dissabte, 28 de maig del 2022

 

2 TIMOTEO 3: 13

“Pero los hombres malos y los engañadores irán de mal a por, engañando y siendo engañados”

El apóstol Pablo describe la condición humana a lo largo de los siglos desde cuando Adán incumplió el mandamiento de Dios que le prohibía comer el fruto del árbol  del conocimiento del bien y del mal. La maldad del ser humano se ha ido modificando a lo largo de los siglos adaptándose a los medios para poderlo hacer. El mal en sus diversas manifestaciones tiene un origen común: el corazón perverso y malvado que poseen las personas  cuyo padre espiritual es Satanás, el padre de mentira que siempre ha tenido un espíritu homicida.

El mal lo contemplamos por doquier. Desde el niño que tiene un berrinche porque quiere conseguir algo, hasta la persona más encumbrada que no teniendo bastante con lo que ya posee roba para tener más. Los medios humanos para frenar el mal no sirven. Las leyes que se dictan no se aplican como es debido. Se ejecutan en quienes no tienen manera de defenderse de los jueces y de los poderosos. Los otros, que lo tienen todo, las eluden con sobornos y malas prácticas. A pesar de los frenos que se activan para frenar el avance impetuoso del mal, fallan. El mal se sale con la suya.

A pesar que el mal, aparentemente es una enfermedad incurable llegará el día cuando el Señor Jesús venga en su gloria a buscar a su pueblo, desaparecerá. Cuando esto se produzca, los creyentes en Jesús que serán ciudadanos del Reino de Dios, gozarán de la plena visión de la gloria de Dios porque en el reino de Dios no se encuentra ni una pizca de pecado. Mientras no llegue este día, el mal permanecerá lozano en la Tierra. Si el lector se siente preocupado por la presencia del mal y desea no verse atrapado en sus redes, el apóstol Pablo receta la medicina a su discípulo Timoteo.

Tú persiste en lo que has aprendido” (v.4). ¿De quién aprendió Timoteo las enseñanzas que deben prevalecer en su vida? De su abuela Loida y de su madre  Eunice (2 Timoteo 1: 5). El remedio contra el mal no es un conocimiento relegado en un rincón del corazón, sino un saber que permanece activo que como levadura leuda al creyente. La abuela y la madre de Timoteo le enseñaron desde niño las Sagradas Escrituras “que hacen sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (v. 15). ¿Por qué es tan importante que abuelas y madres enseñen a sus nietos e hijos las Sagradas Escrituras? Sencillamente porque “toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para instruir en justicia, a fin que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (vv. 16, 17).

El hombre, la mujer, que cree que cree que la Biblia es la  Palabra de Dios y la guarda en su corazón se convierte por la presencia del Espíritu Santo  en un escudo que lo/la protege de las flechas incendiarias de Satanás.


 

SOFONÍAS 3: 17

“El Señor está en medio de ti, poderoso, Él salvará, se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con canticos”

Sofonías, en el Nombre del Señor está diciendo a su pueblo de la bendición que recaerá sobre él en el día del Señor cuando se producirá la total liberación del pecado y habiendo sido vencida la muerte por la resurrección del cuerpo, hoy mortal, mañana incorruptible e inmortal. A pesar de que el profeta habla de cosas que tienen que suceder, la garantía de que será así se encuentra en que el pueblo de Dios, hoy disfruta la primicia de lo que mañana disfrutará en toda su plenitud.

Hoy por la fe en Jesús, no olvidemos que es un regalo de Dios, creemos que los cuerpos de los escogidos se han convertido en “templo de Dios, y que el  Espíritu de Dios mora en vosotros” (1 Corintios 3: 16). ¿Somos conscientes de que significan las palabras del apóstol Pablo? El tabernáculo en el desierto y el templo en Jerusalén eran lugares en que simbólicamente Dios moraba entre su pueblo. Lo que fue símbolo se hace realidad con la muerte y resurrección de Jesús. Esta realidad la anticipa Jesús cuando junto al pozo de Jacob le dice a la samaritana: “Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre” (Juan 4: 21). Si cada cristiano se ha convertido por la gracia del Señor en  templo de Dios significa que cada lugar en que se  encuentre un verdadero cristiano se convierte en lugar santo, simbólicamente tenemos que quitarnos el calzado. Dado que allí en donde estemos la presencia de Dios nos acompaña, cualquier lugar, por extraño que pueda parecernos, es un lugar adecuado para invocar su Nombre. Algunos van a una iglesia, ahora es más difícil porque se cierran las puertas cuando ha terminado la misa, porque allí se encuentra recogimiento y supuestamente la presencia de Jesús en el sagrario. Recordemos las palabras de Jesús a la samaritana: “Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre”. Todos los lugares son apropiados para adorar a Dios.

 

 

CELOS HOMICIDAS

<b>Los celos impetuosos liberan la bestia que tenemos dentro</b>

Los celos dice el escritor noruego <b>Jo Nerbo</b> “son una fuerza motriz detrás de muchas de nuestras acciones. Nuestra competividad la mueven los celos. Se dan distintos grados, está claro. No es lo mismo pegar a tu hermano en una lucha por una mujer que correr en una pista. Un poco puede ser bueno. Cuando terminas en asesinato o en gente atormentándose a sí misma, no. ¿A Putin le mueven los celos, y la envidia? ¿A Bush cuando invadió Irak para superar el legado de su padre? Es una fuerza motriz y también destructiva?”

El diccionario define celos. “Amor, afecto recluido de quien teme que el otro pueda ser preferido. Envidia que nos causa quien disfruta de alguna cosa que querríamos para nosotros”. Envidia y celos son sinónimos.

