,21). El apóstol Pablo y todos los que tienen su
misma fe alcanzarán la perfección del Padre celestial al encontrarse en el
reino de los cielos, en donde no existe pecado, la muerte ha sido vencida por
la resurrección de Jesús y la corrupción física del tiempo presente habiendo
sida transformada en incorruptibilidad. ¡Ah! Y el aguijón del pecado destruido.
Allí en donde no hay pecado no hay muerte.
Octavi
Pereña i Cortina
3 de
agosto 2020
EL VIRUS DE LA MUERTE
<b>La muerte si no es revestida por
la vida, el hombre fallece eternamente</b>
<i>Todos los virus, y no solo el
coronavirus</i> es el título del escrito redactado por <b>Miguel
Pita</b>, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Madrid.
Si he de ser sincero no he entendido nada de lo que el profesor Pita dice sobre
los virus. Sí que me ha interesado el título:<i>Todos los virus, y no
solo el coronavirus</i>: “La existencia de estos seres que la mayoría de
los expertos rechazan aceptar como <i>seres vivos</i>. La comunidad
científica está interesada en los que no son “seres vivos” que producen
patologías que hacen ir de cabeza a
médicos, políticos, economistas y la sociedad en general, como lo hace el
coronavirus hoy. Nos trastorna a todos.
El título del escrito de <b>Miguel
Pita</b> señala que se tienen que tener en cuenta a todos los virus, no
solamente el coronavirus, hoy de moda, por sus efectos devastadores. Quede
claro que en mi escrito no me voy a referir a “estos seres” que la mayoría de
los expertos rechaza considerarlos “seres vivos”. El virus al que me refiero no
se le puede investigar en un laboratorio con la finalidad de fabricar una
vacuna que proteja a las personas de la patología que los hace mortíferos.
El coronavirus, como los virus que le han
precedido, en su momento adquirieron notoriedad por la mortalidad que
ocasionaban. La muerte no solamente la producen estos “seres” que la mayoría de
los expertos no considera que sean “seres vivos”, que se les llama virus. La
muerte está presente en la cotidianidad. Los periódicos publican esquelas que
anuncian la muerte. Los gobiernos contabilizan, para hacer estadísticas, las
muertes por accidente de tránsito, laboral. Las guerras dejan miles de miles de
cadáveres desparramados por el suelo. Alguien ha dejado escrito que de cada
generación no quedan supervivientes. Sea por virus o por otras causas, lo
cierto es que la muerte es nuestra compañera de viaje. El causante de la muerte
no puede ser analizado en el laboratorio para fabricar la vacuna que erradique
el fantasma de la muerte. Los potentados a lo largo de la historia han
intentado vencerla, sin conseguirlo. “Porque la paga del pecado es la muerte”
(Romanos 6: 23), y, “ya que todos hemos pecado” (Romanos 3: 23), todos
moriremos. El salmista se pregunta: “Qué hombre vivirá y no verá la muerte?
¿Librará su vida del poder del sepulcro? (Salmo 89: 48). La respuesta es NO.
El pueblo de Israel durante su peregrinaje
por el desierto muestra su manera de ser: “Y habló el pueblo contra Dios y
contra Moisés” (Números 21: 5). “Y el Señor envió entre el pueblo serpientes
ardientes, que mordían al pueblo, y murió mucho pueblo de Israel” (v.6). Como
sucedía siempre, cuando las coas les iban mal, a toda prisa a pedirle perdón a
Dios. En su misericordia Él escuchaba su clamor y retiraba el azote punitivo.
En este caso el Señor dijo a Moisés. “Hazte una serpiente ardiente (de bronce)
y ponla sobre una asta, y cualquiera que fuese mordido y mire a ella, vivirá”
(v.8). y así sucedió. El veneno de las serpientes se disipó y la mortalidad finalizó.
Este relato de las serpientes en el
desierto llega al Nuevo Testamento y Jesús nos da la interpretación. El Señor
conversa con un fariseo llamado Nicodemo. El tema de la conversación gira
alrededor del nuevo nacimiento. El erudito fariseo ignora en qué consiste.
Jesús le explica que no es un volver al vientre de la madre para volver a
salir. Cristo le dice: “De cierto, de cierto te digo, el que no naciere del
agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 35). Algo tiene
que suceder para que el hombre tenga acceso en el reino de Dios. El apóstol
Pablo describe el proceso al escribir: “Pero esto os digo hermanos: que la
carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción
hereda la incorrupción” (1 Corintios 15:
50). Para tener acceso al reino de Dios es necesario que se participe de la
resurrección de Cristo.
Volviendo a la conversación que Jesús
mantuvo con Nicodemo, el Maestro le explica al erudito fariseo como puede
hacerse morir el virus del pecado que es el
causante de la muerte física y lo que es más importante de la
espiritual: “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario
que el Hijo del Hombre (Jesús) sea levantado, porque todo aquel que en Él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3: 14,15).
En el tiempo presente ningún cristiano
consigue lo que tiene que ser. Aquí entra en acción la fe que es un regalo de
Dios. El apóstol Pablo escribiendo a los cristianos de Corinto redacta: “Porque
sabemos que nuestra morada terrestre, este tabernáculo se deshace, tenemos de
Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna en los cielos. Y por esto
también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación
celestial, pues allí seremos hallados vestidos y no desnudos. Porque asimismo,
los que estamos en este tabernáculo (el cuerpo) gemimos con angustia, porque no
quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido
por la vida. Mas el que nos hizo para esto es Dios, que nos ha dado las arras
del Espíritu. Así que vivimos confiados siempre, sabiendo que entretanto que
estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor porque por fe andamos, no por
vista” (2 Corintios 5: 1-7). La fe del cristiano no es la fe del hombre natural
que la deposita en cosas que hoy son y mañana se han desvanecido. El resultado
es el desencanto, la frustración. La fe del cristiano está depositada en Jesús
que como la serpiente de bronce fu levantada, así Él fue alzado en la cruz del
Gólgota, muerto y resucitado, que es la garantía de que los que mueren en
Cristo resucitarán gloriosos para vida eterna.
Octavi
Pereña i Cortina
31
de marzo 2020
AGUA VIVA
<b>Las personas que han perdido el
sentido de la vida y la consideran un absurdo son las más propensas a
suicidarse</b>
Un buen número de personas padecen
insomnio, nerviosismo, estrés, angustia y otras dolencias de carácter
sicológico. No saben gestionar sus emociones porque no se les ha enseñado a
hacerlo. No basta con decirles: No tengas miedo, no te enfades, no estés
triste, el tiempo todo lo cura. Estos consejos no sirven para hacer desaparecer
sus sentimientos. Las emociones no desaparecen, se tapan. Se las deposita en la
mochila del alma, con lo cual empeora el estado emocional y se lucha contra él
con pastillas.
<b>Macarena Berlín</b>,
directora del taller <i>Depresión y suicidio la realidad
silenciada</i>, dice que ha leído una nota de despedida escrita por una
joven que se suicidó. Afortunadamente, dice <b>Macarena</b>, dejó
una nota que decía: “Estoy rota…lo siento querida familia…jamás tendré
paz…nadie merece vivir así…no quiero que me traten como un perro…sólo quería
tener una vida normal…pero mi vida es un infierno…lo único que hago es
llorar…ya no tendréis que cargar conmigo…he llegado al límite…adiós…lo
siento…estoy rota”
<b>Ana González-Pino, presidenta de
la Sociedad Española de Siquiatría Biológica, dice: “La mortalidad de niños y
adolescentes es una pérdida económica y productiva importante. Y los nuestros
jóvenes se suicidan”. <b>Javier
Jiménez</b>, presidente honorario de APIS, dice: “El suicidio es una
solución radical sufrimiento sicológico irresistible. Pero nosotros defendemos
que el trastorno viene por un sufrimiento sicológico provocado por cosas que
ocurren en el día a día”.
Una joven que fue hallada muerta en la
estación de Roma dejó una nota que decía: “Reconozco que queríais mi bien pero
no habéis sido capaces de instruirme para el sufrimiento. Me lo habéis dado
todo, incluso cosas superfluas pero no me habéis dado lo que es indispensable,
y no me habéis indicado un ideal por el que merezca la pena vivir. Por eso he
decidido poner fin a mi vida. No me queda otra solución”
Esta muchacha desesperada acusa a sus
padres de su suicidio. No tiene razón. Sus padres no le podían enseñar “un
ideal por el que merezca la pena vivir”, por la sencilla razón de que lo
desconocían. Ante la caótica situación actual se acostumbra a decir que se han perdido
los valores. ¿Qué valores? Lo único que conoce nuestra sociedad es el
hedonismo, doctrina filosófica que considera el placer como el único o
principal propósito de la vida. La joven anónima que se quitó la vida en la
estación de Roma reconoce que sus padres le “habían dado todo incluso cosas
superfluas”. Quizás la joven se encontraba en Roma porque sus padres la habían
ayudado. Quizás suspiraba con ver la “Ciudad Eterna” y, al tenerla al alcance
de la mano no encontrase lo que esperaba. Se desilusionó como todas las cosas
que había tenido. Todo lo que sirve para satisfacer los sentidos decepciona.
Los padres de la joven, como la mayoría
de los padres ven en sus hijos carne bautizada que se mueve, piensa, siente,
llora, ríe…pero sin alma que es lo que los distingue de las mascotas que tienen
en sus casas. Es por eso que en los momentos insoportables se quejan de que sus
padres “no les han dado un ideal por el que merezca la pena vivir”. “El
suicidio es la solución radical al sufrimiento sicológico por cosas que ocurren
en el día a día”.
La chica que se quitó la vida en la
estación de Roma, en su desespero encontró a faltar algo por lo que valiese la
pena vivir. En vez de pedir para
recibir, buscar para encontrar, llamar para que se le abriese la puerta, la
salida más fácil fue quitarse la vida. La joven se queja de que sus padres no
“le han dado lo que es importante y no le han dado un ideal por el que merezca
la pena vivir”. Esta carencia que descubre la adolescente antes de quitarse la
vida, ¿la poseen los padres para que puedan enseñarla a sus hijos para que no
opten por el suicidio? Las estadísticas manifiestan que se dan demasiados casos
de suicidios entre niños y adolescentes. No son casos aislados.
Jesús fatigado y sediento por la caminata
se sienta junto a un pozo. Una samaritana se acerca acarreando un jarro para
llenarlo de agua. Jesús le dice: Dame de beber”. Es así como se rompe el hielo
entre un judío y una samaritana. Debido a prejuicios religiosos, judíos y
samaritanos no se relacionaban. Del agua del pozo pasan a hablar del agua viva
que apaga la sed para siempre, que es Jesús. De la sensualidad a la
espiritualidad. De las necesidades corporales a las del alma. Jesús le dice a
la mujer: “Cualquiera que beba esta agua,
volverá a tener sed, mas el que beba el agua que yo le daré, no tendrá
sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que
salta para vida eterna” (Juan 4: 4-42).
Más tarde Jesús explica a sus oyentes
quien es el agua viva. Les dice: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de
su interior correrán ríos de agua viva.
Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en Él” (Juan 7:
38,39). Los padres que hayan creído en Jesús, aun cuando dé la sensación de que
no haya ocurrido nada, interiormente, por el Espíritu Santo recibido se
encuentran en otra dimensión haciendo que estén en condiciones de transmitir a
sus hijos lo que la joven que se suicidó en la estación de Roma se quejase que no lo había recibido de sus padres: “Lo
que es indispensable y el ideal por el que valga la pena vivir”. No basta con
que los padres hayan creído en Jesús, la riqueza hallada deben compartirla con
sus hijos. Si no aceptan el ideal por el que vale la pena vivir, potencialmente
son candidatos al suicidio.
Octavi
Pereña i Cortina
17
de agosto 2020
VIGENCIA DE LOS MANDAMIENTOS
<b>Los mandamientos de Dios sirven
para que los caminos de los hombres sean rectos</b>
“Lo que aconteció el 4 de octubre de este
año 2019 en los jardines del Vaticano y posteriormente en la basílica de San
Pedro en relación al culto idolátrico celebrado en honor de la diosa Pacha Mama
y en connivencia de los más altos cargos
de la curia romana incluido su representante máximo el Papa Francisco, pasará a
la historia como un punto de inflexión dentro de esa Iglesia. Con la absorción
de unos rituales paganos propios de la cultura amazónica, Roma ha expresado lo
que interiormente llevaba conociéndose hace mucho tiempo, el acomodamiento a
todas las culturas y formas de religión con miras a no ofender a nadie y
aglutinar en su seno el eclecticismo más obsceno e inimaginable” (Carlos
Rodríguez).
Es interesante conocer quién es esa diosa
Pacha Mama: “La Pacha Mama es una diosa reverenciada por los indígenas de los
Andes. Pacha Mama acostumbra a traducirse
como “Madre Tierra”. La Pacha Mama y el Inti eran las dos deidades más
benevolentes y adoradas en el Imperio Tahuantisuyo…Las celebraciones en honor a
la Pacha Mama incluyen ofrendas de manjares, objetos y flores. En la antigüedad
se sacrificaban llamas para pedirle buenas cosechas para el año que empezaba…En
lo que se llama sincretismo religioso, con la llegada de los colonizadores que
intentaban impone su cultura y religión, las tradiciones de ambas culturas se
entremezclaban y producían nuevas divinidades, fiestas y tradiciones que cogían
un poco de cada origen”.
Monseñor Felipe Arizmendi, obispo emérito
de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México, en su escrito:
<i> ¿Es diosa la Pacha Mama?</i>, niega que lo que ocurrió el 4 de
octubre de 2019 hubiese sido un acto idolátrico: “Nada de eso hubo. No son
dioses, no fue un culto idolátrico. Son símbolos de realidades y vivencias
amazónicas, con motivaciones no solo culturales, sino también religiosas, pero
no de adoración, pues esta se debe solo a Dios” ¿La Iglesia católica rinde
culto únicamente a Dios? La evidencia dice que no. ¿Qué son todas estas vírgenes,
santos y cristos bajo cuya advocación se someten naciones, ciudades, pueblos?
¿No son actos de idolatría invocar a los santos patrones nacionales y locales?
El artículo 2131 del Catecismo de la
Iglesia Católica finaliza con esta declaración: “El Hijo de Dios al encarnarse
inauguró una nueva “economía” de las imágenes”. Con esta declaración prepara al
lector a aceptar lo que dice el artículo que le sigue: “El culto cristiano de
las imágenes no es contrario al primer mandamiento que prohíbe los ídolos. En
efecto el honor que tributamos a una imagen se refiere al modelo original, y el
que venera a una imagen, venera la persona que representa. El honor que damos a
las sagradas imágenes es una “veneración respetuosa”, no una adoración que
solamente se debe a Dios. El culto de la religión no se dirige a las imágenes
por ellas mismas como realidades, sino que se las mira bajo un aspecto propio
de imágenes que nos llevan al Dios encarnado. El movimiento que se dirige a la
imagen como tal, no se detiene, ya que llega a la realidad representada por la
imagen”.
El resumen que hace el Catecismo en el
artículo 2141, dice: “El culto de las sagradas imágenes se basa en el misterio
de la encarnación del Verbo de Dios”. ¿No es contrario al primer mandamiento?
Ahora resulta ser que Jesús es el responsable de la magnitud idólatra que se da
en la Iglesia católica desde los pies a la cabeza. ¿No la prohíbe con claridad
el Nuevo Testamento? Es taxativo en este sentido: “¿No sabéis que ni
los…idólatras …heredarán el reino de los cielos” (1 Corintios 6: 9,10). Como
coletilla añade: “Y esto erais algunos, mas ya habéis sido lavados, ya habéis
sido purificados, ya habéis sido perdonados en el Nombre del Señor Jesús, y por
el Espíritu de nuestro Dios” (v.11). La idolatría es injustificable.
Monseñor Felipe Arizmendi dice: “Es mucho
atrevimiento condenar al Papa como idólatra, pues nunca lo ha sido ni lo será”.
Si el Papa no es idólatra, porque fue a la iglesia de San Marcello para
interceder ante el milagroso crucifijo
que se guarda allí recordando los milagros que supuestamente hizo para que
termine la pandemia del coronavirus?
¿Qué es sino idolatría la plegaria del papa Francisco que difunde el llamado
<i>video del Papa</b>: “Bajo tu protección nos acogemos, santa
María Madre de Dios, no rechaces las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades,
mas bien líbranos de todo peligro, oh siempre Virgen gloriosa y bendita” ¿Es
que Jesús no resucitó y que ahora se encuentra en la diestra del Padre
intercediendo por nosotros? ¿Es que el Espíritu Santo no nos enseña a orar cómo
debemos? ¿Es que el Padre no escucha el Padrenuestro cuando nos dirigimos a Él?
¿Es que la Trinidad duerme y se precisan intercesores humanos para despertarla?
Según la martingala del Catecismo la
Iglesia católica no es idólatra. Sí, según las palabras de Jesús: “No penséis
que he venido a abrogar la Ley o los profetas, no he venido para abrogar, sino
para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la
tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Ley, hasta que todo se haya
cumplido” (Mateo 5: 17,18). Según Jesús el mandamiento: “No tendrás dioses
ajenos delante de mí. No te harás imagen ni ninguna semejanza…No te inclinarás
a ellas, ni las honrarás” (Éxodo 20: 3-5), sigue vigente en el siglo XXI porque
todavía no se ha cumplido todo.
Octavi
Pereña i Cortina
28
de julio 2020
PERSONAS NORMALES: CRÍMENES HORRILANTES
<b >¿Pueden personas normales
convertirse en Eichmanns?</b>
Una experiencia que quizás nos ayudará a
comprender a naturaleza humana. Es un poco extensa pero merece la pena
transcribirla.
En el año 1960 el servicio secreto
israelí diseñó el atrevido secuestro de <b>Adolf Eichmann</b>, uno
de los cerebros del Holocausto. Después de atraparlo en su escondrijo
suramericano se le condujo a Israel para ser juzgado.
Iniciado el proceso, los acusadores
llamaron a declarar como testigos a antiguos prisioneros de los campos nazis de
exterminio. Uno de ellos fue <b>Yehiel Dimur</b> que milagrosamente
consiguió escapar de Auschwitz. Cuando fue llamado a testificar miró fijamente al hombre que se encontraba
confinado dentro de una cabina de vidrio a prueba de balas, que había matado
personalmente a sus amigos y supervisado la muerte de millones de personas.
Cuando se encontraron los ojos de ambos, los de la víctima y los del verdugo,
se miraron fijamente. La sala guardó un silencio sepulcral debido a la tensión
del momento. Nadie estaba preparado para ver lo que iba a suceder a
continuación: <b> Yehiel Dimur</b> se puso a gritar y a llorar. Se
desplomó. ¿Fue vencido por el odio…por
los terribles recuerdos…por el mal que <b>Eichmann</> había
ocasionado? No. Más tarde explicó en una entrevista televisiva la causa de su
desplome. Fue al ver que <b>Eichmann</> no era la demoníaca
personificación del mal, como esperaba. Más bien era un hombre normal como
cualquier otro. En aquel instante <b>Dimur</b> comprendió la aterradora
realidad de que el pecado y el mal son la condición humana. “Tuve miedo de mí
mismo” dijo “<b>Dimur</b>,
“me di cuenta de que yo era capaz de hacer lo mismo que él”
La sorprendente declaración de
<b>Dimur</b> impulsó a <b>Mike Vallace</b>, presentador
del programa a girar la cámara y, dirigiéndose a la audiencia le hizo la más
dolorosa de las preguntas: “¿Cómo fue posible que un hombre pudiese hacer lo
que hizo <b>Eichmann</b>? ¿Quizás era una cosa todavía más
terrorífica…era un hombre normal?”.
¿Cómo fue posible que Judas, el discípulo
de Jesús que por treinta monedas de plata cometiese la traición más horrible de
la historia? El texto bíblico nos da la respuesta: “¿No os he elegido a
vosotros les dice (Jesús), y uno de vosotros es un diablo?” (Juan 6: 70). Jesús
escoge como discípulo suyo a una persona que ya sabía que le traicionaría. La
condición moral de Judas únicamente la conocía Jesús. Para los otros. era una
persona normal, considerada buena y más si se tiene en cuenta que era un
discípulo de Jesús. El clímax de la maldad latente que se escondía en el alma
de Judas se hizo evidente “cuando cenaban, como el diablo ya se había puesto en
el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, para que le entregase” (Juan 13:
2). A los ojos de los otros discípulos Judas era una bellísima persona, pero en
el fondo era un malvado, hasta que los ojos vieron la buena pieza que era,
cuando, la perversidad que se escondía en su corazón le llevó a cometer la Gran
Traición.
El corazón del hombre no puede permanecer
vacío. Es como un vaso: si está lleno de agua no lo está de aire. Si no hay
agua el aire ocupa el espacio vacío. El alma tampoco puede permanecer vacía. Si
no la llena Dios lo hace el diablo. Y, el maligno la lleva a convertir en
dioses las cosas creadas, convirtiendo el Dios incorruptible en una imagen de
hombre corruptible la llamada Semana Santa lo expone a las mil maravillas. La
sustitución del Dios eterno por dioses de fabricación humana tiene sus
consecuencias: “Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los
entregó a una mente reprobada para hacer cosas que no convienen, estando
atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad,
llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños, malignidades, murmuradores,
detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores
de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural,
sin misericordia” (Romanos 1. 28-31).
