PROVERBIOS 17:22
“El corazón alegre constituye buen remedio, pero el espíritu triste
seca los huesos”
La sicología
moderna se refiere a las enfermedades sicosomáticas, dolencias físicas que se
originan en la mente. Lo que la medicina moderna da como un hecho comprobado
científicamente, ya hace tres mil años que la Biblia ya lo había diagnosticado.
¡Qué lástima que las personas no presten más atención a las enseñanzas de la
Biblia, que siendo para bendición nuestra nos enseñarían a vivir mejor!
El corazón alegre
del que nos habla el texto de Proverbios
que comentamos, no es la alegría artificial que promueve la risoterapia.
El corazón se hace alegre cuando está en paz con Dios. Como dice el proverbio
popular: “el rostro es el reflejo del alma”. Un corazón que está en paz con
Dios por la fe en Jesús, el rostro refleja la paz de Dios que excede a la
comprensión humana. No es preciso ir por la calle soltando carcajadas como se hace en
determinados programas de televisión que artificialmente se muestran la blancura
de una dentadura perfecta que atestigua que se ha pasado por el dentista.
No. La alegría
que es buen remedio para la persona no es artificial. Se expone de manera
totalmente natural, sin la intervención del teatro para impactar. El observador
atento de inmediato se da cuenta de que se le quiere dar gato por liebre. La
alegría hipócrita de muchos puede hacer que el cerebro descargue endorfinas que
tienen efectos sicológicos relajantes, pero no son autentica alegría lo que
producen las drogas químicas del cerebro.
La alegría
beneficiosa que es el resultado de la paz de Dios no puede obtenerse si
previamente no se ha dado la conversión a Cristo a la que le sigue el perdón de los pecados que
causan que los huesos se sequen. En el salmo 51 el rey David trata
magistralmente el tema de las enfermedades sicosomáticas: “Ten piedad de mí, oh Dios,
conforme a tus misericordias, conforme a la multitud de tus piedades, borra mis
rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado” (vv. 1,2). David reconoce su pecado y
acepta que solamente en Dios encontrará perdón: “Purifícame
con hisopo y seré limpio. Lávame y seré más blanco que la nieve” (v.7). Se refiere a la sangre del
Cordero que el sacerdote aspergía. Pero
David va más allá del sacerdote humano y tiene en mente a Jesús, el sumo
Sacerdote, cuya sangre aplicada por el Espíritu Santo le limpia de todos sus
pecados. Realizada la limpieza espiritual que hace la sangre de Jesús, David
puede decir: “Hazme oír gozo y alegría, y se
alegrarán los huesos que has abatido” (v.8). La alegría del corazón que es fruto del
perdón de los pecados que concede Jesús hace que los huesos de David se
alegren. Con tantas personas confiando en la risoterapia pero desconfiando de
Jesús no debe extrañarnos que anden por
el mundo con espíritu triste y abatido, sin sonrisas espontáneas.
ROMANOS 4:20
Abraham “tampoco
dudó, por incredulidad de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe,
dando gloria a Dios”
No se puede
vivir si fe. ¿Qué fe? Por doquier se nos está bombardeando que si crees en ti
mismo podrás conseguir todo lo que te propongas. Se anuncian productos lácteos
para recién nacidos y lactantes que si se los suministra se convertirán en superhombres.
Muchas personas creen en las enseñanzas del pensamiento positivo, pero ni la
riqueza, ni la salud les llega. Los padres que creen en los poderes mágicos de los
productos lácteos para lactantes enriquecidos con minerales y vitaminas, a
medida que crecen no dan señales de ser unos superdotados. Son personas del montón con todas las
vilezas que puedan cometer las personas que no han sido alimentadas durante la
lactancia con leches mágicas. La fe en uno mismo y en otras personas
con toda propiedad podemos llamarla: FE MALA.
Si existe FE
MALA implica que en algún lugar debe existir FE BUENA. Si está, ¿dónde
encontrarla? La FE BUENA es de origen divino y está basada en la persona de
Jesús, el hijo de Dios encarnado. Quien niega la divinidad de Jesús es anticristo (1
Juan 2:22). La fe de la tal persona es de origen satánico. Quienes creen en las
virtudes del pensamiento positivo no creen en Jesús. Quienes creen en la magia
de los productos lácteos para hacer de sus hijos superhombres, su fe es mala,
es satánica, porque ignoran que Jesús es el hijo de Dios. La educación que proporcionan
a los hijos es materialista. Piensan únicamente en lo que se puede tocar. Esta
educación sin Dios podrá hacer que lleguen a ser premios Nobel, pero no conseguirá hacer de ellos buenas
personas, hijos de Dios.
Abraham cuando
apartó su mirada de Dios que lo había llamado a salir de Hur de los caldeos y
emprender un viaje hacia lo desconocido, en ciertas ocasiones su fe fue mala.
Fue un desastre cuando huyendo de la hambruna bajó a Egipto y se protegió en su
esposa Sara por temor de ser muerto a causa de ella. Tuvo una fe mala cuando
siguiendo el consejo de Su esposa Sara cohabitó con Hagar, la esclava de ella,
para tener el hijo de la promesa que no llegaba. Dejándose llevar Abraham por
la filosofía del pensamiento positivo creó un grave problema familiar.
A pesar de la
debilidad de Abraham no dudó en la
promesa de Dios. Cuando ya no había posibilidad de tener hijos debido a su edad
y que Sara ya había perdido la costumbre de las mujeres, nos dice el texto que
se afianzó en la fe y no dudó en la promesa de Dios. Nació Isaac, el hijo de la
promesa.
http://octaviperenyacortina22.blogspot.com
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada