dilluns, 23 de febrer del 2015


SOLEDAD DEL SER


<b>La soledad patológica se cobra un elevado tributo de dolencias mentales que convierten la vida en un auténtico calvario</b>

Un hombre de 69 años, viudo desde hace 6 años. Se podría resumir el estado de ánimo en que se encuentra dicho hombre con estas palabras suyas: “Lo cierto es que sigo solo. Mi vida es bastante aburrida, aunque intento cambiarla, con el carácter que tengo, lo veo muy difícil, pero cada año estoy peor”. Este solitario anónimo afirma que después de enviudar se inscribió en una de estas agencias que ayudan a buscar pareja. Ha salido con dos mujeres, pero han sido citas muy breves. Ninguna de ellas consiguió hacerle olvidar a su esposa. Vive en el pasado.

La filosofía actual nos empuja a buscar bienes materiales, nuevas experiencias. El resultado de esta búsqueda es que nos hace sentir mas solos y desdichados. El pensamiento actual ha alterado el orden de los valores. Antepone el tener al ser. Con esta manera de pensar no debe extrañarnos que nos sintamos solos estando acompañados. Se puede entender a aquella mujer que “sigue enganchada al móvil incluso cuando estoy con otra personas”. O aquella otra que “le había sido imposible vivir sin el móvil”. “Dios hace vivir en familia a los solitarios” (Salmo 68:6). Este texto de la Biblia descubre el remedio para que la soledad no sea traumática” Como decía Honoré de Balzac: “La soledad es buena pero necesito a alguien que me diga que la soledad es buena”. La compañía es buena. Por ello a los humanos les atrae el gregarismo. Cada cosa en su sitio. No es el hombre que hace habitar al solitario en familia. Es Dios quien lo consigue. Desgraciadamente, Dios es el eterno ausente en ,a lucha contra la soledad patológica que hace que las personas se hagan adictas al móvil y a la infinidad de cachivaches que la tecnología pone al alcance del hombre para comunicarse. Cuantos más medios de comunicación posee más se intensifica la soledad.

“Dios me basta”, creo que es una cita de santa Teresa. Esta afirmación abre un debate que el tiempo no ha cerrado porque siempre es de actualidad preguntarse dónde encontrar a Dios ya que Dios es el eterno ausente. Algunos que lo intentan lo hacen por medio de la religión. ¿Cuál? ¡Las hay tantas! Con la difusión en nuestro entorno de las filosofías orientales algunos sedientos de Dios lo buscan en alguna de estas manifestaciones. Pienso que lo que dice Yolanda es de aplicación general: “He incorporado el yoga,  el tai-txi y el senderismo en mi vida . Estoy muy sana pero a veces me viene una especie de gran desasosiego, sobre todo cuando pregunto por la vida, su sentido, su misterio. De repente me viene esta conciencia especial y noto mucha soledad, un aislamiento que no tiene nada que ver con la soledad ordinaria, aún cuando esté con mi marido y mis hijos”.

El materialismo, el dios de nuestro tiempo ha fracasado en el intento de proporcionar felicidad al hombre. La filosofía clásica con sus valores éticos también es un desastre. Con el fin de corregir  la corrupción actual que tanto perjudica a la economía se la quiere recuperar para dar solución al problema social que nos arruina. ¿Cómo resolver el problema  con algo que ha manifestado ser una fracaso? Des de el fondo del alma siempre brota una voz que quisiera confesar: “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? Fueron mis lágrimas mi pan de cada día y de noche, mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?” (Salmo 42:1-3). El salmista que conoce a Dios y que pasa por algún tipo de tribulación le dice a su alma: “¿dónde está tu Dios que mitiga tu sed? Esta es la pregunta que debería hacerse la persona insatisfecha, el alma de quien está hambrienta y sedienta y  quisiera complacerla.

Jesús fatigado por una larga caminata se sienta al lado del pozo. Una mujer samaritana se acerca para sacar agua de pozo. Jesús aprovecha la oportunidad para hablarle del agua espiritual que apaga la sed del alma. Tú, le dice a la mujer, vienes al pozo a buscar agua que no sacia la sed que realmente tienes. Has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es tu marido. La vida desenfrenada que llevas te obligará a volver a venir aquí a buscar agua que no saciará la sed de tu alma. Si me lo pides, si realmente necesitas apagar la sed espiritual que no satisface el agua de este pozo “Yo te daré el agua que dentro de ti será una fuente que brote para vida eterna” (Juan 4: 4-30). “Quien cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva” (Juan 7:38). Jesús puede ser tan categórico en su afirmación porque es el <i>agua viva</i>. Quien cree en Jesús no vuelve a tener sed jamás. Entonces la experiencias del salmista es la suya. La Religión es agua contaminada. La Filosofía es agua que los sabios han  enturbiado. Quien bebe de la fuente de la Ética fracasa porque sus ideales son superiores a sus fuerzas. Por esto, asemejándose al salmista rechaza dichas aguas y se queda con el Agua Viva que le proporciona el Señor.

