dilluns, 30 de setembre del 2013


TRANSPARENCIA DEMOCRÁTICA


<b>La democracia está basada en la transparencia política. Si hay sombras la democracia se degrada dando paso a la dictadura democrática</b>

Se dan evidencias más que demostradas que la situación actual no puede durar más tiempo y se debe reformar la Administración de pies a cabeza por ser carísima tal como está montada. De esta reforma poco o nada hablan los políticos. Es más fácil obligar a los ciudadanos a apretarse el cinturón que arremangarse las mangas y ponerse a hacer limpieza profunda de la Administración que mucha falta le hace. Para salir de la crisis además de crear puestos de trabajo que aporten ingresos al erario público se debe simplificar la Administración. ¿Es buena  la administración en la que coexisten Gobierno central y subdelegaciones provinciales, Gobiernos autónomos y subdelegaciones provinciales, Diputaciones, Ayuntamientos y Consejos Comárcales, sin dejar de lado las empresas públicas…?¿Verdad que es posible simplificar la Administración para hacerla más eficiente y económica?

<b>Daniel Lacalle</b>,gestor de fondos de inversión en Londres, en una entrevista que le hizo el periodista Lluís Amiguet y que publicó en una La Contra La Vanguardia, dice: “Lo que no funciona y nos ha llevado al 26% de desempleo es el gasto político que no debe confundirse con el gasto público tan beneficioso si se administra bien. El reportero le pide a <b>Lacalle</b> que defina gasto político. La respuesta que da <b>Lacalle</b>no sorprende porque los ciudadanos ya la intuyen. Pero sí es de admirar por la claridad con que lo dice:”El despilfarro de nuestro dinero por el político con el propósito de aumentar su poder y el del partido: la subvención clientelista, la obra pública inútil para hacerse la foto de la inauguración y la comisión, las duplicidades en la Administración para colocar amigos y familiares…Pero es más fácil subir impuestos (a la clase media) que reformar la Administración y recortar el gasto político”.

El entrevistador le dice a <b>Lacalle</b>: - ¿No cree que por más que se recorte en políticos, no es nada más que el chocolate del loro? La respuesta que nos llega: “Es lo que dicen ellos, pero es todo una chocolateada. Dejamos un dineral. Por ejemplo, en los últimos cinco años antes de la crisis se duplicó el gasto sanitario, pero, ¿se duplicó también el asistencial? Está claro que no, pero en muchos hospitales había y hay más cargos directivos que médicos. Y pasa lo mismo en otros centros de la Administración y empresas públicas. 

Las declaraciones de <b>Lacalle</b> ponen el dedo en la llaga. Falta algo más de cara a la regeneración política sin la cual se fomenta la corrupción que arruina. Es preciso democratizar los partidos por dentro  y esto significa que sean transparentes. En tanto los partidos estén organizados de forma piramidal, del vértice a la base, su democratización es imposible. Tal como ahora funcionan los políticos tienen asumido que deben sus puestos a las cúpulas de los partidos que los ponen en las listas. Esta es la causa de que sea tan difícil una voz mínimamente crítica. Esta situación es la que nos ayuda a entender como ante declaraciones que hacen llorar, la claca se ponga en pie para aplaudir las gracias de quienes dependen sus sueldos. Las listas cerradas claman al cielo por la pobreza intelectual de los políticos que se limitan a repetir como loros las consignas que reciben de las cúpulas. La monotonía informativa pone en evidencia que los portavoces se limitan a trasmitir sin variar ni un ápice las consignas recibidas y la falta de libertad en los partidos políticos que presumen de ser democráticos.

La política tiene que dejar de ser cosa de profesionales que viven de ella porque es una fuente de corrupción. Cuando los políticos se queman y los retiran de primera línea se los coloca en una empresa pública y a vivir como reyes. La actividad política debe ser una gestión temporal. Finalizado el plazo establecido, a volver a la ocupación que se tenía antes de entrar en la administración pública y a gozar de los mismos privilegios y obligaciones que el resto de los ciudadanos.

Acabe como acabe la incertidumbre política actual, lo que sí es cierto es que se debe poner fin a la corrupción política. No se puede dar largas al asunto. La democracia empieza y acaba con la transparencia política. No se puede esperar más que la clase política sea un colectivo que se rija por unas leyes que les preservan unos privilegios que no gozan el resto de ciudadanos. ¿Es cierto que todos los ciudadanos son iguales ante la ley? Si se dan diferencias ante la ley significa que estamos en una dictadura más o menos enmascarada que sólo da derecho al pataleo.

Octavi Pereña i Cortina

 

JEREMÍAS 31:3


“El Señor se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado, por tanto te he atraído con misericordia”

¿Cómo salvarse? Pregunta a la que  se le han dado respuestas diversas. La más común es que debemos hacer un montón de cosas y dejar de hacer otras. A esto se le llama salvación por obras. El resultado de quererse salvar haciendo buenas obras y dejando de hacer las malas no es satisfactorio. Siempre queda la duda de si soy o no salvo. Esta duda es frustrante y causante de muchos sinsabores.