La pregunta que <b>Mike
Vallace</b> a la audiencia: “¿Cómo es posible que un hombre hiciese lo
que hizo <b>Eichmann</b>? ¿O quizás era una cosa todavía más
terrorífica…era un hombre normal?”, nos debería mover a preguntarnos: Si una
persona normal sin Dios como lo era Judas, a pesar de su religiosidad, lo llevó
a cometer la Gran Traición, ¿debería extrañarnos que una persona normal como lo
era <b>Eichmann</b> cometiese el genocidio que cometió? Si en el
corazón de una persona se introduce el diablo la posibilidad de hacer daño no
tiene límite.
Octavi
Pereña i Cortina
21
de abril 2020
ARREPENTIMIENTO
<b>El arrepentimiento a Dios
proporciona la paz que sobrepasa la comprensión humana</b>
Una de las viñetas de EL ROTO muestra a
un ángel cubriendo su rostro con una mascarilla mirando hacia la Tierra. El
texto dice: ”¡Os traigo un mensaje!”. Desde la Tierra el mensajero recibe la
respuesta. “Vale, pero mejor déjalo a la puerta”.
Los estamentos eclesiásticos dan respuesta al mensaje que llega desde los
cielos con el humanismo cristiano tan propio de la doctrina católica, respuesta
que no da tranquilidad a quienes sufren las consecuencias de la pandemia.
Desconozco si el lector ha visto el video
del Papa que difunde diariamente TV13. Da pena y más cuando en la primera
quincena de abril de 2020 se celebró la llamada Semana Santa, que en principio
tendría que servir para recordar que el niño nacido en Belén, al que se le puso
por Nombre Jesús “porque salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1: 21) y
que llegado el cumplimiento del tiempo, como sustituto de los pecadores murió
en la cruz para perdón de los pecados y fue resucitado al tercer día como
garantía de que quienes creen Él también serán resucitados con cuerpos
semejantes al del Resucitado.
En este tiempo de tanta confusión
religiosa sería aconsejable que prestásemos atención a las palabras que el
apóstol Pedro dirigió a las autoridades religiosas que le pedían explicaciones
de cómo había curado a un mendigo cojo: “Sea notorio a todos vosotros y a todo
el pueblo de Israel, que en el Nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros
crucificasteis y a quien Dios resucitó de los murtos, por Él este hombre está
en vuestra presencia sao. Este Jesús es la Piedra repudiada por vosotros los
edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay
salvación, porque no hay otro Nombre bajo el cielo, dado a los hombres en que
podamos ser salvos” (Hechos 4: 10-12).
Volvamos al video del Papa y a su
plegaria intercesora a favor de los afectados por el veneno del coronavirus: “Bajo tu protección
nos acogemos, santa María Madre de Dios, no rechaces las súplicas que te
dirigimos en nuestras necesidades, mas bien líbranos de todo peligro, oh
siempre Virgen gloriosa, bendita”. En esta plegaria papal brilla por su
ausencia el Nombre Jesús que según el profeta “se llamará Admirable, Consejero,
Dios fuerte, Padre eterno y Príncipe de paz” (Isaías 9: 6). Muchos de los que
hoy se consideran cristianos, persuadidos por los “edificadores” rechazan “la
Piedra reprobada”. Ello tiene sus consecuencias para los que abandonando al
Todopoderoso creador del cielo y de la Tierra adoran a ídolos mudos que tienen
ojos que no ven, oídos que no oyen, piernas que no andan y que tienen que ser
transportados.
En el Antiguo Testamento contiene muchas referencias a las terribles
consecuencias que se tienen que soportar los que dan la espalda a Dios y adoran a los que no
son dioses. Citaré una. “Y vino palabra del Señor a Jehú (profeta) contra Baasa
(rey de Israel), diciendo: Por cuanto yo te levanté del polvo y te puse por
príncipe sobre mi pueblo Israel y has andado en el camino de Jeroboam” (con
Reboam, hijo de Salomón, Israel se dividió en dos: Judá e Israel. Jeroboam fue
el primer rey del nuevo Israel. Para evitar que el pueblo acudiese a Jerusalén
para adorar a Dios en el templo construido por Salomón, esculpió dos becerros
de oro que instaló en los dos extremos del país), “y has hecho pecar a mi
pueblo Israel, provocándome a ira con tus pecados, he aquí yo borro la
posteridad de Baasa, y la posteridad de su casa”. (1 Reyes 16: 1-3). Convertir la gloria del
Dios eterno a semejanza de ídolos, sean d la clase que sean, siempre despierta
la ira de Dios.
El apóstol Pedro dirigiéndose a la
multitud que “alababa a Dios” al contemplar el milagro realizado dijo: “Así que
arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados, para que
vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio” (Hechos 3: 19). En los
mensajes que transmiten por los medios de comunicación quienes tienen la
posibilidad de hacerlo no aparece ni por casualidad la palabra
“arrepentimiento”. Es como si no existiese en el diccionario. El contenido de
dichos mensajes está centrado en el esfuerzo humano: “Unidos venceremos”. Nos
consideramos dioses y no necesitamos
para nada la ayuda de Dios. Carecemos de humildad para reconocer nuestras
limitaciones. Tropezamos dos veces con la misma piedra, dice el refrán. Necesitamos
un mensaje que nos llegue del cielo. No le digamos al que lo envía: “Vale, pero
mejor déjalo en la puerta”. “Pon oh Señor”, dice el salmista “temor en ellos,
conozcan las naciones que no son sino hombres” (Salmo 9: 20). En nuestro
engreimiento creemos que podemos con todo. Lo cierto es que vamos de fracaso en
fracaso.
“Feliz aquel cuyo ayudador es el Dios de
Jacob, cuya esperanza está en el Señor su Dios, Él hizo los cielos y la Tierra,
el mar y todo lo que en él hay, que guarda verdad para siempre, que hace
justicia a los agraviados, que da pan a los hambrientos, el Señor libra a los
cautivos…” (Salmo 146: 5-9).
Octavi
Pereña i Cortina
27
de abril 2020
MIEDO VENCIDO
<b>”Los miedos imaginarios son
peores que los reales” (Shakespeare)</b>
“La vida real es horrible. Mi padre hacía
terror estéticamente bonito, pero el mundo es realmente feo, peor que una
película de terror. He visto cien veces la película de mi
padre<i>Profundo rosso</i> y sigo chillando, pero lo que es
realmente horrífico es hacia dónde va el mundo. Parece que al poder le interese
que la gente tenga miedo, porque paraliza y es una manera de controlarnos”
(<b>Asia Argento</b>, actriz).
Desde la aparición del terrible
coronavirus, el miedo está a flor de piel. El Roto, en una de sus viñetas dice:
“El miedo es un microscopio que lo agranda todo”. En otra viñeta muestra a dos
hombres huyendo de unos negros nubarrones que los persiguen. Uno de ellos dice
al otro. “¡Corre que viene!” “Qué? Pregunta el otro. “¡El miedo!”, responde el
primero.
“Permitidme decir que mi creencia más
firme es que de la única cosa de la que tenemos que tener miedo, es el miedo,
nefasto, no razonable, injustificado temor que paraliza los esfuerzos que se
necesitan para convertir la retirada en un avance” (Franklin D. Roosevelt).
Jesús que luchó contra el miedo que existe desde el principio, que hace ver
fantasmas inexistentes en el horizonte, dijo: “Hombres de poca fe” a su
auditorio. Los incrédulos se preocupan por lo “¿qué comeremos, o qué beberemos,
o con qué nos vestiremos?” (Mateo 6: 31). Vosotros tenéis que saber que si el
Padre celestial se preocupa de que a las aves no les falte comida y viste de
belleza a los lirios, “No os afanéis por el día de mañana, porque el día de
mañana traerá su afán. Baste a cada día su propio mal” (v. 34).
La preocupación desmesurada por el
futuro, prójimo o lejano, se debe a que nos sentimos desamparados, perdidos,
solos, sin punto de referencia al que agarrarnos con fuerza para enfrentarnos
al futuro con tranquilidad y serenidad.
Tenemos que ir al origen de la Historia
para descubrir el inicio del miedo que nos atenaza y que nos impulsa a vivir
con angustia e inquietud permanente.
La primera vez que aparece la palabra
<i>miedo</i> en la Biblia es después de que Adán y Eva hubiesen
comido el fruto del árbol prohibido y se escondiesen de la presencia de Dios.
Éste dirigiéndose a Adán, le dice: “¿Dónde estás?” El hombre le responde: “He escuchado
tu voz en el jardín, y he tenido MIEDO porque estoy desnudo, y me he escondido”
(Génesis 3,10). “El miedo es la emoción más antigua y más fuerte de la
humanidad” (<b>H. P. Lovecraft</b>). El origen del miedo se
encuentra en el hecho de que la relación íntima con Dios se ha roto. Con el
sacrificio que Dios hace de unos animales con las pieles de los cuales cubrió
la desnudez que avergonzaba a nuestros primeros padres, simbólicamente está
anunciando la muerte de Jesús en la cruz y que la sangre derramada limpia todos
nuestros pecados. Ahora Dios deja de ser un Ente irreal, fabuloso, para
convertirse por la fe en Jesús en un Ser real y cercano. Esta proximidad es la
que permite al ser humano invocarle en los momentos de necesidad. Se convierte
en la Roca que es el cimiento para edificar una vida estable y que no se
tambalee en las vicisitudes de la vida, que son muchas.
Testigos de que el perdón de los pecados
lleva a la convicción de que Dios es un Ser real, muy cercano y misericordioso:
“Busqué al Señor, y Él me oyó, y me libró
de todos mis temores” (Salmo 34: 4).
“En el día que temo, yo en ti confio. En
Dios alabaré su palabra, en Dios he confiado, no temeré, ¿qué puede hacerme el
hombre?” (Salmo 56: 3,4).
“Alzaré mis ojos al que habita en los
cielos, ¿de dónde me llega el socorro? Mi socorro viene del Señor, que hizo los
cielos y la tierra” (Salmo 121: 1).
Al Dios del Antiguo Testamento a quien
nadie vio jamás se hace visible en la persona de Jesús que muestra el corazón
misericordioso del Dios Invisible: “La paz o dejo, mi paz os doy, yo no os la
doy como el mundo la da. No se turbe
vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14: 27).
Con el amor propio de Dios
misericordioso, Jesús que vino a la tierra para ser el Camino que conduce al
Padre celestial, invita a todos aquellos a los que el pecado les ha inoculado
el virus del miedo: “venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y
yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy
manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi
yugo es fácil, y ligera la carga” (Mateo 11: 28-30).
Octavi
Pereña i Cortina
5 de
mayo 2020
PODER JUDICIAL
<b>Quien quiere administrar
justicia huya del amiguismo</b>
El 64% de los españoles dice que no
confía en el sistema judicial. Únicamente el 39% cree en la independencia de los tribunales y de los jueces. Ética,
objetividad e imparcialidad son las tres ramas imprescindibles en democracia
para que la ciudadanía no pierda la confianza en la justicia.
Con el estallido del coronavirus se oyen
voces que dicen que cuando la pandemia desaparezca, nada seguirá igual. Se
harán las cosas de distinta manera. Eso no se lo creen ni los mismos que lo
afirman. En medio de la plaga nos damos cuenta de que quienes guían el país no
han cambiado sus maneras de gobernar. Es que no pueden hacerlo. Se lo impide su
condición humana. “¿Mudará el etíope (la persona de color) su piel, y el
leopardo sus manchas? Así también, ¿podéis vosotros hacer el bien, estando
habituados a hacer el mal?” (Jeremías 13. 23). Los buenos propósitos de cambiar
no sirven cuando se toca la naturaleza humana. “Genio y figura hasta la
sepultura”.
Algunos, amparándose en Romanos 13:1
defienden la obediencia servil a la autoridades. Esta inviolabilidad no la defiende
la Biblia. Un caso que exponen las Sagradas Escrituras cristianas de que las
autoridades no son intocable es éste: “Y Josafat (rey de Judá) puso jueces en
todas las ciudades fortificadas de Judá, por todos los lugares: Mirad lo que
hacéis, porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar del Señor, el cual
está con vosotros cuando juzgáis. Sea, pues, con vosotros el temor del Señor,
mirad lo que hacéis, porque con el Señor nuestro Dios no hay injusticia ni
acepción de persona, ni admisión de cohecho” (Jeremías 14: 4-7). Este texto
muestra cómo debe interpretarse Romanos 13: 1. “Sométase toda persona a las
autoridades superiores, porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las
que hay, por Dios han sido establecidas”.
Las autoridades en general y los jueces
en particular han recibido de Dios autoridad delegada. Para entender dicha
delegación tenemos que ir al Decálogo que se encuentra en Éxodo 20. Los
primeros versículos exponen esta declaración: “Yo soy el Señor tu Dios” (v.2),
enfatiza la autoridad suprema. En el versículo 12 Dios delega autoridad en el
cimiento social que es la familia: “Honra a tu padre y a tu madre”. En Efesios
6 dice: “Hijos obedeced a vuestros padres porque esto es justo” (v.1). Nos
remite a Éxodo 20: 12 cuando dice: “Honra a tu padre y a tu madre, que es el
primer mandamiento con promesa” (v.2). También especifica cómo deben ser las
relaciones entre conyugues: “Someteos unos a otros en el temor de Dios. Las
casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor: Porque el marido es
cabeza de la mujer, así como Cristo es
la Cabeza de la Iglesia, la cual es su Cuerpo y Él es su Salvador” (Efesios 5.
21-23). La anarquía no es buena filosofía para gobernar una sociedad por
pequeña que sea como lo es el ente familiar. La política de hacer cada uno lo
que mejor le arezca no es la más indicada para gobernar una sociedad, de ahí el
caos que existe en nuestros días. A medida que el núcleo familiar se ensancha convirtiéndose en infinidad de
núcleos familiares, se precisa que se regule la relación entre ellos. Aquí
entran en escena las autoridades que como muy dice Romanos 1: “Sométase toda
persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad sino de parte de
Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas”.
Vayamos a los jueces que también son
autoridad: “Mirad lo que hacéis porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en
lugar del Señor, el cual está con vosotros cuando juzgáis. Sea, pues, con
vosotros el temor del Señor, mirad lo que hacéis, porque con el Señor nuestro
Dios no hay injusticia, ni acepción de personas, ni admisión de cohecho”.
Que el 64% de los españoles no confíen en
el sistema judicial y únicamente un 39% lo haga con la independencia de
tribunales y jueces, precisa que se pregunten si cuando administran justicia lo
hacen como representantes de Dios o lo hacen movidos por el temor al hombre. De
dar una respuesta correcta depende de que los españoles confíen o no en el
sistema judicial.
Octavi
Pereña i Cortina
12
de mayo 2020
EL SIGNIFICADO DE LA PAZ
<b>”No hay paz para los malos, dice
el Señor</b>
El título de este escrito es el mismo que
lleva el cuento escrito por <b >Paulo Coelho</b>, publicado con el
propósito “que los niños lo lean en compañía de sus padres durante el confinamiento”.
Es pues un relato de entretenimiento que distorsiona el significado de la paz.
“Érase una vez un rey que gobernaba un
reino en donde todo el mundo era feliz, a pesar de que los reinos vecinos
vivían en un estado de guerra permanente”.
“Es peligroso vivir rodeados de guerra”,
pensó el rey preocupado. “Un día se pueden cansar de luchar entre ellos y
atacarnos. ¿Cómo les podemos enseñar a nuestros vecinos la importancia de la
paz?”
Un día que el rey estaba sentado en la orilla de un lago, pasó un
barquero al que le preguntó: “¿Se te ocurre cómo podríamos enseñar a nuestros
vecinos la importancia de la paz?” El barquero le respondió: “Como todos hablan
idiomas diferentes no sé si nos podríamos entender”. Después de un rato de
pensar en las palabras del barquero al rey se le acudió la idea de consultar a
sus súbditos: “Quien consiga crear un cuadro sobre la paz recibirá diez monedas
de oro”. Finalizado el plazo establecido por el rey y estimulados por la
recompensa todo el mundo pintó un cuadro siguiendo las bases del concurso
establecidas por el rey.
Escogida la pintura “el cuadro viajó
hacia muchos reyes, y uno a uno todos comprendieron el mensaje del rey, y la
paz llenó sus corazones”. Colorín colorado y este cuento ha terminado. No creo
que el lector crea la enseñanza que aporta el cuento de <b >Paulo
Coelho</b>. No es nada más que una moraleja.
La paz no es precisamente una ausencia de
guerra. A lo largo de la historia las naciones han firmado tratados de paz. Los
cañones han dejado de vomitar fuego, pero en los países pacificados sus
ciudadanos siguen resentidos, descontentos y el odio sigue aflorando en sus
corazones lo cual genera nuevos conflictos. Siguiendo la táctica de las “fake
news” los gobernantes dicen que han aprendido la lección y que esta ha sido la
última guerra. Pero las guerras estallan de acá a acullá motivadas por
fabricantes y traficantes de armas que no quieren perder su negocio. La paz
verdadera se la tiene que ir a buscar en otro lugar.
Jesús en el llamado Sermón de la Montaña,
entre otras cosas, dijo: “Felices los pacificadores porque ellos serán llamados
hijos de Dios” (Mateo 5: 9). Pacificador, en el verdadero sentido de la palabra
no lo es cualquier persona que tenga a flor de labios la palabra paz. A pesar
de no estar en época navideña, recordar el nacimiento de Jesús es bueno hacerlo
en cualquier época del año. El profeta Isaías que anunció la encarnación del
Hijo de Dios lo hizo con estas palabras: “Porque un niño nos es nacido, hijo
nos es dado, y el principado sobre su hombro, y se llamará su Nombre…Príncipe
de Paz” (9:5,6). Quienes creen en Jesús
como a su Señor y Salvador poseen su Espíritu y, éste va formando en
ellos la imagen de Jesús lo cual los convierte en personas felices porque en
ellas se forma el carácter pacificador de Jesús, el Príncipe de Paz, se va
formando en ellos. Los creyentes en Cristo se convierten en pacificadores y la
paz se extiende en nuevas personas que asimismo creen en el Príncipe de Paz.
Nuestra sociedad mayormente está formada
por persona, agnósticas, ateas, incrédulas, es decir, por personas no
regeneradas que no saben lo que es “el camino de la paz” (Romanos 8: 17). Esta
multitud, codo a codo con <b >Paulo Coelho</b> enseña a los niños
“el significado de la paz” que no tiene nada que ver con el sentido que le da
la Biblia. La enseñanza de <b >Paulo Coelho</b> es una fábula que
jamás aportará paz genuina.
El papa Pablo VI promulgó que en el
primer día del año se celebrase el día de la paz, con estas palabras: “Nos
dirigimos a todos los hombres de buena
voluntad para exhortarlos a celebrar el día de la paz en todo el mundo, en el
primer día del año civil, 1 de enero de 1968.
Han transcurrido 52 años desde que se
promulgó la celebración del día de la paz en todo el mundo. Por lo que se ve no
se han encontrado hombres de buena voluntad que se encarguen de llevar la paz
en el mundo. Guerras y rumores de guerra a doquier. No está al alcance de
hombre instaurar la paz verdadera.
De pacificadores, al decir de Jesús,
siempre han sido una minoría. Estas minorías que han vivido a lo largo de la
historia serán .los ciudadanos del Reino de Dios eterno, en el que el pecado
que es el causante de todos los males
que nos afligen no habrá lugar en él. Quienes hoy son pacificadores a la vez
que pecadores, son pacificadores muy imperfectos. Cuando se establezca el Reino
de Dios eterno, estos pacificadores hoy defectuosos, habrán sido desposeídos de
la más mínima mácula de pecado. Entonces y solamente entonces existirá una
sociedad que vivirá en perfecta paz.
Octavi
Pereña i Cortina
25
de mayo 220
ANCIANIDAD
<b>”Aun en la vejez y las canas, oh
Dios, no me desampares” (Salmo 71:18)</b>
Una viejecita encorvada y apoyándose en
un bastón, piensa: “La llamaban residencia, pero era una morgue” (El Roto). La
reflexión de esta ancianita es muy oportuna en estos días de la pandemia del
coronavirus y del protagonismo que han adquirido las residencias de ancianos
por las excesivas defunciones que se han producido en dichos centros
asistenciales.
“En Occidente se ha roto el ciclo natural
de la solidaridad generacional y confinan en geriátricos, orilla del alma, a
nuestros mayores después de haberlos exprimido”, <b>Víctor
Gómez-Pin</b>, pensador. La periodista le pregunta al pensador, ¿cuál es
la alternativa? El entrevistado responde: “Recuperar la solidaridad entre
abuelos, padres e hijos de la vida agraria, porque hemos retrocedido hasta
dejar a nuestros padres mal aparcados en estas cunetas: España integra a los
mayores en fiestas, tabernas en donde coinciden abuelos y nietos y toda la
familia. Esto era una enorme riqueza para todos, reflejo de una sociedad
generosa. Pero la civilización Occidental ha normalizado la rotura de esta
solidaridad que era natural”.
Esta denuncia de falta de soporte que se
le debe a nuestros mayores que tan bien describe <b>Víctor
Gómez-Pin</b> tiene una causa: el olvido del mandamiento: “Honra a tu
padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que el Señor tu
Dios te da” (Éxodo 20: 12). Refiriéndose a este mandamiento el apóstol Pablo
escribió: “Honra tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con una
promesa, para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra” (Efesios
6: 2,3).
No existe efecto sin causa. La
degradación en que se encuentra un buen número de personas que hoy calificamos
de “personas mayores” se debe a que hemos olvidado el primer mandamiento del
Decálogo: “Yo soy el Señor tu Dios” (Éxodo 20: 2), que es la fuente de toda
autoridad delegada.