Octavi Pereña i Cortina

 

PROVERBIOS 30:6


“No añadas a sus palabras, no sea que te reprenda, y seas hallado mentiroso”

Casi al final de la Biblia, leemos en el libro de Apocalipsis: “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguien añade a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quita de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro”  (Apocalipsis 22:18,19).

Desde la primera página de Génesis hasta la última de Apocalipsis es Palabra de Dios y como dice el apóstol Pablo “toda la Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16). A pesar de la participación humana en la redacción de la Biblia, su Autor es Dios. La autoría divina de la Biblia hace que este libro no pueda mirarse con los mismos ojos con que se mira cualquier otro libro, por beneficiosa que sea su lectura.

Dado que el verdadero Autor de la Biblia es Dios y siendo Dios nuestro Creador y en Jesús nuestro Salvador, no debe extrañarnos que contenga declaraciones como “no añadas a sus palabras”. El texto original de las Escrituras es intocable. Deben revisarse las versiones en lenguas vernáculas debido a que con el paso del tiempo algunas palabras caen en desuso o cambian su significado. El texto original no puede alterarse. Los textos que comentamos hoy así lo afirman. La Palabra de Dios es Verdad des del principio hasta el final porque su autor es la Verdad y en él no hay engaño. La Escritura por ser Palabra de Dios “es escudo a los que en Él esperan” (Proverbios 30.5). Cuando alguien se aparta de las directrices de la Palabra queda desprotegido porque se hace pedazos el escudo que le protege de las artimañas del diablo.

Jesús, cuando el diablo le tentó en el desierto lo derrotó citando a las Escrituras: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:3). Cuando el apóstol Pablo dice a los cristianos de Efeso que sus enemigos no son personas, sino principados, potestades, gobernadores de las tinieblas de este siglo, huestes espirituales de maldad en las regiones celestes y les ordena “vestirse de toda la armadura de Dios para que puedan estar firmes contra las asechanzas del diablo”, una de las piezas que formaban parte del equipo del soldó cristiano era la Palabra de Dios: “Ceñidos vuestros lomos con la verdad” (6:14).

Según al mitología griega, Aquiles sería inmortal porque al nacer fue sumergido en las aguas que conferían inmortalidad. Aquiles, pero, tenía un punto débil: el tobillo porque fue el lugar que se le cogió para sumergirlo en el agua. Murió por una flecha que le dio en el tobillo.  Si la palabra no cubre los lomos del soldado cristiano esta parte del cuerpo queda desprotegida y los dardos de fuego del maligno encuentran el punto débil por donde poder dañarnos. No dejemos de proteger nuestros lomos con la Palabra de Dios si pretendemos salir victoriosos de nuestra lucha contra el diablo.


SALOM 119:9


“¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra”


La universidad de Aberyswth retirará de sus dependencias las Biblias porque más de la mitad de los estudiantes consideran su presencia inaceptable i molesta. John David Morgan, el estudiante que se destacó en el caso dijo que la Biblia era “inapropiada en una universidad multicultural”. El hecho de que muchos estudiantes consideran que la presencia de la Biblia en las universidades sea considerada inaceptable y molesta, nos mueve a hacernos una pregunta: ¿Se debe al hecho de que el Libro de Dios denuncia la inmoralidad existente en los campus universitarios?


Martha C. Nussbauan denuncia: “que ha habido un grave y silenciado problema de agresiones sexuales en campus a lo largo y ancho del país…De manera que ahora sabemos que prácticamente el conjunto de campus de los Estados Unidos esconden el lugar de su crimen. …Si combinamos esto con el extendido tema de abusos sexuales dentro del ejército en donde una vez más los superiores han optado por encubrir en vez de denunciar, encontramos que las mujeres de los Estrados Unidos se enfrentan a un generoso número de obstáculos”.

“Con qué limpiará el joven su camino?”, se plantea el salmista. Él mismo responde su pregunta: “Con  guardar tu palabra”, la de Dios. El escritor sagrado considera la Biblia como “lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”  (Salmo 119:105).

Jesús dice unas palabras que deberían movernos a la reflexión: “La lámpara del cuerpo es el ojo, así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz. Pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?” (Mateo 6: 22,23). A través de los ojos se enciende la lascivia que denuncia Marha C. Nussbauan. Si la luz que desprenden las páginas de la Biblia alumbra el corazón de un joven, ”todo su cuerpo estará lleno de luz”. Entonces el joven no mirará con lascivia a las mujeres ni en sus corazones tomarán fuerza los pensamientos deshonestos que desembocan en violaciones o en visitas a prostíbulos, para  apagarlos.

Es cierto que los pensamientos deshonestos nacen espontáneamente en el corazón. Pero Jesús dice: “Porque os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”  (Mateo 5: 27,28). El Señor sigue diciendo: “Si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti”. El ojo en si es neutro, ni bueno ni malo, es el corazón que dicta al ojo a mirar con lascivia  o de manera limpia a una mujer. Si lo que hay en el corazón son tinieblas debemos convertirlas en luz. La única manera de conseguirlo es guardando la Palabra de Dios. La obediencia a los mandamientos de Dios limpia el corazón y, el pecado sexual tan extendido desaparecerá a medida que más hombres y mujeres limpian su camino guardando la Palabra de Dios.