El texto que comentamos es uno de los muchos que contiene la Biblia que confirman que la salvación es un regalo de Dios y que el hombre no debe hacer nada para obtenerla. Que la salvación es un don de Dios muchos cristianos  no lo ponen en duda, pero, junto a la salvación divina se pone un debes: bautizarte, debes guardar el domingo, debes ir a la iglesia, debes leer la Biblia, debes…

El texto que comentamos hoy además de reafirmar que la salvación es obra de Dios, tiene una profundidad insondable. ¿Puede la mente llegar a entender lo que Dios le dice a Jeremías que por el hecho de estar  en la Biblia también lo dice a nosotros: “Con  amor eterno te he amado”? Es totalmente imposible discernir la profundidad, la altura y la anchura  del amor de Dios. ¡Ah!, si no fuese por el regalo de la fe nos quedaríamos sin poder disfrutar el consuelo que tales palabras contienen. “¡Oh profundidad de las riquezas, de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! Porque, ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fu su consejero?” (Romanos 11:33,34).

¿Quién puede entender que no somos rescatados de nuestra vana manera de vivir con cosas corruptibles , como oro o plata, “sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un Cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de nosotros”? (1 Pedro 1:19,20).

El amor eterno de Dios tiene una consecuencia : “te he atraído  con misericordia”. A los escogidos de Dios desde antes de la fundación del mundo, pecadores como somos en Adán y por lo tanto destituidos de la gloria de Dios, de una manera incomprensible el Señor nos atrae hacia Él y nos rendimos voluntariamente a su voluntad. Aún cuando no lo entendemos nos sentimos movidos a decirle: ¡Gracias Señor por tu misericordia y por el amor eterno con que nos has amado!


HEBREOS 4:12


“Porque la palabra de Dios es más viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos, y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”

El obispo de Lleida Joan Piris empieza su escrito dominical: La Homilía no es lo principal con estas palabras: “Comentaban el otro día unas personas que se les hacía difícil seguir asistiendo a ciertas Misas porque – decían  has de escuchar ciertas cosas que no hay quien las pueda aguantar…y, a veces, valdría más que no predicaseis”. El resto del escrito, haciendo honor al título del artículo, se olvida de la predicación para enaltecer  a la Eucaristía.

Poco antes de subir Jesús al cielo dijo a sus discípulos: “Y que se predique en su Nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén” (Lucas 24:47). La versión que da Mateo de las palabras de Jesús, es:: “Por tanto id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado” (28:19,20).

El libro de Hechos de los apóstoles que relata la expansión de la iglesia desde Jerusalén hasta el extremo de la tierra detalla de manera muy cuidadosa que la misión principal de los agósteles y sus discípulos  era la predicación basada en el fundamento apostólico del cual la piedra principal es Jesucristo.

El obispo Peris se equivoca cuando margina la homilía y el vacío que crea lo substituye por la adoración de la Eucaristía que se debe hacer con mucho fervor pero que no sirve para la edificación espiritual de los fieles.

Eucaristía, Cena del Señor la llamamos los evangélicos, no consiste en un acto de adoración a los elementos pan y vino, sino un recordatorio de que Jesús murió por los pecados del pueblo de Dios y resucitó para darles vida eterna: “Así, pues, todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que Él venga” (1Corintios11:26).

Aunque la Cena del Señor es un símbolo de la muerte y resurrección de Jesús, el Señor no envió a sus discípulos a predicar símbolos sino a anunciar por todas partes sus palabras registradas  en las Sagradas Escrituras. La fe evangélica está fundamentada en la Escritura que es la verdad de Dios revelada, verdad que puede hacer que los hombres se vean pecadores, se arrepientan y reciban el perdón de sus pecados por la fe en el Nombre de Jesús.

 

dimarts, 24 de setembre del 2013


NACIONALISMOS


<b>El nacionalismo tiene connotaciones desagradables por la violencia que en muchos casos le acompaña. El nacionalismo bien entendido es un medio para que los pueblos se desarrollen y no pierdan su identidad natural</b>

Dos puntos de vista contradictorios sobre el tema de los nacionalismos. Por un lado <b>Mario Vargas Llosa</b> de quien es bien conocido lo que piensa acerca de algunos nacionalismos, dice: “Es terrible que en un mundo civilizado, con oportunidades que nunca hayan habido antes y a veces en enclaves muy avanzados, el nacionalismo vuelva  sacar la cabeza, a imponerse y a obnubilar a comunidades enteras”. Por el otro lado el escritor libanés <b>Amin Maalouf</b>, entrevistado por Núria Escur nos proporciona esta explicación: “Unos nacionalismos son movimientos de autodefensa y otros de conquista. A veces, por desgracia asistimos a nacionalismos disfrazados, apuntalados por la religión: Bin Laden es un nacionalismo árabe, por ejemplo. Vosotros sólo debéis procurar que no pase de autodefensa a ofensiva”. Un aviso que nos hace <b>Maalouf</b> porque también en Catalunya  se dan tics de nacionalismo ofensivo cuando se queman banderas y fotografías.

Otro punto de vista del que creo se debe reflexionar en profundidad es el que nos da <b>Daniel Berenboim</b>, director de la orquesta en la que interpretan juntos judíos y palestinos cuando responde a la pregunta que le hace LSemanal: ¿Por qué este conflicto que parece tan irresoluble? “Porque la gente no lo ve como es en realidad. De hecho todo el mundo sabe lo que hay  al final de esta historia: La retirada de Israel a las fronteras de 1967 y una solución factible para Jerusalén y el retorno. Pero no es un conflicto que se pueda solucionar política o militarmente, es un conflicto humano. No necesitamos a la ONU, lo que necesitamos es un siquiatra”. Los nacionalismos que sobrepasan la autodefensa para pasar al ataque para aniquilar a un nacionalismo más débil es un problema espiritual que tiene el ser humano. Cuando el respeto a los símbolos nacionales se convierte en fanatismo por su exaltación insensata es muy peligroso, siendo motivo de preocupación cuando se produce.

