NIÑOS ENREDADOS
<b>La
práctica que va en aumento de enviar fotos íntimas resulta ser nociva cundo el
amor de mi vida deja de existir</b>
La
policía catalana detecta dos casos por semana de difusión de fotos de menores
en Lleida. Internet, móviles, Smartphones, Whatsaaps, son dispositivos
altamente conectados que pueden facilitarnos casi instantáneamente información.
En este sentido son herramientas que pueden darnos la información que deseamos
con mucha facilidad y sin tener que movernos
de casa o de la oficina. A la vez, tienen el peligro, ya que la
información que se les suministra prácticamente es indestructible. Debido a
ellos se debe ser muy cuidadoso a la hora de introducir información de tipo
personal, sea erótica o no.
El
sargento Xavier González Espinet, responsable de la Oficina de Relaciones con
la Comunidad asegura que “uno de los problemas más frecuentes es el caso del
menor que ha enviado a una persona de su entorno fotografías de carácter
íntimo…los menores deben saber que cuando se hacen un selfie y lo cuelgan en la red pierden el control de dicha imagen.
Nos
espantamos ante la alarma que se genera cuando niños y adolescentes envían
fotos íntimas que se convierten en boomerangs que los golpean fuertemente. ¿Qué
ejemplo damos los adultos a los menores? ¿Qué tipo de modelos son los padres
para los hijos? Recientemente se ha descubierto el acoso a celebridades
norteamericanas, por este motivo. En nuestra casa tenemos los casos de Olvido Hormigos, regidora en el
ayuntamiento de Los Yemenes que gravó y envió fotos en posturas que jamás se
deberían haber producido, i de Teresa
Terelu, presentadora de televisión. ¿Qué pueden decir estas mujeres a sus
hijos? ¿Cómo pueden justificar sus inmoralidades? ¿Cómo pueden explicar a sus
hijos lo peligroso que es enviar por Internet fotos íntimas si ellas han caído
en la trampa del exhibicionismo?
En
nombre de la libertad sexual y de que somos dueños de nuestro cuerpo y que con
él podemos hacer lo que nos plazca, estamos banalizando el sexo. No debe
extrañarnos, pues, que niños que nacen y se crían en hogares en los que se
habla del sexo de manera degradante y
envueltos de imágenes que objetivizan a la mujer y que de tanto repetirse
llegan a la conclusión de que esta es la
manera correcta de considerar a la mujer. No debe extrañarnos que la policía
catalana diga que la edad media de menores implicados en el envío de imágenes
comprometedoras sea de 12-15 años.
Hoy,
con la negación masiva de Dios y de su Ley se ha creado una sociedad carente de
pudor: <i>Aversión del alma hacia aquello que puede ofender la decencia,
también la modestia</i>. Cuando se atenta una y otra vez contra el pudor,
las celebridades se encargan de enseñar que es normal mostrar públicamente las partes íntimas de
sus cuerpos con vestidos que tapan poco y presentándose en público con
transparencias que lo enseñan todo, se crea una adicción al sexo que es
insaciable. La palabra
<i>basta</i> ya no existe. El profeta Jeremías describe así la
sociedad que vive para el sexo: “Como caballos bien alimentados, cada cual
relincha tras la mujer de su prójimo. ¿No habrá de castigar esto?, dijo el
Señor. De una nación como ésta, ¿no se habrá de vengar mi alma?” (5: 8,9).
A
continuación cito unos textos bíblicos que si son asumidos por los padres les
podrán ayudar a instruir a sus hijos sobre sexo y no esperar que sea la
pornografía que aprovechándose del vacío educativo se encargue de hacerlo de
manera degradante y perjudicial para aquellos que la reciben y acepten las
instrucciones tan perjudiciales para su salud moral.
“¿Qué
hijo mío? ¿Qué hijo de mi vientre? No des a las mujeres tu fuerza, ni tus
caminos a lo que destruye a los reyes” (Proverbios 31: 2,3)
“Honroso
sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla, pero a los fornicarios y a
los adúlteros los juzgará Dios” (Hebreos 13:4).
“Pues
la voluntad de Dios es vuestra santificación, que os apartéis de fornicación,
que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor, no en
pasión de concupiscencia como los gentiles que no conocen a Dios” (1 Tesalonicenses 4: 3-5)
<b>Victoria
Villamil</b> dice: “El comportamiento sexual compulsivo también
denominado <i>trastorno hipersexual</i>, puede destruir la vida de
una persona de la misma manera como lo hacen la adicción al alcohol o a las
drogas”</i>.
<b>Valerie</b>
describe su experiencia adictiva al sexo, así: “Para muchos la adicción al sexo
es una forma de automedicación para borrar la angustia, desesperación y el
miedo paralizante que obsesiona desde la niñez. Con el propósito de aligerar la
soledad y el miedo de no ser amada, buscaba el amor en lugares equivocados.
Debido a mi adicción al sexo arruiné dos matrimonios. Perdí el trabajo y la
vivienda y me quedé en la calle”. Después de una década de travesía por el desierto
<b>Valerie</b> intentó suicidarse con una sobredosis de
medicamentos.
Banalizar
el sexo y utilizarlo como automedicación para esconder los problemas
emocionales conduce a empeorar las situación porque de las llamas se cae sobre
las ascuas. Los expertos dicen que la infelicidad creciente es la causa del
envío de fotos íntimas y de la adicción a Internet. Los afectados por las situaciones no
gratificantes que se dan en los hogares lo intentan suplir con el sucedáneo que
les ofrece la red con el resultado nefasto de hacerse adictos al sexo en línea.
Octavi Pereña i Cortina
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