dilluns, 23 de febrer del 2015


SOLEDAD DEL SER


<b>La soledad patológica se cobra un elevado tributo de dolencias mentales que convierten la vida en un auténtico calvario</b>

Un hombre de 69 años, viudo desde hace 6 años. Se podría resumir el estado de ánimo en que se encuentra dicho hombre con estas palabras suyas: “Lo cierto es que sigo solo. Mi vida es bastante aburrida, aunque intento cambiarla, con el carácter que tengo, lo veo muy difícil, pero cada año estoy peor”. Este solitario anónimo afirma que después de enviudar se inscribió en una de estas agencias que ayudan a buscar pareja. Ha salido con dos mujeres, pero han sido citas muy breves. Ninguna de ellas consiguió hacerle olvidar a su esposa. Vive en el pasado.

La filosofía actual nos empuja a buscar bienes materiales, nuevas experiencias. El resultado de esta búsqueda es que nos hace sentir mas solos y desdichados. El pensamiento actual ha alterado el orden de los valores. Antepone el tener al ser. Con esta manera de pensar no debe extrañarnos que nos sintamos solos estando acompañados. Se puede entender a aquella mujer que “sigue enganchada al móvil incluso cuando estoy con otra personas”. O aquella otra que “le había sido imposible vivir sin el móvil”. “Dios hace vivir en familia a los solitarios” (Salmo 68:6). Este texto de la Biblia descubre el remedio para que la soledad no sea traumática” Como decía Honoré de Balzac: “La soledad es buena pero necesito a alguien que me diga que la soledad es buena”. La compañía es buena. Por ello a los humanos les atrae el gregarismo. Cada cosa en su sitio. No es el hombre que hace habitar al solitario en familia. Es Dios quien lo consigue. Desgraciadamente, Dios es el eterno ausente en ,a lucha contra la soledad patológica que hace que las personas se hagan adictas al móvil y a la infinidad de cachivaches que la tecnología pone al alcance del hombre para comunicarse. Cuantos más medios de comunicación posee más se intensifica la soledad.

“Dios me basta”, creo que es una cita de santa Teresa. Esta afirmación abre un debate que el tiempo no ha cerrado porque siempre es de actualidad preguntarse dónde encontrar a Dios ya que Dios es el eterno ausente. Algunos que lo intentan lo hacen por medio de la religión. ¿Cuál? ¡Las hay tantas! Con la difusión en nuestro entorno de las filosofías orientales algunos sedientos de Dios lo buscan en alguna de estas manifestaciones. Pienso que lo que dice Yolanda es de aplicación general: “He incorporado el yoga,  el tai-txi y el senderismo en mi vida . Estoy muy sana pero a veces me viene una especie de gran desasosiego, sobre todo cuando pregunto por la vida, su sentido, su misterio. De repente me viene esta conciencia especial y noto mucha soledad, un aislamiento que no tiene nada que ver con la soledad ordinaria, aún cuando esté con mi marido y mis hijos”.

El materialismo, el dios de nuestro tiempo ha fracasado en el intento de proporcionar felicidad al hombre. La filosofía clásica con sus valores éticos también es un desastre. Con el fin de corregir  la corrupción actual que tanto perjudica a la economía se la quiere recuperar para dar solución al problema social que nos arruina. ¿Cómo resolver el problema  con algo que ha manifestado ser una fracaso? Des de el fondo del alma siempre brota una voz que quisiera confesar: “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? Fueron mis lágrimas mi pan de cada día y de noche, mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?” (Salmo 42:1-3). El salmista que conoce a Dios y que pasa por algún tipo de tribulación le dice a su alma: “¿dónde está tu Dios que mitiga tu sed? Esta es la pregunta que debería hacerse la persona insatisfecha, el alma de quien está hambrienta y sedienta y  quisiera complacerla.

Jesús fatigado por una larga caminata se sienta al lado del pozo. Una mujer samaritana se acerca para sacar agua de pozo. Jesús aprovecha la oportunidad para hablarle del agua espiritual que apaga la sed del alma. Tú, le dice a la mujer, vienes al pozo a buscar agua que no sacia la sed que realmente tienes. Has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es tu marido. La vida desenfrenada que llevas te obligará a volver a venir aquí a buscar agua que no saciará la sed de tu alma. Si me lo pides, si realmente necesitas apagar la sed espiritual que no satisface el agua de este pozo “Yo te daré el agua que dentro de ti será una fuente que brote para vida eterna” (Juan 4: 4-30). “Quien cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva” (Juan 7:38). Jesús puede ser tan categórico en su afirmación porque es el <i>agua viva</i>. Quien cree en Jesús no vuelve a tener sed jamás. Entonces la experiencias del salmista es la suya. La Religión es agua contaminada. La Filosofía es agua que los sabios han  enturbiado. Quien bebe de la fuente de la Ética fracasa porque sus ideales son superiores a sus fuerzas. Por esto, asemejándose al salmista rechaza dichas aguas y se queda con el Agua Viva que le proporciona el Señor.

Octavi Pereña i Cortina

 

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