El ataque que el pasado 11 de septiembre se produjo en el centro Blanquerna que la Generalitat de Catalunya tiene abierto  en Madrid es el resultado del nacionalismo fanático de sus ejecutores. Cuando a consecuencia de un triunfo deportivo se celebra la victoria con desplegadura de banderas y vociferando como energúmenos, borracheras, rupturas de cristaleras, quemas de vehículos y contenedores, es la manifestación de fanatismo  fanático que en vez de construir destruye.

¿Cuál es la causa de dicho fanatismo fanático? Cuando el patriotismo substituye a Dios por la patria es muy peligroso porque convierte a la patria en un ídolo y detrás del ídolo que exige devoción total se esconde “el diablo”: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira de suyo habla, porque es mentiroso y padre de mentira” (Juan 8:44).Fíjese el lector que las características del diablo son: mentiroso y homicida.  Los compañeros de viaje de los nacionalismos idolátricos son mentirosos y homicidas. No tienen escrúpulos en tergiversar las verdades históricas y de matar si sus intereses egoístas así lo exigen. 

La idolatría adquiere muchas formas. Actualmente ha disminuido la adoración de estatuas de yeso, madera, plata u oro, pero está muy extendida la adoración al dinero, al éxito, a la salud, al club de fútbol y, no olvidemos la patria. Todo ello se ha convertido en ídolos que exigen pleitesía absoluta. De tal palo tal estilla. Los nacionalistas idólatras que adoran al diablo no debe extrañarnos que mientan cuando tergiversan los hechos históricos documentados a su propia conveniencia como lo ha hecho el edil del PP del ayuntamiento de Lleida Pau Pintó Torné que compara las banderas de la Diada del 11 de septiembre con la propaganda “hitleriana del III Reich” y pide “la intervención de la Guardia Civil y del Ejército” Tampoco dudan a la hora de iniciar guerras crueles que siembran destrucción y muerte.

A los nacionalista idólatras que se dejan guiar por el diablo que les da fuerza para hacer daño les puede parecer que con su crueldad, física o sicológica, salgan vencedores porque han humillado y destruido al que es diferente, pero la aparente victoria dejará un mal sabor de boca cuando descubran que en el reino de Dios hay “una gran multitud, la cual nadie podrá contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero (Cristo)…y clamaban a gran voz diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero” (Apocalipsis 7:9,10), quedándose ellos fuera porque “ni los idólatras no heredarán el reino de Dios” (1 Corintios 6:9). Se quedarán con dos palmos de narices al contemplar el gozo de la gran multitud compuesta de pueblos de lenguas diversas mientras ellos se consumirán “en el lago que arde con fuego y azufre” (Apocalipsis 21:8), en “el fuego eterno” (Mateo 18:8). Es un mal negocio ser nacionalista idólatra.

Octavi Pereña i Cortina

 

dilluns, 23 de setembre del 2013


PROVERBIOS 11:11


“Por la bendición de los rectos la ciudad será engrandecida, mas por la boca de los impíos será trastornada”

¿Por qué existe una crisis tan grave que afecta no solamente a lo económico y social sino también a la moral? Se debe a la falta de personas rectas que sean de bendición y engrandezcan a las naciones. Se busca resolver el grave problema que nos afecta mediante leyes que regulen el comportamiento de las personas  y con medidas represivas. El resultado es el fracaso más estrepitoso. El texto nos dice que la bendición de los rectos engrandece a la ciudad o a la nación. Como en Sodoma y Gomorra no se encuentran diez personas justas que puedan frenar el declive social que conduce a la bancarrota.

¿Dónde se encuentran las personas rectas o justas? Esta clase de ciudadanos no se forman en los centros escolares y universidades. Hoy en muchos países se han levantado un buen numero de escuelas y universitades que se rigen por los más actuales métodos educativos de donde salen muchas personas ilustradas. Sin embargo o se encuentran demasiadas personas rectas que engrandezcan las ciudades y naciones. Lo contrario es cierto. Como en Sodoma y Gomorra no aparecen hoy diez personas justas. La destrucción es la consecuencia de la falta  de ciudadanos que aporten la bendición que engrandezcan a las naciones.

Las personas no se hacen justas por voluntad de los padres. Se hacen justas por la fe en el Nombre de Jesús. En Jesús, el injusto se convierte en justo, cosa que no significa que la tal persona sea sin pecado. En Jesús, al creyente, la sangre que Jesús derramó en el Gólgota, todos sus pecados le han sido limpiados. Dios no se los tiene en cuenta. La personas a la cual le han sido perdonados todos los pecados por la fe en Jesús se convierte en una nueva persona con inclinaciones radicalmente opuestas a las que tenía antes de la conversión. Antes de creer en Cristo su tendencias eran hacer el mal. Era un esclavo del pecado . No podía hacer nada más. En Cristo sus propósitos son hacia el bien, es un esclavo de la justicia.

A la persona recta además de su comportamiento justo le acompaña Jesús. Jesús habita en su corazón cosa que le hace sentir compasión por su ciudad y a interceder por ella para que el Señor la bendiga. Existe mucha corrupción pero también se dice que se encuentra mucha bondad. Si como dice la Biblia toda cosa buena procede de Dios, ¿cuánta bondad de la  que existe en nuestras ciudades es el fruto de las oraciones que los rectos presentan ante el trono de la gracia divina?