Un ejemplo bíblico de celos que no son buenos y “terminan en asesinato o en gente atormentándose a sí misma” se encuentra en Saúl que fue el primer rey de Israel. Muchas personas conocen la historia de David y Goliat. David fue un adolescente pastor de ovejas que mató al terrible Goliat con un guijarro que lanzó con su honda y que impactó en la frente de su temible enemigo. El valiente David fue fichado de inmediato por el monarca. De pastor de ovejas se convierte en un renombrado soldado que cuando regresa victorioso de las batallas contra los filisteos las mujeres salían a recibirle cantando: “Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles” (1 Samuel 18: 7). Esto enojó en gran manera a Saúl, dijo: “A David dieron diez miles y a mí miles, no le falta más que el reino. Y desde aquel día Saúl no vio con buenos ojos a David” (vv. 8,9). Los celos infundados que se despertaron en Saúl le impulsaron a proceder con alevosía. Empezó disparatar. A pesar de que Jonatán, hijo de Saúl, defendía ante su padre la fidelidad de David, los celos descontrolados prevalecieron. “Aconteció al otro día que un espíritu malo de parte de Dios tomó a Saúl, y el desvariaba en medio de la casa. David tocaba con su mano como los otros días, y tenía Saúl la lanza en la mano. Y arrojó Saúl la lanza, diciendo: Enclavaré David a la pared. Pero David lo evadió dos veces” (vv 10,11o). David huye y Saúl le persigue con el mismo ensañamiento que el sabueso persigue a su presa. Lo que se siembra se recoge. Saúl murió ignominiosamente junto con sus hijos luchando contra los filisteos en la batalla de Gilboa, lanzándose sobre sobre su espada.

“Los celos como los de Otelo”, dice A. C. Bradley, “convierten la naturaleza humana en un caos y liberan los celos que todos encierran”.  Cuando se abre la puerta del corazón que mantiene encerrados los celos salen con ímpetu haciendo estragos más o menos virulentos. La violencia de género es fruto de ellos. El escritor <b>Jo Nerbo</b> atribuye a los celos la barbarie que Putin comete en Ucrania. Los aprendices de dictadores que son estos jóvenes políticos que se inician en la política hacen públicos sus celos con sus declaraciones incendiarias con el propósito de expulsar de la palestra pública a quienes les hacen sombra. Su presencia les es un estorbo en sus aspiraciones a convertirse en el número 1 y así poder sentarse en la butaca desde donde recibir la pleitesía de la multitud. A pesar de que destruyen la tierra a la que dicen amar, lo cierto es que destruyen la que dicen quieren salvar de aquellos que a su parecer quieren destruirla. Lo único que persiguen es gratificar su ego recibiendo un baño de multitudes. Lo cierto es que más pronto o más tarde, según decida Dios, acabarán  indignamente como le sucedió al rey Saúl.

El apóstol Pablo escribiendo a los cristianos de Corinto les dice algo muy chocante: “De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como espirituales, sino como carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda, porque aún no eráis capaces, ni sois capaces todavía, porque sois carnales, pues habiendo en vosotros <i>celos”</i> (enfatizo celos porque es lo que caracteriza a los políticos), “¿no sois carnales, y andáis como hombres?” (1 Corintios 3. 1-3). El apóstol escribe la carta a una iglesia compuesta por los que él considera “los santificados en Cristo Jesús” (1: 2), es decir personas verdaderamente cristianas. A pesar  de que llevaban tiempo convertidas a Cristo no habían llegado a ser adultos y seguían necesitando que se les diese leche espiritual. No habían aprendido a coger el cuchillo con el que cortar la carne, ni a utilizar el tenedor para ponérsela en la boca  para masticarla y engullirla. Esto indica que los celos son un pecado que requiere tiempo para desarraigarlo. A los cristianos les es posible con la ayuda del Espíritu Santo disminuirlos en gran manera pero no erradicarlos del todo. Siempre tendrán que manejar las tijeras de podar para impedir que los brotes lozanos se apoderen de nuevo del corazón. A medida que se va pasando de la infancia a la madurez en Cristo se va rebajando la virulencia de los celos. La sicología puede detectar la maldad de los celos pero no curar el corazón carnal que los engendra. Únicamente la fe en Jesús y la participación del Espíritu Santo pueden hacer que el corazón produzca: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gálatas 5. 22, 23), características que son inusuales en los incrédulos.

Octavi, Pereña i Cortina

diumenge, 22 de maig del 2022

 

LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO

<b>La codicia puede llevar a los fracasos más estrepitosos</b>

El griego Esopo  creó una de las fábulas más conocidas: “La gallina de los huevos de oro”. La narración describe a una pareja de campesinos que descubren que tienen una gallina que pone diariamente un huevo de oro. No tuvieron bastante con la inesperada riqueza que los sacó de la miseria, que decidieron matar el ave porque creyeron que  podrían acceder directamente a la mina. La mataron y al abrirla en canal descubrieron que su interior no difería en nada de las demás gallinas. Fue  así como destruyeron la fuente de su prosperidad. La metáfora nos transporta a los riesgos que acompañan la codicia. “La codicia rompe el saco” dice la máxima.

La fábula de Esopo nos puede llevar al origen de la raza humana que creó Dios. El Creador había preparado muy cuidadosamente el paraíso idílico para ser la residencia de Adán y Eva en donde pudiesen vivir confortablemente sin pasar escaseces. Nuestros primeros padres creyeron que el jardín de Edén era de su propiedad y pensaron que podrían hacer lo que les viniese en gana. Erraron en sus razonamientos al olvidar que el propietario de la hacienda era el Creador y que ellos eran simples usufructuarios sujetos a las instrucciones del Propietario para poder disfrutar del jardín. Podían comer el fruto de todos los árboles que había en el huerto, excepto,  el del “árbol del conocimiento del bien y del mal no comeréis, porque el día que comáis ciertamente moriréis” (Génesis 2. 17).

A pesar de que gozaban de la vida eterna tenía un talón de Aquiles: la obediencia incondicional a la voluntad del Propietario. Es por ahí por donde se echó a perder su felicidad. Por el jardín rondaba un ser maligno que no veía con buenos ojos la felicidad de nuestros primeros padres. Satanás poseyó la serpiente, que en aquel entonces andaba de pie i no infundía temor La utilizó para hacer desgraciada a aquella pareja tan feliz. Satanás se aproxima a Eva escondido tras el disfraz de la serpiente para hacerla dudar de la bondad de Dios. Mintiendo le dice: la prohibición que Dios os ha dado  de no comer el fruto del árbol prohibido no lo ha hecho para vuestro bien, sino “porque Dios sabe que el día que comáis, vuestros ojos serán abiertos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal” (Génesis 3: 5). El gusano de la codicia se despertó. Se fijaron codiciosamente en el árbol prohibido y comieron su fruto. Con ello mataron a la gallina que ponía el huevo de oro. Cuando abrieron los ojos a la nueva realidad en vez de verse convertidos en Dios “se dieron cuenta que estaban desnudos” (v. 7). El pecado entró a formar parte de sus vidas ocasionándoles la muerte espiritual al separarse de Dios”. La codicia los convirtió en pobres y miserables. Si no hubiese sido por la misericordia de su Creador habrían continuado encontrándose en tan paupérrima condición. Dios se propuso volverlos a su condición anterior.  Lo hizo anunciándoles la venida del Mesías. “El Señor Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió” (v. 21). Volver  a la condición de hijos de Dios solamente es posible en aquellos que creen que Jesús es el Salvador, el Mesías prometido, y que fuera de Él no hay la salvación que “solamente los violentos la arrebatan” (Mateo 11: 12). Una vez recibida la salvación el creyente en Cristo tiene que esforzarse en conservarla.

Para ilustrar la parte humana de la salvación Jesús narra dos parábolas: la del tesoro escondido y la de la perla de gran valor (Mateo 13: 44-46). En la primera un hombre encuentra un tesoro enterrado bajo tierra. Lo vuelve a esconder. Vende todo lo que tiene y compra aquel campo. En la segunda, un comerciante que buscaba  buenas perlas encuentra una de gran valor. Vende todo lo que posee y la compra. Jesús pone ante sus oyentes el inmenso valor que tiene el reino de los cielos. El paraíso recuperado, para no perderlo no tenemos que dejarnos llevar por la codicia como lo hicieron Adán y Eva que los llevó a perderlo. Tenemos que dejar de codiciar el oropel que nos ofrece el mundo  y centrarnos en el reino de los cielos que es el patrimonio más valioso que se puede adquirir.

Al final del tiempo, el día de la resurrección que es cuando Jesús derrotará totalmente a Satanás y por haber resucitado, vencido a la muerte, quienes han sido salvador por la fe en el Nombre de Jesús. Apocalipsis, el último libro de la Biblia nos muestra un anticipo de lo maravillosos que será vivir en el paraíso eterno contemplando el cuerpo glorioso de Jesús mostrando las señales de la crucifixión que es el precio que tuvo que pagar para conseguir nuestra eterna salvación.

Octavi Pereña i Cortina

 

2 TIMOTEO 4: 6

“Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano”

Todos los casos que relata la Biblia de los siervos de Dios que se les acerca la hora de abandonar este mundo para irse con el Señor, manifiestan la esperanza de la vida eterna que les aguarda. La muerte no les hace miedo porque es un enemigo vencido. El testimonio de estos siervos de Dios debería ser un ejemplo a imitar.

El testimonio que da el apóstol Pablo con respecto a la seguridad que tiene del futuro que le espera, tiene el valor añadido al decirnos dónde radica su seguridad. Hace un resumen de su vida como cristiano que no ha sido nada fácil. “He peleado la buena batalla, he acabado a carrera, he guardado la fe” (v.7).  En 2 Corintios 11: 23-33 cita las diversas situaciones adversas por las que ha pasado a lo largo de su vida cristiana. A pesar de todo ello el diablo no pudo quebrantar su fe: “He guardado la fe”.

“Por lo demás me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo en aquel día” (v.8). El Juez justo reconoce la justicia que Pablo recibe por la fe en el Nombre de Jesús, cuya sangre derramada en la cruz le ha limpiado todos sus pecados  y ha sido revestido de la justicia de Dios. Durante toda la eternidad la corona de justicia que ha recibido de las manos de Dios dará testimonio de la razón por la que el apóstol es ciudadano del reino de los cielos.

Lo interesante del relato del apóstol Pablo es lo que añade: “No solo a mí, también, a todos los que aman su venida”. No solo los grandes siervos de Dios reciben la corona de justicia, la reciben todos los que “aman su venida”. Una fe pequeña es tan valiosa como una de fuerte. Tanto para los pequeños como para los grandes, la fe es un don de Dios. Para fortalecimiento de nuestra fe  Jesús citando al profeta Isaías dice: “La caña cascada no quebrará, y el pábilo que humea no apagará” (Mateo 12: 20). Es decir, los niños en la fe, a pesar que pueden haber llevado muchos años como cristianos y son incapaces de coger el tenedor y el cuchillo para así ingerir vianda sólida, tienen asegurado que recibirán de las manos el Señor la corona de justicia que está  para todos aquellos que aman su venida. Una fe minúscula no disminuye el poder que tiene Jesús de dar la corona de justicia a todos aquellos que esperan su venida en gloria a buscar  a su pueblo.


 

1 SAMUEL 16: 14

“Y el espíritu del Señor se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo de parte del Señor”

El corazón del hombre no puede permanecer vacío, o está en él el Espíritu Santo o lo ocupará el espíritu de Satanás. Israel pidió a Dios que les diese un rey porque querían ser como las otras naciones. El Señor les concede su petición impía y por medio del profeta Samuel unge a Saúl como rey. El ungimiento simboliza la presencia del Espíritu de Dios en Saúl. La obstinación del monarca de hacer prevalecer su voluntad por encima de la de Dios condujo a que el Espíritu de Dios se apartase de Saúl y como el corazón no puede permanecer vacío, ”le atormentaba un espíritu malo de parte del Señor”. Dios permite que un espíritu maligno tome posesión del corazón de Saúl. Que le atormentase a Saúl un espíritu malo no pasa desapercibido a los ojos de sus siervos, que le dicen: “he aquí ahora, un espíritu malo de parte de Dios te atormenta” (v. 15).

Jesús trata esta cuestión cuando dice. “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla… (Mateo 12: 43-45). El vacío que se produce en el hombre abre la puerta para que el espíritu inmundo expulsado regrese acompañado de siete espíritus peores que él, “i entrados, moran allí, y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación” (v. 45). “No hay paz para los impíos, dijo el Señor” (Isaías 46: 22).

En nuestros días que proliferan tanto los trastornos mentales y se pide con urgencia que se mejore la asistencia de la salud mental, es una evidencia de que el Espíritu del Señor nos ha abandonado y que el espíritu de satanás ocupa el vacío dejado.

En el caso de Saúl la servidumbre le propuso la musicoterapia como remedio (1 Samuel 16: 16). Este remedio no sirve para expulsar a los malos espíritus que se han apoderado de los corazones de los hombres. Mientras David tocaba el instrumento musical que tenía en sus manos producía un alivio temporal a Saúl. Pronto el espíritu de parte del señor volvió al ataque, pues mientras David tocaba el instrumento, Saúl intentó matarle porque sentía celos de él (1 Samuel 19, 9,10).

Determinada música puede aliviar momentáneamente el dolor del alma, pero no puede llenarla del Espíritu Santo. La enfermedad mental que sea la consecuencia de que el Espíritu de Dios se haya apartado de la persona únicamente puede curarse con el arrepentimiento  a Dios y con abrir la puerta del corazón para que Jesús pueda hacer morada en él  (Apocalipsis 3: 20). Si Jesús habita en el corazón no hay espacio vacío que pueda ocuparlo un espíritu maligno que le atormente.

 

 

diumenge, 15 de maig del 2022

 

SALUD MENTAL

<b>”Sin un diagnóstico médico no se recetan fármacos y no habría negocio”</b>

“Las carencias de la sanidad disparan un 27% el uso de los sicofármacos en 10 años”. Esta declaración ocupa dos líneas de  ancho de página de un periódico. La salud mental desborda la capacidad sanitaria. Al faltar personal médico calificado se producen largas listas de espera. Para poder atender a los pacientes se opta por la vía más rápida y menos eficaz: recetar sicofármacos.

El sicoterapeuta <b>James Davies</b> dice: “Entender que el sufrimiento es una reacción natural a cosas negativas y malas que nos suceden, es una amenaza política si así lo siente una gran mayoría de personas. Si, en cambio, se afirma que el sufrimiento lo crea el mismo individuo, distrae las causas, y por tanto margina promover cambios en las políticas”. El sicoterapeuta nos viene a decir que si se dan muchas  personas que consideran que la ansiedad, la depresión el miedo, el insomnio…provienen de las deficiencias sociales: vivienda, paro, sueldos de miseria, injusticia, hacen tambalear a los políticos debido a que los votantes pierden la confianza en ellos. El sicoterapeuta <b>James Davies</b>, dice: si los trastornos sicológicos que sufren tantas personas los fabrica el propio individuo, entonces se reduce la presión que se ejerce en los políticos a la hora de tener que resolver los problemas de salud mental que crecen exponencialmente.

En la parábola del sembrador que salió a sembrar trigo, cebada u otro cereal, Jesús dice que la semilla que esparce el sembrador cae en distintos tipos de tierra. Simboliza la Palabra de Dios que el predicador siembra en distintos tipos de corazones. En este momento, lo que nos interesa es la que cae en un corazón lleno de espinos. Jesús explica el significao: “La que cayó entre espinos, estos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes de la vida, y no llevan fruto” (Lucas 8: 14). Como una parábola es una historia terrenal con un significado espiritual, el corazón que está lleno de espinos en el que cae la Palabra de Dios representa un corazón no regenerado por no haber sido limpiado por la sangre de Jesús que limpia todos los pecados. Las personas que tienen sus corazones llenos de espinos solamente pueden mirar horizontalmente. Debido a ello únicamente ven los problemas que se dan en este mundo manchado por el pecado. Son incapaces de alzar la mirada hacia el cielo que es de donde les puede llegar la ayuda que necesitan y así poder exclamar con el salmista: “Soy pobre y afligido, el Señor piensa en mí. Mi ayuda y mi liberación ere Tú, Dios mío no tardes” (Salmo 40: 17). El salmista pide socorro allí de donde le puede llegar la ayuda necesaria. El apóstol Pedro, con el permio de Jesús salió de la barca y se puso a andar sobre las aguas del Mar de Galilea. Al apartar su mirada de Jesús y depositarla en las aguas turbulentas, empezó a hundirse. Atemorizado gritó: “¡Señor, sálvame!” (Mateo 14: 30). Este clamor indica que Jesús no se desentiende de las personas, por la causa que sea, sufren y acuden a Él en busca de ayuda.

La respuesta que Jesús le da a Pedro está cargada de ternura. A todos aquellos que acuden a Él en busca de ayuda reciben el mismo trato. De la misma manera que Jesús tendió la mano a Pedro para sacarlo del agua que amenazaba con tragárselo, la tiende a todo aquel que hundiéndose en el cenagal de este mundo grita con fuerza: “¡Señor, sálvame!” Jesús a la vez que coge la mano de Pedro coge la del lector y les dice: “¡Hombres de poca fe! “¿Por qué dudáis?” (Mateo 14: 31).

El preámbulo del texto bucólico citado previamente, dice: “Ningún siervo puede servir a dos señores, porque aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Lucas 16: 13). Si el lector duda de la existencia de Dios desearía que lo que sigue  le hiciese abandonar la duda y reconozca como a único dios al Padre de nuestro Señor Jesucristo.

Nos afanamos queriendo complacer todas las exigencias que el cuerpo nos pide. “No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido” (Mateo 6: 25). No permitamos que las opiniones ajenas nos hagan malvivir.

La Covid-19, la guerra de Ucrania  y otros diversos contratiempos nos engendran miedo. Ante la incertidumbre que nos provocan los acontecimientos adversos  Jesús nos dice: “Mirad las aves del cielo que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” (v. 26). “Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, como crecen: no trabajan ni hilan…y si la hierba del campo que hoy es, y mañana la echan al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros  hombres de  poca fe?” (vv. 28-30). Jesús nos dice: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (v. 33). Jesús no nos pide que seamos holgazanes sino personas de fe que confían en la providencia de Dios.

Es posible que no vayamos sobrados y que nos veamos obligados a ceñirnos el cinturón. Que tengamos que administrar con mucho cuidado el presupuesto. Si confiamos en la misericordia de Dios manifestada en Jesús la salud mental no se verá afectada porque la paz de Dios que sobrepasa la comprensión humana, nada ni nadie nos la podrá arrebatar. “En paz me acosté, y asimismo dormiré, porque sólo tú, Señor, me haces vivir confiado” (Salmo 4: 8).

Octavi Pereña i Cortina

 

 

MARCOS 5: 19

“Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuénteles cuan grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y como ha tenido misericordia de ti”

Jesús se las tiene que ver con un hombre que se le conoce como el endemoniado gadareno. Este hombre estaba poseído por una legión de demonios, es decir, millares de demonios habían tomado posesión de él. No podemos comprender el estado en que se encontraba dicho hombre. Algo nos lo descubre el texto: rompía las cadenas con que se le ataba para mantenerlo controlado y andaba por los descampados hiriéndose con piedras (vv.4, 5). Verdaderamente este hombre se encontraba en un estado lastimoso. La liberación satánica de este hombre finalizó con los diablos expulsados se  apoderaron de un rebaño de cerdos que pasturaban por la zona y se precipitaron al mar cayendo desde un precipicio.

La violencia del hombre se convirtió en una balsa de aceite: el hombre “que había sido atormentado del  demonio, y que había tenido legión, sentado, vestido y en su juicio cabal” (v. 15). Lo que es imposible para el hombre es posible para el Señor.

A quien se le perdona mucho ama mucho y, la abundancia del corazón no puede pasar desapercibido. La lengua tiene que expresar el bien recibido. Jesús abandona el escenario en donde se produjo la liberación del endemoniado. En el momento de entrar Jesús en la barca que tenía que conducirlo a la otra orilla del lago, el hombre que había sido poseído por una legión de demonios se acerca a Él y “le rogaba que le dejase estar con Él” (v. 18). Jesús no se lo permite, pero le da un encargo: “Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes el Señor h hecho contigo, y como ha tenido misericordia de ti” (v.19).

El encargo que Jesús dio a sus discípulos antes de su ascensión fue: “Id y haced discípulos en todas las naciones”  (Mateo 28: 19). El libro de Hechos describe la expansión del Evangelio a partir de Jerusalén hasta el extremo del mundo: Hispania. El ex endemoniado es un ejemplo del evangelismo doméstico: “y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él, y todos se maravillaban” (v. 20). La evangelización que es fruto de los programas eclesiales no funciona. No impacta a los oyentes. Los gadarenos que hicieron salir corriendo a Jesús de su territorio rabiosos por la pérdida de dos mil cerdos, “todos se maravillaban” al ver que aquella persona que anteriormente tenían que encadenarla para evitar que hiciese daños. ¿Tenemos algo que decir a nuestros vecinos? Si el Señor no nos ha liberado del pecado, ciertamente que no.


 

MARCOS 10: 17

“Al salir Él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de Él le peguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?

Un hombre se acerca corriendo a Jesús para preguntarle sobre la vida eterna. Es muy posible que esta persona hubiese oído hablar de Jesús, incluso que hubiese visto los milagros que obraba,  tal vez hubiese escuchado de los labios de Jesús aquellas palabras que denotaban más autoridad que las de los fariseos y saduceos (Mateo 7: 28, 29).

Aparentemente  este hombre era un candidato a la vida eterna. Realmente era alguien en quien la semilla que sembraba el sembrador cayó “entre espinos, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y la hace infructuosa” (Mateo 13: 22). Muchos son llamados pero pocos los escogidos. El sembrador sale a sembrar la palabra en los corazones de las personas sin saber la calidad del corazón en que la siembra. Sin distinción de personas hace la siembra y deja el resultado en las manos del Señor porque Él sabe que corazón es buena tierra.

A la pregunta: “¿Qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dice que cumpla los mandamientos (v. 19). Nuestro hombre no sabe lo que dice cuando afirma que los ha cumplido desde su juventud (v.20). Entonces Jesús mirándolo con amor le dice: “Una cosa te falta, anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo, sígueme tomando tu cruz” (v. 21). La prueba del algodón descubre que el corazón de aquel hombre que presuntamente estaba interesado en la vida eterna estaba lleno de espinos “el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y la hace infructuosa”. Afligida la persona al oír las palabras de Jesús “se fue triste porque tenía muchas posesiones” 8v.22). Esta persona estaba aferrada a las cosas de este mundo. Su dios eran las riquezas. N o podía servir a dos señores a la vez. Si ama el dinero no puede amar a Dios. Jesús es muy claro. Pide que se ame a Dios sobre todas las cosas. Quienes no están dispuestos a renunciar al dios dinero se alejan de Jesús tristes porque en su corazón no hay gozo.

 

 

diumenge, 8 de maig del 2022

 

EVANGELIO DE LA PAZ

<b>Es necesario distinguir la Verdad de Dios de las verdades que son muchas</b>

Así empieza <b>Llàtzer Moix</b> su escrito <i>Soldados de  la verdad</i>: “Cada día vemos en los telenoticias soldados y voluntarios ucranianos armados y dispuestos a defender su país. Cada día vemos en la tele periodistas que defienden la verdad con el micro y la cámara,  con el boli y bloque de notas. Estos no llevan uniforme, pero también se les puede llamar – soldados de la verdad -. Su valentía no desmerece la de aquellos que empuñan armas”.

Hoy como siempre se da un duelo entre la verdad y la mentira. No es un combate singular según las normas del código de caballería debido a que la mentira juega sucio. Utiliza la oscuridad a la hora de emplear sus armas contra la verdad. La mentira desconoce qué es caballerosidad. Maneja los golpes bajos para imponerse. Desconoce qué es el honor a la hora d enfrentarse a la verdad.

Los poderosos, Putin es un caso de rabiosa actualidad. Utilizan el poder para cambiar las leyes que les permiten castigar duramente a quienes se atreven a disentir de lo que ellos consideran su verdad. La verdad a la que se refiere <b>Moix</b> tiene muchas caras que se tienen que respetar si se combate con honor. El respeto mutuo es la garantía del progreso. Es la esencia de la democracia. Como muy bien dice <b>Moix</b>, los soldados que defienden la verdad no llevan uniforme ni van armados.  La defienden con el micro y la cámara, con el boli y el bloque de notas.  Por ello debe defenderse la libertad de prensa y de pensamiento. La sociedad necesita a estos civiles que empuñan el micro y el boli para describir lo que ven.

Detrás de los civiles que defienden, los unos la verdad y los otros la mentira, no es lo que más nos tiene que preocupar. Es la lucha entre el bien y el mal que se desarrolla en el campo del espíritu. Esta lucha hace milenios que actúa. Empezó cuando Luzbel y sus ángeles se sublevaron contra Dios para intentar destronarlo. No lo consiguieron. ¿Por qué Dios no los destruyó? Las cosas secretas pertenecen a Dios  y no nos incumbe a nosotros intentar conocerlas. Es una pérdida de tiempo intentar saber lo que Dios se reserva para sí. Lo que sí sabemos es que esta guerra iniciada en los ámbitos celestiales continúa aquí en la Tierra. En esta lucha se ha visto involucrado el ser humano porque Satanás quiso destruirlo. En parte lo consigue porque una buena parte empezando con Adán desobedeció a Dios y se puso a las órdenes de Satanás que es el padre de la mentira. De ahí que las falsas noticias se fabriquen como churros y se persiga la verdad sin tener en cuenta el código de honor.

El apóstol Pablo escribiendo a su discípulo Timoteo le dice: “Tú, pues, soporta las aflicciones como buen soldado de Jesucristo” (2 Timoteo 2: 3). No se espante  el lector. Ser un “buen soldado de Jesucristo” nada tiene que ver con las milicias cristianas promovidas por la extrema derecha. Pablo lo deja bien claro: “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne, porque las armas de nuestra milicia no son carnales” (2 Corintios 10: 3, 4).

Los soldados ucranianos que luchan para defender su tierra están equipados con todo lo necesario para enfrentarse a su enemigo. El “buen soldado de Jesucristo” se enfrenta a un enemigo muy fuerte que se llama Satanás. Para combatir en esta guerra que es de carácter espiritual con el propósito de “derribar argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios” (2 Corintios 10: 5), “debe fortalecerse en el Señor  y en el poder de su fuerza. Vestirse  con toda la armadura de Dios, para que pueda estar firme contra las asechanzas del diablo. Porque no tiene lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto tomad toda la armadura de Dios,  para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes” (Efesios 6: 10-13).

A continuación, el apóstol Pablo utilizando una analogía la del equipo del soldado romano con el que utiliza el soldado cristiano para salir victorioso en su lucha contra el padre de la mentira: “Ceñidos sus lomos con la verdad, y vestido con la coraza de justicia” (v. 14). La verdad de Dios y su justicia protegen una parte del alma del soldado cristiano. Sin ello está desprotegido de los dardos de fuego del enemigo. “Calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz” (v. 15). El cristiano es llamado a difundir el Evangelio por todo el mundo. No puede permanecer encerrado en su casa esperando que  los otros soldados cristianos luchen por él. No tiene que salir al campo de batalla cubiertos sus pies con un zapato y una alpargata. Tiene que calzar unas botas que le permitan andar cómodamente por el terreno agreste por el que tiene que avanzar anunciando la paz que Dios ofrece a los hombres en Jesús. Un mundo convulsionado por infinidad de tumultos el mensaje del evangelio de la paz de Dios debe extenderse cuanto más mejor. “Sobre todo toma el escudo de la fe con que puedas apagar todos los dardos de fuego del maligno” (v.16). La lucha contra Satanás no puede hacerse con armas carnales como se ha hecho a menudo   a lo largo de la historia. La violencia oprime pero no convence. Satanás, al verse acorralado no permanece impasible arremete contra sus enemigos con todo su furor. De ahí la importancia que el soldado cristiano coja con firmeza el escudo de la fe. “Someteos, pues, a Dios, resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4: 7). El soldado cristiano no es un recluta. Es un veterano bregado. Por esto “toma el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios” (v. 17). El soldado cristiano es alguien que sabe en quien ha creído. En el fragor del combate la diarrea que provoca el miedo no lo inutiliza para luchar. El soldado cristiano no es un lobo solitario que va a la suya. Forma parte de un ejército disciplinado que todos a una luchan contra el Maligno. Por esto “ora en todo tiempo con toda oración y súplica en  el Espíritu, y vela en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos” (v. 18).

Octavi Pereña i Cortina

 

EZEQUIEL 12: 27

“Hijo del hombre, he aquí que los de  la casa de Israel dicen: La visión que éste ve es para muchos días, para lejanos tiempos profetiza éste”

El Señor pone en los labios de Ezequiel palabras que anuncian cautiverio: “Hijo de hombre, tú habitas en medio de casa rebelde, los cuales tienen ojos para ver y no ven, tienen oídos para oír y no oyen, porque son casa rebele” (v. 2). Es muy triste que las personas tengan la oportunidad de escuchar el mensaje de arrepentimiento y hagan oídos sordos.

En el texto que  comentamos el Señor le hace saber a su siervo lo que pensaban los jerosolimitanos del anuncio del destierro inminente: “La visión que éste ve es para muchos días, para lejanos tiempos profetiza éste”. Creían que podían seguir viviendo sus vidas dando la espalda a Dios porque las palabras del profeta no iban dirigidas a ellos. Los destinatarios serían sus hijos y nietos. A ellos no les afectaban directamente. Podían seguir manteniendo tapados sus oídos a las palabras del profeta que anunciaban  la ira de Dios porque el mensaje no iba dirigido a ellos.

La actitud irreverente de los judíos es patrimonio  de la humanidad toda. En Hebreos el escritor sagrado recuerda a los lectores Éxodo 17: 1-7, cuando los hijos de Israel tentaron al Señor diciendo: “¿Está, pues, el Señor entre nosotros, o no?” (v. 7). El texto de Hebreos dice: “Por lo cual, como dice el Espíritu Santo si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, donde me tentaron vuestros padres, me probaron y vieron mis obras cuarenta años. A causa de lo cual me disgusté contra esta generación, y dije: Siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos. Por tanto juré en mi ira: No entrarán en mi reposo” (3: 7-11).

Lector estimado: si oyes la voz del Señor no endurezcas tu corazón. No hagas como los jerosolimitanos que creían que la sentencia que anunciaba el profeta no iba con ellos pues profetiza para tiempos lejanos. Si oyes hoy la voz de Dios no dejes para mañana la respuesta pues es muy posible que el mañana no te dé la oportunidad de arrepentirte de tus pecados y puedas obtener la salvación que únicamente se obtiene por la fe en el Nombre de Jesús que es el único medio de salvación establecido por Dios.

Si por medio de este mensaje Dios llama a la puerta de tu corazón ábrele la puerta para que Jesús pueda entrar en él y haga morada en él. Si Jesús mora en ti, posees la salvación eterna y el gozo te acompañará a lo largo de todos los días de tu vida.


 

1 SAMUEL 18. 7

“Y cantaban las mujeres que danzaban y decían: Saúl hirió a sus miles y David a sus diez miles”

A los dos años del reinado de Saúl el Señor se apartó de éste y las victorias bélicas empezaron a abandonarle. El Señor manda al profeta Samuel que unja a David como futuro rey de Israel. Los acontecimientos  preparan la presencia del futuro rey en el escenario público. La ocasión se presenta cuando David con una piedra lisa cogida del arroyo la lanza con su honda impactando en la frente de Goliat, el temible enemigo de Israel, causándole la muerte. A partir de este momento David entra a formar parte de los íntimos de Saúl. Pronto adquiere prestigio militar al estar el Señor con él en sus hazañas bélicas. Las mujeres recibían a Saúl y a sus soldados cuando regresaban victoriosos de sus incursiones en territorio filisteo cantando y danzando, diciendo: “Saúl hirió a sus miles y David a sus diez miles”. El elogio que daban las mujeres con sus cantos a David no agradó  a Saúl que “se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles, no le falta más que el reino. Y desde aquel día Saúl no vio con buenos ojos a David” (vv. 8, 9).