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dilluns, 16 de febrer del 2015


ZACARIAS 13:9


“Y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. Él invocará mi Nombre, y yo le oiré, y diré: pueblo mío, y el dirá: El Señor es mi Dios”

El profeta Zacarías anuncia a Israel que “habrá un manantial abierto…para la purificación del pecado y de la inmundicia”. Está anunciando una época durante la cual  los nombres de las imágenes no serán recordados y hará desaparecer los profetas que hablan por el espíritu de inmundicia. ¿Cómo se efectuará la purificación? El profeta lo expone con toda claridad: el sufrimiento será el medio que el Señor usará para purificar a su pueblo. Utiliza el profeta el símil del artesano que funde metales: oro y plata, para separar las escorias que los hacen inservibles para la orfebrería. Para realizar el proceso de separar lo inservible pone el metal en bruto en el crisol. Prende fuego y al fundirse el metal le es posible separar las escorias del precioso metal que necesita para fabricar las bellas joyas que le han encargado.

Dios, para sacar a su pueblo de la inmundicia de este mundo lo primero que hace es darle la fe que le permite creer que Jesús es el Salvador. Le infunde vida que le estimula a buscar a Dios. Pero el nuevo creyente no es puro. Es oro, sí, pero cargado de impurezas que lo afean. Debe pasar por el crisol de la aflicción para que se desprenda de lo indeseable. El Señor nos llama a ser perfectos  como nuestro Padre que está en los cielos es perfecto (Mateo 5:48). Si somos sinceros deberemos afirmar que tal perfección todavía no la hemos alcanzado. Seguimos teniendo manchas y arrugas que nos afean. Todavía no ha llegado el momento en que el Señor nos pueda presentar ante sí mismo “santos y sin mancha”. Para irnos preparando para tal maravilloso evento es imprescindible que Dios nos discipline.

Disciplina, palabra tabú que nunca queremos oír hablar de ella, pero Dios no puede prescindir de aquello que aborrecemos para poder conseguir su objetivo de poder presentarnos ante sí mimo “santos y sin mancha”.

“Y habéis olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por Él, porque el Señor al que ama disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo…Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza, pero después da fruto apetecible de justicia a los que han sido ejercitados” (Hebreos 12:5-11).

¿Quieres ser santo y sin mancha?, no menosprecies la disciplina del Señor. ella es la garantía de que el Padre celestial es tu Padre.


2 PEDRO 3:16


“Casi en todas sus epístolas” (el apóstol Pablo), “hablando en ellas de estas cosas, entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen como también las otras escrituras, para su propia perdición”

El apóstol Pedro con la sabiduría que le proporciona el Espíritu Santo hace diana cuando escribe que los indoctos e inconstantes tuercen las Escrituras difíciles de entender redactadas por el apóstol Pablo así como las otras que son más fáciles de comprender. ¿Quiénes son los indoctos e inconstantes que cambian el sentido de la Escrituras? El apóstol no se refiere a personas de pocas luces, carentes de formación académica, sino a personas con un amplio bagaje cultural y de formación teológica que cometen el error de interpretar racionalmente las Escrituras. Afirmo que tales personas se equivocan en la interpretación de las Escrituras porque cometen el error de querer interpretarlas racionalmente. Aseguro que la interpretación que se haga del Libro Sagrado con una mente no regenerada no podrá descubrir el verdadero sentido que tiene la letra de las Biblia. Si como afirma el apóstol Pablo “toda la Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16), la conclusión lógica es que la interpretación de las Escrituras debe hacerse bajo la dirección del Espíritu Santo que ayuda a entender correctamente el sentido del texto que Él mismo inspiró a los hombre escogidos con el propósito de escribir el texto.

El apóstol Pedro es suficiente claro al decir que el verdadero Autor de la Biblia no fueron los amanuenses que escribieron al dictado de lo que el Espíritu Santo les decía, sino que es Dios: “Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura no es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1: 20,21). Es lógico suponer que únicamente personas a las que el Espíritu Santo les ha dado el don de la fe no son las personas indoctas e inconstantes que tuercen las Escrituras para su propia perdición. La tales personas son plenamente conscientes de la gran responsabilidad que recae sobre ellas a la hora de interpretar el Libro de Dios. Son conscientes de que su trabajo es superior a sus capacidades racionales, descubrimiento que los induce a buscar constantemente la dirección del Espíritu Santo para no torcerle significado de la Biblia, no solamente para no interpretarla mal para su propia perdición, sino también para salvaguardar a las personas con las que comparten la interpretación que hagan. Una gran dosis de humildad debe llenar el corazón de quien abre la cubierta del Libro de Dios para investigar lo que el Espíritu Santo dice para salvación de todos los hombres.

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¿SE PUEDE DECIR LA VERDAD?