JEREMÍAS 28:15


“Entonces dijo el profeta Jeremías al profeta Hananías: Ahora oye, Hananías: el Señor no te envió, y tú has hecho confiar en la mentira a este pueblo”

Vayamos a Apocalipsis para ver lo que dice el Señor respecto a la mentira: “Yo soy el Alfa y el Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas de la ciudad. Pero los perros estarán fuera, y los hechiceros, y los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y dice mentira(22:13-15). La declaración del Señor es contundente: los que aman y practican la mentira no tienen derecho al árbol de la vida ni acceso a la Jerusalén celestial. La sociedad actual se caracteriza por la mentira. Se dicen falsedades como la cosa más natural y las justificamos porque los otros también las dicen. Pero el Señor abomina la mentira. No la podemos justificar diciendo que es una mentira piadosa. El premio de seguir al diablo que es el padre de la mentira es ser excluidos de la Jerusalén celestial que es lo mismo que decir que los que aman y practican la mentira están eternamente condenados. No lo digo yo. Lo dice el Señor. Por lo tanto pensemos detenidamente en el tema.

Volvamos a Jeremías y lo que le dice a Hananías, el falso profeta. Hananías habla en nombre del Señor asegurando al pueblo que rompería el yugo de Nabucodonosor, el rey de Babilonia. Que Jerusalén no sería conquistada ni destruida. Que todo le iría bien a Israel. Jeremías se enfrenta a Hananías y le dice a la cara: “El Señor no te envió, y tú haces confiar en la mentira a este pueblo”. Hananías no cruzó la puerta que da acceso a la Jerusalén celestial porque amaba y practicaba la mentira  en el nombre del Señor. Trágico destino para un hombre que habla mentira en el nombre de Dios. Pero no es necesario esperar hasta el día final para recibir el pago que se merecen los mentirosos. He aquí lo que le sigue diciendo Jeremías: “Por tanto, así ha dicho el Señor: He aquí que yo te quito de sobre la faz de la tierra, morirás este año, porque hablaste rebelión contra el Señor”.  Lo que dice el texto sobre el final de Hananías es muy escueto: “Y en el mismo año murió Hananías, en el mes séptimo”. La recompensa de amar y hacer mentira se empieza a recibir aquí en la tierra.

 

 

dimarts, 17 de setembre del 2013


2 CORINTIOS 4:16


“Por tanto no desmayamos, antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día”

El contexto del versículo que comentamos tiene que ver con la tribulación que el cristiano tiene que padecer a causa de su fe: “Que estamos atribulados en todo mas no angustiados, en apuros, mas no desesperados, perseguidos, mas no desamparados, derribados, pero no destruidos, llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos” (vv. 8-10).Por la fe en el Jesús muerto y resucitado estamos vinculados en su muerte y en su gloria. Textos parecidos a este echa por los suelos el “evangelio de la prosperidad” que enseña que los cristianos no tienen porque sufrir penalidades si poseen fe. Que los contratiempos se deben a la falta de fe. Esta enseñanza es fatal para la paz y la esperanza del cristiano porque cuando se presenta la enfermedad, el contratiempo, el sinsabor, crea en el cristiano que sufre un choque traumático porque le hace pensar que no posee fe y que por lo tanto está condenado.

“Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal” (v.11). El sufrimiento de una forma u otra es inevitable. Reconocerlo nos lleva a entender que el cristiano es un vaso de barro, frágil, que contiene la excelencia del poder de Dios lo cual hace posible que en la aflicción levante los ojos hacia el Señor Jesús que está sentado en la diestra del Padre para implorar su ayuda. Para el verdadero cristiano el sufrimiento, sea por causa de Cristo o por el mero hecho de ser un mortal pecador, no le produce desazón. Sabe que es así y en el dolor se fortalece porque se refugia bajo las alas del Todopoderoso.

“Por tanto no desmayamos, antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día”. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Me renuevo de día en día? ¿Me fortalezco en el hombre interior?  ¿Se dan signos de lucha espiritual debido al pecado que transportamos o existe somnolencia espiritual que nos ha convertido en pasotas?  Debe ser un motivo de profunda reflexión si junto con el inevitable desgaste del hombre exterior, el corporal, el hombre interior no se renueva de día en día fortaleciéndose en el Señor.


PROVERBIOS 30:8


“No me des pobreza ni riquezas, mantenme del pan necesario”


La filosofía de Agur que resume el texto objeto de nuestra  meditación no es tenida en cuenta por muchos. La gente quiere ser rica a toda costa y al mínimo esfuerzo. De ahí que proliferen la diversidad de loterías que se venden bajo el reclamo de que con lo poco que vale un décimo puedes hacerte millonario. Las loterías gubernamentales se venden disfrazadas de humanismo cuando aseguran que todos los beneficios se destinan a servicios sociales. No es humanismo lo que impulsa a comprar el boleto, sino el afán de ser rico a cambio de unos pocos euros.

Agur no le pide a Dios que si lo hace rico le dará en ofrenda el 10% de lo ganado. No. Sólo le pide que le dé lo suficiente para llegar a final de mes.