Saúl sabía que había sido desechado como rey debido a su desobediencia a Dios. La sentencia todavía no se había ejecutado. Dios en su misericordia le concede un tiempo de gracia para que pudiese arrepentirse de su pecado. No lo hace La prueba de que no se arrepintió se encuentra en la reacción que dio a los cantos de las mujeres. Poco después Saúl intenta matar a David lanzándole una jabalina. Al no conseguirlo persigue a David con el encarnecimiento con el que un sabueso persigue a su presa. Así fue hasta que le llegó la muerte al ser derrotado por los filisteos en la batalla de Gilboa.

A pesar que David era el auténtico rey de Israel por haber sido ungido como tal por el profeta Samuel jamás alzó la mano contra el rey depuesto a pesar que tuvo oportunidades para hacerlo porque dejaba en las manos del Señor la ejecución de la sentencia

La historia de Saúl y David nos enseña que los celos no son buenos en ninguna situación. La política no queda excluida. ¡Cuánto mejor nos irían las cosas si los políticos no se dejasen llevar por los celos y dejasen de jugar sucio para deshacerse de sus contrincantes! Si el Señor aparta de un cargo a un político se debería dejar en las manos del Señor la destitución del desechado. Los justicieros no son la solución a los problemas que plantean los malos políticos. Los celos son malos consejeros a la hora de la resolución de los problemas  sean políticos o personales.

 

 

diumenge, 1 de maig del 2022

 

SALMO 51: 17

“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado, al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”

La religión normalmente enseña a hacer cosas para agradar a Dios como si Dios estuviese falto de algo que le haga  feliz. No olvidemos que todo lo que hacemos está manchado de pecado y que al Dios tres veces santo no le placen nuestras obras impuras. La falsa religión, a pesar que no aporta los beneficios que se espera de ella, tiene muchos seguidores porque enaltece el orgullo humano. ¡Fíjate, Dios mío, cuántas cosas hago para agradarte, tienes que estar contento con todo lo que hago por ti! ¡Cuán equivocados están quienes piensan que por ellos mismos pueden hacer algo que agrade a Dios! El salmista nos dice que Dios no se fija en lo que hacemos sino en quienes somos. La denuncia que Jesús hace de los fariseos también es aplicable a nosotros. Los fariseos fueron unos extremistas que a su parecer hacían buenas obras. ¿Qué les dijo Jesús a estas personas tan santurronas? “Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres”  (Mateo 15: 7-9). Cuide el lector vigilar si esta denuncia que Jesús hace de los fariseos se puede aplicar a ti. Vigila para descubrir si lo que practicas es una religión de obras impuesta por los falsos maestros que enseñan como mandamientos doctrinas de hombres.

El salmista en el texto que comentamos enseña que Dios antes de fijarse en las obras que hacemos mira lo que hay en el corazón de quien las hace. La adoración externa que puede exigir muchos sacrificios no es bien vista por Dios. Los sacrificios que Dios ve con buenos ojos, el salmista lo dice con claridad meridiana que no da lugar a duda: “El espíritu quebrantado, al corazón contrito y humillado  no despreciarás tú, oh Dios”.

La parábola del fariseo y del cobrador de impuestos contiene la enseñanza que mejor nos aclarará lo que estamos comentando. “El fariseo puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este cobrador de impuestos, ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el cobrador de impuestos, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador”. La opinión que tiene Jesús de estos dos hombres que a la misma hora se encontraban orando en el templo: “Os digo que éste” (el cobrador de impuestos), “descendió a su casa justificado” (perdonado), “antes que el otro”  (el fariseo), “porque cualquiera que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Lucas 18: 9-14).

“Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”


 

2 SAMUEL 7: 4-7

“Ve y di a mi siervo David: Así ha dicho el Señor: ¿Tú me has de edificar una casa en que yo more?…Y en todo cuanto he andado con todos los hijos de Israel…?Por qué no me habéis edificado casa de cedro?”

“Después que el Señor le había dado reposo de todos sus enemigos en derredor” (v. 1), cuando la paz se hubo establecido en el reino. Cando David  ya no estaba ocupado en guerras, y vivía tranquilo en su casa, reflexionó y se dio cuenta que habitaba “en casa de cedro, y el arca de Dios está entre cortinas” (v. 2). David compara el lujo de su casa con la humilde tienda en que estaba depositada el arca de Dios. Esto no puede continuar así. El arca de Dios merece estar depositada en un lugar adecuado a la gloria del Señor. David consulta con el profeta Natán su deseo de construir un templo en donde depositar el arca del Señor. El profeta convencido de que el deseo del rey era correcto, le dice: ”Anda y haz todo lo que está en tu corazón, porque el Señor está contigo” (v. 3). El profeta que da por bueno el propósito de David  comete un error: No consulta con el Señor la intención del rey. Dios habla con Natán y le dice. “¿Tú me has de edificar una asa en que yo more?” (v.5). No sería David quien edificaría el templo. El privilegio de construirlo caería en su hijo Salomón. Sería un magnífico templo.

En la ceremonia de la dedicación del templo al Señor, Salomón dijo algo muy importante al respecto de los monumentales edificios, catedrales y otros edificios majestuosos dedicados al culto: “Pero, ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos de los cielos, no te pueden contener, ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado”    (1 Reyes 8: 27). Dios no habita en templos construidos por la mano del hombre. El templo en Jerusalén era una figura del verdadero (Hechos 9: 24). Si un edificio majestuoso construido por encargo de Dios no puede contener al Dios eterno, menos lo pueden contener los sagrarios y las obleas que se dice que Jesús el Hijo de Dios está en ellos de cuerpo presente.

Con la venida de Jesús, su muerte hizo que se partiese de arriba abajo el velo que separaba el lugar santo del santísimo al que únicamente podía entrar el sumo sacerdote una vez al año previo sacrificio de un cordero que representaba a Jesús el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, indicaba que lugar tan sagrado estaba abierto a todos los verdaderos creyentes. Asombroso: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (1 Corintios 3: 16), ¿”O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 Corintios 6: 19). Hemos de dejar de interesarnos por las majestuosas edificaciones que están vacías de Dios. El apóstol nos dice que debemos interesarnos   por nuestro cuerpo que es el verdadero templo de Dios en la tierra: “Porque habéis sido comprados por precio, glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (v.20). ¿Manchamos nuestro cuerpo que es templo de Dios viviendo en pecado? Velemos para mantenerlo santo.

