diumenge, 31 de juliol del 2022

 

1 CRONICAS 13: 9

“Pero cuando llegaron a la era de Quirón, Uza extendió su mano al arca para sostenerla, porque los bueyes tropezaron”

Muy loable fue el propósito de David de llevar el arca a Jerusalén pero cometió el mismo error que Josué con los gabaonitas: “No consultó al Señor”  (Josué 9: 14). Si hubiese consultado al Señor como lo hizo después de la desafortunada muerte  de Uza que cogió con la mano el arca que estuvo a punto de caerse debido a que el buey que arrastraba el carro tropezó, habría sabido que “el arca de Dios no debe ser llevada sino por los levitas, porque a ellos eligió el Señor para que lleven el arca del Señor” (1 Crónicas 15. 2).

La multitud que acompañaba al carro que transportaba inadecuadamente el arca “se regocijaban delante de Dios con todas sus fuerzas, con cánticos, arpas, salterios, tamboriles, címbalos y trompetas” (1 Crónicas 13. 8). A pesar de que el traslado del arca no se hacía correctamente lo hacían con gran gozo ante el Señor. Lo que está mal hecho mal hecho está a pesar que parezca todo lo contrario. El gozo acabó en llanto porque el Señor fulminó a Uza, a pesar de su buena intención porque se atrevió tocar el arca que no le estaba permitido hacerlo.

Este acontecimiento ha quedado registrado en las páginas de la Biblia para instrucción nuestra. Aun cuando en el Nuevo Testamento no dé instrucciones tan detalladas con respecto al ceremonial como lo hace el Antiguo Testamento, enseña la sencillez que deben caracterizar los cutos evangélicos. Fuera de la sencillez no se dan instrucciones  de cómo deben realizarse los cultos, cómo tiene que celebrase la Cena del Señor que es el recordatorio de la muerte de Jesús para perdón de los pecados del pueblo de Dios. El apóstol Pablo detalla la ceremonia en 1 Corintios 11: 23-26. La iglesia local reunida, todos sus miembros como pecadores ante el Señor, participan de los elementos pan y vino que simbolizan el cuerpo y la sangre de Jesús. Todas las veces que la iglesia celebra esta ceremonia  anuncia la muerte del Señor hasta que Él venga” (v. 26).

Se supone que las iglesias apostólicas utilizaban pan y  vino común. Pero  tenían que estar presentes ambos elementos. En el transcurso de los siglos y a medida que la Biblia iba perdiendo autoridad por la invasión de las tradiciones, la Cena del Señor también se ha visto afectada por esta invasión de doctrinas extra bíblicas. Para los laicos, de los dos elementos solo uno: el pan, que por el poder que la Iglesia otorga el sacerdote lo convierte en el cuerpo de Cristo, hecho que lo convierte en un ídolo al que se venera. Los cambios pueden parecer beneficiosos, pero lo que no está de acuerdo con la voluntad del Señor siempre es perjudicial para el transgresor. La muerte de Uza es un aviso.


 

1 CRÓNICAS 28: 9

“Y tú Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario, porque el Señor escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú lo buscas, lo encontrarás, pero si lo dejas Él te desechará para siempre”

Podríamos considerar estas palabras que el Rey David dirige a su hijo Salomón como su testamento espiritual. David no fue un padre perfecto. La Biblia reconoce sus pecados. Ante las limitaciones que le imponen su condición de pecador David fue un hombre que anduvo en los caminos del Señor. Movido por el amor que el padre siente por el hijo, quedan registradas estas palabras que merecen no solamente ser leídas, también reflexionadas por todos, especialmente por los padres para que dejen a sus hijos una herencia mucho más valiosa que los bienes materiales.

Puede ser posible que si el lector es un padre no creyente puede hacerse creyente con la lectura de este comentario y así empezar la andadura por el desierto hacia el Reino de Dios. El padre convertido a Jesús por la fe en su Nombre, podrá hacerse suyas las palabras que el anciano monarca dirige a su hijo: “hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario”. Dios no acepta el servicio forzado. Hacen muy mal los padres que enseñan a sus hijos a tener miedo de Dios en vez de amarle.

¿Por qué el rey David le pide a su hijo que le sirva con ánimo voluntario? Sencillamente “porque el Señor escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos”. El apóstol Pablo escribiendo a su discípulo Timoteo le dice: “Huye, también de las pasiones juveniles” (2 Timoteo 2: 22). Los jóvenes se mal encaminan porque  creen que lo que hacen a escondidas nadie les va a ver.  David le dice a su hijo que no se deje seducir por los cánticos de sirenas que inducen a hacer el mal “porque el Señor escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos” ¡Cuán distinto no sería el comportamiento de los jóvenes si tuviesen en cuenta a Dios que conoce sus más íntimos pensamientos!

El padre deja al hijo en una encrucijada y tiene que tomar una decisión: “Si tú lo buscas, lo encontrarás, pero si lo dejas Él te desechará para siempre”. Nada de imposiciones. Libre albedrío. Libremente decide. No olvides que las decisiones tienen sus consecuencias: “Si tú lo buscas, lo encontrarás, pero si lo dejas Él te desechará para siempre”. En tus manos hijo mío está el camino de la vida y de la muerte. Tú decides. Por lo que más quieras: decide bien. Hoy puedes hacerlo. Mañana tal vez no podrás.

 

 

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada