JOB 1: 10
“¿No has levantado una valla alrededor de él,
alrededor de su casa, y alrededor de todo lo que tiene? Has bendecido la obra
de sus manos, por tanto sus bienes han aumentado sobre la tierra”
¿Por
qué existe en el mundo tanto mal y se producen tantas situaciones desagradables
que impulsan a decir: esto no es justo? No es el azar su autor. La primera
situación que consideramos injusta fue la desnudez en que Adán y Eva se vieron
después de la desobediencia. La causa el Satanás de siempre que es homicida
desde el principio y padre de la mentira. Como muchos consideran mitología el
relato del Edén comparable con la greco-romana. No le prestan atención al
relato bíblico. Es un engaño más el padre de la mentira.
Como
los pensamientos de Dios son más altos que nuestros pensamientos no llegamos a
entender el modo de proceder de Dios. Pero ahí está el relato y por fe tenemos
que aceptarlo, sin cuestionarlo. Si lo ponemos en duda no nos beneficiaremos de
la enseñanza que transmite.
El
texto que comentamos de Job nos asombra: ¿Dios dialogando con Satanás? Así es.
También nos asombra que Dios les permita hacer, con limitaciones, sus
fechorías. Es así. En vez de darnos cabezazos contra la pared con espíritu de
rebeldía porque no entendemos el proceder de Dios porque sus pensamientos son
más altos que los nuestros. Aceptémoslo humildemente y adquiriremos sabiduría.
El
diablo no desea el bien el hombre. Cuanto más lejos estemos de Él mejor que
mejor. Por algo es homicida desde el principio. Su naturaleza asesina se puso
de manifiesto contándole a Eva un engaño sobre la bondad de Dios: No moriréis.
Seréis como Él.
El
texto que comentamos son las quejas que satanás presenta a Dios por permitir
que Job fuese muy rico. Para poner der manifiesto que Job es un hombre justo,
le permite con limitaciones, perjudicarlo. De sobras se conoce el dolor que
Satanás infligió a Job. Éste en respuesta a su mujer que le pida que maldiga a
Dios por todo lo que le sucede, le responde: “¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no recibiremos?” El
comentario que Dios hace de la actitud de Job es: “en todo esto no pecó Job con sus labios” (2: 10).
Sabemos
que la gloria del hombre debido a su pecado ha perdido su lustre. El cual debe
recuperarse. El sufrimiento es el medio que Dios emplea para conseguirlo.
Citaré dos proverbios que deberían llevarnos a una meditación profunda y
sincera.
“El crisol para la plata y la hornaza para el
oro, pero el Señor prueba los corazones” (17:
3).
“El crisol prueba la plata, y la hornaza el
oro, y al hombre la boca que lo alaba” (27:
21).
ISAÍAS 28. 14
“Por tanto varones burladores que gobernáis
ese pueblo que está en Jerusalén, oíd la palabra del Señor”
El
profeta se dirige a unos gobernantes que dirigían el destino del reino de Judá
en tiempos muy difíciles por la amenaza de Asiria, la superpotencia en aquella
época. El mensaje de parte de Dios a los gobernantes en Jerusalén también puede
aplicarse en nuestros días tan convulsos, entre otros, por la presencia del
Covi-19 que trastorna el mundo entero
El profeta
considera burladores a aquellas
personas en las manos de las cuales estaba el futuro del reino. ¿En qué sentido
califica de burladores a aquellas personas de las
cuales dependía el futuro del reino? Lo primero que les dice es: “Oíd la palabra del Señor”. Este mandato
implica que los gobernantes se habían alejado de Dios que les había sacado con
brazo fuerte de la esclavitud de Egipto y que los había protegido durante la
travesía por el desierto y desde que pusieron sus pies en la Tierra Prometida.
La historia de Israel está salpicada de abandonos y reencuentros con su Rey.
Cuando estaban abrumados por la opresión de sus enemigos clamaban a Él y Él los
liberaba. Jueces es un relato de este comportamiento indigno del pueblo de Dios. Con facilidad se lanzaban
en los brazos de los baales que, no solamente no los liberaban de sus enemigos
sino que les hacían que la opresión fuese más intensa.
El
texto que comentamos sitúa a Judá en una de estas situaciones de extremo
peligro por haber abandonado a su Libertador. Nos dice el texto que los
gobernantes habían hecho “pacto con la
muerte y convenio con el Seol” (v.13). Tal vez nos indica que habían
pactado con el mundo de los espíritus, que buscaban dirección por medio de los
nigromantes siguiendo el modelo de Saúl que en vez de conducirle a la victoria
sobre los filisteos le llevó a una vergonzosa derrota y a su muerte indigna.
Abandonar a Dios siempre pasa una factura muy elevada.
Un
aviso que el Señor hace a los gobernantes: “he
aquí que yo he puesto en Sión por fundamento una piedra preciosa, preciosa, de
cimiento estable, del que creyere, no se apresure” (v. 16). Una referencia
clara a Jesús (Mateo 21: 41-44). ¿Cómo reaccionaron las autoridades
político-religiosas al recordatorio de las palabras del profeta? De la misma
manera que lo hicieron los israelitas a los avisos de los mensajeros que Dios
les enviaba: “No oiremos”. En el
Nuevo Testamento oyendo los sacerdotes y los fariseos las parábolas de Jesús
entendían que se refría a ellos, por ello buscaban la manera de echarle mano a
escondidas porque temían al pueblo que le tenía por profeta.
Los
gobernantes siguen haciendo lo mismo con el mensaje del evangelio: “No escucharemos”. Por ello no
encuentran solución a los graves problemas que nos amenazan.
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