Jesús denuncia el trato que se les da a
los ancianos. Los escribas y fariseos que por lo visto no tenían nada más que
hacer que espiar a Jesús y a sus discípulos, un día observan que los discípulos
“comían pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban. Porque
aferrándose a la tradición de los ancianos,
si muchas veces no se lavan las manos, no comen” (Marcos 7: 2,3). No
contentos con criticar a los discípulos se encaran a Jesús diciéndole: “¿Por
qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que
comen con manos inmundas?” (v.5). Jesús les dice: “Por qué dejando el
mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres” (v. 8).
Remitiéndolos a Moisés de quien eran fanáticos seguidores, les dice: “Porque
Moisés dijo: honra a tu padre y a tu madre, y el que maldiga al padre o a la
madre, muera irremisiblemente” (v.10).
Las tradiciones humanas llevan a desechar
la Ley de Dios. Jesús a quien los sacerdotes y fariseos consideraban ser
infractor de la Ley de Moisés porque según ellos no respetaba el descanso
sabático porque en sábado curaba a enfermos, les dice: “Pero vosotros decís:
Basta que diga un hombre al padre o a la madre: es Corbán, que quiere decir mi
ofrenda a Dios, todo aquello con que pueda ayudarle, y no le dejáis hacer más
por su padre o su madre, invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición
que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a esta” (vv.11-13).
Las tradiciones que se basan en
enseñanzas religiosas que no tienen el respaldo de la Biblia se convierten en
religiones sin Dios, porque las tradiciones son los dioses que adoran. Los
tradicionalistas anteponen su religión al bienestar de las peonas. Los
versículos que comentamos nos dicen que si una persona hacía ofrenda de sus bienes a Dios quedaba libre desatender las necesidades de
su padre o de su madre. Jesús, a quienes invalidaban la Ley de Dios por sus
tradiciones los llama <i>hipócritas</i>.
Esto ocurre en nuestros días en
determinados movimientos religiosos que liberan a sus seguidores de atender a
las necesidades de sus padres si no pertenecen a la secta. Lo mismo ocurre con
el laicismo, la religión sin Dios. <b>Víctor Gómez-Pin</b> denuncia
este comportamiento cuando dice: “En Occidente se ha roto el ciclo natural de
la solidaridad generacional y confían en geriátricos, orilla del alma a
nuestros mayores después de haberlos exprimido”. La causa de que se confíe en geriátricos
y que debido al coronavirus han ocupado espacios destacados en los medios de
comunicación por sus deficiencias sanitarias en una sociedad supuestamente
avanzada como la nuestra, se debe a que los ancianos convertidos en personas no productivas conviene orillarlas
porque molestan.
Octavi
Pereña i Cortina
8 de
junio 2020
LA TRAVESIA DEL DESIERTO
<b>Vivir en una sociedad amenazada
por la pandemia del coronavirus es parecido a una travesía por el
desierto</b>
Los políticos cuando atravesamos un
desierto como lo estamos haciendo hoy debido a la pandemia con tantas
incógnitas que despejar, para tranquilizarnos nos dicen que conocen el camino
para salir del laberinto y conducirnos hasta un oasis donde podremos descansar
de las penalidades del viaje. Nos engañan. Están tan perdidos como lo estamos
nosotros. Unos titulares de prensa ponen en duda que los dirigentes políticos sepan hacia
dónde ir:
“Las nuevas directrices de Jhonson sumergen a los británicos en la confusión”
“García Egea ve al gobierno sumido en el
caos, sin rumbo, sin criterio, sin ningún tipo de indicador”.
“Sindicatos, docentes, familias, critican
la capacidad de las autoridades”
“Solamente el 34% de los franceses
aprueba la gestión del Gobierno durante la crisis” (del coronavirus).
<b>Leopoldo Abadía</b>,
divulgador económico escribe: “En diciembre terminé un libro en donde lo
anticipaba. Ahora, únicamente le he añadido algunas páginas. La humanidad está
angustiada, oscura, perdida, sin referentes”.
<b>Víctor-M. Amela entrevista a
<b>Leopoldo Abadía</b>, si usted mandase en España, ¿qué haría?
Respuesta: “Unir a los cuatro mejores técnicos que hay en España en Economía,
Sanidad, Ciencia, Educación y les daría la papeleta”. El periodista hurga: ¿No
confía en el gobierno actual? El divulgador económico responde: “Visto el
escaso respeto a la verdad de estos chicos que nos gobiernan, me cuesta, lo
siento”. El reportero sigue hurgando: ¿Qué le gustaría ver en este mundo nuevo
que ahora irrumpe? <b>Abadía</b> responde: “Ética, buenas personas
y competentes al frente de las empresas”.
Al final de la entrevista
<b>Leopoldo Abadía</b> ingenuamente cita a <b>Swami
Shantamritamenla Puri</b>: “A pesar de que no puedes escoger dónde nacer,
ni tus padres, ni tu raza, ni tu posición social, sí que puedes escoger ser
buena persona”. Desgraciadamente la utopía de <b>Leopoldo
Abadía</b> de encontrar buenas personas que cojan las riendas de los
gobiernos, de las instituciones, de las familias, no se encuentran porque no
las hay. Debajo de la apariencia de buena persona se esconde el virus del
pecado que impide que las personas en general sepan tomar decisiones correctas
para que puedan salir derechas de las crisis que se presentan con tanta
frecuencia en este mundo salpicado por el pecado. Se puede escoger desear ser
buena persona pero la condición humana lo impide en su plenitud.
<b>Immanuel Kant</b> hace
esta descripción de la bondad humana: “Uno no puede librarse de cierta
indignación al observar la actuación de la humanidad en el escenario del gran
teatro del mundo. Haciendo balance del conjunto se diría que ha sido maquinado
por una locura y una vanidad infantiles e incluso con frecuencia por una maldad
y un afán destructivo así mismo pueriles de manera que al fin y al cabo el
hombre no sabe qué idea hacerse sobre tan envanecida especie”. Debe abandonarse
el humanismo endiosado y reconocer que el hombre es un ser caído incapaz de
conseguir que sus decisiones hagan diana y se busque en Jesús que es la “luz
del mundo” para que nos guie en nuestra travesía por el desierto.
Pueden parecernos palabras muy sentidas pero que no hacen diana
fueron las que dijo <b>Alessandro Lequio</b> a raíz de la muerte de
su hijo Álex: “Eres y siempre serás mi luz y mi centro”. “Hay camino que al
hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14: 12)
En general es lo que está sucediendo. Tropezamos infinidad de veces en la misma
piedra y no aprendemos la lección. Nos comportamos como el borracho que al
despertar de su embriaguez se dice: “Me hirieron, mas no me dolió, me azotaron
mas no lo sentí, cuando despierte aun lo volveré a buscar” (Proverbios 23: 35).
Deberíamos aprender del salmista que se pregunta: “¿De dónde vendrá mi
socorro?” El mismo da la respuesta: “Mi socorro viene del Señor que hizo los
cielos y la tierra” (Salmo 121: 1,2)
Jesús se refiere al ciego que guía a otro
ciego, ambos caen en el hoyo (Mateo 15: 14). Comportémonos como los ciegos de
los evangelios que le pedían a Jesús: “Ábrenos los ojos”. Una promesa que no
debe olvidarse de Jesús: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí, y al que a
mí viene no lo echo fuera” (Juan 6: 37). Estos escogidos de Dios son los que
perseveran en su palabra y no son oyentes olvidadizos, sino que le siguen de
cerca. Esto creyentes no son cristianos domingueros sino practicantes de las
enseñanzas de Jesús. A estos creyentes el Señor los compara “a un hombre
prudente que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos,
y soplaron vientos y golpearon contra aquella casa, y no cayó porque estaba
fundada sobre la roca” (Mateo 7: 24,25). No es así con los cristianos que se
consideran “creyentes no practicantes” que se parecen “a un hombre que edificó
su casa sobre la arena, y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron
vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa, y cayó y fue grande su ruina”
(vv. 26,27).
Construimos la carretera pero las
tormentas “Gloria” destruyen la construcción una y otra vez. Jamás el
Presidente puede cortar la cinta inaugural.
Octavi
Pereña i Cortina
1 de
junio 2020
INTEGRIDAD
<b>Algo que no se valora cuando se
piensa en la prosperidad de las naciones es en la integridad de sus
ciudadanos</b>
La viñeta muestra una extraña cabeza que
representa un capitalista sin entrañas. Su aspecto es amenazador. De su mollera
sobresale un asta. Su boca abierta
enseña unos dientes amenazadores de la que sale humo que me imagino
representa el veneno que brota de su interior. El texto que acompaña el dibujo
dice: “La ética y la moral entorpecen el progreso”.
Alguien ha dejado escrito: “Vivimos en
una época de disciplina, cultura, civilización, pero no una época de moralidad.
El estado actual de las cosas se puede decir que incrementa la felicidad de las
personas, a la vez su infelicidad. ¿Cómo podemos hacer felices a las personas,
si no han sido enseñadas para alcanzar una moral elevada? Sin sabiduría no se
sostiene”. Nuestro tiempo ha alcanzado cotas muy altas de cultura y educación
pero la moralidad y la ética no han acompañado a su crecimiento.
El hombre perverso de la viñeta considera
que la ética y la moral entorpecen el progreso. Visto cómo van las cosas, la
amoralidad y la falta de ética son las causantes de todos los quebrantos que
padecemos. Se dice que después del coronavirus las cosas se harán de manera
diferente. Yo no lo creo. Tal como se comporta el hombre natural que la Biblia
cataloga de “carnal” no puede comportarse de otra manera de como lo ha venido
haciendo hasta ahora. Su condición espiritual manchada por el pecado se lo
impide. De producirse el cambio de conducta deseada se producirá si previamente
se ha producido la regeneración en la fuente de la ética y de la moral. Esta
regeneración se encuentra en la santidad que es don de Dios por medio del
Espíritu Santo. Ello hace que los principios éticos y morales no sean papel
mojado. Si no se produce la regeneración espiritual que consiste en convertirse
en una persona nueva por la fe en Jesús clavado en la cruz cuya sangre
derramada limpia todos los pecados, como dice <b>Confucio</b> “Nos
visitan los vicios como viajeros, nos
visitan como huéspedes y se quedan como amos”. Por ello es inútil combatir la
falta de ética y de moral tan notorio en nuestros días si no se tiene en cuenta
la intervención de Dios en nuestras vidas.
La sicóloga Elena Ellionz hace esta
reflexión: “Cuando el egoísmo se convierte en un modus operante legítimo, se
produce una erosión del sentimiento de vergüenza, porque la vergüenza presupone
la posibilidad de ser responsable hacia los otros. Y el capitalismo ha
erosionado en gran manera esta capacidad. Esta es la cultura que legitima la
persecución hedonista del interés propio en todos los dominios”. Se ha perdido
la capacidad de enrojecer.
La Biblia describe esta condición cono
tener un <i>corazón de piedra</i>, insensible a las necesidades del
prójimo. El yo prevalece sobre el otro. Sin la conversión a Dios no hay salida
a la caótica situación en que nos encontramos. En muchas personas el
endurecimiento de sus corazones casi ha llegado al límite. Sigue abierta la
posibilidad de enrojecer. Se dan cuenta de que su comportamiento no es
correcto. Desgraciadamente, en vez de
arrepentirse y abandonar los caminos erróneos camuflan sus pensamientos
pecaminosos debajo de la capa de la ética como salida del lodazal. No se dan
cuenta de que la ética y las leyes morales no son nada más que una capa de
barniz sobre la piel. Debajo se encuentra agazapada la bestia dispuesta a
saltar sobre la víctima en la primera oportunidad que se presente. Es por ello
que el personaje malvado de la viñeta considere que “la ética y la moral
entorpecen el progreso” porque ignora
que es la ética y la moral.
Una sociedad como la nuestra que niega la
existencia de Dios, que cree que somos fruto del evolucionismo azaroso y
materialista, no debe extrañarnos como dice <v>lady Violet Crowlwy</b>:
“Los principios son como las plegarias. Nobles evidentemente, pero incomodas en
una fiesta”
En una sociedad carente de los valores
cristianos que convierten a quienes los creen firmemente en personas íntegras
porque saben que Dios existe y que observa todo lo que hace el hombre. Saben
que Dios es ubicuo, que está presente en todas partes al mismo tiempo. Toldo lo
que haga o piense Dios lo conoce a la perfección. Es por ello que no puede
dejar de obedecer los principios éticos y morales que se encuentran expuestos
en la Ley de Dios para nuestro bien. Es por ello que dichas personas se
proponen ser íntegras. No casi íntegras. Es algo parecido al casamiento. O
estás casado o no lo estás. Casi casado no existe. En una sociedad que ha
abandonado a Dios en el trastero no debería extrañarnos que se den tantos casos
de falta de integridad. La palabra griega que se ha traducido
<i>integridad</i> significa: “Total, sano, intacto, entero”. Es la
ausencia de un doble comportamiento: “engaño, hipocresía”. Ser persona íntegra
incluye ser financieramente responsable y fiable.
Muchas personas para dar fe de que lo que
dicen es verdad ponen como testigo a Dios
en el que no creen o a una persona querida. Estos testigos no avalan lo
que dicen. Jesús dice: “No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos…Pero sea vuestro hablar. Sí, sí,
no, no, porque lo que es más de esto procede del maligno” (Mateo 5:
33-37). Viendo la facilidad con que se incumple la palabra dada pone de
manifiesto que nuestra sociedad está controlada por el maligno.
Octavi
Pereña i Cortina
15
de junio 2020
MUERTE UNIVERSAL
<b>Los muertos que debido al
coronavirus acaparan la atención de los
medios nos recuerdan que un día nosotros también falleceremos</b>
Con la pandemia del Covid-19 todo gira
alrededor del número de fallecidos que se producen diariamente. Los portavoces
de los gobiernos diariamente nos inundan
con cifras de los decesos ocurridos y que después tienen que corregir por
utilizar maneras distintas de contabilizarlos. En definitiva, un embrollo que
confunde a la ciudadanía. Lo que sí es cierto es que diariamente se producen
millares de muertes debido al Covid-19 por todo el mundo. Estamos concentrados
en los muertos causados por la “enfermedad de moda”. Los otros muertos parece
ser que no cuentan. Discriminamos por diversos motivos: posición social, sexo,
raza, nacionalidad…¿No tenemos suficiente con tanta discriminación que también
tengamos que hacerlo con los muertos? “Y de la manera que está establecido para
los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:
27). Este texto debería hacernos pensar en la doctrina de la transmigración de
las almas, es decir, que las personas mueren una y otra vez y a cada
reencarnación nacen con un karma distinto. Según esta filosofía las personas
aprenden de la existencia anterior y se comportan mejor hasta que supuestamente
un día alcanzan la unión con el absoluto, es decir, pierden su identidad.
El texto de Hebreos citado desmiente que se
vivan muchas existencias. “Se muere una sola vez y después de esto el juicio”.
De acuerdo con eso el futuro eterno se sella con una sola vez que se muera. De
ahí la importancia que en tanto vivamos físicamente hagamos caso de la
enseñanza bíblica que la vida eterna no se obtiene por las obras meritorias con
las que comprar el favor de Dios, que por cierto nunca se consigue porque no
hay suficiente dinero en el mundo para comprarlo. Es por la fe en Jesús que
muriendo en la cruz a favor del pecador paga el incalculable precio de la
salvación. “Porque hay un solo Dios, y un solo Mediador entre Dios y los
hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo2. 5).
Con el deceso se sella el destino eterno.
Una vez finalizada la vida física ya no puede hacerse nada para mejorar la
existencia de los fallecidos. Las plegarias por los difuntos no sirven para
nada. Son un fraude que las personas que creen en su eficacia descubren cuando
abren los ojos en la eternidad. Demasiado tarde para rectificar.
La aparición el Covid-19 ha sido por
sorpresa. El evangelista Lucas relata dos casos de muertes colectivas súbitas.
Le informaron a Jesús de la muerte de unos galileos, la sangre de los cuales el
gobernador romano Pilato había mezclado con la de los sacrificios ofrecidos o
aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató. Sobre estos
hechos Jesús hace una reflexión: “¿Pensáis que estos galileos, porque
padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los galileos?…O aquellos
dieciocho sobre los cuales cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran
más culpables que todos los hombres que había en Jerusalén?” A menudo, cuando
alguien que no nos cae bien padece una enfermedad grave o sufre un accidente
que lo deja tullido de por vida, acostumbramos a decir. “Ya le está bien”. “Ha
recibido su merecido”. Pensamos que por no habernos encontrado en el lugar de
los hechos la muerte pasará de largo sin que la guadaña siegue nuestras vidas. ¿Qué dice Jesús al respecto?
Os digo: No, antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente” (Lucas 13: 1-5).
Los días del hombre sobre la tierra están
contados. La muerte no es un acontecimiento
fortuito. Sea debido a una larga enfermedad o a un ataque cardiaco
fulminante o a un accidente del tipo que
sea, Dios ha establecido de antemano el día y la hora de nuestro traspaso.
Cuando llega el día y la hora establecida, sin la demora de un segundo la
guadaña hace su trabajo de segar la vida. Con la incertidumbre de la duración
de nuestra vida tenemos que prepararnos para el buen morir. ¿Cómo se produce el
buen morir? No como dicen las esquelas: “Ha muerto cristianamente” porque se le
despida con un sepelio cristiano, sino porque “ha muerto la muerte de los
justos”, es decir, habiendo vivido en la fe en Cristo cuya sangre le ha
limpiado todos sus pecados. La sangre de Jesucristo es el pasaporte que le abre
la puerta que da acceso al Reino de Dios.
Octavi
Pereña i Cortina
22
de junio 2020
LA BIBLIA: LA LUZ DEL MUNDO
<b>Una enseñanza exhaustiva de la
Biblia vale más que una educación universitaria</b>
Las protestas antirracistas no solamente
se han extendido a lo largo y ancho de Estados Unidos, también se han esparcido
por todo el mundo. La indignación por la muerte de <b>George
Floyd</b> en las manos de un policía que evidenciaba que el deceso no fue
fortuito, sino deliberado, ha evidenciado nuevamente el racismo institucional
existente en estados Unidos. El mismo presidente <b>Donald
Trump</b> con sus palabras dando soporte a la violencia de la policía no ayuda
a calmar la ira de la población negra.
En medio del alud de protestas, la negativa de los militares de poner al ejército
a sofocar las protestas, <b>Donald Trump</b> se planta ante la
iglesia de Saint John con la actitud teatral de cara de pocos amigos
esgrimiendo una Biblia. Tal escena tiene el propósito de complacer a los
evangélicos norteamericanos. Se acercan las elecciones y la popularidad del
presidente <b>Trump<</b> se desploma. El uso de la Biblia como
arma electoral puede complacer a un sector de los evangélicos que
confraternizan con el racismo, pero no gusta a Dios que no apoya la violencia
injustificada.
Vayamos a la Biblia. El cristianismo
evangélico llegó a Estados Unidos con los primeros colonos ingleses que huyendo
de la persecución religiosa en su país embarcaron en el May Flower para
desembarcar en la costa este de lo que sería Estados Unidos. Llegaron otras
oleadas de inmigrantes procedentes de otros países europeos que abandonaban sus
hogares porque los reyes católicos, lacayos del papa, no los dejaban vivir y,
como herejes que se les consideraba que
merecían morir.
La base religiosa de las colonias que con
el tiempo se convertirían en Estados Unidos fue protestante y la Biblia era la
roca sobre la que se sustentaba su fe. Es por ello que la Biblia jugó un papel
tan importante en la construcción de la nueva Nación.
Cuando <b>Trump</b>,
personaje de dudosa calidad moral, utiliza la Biblia como arma propagandista
puede tener consecuencias electorales. Lo cierto es que no complace al Espíritu
Santo que inspiró a los autores humanos a escribir los libros que contiene la
Biblia. Es por ello que la Biblia es la Palabra de Dios. El Libro de los
cristianos contiene duras amenazas para quienes menosprecian su contenido y se
comportan de manera contraria a sus enseñanzas.
KAP, en una viñeta nos muestra a
<b>Trump</b> mostrando la Biblia en su mano. A la imagen le
acompaña el pensamiento que KAP atribuye al presidente norteamericano:
“¿Alguien me puede decir para qué sirve esto y para quién le sirve?” La duda
que KAP atribuye a <b>Trump</b> no la tenían los fundadores de las
colonias ni los primeros presidentes de la nueva nación.
Quienes creen de verdad en el Padre de
nuestro Señor Jesucristo consideran que la Biblia es el pan espiritual de cada día
que alimenta sus almas. No es un pastal que se ingiere en celebraciones
puntuales. Por decirlo de otra manera es el Libro que se tiene en la mesita de
noche para tenerlo siempre a mano.
La Biblia bien leída y entendida es el
tesoro más valioso que pueda tener una persona y una nación, las saca del
oscurantismo, de la superstición y de la inmoralidad. La oscuridad espiritual
en que se encuentran sumergidas las personas y las naciones les hace pensar que
el progreso de los pueblos depende de una economía saneada y de una tecnología
avanzada. La realidad nos muestra que ni la tecnología puntera ni la economía
sana dan respuesta a la necesidad que tienen las personas de ser felices.
Ningún texto constitucional puede garantizarla. Cualquier intento de apagar la
luz que irradia la Biblia, se han hecho muchos a lo largo de la historia, se
convierte en un crimen contra la humanidad.