Al texto que comentamos le precede “vanidad y palabra mentirosa aparta de mí”. Sin vanidad desaparece de poseer dinero ilegítimamente y sin palabra mentirosa no se engaña a la gente presumiendo de un estatus social que no se posee. La integridad es la clave para vivir sin la ansiedad agobiante que marchita el bienestar del alma. Si uno se conforma con lo que el Señor dadivosamente le ha dado no tiene porque esconder lo que tiene. El engaño esclaviza. La honestidad libera.

“No me des pobreza ni riquezas, mantenme del pan necesario”, le pide Agur a Dios. El contentamiento nace de confiar en Dios como proveedor de todo lo que necesita y aceptando con gratitud lo que la dadivosa mano de Dios provee. El egoísmo destruye  porque nunca da lo que se espera de él. Deja al alma insatisfecha y con el deseo de poseer más con el propósito de apagar el fuego que el egoísmo enciende  en el corazón. Sin contentamiento la vida no es vida y no vale la pena vivirla. Al egoísmo incendiario no lo apaga ni un mar de agua.

Vayamos al Padrenuestro la oración modelo que Jesús enseñó a sus oyentes estando sentado en el monte: ”Padre nuestro que estás en los cielos…el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”  (Mateo 6:9,11). Jesús enseña con mucha claridad que lo que el hombre necesita es depender de Dios. Creer en Él es la base del contentamiento liberador. Como hay muy poca fe en el Padre de nuestro Señor Jesucristo no abunda el contentamiento y como no existe hay  muy poca paz en el corazón. La ansiedad insoportable puede vencerse. La fe en Jesús es la medicina. La pregunta es: ¿Quiere el hombre tomarla?

 

 
 

 

SANTIDAD TERRITORIAL

 
 <b>Siqui Sánchez/b>, fotógrafo de váteres me ha aportado una idea que ha desplazado mi pensamiento de un lugar tan poco atractivo, a pesar de los adornos con que puede ser embellecido, hasta llevarlo a un aspecto práctico de la vida social.. "Retratar un váter" dice el fotógrafo de váteres, "es una manera elocuente de captar el espíritu de un lugar. Me habla del grado de civilización del lugar". <b>Sánchez> asegura:"Los que viajamos, cuando volvemos siempre hablamos de donde hemos comido: nadie no habla de los lugares en donde ha defecado. ¿qué? “Pienso que se debe a que no nos gusta la suciedad. Nos desagradan los espacios sucios. A pesar de este rechazo instintivo lo cierto es que la suciedad que daña a la vista prolifera por doquier. Las calles, los parques, la montaña...:llenos de papeles, plásticos, envases y otros restos mas voluminosos: "captan el espíritu del lugar", mejor dicho: el espíritu de las personas que han dejado rastro de su presencia incivilizada extendiendo la porquería.

 El filósofo de váteres dice. "Nadie habla de los lugares en donde ha defecado". El nadie no es absoluto. Hay Alguien que si se interesa por los váteres en donde defecamos. Leamos un texto bíblico que aporta luz al tema de la suciedad que afecta no solamente los váteres de algunos establecimientos públicos: "Tendrás un lugar fuera del campamento adonde salgas, tendrás también entre tus armas una estaca, y cuando estés allí fuera, cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás tu excremento, porque el Señor tu Dios anda en medio de tu campamento, para librarte y para entregar a tus enemigos delante de ti, por tanto, tu campamento ha de ser santo, para que Él no vea cosa inmunda , y se retire de ti" (Deuteronomio 23:12-14).

Las ordenanzas municipales regulan el comportamiento de los ciudadanos en los lugares públicos. Nos dicen que no debemos ensuciar con pintadas las fachadas de los edificios. Que no se debe orinar en la calle. Se instalan papeleras en donde tirar peleles, cajetillas de tabaco, botellas de plástico, etc. Se sitúa este tipo de mobiliario urbano en distintos lugares de las ciudades. Así y todo se tiran papeles, cajetillas, botellas ...en el suelo y, con demasiada frecuencia a pocos metros de una papelera. Las heces perrunas ensucian aceras y zonas ajardinadas a pesar de los carteles que anuncian que es un espacio prohibido para los perros. Solares no edificados se convierten en vertederos que además de afear la zona se convierten en viveros de ratas. Das una vuelta por la montaña y en los lugares mas inverosímiles aparecen restos de suciedad que acreditan que el <i>homo sapiens</i> ha pasado por el lugar dejando muestras de su civilidad y sapiencia. Los carteles que indican las cosas que no deben hacerse se mueren de asco porque nadie les presta atención.

Volvamos al texto trascrito de Deuteronomio para descubrir la razón que nos impulsa a ensuciar sin sentido. Antes que nada hemos de saber distinguir entre una sociedad nómada como lo era la israelita del tiempo de Moisés y la actual sedentaria y dotada de muchas comodidades, incluso el váter. Por lo tanto no tenemos que llevar una estaca en la mochila para hacer un agujero al pie de un arbol urbano para defecar. Así y todo el texto contiene un principio que sirve para mantener limpio el entorno en el que nos movemos, válido para todas las épocas: "tu campamento ha de ser santo, para que él no vea en ti cosa inmunda, y se retire de ti". Se puede intentar mantener limpio el entorno por motivo higiénicos. Todos los avances obtenidos canalizando las aguas fecales para conducirlas a las depuradoras han sido promovidos por razones higiénicas a fin de evitar la difusión de enfermedades contagiosas. Por un lado se progresa en limpieza, por el otro, se nota cierta regresión al pasado. Mantener limpia la ciudad en que vivimos cuesta millones de euros anuales. No es suficiente el servicio de limpieza municipal para mantener limpia la ciudad. Según el texto de Deuteronomio el lugar en el que reside el hombre debe ser un espacio santo, es decir, dedicado a Dios. La limpieza es el aspecto externo de la santidad, de la limpieza del alma. La sangre de Cristo que borra el pecado santifica al alma. El brillo interior es la causa de la limpieza externa que aparece de manera espontanea. Dios con su perdón es el secreto para conservar limpios los espacios públicos. Desde un punto de vista económico Dios es la clave para disminuir los gastos de los servicios de limpieza municipales. Con Él se contribuye a reducir los gastos de limpieza públicos y por lo tanto a reducir el déficit público.

