dilluns, 30 de novembre del 2015


JUAN 1:5


“La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella”

Debido a estar situada entre escarpadas montañas y en latitud norte, la ciudad de Rjukan, Noruega, no recibe la luz del sol desde octubre a marzo. Para que el sol llegue a  la ciudad durante los meses que permanece invisible se han instalado en las cimas de los montes gigantescos espejos que  giran buscando el sol y reflejando sus rayos hacia la ciudad durante los meses que se ve privada de sus beneficiaros destellos.

“Vosotros sois la luz del mundo” (Mateo 5:14), dijo Jesús oyentes situado en el monte. Sigue diciendo a su auditorio: “Así lumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (v. 16). “La luz en las tinieblas resplandece”.

Imitando los girasoles, los gigantescos espejos que coronan las montañas que envuelven la ciudad de Rjukan, los cristianos debemos girar siempre alrededor de Jesús teniendo nuestros ojos puestos en Él que es “la luz del mundo” (Juan 8:12) para que podamos reflejarla en un mundo que vive en las más espantosas tinieblas espirituales. Hay grados de intensidad de oscuridad, sí, sea cual sea su espesor no deja nunca de ser oscuridad. Veamos un ejemplo de actualidad: los actos criminales que cometen los yahidistas no tienen punto de comparación con los que comete el marido celoso que golpea a su mujer. Ambos hechos manifiestan tinieblas, pero de distinta intensidad. Yahidistas y maridos celosos necesitan recibir la luz que es Jesús reflejada en las buenas obras que los cristianos hacen en el Nombre del Señor. Si los cristianos no reflejan la luz de Jesús que se hace visible en las buenas obras que hacen para la gloria del Señor, a pesar de que se pueda  no estar  de acuerdo, los ojos no están puestos en Jesús ya que no reciben su luz que se transforma en buenas obras.


Ser cristiano es mucho más que con rostros santurrones cantar coritos hasta la saciedad en los cultos y salir de la iglesia dejando entre sus paredes toda su resplandeciente religiosidad. Debemos salir de las iglesias como lo hacía Moisés que abandonaba el tabernáculo  con rostro resplandeciente por haber hablado con Dios. La intimidad con Dios hacía de él el hombre más humilde que había sobre la tierra y estaba capacitado para realizar la obra de guiar a Israel hasta la Tierra Prometida, a pesar que no pudo entrar en ella por un pecado cometido. Los cristianos verdaderos, sean hombres o mujeres, a pesar de que son vasos de barro, glorifican a Dios con las buenas obras que realizan. Las buenas palabras si no van acompañadas de buenas obras  inspiradas por el Espíritu Santo no son creíbles porque les falta la intimidad con Dios.


MATEO 16:11


“¿Cómo es que no entendéis que no fue por el pan que os dije que os guardaseis de la levadura  de los fariseos y de los saduceos?”

Los discípulos eran duros de entendimiento. Situaciones que para nosotros hoy son claras, para ellos eran espesas tinieblas. Jesús tenía que reprocharles que estuviesen”sin entendimiento”. El texto que hoy comentamos es uno de los que exponen situaciones en las que los discípulos estaban sin entendimiento.

Habiendo olvidado los discípulos se traer pan, aprovechando su negligencia Jesús explica el significado que tiene “la levadura de los fariseos y de los saduceos”. ”Mirad”, les dice: guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos” (v.6). Como eran duros de cerviz relacionan la levadura de los fariseos  y de los saduceos con un olvido de poner pan en las alforjas para alimentarse durante el viaje. Jesús con dulzura no exenta de firmeza debe reprenderlos, diciendo: “¿Por qué pensáis hombres de poca fe, que no tenéis pan? (v.8). “¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil hombres, y cuántas cestas recogisteis? ¿Ni de los siete panes entre cuatro mil, y cuántas canastas recogisteis? (vv.9, 10).

Si no fuese porque Jesús explicó el significado espiritual que tiene la levadura que se pone en la masa de harina para que la leude, la haga esponjosa y, una vez horneada, el pan sea gustoso al paladar, nosotros seguiríamos desconociendo su significado. Tampoco desea que nosotros sigamos en tinieblas. Cuando les abrió el entendimiento “entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos” (v. 12).

Jesús desea que sus seguidores no se encuentren atrapados por las erróneas doctrinas que enseñan los falsos maestros que encubiertamente se introducen en las iglesias para esparcir la levadura en ellas para hacer el daño para lo cual la han esparcido. La enseñanza del texto es: Guardaos de las falsas doctrinas. ¿Cómo podemos saber que la doctrina que se imparte desde los púlpitos de las iglesias no es levadura que corrompe la buena semilla que vivifica. El apóstol Juan aporta luz al tema: “¿Quién es el anticristo, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es el anticristo, el que niega al Padre  y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre” (1 Juan 2:22,23). Jesús es la Verdad, por lo tanto, la clave para saber si el predicador siembra levadura o no. Que el Señor no tenga que decirnos a nosotros: “¿No entendéis aún?

 

http://octavipenyacortina22.blogspot.om

 

 

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada