¿QUÉ PASA CON…?
<b>Una
reflexión de los acontecimientos libre de prejuicios nos puede ayudar a
entender el por qué las cosas son tal como son</b>
Recientemente
Pakistán ha sido noticia por el asesinato a pedradas de una mujer de unos 25
años por su padre, hermanos y el prometido impuesto, por haberse casado sin el
consentimiento paterno, según la muerta por amor. El padre dijo: “la maté
porque insultó a nuestra familia sin nuestro consentimiento, y no me
arrepiento”. Los crímenes de honor son frecuentes en determinadas culturas.
Comentando
este hecho, Joaquín Luna escribe una columna con este título: “Qué pasa con
Pakistán?” Pregunta que bien podemos hacerla extensiva a las diversas
situaciones que se dan en el día a día en muchos lugares del mundo.
¿Qué
pasa con India que dos adolescentes después de haber sido violadas en grupo se
las colgó de un árbol?
¿Qué
pasa en Can Vies con los alborotos que hace días que duran y que han ocasionado
múltiples destrozos en el mobiliario público, comercios, oficinas bancarias…en
el barcelonés barrio de Sants?
¿Qué
ocurre en Turquía para que la policía tenga que reprimir duramente las
protestas que se iniciaron a raíz del accidente en una mina por falta de
seguridad?
¿Qué
ocurre en algunos países que el cambio de religión implique persecución ,
encarcelamiento e incluso la muerte?
¿Qué
sucede en algunos países en los que por el hecho de ser cristiano uno pueda ser
objeto de persecución e incluso de destrucción de los lugares de culto?
¿Qué
ocurre en algunos campus universitarios
norteamericanos en los que se producen agresiones sexuales a mujeres? Ya
que nos encontramos en Estados Unidos, ¿por qué se dan tantas masacres?
¿Qué
pasa con los políticos que ante los problemas giren la cabeza para hacer ver
que no ocurre nada y, si los ven, traspasan las responsabilidades a otros y,
cuando da la sensación de que mitigan se abran nuevos focos de conflicto?
¿Qué
ocurre con los forjadores de la opinión pública que en las tertulias discuten
mucho pero que no saben dar solución a los problemas sobre los que opinan?
¿Qué
pasa con…? ¿Qué pasa con…? ¿Qué pasa con…?
La
respuesta a la pregunta no se encuentra en la sicología ni en ninguna ciencia
que estudie el comportamiento humano. Las ciencias humanas pueden investigar la
manera de ser del hombre, pero no saben dar respuesta porqué el comportamiento
humano sea tal como es.
En
cierta ocasión Jesús dijo a quienes habían creído en Él: “Si vosotros
permanecéis en mi palabra seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la
verdad y la verdad os hará libres” (Juan 8:32,32). Los judíos, orgullosos de
sus orígenes le respondieron: “Somos descendientes de Abraham y nunca hemos
sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: seréis libres? (v.33). Durante la
controversia los judíos le dicen a Jesús: “Nuestro padre es Abraham”. El Señor
les dice: “Si fueseis hijos de Abraham, haríais las obras de Abraham.…Vosotros
sois de vuestro padre el diablo, y queréis hacer las obras de vuestro padre. Él
es homicida desde el principio, y no permaneció en la verdad, porque en él no
hay verdad. Cuando habla mentira, de suyo habla, porque es mentiroso y padre de
mentira” (vv. 34-45).
Este
texto del evangelio de Juan, seguro que pocas personas lo conocen, nos habla de
dos paternidades: la del Padre y la del diablo. Los judíos presumían ser
descendientes de Abraham. Ciertamente lo eran por la línea de Isaac. También lo
son los musulmanes por la línea de Ismael. Pero la Biblia afirma con meridiana
claridad: “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y
herederos según la promesa” (Gálatas 3:29). La auténtica descendencia de
Abraham lo es aquella que tiene la fe de Abraham, sean gentiles o judíos. Es
evidente que pocas son las personas que posean la fe de Abraham, por lo tanto
pocas son también las que tengan a Dios por Padre. La mayoría tiene al diablo
por padre. Por ello no debe extrañarnos que la mentira y el homicidio sea la
característica de quienes tienen al diablo por padre.
Tener
al diablo por padre no significa que teles personas sean neuróticas como nos
las presentan las películas que tratan el tema de la posesión satánica. La
<i>normalidad</i> de quienes tienen al diablo por padre nos la
muestra Jesús cuando le dice a Pedro cuando éste quería impedir que Jesús fuese
a Jerusalén donde sería entregado a las autoridades romanas para morir por la
salvación del pueblo de Dios: “¡Quítate de delante de mí, Satanás! , me eres
tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los
hombres” (Mateo16:23). El Señor le dice a su discípulo de ser Satanás porque lo
que dice es contrario a la voluntad de Dios. Pedro era impulsivo, pero no
excéntrico. Fue una persona normal que en momentos puntuales le eran locura
las cosas de Dios y se ponía al lado del
diablo.
Octavi
Pereña i Cortina
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