dilluns, 30 de maig del 2016

SALMO 119: 103
“¡cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Mas que la miel a mi boca”
Leí sobre lo que alguien considera “gran literatura”. El autor del escrito sugería que la literatura “te cambia. Cundo lees te conviertes en una persona distinta”. La Palabra de Dios siempre se la puede considerar “gran literatura”. El apóstol Pablo escribiendo a los cristianos de Tesalónica les dice. “examinadlo todo, retened lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:21). El apóstol aconseja a los cristianos a que sean buenos lectores debido a que la buena literatura edifica. Hoy e publican muchos libros. Muchos son basura. La abundancia de publicaciones hace que sea un tanto difícil seleccionar el libro que conviene leer. Con un poco de atención no nos es imposible seleccionar el libro que nos conviene leer. Alguien ha dicho que un libro por malo que sea siempre contiene algo que vale la pena retener. “examinadlo todo, retened lo bueno”. La lectura de la prensa también debe hacerse con el espíritu de “examinadlo todo, retened lo bueno”. Los títulos de los artículos ya nos permiten hacer una selección previa. Empezado a leer el escrito escogido nos muestra que no contiene lo bueno que se esperaba encontrar. Se puede abandonar seguir leyendo. Se comienza la lectura de otro artículo esperanzador y en él se encuentra una frase, la cita de otra persona, un párrafo que es de lo bueno que debe retenerse. Haciéndolo así uno se ejercita en la lectura y se afila el espíritu crítico y la personalidad se perfecciona. Uno no nace aficionado a la lectura. La afición brota del interés en encontrar la verdad. A medida que se van encontrando perlas en libros y periódicos más se siente uno atraído por la lectura. Muchos no leen porque no han descubierto que en la palabra impresa  se puede encontrar miel que da gusto paladear.
El único libro que puede considerarse “gran literatura” es la Biblia. Como dice el salmista en el texto que encabeza este comentario “¡cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Mas que la miel a mi boca”. Aún cuando la Biblia contiene pasajes tediosos  como lo son las largas genealogías, también se encuentran en ellas pequeñas dosis de miel que son una delicia saborearlas. Sea cual a el pasaje de la Biblia que leamos, si se hace con humildad pidiendo al Señor que por medio del Espíritu Santo abra nuestra mente, la lectura de la porción elegida hará que continuemos nuestra peregrinación por este valle de sombra de muerte con corazón gozoso por haber alimentado el alma con el Pan de Vida que es Jesús  y apagado su sed con el agua de vida que no es otro sino Jesús. La lectura de la Biblia si se hace sediento y hambriento de conocer la Verdad siempre cambia al lector.


SALMO 88:13

“Mas a ti he clamado, oh Señor, y de mañana mi oración se presentará delante de ti”
La Biblia no enseña en ningún lugar que el ser humano deba dirigirse a alguien que se le considere Dios o reina de los cielos. Sólo afirma que las plegarias deben dirigirse  a Dios el Padre de nuestro Señor Jesucristo pues fuera de Él no hay Dios. El mandamiento es clave: “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20:3). Conociendo esto los cristianos debemos tener conciencia de que fuera de Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo no hay dios y que cuando se adora a un dios espiritual o a un dios, hombre o mujer, representado en una imagen, a quien se está adorando es a Satanás el padre de la mentira que tiene por objetivo engañar a los hombres para que no adoren a dios creador de todo lo existente y que en su Hijo unigénito encarnado en Jesús salva a los pecadores que creen en Él, devolviéndoles la vida eterna que perdieron   en el Edén por instigación de Satanás, al que hoy se sigue adorando venerando  a dioses que no son Dios.
Yo creo en Jesús como el Hijo de Dios encarnado que murió en la cruz del Gólgota para perdón de mis pecados. Deseo que el lector posea la misma fe. Si es así, ¿qué debemos hacer? El texto que hoy comentamos nos enseña que debemos clamar al Señor porque es el único que tiene oídos para oír nuestros clamores a no ser que nuestros pecados taponen sus oídos y le impidan oír. Si es así, que hay pecado en nosotros que le impida al Señor oír nuestros clamores, lo primero que debemos hacer es confesarlo para que la sangre de Jesús lo borre. Haciéndolo así los tapones de los oídos de Dios caerán y nuestros clamores llegarán a sus oídos y serán escuchados.
Por la fe en Jesús y restablecida la comunión con Dios, ¿qué debemos hacer? El salmista da respuesta a nuestra pegunta. “de mañana mi oración se presentará delante de ti”. El holgazán recibe un aviso del Señor: “Como la puerta gira sobre sus quicios, así el perezoso se vuelve en su cama” (Proverbios 26:14). El perezoso abre sus ojos al amanecer, mira el reloj y se dice todavía es temprano, da media vuelta y vuelve a dormirse. Cuando vuelve a despertarse el  Tiempo ha transcurrido y se hace tarde. Corriendo se levanta porque va a llegar tarde al trabajo. No hay tiempo para una oración. El salmista no procede de esta manera absurda como se comportan muchos: “De mañana mi oración se presentará delante de ti”. Madruga para fortalecerse en el Señor y la presencia activa de Dios en su vida es la fuerza que le acompañará a lo largo de la jornada que empieza. Con el señor a su lado los contratiempos no le afligirán.


