SOLEDAD DEL SER
<b>La
soledad patológica se cobra un elevado tributo de dolencias mentales que
convierten la vida en un auténtico calvario</b>
Un
hombre de 69 años, viudo desde hace 6 años. Se podría resumir el estado de
ánimo en que se encuentra dicho hombre con estas palabras suyas: “Lo cierto es
que sigo solo. Mi vida es bastante aburrida, aunque intento cambiarla, con el
carácter que tengo, lo veo muy difícil, pero cada año estoy peor”. Este
solitario anónimo afirma que después de enviudar se inscribió en una de estas
agencias que ayudan a buscar pareja. Ha salido con dos mujeres, pero han sido
citas muy breves. Ninguna de ellas consiguió hacerle olvidar a su esposa. Vive
en el pasado.
La
filosofía actual nos empuja a buscar bienes materiales, nuevas experiencias. El
resultado de esta búsqueda es que nos hace sentir mas solos y desdichados. El
pensamiento actual ha alterado el orden de los valores. Antepone el tener al
ser. Con esta manera de pensar no debe extrañarnos que nos sintamos solos
estando acompañados. Se puede entender a aquella mujer que “sigue enganchada al
móvil incluso cuando estoy con otra personas”. O aquella otra que “le había
sido imposible vivir sin el móvil”. “Dios hace vivir en familia a los
solitarios” (Salmo 68:6). Este texto de la Biblia descubre el remedio para que
la soledad no sea traumática” Como decía Honoré de Balzac: “La soledad es buena
pero necesito a alguien que me diga que la soledad es buena”. La compañía es
buena. Por ello a los humanos les atrae el gregarismo. Cada cosa en su sitio.
No es el hombre que hace habitar al solitario en familia. Es Dios quien lo
consigue. Desgraciadamente, Dios es el eterno ausente en ,a lucha contra la
soledad patológica que hace que las personas se hagan adictas al móvil y a la
infinidad de cachivaches que la tecnología pone al alcance del hombre para
comunicarse. Cuantos más medios de comunicación posee más se intensifica la
soledad.
“Dios
me basta”, creo que es una cita de santa Teresa. Esta afirmación abre un debate
que el tiempo no ha cerrado porque siempre es de actualidad preguntarse dónde
encontrar a Dios ya que Dios es el eterno ausente. Algunos que lo intentan lo
hacen por medio de la religión. ¿Cuál? ¡Las hay tantas! Con la difusión en
nuestro entorno de las filosofías orientales algunos sedientos de Dios lo
buscan en alguna de estas manifestaciones. Pienso que lo que dice Yolanda es de
aplicación general: “He incorporado el yoga,
el tai-txi y el senderismo en mi vida . Estoy muy sana pero a veces me
viene una especie de gran desasosiego, sobre todo cuando pregunto por la vida,
su sentido, su misterio. De repente me viene esta conciencia especial y noto
mucha soledad, un aislamiento que no tiene nada que ver con la soledad
ordinaria, aún cuando esté con mi marido y mis hijos”.
El
materialismo, el dios de nuestro tiempo ha fracasado en el intento de
proporcionar felicidad al hombre. La filosofía clásica con sus valores éticos
también es un desastre. Con el fin de corregir
la corrupción actual que tanto perjudica a la economía se la quiere
recuperar para dar solución al problema social que nos arruina. ¿Cómo resolver
el problema con algo que ha manifestado
ser una fracaso? Des de el fondo del alma siempre brota una voz que quisiera
confesar: “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por
ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo
vendré, y me presentaré delante de Dios? Fueron mis lágrimas mi pan de cada día
y de noche, mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?” (Salmo 42:1-3).
El salmista que conoce a Dios y que pasa por algún tipo de tribulación le dice
a su alma: “¿dónde está tu Dios que mitiga tu sed? Esta es la pregunta que
debería hacerse la persona insatisfecha, el alma de quien está hambrienta y
sedienta y quisiera complacerla.
Jesús
fatigado por una larga caminata se sienta al lado del pozo. Una mujer
samaritana se acerca para sacar agua de pozo. Jesús aprovecha la oportunidad
para hablarle del agua espiritual que apaga la sed del alma. Tú, le dice a la
mujer, vienes al pozo a buscar agua que no sacia la sed que realmente tienes.
Has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es tu marido. La vida
desenfrenada que llevas te obligará a volver a venir aquí a buscar agua que no
saciará la sed de tu alma. Si me lo pides, si realmente necesitas apagar la sed
espiritual que no satisface el agua de este pozo “Yo te daré el agua que dentro
de ti será una fuente que brote para vida eterna” (Juan 4: 4-30). “Quien cree
en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva” (Juan
7:38). Jesús puede ser tan categórico en su afirmación porque es el
<i>agua viva</i>. Quien cree en Jesús no vuelve a tener sed jamás.
Entonces la experiencias del salmista es la suya. La Religión es agua
contaminada. La Filosofía es agua que los sabios han enturbiado. Quien bebe de la fuente de la
Ética fracasa porque sus ideales son superiores a sus fuerzas. Por esto,
asemejándose al salmista rechaza dichas aguas y se queda con el Agua Viva que
le proporciona el Señor.
Octavi
Pereña i Cortina
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