<b>George Washington</b>, que
fue el primer presidente de Estados Unidos dijo: “Es imposible gobernar el
mundo con justicia sin Dios y la Biblia”. El presidente especifica: “Gobernar
el mundo con justicia”. Hay muchos gobernantes en el mundo, ¿en qué nación
brilla la justicia? “La justicia enaltece la nación, pero el pecado es el
oprobio de los pueblos” (Proverbios 13: 34). El proverbio contrasta pecado con
justicia. Ambos no pueden ir juntos. Cuando el pecado desaparece de las
naciones la justicia social brilla en las mismas. Si tenemos ojos para ver lo
que sucede en nuestro entorno nos daremos cuenta de la preeminencia del pecado
en sus diversas manifestaciones: Injusticia social, guerras interminables,
conductas antisociales, violencia de género, pederastia, robos…Lo que hace que
un pueblo sea distinto y que sobresalga del resto de las naciones es si la
justicia es su marca de identidad. ¿Qué
es lo que hace que la reina de Saba
tuviese interés en viajar a Jerusalén para entrevistarse con el rey
Salomón? La gloria y la fama que iban
con él. Más tarde se fue apartando de la justicia que le daba renombre. Comenzó
la decadencia de su reino hasta su destrucción por Nabucodonosor rey de
Babilonia.
Hay muchos problemas que acaparan la
atención de los gobernantes. <b>Guttemberg</b> que puso a
disposición de los alemanes la nueva
tecnología de la imprenta, el primer libro que imprimió fue la Biblia.
Refiriéndose a la nueva técnica de impresión, dijo: “Por medio de ella Dios
sembrará su Palabra y una primavera de verdad nacerá de ella y una nueva
estrella hará desaparecer la oscuridad de la ignorancia y proveerá la luz entre
los hombres”. Es una pena que algunos gobernantes utilicen la Biblia como arma
de propaganda política.
Octavi
Pereña i Cortina
20
de julio 2020
POLITICOS CALVINISTAS
<b>La regeneración política depende
de la regeneración espiritual</b>
<b>Francesc de Carreras</b>
comienza así su escrito <i>Holandés y calvinista</i>: “Hace unos
días en el curso de una videoconferencia familiar un hijo mío nos hizo soltar a
todos una carcajada cuando dijo con cara muy seria que a la vista del “personal
político que tenemos en España, la única solución era que viniesen los
<i>hombres de negro</i>, se pusiesen al frente de cada uno de los
ministerios y designaran presidente del Gobierno a un holandés calvinista”. Es
curioso que un joven español proponga como solución del desbarajuste político en
nuestro país, debido a la incompetencia
de los políticos, un Presidentes calvinista.
¿Quién fue <b>Juan
Calvino?</b> Un reformador francés nacido en Noyon y fallecido en Ginebra
(1514-1564). Su enseñanza se basaba exclusivamente en la soberanía absoluta de Dios y la autoridad suprema de la
Biblia como Palabra de Dios que es. Esta enseñanza hizo mella en Holanda y en
los políticos. Allí en donde la Biblia brilla con fuerza las personas y las
naciones salen del oscurantismo y de la superstición religiosa.
En la escala de valores los calvinistas
ponen en primer lugar a Dios y que el ser humano tiene que relacionarse
directamente con Él. Difiriéndose del catolicismo romano que intercala entre
Dios y el hombre a la Iglesia como mediadora principal y como medidores
secundarios la numerosa cohorte de santos y vírgenes, que autoriza ejerzan su
papel de medidores. Cuando la Iglesia se engrandece se empequeñece a Dios. La
Iglesia usurpa las funciones de Dios y lo situ en un lugar secundario. La
Iglesia se alza en la parte alta del podio. El protagonismo que adquiere la
Iglesia hace, entre otras cosas, auto concederse el
poder de perdonar los pecados. Jesús afirma que tiene poder de perdonar los
pecados porque es Dios. Con la relevancia que adquiere la Iglesia, Jesús no es
necesario. Teniendo el fiel católico a un confesor a quien ve, ¿qué necesidad
tiene de Jesús a quien no ve? Mas vale pájaro en mano que cien volando. ¿Y si se diese el caso de que Jesús sea un
mito como muchos aseguran? Cojamos lo
que vemos. A pesar de que los fieles católicos tienen el Nombre de Dios a flor
de labios, realmente no creen en Él. La Iglesia le ha quitado a Dios la
potestad de perdonar los pecados y la ha traspasado al hombre.
El calvinista no creen en la mediación de
la Iglesia, ni en la de santos y vírgenes. Tampoco que el hombre posea el poder
de perdonar los pecados como se atribuye la Iglesia. Para él solamente “hay un
único Dios, y un único Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre”
(1 Timoteo 2:5). “La sangre de Jesús su Hijo (de Dios) nos limpia de todo
pecado” (1 Juan 1: 7). Nos deja limpios como una patena. Ocurre algo parecido a
lo que le sucede a una camisa blanca tendida en el balcón. No sé por qué, pero
muy a menudo le cae una mota en el cuello,
el lugar más visible de la prenda, suceso que irrita a las mujeres. La persona
cuya alma ha sido blanqueada por la sangre de Jesús no puede soportar la
presencia de tan pequeño como lo que se considera pecado venial. No puede
permitirlo porque su comisión significa que se ha transgredido toda la Ley de
Dios (Santiago 2: 10). Este motivo espiritual hace que el hijo de
<b>Francesc de Carreras</b> aporte como solución al desbarajuste
político español que los <i>hombres de negro</i> pongan como
Presidente del Gobierno a un calvinista.
El apóstol Pablo escribiendo a la iglesia
en Roma dice que la autoridad “es un servidor de Dios para tu bien. Pero si
haces lo malo, teme, porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de
Dios vengador para castigar al que hace lo malo” (Romanos 13: 4). El que verdaderamente es calvinista se toma
al pie de la letra su condición de “servidor de Dios”, de que es un
representante suyo para gobernar a su país. Si la característica de Dios es ser
justo en su máxima expresión, el ciudadano calvinista o el que ejerce un cargo público, ambos, en sus respectivas
áreas de responsabilidad, desean que se refleje en ellos de la mejor manera
posible la santidad de Dios.
El político calvinista forma parte de la
membresía de una iglesia local que se reúne para adorar a Dios Padre de nuestro
Señor Jesucristo y deja ante la puerta
del templo los honores públicos que goza. Junto con sus hermanos en la
fe celebra la Cena del Señor, que es el recordatorio de la muerte vicaria de
Jesús en favor de los pecadores. Lo hace con el espíritu que enseña el apóstol
Pablo: “Así pues, todas las veces que coméis este pan y bebéis esta copa la
muerte del Señor anunciáis hasta que Él venga. De manera que cualquiera que
coma este pan o beba esta copa del Señor
indignamente será culpado del cuerpo y sangre del Señor. Por tanto,
pruébese cada uno a sí mismo, y como así del pan y beba de la copa. Porque el
que come y bebe indignamente sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y
bebe para sí” (1 Corintios 11: 23-30).
El político calvinista ante el pan y el
vino que simbolizan la muerte de Jesús
para perdón de sus pecados, el reconocimiento de su condición de pecador
arrepentido y perdonado fortalece su fe y la capacidad de aplicar la justicia de Dios en el desempeño
de su responsabilidad política. El hijo de Francesc de Carreras, aun cuando sea
inconscientemente, desea que un político calvinista ocupe la presidencia del
Gobierno de España.
Octavi
Pereña i Cortina
13
de julio 2020
SUFRIMIENTO QUE ACOMPAÑA A LA MUERTE
<b>Para que la muerte de un hijo no
provoque un trauma emocional requiere coraje</b>
“Preocupados por <b>Ana
Obregón</b>. No ha pasado un mes desde que perdió el hijo y su familia se
preocupa por sus mensajes”, escribió <b>Albert Domènech</b>. El
mismo periodista sigue redactando: “Ha pasado casi un mes desde que
<b>Álex Lequio</b> ya no está, y la actriz parece que ha quedado
atrapada en un pantano de dolor y de tristeza y más después de perder también a
su perra <i>Luna</i>, su fiel compañera y uno de los nexos de unión
más fuertes con el recuerdo de <i>Aless</i>, como se hacía decir”.
Poco después del fallecimiento de Álex,
<b>Ana Obregón</b> escribió: “Perder un hijo es morir y tener la
obligación de vivir”. El periodista cita a <b>Teresa Moratalla</b>,
sicóloga clínica: “Y si atendemos a los especialistas en el duelo, no le falta
razón. La pérdida de un hijo es lo peor que se puede tener, porque no es
coherente con el ciclo de la vida de las
personas, perder un hijo siempre va después”.
Refiriéndose al hijo perdido <b>Ana
Obregón</b> escribió: “Ahora solo pido que pueda volverlo a abrazar muy
pronto porque lo encuentro insoportablemente a faltar”. <b>Ana
Obregón</b> como tantos padres que pierden a un hijo en los albores de la
vida encuentran insoportablemente a faltar al hijo que los ha dejado. El futuro
de los padres que han perdido a un hijo, ¿tiene que ser de perenne tristeza y
dolor? No forzosamente tiene que ser así.
<b>Marck Littleton</b> narra
la siguiente historia: “Una misionera en Pakistán lo pasó muy mal cuando perdió
a su hijo de seis meses. Una anciana punjalí fue a visitarla y le dijo: “Si
eres un huevo tu aflicción te hará dura
e insensible. Si eres una patata saldrás blanda y maleable, flexible y adaptable”. La misionera comenta que aunque
le pueda parecer extraño a Dios, muchas veces le pido: Oh Señor, hazme una
patata”. Cada vez hay menos tolerancia al dolor en esta sociedad nuestra que se
recrea en la superficialidad y el hedonismo de los anuncios publicitarios. Se
busca el confort inmediato y no se lo encuentra.
Cuando alguien pierde a un hijo y
considera injusta la pérdida, que no se lo merece, se rebela contra Dios y
lo culpa de la supuesta injusticia. Es
un huevo que el dolor endurece. La pena que le corroe los huesos hace que su
vida se convierta en un infierno. Haga como hizo la misionera que prestó
atención a las palabras que le dijo la anciana punjalí diciendo a Dios que no
quiere ser un huevo duro para pasarse la vida arrastrándose en una queja
continua, siendo infeliz y desgraciado. Si no crees en Dios pídele al Padre de
nuestro Señor Jesucristo que te conceda el regalo de la fe. En el momento que
el velo de la incredulidad que te impide ver desaparece, estarás en condiciones
de poder pedirle a Dios que te convierta en una patata que el dolor ablanda, y
te hace moldeable y flexible. Encontrarás en Jesús el Consejero que cura la
herida de tu corazón y transforma el rencor contra Él en un oasis de paz y
tranquilidad inexplicables.
Nuestra sociedad educada en el hedonismo,
es decir, para complacer las exigencias del cuerpo, le impide alzar los ojos
hacia el cielo de donde le vine el
socorro que desea cuando la necesidad apriete. Una sociedad educada en el
materialismo, que solamente cree en lo que los sentidos pueden palpar, al Dios
Invisible que no se le puede analizar en un tubo de ensayo, se puede hacer
presente por la fe en Jesús. Entonces la persona hedonista se convierte en un
ser espiritual capacitado para invocar a
Jesús que le libera del materialismo insatisfactorio. “Invócame en el día de la angustia, te
liberaré, y tú me honrarás” (Salmo 50: 15).
En el momento en que Dios deja de ser un
Dios desconocido, extraño y ausente, para convertirse en un Ser personal,
cercano, amoroso, consolador, misericordioso, en un Padre sensible a las
necesidades de sus hijos, entonces el alma angustiada está en condiciones de
solicitar su ayuda. “Con mi voz clamaré al Señor, con mi voz pediré al Señor
misericordia. Delante de Él expondré mi queja, delante de Él manifestaré mi
angustia. Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda.
En el camino en que andaba, me escondieron lazo. Mira a mi lado, y observa,
pues no hay quien me quiera conocer, no tengo refugio, no hay quien cuide de mi vida. Clamé a ti,
Señor, dije: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes.
Escucha mi clamor porque estoy muy afligido” (Salmo 142: 1-5).
¿Por qué vivir con un dolor insoportable
por la pérdida de un hijo o de un ser querido y permitir que el alma se
marchite por falta de consuelo cuando en Jesús puedes encontrar el gozo y la paz
de Dios que sobrepasa la comprensión humana?
Octavi
Pereña i Cortina
29
de junio 2020
ACTIVIDADES DIABÓLICAS
<b>Si el diablo es un mito, ¿quién
es el causante de los males que
padecemos?</b>
Según El País, el exministro de Interior
<b>Jorge Fernández Díaz</b> se entrevistó con el papa emérito
Benedicto XVI el 17 de junio de 2020 en el monasterio <i>Mater
Eclessiae</i> situado en los jardines del Vaticano. Hablaron de los
problemas políticos por los que atraviesa España, poniendo especial énfasis en la
situación en Cataluña. Según <b> Fernández Díaz</b> Benedicto XVI
le aseguró que “el diablo quiere destruir España por los servicios prestados
por el país a la Iglesia de Cristo”. Según el exministro el papa emérito le
dijo que “el diablo ataca más a los
mejores por esto ataca especialmente a España”. Asimismo el político compartió
con los jóvenes la fórmula que según le dio el papa para vencer al diablo en la
batalla contra el independentismo catalán. “Humildad, plegaria, sufrimiento y
devoción a la Santísima Virgen”.
La pegunta que me hago es: Jorge
Fernández Díaz ¿es católico apostólico romano i opusdeista o cristiano? Ambas
cosas a la vez no puede serlo.
La afirmación que el político le dijo
Benedicto XXI “que el diablo ataca a los mejores y por esto ataca especialmente
a España” por mucho que lo haya dicho un papa, n o es cierto. Si España no va
bien no se debe al independentismo catalán. No va bien debido a la corrupción
política que la infecta desde la cabeza a los pies. Sabe muy bien el exministro
que el partido al que está afiliado ha alcanzado cotas muy altas de corrupción.
“La justicia enaltece a la nación, pero el pecado es el oprobio de los pueblos”
(Proverbios 14. 34). Cuando la Biblia se refiere a la justicia es a la de Dios,
no a la de los hombres que tienen un concepto muy distorsionado de ella.
Se tiene que separar el trigo de la paja.
<b>Antoni Puigverd</b> en su escrito <i>Satanás y los
corsarios</i> que trata del supuesto encuentro entre <b>Jorge Fernández
Díaz</b> y <b>Benedicto XVI</b>, escribe. “cualquiera que
haya coincidido con Fernández Díaz en una cena (me tocó hace años en una boda) sabe que este hombre habla por
los codos de santos, demonios, ángeles y conquistas españolas en América”. Los
servicios que España ha hecho a la Iglesia católica, no los ha prestado a
Cristo, debido a que la evangelización se hace predicando la Palabra de Cristo,
no con la coacción de la espada.
No señor Fernández Díaz, si España no va
bien se debe a la religiosidad supersticiosa de su población y por descontado
la de sus dirigentes políticos. Me imagino que el político está empapado de
<i>El Camino</i> de monseñor Escrivá de Balaguer, pero sus
conocimientos bíblicos brillan por su ausencia. Si tuviese, aunque fuesen
pocos, sabría que la decadencia de los pueblos y España es uno de ellos, no se
debe a que el diablo tenga un interés en especial en destruirla por ser la
mejor nación del mundo. Fernández Díaz le brinda excesivo protagonismo al
diablo y se lo niega al hombre que desgraciadamente lo tiene por haber
abandonado a Dios y por no haberse arrepentido de sus pecados. Habiéndose
despojada de toda la armadura de Dios, no puede resistir las asechanzas del
diablo (Efesios 6: 11). El hombre desprovisto de la protección de Dios se
encuentra desnudo ante el diablo lo que
hace que le abra la puerta de su corazón de par en par con lo que el diablo
toma posesión de él y lo incita a hacer el mal.
Puede parecer una tontería pero no lo es.
La religiosidad disfrazada de cristiana no garantiza que quienes la practican
sean cristianos. Basta con un ejemplo que Jesús expone. El Maestro tenía muchos
encontronazos con los fariseos y los sacerdotes. Saulo de Tarso que más tarde
se le conocería como el apóstol Pablo, después de su conversión a Jesús,
confiesa que fue un fanático fariseo: “En cuanto a la Ley, fariseo; en cuanto a
celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la Ley,
irreprensible” (Filipenses 3: 5,6). Confiesa su legalismo extremo que le
impulsó a perseguir a muerte a los cristianos. El fariseísmo estricto al que
perteneció Pablo condujo a condenar a muerte al Mesías que el pueblo de Israel
esperaba.
En uno de los encuentros de Jesús con los
fariseos sale a relucir el tema del diablo que según Fernández Díaz quiere
destruir España. Jesús dice al auditorio que había creído en Él: “Si vosotros
permanecéis en mi palabra seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la
verdad y la verdad os hará libres…Así que si el Hijo os libera, seréis
verdaderamente libres” (Juan 8:32, 32, 36). Como respuesta le dicen que son
hijos de Abraham. Jesús les responde diciéndoles que si fuesen hijos de Abraham
las obras de su padre Abraham harían y no desearíais matarme. A partir de ahora
la disputa se centra en el diablo. Jesús les dice: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de
vuestro padre queréis hacer. Él ha sido
homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay
verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, porque es mentiroso y padre
de mentira” (v.44). El Roto, en una de sus viñetas, hablando en nombre de
muchos, le hace decir a un rostro de aspecto diabólico: “¡No seáis crédulos!
¡El diablo no existe!” Esto quisiera él, que lo transformemos en un bufón de
fiesta mayor. Jesús nos lo pinta tal cual es realmente.
El apóstol Pablo detalla las obras que
hacen aquellos que tienen como padre espiritual al diablo: “Adulterio,
fornicación, inmundicia, lascivia, hechicería, enemistades, pleitos, celos,
iras, contiendas, disensiones, homicidios, borracheras, orgías, y cosas
semejantes a estas acerca de las cuales os amonesto” (Gálatas 5: 19-21).
¡Quién es que destruye España? Las
personas que se ponen al servicio del diablo y éste les hace cometer las
fechorías que hacen. La súplica que el apóstol Pablo hace a favor de quienes
están atrapados en las redes del diablo que: “escapen del lazo del diablo, en
que están cautivos a voluntad de él” (2
Timoteo: 2: 26). España necesita personas que rompan las redes del diablo para
levantarla de la decadencia.
Octavi
Pereña i Cortina
6 de
julio 2020
SOLEDAD EXISTENCIAL
<b>¿Existe vacuna para la soledad
existencial?</b>
“La soledad es una de las grandes
amenazas al deseo de encontrarnos bien, afecta nuestra salud por medio de
nuestro comportamiento en las relaciones sociales, impulsos de comida y cosas
semejantes. Un estudio sugiere que casi un tercio de la población, sin tener en
cuenta la edad, el género se siente sola alguna vez. Un súper británico ha
creado en su sección de cafetería una zona de <i>mesas que
hablan</i>, como una manera de fomentar la comunicación entre las
personas. Quienes buscan relacionarse solo necesitan sentarse en una de estas
mesas destinadas para este propósito,
juntarse con otros o permitir que otras personas puedan compartir mesa.
La conversación proporciona un sentido de pertenencia y de comunicación”
(<b>Christian Helmberg</b>).
Dada la condición humana, ”silencio y
soledad no son palabras del siglo XX. Se adecuan a la Era Victoriana de la
puntilla, de los zapatos con botones y las luces de petróleo, más que a nuestra
época de la televisión y el video, y personas que hacen footing empalmadas a
unos audiófonos. Nos hemos convertido en personas que aborrecen la soledad y
nos encontramos mal cuando estamos solos” (<b>Jean Fleming</b>.
La soledad es una anomalía. Dios no
considera bueno el aislamiento. Antes de crear al hombre” el Señor Dios plantó
un jardín en el Edén al oriente” (Génesis 2: 8), habitación adecuada para
recibir al hombre que iba a crear. Por el relato de Génesis sabemos que el
hombre fue creado en dos etapas. Primero Adán. “No es bueno que el hombre esté
solo, le haré ayuda idónea para él” (v.18). Realmente, Adán no estaba solo del
todo. Se encontraba rodeado de los animales que Dios creó previamente. El texto nos enseña que la compañía de los
animales previamente creados, que en aquel entonces no representaban ningún peligro
para el hombre no bastaba para llenar su soledad. Adán necesitaba a una persona
de su misma especie. “Entonces el Señor Dios hizo caer sueño profundo sobre
Adán y mientras éste dormía, le tomó una de sus costillas, y cerró la carne en
su lugar”. (Dios inventó la cirugía y la anestesia) . “Y de la costilla que el
Señor Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces
Adán: esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne” (vv. 21-23).
Creo que tendría que diferenciarse entre
soledad física y la existencial. La primera se la puede combatir con animales
de compañía, centros de esparcimiento para personas mayores y otras ocurrencias
para que las personas distraigan su soledad. Pero la verdaderamente importante
es que la soledad existencial persiste intocada. Pienso que cuando Dios creó de
Adán a Eva lo hizo para combatir la soledad física porque la existencial
permanecía activa porque la relación de Adán con su Creador permanecía intacta.
Seguía abierta sin interferencias la línea de comunicación entre el Creador y
la criatura.
Por lo que hace a la soledad existencial
el problema empieza en el momento en que Adán comió el fruto del árbol
prohibido: “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos y conocieron que estaban
desnudos, entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales” (3:7).
Antes de la Caída las relaciones entre
Adán y Eva eran plácidas. A nadie se le ocurrió poner palos en la rueda. En el
desconcierto producido Adán tiene que dar cuenta del por qué sabía que estaba
desnudo. Se defiende culpando a Eva de lo sucedido. “la mujer que me diste por
compañera me dio del árbol, y yo comí” (v.12). Las relaciones sociales y
conyugales se vieron afectadas. De ahí que por más empeño que se ponga para
mejorarlas, el resultado es frustrante. La nueva situación que se produce
después de la Caída hace que las personas se sientan solas a pesar de que a su
lado se encuentre el conyugue o se esté en una fiesta.
