LUCAS 13:5
“Os digo: No, antes si no os
arrepentís, todos pereceréis igualmente”
El trágico accidente del airbus
que despegó del aeropuerto de El Prat con destino a Alemania que se estrelló en
los Alpes y con ello la muerte de 154 personas, nos recuerda el texto que
encontramos en Lucas 13: 1-5. El texto se refiere a dos lamentables accidentes
que acabaron con un número indeterminado de fallecimientos en uno y de 18
personas en el otro. Ambos, a semejanza del airbus siniestrado sucedieron de
improviso. Nadie podía imaginarse que iban a producirse los accidentes.
La muerte no siempre es un
suceso inesperado. A pesar de que nadie queda de cada generación lo cierto es
que creemos que nos escaparemos de la muerte. Con la crionización, la
conservación de los cuerpos a muy bajas temperaturas siguiendo unas técnicas
especiales se espera hacerlos revivir llegado el momento que se encuentra
remedio a la enfermedad hoy incurable. Lo cierto es que todos moriremos una
sola vez por el hecho de que todos hemos
pecado y el pago del pecado es la muerte.
Los achaques, las
enfermedades crónicas, el cáncer que puede matarnos dentro de unos meses o
años, volver a nacer después de una enfermedad grave, nos ofrecen la
posibilidad de arrepentirnos y de creer en Jesús que es la Vida.
Desgraciadamente son muy pocos quienes aprovechan la posibilidad de
arrepentimiento de sus pecados y creer en Jesús que da vida eterna a quienes
creen en Él.
Otro texto que debería
impulsarnos a reflexionar es Lucas 16: 19-31. Es una parábola que nos retrata a
todos. El hecho de que se refiere a un hombre rico que se vestía de púrpura y
de lino fino y que cada día hacía banquete con esplendidez, tiene aplicación en
cada uno de nosotros. El hombre rico. Anónimo. Era un persona que vivía
exclusivamente para gratificar su
sensualidad. ¿Qué es lo que a nosotros nos importa? ¿No es precisamente la
sensualidad? ¿No está nuestro corazón atrapado en como gratificar a la
sensualidad? Nuestras ilusiones van encaminadas al placer sensual. Los sentidos
acaparan toda nuestra atención: Buenas comidas, viajes a paraísos terrenales,
sexo…
El texto nos dice que el
rico murió y fue sepultado. Hoy, muchos ya no son sepultados, prefieren la
cremación tal vez confiando en que al
ser reducidos a cenizas, la destrucción del cuerpo los aniquilará y no dejará
constancia del paso por este mundo.
Error terrible porque al morir se abren instantáneamente los ojos a la realidad
de la condenación eterna, sufriendo los tormentos de la condenación.
La eternidad en la salvación
o en la condenación se decide aquí en la tierra antes del fallecimiento. El
Señor le concede al lector un período de gracia para que pueda arrepentirse de
sus pecados y creer en Cristo el autor de la vida eterna. ¿Qué decides?
PROVERBIOS 21:1
“De más estima es el buen nombre
que las muchas riquezas, y la buena fama más que la plata y el oro”
De gran actualidad es el texto que comentamos.
Proliferan los casos de personas públicas implicadas en corrupción y
malversación de dinero público para beneficio personal o para financiación de
partidos políticos. “Porque raíz de todos los males son el amor al dinero,
el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de
muchos dolores” (1 Timoteo 6:10). Quien ama el dinero sólo se preocupa de
amasar más. No le importa los métodos que emplee para conseguirlo. Una pregunta
pertinente: La fortuna amasada de quién será?
El texto que comentamos
antepone el buen nombre y la buena fama a las riquezas. El rico puede rodearse
de aduladores que ensalcen su riqueza con el propósito de recoger alguna
migajas que esparcen sus dadivosas manos. Pero no consiguen el buen
nombre y la buena fama porque lo persiguen por caminos equivocados.
El buen nombre y la buena
fama no se obtienen en tener sino en ser. ¿Qué son los que obtienes riquezas
por medios fraudulentos? Pueden aparecer en las revistas del corazón exponiendo
sus lujosas mansiones, sus espléndidos yates, apareciendo sonriendo y aspecto
feliz, con buen aspecto gracias a los retoques fotográficos. Todo ello es el envoltorio
que pretende esconder la miseria que hay en ellos. Como no puede mostrar buen
nombre y buena fama exhiben en la feria de vanidades los logros materiales
obtenidos de manera ilegal.
El ser humano tiende a
mostrar lo que tiene porque no puede exhibir lo que es porque su alma no
almacena nada bueno. El hombre mira lo externo, lo pasajero, lo que se
destruye, pero Dios mira el alma. ¿Qué ve Dios en nosotros? Pecado, avaricia,
odio, malos pensamientos…Por ello cubre la miseria que almacena su corazón con
el oropel de los bienes caducos que se destruyen. En definitiva no tiene nada.
“Sobre toda cosa guardada,
guarda tu corazón, porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23). Cuida tu
corazón. Nútrelo con la Palabra de Dios que es Pan de Vida. Apaga la sed que
hay en tu corazón con Jesús que es el Agua Viva. Haciéndolo así almacenarás
riquezas en el cielo que el ladrón no puede robar ni el orín destruir. Actuando
de esta manera, alimentando tu alma con todo lo que sale de Dios adquirirás
buen nombre y buena fama que no podrán manchar quienes puedan acusarte de
fanático.
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