HASEL Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN
<b>La herida
causada por una lengua malsonante difícilmente cicatriza</b>
El encarcelamiento del
rapero <b>Pablo Hasel</b> debido al enaltecimiento del terrorismo y
por injurias al rey y por otros motivos es causa de inquietud porque puede sentar precedente y
favorecer que los jueces puedan penalizar cualquier declaración que no sea de
su gusto.
El periodista
<b>Edwy Pland</b> escribe algo que tiene mucho sentido en el caso <b>Pablo Hasel</b>: “Una vez
denunciada la corrupción financiera puede ser combatida y castigada. La
corrupción de las ideas en cambio es más insidiosa, más sutil, y por esto de
una peligrosidad más crucial”. Discrepo de las ideas y del lenguaje que emplea
<b>Hasel</b> y de su conducta
En este escrito trataré del pensamiento del rapero y de su influencia en
el comportamiento de sus seguidores. A pesar de ello, creo que no debe
restringirse su derecho a expresarse si lo hace con el respeto debido a las
personas que critica y que sus opiniones no sean una clara incitación al odio.
Los personajes públicos
deben ser objeto de la crítica ciudadana. Si su comportamiento tiene algo que
objetar, no deben poner impedimentos a la crítica. La administración en todos
sus niveles tiene que ser transparente como el cristal. La reiterada “razón de
Estado” no es ni más ni menos que un impedimento al control de la
transparencia. A esta actitud oscurantista le ha crecido la barba. Al inicio de
la historia Adán y Eva intentaron
esconder su delito de desobediencia su Creador
que les prohibía comer el fruto del árbol del bien y del mal (Génesis 2:
17). Conscientes que lo habían cometido consideraron conveniente taparlo. Con el eufemismo “razón de Estado”, cosiendo
delantales con hojas de higuera la desnudez que había puesto de manifiesto la
desobediencia. (Génesis 3: 7). Desde la Transgresión se ha convertido en un
hábito intentar esconder la inmundicia. Quienes ostentan el poder intentan
camuflar las corruptelas que son fruto de sus corazones corruptos. Por ello
blindan con leyes su inviolabilidad ante la justicia. Pero ignoran que no solo
sus acciones, también sus pensamientos, más íntimos que sean no pasan
desapercibidos a los ojos de Dios. A pesar de que simbólicamente se esconden
detrás de los árboles del jardín, Dios se les acerca y les pregunta: “¿Dónde
estáis?” (Génesis 3: 9). Al ser descubiertos Adán y Eva se quitan las pulgas de
encima y las traspasan al otro. Excusas de mal pagador.
Volvamos a Hasel que es
actualidad mediática. “Ciertamente las muchas palabras multiplican la vanidad” (Eclesiastés 6: 11).
El caso Hasel ha llevado
a <b>Pablo Iglesias</b>, Vicepresidente del Gobierno de España a
dudar de la calidad democrática de nuestro país, declaración que ha exasperado
a los constitucionalistas, lo cual es
una muestra de que metafóricamente los delantales cosidos con hojas de higuera
se siguen utilizando. En lugar de reconocer la fragilidad democrática para
intentar enmendarla, presumen de una
perfección inexistente. Somos tan excelentes que no tenemos errores que
corregir. Quienes se escandalizan oír que nuestra democracia deja mucho que
sesear porque consideran que ha alcanzado el zénit de su esplendor, les viene
como anillo al dedo el refrán: “Dime de que presumes y te diré de lo que
careces. Mientras tanto Vox se instala en los Parlamentos desde puede proclamar
su nefasta venenosa política. ¿Cómo piensan poner un cordón sanitario a su
alrededor si la justicia que es un elemento esencial de un estado de derecho si no se tiene
intención de mejorarla? Recuerden los
políticos que las buenas palabras se las lleva el viento. Los hechos son los
que cuentan.
La cita de Salomón es muy
ilustrativa. Si se abre mucho la boca abundan las palabras banales. Si se
siembran vientos se recogen tempestades. Esta es la consecuencia del lenguaje
de Hasel acompañado de un comportamiento ético poco edificante. Mezcla explosiva que ha estallado a raíz del encarcelamiento
del rapero leridano. “Sin leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso cesa
la contienda” (Proverbios 26: 20). ¿En qué fuente bebe el rapero para apagar la
sed de su alma? Si bebe en la fuente contaminada por las aguas fecales de la corrupción, es lógico que
el comportamiento y el lenguaje lleven a la disputa. Si en vez de beber agua
contaminada que inflama el lenguaje y el comportamiento bebe el agua viva que
fluye del corazón de Jesús, transmitirá un mensaje de paz y de concordia, será
el primero en beneficiarse. Los receptores se tranquilizarán en vez de
alborotarse y dedicarse al vandalismo. Ello redundará en beneficio de toda
la comunidad.
Las palabras no rompen
huesos pero sí los corazones. Es por esto que el salmista pide a Dios: “Pon
guarda a mis labios, oh Señor, guarda la puerta de mis labios” (Salmo 141: 3). ¡Cuán necesario es que los
raperos por la influencia que ejercen en sus seguidores se muerdan sus lenguas
antes de que sus dientes inoculen el
veneno almacenado en sus almas.
“La lengua”, de raperos y
políticos, “es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí,
¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego. Y la lengua es un fuego, un
mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina
todo el cuerpo, inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por
el infierno” (Santiago 3: 5,6). Las palabras groseras que tanta repercusión mediática
tienen por el renombre de sus autores y que tanto daño ejercen se alimentan en
los abismos infernales de maldad. Un escritor anónimo redacta: “Señor guarda
mis labios/ Controla hoy mi lengua/ Ayúdame a evaluar cada pensamiento/ Y mira
cada palabra que diga”. Quiera Dios que no solo los raperos, también los
políticos y todos quienes tienen
resonancia pública se pongan una cremallera en los labios para que de ellos no
salgan palabras inflamadas por el infierno.
Octavi Pereña i Cortina
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