dilluns, 30 de juny del 2014


PROVERBIOS 19:18


“Castiga a tu hijo en tanto hay esperanza”


“Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo…Pero si has hecho lo malo, teme, porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo” (Romanos 13:3,4)

Dos textos de la Escritura convergen en una noticia, no escalofriante, pero sí de un profundo sentido moral y de justicia que apesta. El 11 de junio de 2011, a las 9,30, en la estación RENFE de Gijón, Guadalupe subió al tren . Asimismo lo hicieron Manuel Arbesú González, guardia civil de paisano y su amigo Javier Lestra Vigil. Éste se sentó al lado de Guadalupe. Manuel que lo hizo enfrente de ambos con el móvil gravó las palabras insultantes y vejatorias que su amigo Javier dirigía a la mujer y los tocamientos que le hizo cuando intentaba marcharse.

El padre del guardia civil que es concejal del PP en el municipio de Lena, buscó por todos los medios que su hijo fuese indultado. Para ello impulsó la recogida de firmas con el propósito de lograr la medida de gracia para su hijo, gracia que obtuvo previa deliberación del Consejo de Ministros celebrado el 30 de mayo de 2014.

¿Qué comportamiento se puede esperar de un guardia civil si su padre en vez de castigar a su hijo por no haber impedido que una mujer fuese acosada ante sus propios ojos? Defensa que debería haber ejercido como es su obligación, aún de paisano. ¿Qué se puede esperar de un hijo de papá que por influencia paterna no recibe el castigo merecido? ¿Cuál será en el futuro la actitud de dicho guardia civil ante circunstancias parecidas si sabe que su papá removerá cielo y tierra para evitar ser condenado? Un agente de policía que no sabe que cosa es responsabilidad, ¿qué puede esperarse de él? “El niño consentido es la vergüenza de su madre” (Proverbios 29:15). La vergüenza que ocasionará a sus padres el comportamiento del hijo consentido les seguirá todos los días de sus vida. Su existencia será un calvario

¿Qué credibilidad tiene un ministro de Justicia que ante las presiones de un padre indulta a un malhechor con el agravante que es guardia civil? Lo  grave del caso es que el indulto proclamado lo ha promovido el ministro de Justicia Alberto Ruíz-Gallardón, que es el responsable último de la tramitación de los indultos gubernamentales. Lo más triste del hecho es que el ministro Ruíz-Gallardón  es un cristiano comprometido con el Opus Dei , que “lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo”. Si un ministro de Justicia  cristiano no administra justicia al indultar a un guardia civil que no ejerció su responsabilidad de defender a una mujer acosada sexualmente, ¿qué ejemplo da ante la sociedad? ¿Pueden los ciudadanos confiar en él en la administración de justicia? Cuando Alberto Ruíz-Gallardón se confiese y el sacerdote pronuncie ego te absolvo, ¿estará tranquila su conciencia cuando comparezca ante el Juez Supremo que no admite soborno?


LUCAS 7:47


“Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho, mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama”

La historia comienza cuando un fariseo invita a Jesús a comer con él en su casa. En el festivo escenario se presenta una mujer pecadora con un frasco de alabastro lleno de perfume. Esta mujer, que el “puro” fariseo no veía con buenos ojos su presencia en su casa, empezó a lavar los pies de Jesús con sus lágrimas y a enjugarlos con sus cabellos, besarle los pies y a ungirlos con el perfume que traía. Esta actitud “insolente” de la mujer indignó al justo fariseo, quien sin abrir lo labios musitaba secretamente: “Éste (Jesús), si fuera profeta, conocería quien y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora”. Los tenebrosos ojos del fariseo le impedían ver que la santidad de Jesús no era un motivo que le impidiese tener contacto físico con los pecadores. ¿No dijo Jesús que  había venido a buscar pecadores al arrepentimiento? Al Señor no le interesan aquellos que se consideran justos aún cuando aparentemente sean muy religiosos. El Señor conoce la interioridad de estas personas que se creen justas, calificándolas de sepulcros blanqueados.

Jesús que conoce los corazones le dice a su anfitrión: “Simón una cosa tengo que decirte”. El fariseo le responde: “Di, Maestro”. Jesús le relata una parábola : “Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; y no teniendo ellos con que pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos lo amará más?” Simón adecuadamente responde: “Pienso que aquel a quien perdonó más”. Refiriéndose a la mujer pecadora Jesús le dice al fariseo: “Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho, mas a aquel que se le perdona poco, poco ama”. Dirigiéndose a la mujer Jesús dice: “Tus pecados te son perdonados”.  Los judíos consideraron la declaración de Jesús una blasfemia. Con razón creían que sólo Dios tiene poder de perdonar pecados. Jesús, para demostrar que es Dios y por lo tanto teniendo poder de perdonar pecados, le dice a la mujer: “Tu fe te ha salvado, ve en paz”. Como todo pecador perdonado por Dios, no por una absolución sacerdotal, la mujer emprendió su camino gozosa al saber que sus muchos pecados habían sido totalmente perdonados. No le quedaba ni uno que pudiese enturbiar el gozo del Señor.

 

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