Vayamos a la soledad existencial. En el
momento en que Adán comió el fruto del árbol prohibido se terminó la relación
con Dios que hasta este momento eran limpia, íntima, sin nubes que presagiasen
tempestades. En el momento en que Adán comió el fruto prohibido la situación
cambia. El texto la describe con estas palabras: “y oyendo la voz del Señor que
se paseaba en el huerto, al fresco del día” (v.8). Ahora cuando escucha los
pasos divinos que se acercan “se esconden de la presencia del Señor Dios entre
los árboles del jardín”. A pesar del feo que Adán y Eva hacen a su Creador,
éste en su misericordia se acerca a Adán para preguntarle: “¿Dónde estás
tú?” (v.9). Adán respondió: “Oí tu voz
en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo, y me escondí” (v.10). Aquí
empieza a manifestarse la soledad existencial. Tener miedo de Dios. Esconderse
de su presencia. Negar su existencia. Decir que la creación es el resultado
fortuito del encuentro de unos átomos. Afirmar que la presencia del hombre en
la Tierra es el resultado de la evolución materialista que actúa desde hace
millones de años. La Biblia afirma: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios”
(Salmo14: 1). Necio, en el sentido bíblico no lo es alguien faltado de
inteligencia. Lo es el científico más encumbrado que ante la magnificencia de
la creación afirma que lo que contemplan sus ojos con la ayuda de potentes
telescopios es el resultado de una fuerza impersonal que actúa desde hace
millones de años.
El pecado crea un abismo infranqueable
que nos separa de Dios. El Señor en su misericordia, con su sangre allana el
camino. Simbólicamente lo hace cuando sacrificó unos animales con las pieles de
los cuales cubrió la desnudez de nuestros primeros padres (v.21). El Nuevo
testamento enseña con luz meridiana que Jesús es el camino que conduce al Padre
celestial. Jesús consigue que quien crea en Él entre en estrecha relación con Dios con lo cual desparece la soledad
existencial.
Octavi
Pereña i Cortina
9 de
agosto 2020
COVID-19
<b>Las secuelas que deja el
coronavirus hacen que muchas personas necesiten asistencia sicológica</b>
El desastre económico, emocional e
intelectual que nace de la embestida global del covid-19 ha servido para
descubrir la fragilidad del ser humano y darnos cuenta que tiempos como el
presente descubren su impotencia. El cineasta <b>Woody Allen</b> en
su autobiografía publicada coincidiendo con el desastre de la pandemia,
titulada. <i>Sobre la nada</i>.. En su obra se refiere al “caos
maligno de un universo sin sentido”. El universo puede ser verdaderamente
peligroso cuando no se le respeta. ¿Sin sentido? No lo creo.
Puede ser
agotador considerar las diversas amenazas en las que tiene que enfrentarse el
ser humano. En medio del caos existente: una buena noticia: Todo lo que hacemos
puede tener sentido. Nos encontramos en
un momento que en escala cósmica se nos
ofrece la posibilidad de dejar de lado el frenesí de las actividades diarias
para poder sentarnos a reflexionar en nuestra manera de vivir que nos lleva al
desastre. En un momento de grande incertidumbre por lo que hace al futuro. Es
hora de reorientar nuestro pensamiento para descubrir que el materialismo nos
lleva a destruir la Tierra. Que el egoísmo sin límites tiene que dejar de ser
el motor que impulsa nuestra manera de vivir actual. Quiera Dios que la
reflexión nos lleve a la posibilidad de dejar entrar en nuestra conciencia la
posibilidad de la existencia de Dios. Ya sé que el comportamiento incorrecto de
los religiosos puede haber desengañado al lector. Es posible que tampoco crea
lo que digo.
Imagínese que
se encuentra en un lugar despoblado contemplando el cielo estrellado. Tal vez
la visión de la magnitud y magnificencia de lo observado le haga plantear la pregunta: algo que
funciona con más precisión que un reloj suizo, ¿cómo ha podido ser? David que
de su descendencia nacería Jesús, antes de ser rey de Israel fue pastor de
ovejas. Durante muchas noches había guardado el rebaño de ovejas de su padre.
En las vigilias, descansando de la fatiga diurna, observaba el resplandor de
las estrellas. Escribe los pensamientos que nacen de su observación: “Los cielos
declaran la gloria de Dios, la expansión proclama la obra de sus manos” (Salmo
19:1). El apóstol Pablo tratando la doctrina de que Dios habla al hombre
mediante la creación, obra de sus manos, escribe: “Porque la ira de Dios se
revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que
detienen con injusticia la verdad, porque lo que de Dios se conoce les es
manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de Él, su
eterno poder y deidad se hacen claramente visibles desde la creación del mundo,
siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de manera que no tienen
excusa” (Romanos 1: 18-21).
Antes he
escrito: “Ya sé que el comportamiento incorrecto de los religiosos puede haber
desengañado al lector”. Es muy grave su responsabilidad por haberse convertido
en obstáculos que impide que los extraviados busquen a Dios, Creador y
Salvador, lo encuentren y reciban el regalo de la vida eterna y así se “liberen
del caos maligno de un universo sin sentido”.
El desengaño
ocasionado por los religiosos que confunde a las personas por no comportarse de
la manera que debieran, no libera al lector de la responsabilidad de buscar la
Verdad que da sentido a su existencia
Cada noche
serena, aunque la brillantez de las estrellas esté algo difusa por la
contaminación de la ciudad, el lector tiene la posibilidad de contemplar “los
cielos (que) proclaman la gloria de Dios, la expansión (que) proclama la obra
de sus manos”. Con la ayuda de telescopios como el existente en el Observatorio
del Tibidabo o en el de Ager, los habitantes de las ciudades pueden ver
ampliada la magnificencia y maravilla de la creación de Dios
El libro de Proverbios
que trata de la sabiduría de Dios invita
al lector que vive inmerso en el “caos maligno de un universo sin sentido”. “La
sabiduría clama en las calles, alza su voz en las plazas, clama en los
principales lugares de reunión, en las entradas de las puertas de la ciudad
dice sus razones. ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los
burladores desearán el burlar, y los insensatos aborrecerán la ciencia?”
(Proverbios 1. 20-22).
Octavi Pereña i Cortina
22 de agosto 2020
EL FINAL DEL TIEMPO
<b>La tierra que ha sido creada por
Dios, maldecida por culpa del pecado de Adán, espera ser liberada de la
corrupción a la libertad gloriosa de los hijos de Dios</b>
“Y se le acercaron (a Jesús) los fariseos y saduceos para
tentarle y le pidieron que les mostrase una señal del cielo”. Conociendo Jesús
la trampa que le tendían sus enemigos les respondió con un refrán popular fruto
de la atenta observación de los payeses de los cambios atmosféricos. En aquella
época no existían los servicios meteorológicos modernos que predicen el tiempo
con bastante exactitud. En aquella lejana época
como entre nosotros hace unas
décadas, los campesinos observaban el aspecto del cielo para predecir el tiempo
que haría.
Los fariseos y los saduceos perseguían
que Jesús cometiese algún error para descalificarlo ante las multitudes que le seguían.
A la petición que le hacen sus enemigos de que les diese una señal que
acreditase que era un enviado de Dios, les responde con un dicho fruto de la
sabiduría popular: “Cuando anochece, decís: Buen tiempo, porque el cielo tiene
arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá
tempestad, porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas!, que sabéis distinguir el aspecto del cielo, mas
las señales de los tiempos, no podéis” (Mateo 16: 1-3).
Jesús que quiere que sus enemigos se
arrepientan de sus pecado desea llevarlos de las señales del cielo que
pronostican el tiempo que hará a que hagan una mirada introspectiva para que se
den cuenta de su verdadera catadura moral. Refiriéndose a la petición que la
hacen los fariseos y los saduceos de que les muestre una señal que no es uno,
sino el Enviado de Dios, les dice: “La generación mala y adúltera demanda
señal, pero no le será dada, sino la señal del profeta Jonás” (v. 4). Con estas
palabras Jesús toca la sensibilidad de los dirigentes religiosos ultra
ortodoxos ya que al citar al profeta Jonás hace vibrar su nacionalismo ultra.
Dios envía a Jonás a predicar a los
ninivitas un mensaje de arrepentimiento. Se resiste a obedecer el mandato de
Dios porque sabía que tenía el propósito de hacer bien a aquellos gentiles que
según él y los judíos ultra ortodoxos, no se lo merecían. Desafiando a Dios, en
vez de dirigirse a Nínive para cumplir la orden recibida, se embarca en un
navío con destino a Tarsis. Es decir, alejarse de Nínive lo más posible.
La historia de Jonás es una de las más
conocidas de la Biblia porque relata la historia del profeta que se lo engulló
una ballena y estuvo tres días y tres noches en su panza. Jesús al citar a
Jonás además de confirmar su historicidad del profeta confirma su condición de
ser el Mesías que Israel esperaba. “Porque como estuvo Jonás en el vientre del
gran pez tres día y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de
la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12: 40). Jesús recuerda a los
dirigentes religiosos que Jonás en un tipo del Mesías que tenía que morir y ser resucitado para
salvación del pueblo de Dios que no estaba limitado al pueblo judío. Al enviar
a Jonás a Nínive a predicar el arrepentimiento está diciendo a los judíos que
el pueblo de Dios abraza también a los gentiles. Un cogotazo al orgullo judío
al decirles que los gentiles también tienen acceso a la salvación. Desgraciadamente
el orgullo nacionalista de los judíos no les permitió ver en Jonás el
universalismo de la misericordia de Dios. Al confabularse los dirigentes
religiosos judíos para matar a Jesús hizo que se cumpliesen las Escrituras que
anunciaban que como Cordero de Dios tenía que morir para perdón de los pecados.
Encontrándose Jesús con sus discípulos
sentado en el monte de los Olivos desde donde se divisaba el majestuoso templo
en Jerusalén. Sus discípulos le pidieron más detalles de su destrucción “y qué
señal habrá de tu venida, y del fin del tiempo” (Mateo 24: 3). La destrucción
del templo ocurrió en el año 70 de nuestra Era. Del final del tiempo
desconocemos la fecha en que va a suceder. Para enseñar a sus discípulos que el
clímax sucederá, Jesús aporta señales en
el horizonte que dejan entrever su próximo cumplimiento. La parábola de las
diez vírgenes, entre otras, nos alertan a. “Velad, pues, porque no sabéis el
día ni la hora en que el Hijo del Hombre va a venir” (Mateo 25: 13),
Las señales que anuncian que el fin del
mundo y la venida gloriosa de Jesús
pueden producirse en cualquier momento, el Señor las destaca: Aparición
de falsos cristos y profetas, guerras y rumores de guerras, hambrunas, pestilencias, terremotos y cataclismos,
persecución de cristianos, incremento de la iniquidad, expansión del Evangelio
(Mateo 24. 4-45). Jesús con el fin de que los suyos no se desesperen ante lo
que pueden considerar tardanza en venir, lo ilustra con una parábola: “Mirad la
higuera y todos los árboles. Cuando brotan, viéndolo sabéis por vosotros mismos
que el verano ya está cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden
estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios” (Lucas 21: 29-31).
No me dirá el lector que las señales que
dice Jesús indican que se acerca el final del tiempo y su venida gloriosa para
instaurar el Reino de Dios no son visibles en nuestros días. Con los judíos
sabemos discernir las señales en el cielo que indican que el tiempo va a
cambiar. A la vez somos ciegos para no ver las señales del tiempo que nos
alertan que el The End está listo para aparecer en la pantalla. El creyente en
Cristo pasa por las mismas tribulaciones que el resto de los mortales, pero las
afronta con la plena confianza de que Jesús le está preparando una morada en el
cielo en donde pasar la eternidad.
Octavi
Pereña i Cortina
1 de
septiembre 2020
MUERTE SILENCIADA
<b>La vida se ha convertido en un
absurdo para un creciente sector de la sociedad que opta por abandonarla
suicidándose</b>
<i>Muerte silenciada</i> se
la llama al suicidio. A menudo ni los familiares ni los íntimos tienen
constancia de la batalla que se libraba en el interior del suicida.
El <b>Dr. José Besora</b>,
dice: “Se está medicando el sufrimiento. La tolerancia a la angustia es mínima
y se soluciona con una píldora”. La atención personalizada de la persona que
sufre es cara y la sanidad pública, y más
si está insuficientemente financiada como lo está hoy, opta por la opción más
barata que es medicar al paciente con lo
que en algunos casos se le convierte en un zombi. Aparentemente quien sufre se
tranquiliza gracias a los fármacos suministrados, pero ello no alivia el dolor
del alma. Todo lo contrario, se agrava. La única salida para él a tan
insoportable situación es quitarse la vida.
Los especialistas en trastornos mentales
dicen que debido al Covid-19 y el confinamiento de la población tiene efectos
sicológicos: Estrés, ansiedad, depresión, insomnio, miedo a salir a la calle…No
debe olvidarse al personal sanitario que se ha visto obligado a trabajar bajo
una intensa presión sicológica debido a las duras jornadas laborales a las que
se han visto sometidos y obligados a atender a los contagiados sin disponer de
la protección necesaria. Asimismo han sufrido trastornos sicológicos quienes
han tenido que experimentar duelos complicados debido a la pérdida de un ser
estimado debido a la pandemia sin poder despedirlo en compañía de familiares y
allegados. El Covid-19 deja muchas secuelas sicológicas que merecen la atención
debida.
Una noticia reciente: “En Barcelona el
suicidio es la primera causa de la mortalidad de hombres entre 18 y 44 años y
la segunda causa entre las mujeres después del cáncer de mama. Se calcula que
cada año alrededor de 2.000 personas intentan quitarse la vida en la ciudad. Y
se teme que ahora se pueda producir un incremento de las consecuencias
socioeconómicas negativas de la pandemia y también porque ha finalizado el confinamiento (deja de haber
entornos controlados y es más fácil acceder a sustancias letales). Por esto,
entre otros elementos el Ayuntamiento ha decidido poner en marcha un teléfono
de prevención del suicidio que se presentó ayer” (<b>Raúl
Montilla</b>.
La pandemia del Covid-19 ha puesto de
manifiesto la fragilidad humana y la poca confianza en los avances tecnológicos
y sanitarios para proteger a las personas. La tramoya que se ha montado para
aportar bienestar social se ha levantado
sobre un cimiento de arena. El castillo del que estábamos tan ufanos y que se
ha levantado sobre un firme inestable, a la primera de cambio se ha derrumbado.
El descalabro nos agobia y no sabemos a dónde ir en busca de ayuda eficaz.
Una cosa buena que en principio ha
aportado el coronavirus ha sido que nos impulsa a cambiar la manera de pensar.
¿Realmente es así? Recordemos que en momentos puntuales decimos: “Tengo que
cambiar”. Cuando aquello que nos ha impulsado a decir: “Tengo que cambiar” se
ha desvanecido, olvidamos el buen propósito. Así una y otra vez, sin que se
produzca el cambio en la manera de pensar. Se debe tomar la firme determinación
de dejar de hacer promesas para cambiar la manera de actuar cuando en el fondo
nos gusta aquello que sin meditar decimos que vamos a dejarlo. Debe tomarse
conciencia de que el Dios que hasta el presente no nos interesaba debe hacerse
cercano en la Persona de nuestro Señor Jesucristo. En el momento en que uno se
encuentra con el Hijo de Dios y se decide edificar la vida sobre la Roca que es
Él, se está en condiciones de apropiarse la experiencia del salmista que no era
una cuestión filosófica para ser debatida en tertulias públicas o privadas,
sino de fe. De creencia. Por ello se puede afirmar: “Al Señor clamé estando en
mi angustia, y Él me respondió” (Salmo 120: 1). Si el salmista viviese hoy no
iría a buscar consuelo en las píldoras que hacen adicto. Tampoco iría a buscar
alivio en el profesional de la salud mental. Sin dudarlo repetiría lo que hizo
cuando escribió el salmo hace unos 2.500 años: “Al Señor clamaré estando en mi
angustia, y Él me responderá”. David que fue rey de Israel para quien Dios era
un ser real, en el salmo 27 escribe: “El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de
quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida, ¿De quién he de
atemorizarme?…Hubiese yo desmayado, si no creyese que veré la bondad del Señor
en la tierra de los vivientes. Espera en el Señor, esfuérzate, y aliéntese tu
corazón, sí, espera en el Señor” (vv. 1, 13, 14).
Octavi
Pereña i Cortina
7 de
septiembre 2020
BELLEZA DEL ALMA
<b>La belleza que contemplan
nuestros ojos se desvanece. La belleza del alma es eterna</b>
<b>Joan-Enric Vives</b>,
arzobispo de Barcelona, en su escrito: <i>Catalonia Sacra: “Todo está
aquí</i>, hace un llamamiento a visitar el patrimonio cultural y
arquitectónico que posee la Iglesia Católica con el convencimiento de que la
belleza es el camino “hacia la verdad, hacia el bien, hacia Dios”. La
invitación que el purpurado hace para que nos interesemos por el patrimonio
arquitectónico y cultural que posee la Iglesia Católica es porque la belleza
contemplada nos lleva a Dios, Se podría decir. “A Dios por la cultura”.
La invitación que hace el clérigo nos
viene a decir que sobra la Biblia. Si el ser humano que es pecador e injusto
puede convertirse en una persona buena, que puede presentarse ante Dios por el
mero hecho de admirar la belleza creada por el hombre, no se necesita a Jesús
que es el camino que conduce a Dios (Juan 14: 6).
El templo en Jerusalén fue una maravilla
por su belleza y por lo que representaba para el pueblo judío. Albergaba en el
lugar santísimo el arca del pacto que simbolizaba la presencia de Dios entre su
pueblo. La belleza arquitectónica acompañada del simbolismo espiritual no hizo
buenas personas a los sacerdotes que diariamente sacrificaban ovejas que
señalaba al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, ni a los fieles que
asistían en las ceremonias.
Jesús cumpliendo las profecías se
presentó en el templo y expulsó del santuario a los que vendían los animales
que se necesitaban para los sacrificios y tumbó las mesas de los cambistas que
cambiaban la moneda extranjera por la que se utilizaba en el templo. Indignado
por lo que vio, dijo: “Escrito está: Mi casa, casa de oración será, mas
vosotros la habéis hecho cueva de ladrones” (Mateo 21: 13).
Debido a la denuncia que hizo Jesús del
comportamiento sacerdotal al permitir que la casa de oración se convirtiese en
un mercado en el que se celebraban negocios en el nombre de Dios, lo odiaban a
muerte. No pararon hasta que gritaron a Pilato: “Este hombre no merece vivir.
Crucifícalo”. El arte no convierte en buenas personas a quienes son árboles
malos. La belleza cultural no cambia el corazón de los hombres. A menudo los
convierte en asesinos. Recordemos la Inquisición que en el Nombre de Dios
cometió asesinatos., hoy se diría genocidios. Lo que los religiosos hicieron
con Jesús muestra que la apariencia de belleza esconde una fealdad terrorífica.
Juan el Bautista, el precursor del Mesías,
que bautizaba en la orilla del Jordán decía a aquellos que venían a él a
bautizarse. “Arrepentíos porque se ha acercado el reino de los cielos” (Mateo
3:2). “Al ver el Bautista que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a
su bautismo, les decía. ¡Generación de víboras! ¿Quién os ha enseñado a huir de
la ira venidera. Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento” (vv.7,8).
Jesús al inicio de su ministerio público
empezó a predicar. El mismo mensaje que el Bautista: “Arrepentíos porque se ha
acercado el reino de los cielos” (Mateo 4:17). A Jesús le encanta la fealdad
espiritual porque de ella puede crear la belleza del alma que glorifica al
Padre celestial.
El ser humano debido al pecado de Adán ha
malmetido la belleza espiritual en que fue creado y la fealdad resultante
intenta esconderla con afeites y adornos
externos. En las ceremonias religiosas los oficiantes se visten muy
ostentosamente. Quienes intentan esconder la fealdad del alma no son la clase
de personas que Jesús ha venido a buscar para restituirle la belleza espiritual
perdida en el paraíso.
Sea como sea, se intenta esconder la
condición de pecador porque avergüenza serlo. Este fue el gran error que
cometieron los sacerdotes, fariseos y saduceos. Jesús para mostrarles el gran
error que cometían cita la parábola del fariseo y del cobrador de impuestos. El
propósito de la parábola es mostrar a estos religiosos que pretendían ser personas de espíritu
bello, esta actitud les llevaba a menospreciar a las otras personas por
considéralas pecadores menospreciables. No se daban cuenta de la biga que
tenían en sus ojos.
Dos hombres suben al templo a orar. Uno
fariseo el otro cobrador de impuestos. El fariseo puesto en pie para que todos
los presentes pudieran verlo y alabasen su piedad, ora a Dios en estos
términos: “Dios te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones,
injustos, adúlteros, ni aun como este cobrador de impuestos, ayuno dos veces a
la semana, doy diezmo de todo lo que gano”. La plegaria muestra su supuesta
superioridad moral sobre el resto de los mortales. El fariseo presumía de una
belleza moral de la que carecía.
“Mas el cobrador de impuestos, estando
lejos (se supone en un rincón para no ser visto), no quería ni aun alzar los
ojos al cielo, sino que golpeaba el pecho, diciendo: Dios, se propicio a mi
pecador”.
El fariseo y el cobrador de impuestos
invocan al mismo Dios. Lo importante es saber qué es lo que piensa Dios de
ellos. Refiriéndose al cobrador de impuestos Jesús dice: “os digo que éste
descendió a casa justificado”. Es decir, la fealdad de su alma se había
convertido en belleza espiritual porque sus muchos pecados habían sido
perdonados por su fe en Jesús. La fe en Jesús no pasa desapercibida a Dios..