Una carta al director finalizaba así: "Pero vivimos en un mundo de sueños teológicos y anacrónicos, mira por dónde". El autor de esta carta es una molécula de la gran masa de personas que consideran que Dios es un invento humano para mantener sumisas a las multitudes. Desgraciadamente se usa su Nombre para este fin. Pero no, el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo es santo y desea el bien de las personas que consideran santo los espacios que pisan sus pies.

Octavi Perefia i Cortina

dilluns, 9 de setembre del 2013


LUCAS 11:27


“Mientras Él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste”

La religiosidad sensiblera es muy fácil de practicar. La religiosidad de peregrinaciones a lugares santos que no exige nada a los devotos que satisfacen su sensualidad con las tradiciones, la practican las multitudes que transitan por el camino ancho que conduce a la perdición.

Nos encontramos “en Jerusalén en la fiesta de la Pascua”. La Pascua atraía multitudes. El texto nos dice: “Muchos creyeron en su Nombre viendo las señales que hacía”. Hoy catalogaríamos este fervor manifestado por los judíos como un avivamiento y las autoridades religiosas se apresurarían a catalogarlo como un despertar de la fe. Pero, ¿cuál era el concepto que Jesús tenía de la explosión de fe que se producía a su alrededor? “Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues Él sabía lo que había en el hombre” (Juan 2:23,25).

Cambiamos de escenario y encontramos a Jesús que alimenta a una gran multitud con cinco panes de cebada y dos pececillos. Cuando estuvieron todos saciados, dijeron: “Éste es verdaderamente el profeta que había de venir al mundo”. ¿Cómo reacciona Jesús ante tal explosión de fe? “Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderase de Él y hacerlo rey, volvió a retirarse al monte solo” (Juan6:15). Jesús no acepta la religiosidad de pandereta.

La fe efervescente de las multitudes en un santiamén se desvanece y fácilmente es manipulada por las autoridades religiosas. Bien seguro que la mujer que vociferó “bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste” se debía encontrar entre la multitud que ante Pilato gritaba: “Crucifícale, crucifícale, crucifícale”. Pilato sorprendido les pregunta: “¿A vuestro Rey he de crucificar?” Los principales sacerdotes respondieron: “No tenemos más rey que Cesar”

¿Quién es nuestro Señor : el vientre o Jesús?


2 CRÓNICAS 9:7


“Bienaventurados tus hombres, y dichosos estos siervos que están siempre delante de ti, y oyen tu sabiduría”

La reina de Sabá oyó la fama de la sabiduría de Salomón. Le habían llegado a sus oídos hechos que la descubrían y no quería quedarse con sólo querer saber del rey sabio de oídas. Quiso conocerlo personalmente. Emprende el largo, dificultoso y peligroso viaje. Al llegar a Jerusalén se queda sorprendida de la sabiduría de Salomón y de la casa que había edificado.

El Antiguo Testamento fue escrito también para nuestra edificación, para que las personas que vivimos en el siglo XXI podamos sacar enseñanzas de acontecimientos acaecidos hace más de tres mil años.

Los judíos del tiempo de Jesús tuvieron el privilegio de escuchar las palabras que brotaban de los labios del Señor que destilaban más autoridad que la de los fariseos y saduceos.. Aquellas personas también tuvieron el honor de poder contemplar con sus propios ojos los milagros que hacía Jesús, que le acreditaban como Hijo de Dios. A pesar de ello lo rechazaron y lo condenaron a morir en la cruz.

Si aquellas personas fueron unos privilegiados al poder contemplar a Jesús viéndole  con sus propios ojos obrar milagros y con sus oídos oír las palabras de vida que fluían de sus labios, nosotros ciudadanos del siglo XXI somos todavía más privilegiados que ellos porque sabemos que aquel Jesús que murió en la cruz resucitó y está sentado a la diestra del Padre intercediendo por nosotros.

Después de la resurrección Jesús se presentó en el aposento en el que estaban reunidos los discípulos. Faltaba Tomás, que no creyó el testimonio que le dieron sus compañeros de que habían visto al Señor. Ocho días después se les vuelve a presentar Jesús estando en esta ocasión presente Tomás. Dirigiéndose al incrédulo discípulo  le dijo que pusiese su mano en la herida que tenía en su costado. Tomás exclama: “¡Señor mío, y Dios mío!”. Las palabras que le dijo Jesús deberían resonar en nuestros oídos: “Porque me has visto, Tomás, creíste, bienaventurados los que no vieron y creyeron” (Juan 20:24-29).

Volviendo a Jesús y a la reina de Sabá oigamos lo que el Señor dijo a aquella generación de incrédulos: “La reina del Sur se levantará en el juicio con los hombre de esta generación, y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar” (Lucas 11:31).