BANQUETE DE BODAS

<b>Creación y evolución: dos fes antagónicas como la luz y la oscuridad</b>
La periodista <b>Gemma Tramullas</b> entrevista a <b>Marta Salguero</b> que estudia cuarto de matemáticas en la Universidad de Barcelona. A la vez coordina el Grupo Bíblico Universitario del campus central de la UB, en donde expuso su fe en las jornadas <interroga a un cristiano</i>.
La periodista le pregunta  a <b>Marta</b>: - Usted es matemática. ¿No cree que la ciencia y la fe en Dios se llevan mal? Respuesta. “Alguien dijo que un poco de ciencia te aleja de Dios, pero que mucha ciencia te acerca. Yo como matemática busco la verdad científica, y ha sido precisamente la verdad científica la que me ha acercado a Dios.
Entrevistadora. - ¿Cuál es esta evidencia? <b>Marta Salguero</b> responde: “No digo que sea demostrable al cien por cien científicamente, porque no hay nada que lo se al  cien por cien. Pero se sabe que la probabilidad de que haya vida compleja en la Tierra es de 10 elevada a la potencia -123. Demasiados ceros le dice <b>Tramullas</b>, para alguien de letras. Aclaración: “Es un 0 seguido de un punto, 122 ceros y un 1, esto y nada es casi lo mismo. Ante esto existen dos opciones: creer que venimos de la nada, o bien  que una mente inteligente ha diseñado este universo a nuestra medida”.
La redactora le dice a la matemática: - Y usted cree en la segunda. La respuesta que le da la estudiante de matemáticas: “El cristianismo es la explicación más coherente del ser humano, de la  sociedad y de nuestros problemas. El ser humano se ha alejado del diseño original de Dios, somos defectuosos, estamos rotos por dentro y necesitamos que Dios nos restaure”.
¿Sus padres son creyentes?, pregunta la periodista a <b>Marta Salguero</b>. Ésta, muy coherente con lo que dice el apóstol Juan: “Todos los que le recibieron (Jesús), los que creen en su Nombre, les dio potestad de ser hijos de Dios, los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Juan 1:12,13). Es decir la fe no es una herencia que se transmite de padres a hijos. Es una decisión personal con la intervención de Dios que quita la venda que tapa los ojos que impide ver la realidad. Por esto, la estudiante de matemáticas da esta respuesta: “la madre es bautista y el padre no. Pero el cristianismo es una relación personal con Dios, pero entendí que debía volver”. <b>Marta Salguero</b> de alguna manera se comporta como el hijo pródigo de la parábola. En vez de seguir en la fe que le transmitía su madre se fue a una “tierra lejana” que tenía muy cerca: “Iba al instituto y eran años de mucha presión: los compañeros no piensan como tú, sales más de casa, ves más opciones. Entonces tenía otros dioses. El tenis era un gran dios, la música, los estudios…Intentaba hacerlo todo bien por mi misma, encontraba la fuerza en mi para solucionar los problemas, pero a primero de carrera estos dioses me cayeron”. Las algarrobas que le daba el mundo no satisfacían el apetito que sentía su alma. El agua salada que le daban a beber sus dioses intensificaba la sed de su alma.  “Buscaba un sentido más profundo en mi vida”, afirma la estudiante. Dice que un profesor católico la impactó por su serenidad. Pensó. “Quiero lo que tiene este hombre”. Igual que el hijo pródigo <b>Marta Salguero</b> “volvió en si y se dijo…Me levantaré e iré a mi padre y le diré: Padre he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo, hazme como a uno de tus jornaleros” (Lucas 15:17-19). “Regresé a las raíces de la Biblia” dice <b>Marta Salguero</b>, “a buscar personalmente a Dios. Y lo encontré. Antes quería solucionar las cosas a mi manera y no podía, ahora es Dios quien me dice lo que puedo y lo que he de hacer”.
El pródigo abandonó la “tierra lejana” y emprendió el regreso a casa. “Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello y lo besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle, y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta” (vv.20-23).
El pecado alejó al hijo de la casa de su padre, pero el arrepentimiento lo devolvió al hogar que en su necedad había abandonado. Esto es lo que le sucede a cualquier persona que habiendo abandonado a Dios  creador del cielo y de la Tierra que vuelve en si y confiesa su pecado. Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, viendo en la lejanía que su hijo prodigo regresa a su casa empieza a correr para apresurar el encuentro para poder abrazarlo y con júbilo introducirlo en el banquete de bodas que se celebra en su honor. En los cielos hay una gran alegría por un pecador que se arrepiente.
Octavi Pereña i cortina



dilluns, 23 de maig del 2016

HECHOS 2:39

“Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos el señor llame”
El texto que comentamos forma parte del discurso que pronunció el apóstol Pedro en Pentecostés recién venido el Espíritu Santo en la iglesia incipiente. Al oír el mensaje del apóstol los oyentes “se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los apóstoles: varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo, para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo”  (vv. 37,38).
La promesa es “para cuantos el señor llame”, es un aspecto de la salvación. Salvar es potestad exclusiva de Dios y que como cualquier don el Señor lo da a quien quiere y cuando quiere. No está en las manos del hombre salvar. Si así fuese se convertiría en un negocio como lo intentó Simón el mago  dándoles dinero a los apóstoles para que a cualquiera que le impusiera las manos recibiese el Espíritu Santo. Ante el incipiente intento de mercantilizar los dones de Dios a la iglesia, Pedro levanta un muro diciéndole a Simón: “Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero” (Hechos 8:19,20). Dejemos que sea el Señor que haga el trabajo de llamar a los escogidos desde antes de la fundación del mundo. Nosotros limitémonos a anunciar el evangelio a todas las personas.
Según algunos, si la salvación es obra exclusiva de Dios y los escogidos que Dios Padre da a su Hijo y éste no los echa fuera, no es necesario predicar el Evangelio porque de todos modos los escogidos se salvarán. No es esto lo que enseña Jesús cuando momentos antes de ascender a los cielos dijo a sus discípulos: “Por tanto, id, y haced discípulos en todas las naciones…enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado…” (Mateo 28: 19,20). El “porque para vosotros es la promesa y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos,  para cuantos el señor llame”, va precedido por un llamado al arrepentimiento que Pedro hizo a los oyentes: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo”. En la salvación de los escogidos de Dios participa el hombre. El predicador que hace un llamamiento al arrepentimiento a los oyentes y estos se arrepienten de sus pecados y los abandona para no seguir practicándolos, son salvados. La persona a la que Dios salva no es un ser pasivo. Estimulada sí por el Espíritu Santo se toma muy en serio la parte que le corresponde hacer en su salvación.
Lidia, la vendedora de púrpura que residía en Filipos “el Señor le abrió el corazón de ella para que estuviere atenta a lo que Pablo decía” (Hechos 16:14). Una vez creyó “fue bautizada”. Hizo lo que debía hacer para acreditar que su salvación fue efectiva. Después practicó las buenas obras que caracterizan a quienes el Señor salva.


