dilluns, 29 de desembre del 2014


ENDEMONIADOS LIBERADOS


<b>Las religiones practican exorcismos porque creen en la existencia de Satanás. ¿Liberan o esclavizan todavía más a los exorcizados?</b>

El hecho de la adolescente de Burgos que ha sido exorcizada, rito al que por cierto ha ido seguido de intervención judicial ha puesto en la palestra esta actividad sacerdotal que normalmente no trasciende. El dominico <b>Juan José Gallego</b>, doctor en Teología, desde el año 2007 tiene la encomienda del arzobispo de Barcelona, <b>Lluís Martínez Sistach</b>, de ser el exorcista oficial de la iglesia catalana. Este religioso recuerda que el primero en practicar exorcismos fue Jesús. Los exorcismos que practican los exorcistas oficiales de la Iglesia católica tienen unas peculiaridades que los distinguen del modelo de Jesús.

<b>Félix María Arocena</b>, profesor de Teología Litúrgica de la Universidad de Navarra, dice: “El ritual, jamás ha admitido la violencia”. El caso de la adolescente de Burgos que se ha hecho público gracias a la denuncia interpuesta por la adolescente  ya mayor de edad juntamente con seis de sus tíos maternos, el 13 de agosto de 2012 ante el Servicio de Atención a la Familia ha hecho que el Juzgado de Instrucción número 2 de Burgos abriese una investigación.

<b>Andrea Noguera Calver</b> en su escrito <i>Exorcismos, nuestro pan de cada día</i> (14/12/2014), dice: “La protagonista de esta historia empezó a tener anorexia en el 2012, cuando aún no había cumplido los 18 años. La enfermedad la llevó a sufrir una angustia – con intento de suicidio incluido – que, de la mano de sus padres se incrementó más allá de sus aflicciones habituales. La fuerte religiosidad que envolvía a esta familia la indujo a creer fervientemente a creer en la posesión de su hija. La joven decía “que tenía un demonio dentro que la castigaba”. Entonces decidieron someterla a unas sesiones d’exorcismo.

En mayo de 2012 la joven declaró  ante la policía que empezó con “unos problemas de anorexia acompañados de dificultades nerviosas de ansiedad”, que dejó de comer “para hacer penitencia”, el mismo motivo que la indujo a “cortarse las muñecas”. ¿Quién la indujo a hacerlo? Confesó que fue su madre y el grupo religiosos la Milicia de Santa María. Según detalles que han trascendido la celebración del rito no estuvo exento de malos tratos físicos.

<b>Félix María Arocena  se refiere al caso evangélico de posesión satánica que se conoce con el nombre del <i>Endemoniado Gadareno</i>. El evangelio de Lucas hace esta descripción: “Un hombre poseído por un espíritu impuro que vivía en los sepulcros, ni con cadenas nadie podía sujetarle. Porque muchos lo había atado con grillos y cadenas y había roto las cadenas y troceado los grillos, y nadie le podía dominar.…” Este hombre tan violento que le decía a Jesús que no le atormentase porque le decía: “Sal de este hombre espíritu impuro”. Los hombres de aquella comarca avisados por los porqueros al llegar al escenario del hecho encontraron al hombre violento “sentado a los pies de Jesús vestido y en sus cabales” (Lucas 8:27-39). Sólo con la palabra de Jesús este hombre terriblemente endemoniado fue liberado de la esclavitud satánica.

También es muy aleccionador el caso de la mujer siro fenicia, una pagana que suplicaba a Jesús que expulsase el diablo que perturbaba a su hija. El relato evangélico pone de manifiesto la fe de la mujer  y es muy significativo que basándose exclusivamente en la fe de la madre, Jesús le diga: “Por la palabra que has dicho, ve, el demonio ya ha salido de tu hija”. Al llegar a casa “encontró que el demonio había salido, y a su hija acostada en la cama” (Marcos 7:24-30).