<b>Si se desconoce la verdad, ¿cómo se pretende exponerla?</b>

La desafección creciente hacia la <i>casta</i> de los políticos aumenta. Las encuestas suspenden a la mayoría de los políticos destacados, lo cual pone de manifiesto que la ciudadanía pierde la  confianza en las personas elegidas para gobernar el país. La causa principal de la desvalorización de los políticos es el incumplimiento de las promesas electorales y el secretismo que envuelve la resolución de los problemas diarios. Cuando a alguien se le engaña dos o tres veces llega a la conclusión que con estas personas lo mejor es no tener trato con ellas. Los políticos mienten y los ciudadanos están hartos de que se les tome el pelo.

Los políticos, tal vez mal aconsejados por sus asesores se presentan públicamente muy agresivos a la hora de exponer sus ideas de cómo resolver los problemas que afectan a la ciudadanía. La fanfarria con que los exponen es una evidencia de que detrás de las formas dan gato por liebre. La verdad no necesita cosméticos para convencer, sólo es necesario que se la exponga y se cumpla. En general los políticos se manifiestan como incumplidores de sus promesas. Recuperar la credibilidad costará mucho, pues, gato escaldado…

El engaño es un veneno que mata a pequeñas dosis. La mentira repetida con constancia tiene sus efectos sociales. La corrupción que se manifiesta con tanta contundencia es una prueba de que la mentira política no es inocua. A la larga mata. La astucia impide mentir descaradamente, de ahí la práctica de las medias verdades. Pero, una madia verdad es tan nociva como una mentira claramente declarada. Quizás aquí, en las medias verdades es donde los políticos pueden conservar la poltrona. Se aprovechan de la falta de sentido crítico de la población para endosarle el fraude y que lo acepten. Debido a la credulidad ciudadana, a pesar de los engaños tan notorios pueden volver a ganar las elecciones. El país, pero, paga las consecuencias de consentir que embusteros manifiestos sigan gobernando.

El engaño es un boomerang que siempre golpea a quien lo utiliza. A veces da la sensación de que al estafador sus engaños no le perjudican, pero, tarde o temprano el engaño se descubre. No deben pasárselo muy bien los tramposos que son imputados por corrupción  al apropiarse de bienes públicos para disfrute personal. La vergüenza debe corroerles el alma. Por endurecida que esté siempre queda un resquicio de sensibilidad que la hace sufrir cuando se hace público su comportamiento indeseable.

La Biblia tiene mucho que decir sobre la mentira: “Sabroso es al hombre el pan de mentira, pero después su boca se llena de cascajo” (Proverbios 20:17). El texto nos dice que se encuentra cierto placer en el pecado, de no ser así los hombres dejarían de practicarlo. El diablo que es el padre de la mentira se encarga de hacer creer a sus hijos que siguiendo sus doctrinas se lo pasarán bien, que no tendrán problemas porque sus trampas no se descubrirán. Pero la falsa ilusión que despierta el maligno tiene un final: “Después su boca se llena de cascajo” . Este símil sirve para ilustrar las consecuencias morales que tiene la mentira. Debido a que el hombre carnal está hecho a imagen y semejanza de su padre el diablo , extirpar la mentira del corazón humano es imposible. Las leyes pueden prohibirla y sancionarla, pero no pueden impedir que sigan existiendo mentirosos que la propaguen por doquier provocando desgracias. La educación, por más valiosa que sea no la puede eliminar, lo que sí consigue es hacerla más sutil, dándole una apariencia de credibilidad. Siempre se paga el peaje de tener la boca llena de cascajo. La mentira tan extendida es la confirmación de la denuncia que Jesús hizo a los fariseos: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer” (Juan 8:44). En el contexto inmediato se encuentra la mentira relacionada con el homicidio. Jesús asegura que el diablo “es homicida des de el principio…Cuando habla mentira , de suyo habla, porque es mentiroso y padre de mentira”.

No debería extrañarnos que en una sociedad en donde el diablo tiene tantos hijos, en las altas esferas del gobierno en concreto, se encuentre tanta mentira y tanto ejercicio de la violencia para conseguir sus fines. Deseamos hacer los deseos de nuestro padre el diablo. Lo llevamos en la sangre, de no ser que se produzca un cambio de paternidad, mutación que es posible por la fe en Jesús. El apóstol Pablo nos hace partícipes del secreto para cambiar la genética espiritual del ser humano. Nos llama a dejar la manera de vivir que llevamos porque este estilo de vida nos conduce a la muerte eterna: “Mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne viviréis”. La tendencia innata a la mentira no se puede cambiar si no es con la colaboración del Espíritu Santo. Ahora viene lo que es sorprendente: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios”. Siendo descendientes de Adán somos hijos del diablo. Por la fe en Jesús que es un regalo de Dios “recibimos el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”. Sólo por el Espíritu Santo el ser humano puede reconocer que Dios es el Padre celestial. Todavía hay más: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios” (Romanos 8:14-16). Habiendo cambiado de paternidad cambian las maneras de proceder. Esto permite que decir mentira de manera tan habitual entre los hombres, quienes son guiados por el Espíritu Santo les sea posible “dejar la mentira y hablar verdad con el prójimo” (Efesios 4:25). ¿No sería otra la situación de nuestro país si todos los ciudadanos obtuviésemos de las enseñanzas del Señor  inteligencia y así odiar todo camino de falsedad? (Salmo 119:104)

