NEHEMIAS 8: 8
“Y leían en el libro de la Ley de Dios
claramente, y ponían sentido, de modo que entendiesen la lectura”
El
apóstol Pedro refiriéndose a los escritos del apóstol Pablo escribe: “Según la sabiduría que le ha sido dado, os
ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas,
entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e
inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición” (1 Pedro 3:
15,16). El hecho de que el apóstol Pedro se refiera a indoctos e inconstantes
que tuercen las Escrituras implica que las personas que lo hacían formaban
parte de una comunidad cristiana. Ello podría repetirse en nuestra propia
iglesia. El apóstol Juan cita a Diótrefes como uno delos que tuercen las
Escrituras al decir que quiere tener el control de la iglesia al no permitir la presencia de algún apóstol en la iglesia (3 Juan 9,10).
Judas
escribe diciendo a sus lectores que hagan memoria de las enseñanzas impartidas
por los apóstoles porque “en el postrer
tiempo habrá burladores que andarán según sus malvados deseos. Estos son los que
causan divisiones, los sensuales que no tienen el Espíritu” (vv. 17-19).
El
apóstol Pablo tratando el mismo tema, escribe: “Porque estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se
disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla porque el mismo Satanás
se disfraza como ángel de luz. Así que no es extraño si también sus ministros
se disfrazan como ministros de justicia, cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Corintios 11: 13-15).
Mientras
la iglesia peregrine por este mundo, el trigo y la cizaña convivirán.
¿Significa esto que debemos conformarnos pasivamente a que la cizaña se
multiplique sin poner resistencia? Tenemos que seguir el ejemplo que dio la
iglesia en Éfeso: “Yo conozco tus obras,
y tu arduo trabajo, y paciencia, y que no puedes soportar a los malos y has
probado a los que dicen ser apóstoles y
no lo son, y los has hallado mentirosos” (Apocalipsis 2: 2). Es arduo el
trabajo que tienen que hacer las iglesias si desean permanecer firmes en la fe.
Esta labor corresponde hacerla toda la congregación, pero de manera especial
los pastores y maestros. Nadie puede escurrir el bulto porque la
responsabilidad recae sobre todo el pueblo de Dios.
Un
grupo de levitas eran los responsables de hacer ”entender la Ley al pueblo”
(v.7). Algo muy importante sucede cuando en las iglesias se encuentran
personas que se encargan de hacer entender la Palabra de Dios al pueblo. “Y el pueblo estaba atento en su lugar” (v.7).
el pueblo que está sentado escuchando a personas santas que interpretan fielmente la Palabra abandonan el lugar
gozando “de grande alegría porque habían
entendido las palabra que les habían enseñado” (v. 12)).
NEHEMÍAS 9: 28
“Pero una vez que tenían paz volvían hacer lo
malo delante de ti, por lo cual los
abandonaste en manos de sus enemigos que los dominaron, pero volvían y clamaban
otra vez a ti, y tú desde los cielos los oías y según tu misericordia muchas
veces los libraste”
Encontrándose
quienes habían regresado del destierro en Babilonia reunidos para celebrar “en ayuno y con cilicio y tierra sobre sí” (v.
1) se produjo un arrepentimiento colectivo: “Y
puestos en pie, confesaron sus pecados y las iniquidades de sus padres” (v.
2). “Confesaron sus pecados y adoraron al
Señor su Dios” (v. 3). En la predicación que acompañó el acto se hizo un
repaso de la historia de Israel con las bendiciones de Dios y los castigos que
les infligía por sus delitos y pecados.
Todo lo
que está escrito en el Antiguo Testamento ha sido preservado hasta nuestros
días y lo seguirá siendo, no en un
archivo polvoriento en un rincón de la buhardilla, sino en la Biblia un tanto
manoseada por el uso para que podamos abrirla y leerla para nuestra instrucción
en la sabiduría de Dios. Los participantes en el día de ayuno reconocieron que
los males que padecían provenían de Dios que es“justo en todo lo que ha sobrevenido sobre nosotros, porque rectamente has hecho, mas nosotros hemos hecho lo
malo” (v.33). Durante la pandemia que ya lleva un año segando vidas, ¿se
dan muestras de arrepentimiento colectivo?
Hace
algunos años cuando se presentaban períodos de persistentes sequías se sacaban
de los templos las imágenes de los santos locales para invocar su favor. Con
ello no quiero decir que lo encuentre correcto. Erróneamente invocaban a unas
imágenes que tienen oídos que no oyen. Daban a entender que el daño procedía de
un dios desconocido airado. Hoy, ni tan solo se da una mínima muestra de que la
pandemia que padecemos tiene algo que
ver con el Dios eterno que hemos irritado con nuestros pecados. Todo el enfoque
para resolver los problemas colectivos recae en la supuesta capacidad humana
para resolverlos. La Ciencia en sus
diversas especialidades se ha convertido en el dios que imploramos. La
crisis climática con el calentamiento de la Tierra y el Covid-19 se intenta
vencerlos con la tecnología y el engreimiento humano que piensa: “Juntos
venceremos”. Es cierto que el hombre tiene algo que hacer en la lucha contra
estos enemigos, pero pretende hacerlo sólo sin la ayuda del Dios al que ha
irritado por haberlo abandonado. No saldrá victorioso.
Los textos citados de Nehemías muestran que el sufrimiento humano se debe a un Dios airado que castiga a los hombres por haberlo abandonado y convertido en imágenes incapaces de oír los gemidos y de ayudar. Años atrás aún quedaba un resquicio de espiritualidad equivocada, sí, pero se creía en un ser desconocido. Hoy ni siquiera esto. Siguiendo el ejemplo que nos da el pueblo de Israel en tiempos de Nehemías, arrepintámonos de nuestros pecados. Jesús que es el Único que nos los puede perdonar y cambiar nuestro estilo de vida. La presencia del Padre de nuestro Señor Jesucristo junto con su Espíritu es lo único que puede hacer posible que la presencia regeneradora de Dios se note en la sociedad. Tal vez no se note de manera colectiva pero individualmente se descubrirá que no se está solo. Que Dios sí ayuda.
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