2 CRÓNICAS 19:6

“Y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis, porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar del Señor, el cual está con vosotros cuando juzgáis”
Un texto de una gran actualidad no sólo en nuestro país sino en todo el mundo. El tema de la justicia está a flor de labios, yo me atrevería a decir que un cien por cien de la población mundial se cuestiona que la justicia sea justa. No le falta razón porque nuestro sistema judicial ha sido concebido defectuoso y, a lo que es torcido no se le puede pedir que haga algo derecho. Dice así del poder judicial el artículo 117.1 de la Constitución española vigente: “La justicia emana de pueblo y se administra en nombre del Rey por…”. Una justicia que emana de un pueblo injusto y administrada en nombre de un rey injusto y por unos magistrados injustos no puede ser de ninguna de las maneras ser una justicia justa. El emblema de la justicia está representado por una mujer con los ojos vendados que sostiene  una balanza con los platillos nivelados en señal de equidad. Del dicho al hecho hay un gran trecho.
El rey Josafat “puso jueces en todas las ciudades fortificadas de Judá, por todos los lugares” (2 Crónicas 19:5). A estos jueces designados por el soberano, el rey les dice: “Mirad lo que hacéis, porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar del Señor, el cual está con vosotros cuando juzgáis” (v.6). Los hombres escogidos por Josafat para administrar justicia no lo hacían en nombre del monarca sino en el de su Dios. ¿Distingue el lector la diferencia existente entre la justicia amparada por una Constitución con la que Josafat persigue se administre en su reino?
Recordemos lo que el monarca judío dice a los jueces designados para la administración de justicia en su reino: “Mirad lo que hacéis, porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar del Señor, el cual está con vosotros cuando juzgáis, sea pues con vosotros el temor del Señor, mirad lo que hacéis, porque con el señor nuestro Dios no hay injusticia, ni acepción de personas, ni acepción de cohecho” (vv. 6,7).
Los jueces escogidos por el rey Josafat para administrar justicia en su reino no tenían que tener los ojos puestos en el monarca para complacerle, sino en el Señor a quien debían agradar con el propósito de reproducir en su labor la justicia perfecta de Dios

                                           


EMPERADORES FAMILIARES

<b>Un concepto educativo equivocado que renuncia a disciplinar a los hijos es el causante de que los hijos lleguen a maltratar a sus padres</b>
Un anuncio publicitario que promociona a una revista infantil, simula un diálogo que una madre mantiene  con un siquiatra: “Mi hijo tiene de todo y se aburre”, le dice al experto. La respuesta que recibe del especialista, es: “Regálele la revista X”. Este anuncio da en el clavo del problema infantil /juvenil que desemboca en la violencia adolescente. El aburrimiento es el causante de las conductas de las que a menudo se hacen eco los medios de comunicación y que se cometen con el propósito de deshacerse del aburrimiento. El aburrimiento es el resultado del vacío que hay en el alma y que debe llenare sea como sea: Asedio a los compañeros de clase, fechorías…y otras pequeñeces que conducen hasta maltratar a los padres sicológicamente o, hasta ponerles la mano encima.
La madre del anuncio, preocupada por el aburrimiento de su hijo dice que el afectado tiene de todo. Con el fin de mantener a los hijos con la boca cerrada se les da todo lo que desean. Sus habitaciones se ven atiborradas de objetos que una vez han satisfecho el gozo inicial, yacen desperdigados por doquier, olvidados y sustituidos por otras novedades que recibirán el mismo premio. Es una escalada sin límites. Ya desde la infancia se educa a los niños al consumo compulsivo tan denostado por los especialistas en salud mental. Esta educación es gratificante para los padres porque con orgullo pueden decir que a sus hijos no les falta nada. Con el fin de que no se aburran se complacen todos sus caprichos. Lo importante es que no se alboroten y les hagan pasar un mal trago. Creyendo que les hacen un bien no se dan cuenta de que siembran en sus hijos la simiente del <i>síndrome de emperador</i>. Los hijos e convierten en pequeños dictadores  que alteran la tranquilidad de sus padres porque se crea un malestar que los lleva al consumo de tranquilizantes, ansiolíticos que empeoran la relación filial- paternal. La educación basada en el tener no es la adecuada ni en la infancia ni en la adolescencia porque se les enseña que el tener cura todos los males cuando es al revés ya que genera daños que se agravan con el transcurso de los años. Entonces, estos padres que han sido tan condescendientes con sus hijos, desesperados se preguntan: “¿Qué hemos hecho mal para encontrarnos en este infierno?” La educación materialista basada en el tener y no en el ser es la raíz de muchos males, entre ellos, en que los hijos se conviertan en agresores de sus padres.
Según la fiscalía de Lleida “un total de 12 adolescentes leridanos fueron imputados en el 2013 por violencia doméstica, es decir por maltratar física y sicológicamente a sus padres y a otros familiares, doblando los casos que se dieron en el 2012”. Refiriéndose a los niños que agreden a los padres <b>Cristina  Sen</b> dice: “Se habla así del síndrome de emperador, del adolescente que reina en casa, intolerante a la frustración y que vincula el no tener con no ser”. El síndrome de emperador se da allí en donde la educación es muy sobre protectora, que consiente a los hijos con tal que no alboroten y que delegan a la escuela su educación ética y moral. Es una educción muy permisiva, que trata a los hijos como amigos y no como padres que deben disciplinarlos cuando la ocasión lo requiera.
Los padres que se precien de serlo deben recordar que son los guardianes del futuro de sus hijos y que cuando se esfuerzan en educarlos moralmente y esculpir sus mentes y corazones para el bien, saben que esta instrucción incluye reglas y preceptos, haz y no hagas con respecto a los otros. Incluye la explícita formación en buenos hábitos y, jamás debe faltar el buen ejemplo de los padres que con su comportamiento diario muestran a los hijos que se toman en serio la moral.
La educación que los padres deben procurar dar a sus hijos no consiste exclusivamente en aportar un bagaje cultural que sin duda alguna tiene su valor, en gran manera deben esforzarse en transmitirles un equipamiento moral que es imprescindible para que sepan comportarse como personas que caminen por la vida sembrando el bien y no el mal.
Para que los padres puedan ser los maestros de moral de sus hijos es necesario que previamente hayan adquirido el título que les acredite para este oficio. A menudo los padres se quejan que su fracaso como padres se debe a que no han recibido la formación adecuada. La pregunta que me hago es: ¿Han manifestado interés en obtenerlo? Las respuestas que dan no son convincentes porque evaden su responsabilidad y pretenden traspasarla, en la escuela principalmente, con lo cual confiesan su irresponsabilidad.
Con el fin de que los padres y las madres puedan convertirse en buenos educadores morales de sus hijos, ante todo deben tener claro qué sentido tienen sus vidas. Si este propósito no lo ven claro porque está envuelto de penumbras, jamás podrán enseñar a sus hijos el auténtico sentido de la vida y por lo tanto se despreocuparan de enseñarles ética y moral. Les enseñarán como triunfar en la vida  al precio que sea, aunque para conseguirlo deban pisotear a las personas que consideren que son un obstáculo para conseguir subir a lo alto del podio. Para que abandonen la enseñanza materialista de la vida para inculcarles que el verdadero sentido de la vida no consiste en tener sino en ser, debe entrar en funcionamiento el aspecto religioso / espiritual que normalmente queda relegado en el olvido, pero que debe recuperarse si es que se desea enseñar correctamente  a los hijos. Si no se reconoce dicho olvido y se persiste en educar a los hijos para que obtengan cuantos más bienes materiales mejor que mejor, no debe extrañarnos que los hijos, de pequeños emperadores, se conviertan, cuando sean adultos en fieros dictadores que siembren dolor allí donde vayan, empezando por los propios padres.
Octavi Pereña i Cortina