Octavi Pereña i Cortina

 

 

dilluns, 9 de febrer del 2015


SOLEDAD CURATIVA


<b>En una sociedad ruidosa nos sentimos mal en el silencio instructivo</b>

Actualmente existe un desequilibrio entre soledad y sentirse solo. Las personas no saben estar solas porque desconocen qué es la soledad. Esta situación que es de mal digerir creo que un maestro hindú la describe muy bien: “Mil personas andando por un camino, mil soledades andando juntas”. Cierto es que el ser humano es un ser gregario, social, que busca agruparse. Debe encontrarse el equilibrio entre soledad, estar solo y ser sociable.

La soledad es un arte que se aprende con la práctica y que comienza a ejercitarse buscando a Dios. El ser humano fue creado teniendo necesidad de Dios. Esta necesidad vital se vio afectada cuando el hombre decidió prescindir de Él y escuchar la voz de Satanás. Este hecho abrió la puerta de par en par a la idolatría que no es otra cosa que un substituto al Dios que le creó por dioses que él mismo se fabrica. Este divorcio es el causante que al hombre no le guste la soledad, el silencio, porque no le gusta mantener intimidad con Dios. Al hombre le encanta disertar sobre Dios con la mejor elocuencia posible, pero le aburre conocer íntimamente a Dios.

El mal que se produjo en el paraíso. El divorcio entre Dios y el hombre no es un daño irreparable. Puede recuperarse la buena convivencia que el hombre mantenía con Dios antes de que el pecado la empañase. La manera de recuperarla la diseña el mismo Dios que en la eternidad pasada ideó el plan para que el hombre volviese a sintonizar con Él una vez el pecado la hubiese socavado.  Las pieles de los corderos con las que Dios cubrió la desnudez de Adán y Eva no eran sino el símbolo de Cristo, el Cordero de Dios que borra el pecado del mundo. Por la fe en este Cordero el hombre hace la paz con Dios y se inicia el camino para profundizar la intimidad con Él. Dicha intimidad se encuentra en la soledad, en el apartarse del mundanal ruido.  Es en la soledad, aislado del entorno ruidoso y disponiendo de los medios que Dios pone al alcance del hombre: Biblia y oración como se crece en el conocimiento de Dios que se había perdido. El alma en la soledad no está sola ya que goza de la compañía de Dios que la nutre y fortalece.

La soledad que conduce a recuperar la intimidad con el Señor enseña a estar solo. El hombre actual no sabe estar solo. Necesita cualquier tipo de compañía. Recordando el dicho del maestro hindú: “Mil personas andando por un camino, mil soledades andando juntas”. Tan pronto despierta por la mañana enciende la radio o el televisor buscando compañía. Las voces que oye le proporcionan una aparente compañía que no elimina la soledad del alma. Esto lo podemos hacer extensivo a los móviles, ordenadores y al enjambre de chismes electrónicos que sirven para comunicarse pero que no eliminan la soledad del alma.

Al no tener resuelto el problema del alma las relaciones sociales no son lo que deberían ser. Son conflictivas. El resultado de las desavenencias personales lleva a que las personas se encierren dentro de un caparazón que las aísla del entorno que las daña. El aislamiento no es la solución. Al no encontrarse bien solo la tecnología sale a ayudarle permitiéndoles mantener relaciones virtuales a través de la pantalla. Estas son relaciones frías, sin calor humano. No satisfacen. El resultado en bastantes casos es la adicción a la tecnología. Queriendo huir de las llamas se cae en las ascuas.

El déficit comunicativo tiene una causa: El ser humano no ha resuelto el problema de la soledad del alma. No lo soluciona porque su filosofía errónea se basa en la idea de que Dios no existe. Lo que no existe no sirve. Pero sí, Dios existe. La creación confirma la necesidad de un Ser todopoderoso para que exista y que la mantenga en activo. La existencia humana lo certifica porque de la nada, nada existe. El anhelo inconsciente de Dios lo asevera. La misma idolatría que tan perniciosa es para el alma evidencia la necesidad que el hombre tiene de Dios. Lo que falla es que la búsqueda se hace por caminos equivocados. La proliferación del fervor religioso expresado de diversas maneras, incrementado en épocas de crisis como la que atravesamos, es otra evidencia de que el hombre quiere relacionarse con Dios, pero no sabe como. Lo que ocurre es que esta diversidad religiosa, en muchas ocasiones no tiene en cuenta la manera de Dios de recuperar la mistad con Él  perdida en el paraíso y que Dios en su misericordia la enseña en los albores de la humanidad: Las pieles de los animales que sacrificó el mismo Dios nos enseñan que sin derramamiento de sangre, una sangre muy concreta, no hay perdón de los pecados y, sin el perdón de Dios no se recupera la amistad perdida.