Dice de él “El que se humilla será enaltecido”.
Por lo que respecta al fariseo tan
orgulloso de su religiosidad, Jesús dice de él: “Cualquiera que se
enaltece será humillado”. Decirle a
alguien que es un fariseo quiere decir que se le considera un hipócrita. El fariseo
de la parábola subió al templo para exhibir su religiosidad. El Señor que
conoce la interioridad de su corazón no
le da gato por liebre. Salió del templo con la fealdad del alma intensificada
debido a pretender engañar a Dios. (Lucas 18: 9-14).
Octavi
Pereña i Cortina, 6 de enero 2020
UNIDAD POLÍTICA: UN MITO
<b>Fuerzas espirituales opuestas
impiden que la unidad política sea una realidad</b>
Una cabecera de prensa resume la
situación política actual. “<b>Sánchez </b>llama a la “unidad” y a eliminar el partidismo en la lucha contra
el coronavirus” el presidente <b>Sánchez</b> no explica cómo
llevará la fragmentación política a la “unidad” para afrontar juntos la montaña
de problemas que afectan a la sociedad actual además del coronavirus. Es una
situación que sobrepasa la capacidad humana para resolverla.
<b>Claire Marin</b>,
filósofa ve con más claridad que los
políticos el problema cuando dice al periodista que la entrevista: “No hemos
tomado conciencia de lo que es el cuerpo social, eso es un paradigma que hemos
perdido. Creo que es algo ligado a la lógica individualista del capitalismo. No
quiero caer en las caricaturas, pero hemos tenido esa especie de elogio del
individuo que decide por sí mismo y que finalmente tiene poca conciencia de las
implicaciones de sus acciones o de coste humano. Salvo en el deporte no se
habla ya de lo colectivo, no es una prioridad”.
La “unidad” que pide el presidente
<b>Sánchez</b> a los partidos es una quimera si no se empieza por
la humildad. No se avanzará en alcanzar el objetivo mientras sigan arrogantes y
orgullosos. Por muchas llamadas que se hagan a la “unidad” para ir juntos a
combatir el monstruo en que se ha convertido el caos social del que somos
conscientes, si no aparece la humildad en las relaciones entre políticos y en
la sociedad en general, la situación es semejante a aquel ejercicio de fuerza
en que dos personas se agarran a los extremos de una cuerda con el objetivo de
arrastrar al contrario a que cruce la línea divisoria que los separa.
El problema de la “unidad” que plantea el
presidente <b>Sánchez</b> y también los empresarios para superar la
crisis económica es de índole espiritual
y es en este campo en donde se debe ir a buscar la solución. En la iglesia que
se encontraba en Corinto se planteó un problema de liderazgo. El apóstol Pablo
escribiendo a la comunidad, les dice: “Os ruego, pues, hermanos, por el Nombre
de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa y que no haya
entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en un mismo sentir y en un mismo
parecer” (1 Corintios 1: 10), ¿Por
qué les hace esta exhortación? Porque en Cristo, sin perder su individualidad
forman parte del cuerpo místico de Jesús, alcanzando la unidad en la diversidad:
“Y yo (Jesús) ya no estoy en el mundo, mas estos (los discípulos) están en el
mundo, y yo voy a ti Padre Santo, a los que me has dado, guárdalos en tu
Nombre, para que sean <b>uno</b>, así como nosotros…Para que todos
sean <b>uno</b>,,como tú o Padre, en mí y yo en ti, que también
ellos sean <b>uno</b>, con nosotros para que el mundo crea que me
enviaste” (Juan 17. 11,21). El salmista exclama: “¡Mirad cuán bueno y cuán
delicioso es habitar los hermanos juntos en harmonía” (Salmo 133: 1). La buena
política y la economía equitativa no pueden separase de la verdadera
espiritualidad.
El apóstol Pablo corrige a los hermanos
que están en Corinto con estas palabras. “Porque aun sois carnales (os
comportáis como no convertidos a Cristo), pues habiendo entre vosotros celos,
contiendas, y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres”? (no
convertidos a Cristo) (1 Corintios 3: 3). Es el comportamiento carnal lo que
nos lleva al caos en que nos encontramos. ¿No pone de manifiesto la carnalidad
de las personas su manera de comportarse
aun cuando pretendan esconderla bajo una capa de barniz religioso?
¿Cómo describe Pablo la unidad que debe
darse entre los hombres? Lo hace con la analogía del cuerpo humano, en estos
términos: “Porque así como el cuerpo es uno, y
tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos,
son un solo cuerpo, así también Cristo” (1 Corintios 12: 12). El cuerpo místico
de Cristo tiene muchos miembros (v. 14) que se necesitan mutuamente (vv.
14-23). La relación existente entre los miembros del cuerpo el apóstol Pablo la
resume con estas palabras: “De manera que si un miembro padece, todos los
miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honor, todos los miembros con
él se gozan” (v.26).
Si los cristianos regenerados,
justificados por la fe en Jesús, transformados en árboles buenos, perdonados
todos sus pecados sin dejar ni uno que no haya pasado por la lavadora que es la
sangre de Jesús, necesitan que el apóstol les recuerde cómo deben
comportarse como miembros del cuerpo
místico de Jesús. Siendo así, ¿no deberían abandonar la utopía que los miembros
de una sociedad incrédula pueda alcanzar la unidad que solamente poseen los
creyentes en Cristo? Si no poseen el Espíritu Santo que corrige a los creyentes
en Cristo, ¿quién les va dar a entender que su comportamiento es incorrecto y
que necesitan arrepentirse? No existe comparación entre la iglesia, el cuerpo
místico de Jesús y la sociedad civil que se caracteriza por la incredulidad.
Jesús describe las característica de esta sociedad civil: “Porque de dentro del
corazón de los hombres salen los malos pensamientos, los adulterios, las
fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el
engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez.
Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre” (Marcos 7:
21-23). Dado que los políticos y la sociedad en general reflejan este
comportamiento que denuncia Jesús, casi sin limitaciones, ¿alguien puede creer
que los políticos van a ir unidos a resolver la grave situación social que roba
el bienestar a la ciudadanía?
Octavi
Pereña i Cortina
21
de septiembre 2020
SATANÁS: MITO O REALIDAD
<b>Satanás, señor de las tinieblas,
es el causante del desorden existente en nuestra sociedad</b>
<b>John Connolly</b> escribe una
carta al diablo en estos términos: “Querido Satanás: Lamento profundamente
tener que comunicarte nuestra decisión de relevarte del cargo de Archidemonio,
príncipe de la Oscuridad, Rey del
Abismo, etcétera, y despojarte de todos y cada uno de los títulos asociados a
tu supuesta condición de fuente del mal supremo en el mundo…Podríamos
continuar, pero no veo razón para avergonzarte más. Es cierto que el mundo se
encuentra en una situación atroz, y que los motivos para el optimismo son pocos
y muy dispersos, pero a la humanidad le ha tocado labrarse su propia ruina sin
contar apenas con tu ayuda, o prescindiendo por completo de ella, una tarea que
ha asumido con gusto. No podemos sino considerar que los retratos
cinematográficos y literarios que te presentan como un personaje cuya
malevolencia solo se ve superada por su astucia, son excesivamente aduladores y
que en algún momento el dinero ha debido cambiar de manos. Estamos muy
decepcionados contigo y la verdad, ya no te necesitamos más. Somos y siempre hemos
sido lo suficientemente capaces de no cuidar de nosotros mismos, atentamente,
John Connolly, alias el Nuevo Satanás”.
El autor de la carta a Satanás niega la
existencia de este ser maligno y que la caótica situación en que se encuentra
la sociedad es de nuestra exclusiva responsabilidad. Los hay que niegan el
holocausto nazi y la existencia de los campos de exterminio. Existen
negacionistas del coronavirus. Negarlo no significa que el primeo no existió y
que el segundo no sea el causante de los estragos que hace en la sociedad.
Negar la existencia del diablo no significa que no exista y que la causa que la
sociedad se labre su propia ruina no quiere decir que satanás no tenga nada que
ver en ello.
Jesús habla del diablo lo cual da fe de
su existencia. Lo hace con estas palabras: En medio de una discusión con los judíos que
presumían que Abraham era su padre, Jesús esclarece quien es el padre
espiritual de sus oponentes. Les dice: “Vosotros sois de vuestro padre el
diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde
el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él.
Cuando habla mentira, de suyo habla, porque es mentiros y padre de mentira”
(Juan 8. 44).
¿Sabe el lector quien ha sido el primer
mentiroso que ha existido en la Tierra? El diablo que cambió la verdad por la
mentira. La verdad es esta: “Y mandó el Señor Dios al hombre diciendo: “De todo
árbol del huerto podéis comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal
no comeréis, porque el día que de él comáis, ciertamente moriréis” (Génesis 2:
16,17). La primera mentira la proclamó el diablo cuando dijo a Eva: “¿Con que
Dios os ha dicho no comáis de todo árbol del huerto?” La mujer comete el error
de querer dialogar con el padre de la mentira. Eva dijo a la serpiente: “Del
fruto de los árboles del huerto podemos comer, pero del fruto del árbol que
está en medio del huerto dijo Dios. No comeréis. De él ni lo tocaréis, para que
no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: “No moriréis, sino que sabe
Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como
Dios, sabiendo el bien y el mal” (Génesis 3:1-5). El diablo cuando era un ángel
de luz se llenó de orgullo y pretendió destronar a Dios. Perdió la guerra y fue
expulsado del cielo. Siendo un vencido y convertido en el padre de la mentira
se acerca a Eva y le insinúa que a ella y a Adán se les abrirán los y serán como Dios. El deseo inmoderado llena
e l corazón de Eva. La mujer hasta aquel momento no se había fijado en el árbol
del conocimiento el bien y del mal. Gracias a la insinuación de Satanás le pica la curiosidad: “Y vio que el árbol
era bueno para comer y era agradable a los ojos, y árbol codiciable para
alcanzar sabiduría, y tomó de su fruto y lo comió, y dio también a su marido,
el cual comió, así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos y
conocieron que estaban desnudos,
entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales” (Génesis 3:
6,7). Nuestros primeros padres
desobedecieron el mandato: “Someteos, pues a Dios, y resistid al diablo, y
huirá de vosotros” (Santiago 4: 7). Adán como progenitor de toda la humanidad
desobedeció a Dios y cayó preso en las garras del diablo. Alejado de Dios no
tuvo fuerzas para resistir al diablo y fue atrapado en sus redes. Su
descendencia sigue haciendo lo mismo y es incapaz de desprenderse de los
tentáculos del Maligno.
Adán
y Eva se diesen cuenta de que iban desnudos
porque habían muerto por sus delitos y pecados. En el acto no murieron
físicamente. Adán vivió nueve cientos treinta años. Desde el mismo instante de
la desobediencia llevaba inoculado el virus de la muerte que es el pecado.
Espiritualmente también estaban muertos porque se rompió el vínculo con Dios.
Sin Dios muerte integral: física y espiritual. Por reproducción somos
concebidos muertos en ambos aspectos. Es necesario volver a nacer espiritualmente por la fe en Jesús para deshacer los efectos
de la desobediencia de Adán.
El apóstol Pablo escribiendo a los
cristianos en Corinto les dice: “si nuestro evangelio está aún encubierto,
entre los que se pierden está encubierto, en los cuales el dios de este siglo
(Satanás) cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les
resplandézcala luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen
de Dios” (2 Corintios 4: 3,4).
Con <b>John Connolly</b> se
puede negar la existencia de Satanás pero las consecuencias de lo que hizo en
el paraíso son evidentes en el comportamiento humano en el día de hoy.
Octavi
Pereña i Cortina
LA ÉTICA DEL DINERO
<b>Sin el Padre de
nuestro Señor Jesucristo la existencia se convierte en una fuente de
corrupción</b>
El periodista pregunta si
el problema actual de la humanidad es
que se ha deshumanizado. <b>Joan Antoni Melé</b>, el padre de la
banca ética en España dice que sí. “porque el problema de las personas que nos
han sumido en las diferentes crisis de los últimos años o del último siglo, no
es que tuviesen un bajo nivel de matemáticas, ciencias o gramática (saber
necesario, sin duda), su problema es la falta de ética y de valores humanos.
Para mí educar es ayudar a desarrollar las individualidades pero también ayudar
a pensar en los otros…La transformación social sólo será posible desde la
transformación personal”. El problema radica en cómo se produce la transformación personal para que la
sociedad también pueda beneficiarse. Se conoce la solución pero se ignora cómo
hacerla efectiva.
El apóstol Pablo
escribiendo a su discípulo Timoteo le dice: “Así que, teniendo sustento y
abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en
la tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañinas, que hunden a los
hombres en la destrucción y perdición, porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual
codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos
dolores” (1 Timoteo 6: 8-10). Esta recomendación que el apóstol hace a su
discípulo no la escribe para que la guarde para sí mismo, sino que la comparta con sus feligreses con el propósito que la ética del dinero sea
asumida por la sociedad. La fe en Cristo cambia el orden de las prioridades ya
que inculca en los creyentes que como personas no son solamente cuerpo. También
poseen un espíritu que conviene alimentar. Velar por la salud del alma no
significa que se tenga que desatender las necesidades básicas del cuerpo como
algunos enseñan. Esta no es la enseñanza de la Biblia. El apóstol Pablo
escribe: “Porque también cuando estábamos con vosotros, los ordenábamos esto:
si alguien no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de entre
vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en
lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que
trabajando sosegadamente, coman su
propio pan” (2 Tesalonicenses2. 10-12). Palabras de Jesús que transmiten
confianza en quienes creen en Él: “Mirad las aves del cielo que no siembran, ni
siegan, ni recogen en graneros, y
vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”
(Mateo 6: 26).
<b>Joan Antoni
Melé</b> afirma: “Ganar dinero es una necesidad, pero ganarse la vida es
otra cosa, es darle sentido. En Japón se dan 70 suicidios diarios y se ganan la
vida. La gran tragedia no es que 3.000 millones de personas pasen hambre, sino
que hay 7.500 millones que viven una vida sin sentido, luchando los unos contra
los otros, porque hay mucha competencia, acumulando, envenenando el planeta”.
El periodista que
entrevistas a <b>Joan Antoni Melé</b> le pregunta: ¿Qué nos pasa? El
banquero ético responde: ”Hemos desconectado de nuestra esencia humana. Si
solamente vivimos en la lucha por la supervivencia, en el miedo, nos
convertimos en marionetas fácilmente manipulables”. El entrevistado asegura que
la causa de los males sociales se debe a que “hemos desconectado de nuestra
esencia humana”. ¿En qué consiste esa desconexión? <b>Joan Antoni
Melé</b> nos habla de la banca ética. Los filósofos de la ética en
general. Debido a habernos desconectado de Dios debido al pecado, la imagen y
semejanza a Él ha sido dañada, pero no borrada del todo. Lo deja entrever el
apóstol Pablo cuando escribe: “Pero cuando los gentiles (personas que no son
pueblo de Dios) que no tienen ley hacen por naturaleza lo que es de la ley,
éstos aunque no tengan ley son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley
escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándolos o
defendiéndolos sus requerimientos en el día en que Dios juzgará por Jesucristo
los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio” (Romanos 2: 14-16). El
tenue rayo de la luz divina que penetra en la conciencia de los no convertidos
a Cristo es lo que le permite reflexionar en cómo deben ser las cosas, pero no
les permite vivir plenamente de acuerdo a las conclusiones a las que llegan. La
incapacidad de vivir de acuerdo a lo que es ley para sí mismos pone de
manifiesto su condición de pecadores. De la misma manera que la ley escrita
tiene la finalidad de conducir a los pecadores a Cristo lo hace con aquellos
que no teniendo ley no hacen lo que es
ley para sí mismos.
En Cristo se recupera la
esencia humana que da sentido a la existencia. En Cristo emerge el hombre nuevo
que mirando más allá de las cosas que se ven por la fe contemplan las que no se
ven. Las celestiales. En Cristo la vida adquiere sentido. La ética deja de ser
una cuestión filosófica para debatir intelectualmente para convertirse en una
actitud, una forma de vida que glorifica el Nombre de Dios.
Octavi Pereña i Cortina
5 de octubre 2020
NARCISISMO EN INSTAGRAM
<b>El narciso es alguien
obsesionado consigo mismo y que presta escasa atención a su prójimo</b>
Ante las numerosas
situaciones aterradoras que afectan a nuestra sociedad <b>David
Barenboim</b> director de orquesta, dice. “Hay muchas y variadas razones.
Muy complejas. Empezaron por Internet. De posibilidades únicas que hemos podido
comprobar. Pero que mata la curiosidad. Si necesitas algo das con el dedo y ya
está. Esto produce una confusión entre
la educación y la información. La curiosidad requiere tiempo y nuestra sociedad
es impaciente. La curiosidad es el elemento que la hace progresar. Internet en
si no es culpable. Es el uso que las personas hacemos de esto. Con esta frase:
¿Qué es un cuchillo? Algo con el que puedes cortar un pedazo de pan y dar de
comer a la gente o una arma con la que puedes matar a alguien. Internet es
esto: un cuchillo. Se habla del espíritu del tiempo, el
<i>zestgest</i> que dicen los alemanes, pero nuestro tiempo carece
de espíritu. Se valora aquello mecánico, la velocidad, poco más”.
<b>Sarah Frien</b>,
analista de Bloomberg resume el secreto del porqué Instagram en 10 años se ha
convertido en la red de seguidores más grande de la historia gracias a unir el
impulso del narcisismo y de la avaricia. “Instagram arrasa porque ha sabido
unir ego y capitalismo”. Instagram ha crecido tanto y tan deprisa, según la analista “porque permite a
millones de personas mostrarse al mundo como a ellas les gustaría ser”.
<b >Sarah
Frien</b> describe el narcisismo del usuario de Instagram así: “En
Instagram muestras un estilo de vida que puede ser seguido e incluso envidiado
en muy poco tiempo por millares de personas, y hay millones de usuarios que
cuelgan en Instagram imágenes de sus vivencias hora a hora. E incluso cada café
tan bien preparado o cada ejercicio de gimnasia con la nueva indumentaria que
tanto te gusta, te ha costado y que acabas de comprar…o con tu perrito –tan
monísimo- con lacitos saliendo de la peluquería” <b>Javier
Cercas</b> considera <i>mediopatia</i> el síndrome narcisista
en Instagram.
<b>Sarah
Frien</i> clava la puntilla a Instagram cuando dice: “Tan agotador como
resulta nuestro ego cuando no sabemos gestionarlo. Por esto es importante tener
suficiente madurez y ser capaz de distanciarse de esta competición de glamur
<i>non stop</i> (que no se para). Yo recomiendo abstinencia digital
de vez en cuando para descubrir que se puede tener vida sin que nadie la vea”.
El dicho popular “dime de
que presumes y te diré de que careces” muestra el vacío existente en el alma de
quien necesita exponer en Instagram la superficialidad que se amaga en su
interior. Para compensar lo que no hay en sí mismo necesita exponer a la luz
pública sus supuestos encantos, su estilo de vida que cree encandilará y que
cree lo distingue del resto de los mortales. Como muy bien dice <b>Sarah
Frien</b> la egolatría nunca dice basta. Se tiene que retroalimentar
continuamente sin encontrar nunca sentido a la existencia. Es un perseguir el
viento. ¡Ardua tarea es esta!
<b>Lucia
Etxebarria</b> dice: “Veamos, estoy describiendo a la mitad de los
presidentes de las comunidades
autonómicas españolas y a todos estos políticos corruptos que nos indignan.
Desgraciadamente la propia sociedad en que vivimos es narcisista, está
obsesionada con los éxitos externos, con el poder, con la belleza, con el éxito
entendido como la acumulación de bienes
materiales y en tanto admiramos a los narcisos los recompensamos con
nuestros votos”. En su éxito nos
reflejamos a nosotros mismos.
¡Alto! El narcisismo es
una falacia. Bajo la apariencia de una gran estima los narcisos esconden
sentimientos de inseguridad, de insuficiencia que se enmascaran y se compensan
con el salto a la fantasía. Subir a lo alto del podio del éxito. Son muy sensibles a cualquier cosa
que puedan interpretar como un desafío o una amenaza a su necesidad básica de
sentirse superiores. Al supuesto
escarnio reaccionan con hostilidad y agresividad. Todo va ligado a la agotadora
lucha diaria para mantener el glamur.
Esconder lo frágil que se siente.
El narcisismo no es un
trastorno fisiológico que se pueda combatir con fármacos o con cirugía. Es una
enfermedad del alma que es el resultado del pecado y que únicamente la puede
curar Jesús que es el Médico del alma. El narciso se cura de su manera de comportarse
cuando reconoce su pecado y el Médico del alma le aplica el medicamento que es
la sangre que derramó en la cruz y que posee el poder de borrar todos los
pecados.
“No seáis sabios en
vuestra propia opinión”, escribió el apóstol Pablo a los cristianos en Roma. No
ser sabio en la propia opinión significa ser humilde, que ha abandonado la
egolatría. ¿Dónde encontrar el modelo de
humildad? Jesús distribuye la medicina que cura el narcisismo cuando dice:
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y
ligera mi carga” (Mateo 11: 28-30).
Octavi Pereña i Cortina
13 de octubre 2020
BUENA EDUCACIÓN
<b>La persona bien
educada no lo es quien tiene títulos universitarios sino quien es persona
justa</b>
<b>Iñigo
Domínguez</b> inicia su escrito <i>Miradas lascivias</i> así:
“La semana pasada el Ministerio de Igualdad publicó una encuesta sobre la
violencia contra la mujer, un estudio muy bueno sobre esta lacra humana. En la
página 181había algo llamativo: se incluía como acoso sexual <i>”las
miradas insistentes o lascivias”</i>. De momento no, mañana ya diremos, si
los pensamientos lascivos no van a ser punibles por la justicia humana. La impunidad no
significa que no vayan a tener sus consecuencias penosas para quienes los
fabrican y para su prójimo. Lo que entra por los ojos llega al corazón.