dimarts, 17 de maig del 2016

BELLEZA ARTIFICIAL

<b>La manipulación fotográfica y las pasarelas con la exhibición de modelos esqueléticos son malos educadores en belleza corporal y en salud</b>
Los expertos en salud alertan a los padres que el ejercicio físico excesivo puede estar relacionado con desórdenes alimentarios en los adolescentes. La explosión de redes sociales que exponen imágenes físicas no realistas contribuye a ello.
El modelo escuálido de belleza que se encuentra doquiera fomenta, principalmente en los adolescentes que todavía no tienen plenamente desarrollado el sentido crítico, el deseo de parecerse a estas modelos reales en las pasarelas pero que son el resultado de extenuantes ejercicios físicos y de estrictas dietas que ponen en peligro la salud física y mental de dichas modelos.
El ejercicio físico moderado y más en una sociedad sedentaria como la nuestra es necesario para que no se oxiden las rótulas, impidiendo o dificultando la movilidad. Si no se tiene cuidado aquello que es beneficioso mental y físicamente puede convertirse en grave peligro de salud integral. Un indicador que alerta de que algo no funciona bien en la práctica del ejercicio físico es cuando se manifiesta una tenencia a centrarse exclusivamente en el ejercicio físico, hacerlo sintiéndose mal o lesionado o practicándolo a deshora, ha dicho <b>Sarah Young</b>, psicóloga y especialista en desórdenes alimentarios de la Universidad de Sydney.
La obsesión por la delgadez enfermiza  que se encarga de fomentar la industria de la moda en estrecha colaboración con las pasarelas que exhiben modelos cadavéricas, obliga a gobiernos, como el francés, a tomar medidas que impidan la exhibición de modelos con síntomas de enfermedad  debido a los excesivos ejercicios físicos y de una desnutrición que favorece la languidez, a ello se añade la industria de los gimnasios que fomentando la cultura del mantenerse en forma de manera saludable, de alguna manera crean la adicción al ejercicio físico al despertar sentimientos de no encontrarse bien con el cuerpo que se tiene. <b>Silvia García</b>, de 28 años, que tiene el hábito de ir al gimnasio cinco días a la semana, dice que se siente irascible cuando por la causa que sea pasa algunos días sin ir al gimnasio.
Con facilidad se puede cruzar la línea roja que separa el ejercicio saludable del enfermizo. El psicoterapeuta y neuropsicólogo <b>Álvaro Bilbao</b>, escribe: “Cuando hacemos deporte generamos la capacidad de calmar el enojo y de canalizar la frustración, lo más importante es que ayuda a fabricar serotonina  la hormona de la felicidad”. Esta es la causa por la que <b>Silvia García</b> se nota irascible cuando pasa unos días sin ir al gimnasio.
Cuando el ejercicio físico se convierte en una prioridad su poder terapéutico se convierte en una droga tan destructiva como lo son las químicas. “Los expertos recomiendan que la practica deportiva debe ser siempre racional. Es decir que no debe convertirse   en una obsesión que pueda poner en peligro la relación de pareja. Hay personas realmente obsesionadas por el aspecto físico o de la necesidad de hacer deporte, cuando esto se convierte en un fin e interfiere en la relación de pareja podemos decir que estamos ante un problema de salud mental.  <b>Álvaro Bilbao</b>,
Las industrias de la cosmética, de la moda, del gimnasio, nos manipulan a favor de sus intereses económicos y nos programan para que nuestros cuerpos  se ajusten al modelo que a ellas les interesa. <i>Porque tú lo vales</i>, la frase que de tan repetida se ha gravado en nuestro inconsciente, nos impulsa a seguir maquinalmente las normas que se nos imponen desde fuera. Pensamos que actuamos libremente cuando realmente  actuamos condicionados. “El ejercicio ha perdido la condición de actividad agradable y se ha convertido en otra manera como las mujeres manipulan sus cuerpos, en otro vehículo para una tortura narcisista. Las mujeres que consiguen el ideal de delgadez  que promocionan los modelos modernos, normalmente lo obtienen haciendo ejercicio de manera frenética  y compulsiva, realizando duras y restrictivas dietas alimentarías deficientes” (<b>Elayne A. Soltzbrg i Joan C. Chrisler</b>.
Con el fin de evitar caer en la trampa de la publicidad sublimal, que nos moldea a su gusto sin darnos cuenta de ello, ante todo debemos saber quienes somos realmente. Si lo desconocemos, entonces somos propensos a aceptar los mensajes sublimales  que nos moldean sin percibirlo. El texto bíblico escogido nos alerta de los peligros de dejarnos manipular por el deliro de la belleza corporal efímera inexistente, y nos propone modelar nuestras almas con la belleza que proviene de Dios y que es eterna: “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura, la mujer que teme al Señor, ésa será alabada” (Proverbios 31:30).
Octavi Pereña i Cortina