El hecho de que Jesús hable de condenación a aquellas personas que no creyeron en Él debería hacernos reflexionar respecto a nuestra incredulidad con respecto a Él que es más grande que la reina de Sabá. Nuestra responsabilidad es mayor porque Jesús ha resucitado y el Espíritu Santo nos recuerda sus palabras

 

dimarts, 3 de setembre del 2013


ESPAÑA DEMOCRÁTICA


<b>La corrupción política ha llegado a tales niveles que con urgencia se precisa hacer algo para evitar que el hedor que desprende no nos asfixie a todos</b>

Un mensaje distribuido por correo electrónico anuncia una iniciativa ciudadana para tratar la Ley de Reforma del Congreso de 2012 (enmienda de la Constitución de España), con el fin de enmendar injusticias, abusos y desarreglos parlamentarios y senadores.

Supongamos que se recogen las 500.000 firmas para presentar la Reforma del Congreso y que se pone en marcha su reforma, ¿conseguirá realmente democratizarlo? ¿Son los mismos políticos que han generado el caos actual y que han perdido la confianza de los ciudadanos quienes deben iniciar el proceso de la reforma de la Constitución? Si se consigue reformar la Constitución, algo imprescindible por obsoleta, y se establecen las bases legales para perseguir la corrupción política, ¿será suficiente para mantenerla a niveles satisfactorios para preservar la democracia de desviarse hacia senderos dictatoriales?

Jordi Ponce Solé con mucho acierto escribe: “Perseguir penalmente la corrupción no conseguirá mantenerla en niveles aceptables para un estado democrático de derecho, como el que queremos para España. Siendo mejor prevenir que curar, la prevención de la corrupción se convierte en una asignatura pendiente e imprescindible”.

El periodista Lluis Amiguet entrevista a Dieter Nohlen, que en su día asesoró a los redactores de nuestra Constitución, diciéndole: - Hoy acusamos a nuestro sistema electoral de favorecer <i>elites extractivas</i> que controlan los partidos, elaboran sus listas y exprimen después nuestros presupuestos. La respuesta que Nohlen da está atiborrada de sentido común: “¡Ojalá cambiando simplemente la ley electoral pudiese impedir el abuso de estas <i>elites extractivas</i>. Pero un país no se puede regenerar reformando solamente  el sistema electoral. Pensar que puedes poner fin a la corrupción y a los defectos de un país únicamente con la reforma de la ley electoral es como creerse que se puede enderezar el rumbo equivocado de una transatlántico añadiéndole un pequeño motor fueraborda”. El entrevistador le espeta a Nohlen: - Purgamos tres burbujas en una: inmobiliaria, de infraestructuras y de cajas. En todas contribuyeron los partidos. La respuesta que da es muy esclarecedora. “Estas burbujas son consecuencias de deficiencias en su cultura democrática y no solamente de su sistema electoral. Se dan países honrados y eficientes y otros disfuncionales y corruptos que tienen el mismo sistema electoral. La diferencia recae en la cultura”. Sin perder de vista la conveniencia de modificar las leyes que favorecen la corrupción nos atendremos a la cultura democrática. Antonio Nello pone fin a su escrito  <i>La amenaza a la democracia</i> con estas palabras: “Juntamente con la lucha contra  la corrupción, indispensable, es necesaria la construcción de una cultura de la ciudadanía, cultura de la honestidad personal, del sentimiento de pertenencia responsable a una convivencia, de la grandeza de la calidad de ciudadano que ha de exigir, pero también ganarse, cada persona”. “Siendo mejor prevenir que curar, la prevención de la corrupción se convierte en una asignatura pendiente e imprescindible”, nos recuerda Jordi Ponce Solé. Es por ello que la democracia no se implanta por decreto ley. Ha fracasado estrepitosamente el intento de convertir a las dictaduras islámicas en democracias que respetan los derechos de sus ciudadanos. España en concreto ha fracasado en sus propósitos de democratizarse porque no basta con querer imitar constituciones más o menos modélicas que rigen en las democracias consolidadas.  Es preciso que todos los españoles sean verdaderos demócratas.

Josep Cuní mira hacia la <i>ética protestante</i> como modelo a seguir para regenerar a la política. Albert Montagut dice: “El proceso del cambio que necesitamos está en la regeneración del sistema mismo y son los políticos quienes deben cambiar su concepto de la función pública y convertir en dogma esta palabra mágica inglesa, que no existe en castellano, catalán o francés, que es <i>accountability</i>: la responsabilidad de la acción pública, el respeto al sistema y el compromiso ante los ciudadanos”. Ambos, Josep Cuní y Albert Montagut se fijan en el modelo político protestante. Alcanzar una España democrática no se consigue intentando copiar un modelo defectuoso sin el soporte que tenían quienes lo crearon. Detrás de la <i>ética protestante</i> luterana y de la <i>accountability</i> británica se escondía la supeditación política a la autoridad absoluta e indiscutible de Dios manifestada en la revelación escrita que se encuentra en la Biblia. La Reforma protestante rompió con el modelo político católico que estaba supeditado a la autoridad  de la Iglesia y del Papa que con indulgencias y otras estratagemas se conseguía eludir la responsabilidad, substituyéndolo por la autoridad suprema de Dios que exige comportamiento ético y responsabilidad ante Dios y los hombres, sin paliativos. No será de más recordar que nuestro déficit democrático remonta al siglo XVI y posteriores en que la Iglesia en connivencia con el Estado persiguieron con saña a los cristianos reformados hasta extirparlos del suelo hispano. El odio a la nueva espiritualidad que se extendía por toda Europa aquí fue seguido por la quema implacable de la Biblia que es la Palabra de Dios. No se podía permitir que los hombres pensasen.  Nuestro déficit democrático tiene su causa.

