EL COLOR DE LA PIEL
<b>En
las sociedades multirraciales las minorías étnicas se sienten impulsadas a
semejarse a la etnia dominante supuestamente superior</b>
En
una sociedad de mayoría blanca las minorías étnicas pueden ser tentadas a “desracialarse” con el fin de atenuar la
diferencia de color. La modelo y actriz australiana <b<Dominique
Maber</b> de madre de Sri Lanka y
padre británico dice que cuando era adolescente se la molestaba por el color de
su piel. Creció entre Sri Lanka y la pequeña ciudad australiana de Quensland.
El color de la piel la marcó en ambos lugares. Contratando con los ciudadanos
de Sri Lanka su piel era más clara y se la trataba como si fuese una princesa.
Cuando regresaba a Australia se sentía deprimida y asediada. A los 12 años empezó
a usar los peligrosos tratamientos de blanqueo de la piel en un intento de
decolorarla para sentirse aceptada. Ahora que tiene 20 años interrumpe el
tratamiento antes de que le provoque daños irreparables. A Sri Lanka los
tratamientos blanqueadores de la piel se los considera tan inocuos como los
dentífricos blanqueadores de las dientes. Ahora la modelo afirma que desearía
hacer marcha atrás para decirle a aquella niña que no sea tan tonta . Esto no
puede hacerlo pero siempre que tiene una oportunidad avisa a cualquier persona
que desee cometer el error que ella cometió en su infancia de los peligros que comportan los
tratamientos blanqueadores de la piel.
<b>Anna
Choy</b> actriz y presentadora de televisión australiana de
ascendencia china se da cuenta de la
tendencia creciente de la cirugía estética para alterar las características
raciales por todo el mundo. Dichos tratamientos cosméticos que son agresivos no
están exentos de riesgo porque no son operaciones sencillas. En la
investigación que hizo descubrió que existen personas dispuestas a pasar por el
quirófano a pesar de los peligros que acompañan al bisturí. Después de
investigar el concepto que las mujeres australianas tienen de la belleza
<b>Anna Choy</b> viajó a Seúl, capital mundial de la cirugía
estética en donde encontró que una de cada cinco mujeres pasa por el quirófano.
En el distrito de Gangnam encontró 500 clínicas en donde se practica la cirugía
estética, un área conocida como el <i>cinturón de la belleza</i> en
donde las mujeres se transforman de pies a cabeza.
Cuando
<b>Anna Choy</b> regresa a Australia se encuentra con tres
adolescentes de origen asiático que desean hacerse la cirugía estética. Una de
ellas Katti, de 16 años le dijo que la decisión de hacerse la cara para transformarla
en más occidental no la tomó ella sino sus padres. Este descubrimiento le hizo
pensar: ¿Cómo puede ser que unos padres deseen que su hija cambie de cara para
hacerle perder su identidad? El viaje que <b>Anna Choy</b> hizo a
Seúl le despertó el sentido de identidad y a hacerse esta pregunta: “¿qué
significa la apariencia y el sentimiento de sentirse australiana?”. Como madre
está preocupada por el futuro de su hija mulata: “¿Qué futuro le espera?” “Qué significa esto en una futura Australia
multicultural?”
¿Qué
es lo que motiva a que las personas deseen esclarecer el color de su piel? A
pesar de que los productos blanqueadores de la piel son muy tóxicos atraen a
muchas mujeres de color que quieren ser bien vistas por los blancos. El sueño
de la blancura epidérmica es una herencia de la época colonial. La psiquiatra
<b>Marie Moro</b> afirma que las más jóvenes que conocen los
efectos secundarios de los productos blanqueadores de la piel, dicen: “Me
quiero parecer a los que gobiernan”. El añadido: “porque tú lo vales” que
acompaña a la publicidad de productos cosméticos debe analizarse con mucha
cautela y sentido crítico. ¿Es que el valor de una persona se encuentra en el
tono claro de la piel? El valor de una persona se encuentra en el hecho de que
es un ser humano creado a imagen y semejanza de Dios y que se la debe respetar y proteger sea cual
sea el color de la epidermis, condición social, sexo, nacionalidad, idioma y
cualquier otra característica diferenciadora.
Dios
no mira la apariencia externa de las personas, se fija en su interior en donde
se encuentra la auténtica humanidad. El color de la piel del prójimo no debe
convertirse en un chivo expiatorio de nuestros males ni de nuestros
sentimientos de impotencia ni de nuestra frustraciones. La vida aquí en la
tierra es difícil tanto para los blancos como para las personas de color. Ambos
grupos deben cultivar su humanidad fijándose en el modelo de hombre que es
Jesús que con su muerte y resurrección derribó el muro del racismo sembrando en
el corazón de la simiente del amor que derriba la muralla de la segregación
racial.
Octavi
Pereña i Cortina
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