JUAN 6:27

Trabajad no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del hombre os dará, porque a Éste señaló Dios el Padre”
En el campo espiritual sí que el orden de los factores altera el producto. La Biblia se toma muy en serio que el cultivo del alma prevalece sobre el cuidado del cuerpo. El énfasis que la Palabra de Dios pone en las prioridades espirituales sobre las corporales se debe sin duda alguna a que el pecado que habita en nosotros ha distorsionado la visión de los hombres alterando el orden de los factores.
La anteposición de las necesidades corporales sobre las espirituales ha despertado una sed insaciable de poseer bienes materiales que ha llevado a que sean muchas las personas que son adictas al trabajo. Dicha adicción, como todas las adicciones es muy perjudicial para quien está atrapado en sus redes: negligencia  en las responsabilidades familiares, relaciones conyugales maltrechas, abandono de los deberes para con los hijos, relaciones sociales tan frágiles que están a punto de romperse si no es que ya ha sucedido y, lo más importante es el olvido de Dios.
Las necesidades temporales existen: comida, ropa, educación…Están presentes y deben atenderse. Para cubrirlas es necesario trabajar. Por ello, para evitar que las personas se conviertan en adictas al trabajo la Ley de Dios establece: “Seis días trabajarás…mas el séptimo día es reposo…Acuérdate del día de reposo para santificarlo” (Éxodo 20: 8-10). La Palabra de Dios se toma en serio la salud integral del ser humano. Seis días para trabajar y uno de descanso para que así el hombre pueda buscar al Señor que es el pan y el agua de vida.
Durante este día de descanso establecido por Dios para bien nuestro debemos dejar a un lado todos nuestros intereses temporales, muchos de ellos perfectamente legítimos, para atender de manera especial los del alma que son mucho más importantes que los corporales porque los espirituales trascienden a la eternidad.
“Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece”.  Nuestra prioridad debe ser alimentarnos de Jesús que es el Pan de Vida y el Agua Viva que necesita nuestra alma. Vivimos en un mundo convulso de hombres y mujeres hambrientos de “comida que a vida eterna permanece” y no pueden alimentarse de tan exquisito y provechoso manjar porque se niegan a reconocer que Jesús es tan delicioso manjar porque rehúsan reconocerse  pecadores y que confesando a Él sus pecados sanarán de su enfermedad que les conduce a la muerte eterna.


1 TESALONICENSES: 5:17

“Orad sin cesar”
¿Es nuestro problema mantener una vida de oración activa? Sabemos que es así. Conocemos que la oración persistente debe ser así porque la Biblia lo enseña y porque Jesús es el modelo que debemos imitar. Ejemplo nos ha dado el Señor. A pesar de que sabemos que la oración debe formar parte de nuestra vida cristiana, debemos reconocer que nos es muy difícil seguir el ejemplo de Jesús.
Vivir por fe es una maratón, no un esprint. Una maratón es una prueba deportiva muy dura. Durante el recorrido el deportista tiene sus altos y bajos que tenazmente debe superar. La vida cristiana en general y la de oración en particular es una carrera que dura tanto como el tiempo  que el Señor quiera concedernos que peregrinemos por este mundo. Durante el largo recorrido también tendremos altos y bajos.
Cuando analizamos como son nuestros devocionales, ¿cómo nos comportamos cuando nos encerramos en nuestra habitación  para permanecer un tiempo en íntima comunión con el Señor? Descubrimos que a pesar de que deseamos apartarnos del mundanal ruido que nos distrae, de nuestro interior  suenan ruidos discordantes que nos distraen. Los pensamientos vuelan a velocidad supersónica y de la presencia del Señor nos alejamos. Nos es imposible controlar nuestros pensamientos. Si no son los pensamientos indomables los que dificultan la intimidad con el Señor, los adormecimientos no les van a la zaga. Recordemos la escena en el Getsemaní: “Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro. ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad para que no entréis en tentación, el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil” (Mateo 26: 40,41).
A pesar de nuestro fracaso resuenan en nuestros oídos las palabras de Pablo: “Orad sin cesar” y las de Jesús. “Velad y orad para que no entréis en tentación”. A pesar a de nuestra debilidad e impotencia debemos seguir orando porque así nos lo enseña la Biblia. Nuestro enemigo el diablo se nos acercará y susurrará en nuestros oídos: ¿No te das cuenta de que eres un fracaso? ¿Crees que Dios puede oír tus oraciones tan mal estructuradas? Viene el Espíritu Santo y también susurra en nuestros oídos: “El Señor escucha las oraciones de los fieles que claman a Él. ¿A quién debemos escuchar: al diablo que busca nuestro mal o a Dios que desea nuestro bien?
Recordemos las palabras de Jesús: “Mas tú…entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (Mateo 6:6).