Por eso es muy importante que seamos
selecticos a la hora de dejar entrar imágenes por los ojos. Jesús nos alerta:
“La lámpara del cuerpo es el ojo, así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo
estará lleno de luz, pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en
tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las
mismas tinieblas?” (Mateo 6: 22.23). Sin dejar el tema del ojo, Jesús sigue
diciendo: “por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo y échalo
de ti, pues mejor es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo
sea echado al infierno” (Mateo 5: 24).
El ojo juega un papel muy
importante en la cuestión del adulterio. Encontrándose ocioso el rey David en
la terraza de palacio contempla Jerusalén a sus pies y se fija en una bella mujer que se estaba bañando. La desea y
hace que la lleven a palacio. Yace con ella. El pecado no queda impune.
Diversos problemas familiares se le presentan debido a su adulterio.
Hoy no hace falta
encamarse con la mujer del prójimo para cometer adulterio. Jesús va más allá
del contacto sexual para cometerlo, cuando dice: “Oísteis que fue dicho: No
cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para
codiciarla ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5: 27, 28).
La Fiscalía General del
Estado que analiza el impacto del consumo de pornografía entre los más jóvenes,
ve en la pornografía una puerta abierta
a la violencia sexual. El Instituto Nacional de Estadística confirma que en el
2019 aumentó un 28,8% el número de menores condenados por delitos sexuales.
El siquiatra Enrique
Rojas considera que la pornografía es una epidemia: “Su difusión es frenético,
y esto convierte a la mujer en objeto de placer. Más del 80% de los jóvenes ven
pornografía casi a diario. Citando ABC News (2019) la pornografía empieza a los
6 y 7 años y los marca para toda la vida. Se convierte en un recuerdo inesbrrable”.
El siquiatra sigue diciendo: “Educar la inteligencia, los sentimientos y la
voluntad. Hoy la educación sexual de los menores está en manos de la
pornografía. Después continúa en la adolescencia que engancha y más tarde en
jóvenes que quedan atrapados durante años en aquellos menores. La pornografía
es una mentira sobre el sexo. Y eso aleja la felicidad”.
Vivimos en una sociedad
católica más que cristiana en la que a menudo se confunde el tema. Se considera
el folclore católico como sinónimo de cristianismo. Existen muchas asociaciones
culturales que confunden tradición por fe. En el momento que preguntas a
alguien ¿crees en Dios? La respuesta más
común es: Soy creyente no practicante.
Dejo al lector que interprete esta respuesta.
Lo cierto es que la ética cristiana ha desaparecido de una sociedad que
se autoproclama cristiana. Para no desentonar del entorno sigue el ejemplo de
Vicente que va allí a dónde va la gente.
El cristianismo
tradicional no sirve para que la ética
cristiana saque la nariz por un agujero. Palabras bonitas, muchas. Hechos, bien
pocos. El hecho de que el Instituto Nacional de Estadística diga que en el año
2019 los delitos sexuales cometidos por menores hayan aumentado un 28,%
significa que algo falla en una sociedad que se considera cristiana en la
educación de los hijos.
El siquiatra Enrique
Rojas avergüenza a los padres cuando afirma: “Hoy la educación sexual de los
niños está en manos de la pornografía”. Muchos padres, demasiados, delegan a la
escuela el encargo educativo que les corresponde a ellos hacer. Y así van las
cosas. Informar no es educar. “Instruye al niño en su camino, y aun cuando
envejezca no se apartará de él” (Proverbios 22: 6). Este proverbio enseña de
manera general a los padres su deber de tomarse seriamente la educación de los
hijos a que no se aparten dl camino recto, el de la virtud. Que les convierte
en personas de bien, para que desde la infancia, adolescencia, juventud y en la
edad adulta se comporten sensatamente en las diversas situaciones en las que
van a encontrarse a lo largo de la vida.
Moisés preparando a los
israelitas a su inminente entrada en la
Tierra Prometida, les dic: “Amarás pues al Señor tu Dios, y guardarás sus
ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos todos los días” Deuteronomio
11: 1). Dirigiéndose directamente a los padres, les doce: “Y los enseñareis a
vuestros hijos, hablando de ellos cuando te sientes en tu casa, cuando andes
por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes… “(vv. 19-21). Tomarse
seriamente la educación espiritual de los hijos como lo pide Dios repercute
favorablemente en su bienestar y en el de la sociedad. Hoy el país necesita
urgentemente padres responsables que se dispongan a enseñar a sus hijos a ser
temerosos de Dios.
Octavi Pereña i Cortina
26 de octubre 2020
PADRENUESTRO
<b>Los momentos de
retiro tienen que servir para dialogar con el Padre celestial<b/>
<b>Francie
Healey</b>, socióloga y consejera de salud y bienestar afirma que durante
toda su vida ha reflexionado sobre la soledad: “Recuerdo que cuando era una
niña me sentía sola en mi mundo incluso en medio de mis familiares y amigos.
Supongo que me sentía invisible e incomprendida”. Este sentimiento es general.
Nadie se escapa del sentimiento de sentirse solo en medio de la gente. Se debe
a la sencilla razón de que en lo más
profundo del alma, que es en donde se forman los sentimientos, ningún ser
humano, salvo Dios, tiene acceso. Es por esto que encontrándonos gozando de la
vida en una fiesta, de vacaciones en compañía de alguien estimado en uno de
estos paraísos terrenales que anuncian las agencias de viajes, no desaparece el
sentimiento de soledad, sentimiento que
en algunos casos conduce al suicido, <i>la muerte silenciada</i>
como también se le conoce.
Un estado de soledad
persistente es una “crisis de salud” asegura <b>Francie Healey</b>.
Los expertos en salud mental “relacionan aislamiento social y la soledad como
un riesgo más alto de enfermedades mentales, físicas, cardíacas, obesidad,
sistema inmunológico debilitado, Alzheimer, depresión e incluso la muerte”.
La socióloga
<b>Francie Healey</b>, dice: “El 2018, el primer ministro británico
lanzó la primera campaña nacional para poner fin a la soledad, calificándola de
“uno de los principales desafíos de salud pública de nuestro tiempo”. Pero
soledad no es lo mismo que estar solo” ¡Cuánta razón tiene la socióloga!
Conviene distinguir la diferencia.
El estilo de vida
occidental es frustrante. Eso hace que personas residentes en las grandes áreas
metropolitanas decidan abandonarlas para irse a vivir en zonas rurales, más
cerca de la naturaleza en donde se vive más sosegadamente, evitando vivir con
el estrés que provoca las grandes aglomeraciones de personas. <b>Francie
Healey</b>, comenta la novedad nacida en Corea del Sur conocida como
<i>honjok</i>, iniciada por la juventud que opta por realizar
tareas en solitario. Esta tendencia no es ninguna novedad. Los antiguos
eremitas de los siglos III y IV abandonaban el mundo, con su polución
espiritual, para refugiarse en lugares desérticos. Con ellos siguió la polución
espiritual del mundo que creían abandonarla porque la llevaban consigo.
Jesús fue un hombre muy
atareado. Las multitudes lo buscaban insistentemente para que les curase sus
dolencias. Nos da ejemplo de lo que se tiene que hacer para que las exigencias laborales no
nos produzcan trastornos sicológicos. Dejando a las multitudes que le agobiaban
se retiraba a lugares solitarios, abandonando el mundanal ruido y oraba a su
Padre con el propósito de cargar las baterías emocionales y buscar consejo.
Jesús es el modelo por excelencia. Nos muestra la bondad de aislarnos para
abandonar el ensordecedor ruido del mundo. Cuando lo hace no lo hace con el
propósito de mirarse el ombligo. Lo hace para que nos demos cuenta que tenemos
que salir de nosotros mismos y dirigirnos al Padre celestial. A quienes somos
sus discípulos nos enseña a orar.
La primera cosa que nos
enseña es lo que no tenemos que hacer jamás: “Y cuando ores no seas como los
hipócritas, porque ellos aman orar en pie en las sinagogas (iglesias) y en las
esquinas de las calles, para que sean vistos de los hombres, de cierto os digo
que ya tienen su recompensa” (Mateo 6.5). ¿Cuál es el secreto de la verdadera oración? Así lo expresa el Señor. “Mas tu cuando ores,
entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto,
y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (v.6). Estas
palabras de Jesús denuncian a aquellos que de la práctica religiosa hacen
ostentación. Ya tienen lo que buscan: El aplauso de los hombres pero no el
favor del Padre.
Jesús cuando muestra el
Padrenuestro como una oración que sirve de modelo nos dice que no debemos
hacerlo de carretilla como los incrédulos. Hagamos un breve examen del Padrenuestro.
“Padre nuestro que estás
en los cielos, santificado sea tu Nombre”. Dios está en el cielo, nosotros en
la tierra. Respetemos la distancia. Dios es santo y su Nombre debe pronunciarse
con reverencia ni mancharlo con blasfemias.
Venga tu reino. Hágase tu
voluntad, como en el cielo, también en la tierra”. Se debe ser consciente que
Dios es el Rey de la creación y que al final del tiempo implantará su reino
eterno. Si respetásemos su voluntad las farmacéuticas tendrían muchas pérdidas
porque no se consumirían ansiolíticos ni pastillas antiestrés. Al no haber
discrepancia entre la voluntad de Dios y la nuestra el resultado sería la paz
en el corazón.
“El pan nuestro de cada
día, dánoslo hoy. “Como las aves dependen de Él para su sustento, nosotros por
el hecho de haber sido creados a imagen y semejanza de Él y con el raciocinio
que nos ha dado, tenemos que pedirle por las necesidades del día. Ni más ni menos.
Si Dios cuida de las aves, ¿no cuidará de nosotros hombres de poca fe?
“Y perdona nuestras
deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Como
transgresores de la Ley de Dios le pedimos perdón y nos lo concede, como
perdonados tenemos que perdonar a quien nos falte. Si lo hiciésemos así, las
venganzas desaparecerían, no nos consumiría el rencor almacenado y viviríamos
en paz los unos con los otros.
“Y no nos metas en
tentación, mas líbranos del Maligno, porque tuyo es el reino, y el poder y la
gloria, por todos los siglos. Amén”. El diablo es un ser muy poderoso al que no
podemos vencer con nuestras escasas fuerzas. Resistiéndole envestidos del poder
de Dios huirá de nosotros.Cerrada la puerta de nuestra habitación oremos al
Padre celestial para que nos ayude en el día a día hasta el día que nos llame a
su presencia.
Octavi Pereña i Cortina, 17 de octubre 2020
EL VIRUS
QUE CORROMPE A LAS NACIONES
<b>¿Existe vacuna
contra el virus de la corrupción?</b>
<b>Antonio Muñoz
Molina</b> finaliza su escrito <i> La otra pandemia</i> así:
“No sé, sinceramente qué podemos hacer los ciudadanos normales, los no
contagiados de odio, los que quisiéramos ver
la vida política regida por los mismos principios de pragmatismo y
concordia por los que casi todo el mundo se guía en la vida diaria. Nos ponemos
la mascarilla, guardamos distancias, salimos poco, nos lavamos las manos,
hacemos nuestro trabajo lo mejor que podemos. Si no hacemos algo más esta gente
(los políticos) va a hundirnos a todos”.
El autor del escrito que
menciono creo que hace una crítica muy sensata de la situación política,
sanitaria y educativa actual. Termina su realista escrito manifestando su
impotencia ante la caótica situación actual que
se desborda provocando que tanto la clase política y la ciudadana anden
a tientas para no darse cabezazos contra un muro.
“A cada momento”, dice
<b>Antonio Muñoz</b>, “la política española se va volviendo más y
más tóxica que el virus de la pandemia. El aumento de los contagios y las muertes
los hemos visto agravados por el espectáculo cochambroso de la discordia
política, de la ineficacia aliada al sectarismo de la irresponsabilidad frívola
que poco a poco va mutando en negligencia criminal. La política española es tan
destructiva como el virus. Contra el virus llegará la vacuna e irán mejorando
los tratamientos paliativos, contra el veneno español de la baja política no
parece que haya remedio”. La situación actual, política, social y económica de
España la describe muy bien
<b>Antonio Muñoz</b> al decir “si no hacemos algo más esa
gente va a hundirnos a todos”.
<b>Antonio
Muñoz</b> ve así el panorama español: “El buen gobierno, la justicia
social, necesitan lo primero de todo de una administración honesta y eficiente.
Las mejores intenciones naufragan en la nada o en el despropósito si no hay
estructuras eficaces y flexibles y funcionarios capaces que las mantienen en
marcha”.
Se dice de
<b>Diógenes</b>, el filósofo griego que iba por la calle a pleno
sol llevando un candil encendido. Alejandro el Grande que lo vio, se extraña de
este comportamiento tan peculiar. Se le acerca y le dice: “¿Por qué vas por la
calle con un candil encendido?” La respuesta que le da el sabio es “Busco un
hombre”. Esta respuesta pone de relieve que en siglo IV a.C. ya tambaleaban las
estructuras políticas. Bamboleaban anteriormente y seguirán haciéndolo en el futuro. El hombre
en su condición de ser caído ha perdido la noción de qué es la justicia y se
comporta de manera totalmente opuesta a la Ley de Dios.
“La justicia” (resumiendo
consiste en comportarse a la manera de Dios),”enaltece a la nación, pero el
pecado es el oprobio de los pueblos” (Proverbios 14: 34). La Biblia nos habla
de personas justas. Estas personas no son seres perfectos. Son hombres y mujeres
cuyos pecados han sido perdonados y
lavados por la sangre de Jesús derramada en la cruz y que por la fe en su
Nombre se han convertido en personas nuevas. No son perfectos. Han nacido de
nuevo por el Espíritu Santo cuya presencia los impulsa a abandonar el
comportamiento injusto que los dominaba antes de la conversión a Cristo. Se
sienten motivados a hacer aquello que le place al Dios totalmente justo. Yendo
por la calle a plena luz del sol no van a encontrarse con ningún hombre ni con
ninguna mujer que arregle el desbarajuste social que nos lleva a la miseria. Los cristianos tienen
que salir a la calle no a buscar personas justas que nos saquen del lodazal en
que estamos metidos, sino proclamando el Evangelio de Jesús que es la luz del
mundo. Cada persona que cree en Jesús,
resplandece en su corazón la luz de Dios, resplandor que le hace ver lo
que realmente es. Este conocimiento con la ayuda del Espíritu Santo facilita
abandonar lo que se era antes de la conversión a Cristo e impulsa a vivir la
ética de la Ley de Dios. Estos son los hombres y mujeres que nos ayudarán a
salir del peligro en que nos encontramos si se cree el mensaje de la Biblia de
la cual son heraldos.
Abandonar la política que
es tanto o más destructiva que el Covid-19 en un mundo maldecido por Dios
debido al pecado de Adán no se conseguirá ni que toda la humanidad estuviese
formada por personas verdaderamente convertidas a Jesús. Que mejoraría mucho la
condición en que nos encontramos, evidentemente. Pero una sociedad que reuniese
esta condición no sería la ideal porque la justicia no brillaría en todo su
esplendor.
Si una cosa tenemos que
aprender de la Historia es que las naciones, los imperios, nacen y la
corrupción los destruye. Los nacionalismos exacerbados se envuelven con banderas
para intentar esconder la corrupción que hay en ellos. El intento no funciona:
“el pecado es el oprobio de los pueblos”.
Nabucodonosor rey de
Babilonia vio en un sueño una estatua de grandes dimensiones de aspecto
terrible. El profeta Daniel interpreta el significado de la descomunal imagen.
A partir del imperio babilónico otros imperios nacerán y desaparecerán
sucesivamente hasta el fin del tiempo: “Y en los días de estos reyes el Dios
del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino
dejado a otro pueblo, desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él
permanecerá para siempre. De la manera que viste que del monte fue cortada una
piedra, no con mano la cual desmenuzó (la estatua). El gran Dios ha mostrado al
rey (Nabucodonosor) lo que ha de acontecer en lo porvenir, y el sueño es
verdadero y fiel la interpretación” (Daniel 2: 1-45). Esta es la esperanza del
cristiano: ser ciudadano del reino de Dios eterno en done la justicia
resplandecerá en todo su esplendor y. “enjugará Dios toda lagrima de los ojos
de ellos, y que no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor
porque las primeras cosas pasaron” (las que ocurren en el mundo actual)
(Apocalipsis 21: 4).
Octavi Pereña i Cortina
10 de noviembre 2020
EL MUNDO TRASBALSADO
<b>Si se anda en
las tinieblas no se puede encontrar el camino</b>
En su escrito <i>El
mundo al revés</i>, <b>Daniel Fernández</b>, expone: “Que
nuestro sistema de valores se ha pervertido y que el ascensor social se h
encallado en alguna sima abismal”. Para ilustrar este <i> mundo al
revés</i>, dice. “Futbolistas y populistas son los héroes de este <i>mundo
al revés</i> y cuando esto se comprende, todo es cristal. Sacamos a la
calle antes los perros que a los niños, abrimos antes los bares que las
escuelas. A más de un supuesto líder es necesario aplicarle el efecto brújula y
entender que dicen todo lo contrario de todo lo que piensan. Es una falsa
simetría que explica casi todo lo que pasa…Nos piden que conservemos la calma
al mismo tiempo que se nos inocula el pánico en dosis continuas de alarmas no
siempre justificadas. Esperamos que todo mejore en tanto nos tememos lo peor.
Desconfiamos de las autoridades y nos quejamos de la falta de autoridad. No
queremos obedecer y no queremos que nos gobiernen los tibios y los blandos de
corazón. Somos un universo dislocado e irracional. Y necesitamos que alguien
nos saque de él pronto. Pero no solamente a uno o dos, sino a todos nosotros.
Es necesario empezar a despertar y asumir que vivimos en peligro. Y es
necesario estar dispuestos a enfrentarnos al mal y distinguir los sueños de las
pesadillas”.
Esta compilación del
pensamiento de <b>Daniel Fernández</b> retrata muy bien <i>el mundo al revés</i> en que
vivimos. Nos muestra una realidad que nos desvela y que para intentar huir de
ella nos atiborramos de pastillas que dice son inocuas y que acaban por
hacernos adictos a ellas. <i>El mundo al revés</i> en que vivimos
carece de brújula que nos señale el norte.
En la lucha por la
supervivencia nos agarramos a un salvavidas que creemos nos va a sacar de la
confusión en que nos encontramos y que a la hora de la verdad descubrimos que
no sirve. Y persistimos en construir un
<i>un mundo al revés</i>.
La Biblia es un manual de
filosofía y de manera especial lo es el libro de Proverbios. Ahora que se
reivindica la filosofía, como solución a los problema que sufrimos, y se
publican libros para acercarla a los ignorantes, no puedo dejar de
recomendar al lector su lectura atenta.
Proverbios pone al alcance de las personas interesadas en adquirir sabiduría la
sabiduría de Dios. Por medio de un padre preocupado por la educación de su hijo
da consejos que no tienen fecha de caducidad.
El aviso que el padre da a su hijo es muy adecuado para salir del <i> mundo al revés</i>.del que
nos habla <b>Daniel Fernández</b>: “Guarda hijo mío el mandamiento
de tu padre, y no dejes la enseñanza de tu madre, átalos siempre en tu corazón,
enlázalos a tu cuello, te guiarán cuando andes, cuando duermas te guardarán,
hablarán contigo cuando despiertes. Porque el mandamiento es lámpara, y la
enseñanza es luz, y camino de vida las reprensiones que te instruyen”
(Proverbios 6: 22,23).
Dios mediante la figura
de un padre nos transmite la importancia que tiene la Biblia que es palabra de
Dios. Simbólicamente nos la enlazamos al cuello, es decir se la tiene siempre
presente para que pueda cumplir el oficio de ser lámpara a nuestros pies. El
salmista hace esta pregunta: “¿Con qué limpiará el joven (cualquier persona) su
camino?”, el salmista responde: “Con guardar tu palabra” (Salmo 119: 9).
La Biblia a pesar de ser
una obra humana porque los autores materiales de haberla escrito son hombres, que
la han redactado conservando el estilo de cada uno de ellos. El Autor real es
Dios que por el Espíritu Santo los guió a redactarla. El apóstol Pablo escribe:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y es útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en la justicia, a fin de que el hombre
de Dios sea completo, preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3: 16,17). El
hecho de que la Biblia sea un libro divino-humano es lo que hace posible ejerza
su función educadora, de guiar a una persona cuando anda, velar por ella cuando
duerme, y hablarle cuando está despierta. Lo que merece ser destacado del texto
de Proverbios citado es: “El mandamiento es lámpara y la enseñanza es luz”.
Físicamente la luz es imprescindible para que en el caminar no andemos a
tientas y no tropecemos con los obstáculos que se pueden presentar en el
camino. En la oscuridad nos sentimos desorientados. Lo mismo ocurre en el campo
espiritual. Sin Cristo que es la luz del mundo andamos en tinieblas pero
siguiéndole se dispone de la luz de la vida (Juan 8: 12). Desgraciadamente los
hombres aman más las tinieblas que la luz y no van a la luz para que sus obras
no sean reprobadas. (Juan 3: 19,20).