 

 

MODA TRANS

<b>El problema principal de los transgenero es que desean ser reconocidos socialmente</b>

<b>Ima Sanchís</b> entrevista a la periodista <b>Abigail Shrier</b>: “¿Es usted transfobica?” La respuesta que da es: “Por descontado que no tengo fobia  a las personas transgenero, yo me he limitado a estudiar un grave problema que estamos viviendo ente las adolescentes en los EUA: La sensación de grave incomodidad con el sexo biológico propio”. Según <b>Abigail</b> “las niñas adolescentes de hoy día están pasando la peor crisis mental que jamás hemos visto. Las púberes tienen niveles altos de ansiedad, de depresión, existen trastornos nuevos como las autolesiones, el odio hacia su cuerpo y el deseo de huir de su forma femenina. Y aquí es en donde irrumpe la moda  trans. Les desagrada su sexo biológico. Es lo que llamamos desagrado de género. Normalmente se inicia en la infancia e históricamente se ha dado en niños. Hoy la demográfica nos dice que principalmente la padecen niñas adolescentes sin un historial de desagrado en su infancia”.

<b>Abigail Shrier</b> dice que la identificación transgenero se ha multiplicado por cien en solo unas décadas en niñas de entre 12 y13 años. “Suele pasar en la pubertad. Las adolescentes con sus amigas afirman que odian su cuerpo, sus pechos y el período, tienen ansiedad y depresión y creen que si comienzan un tratamiento de testosterona y se convierten en chicos  todo se arreglará. Se animan las unas a las otras”. Qué certeras son las palabras de Salomón: “Hija mía, si los pecadores te quieren seducir, no lo consientas” (Proverbios 1: 10). Los que influencian y las estrellas trans  por medio de las redes sociales llenan de viento las cabezas de las adolescentes. “Algún trans imparte conferencias en las escuelas sobre su experiencia y les queda la idea de que serán más populares si se declaran transexuales. Más que una necesidad sicológica son el resultado  de estímulos y sugerencias”.

<b>Abigail</b> expone: “La locura de diagnóstico actual de aversión de género lleva a las púberes a llenarse de testosterona  y a extirparse los pechos porque, mal aconsejadas creen que la incomodidad propia de la adolescencia se debe a que su cuerpo y su sexo no se corresponden”. <b>Abigail</b>sigue alertando: “En el 2007 existía una única clínica de genero hoy las hay a centenares. En Tik Tok los médicos hacen publicidad de este tipo de cirugía que es muy popular” Otro negocio a costa de la salud física y sicológica de las adolescentes.

<b>Arianna Armour</b> confiesa. “Fui LBGTQ durante 16 años. Fui lesbiana durante 14 años y transgenero de mujer a hombre durante 2 años. También crecí en un hogar cristiano. Ibas a la iglesia una vez a la semana. Te ponías la mejor ropa de domingo. Escuchabas el sermón. Hablabas de cosas triviales y vuelves a casa y vives tu vida  como quieres durante los próximos seis días”.

<b>A Arianna</b> se la podría considerar cristiana practicante que se limita a las formas externas desconociendo quien es Cristo. Hace esta declaración del entorno religioso en que se movía: “Todos eran falsos y crueles y yo creía que Dios me odiaba y que iba a enviarme al infierno”. Insatisfecha consigo misma, dice. “Le pregunté a Dios ¿por qué me has hecho niña’ ¿Por qué no pude nacer niño?” Las predicaciones sobre un Dios sin misericordia, que solo piensa en enviar a los pecadores al infierno hacen más daño que una pedrea.

Cuando <b>Arianna</b> tenía 17 años creía que Dios la había hecho niña por equivocación. Tanta era su confusión que decidió convertirse en <b>James</b> y así fue como empezó a inyectarse testosterona pensando que así haría desaparecer  su confusión. Afirma: “Estaba realmente perdida. Estaba deprimida. Tenía ansiedad. Tomaba pastillas. Hacía todo lo posible para soportar todo lo que me había pasado. Drogas, alcohol. Lo que hiciese falta”

En el año 2019 <b>Arianna</b> fue invitada a asistir a The Supernatural Life en Altamonte Springs, Florida. Del encuentro explica. “Allí fue que conocí a Jesús. Todavía era un hombre trans. Fue un encuentro loco, sucedieron cosas locas y supe que necesitaba a Jesús. No la religión, sino a Jesús”. A partir de entonces empezó a producirse un cambio en el comportamiento de   <b>Arianna</b>. Empezó a orar, a dedicar tiempo a Dios, a leer la Biblia. Dice. “Todo se redujo a una elección. Decidí seguir a Cristo”. Dice que se convirtió a Dios en septiembre de 2020. “Estoy preparada para ser libre de éste que me robó la identidad” (se refiere a Satanás). “Estoy preparada para ser quien soy porque Dios me creó por algún motivo. Estoy cansada de mirar a mi cuerpo y pensar que todo fue un error. Estoy cansada de andar con la cabeza inclinada y a odiarme  a mí misma”.

<b>Arianna Armour</b> dice que cuando todavía era <b>James</b> asistía a la iglesia, leía la Biblia y oraba, pero todavía no me consideraba cristiana sino una persona LBGTQ que buscaba a Jesús. Alguien que le faltaba en su vida. ”Por qué? Porque no me había arrepentido.  No me negaba a mí misma, No seguía a Jesús, solo lo estaba buscando. No creo que se pueda seguir siendo LGBTQ y a la vez ser cristiana porque un cristiano no es alguien que dice “creo”. Un cristiano es alguien que vive a Jesús. Un cristiano es un discípulo de Jesucristo”.

“Jesús no nos dijo que siguiésemos viviendo nuestro estilo de vida pecaminoso y todo está bien. No está bien. Nos dice a todos, heterosexuales u homosexuales que nos arrepintamos de nuestros pecados. Escogí seguir de verdad a Jesús y renuncié al estilo de vida LBGTQ”.

Jesús cambia para bien la vida de cualquier persona que cree en Él como a su único Señor y Salvador.

Octavi Pereña i Cortina