dilluns, 9 de maig del 2016

NIÑOS ENREDADOS

<b>La práctica que va en aumento de enviar fotos íntimas resulta ser nociva cundo el amor de mi vida deja de existir</b>
La policía catalana detecta dos casos por semana de difusión de fotos de menores en Lleida. Internet, móviles, Smartphones, Whatsaaps, son dispositivos altamente conectados que pueden facilitarnos casi instantáneamente información. En este sentido son herramientas que pueden darnos la información que deseamos con mucha facilidad y sin tener que movernos  de casa o de la oficina. A la vez, tienen el peligro, ya que la información que se les suministra prácticamente es indestructible. Debido a ellos se debe ser muy cuidadoso a la hora de introducir información de tipo personal, sea erótica o no.
El sargento Xavier González Espinet, responsable de la Oficina de Relaciones con la Comunidad asegura que “uno de los problemas más frecuentes es el caso del menor que ha enviado a una persona de su entorno fotografías de carácter íntimo…los menores deben saber que cuando se hacen un selfie y lo cuelgan en la red pierden  el control de dicha imagen.
Nos espantamos ante la alarma que se genera cuando niños y adolescentes envían fotos íntimas que se convierten en boomerangs que los golpean fuertemente. ¿Qué ejemplo damos los adultos a los menores? ¿Qué tipo de modelos son los padres para los hijos? Recientemente se ha descubierto el acoso a celebridades norteamericanas, por este motivo. En nuestra casa tenemos los casos de Olvido Hormigos, regidora en el ayuntamiento de Los Yemenes que gravó y envió fotos en posturas que jamás se deberían haber producido, i de Teresa Terelu, presentadora de televisión. ¿Qué pueden decir estas mujeres a sus hijos? ¿Cómo pueden justificar sus inmoralidades? ¿Cómo pueden explicar a sus hijos lo peligroso que es enviar por Internet fotos íntimas si ellas han caído en la trampa del exhibicionismo?
En nombre de la libertad sexual y de que somos dueños de nuestro cuerpo y que con él podemos hacer lo que nos plazca, estamos banalizando el sexo. No debe extrañarnos, pues, que niños que nacen y se crían en hogares en los que se habla del sexo  de manera degradante y envueltos de imágenes que objetivizan a la mujer y que de tanto repetirse llegan a la conclusión de  que esta es la manera correcta de considerar a la mujer. No debe extrañarnos que la policía catalana diga que la edad media de menores implicados en el envío de imágenes comprometedoras sea de 12-15 años.
Hoy, con la negación masiva de Dios y de su Ley se ha creado una sociedad carente de pudor: <i>Aversión del alma hacia aquello que puede ofender la decencia, también la modestia</i>. Cuando se atenta una y otra vez contra el pudor, las celebridades se encargan de enseñar que es normal  mostrar públicamente las partes íntimas de sus cuerpos con vestidos que tapan poco y presentándose en público con transparencias que lo enseñan todo, se crea una adicción al sexo que es insaciable.  La palabra <i>basta</i> ya no existe. El profeta Jeremías describe así la sociedad que vive para el sexo: “Como caballos bien alimentados, cada cual relincha tras la mujer de su prójimo. ¿No habrá de castigar esto?, dijo el Señor. De una nación como ésta, ¿no se habrá de vengar mi alma?” (5: 8,9).
A continuación cito unos textos bíblicos que si son asumidos por los padres les podrán ayudar a instruir a sus hijos sobre sexo y no esperar que sea la pornografía que aprovechándose del vacío educativo se encargue de hacerlo de manera degradante y perjudicial para aquellos que la reciben y acepten las instrucciones tan perjudiciales para su salud moral.
“¿Qué hijo mío? ¿Qué hijo de mi vientre? No des a las mujeres tu fuerza, ni tus caminos a lo que destruye a los reyes” (Proverbios 31: 2,3)
“Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla, pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” (Hebreos 13:4).
“Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación, que os apartéis de fornicación, que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor, no en pasión de concupiscencia como los gentiles que no conocen a Dios”                    (1 Tesalonicenses 4: 3-5)
<b>Victoria Villamil</b> dice: “El comportamiento sexual compulsivo también denominado <i>trastorno hipersexual</i>, puede destruir la vida de una persona de la misma manera como lo hacen la adicción al alcohol o a las drogas”</i>.
<b>Valerie</b> describe su experiencia adictiva al sexo, así: “Para muchos la adicción al sexo es una forma de automedicación para borrar la angustia, desesperación y el miedo paralizante que obsesiona desde la niñez. Con el propósito de aligerar la soledad y el miedo de no ser amada, buscaba el amor en lugares equivocados. Debido a mi adicción al sexo arruiné dos matrimonios. Perdí el trabajo y la vivienda y me quedé en la calle”. Después de una década de travesía por el desierto <b>Valerie</b> intentó suicidarse con una sobredosis de medicamentos.
Banalizar el sexo y utilizarlo como automedicación para esconder los problemas emocionales conduce a empeorar las situación porque de las llamas se cae sobre las ascuas. Los expertos dicen que la infelicidad creciente es la causa del envío de fotos íntimas y de la adicción a Internet.  Los afectados por las situaciones no gratificantes que se dan en los hogares lo intentan suplir con el sucedáneo que les ofrece la red con el resultado nefasto de hacerse adictos al sexo en línea.
Octavi Pereña i Cortina


PROVERBIOS 28:13

“El que encubre sus pecados no prosperará, mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”
Para la iglesia católica el año 2016 es el año de a misericordia y se proclama la misericordia de Dios para todo el mundo. El texto que comentamos de Proverbios nos dice todo lo contrario: la misericordia de Dios no es universal sino restringida.
“El que encubre sus pecados no prosperará”. Quien guarda sus pecados en el buche la vida le es un infierno. El salmista describe de manera muy gráfica el estado en que se encuentra la persona que  guarda para sí sus pecados. ”Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano, se volvió mi verdor en sequedades de verano” (Salmo 32: 3,4).  ¿No es esta declaración del salmista una viva descripción de que quien encubre sus pecados no prosperará? Cuando tantos remedios   inútiles y costosos en dinero se emplean para frenar el crecimiento exponencial de enfermedades mentales, ¿No sería más provechoso no guardar en el buche el pecado que es su causante?
El remedio que la Palabra de Dios propone es: “Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”. ¿A quién se debe confesar los pecados para alcanzar misericordia? Nos viene la Iglesia católica y nos dice que el medio que Dios ha dispuesto para perdonar los pecados es la confesión auricular a un sacerdote. Pero el salmista desmiente tal afirmación: Comienza su poema con esta declaración: “Bienaventurado aquel cuya trasgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad” (salmo 32:1,2). Quien confiesa sus pecados a Dios que es el único que tiene poder para perdonarlos el Señor no le culpa de iniquidad. Según el salmista y lo que dice toda la Palabra de Dios, la tal persona es bienaventurada, es feliz, porque Dios le ha perdonado su pecado. La misericordia de Dios no es para todos los hombres, queda reducida a aquellos que le piden perdón y se apartan de ellos.
El salmista no se conforma en gemir todo del día. Es el infierno en la tierra pasarse todo el día quejándose y gimiendo su triste condición. Se levanta de su postración, alza los ojos hacia el cielo de donde le viene el socorro y dice: “Mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis trasgresiones al Señor, y tú perdonaste la maldad de mi pecado” (v.5).
El salmista finaliza su poma con una alabanza a Dios misericordioso: “Muchos dolores había para el impío, mas el que espera en el Señor, le rodea misericordia. Alegraos en el Señor y gozaos justos, y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón”.
Quien no confiesa sus pecados al Señor que es el único que se los puede perdonar y no se aparta de ellos no puede alcanzar la misericordia de Dios que es misericordioso.


