SALMO 39, 5,6
“He aquí diste a mi vida término corto, y mi edad es como nada delante de
Ti…Ciertamente como una sombra es el hombre”
Jordi Pujol, político catalán, para eludir dar respuesta a peguntas impertinentes de los
periodistas, les decía: “Hoy no toca”.
Para muchos el tema de la muerte es una impertinencia y ante ella se dice: “Hoy no toca”. Susana Quadrado es de las
que piensa que “hoy no toca” cuando
escribe: “La verdad es que todo este tema de los difuntos y de las ceremonias funerarias me incomoda bastante. Así pues, intento
conducir la conversación hacia otros caminos con el propósito de marcar
distancia, para quitarle importancia”. Pero la muerte sigue ahí, agazapada
entre los matorrales esperando que pase la presa para saltar sobre ella,
echarle zarpazo y conducirla hacia el reino de la Muerte. Si con la muerte se
terminase la existencia humana valdría la pena seguir el consejo: “Comamos y bebamos que mañana moriremos”.
Con la muerte física no termina la existencia humana. El cuerpo sí yace en el
sepulcro siendo pasto de los gusanos
esperando el día de la resurrección: para vida eterna unos, para abominación
eterna, otros.
Siendo así que la existencia humana no termina con
la muerte física es ser sensato prestar atención al consejo del Predicador: “Los sabio piensan a menudo en la muerte,
pero los insensatos en pasárselo bien” (Eclesiastés 7:4). Jesús relata la
parábola del rico insensato que en vida solamente pensó en acaparar bienes
materiales pero, como nadie tiene poder sobre el día de la muerte, la Muerte con su guadaña llama a la
puerta del rico insensato. La parábola finaliza con una pegunta que va
destinada a todos los insensatos de todos los tiempos: “Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma, y lo que has previsto, ¿de
quién será? Así el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios”
(Lucas 12. 20,21). Los tesoros materiales pueden ser muchos o pocos, pero no
dejan de ser tesoros que el hombre no puede llevarse consigo cuando atraviesa
la puerta de la eternidad.
El profeta Daniel dic que “los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados unos para
vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua” (12:2).
Manifiestan ser sabias las personas que en vez de darle la espalda al tema de
la muerte cogen el toro por las astas y se enfrentan a ella a la luz de lo que
dicen las Escrituras. Según la Biblia, la Palabra de Dios es la lámpara que
ilumina el camino el hombre en cuestiones espirituales. Fuera de ella, espesas tinieblas recubren el alma que impiden
ver con claridad el tema de la muerte, lo cual genera una
multitud de conceptos que no tranquilizan a las personas ante el dilema provoca
la muerte y el destino que aguarda atravesar la puerta que da acceso a la
eternidad. Las filosofías sobre la muerte ignoran que Jesús da vida eterna a
quienes creen en Él
SANTIAGO 4:1
“¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de
vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?”
Ante una Europa atemorizada por el terrorismo, los
comentaristas políticos se preguntan:
¿Cómo es posible que personas que hablan perfectamente francés puedan cometer
actos vandálicos como los recientemente han sacudido París y puesto en alerta
máxima a las naciones occidentales? No se resolverá el problema por medio de
las armas y aplicando la ley del Talión: “ojo por ojo y diente por diente”. El
presidente francés François Hollande ha amenazado al Estado Islámico con
represalias que ya han comenzado con los bombardeos de posiciones estratégicas.
La violencia engendra más violencia y la destrucción se aviva. Aumenta el
terror y las desgracias le acompañan.
Sin olvidar la necesidad que tienen los países de
defenderse en caso de ser atacados, creo que deben hacerse dos cosas para poner
fin al enfrentamiento con el islamismo extremista: Reparar la explotación a la
que los países occidentales han sometido y siguen sometiendo a los países colonizados, y dejar de dar soporte a
los dictadores que oprimen a sus pueblos
y ayudarles seriamente a rehacer sus economías maltrechas por el expolio
persistente. Así se evitará el flujo migratorio que invade Europa con los
consiguientes problemas económicos que le produce.
El problema del extremismo islámico que tanto
miedo produce a Occidente, no solamente es una cuestión económica. La causa
principal es espiritual y se debe a que Occidente, de cultura cristiana, a
abandonado a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo que le ha proporcionado la
prosperidad que goza actualmente pero que debido a su deserción está en vías de
perderla. La grave crisis económica y de valores genuinos se debe al desatino
cometido. Además, el islamismo radical que nos amenaza puede ser el instrumento
que Dios usa para castigar nuestra deserción como en la antigüedad utilizó a los filisteos, asirios, babilonios,
romanos…para castigar al rebelde Israel.
Europa ya hace años que se encuentra en proceso de
decadencia. Jesús enseña la parábola del espíritu impuro que ha salido el
hombre. La cultura cristiana ha limpiado superficialmente el alma del hombre
occidental, dejándola vacía. El espíritu impuro expulsado, se dice: “Volveré a mi casa de donde salí, y cuando
llega la encuentra desocupada, barrida y adornada. Entonces va y toma a otros
siete espíritus peores que él, y entrados moran allí, y el postrer estado de
aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta
mala generación” (Mateo 12:43-45). Ante los malos agüeros que se ciernen
sobre Europa sería conveniente reflexionar sobre la parábola del espíritu
inmundo para que dejemos de ser la “mala
generación” que merece ser castigada.
http://octaviperenyacortina22.blogspot.com
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