PROVERBIS 17:15


“El que justifica al impío, y el que condena al justo, ambos son igualmente abominables al Señor”

Vivimos en una sociedad manchada por el pecado y por ello con un corazón engañoso que nos hace ver las cosas distorsionadas de tal manera que nos hace decir que lo bueno es malo y lo malo bueno. Ello nos lleva a un estado de plena confusión porque no podemos tomar decisiones acertadas. A nuestra sociedad le falta una brújula que le indique el camino a seguir.

Un ejemplo del desconcierto general es el proyecto de ley que prepara el gobierno de mariano Rajoy de suavizar los requisitos de honorabilidad, experiencia y buen gobierno de la banca que junto con los indultos que concede el gobierno que limpian los expedientes de los delincuentes de cuello blanco, puedan, personas imputadas en delitos seguir controlando a las entidades bancarias a las que han defraudado. Junto a este despropósito se encuentran las penurias por las que pasan aquellas personas a las que se les ha robado legítimamente (¿) sus ahorros por haber suscrito contratos basura.

El gobierno, con sus cambios legislativos que propone hacer “justifica al impío”, que no se caracteriza por ser un borracho empedernido, desaseado en su aspecto. Todo lo contrario: bebe moderadamente en las reuniones sociales, la sonrisa a flor de labios no le falta nunca, viste prendas de marca, educación esmerada, su aspecto despierta confianza, pero si se analiza su vida se descubre que en el fondo es un sinvergüenza. Quien justifica al impío y condena al justo, es una abominación al Señor.

Una sociedad para funcionar suavemente, sin chirridos que dificultan su andadura, necesita leyes justa que castiguen al delincuente sea de la clase social que sea y que protejan al débil de la opresión de los poderosos. No basta con leyes buenas que causen la admiración en otros países si van acompañadas de políticos, jueces y ciudadanos impíos para hacer florecer la justicia social. Hecha la ley hecha la trampa.

Las leyes justas deben ir acompañadas de ciudadanos justos que las obedezcan. Porque, ¿de que sirve que las leyes sean buenas sobre el papel pero que se incumplan a la hora de la verdad si quienes tienen que obedecerlas las odian? Los ciudadanos tienen que ser hombres y mujeres temerosos de Dios, que en lo profundo de sus corazones le amen y desean serle obedientes a su Ley. No es suficiente ser cristianos practicantes en lo externo, pero con corazones alejados de Dios y con labios lisonjeros que en lo profundo de sus almas le aborrecen. No. Un país no prospera cuando se justifica a los impíos y se condena a los pobres.


PROVERBIOS 14:28


 

“En la multitud del pueblo está la gloria del rey, y en la falta de pueblo la debilidad del príncipe”

En este texto Salomón nos está diciendo que los gobernantes sin sabiduría son calamidades públicas y que quienes la posean con su autoridad y poder hacen bien a los ciudadanos que dependen de su liderazgo. Salomón en este texto insta a los gobernantes a que gobiernen de tal manera que hagan felices a sus súbditos para que no tengan la tentación de abandonar su país para buscar más libertad y facilidad de empleo en otro. La emigración contribuye a empobrecer a la nación que se queda sin súbditos  creadores de prosperidad.

En la España de hoy se nota la falta de sabiduría de los gobernantes. Es cierto que estamos envueltos en una profunda crisis , pero no es menos cierto que esta crisis, en buena parte, la han fabricado nuestros gobernantes que amando la gloria personal y el deseo de salir en la foto y asegurarse el voto, se han lanzado a la construcción de obras faraónicas que no sirven para nada. Disponemos de aeropuertos sin aviones que aterricen y alcen el vuelo. Autopistas sin coches que circulen por ellas. Trenes de alta velocidad sin pasajeros y carentes de medidas de seguridad. A todo este despilfarro se le debe añadir la corrupción que alcanza límites insospechados que causan que las arcas públicas estén vacías y se tengan que hacer recortes en educación, sanidad, investigación, servicios sociales…La mala administración está pasando factura  con la emigración de jóvenes universitarios obligados por el desempleo. La pérdida del valor añadido que la educación a aportado en estos jóvenes empobrece el país. La necedad de los políticos arruina a la España que dicen amar tanto. La prosperidad debido al esfuerzo y sacrificios de muchos años, en unos pocos se ha esfumado por la avaricia de unos gobernantes ineptos y sin escrúpulos.

Digo ineptos porque la eficiencia no depende solamente de los títulos universitarios que cuelgan en los despachos de quienes tienen las riendas del poder. Son ineptos porque carecen de la sabiduría que produce el temor a Dios y, su ignorancia en lo que es esencial les conduce a tomar decisiones que son perniciosas para todos. Para ellos también. Salomón, autor de muchos de los proverbios que se encuentran registrados en Proverbios pidió sabiduría al Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, y la recibió. Si nuestros gobernantes pidiesen sabiduría al Dios de Salomón, también la recibirían. Enderezarían los caminos torcidos  que han llevado a la pobreza colectiva y los jóvenes ya no tendrían que marcharse para enriquecer a las naciones que los acojan.
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