dilluns, 9 de juny del 2014


¿QUÉ PASA CON…?


<b>Una reflexión de los acontecimientos libre de prejuicios nos puede ayudar a entender el por qué las cosas son tal como son</b>

Recientemente Pakistán ha sido noticia por el asesinato a pedradas de una mujer de unos 25 años por su padre, hermanos y el prometido impuesto, por haberse casado sin el consentimiento paterno, según la muerta por amor. El padre dijo: “la maté porque insultó a nuestra familia sin nuestro consentimiento, y no me arrepiento”. Los crímenes de honor son frecuentes en determinadas culturas.

Comentando este hecho, Joaquín Luna escribe una columna con este título: “Qué pasa con Pakistán?” Pregunta que bien podemos hacerla extensiva a las diversas situaciones que se dan en el día a día en muchos lugares del mundo.

¿Qué pasa con India que dos adolescentes después de haber sido violadas en grupo se las colgó de un árbol?

¿Qué pasa en Can Vies con los alborotos que hace días que duran y que han ocasionado múltiples destrozos en el mobiliario público, comercios, oficinas bancarias…en el barcelonés barrio de Sants?

¿Qué ocurre en Turquía para que la policía tenga que reprimir duramente las protestas que se iniciaron a raíz del accidente en una mina por falta de seguridad?

¿Qué ocurre en algunos países que el cambio de religión implique persecución , encarcelamiento e incluso la muerte?

¿Qué sucede en algunos países en los que por el hecho de ser cristiano uno pueda ser objeto de persecución e incluso de destrucción de los lugares de culto?

¿Qué ocurre en algunos campus universitarios  norteamericanos en los que se producen agresiones sexuales a mujeres? Ya que nos encontramos en Estados Unidos, ¿por qué se dan tantas masacres?

¿Qué pasa con los políticos que ante los problemas giren la cabeza para hacer ver que no ocurre nada y, si los ven, traspasan las responsabilidades a otros y, cuando da la sensación de que mitigan se abran nuevos focos de conflicto?

¿Qué ocurre con los forjadores de la opinión pública que en las tertulias discuten mucho pero que no saben dar solución a los problemas sobre los que opinan?

¿Qué pasa con…? ¿Qué pasa con…? ¿Qué pasa con…?

La respuesta a la pregunta no se encuentra en la sicología ni en ninguna ciencia que estudie el comportamiento humano. Las ciencias humanas pueden investigar la manera de ser del hombre, pero no saben dar respuesta porqué el comportamiento humano sea tal como es.

En cierta ocasión Jesús dijo a quienes habían creído en Él: “Si vosotros permanecéis en mi palabra seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Juan 8:32,32). Los judíos, orgullosos de sus orígenes le respondieron: “Somos descendientes de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: seréis libres? (v.33). Durante la controversia los judíos le dicen a Jesús: “Nuestro padre es Abraham”. El Señor les dice: “Si fueseis hijos de Abraham, haríais las obras de Abraham.…Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y queréis hacer las obras de vuestro padre. Él es homicida desde el principio, y no permaneció en la verdad, porque en él no hay verdad. Cuando habla mentira, de suyo habla, porque es mentiroso y padre de mentira” (vv. 34-45).

Este texto del evangelio de Juan, seguro que pocas personas lo conocen, nos habla de dos paternidades: la del Padre y la del diablo. Los judíos presumían ser descendientes de Abraham. Ciertamente lo eran por la línea de Isaac. También lo son los musulmanes por la línea de Ismael. Pero la Biblia afirma con meridiana claridad: “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa” (Gálatas 3:29). La auténtica descendencia de Abraham lo es aquella que tiene la fe de Abraham, sean gentiles o judíos. Es evidente que pocas son las personas que posean la fe de Abraham, por lo tanto pocas son también las que tengan a Dios por Padre. La mayoría tiene al diablo por padre. Por ello no debe extrañarnos que la mentira y el homicidio sea la característica de quienes tienen al diablo por padre.

Tener al diablo por padre no significa que teles personas sean neuróticas como nos las presentan las películas que tratan el tema de la posesión satánica. La <i>normalidad</i> de quienes tienen al diablo por padre nos la muestra Jesús cuando le dice a Pedro cuando éste quería impedir que Jesús fuese a Jerusalén donde sería entregado a las autoridades romanas para morir por la salvación del pueblo de Dios: “¡Quítate de delante de mí, Satanás! , me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres” (Mateo16:23). El Señor le dice a su discípulo de ser Satanás porque lo que dice es contrario a la voluntad de Dios. Pedro era impulsivo, pero no excéntrico. Fue una persona normal que en momentos puntuales le eran locura las  cosas de Dios y se ponía al lado del diablo.

Octavi Pereña i Cortina

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