LUCAS 16: 10

“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel, el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto”
Por lo general Dios no nos llama a realizar obras espectaculares que causen admiración a todo el mundo. El caso del apóstol Pablo es una excepción de la regla. El contexto del texto que comentamos está relacionado con que “ningún siervo puede servir a dos señores, porque o aborrecerá al uno y amará al oro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (v.13). Debemos ser fieles al Señor en las cosas pequeñas que nos pide en el transcurso del día y, siempre nos pide dentro de nuestra capacidad para poder hacerlo.
Como cristianos estamos sujetos a la ley de Dios. Existe un solo Dios y a éste debemos servir fielmente. No podemos compartir su señorío con otros dioses. En este caso con Mammón, el dios de las riquezas. En estos tiempos en que tanto abundan las corrupciones, como cristianos debemos vigilar la más mínima inclinación hacia el amor al dinero porque ello implicaría una disminución de nuestra fidelidad al Señor que debe ser absoluta. Antes de ser fieles al Señor en lo más debemos practicar la fidelidad en lo muy poco.
La parábola de los talentos nos recuerda que el Señor exige responsabilidad según lo que él previamente nos haya dado. Sea que recibamos cinco, dos o un talento, el Señor nos pedirá responsabilidad según lo que nos haya dado con antelación. Quien más ha recibido más responsable es. El que en la parábola recibe un talento fue su irresponsabilidad no hacer trabajar lo poco que recibió. Quienes recibieron cinco y dos talentos al haceros trabajar duplicaron el capital
.Quien recibió un talento, dice el texto que tuvo miedo y no invirtió el capital recibido. El resultado es que lo perdió todo. Una enseñanza que se puede extraer de la parábola es que quien recibe un talento y con sabiduría lo invierte, al final recibirá el doble como los otros. Si no lo hace lo perderá todo. Creo que es legítimo pensar que la existencia de tantos cristianos frustrados que sólo sirven para calentar los bancos de las iglesias a las que asisten se debe a que creyendo que son tan poca cosa que solamente sirven para calentar los bancos de las iglesias. Error terrible. Cada cristiano debe ser fiel a lo poco que haya recibido y hacerlo trabajar para el Señor. Al final, junto con los que han recibido más recibirá la alabanza del Señor: “Bien, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu Señor”.

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dilluns, 2 de maig del 2016

PROVERBIOS 13:11

“Las riquezas de vanidad disminuirán, pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta”
Existen dos maneras de hacer fortuna que conducen a finales opuestos. La vanidad, el pretender ser,  persigue la riqueza, pero al final resulta que todo lo acaudalado desaparece como por arte de magia. Quienes vivimos en sociedades opulentas en las que algunos ganan mucho dinero, pero que se lleva un tren de vida superior a las posibilidades, se descubre que al final las deudas contraídas por alargar el brazo más que la manga, ahogan al vanidoso. La Biblia nos avisa del peligro que conlleva caer en manos de acreedores, pues tienen atados de pies y manos aquellos que han sido atrapados en sus redes. Son sus esclavos. A menudo, aquellas personas que nos dejan pasmados  por su alto nivel de vida son el hazmerreír porque su opulencia era un farol.  Habían edificado sus casas sin cimientos firmes, al menor contratiempo el edificio se hunde. Lo que con facilidad se adquiere con facilidad se pierde. El capitalismo está en crisis profunda porque la vanidad que ha sido el motor de la riqueza que ha creado, no la puede mantener y desaparece. El capitalismo vanidoso no puede resistir los vientos adversos.
“Pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta”, las riquezas. La laboriosidad está hermanada con la humildad. Un ejemplo claro de esta fraternidad lo encontramos en Rut que denodadamente espigó detrás de los segadores de Booz recogiendo un efa de cebada  que llevó a su suegra Noemí. Más tarde Booz se convirtió en el esposo de Rut. El Señor recompensó la laboriosidad  y humildad de Rut con el matrimonio con Booz, el hombre rico y antepasado del rey David con lo que el nombre de Rut aparece en la genealogía de Jesús. No quiero decir con ello que todas las personas laboriosas y humildes llegarán a ser ricas y que sus nombres aparecerán en los libros de historia. Sí que comportándose como las hormigas que en verano trasiegan sin descanso simientes a sus almacenes para su sostenimiento invernal, el Señor proveerá para ellas el pan diario que necesitan, en espera de ser llamadas a la presencia de Dios, cuando sus necesidades básicas serán satisfechas eternamente sin sudor ni fatiga.
La maltrecha economía mundial, para recuperarse  del bajón que le ha producido la vanidad de políticos y capitalistas requiere que los actuales dirigentes mundiales y los ciudadanos anónimos sean substituidos por personas humildes y laboriosas que sean temerosas de Dios. El Señor bendice la laboriosidad y humildad de los que le temen porque forma parte de la promesa dada a su pueblo.