Los exorcismos practicados por Jesús y sus discípulos relatados en el Nuevo Testamento no se parecen en nada a los que practican los exorcistas oficiales de la Iglesia católica porque en aquellos la palabra de fe iba acompañada del poder de Dios. Eran espontáneos. No iban acompañados de normas estrictas conservadas en un manual de instrucciones. La liberación se producía escuchando con fe la palabra de  los apóstoles. No necesitaban manuales esclavizadores, bastaba con predicar con fe el mensaje de la cruz que habían recibido, el resto lo hacía Dios según su voluntad.

Una recomendación que el apóstol Pable le hace a su discípulo Timoteo que por el hecho de constar en el Nuevo Testamento, que es Palabra de Dios, se hace extensiva a todas las generaciones: “Un siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido, que corrija con mansedumbre a los que se oponen, por si quizás Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él” (2 Timoteo 2:24-26)

Octavi Pereña i Cortina

 

PROVERBIOS 11:7


“Cuando muere el hombre impío, perece su esperanza, y la expectación de los malos perecerá”


El hombre impío no lo es forzosamente la persona que abiertamente se declara atea. El hombre impío puede muy bien ser una persona altamente religiosa. Los fariseos, los saduceos, los sacerdotes lo eran. También pueden serlo las personas que dan abultados donativos con el propósito de hacer méritos para su salvación. Persona impía lo es la que se manifiesta abiertamente delincuente que sin escrúpulos de conciencia mata a sangre fría, el que maltrata física o psíquicamente a su cónyuge. Lo es el pederasta que abusa sexualmente de niños, lo es el violador, el que asedia por internet. Persona impía lo es el político que a conciencia dicta leyes que perjudican a los ciudadanos al proteger a los poderosos. También lo es el legislador que promulga  leyes injustas y el magistrado que dicta sentencias por cohecho. En la sociedad se encuentran multitud de personas “honradas” de las que solamente Dios conoce sus corazones y las considera impías.

Todos nacemos impíos porque desde el vientre de nuestras madres no hemos tenido conciencia de la existencia de Dios. Tal vez se me considerará un desalmado al hacer esta afirmación. Pero la Biblia nos dice que sin excepción alguna hemos sido concebidos en pecado y, el pecado no perdonado separa al hombre de Dios. La persona a la que no le ha sido perdonado el pecado, aún cuando digamos que los niños son inocentes o que ciertos adultos son bellísimas personas, todos ellos a los ojos de Dios son impíos y la esperanza de los tales se esfuma cuando la muerte los llama y el aliento cesa de salir por sus narices.

Una esperanza sin Dios es una pésima esperanza porque cuando se abren los ojos a la realidad post mortem ya no existe posibilidad de hacer marcha atrás y rectificar la decisión equivocada.

El hombre deja de ser impío cuando a pesar de ser pecador reconoce tal condición y confiesa su pecado a Jesús cuya sangre vertida en la cruz del Gólgota le limpia de todos sus pecados. Tal persona, a pesar de que sigue siendo pecador lo cierto es que sus ojos no están puestos en las cosas materiales, por legítimas que sean, sino en el Señor Jesucristo que es su esperanza que no defrauda porque el Señor cumple lo que promete. Todos, sin excepción, que confían en el Señor Jesucristo jamás serán defraudados. La esperanza de los piadosos es la vida eterna, toda una eternidad gozando de la presencia de Dios.



1 CORINTIOS 15:55


“¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro tu victoria?”

Las investigaciones médicas desembocan en avances espectaculares en la curación de enfermedades incurables hasta el presente. La cirugía no es menos activa y los quirófanos resuelven problemas de salud impensables hasta el presente. Los progresos avanzan porque la investigación no recula y los médicos no desisten en resolver las dificultades que se les presentan en el camino. De todos los beneficios que se recogen de la investigación médica debemos dar gracias a Dios porque Él concede dones a los hombres para resolver los problemas sanitarios y así conseguir que mejore la calidad de vida. A pesar de tal notorio progreso en todos los campos de la medicina, la muerte no desaparecerá porque el salario del pecado es la muerte y, como todos hemos pecado, todos sin excepción moriremos. Ningún titular de prensa podrá anunciar con grandes letras: LA MUERTE HA SIDO DESTRUIDA.