Antes de empezar el ministerio público de Jesús Juan el Bautista lo presenta ante la muchedumbre que lo escuchaba como <i>el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo</i> (Juan1:29). La fe en el Jesús bíblico restablece la intimidad con Dios perdida haciendo posible que la soledad tenga sentido. Como consecuencia, estar solo no perjudica la relaciones sociales dañinas que llevan aislacionismo porque entiende que es mejor dar que recibir.

Octavi Pereña i Crtina

SALMO 49:14,15


“Como ovejas son conducidos al sepulcro, la muerte los pastoreará, y los justos se enseñorearán de ellos por la mañana, y su ostentación se destruirá y el sepulcro será su morada. Pero Dios redimirá mi alma del poder del sepulcro, porque Él me tomará consigo”

El salmista hace un llamamiento a todos los habitantes del mudo sin distinción de clase social con el propósito de que atiendan a la sabiduría divina con la finalidad de que dejen de confiar en las riquezas. Su presunción les hace pensar que por ser ricos sus posesiones les permitirán redimir su alma. No podrán pagar el rescate porque la redención de sus vida tiene un alto precio y todo el dinero del mundo no es suficiente para rescatar a sus almas de las garras del diablo. Solamente la sangre de Cristo puede redimir al pecador aún cuando este sea rico. Pero las personas que odian a Dios, aún cuando se auto denominen cristianas, pueden pensar que se las  pueden arreglar sin Él. Inútilmente se esfuerzan en redimir sus almas con obras de justicia propia. “El hombre que está en honra y no entiende, semejante es a las bestias que perecen” (v.20).

El salmista compara a las personas que no se dejan guiar por la sabiduría divina “a ovejas que son conducidas al sepulcro, y la muerte los pastoreará”. Los impíos pueden momentáneamente nadar en la abundancia. Darse todos los caprichos que puedan imaginarse. Cubrirse con vestidos que llevan la firma de los grandes diseñadores de la moda. Su destino final según la Biblia es el sepulcro y la muerte. Triste destino para aquellos que persiguen la efímera gloria que les pueden proporcionar los reinos de este mundo.

En el escenario del salmo 49 aparece otro tipo de personas: los justos. El destino final de los injustos, si antes no ha habido una genuina conversión a Cristo es el sepulcro y la muerte. Para los justos la cosa es totalmente distinta. Para el salmista y con él todos los que han recibido la vida eterna por la fe en Jesús “Dios redimirá mi alma del poder del sepulcro, porque él me tomará consigo” . El justo, aquel que por la fe en Jesús es justificado por Dios, es decir, declarada exento de pecado, durante el tiempo presente es guiado por el Buen Pastor  a través de los valles de sombra de muerte. Las guía a lugares de delicados pastos, las conduce junto a aguas de reposo en donde el alma se recupera de las heridas recibidas durante el trayecto. Al justo, Dios redimirá su alma del poder del sepulcro porque el Buen Pastor lo tomará en sus brazos . En el día final, al sonido de la trompeta los sepulcros alzarán sus losas y los cuerpos de los justos que yacen en la fría oscuridad, serán revestidos de incorruptibilidad y de inmortalidad y se alzarán  hacia los cielos para recibir al Señor que viene a buscarlos.


1 CRÓNICAS 16:8


“Alabad al Señor, invocad su Nombre”


Según una investigación del Centro Médico de la Universidad de Duke: “Si el agradecimiento fuese una droga, sería el producto más vendido del mundo con beneficios saludables para todos los órganos del cuerpo”. Es lamentable que los beneficios que se desprenden del agradecimiento nos los tengan que recordar las investigaciones científicas y no porque nos lo diga la Biblia.

El agradecimiento nace espontáneamente del corazón que goza de buena salud., lo cual, le permite sin esfuerzo hacer aquello del árbol bueno que dijo Jesús que espontáneamente y sin esfuerzo alguno da frutos que son agradables al paladar. Nos damos cuenta que hoy, en general, la salud del alma no pasa por sus mejores momentos. Apreciamos cara agrias que evidencian el vitriolo que almacenan sus almas. Sus corazones están tan exhaustos que no germina la semilla del agradecimiento. Carecen del agua viva que haga fructificar la semilla que tanto bienestar produce en aquellos en quienes se manifiesta el agradecimiento.

El origen de las caras largas y los rostros inexpresivos es de origen espiritual. El ser humano ha abandonado al Creador , quien debe ser el primer destinatario de nuestro agradecimiento Se le deba dar gracias por habernos creado. Porque provee nuestras necesidades y nos cuida en todo momento y en toda situación por la que atravesemos. Debemos darle gracias porque en todas las circunstancias tenemos acceso directo ante su presencia por medio de Jesucristo que es nuestro mediador entre Dios y nosotros. Debemos darle las gracias por el coraje que nos proporciona para poder enfrentarnos victoriosamente a las circunstancias difíciles. Son múltiples y diversos los motivos por los que ser agradecidos a Dios y que hacen más llevaderas nuestras jornadas.