A pesar que por
nacimiento natural todos contribuimos a levantar el <i>mundo al
revés</i>, la misericordia de Dios hace posible que quienes no aman la
luz porque no desean que su obras sean reprobadas, la luz que resplandece en
sus corazones les hace ver que son pecadores y la necesidad de ir a Jesús que
es el Médico del alma. Por la fe en Él que es regalo de Dios reciben el
Espíritu Santo que les fortalece para emprender un nuevo camino a lo largo del
cual se van desprendiendo de su pasado injusto y se van revistiendo de la
justicia divina con lo cual participan a la desconstrucción del <i>mundo
al revés</i> que tantos perjuicios nos otorga.
Octavi Pereña i Cortina
1 diciembre 2020
MUNDO ENFERMIZO
<B>La enfermedad
requiere un médico y un tratamiento para curarla</b>
“Siquiatras y sicólogos
han tratado en España los efectos de una gran crisis económica (2008) y
atendido a supervivientes de atentados terroristas con decenas de muertos y
consolado a padres que terminan de perder a sus hijos en una cuneta. Esta vez
con el Covid-19 que provoca la tempestad perfecta. La vida dominada por la
incertidumbre, la muerte sin el duelo que dejan secuelas de culpabilidad y las angustias laborales” (<b>Joaquín
Luna</b>).
El sicoterapeuta
<b>Luís Muiño</b> hace la siguiente declaración: “Son diversas
crisis en una. He aquí el problema. Entre los “filosóficos” aparece el
hundimiento de las certidumbres. Se dan personas que carecen de tolerancia a la
incerteza. Viven convencidas de que si haces esto o aquello tienes garantizada
una realidad determinada. La sociedad también creía que tenía un control de
todas las cosas. Y este panorama se agrava porque no tiene respuesta a cuando
va a terminar esto”. El Covid-1 ha sido beneficioso en el sentido de que ha
hecho tambalear las columnas sobre las
que se sostiene nuestro mundo. En tanto las cosas iban relativamente bien
confiábamos en una seguridad inexistente. Creíamos que estábamos construyendo
nuestro mundo sobre la roca cuando en realidad lo estábamos haciendo sobre la
arena. Esto es lo que nos permite comenzar a construir de otra manera que no sea sobre la falsa seguridad.
¿Aprovecharemos la lección?
Cada 10 de octubre se
celebra el Día Mundial de la Salud Mental. Celebrar una jornada dedicada a la
salud mental significa la existencia de una carencia. Los cristianos podemos
contribuir a solucionar el problema si hacemos los deberes. Los cristianos
somos los primeros responsables de haber contribuido a que la sociedad no
edificase sobre la Roca porque hemos
abandonado el cimiento de la fe cristiana que es la muerte de Jesús el Hijo de
Dios en la cruz del Gólgota por nuestros pecados y resucitado de entre los
muertos para garantizarnos la vida eterna. Hemos abandonado la Roca y
sustituido por tradiciones que son arena. Por esto, cuando los vientos nos son
desfavorables y soplan con fuerza, no aguantamos las embestidas y nos hundimos.
De grandes males se pueden sacar grandes bienes. Si es que tenemos ojos para ver la
envergadura de lo que nos sucede.
Tenemos que cambiar el
chip mental si es que en verdad se desea enderezar la situación actual en que
nos encontramos. Hemos estado construyendo la sociedad sobre el endeble
cimiento del ateísmo lo cual ha servido para deshacernos de la colaboración del Todopoderoso. Dicho abandono ha hecho que
nos convirtiésemos en dioses con pies de barro lo cual hace que lo que
construimos no aguante. Aún estamos a tiempo de deshacer lo que hemos venido
haciendo mal.
Los problemas de salud
mental que denuncia el Día Mundial de la Salud Mental tienen una raíz espiritual.
Quienes los padecen no deberían dejarse guiar por los prejuicios y considerar
si sus trastornos mentales no son consecuencia de su ateísmo/agnosticismo que
ha hecho que en vez de construir nuestras vidas sobre la Roca que es Cristo, se
ha hecho sobre la arena de la incredulidad. Las evidencias muestran que la
<i>nueva normalidad</i> no se ha desligado de la antigua.
El salmista nos enseña a
buscar la estabilidad emocional en un mundo enfermizo. El salmo 102 incluye una
introducción que dice: “La plegaria del afligido que desfallece, y derrama su
lamento ante el Señor”. Nos indica que Él es nuestro refugio en el tiempo de la
angustia, de las incertidumbres y del dolor.
Para el salmista Dios no
es un concepto filosófico para debatir entre intelectuales. Para el salmista
Dios es un Ser real, alguien con quien se puede comunicar. Empieza el poema con
estas palabras: “Señor, escucha mi oración, y llegue a ti mi clamor. No
escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia, inclina a mí tu oído” (vv.
1,2). El suplicante utiliza un lenguaje antropomórfico al dirigirse a Dios. A
pesar de que Dios es incorpóreo utiliza un lenguaje corporal para describir al
Invisible. ¡Qué abismal diferencia entre el antropomorfismo bíblico que nos
presenta a Dios como teniendo oídos, ojos, pies, manos…con las esculturas
idolátricas que tienen ojos que no ven, oídos que no oyen, manos que no
acarician, pies que no se mueven y necesitan ser transportadas!
El Dios eterno cuyo
recuerdo permanece de generación en generación “mira la plegaria del destituido
y no ha menospreciado su súplica” (v. 17). El Invisible a quien cualquier
persona, sin distinción de sexo, cultura, raza, posición social puede dirigirse
a Él suplicando su favor ,se hace visible en la Persona de Jesús.
El mundo que ha enfermado
para morir debido al pecado y que fuera de Jesús no tiene remedio, no curará su
enfermedad espiritual si no permite que el Médico del alma le dé la vida eterna
y que en medio del dolor “mira la plegaria del destituido y no la menosprecia”.
Octavi Pereña i Cortina
15 de diciembre 2020
PUEBLO DE SANTOS
<b>El paganismo en
la Iglesia lo prohíbe la Biblia</b>
La fiesta de Todos los
Santos y el Día de los Difuntos han conservado en el costumbrismo toda una
serie de celebraciones, elementos y ritos que provienen de sistemas de
creencias anteriores al cristianismo.
El camino que conduce a
la Iglesia Católica a celebrar la Fiesta de Todos los Santos se remonta a
principios del siglo VI cuando el papa Bonifacio IV convirtió el templo del
Panteón en Roma que estaba dedicado a todos los dioses romanos y lo consagró en
honor de la Virgen María y de todos los mártires cristianos. El papa estableció
el 13 de mayo en fecha para la celebración de la Fiesta. La celebración de
dicha Fiesta el 1 de noviembre no se proujo hasta el siglo IX a instancias de
Luís el Piadoso. Pero el impulso definitivo no se estableció hasta que el abad
de Cluny santo Adilión la introdujo en todos los monasterios reformados
alrededor del año 1.000. Los monasterios establecidos en zonas en donde los
cultos funerarios celtas seguían vigentes y ejercían una gran influencia social. Odilión se aprovechó de
la celebración del día de los difuntos de cultura celta y la fusionó con las
nuevas prácticas cristianas. Fue el papa Gregorio IV quien eligió el 1 de noviembre como fecha
oficial para la celebración de la Fiesta de Todos los Santos. La celebración de
dicha Fiesta no tiene bases bíblicas porque la Biblia prohíbe el culto a los
muertos.
La Fiesta de Todos los
Santos como hemos visto es de origen pagano y se ha introducido en el seno de
la Iglesia Católica porque la doctrina del bautismo en que cree considera que
todos los bautizados son hijos de Dios porque considera que el agua bautismal
tiene el poder de limpiar los pecados de los bautizados, lo cual les otorga el
privilegio de ser admitidos en la Iglesia. Esto facilitó la admisión en la
Iglesia de masas de personas bautizadas pero no convertidas a Cristo. Estas
masas bautizadas y supuestamente convertidas a Cristo introdujeron en la
Iglesia sus costumbres paganas. En vez de ser una Iglesia santa se paganizó
hasta nuestros días. El culto a los difuntos no es cristiano.
Moisés tuvo un entierro
muy peculiar y único. El texto que habla de ello dice: “Subió Moisés al monte
Nebo, a la cumbre del Pisga (desde donde vio la Tierra Prometida) y le dijo el
Señor: Esta tierra que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: a tu a tu
descendencia la daré. Te he permitido verla con tus ojos, mas no pasarás alá. Y
murió allí Moisés…Y lo enterró en el valle…Y nadie conoce el lugar de su
sepultura hasta hoy” (Deuteronomio 34: 1-6). Según nuestra cultura pagana
cristianizada nos cuesta entender el motivo porque Dios mantiene en secreto el
lugar en que enterró a Moisés. No dudo que el motivo se encuentra en la
tendencia a divinizar a los difuntos corrientes y molientes y a los de
prestigio. Si se hubiese hecho público el lugar en donde fue enterrado Moisés a
no tardar se habría convertido en un lugar de peregrinaje y construido un santuario lujoso en donde se
reunirían millares de personas para venerar al gran hombre de Dios. Si los hombres
y mujeres que por potestad eclesial se convierten en santos y vírgenes
poseedores de dudosos poderes milagrosos que en su nombre se convierten en
centros de peregrinaje y en máquinas de
hacer dinero, ¿en qué no se habría convertido la tumba de Moisés si se supiese
el lugar en donde le enterró Dios? No merece la pena dar respuesta a la
pregunta.
Cuando fallece una
persona, por más eminente que sea, deja de ejercer influencia en la tierra de
los vivientes. Entre los lugares en que se encuentran los difuntos y los vivos no existe una puerta abierta que
comunique ambos lugares. Si algo se ha podido .hacer a los difuntos fue cuando
vivían entre nosotros. Una vez producido el deceso lo mejor es dejarlos que
descansen en paz.
Recordar a las personas
amadas no es contrario a la doctrina cristiana. Venerarlas es harina de otro
costal, porque entre Dios y el hombre se interpone a un difunto. “No tendrás
dioses ajenos ante mí” (Éxodo 20: 3).
Mientras estemos aquí en
la tierra lo que tenemos que hacer es preocuparnos de nuestra salvación. Este
es el consejo que nos da el apóstol Pablo: “Porque sabemos que nuestra morada
terrestre, este tabernáculo, se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa
no hecha no hecha de manos, eterna en los cielos. Y por esto también gemimos,
deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial, pues así seremos hallados vestidos, y no
desnudos. Porque así mismo, los que estamos en este tabernáculo gemimos con
angustia, porque no quisiéramos ser desnudados,
sino revestidos para que lo mortal sea ab sorbido por la vida. Mas el que
nos hizo para esto mismo es Dios, que nos ha dado las arras del Espíritu. Así
que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entretanto estemos en el cuerpo,
estamos ausentes del Señor, porque por fe andamos , no por vista, pero confiamos,
y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor” (2 Corintios
5. 1-8).
Andar por fe es la mejor inversión que hayamos podido hacer en esta
vida pues nuestro andar no será en vano.
Octavi Pereña i Cortina
3 de noviembre 2020
DICTADORES
<b>El poder de los
dictadores se desvanece como el rocío a la salida del sol</b>
El libro Hechos de los
Apóstoles describe la muerte del rey Herodes Agripa I cuando se encontraba en
Cesarea. Perteneció a una familia que no se caracterizó por la justicia. Sus
antecesores en el trono se mantuvieron en él gracias a las intrigas palaciegas
y los asesinatos. Su abuelo Herodes el Grande intentó matar al niño Jesús por
considerar que podría destronarlo. El relato dice. “Y Herodes estaba enojado
contra los de Tiro y Sidón…pedían paz porque su territorio era abastecido por
el rey. Y el día señalado, Herodes vestido de ropas reales, se sentó en el
tribunal y los arengó. Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, no de un
hombre! Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a
Dios, y expiró comido de gusanos” (Hechos 12. 20-23).
El historiador judío
Flavio Josefo que se puso al servicio de Roma, se refiere a Herodes Agripa I
que se encontraba en Cesarea dando una fiesta en honor al emperador Claudio.
Herodes vestía una túnica tejida con hilo de plata que reflejaba los rayos del
sol. En medio de los aplausos de los presentes comenzó a encontrarse mal,
siendo trasladado a su residencia en donde murió al cabo de cinco días.
Ambos textos coinciden en
el vestido. El bíblico dice “vestido de ropas reales”, es decir no ordinarias.
El de Flavio “túnica tejida con hilo de plata”. Los textos difieren en el
comportamiento de los asistentes al acto. El bíblico dice: “El pueblo aclamaba
gritando: “¡Voz de Dios y no de hombre!” El de Flavio: “En medio de los
aplausos de los presentes”. Ambos textos coinciden en decir que Herodes murió
pero no de la manera que sucedió. El texto bíblico dice: “Al momento un ángel
del Señor le hirió por cuanto no dio la gloria a Dios, y expiró comido de
gusanos”. El de Flavio. “Comenzó a sentirse mal, siendo trasladado a su
residencia en donde murió al cabo de cinco días”. El texto bíblico dice que la
muerte repentina de Herodes se debió a un acto de la justicia divina. El de
Flavio que Herodes murió de muerte natural como la mayoría de las personas..
El lector que ha llegado
hasta aquí se preguntará el motivo por el que he expuesto la muerte de Herodes
explicada por dos fuentes. Me ha impulsado a hacerlo una breve nota d prensa
que lleva por título: “Torturas y violaciones. El “inhumano” sistema de prisión
en Corea del Norte”. Al texto le acompaña una fotografía del dictador Kim
Jung-un ante un fondo que viene a representar un sol brillante. Todos los
dictadores creen que tienen el cargo por
la “gracia de Dios” y por ello están autorizados a defender a capa y espada el
cargo con toda clase de crímenes porque se sienten legitimados a cometerlos. Es
cierto lo que dice el apóstol Pablo: “Sométase toda persona a las autoridades
superiores, porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay por
Dios han sido establecidas”. Si el texto bíblico terminas aquí podríamos
entender que las autoridades están autorizadas a actuar como ancha Castilla.
Hacer y deshacer a placer. Pero no, el texto sigue diciendo: “Porque las
autoridades no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo.
¿Quieres, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás alabanza de
ella, porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme
porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo”
(Romanos 13: 1, 3, 4). Lo que está mal o bien no lo dictan los dictadores, lo
determina la Biblia. Las autoridades
como servidores de Dios deben gobernar
guiados por los principios bíblicos de la justicia.
Debido al reyezuelo que
todos llevamos dentro nos comportamos como pequeños dictadores en el hogar,
convirtiéndolo en un infierno. La cosa va en aumento en la escuela haciendo muy
difícil la convivencia con los compañeros por el carácter autoritario. La
situación alcanza el disloque en el momento en que Dios dispone que un pequeño
dictador obtenga el poder. “Estando atestados de toda injusticia, fornicación,
perversidad, avaricia, maldad, llenos de
envidia, homicidios, contiendas, engaños, malignidades, murmuradores,
detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores
de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural,
implacables, sin misericordia” (Romanos 1. 29-31). Comportamiento que se
manifiesta con más o menos intensidad en el ciudadano de a pie pero que se
percibe de manera extrema en el dictador.
Un informe de Human Right
Watch que acompaña la nota de prensa citada previamente, se puede aplicar con
matices en todas las naciones, incluso en las que presumen ser “democracias
consolidadas”. La investigación titulada: “Valemos menos que un animal”, habla
de abusos y violaciones del debido proceso durante la detención preventiva en
Corea del Norte, subrayando las lagunas del sistema penal y del marco jurídico
del preso que resulta en la tortura generalizada y sistemática de aquellos que
están arrestados. El informe da varias
recomendaciones al régimen para poner fin a la tortura endémica y degradante en
centros de prisión preventiva e interrogatorios. Según la nota de prensa el
informe es el resultado de entrevistas realizadas a 46 norte coreanos que
habían sido detenidos.
A pesar de que los
dictadores pueden terminar sus vidas no siendo “comidos por los gusanos” como
le sucedió a Herodes Agripa I, no podrán justificar sus crímenes cometidos
cuando tengan que presentarse ante el tribunal de Cristo y tengan que escuchar
de los labios del Juez: “Os digo que no sé de dónde sois, apartaos de mí todos
vosotros, hacedores de maldad. Allí será el llanto y el crujir de dientes” (Lucas 13: 27,28). No les
valdrá la excusa: “Tú nos has dado la autoridad y el poder”.
Octavi Pereña i Cortina
9 de diciembre 2020
EN EL PUNTO DE MIRA
<b>La corrupción en
la Iglesia Católica es una piedra de molino atada en su cuello que no le
permite alzar el vuelo</b>
<b>Josep Miró i
Ardevol en su escrito <i>Iglesia: una idea equivocada<i/> argumenta
que el mundo quiere que la Iglesia
Católica se le parezca. Lo hace en estos términos: “A raíz de las palabras de
Francisco se produce un reiterado tipo de comentario, formulado ante cualquier
iniciativa por parte de la Iglesia. Consiste en exigir que se parezca mucho más
al “mundo”, a la sociedad, asumiendo sus cambios, y el reconocimiento de sus
nuevas instituciones, prácticas, costumbres y pasiones. En este caso al
matrimonio homosexual, pero igual sirve para razonar sobre el aborto, la
eutanasia, el sacerdocio femenino, y muchos más temas”.
La pregunta que me ha
movido a comentar el escrito de Josep Miró es: ¿Qué ha provocado el descredito
que la Iglesia Católica tiene hoy? No es que el mundo pretenda asimilarla. Al
revés. Es la Iglesia la que asimila al mundo. Este proceso tiene una causa. La
Biblia la expone con nitidez. Es responsabilidad de quienes se consideran
católicos analizarla.
Los avisos que
reiteradamente hacían los profetas al pueblo de Israel es que debían mantenerse apartados de los paganos que convivían
con ellos. Si esta separación no se producía las costumbres religiosas de los paganos los
infectarían. El resultado fue el abandono de Dios que los liberó de la
esclavitud egipcia y que los introdujo en la Tierra Prometida. Por mano de Josué entraron a poseer la heredad
que el Señor les había prometido. Pero no expulsaron a los habitantes de la
tierra. El contacto con ellos contaminó la fe de los israelitas. En vez de
atraer los israelitas a los paganos a Dios fueron éstos los que atrajeron a los
israelitas a adorar a sus dioses. Esto pudo ser así debido al vacío que se
había producido en el corazón de los israelitas por haber abandonado a Dios. El
vacío se compensó con las creencias religiosas de los paganos que convivían con
ellos.
El Antiguo Testamento no
se escribió únicamente para proporcionar conocimientos históricos. El propósito
principal es que los lectores aprendan de los éxitos y fracasos del pueblo de
Dios para que no se repitan los fracasos. Adquieran la sabiduría de Dios que
almacenan sus páginas.
“Esta manera de razonar”
dice <b>Josep Miró>/b>, “la del “mundo”, expresa un desconocimiento
grande de la misión de la Iglesia, aquello que da sentido a su existencia desde
Pentecostés del año primero”. El libro d los Hechos de los Apóstoles que es de
donde extrae <b>Josep Miró</b> la palabra Pentecostés, muestra cómo
era la iglesia apostólica. La fe de aquellos primeros cristianos. De sus luchas
para mantenerla viva en un entorno pagano que les era hostil. La situación
siguió siendo la misma hasta que en el año 313, con la publicación del Edicto
de Milán que concedió a los cristianos los mismos derechos que gozaban las
otras religiones. “La iglesia estaba libre de persecuciones. Su firmeza, su fe,
y su organización la habían sacado a flote en medio de tantos peligros. Pero al
obtener la libertad de sus enemigos, había caído en gran parte bajo el dominio
dl trono imperial de Roma. Había empezado una fatal unión con el estado”
(<b>Williston Walker</b>). La unión con del estado hizo que los
emperadores participasen en el gobierno de la iglesia. Convocasen concilios.
Ello fue fatal para la salud espiritual de la iglesia. Se abrió de par en par
la puerta para que el paganismo contaminase la fe de la iglesia. Por lo que
hace al cristianismo occidental cayó bajo la autoridad del papa de Roma que se
convirtió en el único interlocutor con el estado. Este maridaje ha sido fatal
para la Iglesia Católica y lo sigue siendo hoy.
<b>Josep
Miró</b> no tiene motivo para quejarse de que el “mundo” tenga una idea
equivocada de la Iglesia. Pienso que debería reflexionar sobre la causa que la ha llevado a ser lo que hoy es y que
no tiene ningún parecido con la iglesia que nació en el primer Pentecostés. Que
queda reflejada en el libro de los Hechos de los Apóstoles.
Hoy la Iglesia Católica
se ha convertido en la multinacional de la religión, corrompida de los
pies a la cabeza. La corrupción que los
medios de comunicación se encargan de hacerla pública se debe a que la fe que
enseña y su nueva evangelización no tienen ningún parecido con el de la iglesia
apostólica. Su alejamiento de la fe del Nuevo Testamento impide que pueda
reformarse según Dios. Si no se produce un auténtico arrepentimiento cualquier intento
de reforma será como lo ha sido en otros intentos pasado. Agua de borrajas Podrá reaccionar con
otra Contrarreforma que tampoco no servirá de nada.
La Iglesia Católica está
en el punto de mira del mundo debido a su corrupción. Jesús dijo a Pilato: “Mi
reino no es de este mundo” (Juan 18: 36). En el momento en que la iglesia
empezó a festejar con el estado y se fue a la cama con él, el reino que tenía
que el de los cielos se ha convertido en
el reino de este mundo. Para resolver este conflicto de intereses que tanto
desprestigio causa a la Iglesia Católica
sería conveniente que tuviese en cuenta estas palabras de Jesús:
“Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperan y os persigan, y digan
toda clase de mal contra vosotros, <i>mintiendo</i>. Gozaos y
alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos, porque así
persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros” (Mateo 5: 11,12).
Octavi Pereña i Cortina
24 de noviembre 2020