dilluns, 24 d’octubre del 2016

PROVERBIOS 1:28,29

“Entonces me llamarán, y no responderé, me buscarán de mañana, y no me hallarán. Por cuanto aborrecieron la sabiduría y no escogieron el temor del Señor”
El tiempo de la gracia no es ilimitado. Llega un momento en que se cierra la puerta. Llegado este momento los oídos del Señor están taponados para no oír nuestro clamor. Cuando se cerró la puerta del arca fueron vanos los intentos de quienes estaban en el arca encontrar refugio en la embarcación. ¿Qué hemos de decir de las vírgenes necias que esperaban la venida del esposo sin aceite en las lámparas? “Y a medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo, salid a recibirle!” Cuando despertaron y se apercibieron  que las lámparas parpadeaban debido a la falta de aceite, salieron corriendo a comprarlo. Al regresar encontraron que la puerta que daba acceso al salón del banquete estaba cerrada. Golpearon a la puerta gritando desesperadamente: “¡Señor, Señor, ábrenos! Mas él respondiendo, dijo: De cierto os digo que no os conozco”
¿Cuántas personas se encuentran en las iglesias que son casi cristianos? Participan en los cultos. Cantan himnos. Oran. Se han bautizado y participan de la Cena del Señor. Ofrendan…Los casi cristianos externamente no se distinguen de los verdaderos cristianos. Es algo parecido a las vírgenes necias de la parábola. Aparentemente no se diferenciaban de las prudentes. Pero el Señor sabe lo que hay en el hombre, las apariencias no le engañan. Cuando el tiempo de la gracia de Dios prescribe: “Me llamarán, y no responderé, me buscarán de mañana, y no me hallarán. Por cuanto aborrecieron la sabiduría y no escogieron el temor del Señor”. Los casi cristianos, en lo profundo de su corazón aborrecen la sabiduría y les importa un bledo el temor del Señor. Siendo casi cristianos viven aquí en la tierra sin Dios y pasarán la eternidad si Dios y lejos de su presencia
Los casi cristianos viven en la tierra sin Dios y pasarán la eternidad cerca de la puerta del banquete de bodas que está en el Reino de Dios. ¡Qué triste estando cerca tener que pasar la eternidad lejos de la presencia de Dios!
La parábola de las diez vírgenes finaliza con una advertencia a  sus oyentes y aquellos que la leen en la Biblia: “Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora en que el Hijo del hombre ha de venir” (Mateo 25: 1-13). El Señor nos llama a andar de día, Clamando a Él inoportunamente con la misma insistencia con que la viuda pedía justicia al juez injusto. Ser casi cristianos debe desaparecer para convertirse en verdaderos cristianos. Quiera el Señor que en las iglesias haya unidad en el Señor y que todos, hombres y mujeres puedan saludarse diciendo: “Maran-hata”, el Señor viene.
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HEBREOS 12: 6

“Porque el Señor al que ama disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo”
Disciplina actualmente rechazada en la educación de los hijos. El resultado de la carencia de disciplina en la educación es unos hijos cada vez más violentos y en edad más temprana. La creencia  que dar libertad a los hijos para que hagan lo que mejor les plazca  ayudará a desarrollar para bien su personalidad ha resultado ser un fracaso absoluto. La indiferencia de los padres a la hora de disciplinar a sus hijos ha conseguido que estos se conviertan en auténticos monstruos que perjudican a la sociedad con su vandalismo y a sí mismos por la vidas anárquicas que llevan.
El versículo que comentamos forma parte del texto que va desde el versículo 5 al 11. Este texto se merece una lectura sosegada acompañada de oración ferviente porque si el Espíritu Santo la grava en el corazón de los padres no solamente hará mejores ciudadanos del reino terrenal, también hará mejores ciudadanos del reino de los cielos que comienza aquí en la tierra.
Al Padre celestial le toca disciplinar a sus hijos porque es nuestro Padre y además es el modelo perfecto de Padre al cual deben imitar los padres biológicos en la educación de sus hijos. La disciplina deben aplicarla en sus hijos para hacer de ellos ciudadanos de bien.
“Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza” (v.11), de ahí la exhortación que nos hace el Padre: “Hijo mío no menosprecies la disciplina del señor, ni desmayes cuando eres reprendido por Él, porque el Señor al que ama disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo” (vv. 5,6). Si se leen los salmos el lector descubrirá como los diversos autores le piden al Padre celestial que los discipline pues de ello depende su salud espiritual.
Ya que la disciplina no gusta porque no parece ser causa de gozo, sino de tristeza, pone de manifiesto: “que Dios nos trata como a hijos, porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? (v.7). La falta de disciplina que se da en nuestros días se debe a que los padres han abandonado su responsabilidad que tienen como tales. Se dice hoy que los padres deben ser los amigos de sus hijos. Loa amigos los encuentra en la escuela y en las actividades extraescolares. Pero los niños no se disciplinan entre ellos. Se discuten. Se pelean. Peo no se disciplinan porque es una responsabilidad exclusiva de los padres. Los padres deben comportarse como padres y poner de manifiesto que ellos son la autoridad en el hogar y que por precepto divino los hijos les deben obediencia.
Demos gracias a Dios porque nuestro Padre celestial no abandona nunca su responsabilidad de Padre y que cuando conviene,   por nuestro bien nos disciplina, no de la manera equivocada como a menudo hacen los padres


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