PROVERBIOS 12:25

“La congoja en el corazón del hombre lo abate, mas la buena palabra lo alegra”
Vivimos en una época en que las llamadas enfermedades mentales: estrés, insomnio, decaimiento, ansiedad…crecen sin parar. Las personas pretenden curar todos estos síntomas que tanto dolor y sufrimiento provocan por medio de pastillas. Las industrias farmacéuticas han encontrado un filón de oro en estos trastornos, medicadizándolos.  Continuamente lanzan al mercado nuevos productos para suplir la demanda creciente de los enfermos.
El texto que comentamos acierta en diagnosticar la causa de la presencia de tantos trastornos mentales en nuestros días. “La congoja en el corazón del hombre lo abate”. La congoja, la tristeza, la ansiedad, que caracteriza la sociedad actual son sentimientos que se encuentran en el corazón del hombre. No en el corazón que bombea la sangre, sino aquella parte íntima, no material que denominamos alma. Los sentimientos que agrupamos en conceptos: estrés, depresión, etc., no son dolencias fisiológicas, sino de carácter espiritual que no pueden ser tratadas como se tratan las enfermedades del cuerpo. Debido a que los sentimientos no se tratan adecuadamente, el resultado es el abatimiento, la fatiga crónica. Para combatir todos estos síntomas se recurre a los combinados vitamínicos minerales para levantar los ánimos decaídos.  Nos encontramos inmersos en un círculo sin fin de consumo de productos químicos para resolver los síntomas de la enfermedad del alma, que no funcionan. La dolencia del alma como cáncer sigue expandiéndose con nuevos síntomas psicológicos agravando la condición del hombre.
El remedio a la congoja y todos los síntomas que la acompañan: “Mas la buena palabra lo alegra”. “La buena palabra” no se encuentra en la multitud de libros de auto ayuda que se publican. “La buena palabra” no es otra que la Palabra de Dios. En las páginas de la Biblia el acongojado encuentra la medicina que da alegría a su corazón triste. Una enseñanza para levantar el ánimo decaído: “¿No has sabido, no has oído, que el Dios terno es el Señor, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen, pero los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán” (Isaías 40. 28-32).
La invitación de Jesús a los acongojados: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil, y mi carga ligera” (Mateo 11: 28-30)
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                 ES LA HORA DEL CAMBIO

<b>Los ojos de los españoles están puestos en los políticos que proclaman el cambio, pero que no están a la altura del momento</b>
Una cosa extraña está pasando en el mundo de la política española. Todos los líderes, excepto los del PP que pasan de puntillas el tema de la corrupción, ponen mucho énfasis en la regeneración política para hacer frente al oleaje de corrupción que sacude a la política. Todos los partidos de alguna manera consideran que debe reformarse la Constitución y algunas leyes porque consideran que el cambio que requiere la situación actual del país debe empezar por la ley. Desgraciadamente ningún político entona un <i>mea culpa</i> en reconocimiento que antes que nada es imprescindible la reforma de las personas que hacen política institucional.
Dos textos bíblicos que pueden aplicarse perfectamente al tema que hoy nos ocupa: “Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión, pero el Señor pesa los espíritus…Hay camino que parece recto al hombre, pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 16: 2,25).
La causa del caos político en el que estamos inmersos se debe principalmente a la corrupción que se da en los políticos y que produje el desbarajuste del que somos testigos. Los políticos reclaman cambio porque se dan cuenta de que la situación se hace insostenible, pero cada uno de ellos se sacude de encima la parte de la responsabilidad que tiene   por el lío creado y la envía a engordar la responsabilidad de los otros.  Si no hay gobierno en Madrid se debe a que los otros no han estado a la altura de la situación y no querer hacer el sacrificio de retirar una parte del ideario para que se pueda llegar a un acuerdo de gobierno.
El dedo siempre señalando al TÚ, pero no una mirada introspectiva para ver la biga que hay en el ojo propio. Los ciudadanos estamos hartos de oír la monótona y aburrida cancioncilla: “Son tiempos de cambio” porque a pesar de tanta repetición de cambio político, nuestros ojos no pueden vislumbrar en el horizonte ninguna señal que indique que el cambio se comienza a producir. Oír el disparo que dé la señal de salida a la carrera por el cambio político no cambiará la situación actual si lo que se persigue es un maquillaje de la Constitución y de las leyes sin tocar la naturaleza corrupta en las personas que deben de propiciar el cambio.
Para regenerar la política se precisa regenerar antes que nada la condición espiritual de los ciudadanos porque es de entre la ciudadanía de donde surgen las personas a las que se les encomienda la tarea de gobernar  y de que lo hagan bien. Sin ánimo de lucro excesivo, sino con el espíritu de servicio para trabajar para el bien de la comunidad que los ha escogido. Durante las campañas electorales todos los aspirantes a gobernar  se presentan como salvadores de la Patria porque son los mejores. Desconfiemos de estas buenísimas personas  porque de bueno solamente hay uno: Jesucristo que a la vez que hombre es Dios. El resto de los mortales todos hemos sido concebidos en pecado y con la posibilidad de pode cometer la barbaridad más perversa si Dios en su misericordia no frena nuestros instintos malvados: “Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, extraviándose de la fe y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo 6:10).
No podemos fiarnos de nuestra bondad. No debemos hacer como aquellas multitudes que iban a Juan el Bautista  para bautizare sin previo arrepentimiento de sus pecados. A esta multitud de buenas personas el Bautista les dice: “¡Oh generación de víboras! ¿Quién os envió a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos de arrepentimiento” (Lucas 8: 7,8).
A punto de finalizar el ministerio   del Bautista, Jesús empieza el suyo diciendo a la multitud que se le acercaba para escucharle: “arrepentíos y creed en el evangelio” (Marcos 1:4). Sin arrepentimiento a Dios de los propios pecados y sin el firme propósito de depender de la misericordia de Dios para abandonar el estilo de vida corrupto  previo a la conversión a Cristo, el ser humano no puede convertirse en una persona inclinada a hacer las buenas obras que deben caracterizar a los políticos.
El apóstol Pablo explica como la corrupción que todos llevamos dentro por ser descendientes de Adán deje de ser la norma del estilo de vida de ciudadanos y políticos. A partir de la conversión a Cristo el ser humano es recreado en un hombre nuevo “creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4:24). El apóstol, a aquel hombre nuevo que es en Jesucristo le dice: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre que está viciado conforme a los deseos engañosos,  y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia  y santidad de la verdad” (vv. 22-24).
Pretender eliminar de la esfera política la corrupción sin que el político se haya convertido en un hombre o mujer nuevos es como perseguir el viento: “Vanidad y aflicción de espíritu”
Octavi Pereña i Cortina