Podemos ser agradecidos a Dios porque reconocemos su existencia. De no ser así no podríamos ni intentarlo.¿Cómo agradecer algo a alguien que para nosotros no existe o dudamos de su existencia? Practicando el agradecimiento a Dios aprendemos a ser agradecidos con nuestro prójimo. A pesar que toda cosa buena procede de Dios a menudo nos llega por mediación de personas. La presencia de Dios en nuestro corazón nos impulsa a ver a nuestro prójimo con otros ojos porque el vitriolo que nos amarga y nos endurece ha sido substituido por la miel que derrama dulzura dondequiera que nos encontremos. Convertimos las relaciones sociales en ásperas porque faltándole al corazón el ungüento del Espíritu Santo se ha convertido en un punzón que daña  los contactos personales.

Si en verdad deseamos mejorar el mundo en que vivimos debemos permitir que Jesús entre en nuestro corazón para que de él se esparza el bálsamo que suavice las dificultosas relaciones sociales.


 


 

dilluns, 2 de febrer del 2015


SALMO 36:1,2


“La iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos. Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos, de que su iniquidad no será hallada y aborrecida”

Se dan vueltas y más vueltas alrededor de la violencia que azota a nuestro mundo, sin saberle dar solución. Las leyes no la eliminan. La educación no cambia las actitudes. En todo caso las hace más sutiles. No está en la mano del hombre erradicar la violencia que tantos estragos comete en todas las esferas sociales. Los gobiernos pretenden erradicarla combatiendo las manifestaciones violentas sin desarraigar las causas. En su no saber que hacer pretenden luchar contra ella con dura represión.

El salmista va al fondo de la cuestión al decir que “no hay temor de Dios  delante de los ojos” del impío. Las iniquidades (violencia) del impío no causan remordimiento por los actos vandálicos  que comete. Todo lo contrario, se lisonjea, se deleita en ellos. Se recrea en ellos y en la soledad de la cama piensa como perfeccionar los hechos delictivos con el propósito de incrementar el dolor de sus víctimas.

“No hay temor de Dios delante de sus ojos”. Por lo tanto, no hay Juez justo que juzgue sus acciones perversas. A los jueces humanos se los puede comprar para que consideren culpables a las víctimas e inocentes a los delincuentes. A los impíos les cuesta dinero ser absueltos de sus crímenes. Se congratulan, pero, de que puedan seguir delinquiendo impunemente. Se equivocan. Dios existe y la iniquidad del impío la verá y será aborrecida porque Dios desde lo alto observa todo lo que ocurre  en la Tierra y contempla las iniquidades de los impíos y dará a cada uno de ellos según sus actos, llegado el momento.

El gran error que comete el hombre en general es creer que no existe Dios. Su orgullo le impide poder leer en el libro de la Creación el mensaje que Dios quiere transmitir a los humanos. Es una mala decisión decir que Dios no existe. Su posicionamiento se convertirá en desilusión llegado el momento en que los impíos deberán comparecer ante el tribunal de Cristo, será Cristo quien los juzgará, y los penetrantes ojos del Señor pondrán al descubierto la maldad que han almacenado sus corazones. Será demasiado tarde para el arrepentimiento y corregir  sus caminos tortuosos. Está establecido que los hombres mueran una sola vez y después el juicio. Será terrible escuchar de los labios de Jesús la sentencia irrevocable: “Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de fuera, allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mateo 22:13).


PROVERBIOS 24: 19,20


“No te irrites por causa de los malignos, ni tengas envidia de los impíos porque para el malo no habrá buen fin, y la lámpara de los impíos se apagará”

El espectáculo que dan políticos, banqueros, economistas…nos irrita por su impiedad. Nos molestan los malignos porque nos damos cuenta de su comportamiento injusto. Los poderosos eluden la justicia porque poderoso caballero es don dinero.

La prosperidad de los ricos nos provoca envidia porque percibimos la buena vida que se dan y nosotros tenemos que ceñirnos el cinturón para  poder llegar a fin de mes.  Pero la Palabra nos dice: “Para el malo no habrá buen fin y que la lámpara de los impíos se apagará”. No debe preocuparnos la prosperidad temporal de los impíos ni debe despertarnos envidia  su bienestar  porque a la hora de la verdad todo lo que han almacenado, ¿de quién será? Las riquezas tienen alas. Pronto desaparecen. A pesar de lo injusta que es la justicia humana, así y todo vemos como afloran casos de corrupción que son aireados en los tribunales para vergüenza de quienes los han cometido.

El fin de los impíos es almacenar cuanto más mejor, hoy vienen a buscar su alma, ¿de que les servirá llenar hasta rebosar los graneros si llegado el momento deberán dejarlo todo para tener que enfrontarse con el Juez supremo que dictará sentencia de condenación eterna? Si no hubiese más allá con los dos destinos eternos: salvación y condenación , podríamos decir que la prosperidad de los impíos es injusta. Sabiendo que la existencia no finaliza en el sepulcro sino que continua más allá de la muerte física y que al abrir los ojos en la eternidad se encontrarán con el Juez supremos que les pasará cuentas, nos reconforta saber que al final se hará justicia y que cada uno recibirá según hayan sido sus obras.

