INFLUENCERS e
<b>El título por
muy inglés que sea no significa que quienes se lo pongan vayan a influir
positivamente a quienes les escuchen</b>
Una viñeta de JL. Martín
describe la preponderancia que los contertulianos adquieren en los medios de comunicación.
Reunidos en el entorno de una mesa cinco tertulianos opinan sonoramente todos a
la vez los temas del día. Al fondo dos cámaras de televisión gravan la tertulia
para dejar boquiabiertos a la audiencia por la vasta sabiduría político-social
que exhiben. A la derecha un cartelito destaca la frase: <b>Nuevo
record</b>. Debajo, en negrita: “Oleadas de expertos en epidemiologia
reconvertidos en expertos en relaciones hispano-marroquíes solo en 24 horas”.
Los tertulianos que comparten sus vastos conocimientos en la materia que sea
desde los estudios de los medios de comunicación se han convertido en gurús, en
los siete sabios de Grecia, los consejeros que aconsejan sobre un futuro que
desconocen cómo será. <b>Jordi Juan</b>, director de La Vanguardia,
escribe: “La influencia de periodistas en los núcleos de decisión política,
bien en los partidos o bien en las diferentes administraciones públicas, han
ido una constante en los últimos años en todos los países del mundo. Todos
recordamos grandes políticos que han tenido a su lado como asesores en la
sombra a ex periodistas que les han ayudado a cincelar los mensajes o las
actitudes de los líderes”. La pregunta que tenemos que hacernos es: ¿Es buena
la guía que proporcionan los <i>influencers</i> que asesoran a los
políticos que los contratan? Visto el resultado, parece que no.
En la antigüedad eran los
magos, los astrólogos, los adivinos quienes hacían de
<i>influencers</i> de los reyes. En la actualidad como se ha dejado
de tener en consideración el mundo de los espíritus, los gobernantes contratan
como asesores a hombres y mujeres con títulos universitarios y masters, que se
supone los asesoraran correctamente. Da la impresión de que contratan a
personas equivocadas.
El rey Josafat de Judá
viajó a Israel con el propósito de entrevistarse con el rey Acab. Pactaron ir
juntos a luchar contra el rey de Aram. Siguiendo la costumbre de la época llamó
a los profetas de Baal para aconsejarse. “¿Iré a la guerra contra el rey de
Aram o lo dejaré?” Le aconsejaron así: “Sube, porque el Señor la entregará en
la mano del rey” (1 Reyes 22: 6). Los profetas de los baales le auguraron el
éxito de la expedición bélica que iba a emprenderse. A Josafat no le pareció
suficiente que únicamente se consultase a los profetas de los baales y le dijo
a Acab: “Hay aun aquí algún profeta del Señor por el cual consultemos?”(v.7).
Acab respondió: “Aun hay un varón por el cual podríamos consultar al
Señor, Micaías, pero yo le aborrezco,
porque nunca me profetiza bien, sino solamente mal” (v.8). Micaías, el profeta
del Señor a quien Acab odiaba porque le
decía la verdad que no deseaba escuchar, no se comporta como los profetas de
Baal que estaban en la nómina real, mentían a la hora de aconsejar. El perro no
muerde la mano de quien le da el pan. “Quien se mueve no sale en la foto.
Acab, a petición de
Josafat ordena que traigan al profeta disidente. El mensajero que había ido en
busca del profeta que aborrecía Acab, le dice: “He aquí que las palabras de los
profetas a una voz anuncian al rey cosas buenas, sea ahora tu palabra conforme
a la palabra de alguno de ellos, y anuncia también buen éxito. Y Micaías
respondió: Vive el Señor, que lo que el Señor me hable, eso diré” (vv. 13,14).
Llegado el profeta de la
discordia en presencia de los dos monarcas, Acab le pregunta: “¿Iremos a pelear
contra Ramot Galaad, o la dejaremos? (v.15). El profeta que no rendía homenaje
le dice al rey: “Y ahora, he aquí el Señor ha puesto espíritu de mentira en la
boca de todos tus profetas, y el Señor ha decretado el mal contra ti” (v. 23).
El jefe de los profetas
de Baal se acercó a Micaías “y le golpeó en la mejilla, diciendo: ¿Por dónde se
fue de mí el Espíritu del Señor para hablarte a ti?” v.24). El profeta que
incordia le respondió: “He aquí tú lo verás en aquel día, cuando te irás
metiendo de aposento en aposento para esconderte” (v. 25). El rey Acab
dirigiéndose a quien había traído a Micaías, le dice: “Y dirás: Así ha dicho el
rey: Echad a éste en la cárcel, y mantenedlo con pan de angustia y con agua de
aflicción, hasta que yo vuelva en paz” (v.27). Si la condición del profeta no
servil ya era dura ahora empeorará. Antes de que Micaías fuese devuelto a la mazmorra el profeta del Señor
le dice a Acab: “Si llegas a volver en paz, el Señor no ha hablado por mí” (v.
28).
Los dos monarcas
abandonan Samaria al frente de sus respectivos ejércitos. En el fragor de la
batalla “un hombre disparó su arco a la ven tura e hirió al rey de Israel por
entre las junturas de la armadura…Murió, pues el rey, y fue traído a Samaria, y
sepultado el rey” (vv. 34-37).
“Los pensamientos se
frustran donde no hay consejo, pero en la multitud de consejeros se afirman”
(Proverbios 15: 22). La pregunta que debemos hacernos es: ¿Dónde se encuentra a
un buen consejero? La respuesta nos la da el salmista: “Pues tus palabras (las
de Dios) son mis delicias y mis consejeros” (Salmo 119: 24). Es lo que les hace
falta a los <i>influencers</i>: La sabiduría moral que proporciona
la Palabra de Dios y que endereza los pensamientos y las acciones”.
Octavi Pereña i Cortina
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