Cuando alguien deja este mundo  y abandona todos los bienes materiales almacenados su paso por este mundo ha sido una necedad porque como dice la sabiduría popular: “ha trabajado para el diablo”.

El diablo engaña a los impíos para que amasen bienes materiales. El Señor dice a los suyos que se hagan tesoros en los cielos porque estos bienes espirituales se los llevan consigo en las moradas eternas. Los impíos se esfuerzan para nada. Para los creyentes en Cristo el esfuerzo que realizan para agradar a su Señor, aunque no lo parezca, llegado el momento oportuno  oirán de los labios del Señor estas palabras de bienvenido en el Reino de los cielos: “Entra en el gozo de tu Señor”

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¿POR QUÉ PERMITE DIOS EL DOLOR?


<b>El dolor no tratado adecuadamente añade fatiga y agotamiento emocional</b>

La prensa de todo el mundo se ha hecho eco de las palabras que <b>Glysella</b> la niña de 12 años le dirigió al papa <b>Francisco</b> durante su viaje a Filipinas: “Hay muchos niños abandonados por sus propios padres, muchas víctimas de muchas cosas terribles como las drogas o la prostitución. ¿Por qué Dios permite estas cosas? La pequeña <b>Glysella</b> como todos los que hacen la pregunta ¿por qué Dios permite estas cosas?, la plantean mal. Realmente la pregunta que deberían hacerse es: ¿Por qué existen estas cosas malas?

El mundo en que vivimos no es el mundo que realmente fue ni es el mundo que será mañana. El mundo de hoy es un mundo pervertido por el pecado. El mundo que será lo esboza el apóstol Pablo cuando personifica a la creación otorgándole sentimientos, escribe: “Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujeta a vanidad, no por propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza, porque la creación misma será liberada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios” (Romanos 8:19-25). El final de la historia que se inició en el paraíso terrenal será en el cielo eterno en donde “Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará toda lágrima de los ojos de ellos, y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni más clamor, ni más dolor, porque las primeras cosas pasaron” (Apocalipsis 21: 3,4).En tanto el cielo nuevo y la tierra nueva sea algo futuro debemos aceptar convivir con el dolor en sus diversas formas.

La sociedad hedonística en que vivimos es el resultado de haber abandonado a Dios, busca la felicidad a cualquier precio debido a que no acepta la presencia del dolor. No lo consigue y, ante el fracaso da cabezazos contra la pared  con lo que consigue agravar todavía más la situación. El ser humano busca en las lágrimas el consuelo que no le aportan. “Cada vez hay menos tolerancia en esta sociedad nuestra, que se recrea en la superficialidad y el hedonismo de los grandes paneles publicitarios y la sensación de confort inmediato  y etéreo de las redes sociales, por ejemplo.” (anónimo).

Nos guste o no debemos convivir con el dolor. Lo sensato sería intentar descubrir si el sufrimiento tiene algo que aportar a nuestro bienestar. Dustin Sharameck ha dejado escrito: “Una buena teología es esencial si hemos de sufrir bien”. El mejor libro de Teología, sin duda alguna es la Biblia y en él encontramos respuesta a la pregunta ¿por qué permite Dios el dolor? Una de las carencias educativas de hoy es la falta de disciplina en la educación de los hijos por parte de los padres. Esta ausencia tiene un precio muy alto de malestar social. Los hombres en general no reconocen que el Padre de nuestro Señor Jesucristo sea el Padre de todos quienes creen en su Hijo unigénito. El Padre celestial como buen Padre que es disciplina a sus hijos: “Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado, y habéis olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por Él, porque el Señor al que ama disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos, porque, ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos y no hijos… Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza, pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” (Hebreos 12: 4-11).

El apóstol Pedro indiscutiblemente se dirige a verdaderos cristianos cuando escribe refiriéndose a “una herencia incorruptible, reservada en los cielos para vosotros que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está reservada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que ser sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, ser hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”  (1 Pedro 1:4-7). Las dificultades por las que atraviesan los verdaderos cristianos son para su santificación para que en el postrer día se los pueda presentar ante sí mismo “sin mancha ni arruga ni cosa semejante, sino santos y sin mancha” (Efesios 5:27). Oro en bruto que  hoy son los verdaderos cristianos deben pasar por el crisol de la aflicción para separar las escorias para poder resplandecer como el oro puro.

<b>Joni Eareckson Tada</b> que en su adolescencia fue una <i>cristiana no practicante</i>, debido a un desafortunada zambullida se quedo parapléjica y de ahí a la conversión a Cristo, escribió: “A veces Dios permite aquello que odia para conseguir lo que ama. Por medio de enfermedades puede hacer mucho bien. No entenderemos a Dios ni a su manera de hacer las cosas hasta que no lleguemos al cielos, pero nos ha dado muchas pistas que nos permiten entender que podemos confiar en Él, y que si Él permite alguna cosa que odia, debe ser para conseguir algo maravilloso. Él quiere que Cristo esté en ti y sea tu esperanza de gloria”.

Octavi Pereña i Cortina