La Biblia, pero, proclama que la muerte ha sido destruida para la persona que cree en Jesucristo: “Cuando esto corruptible haya sido vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad,  entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 15:54-57).

Esta buena noticia lo es para cualquier persona que la reciba. De la misma manera que fue una buena noticia para los pastores que Jesús había nacido en Belén, lo es para nosotros: “No temáis porque os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, el Salvador, que es Cristo el Señor” Lucas 2:10,11).

El nacimiento de Jesús fue el principio del fin de la muerte porque el aguijón de la muerte ha desaparecido. Como muy bien enseña la Escritura, si antes no viene Cristo en su gloria, todos moriremos. Los creyentes en Cristo también falleceremos pero lo haremos con la esperanza de que cuando Cristo venga en su gloria en el día final, cuando suene la trompeta: “los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (V.52).

La esperanza de la vida eterna es motivo para celebrar la Navidad, no al estilo pagano como se festeja, sino de manera espiritual. No sólo el 25 de diciembre, sino durante todos los días del año porque recordar el nacimiento de Jesús refuerza nuestra esperanza de que el aguijón de la muerte fue destruido en el Gólgota. Sin la Navidad no hay derramamiento de la sangre de Jesús en el Gólgota  y sin el derramamiento de la sangre de Jesús no es posible el perdón de los pecados y, sin el perdón de Dios no hay vida eterna.

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dilluns, 22 de desembre del 2014


SUFRIMIENTO


<b>El tiempo no lo cura todo, lo que ayuda a sobrellevar el sufrimiento es lo que se hace mientras dura el dolor</b>

Se conocen una serie de enfermedades <i>raras</i> que provocan mucho sufrimiento a quienes las padecen. Una de ellas se denomina <i>insensibilidad química y electromagnética</i>. Las personas que las padecen son alérgicas a las colonias, suavizantes, detergentes, desodorantes, efecto que les obliga a mantener siempre cerradas las ventanas porque les llegan los olores de la ropa tendida de los vecinos. La reacción a los olores les obliga a hacerlo. La hipersensibilidad a las antenas de telefonía, a los inalámbricos…ampliada por la utilización masiva de estos artilugios en la sociedad actual  hace que sean más las personas que <i>sufren una enfermedad que la gente no comprende</i>. Otra enfermedad rara que altera a las personas es la <i>fatiga crónica</i> que favorece las depresiones. Los desahucios, el paro y otras situaciones anómalas contribuyen a mantener crónico el dolor psíquico que tiene efectos físicos. Todo ello crea un malestar que lleva a las personas al borde del abismo, a sentirse solas y con tendencias suicidas.

El sufrimiento en toda su escala de intensidad tiene dos propósitos. El primero es hacernos entender que su origen se encuentra e el pecado que cometimos cuando estábamos en el lomo de nuestro padre Adán. La primera consecuencia del pecado que cometimos estando todavía en Adán fue la muerte espiritual, es decir, dejar de tener relación con el Creador, y la muerte física que más pronto o más tarde nos encuentra de manera ineludible.. El tiempo desde la fecundación hasta la muerte está marcado por el sufrimiento que tiene la finalidad de hacernos contar nuestros días, recordarnos que la muerte se esconde en la esquina esperando encontrarnos sorpresivamente. El otro propósito del sufrimiento es poner en evidencia nuestra fragilidad y llevarnos a confiar en Jesús que por ser Dios es la fuente de donde nace el poder necesario para hacer frente a las situaciones angustiosas que inevitablemente se nos presentan,  victoriosamente.

La palabra <i>pecado</i> es un vocablo que hemos desterrado de nuestro diccionario particular. Si se persiste en hacerlo no se soluciona el problema del sufrimiento, no se elimina, con el agravante que nos quedamos solos con él con la consecuencia de desordenes psíquicos que intensifican el dolor. Uno se lo pasa muy mal estando solo ante el dolor.

El rey David que es un tipo de Jesús , <i>Varón de dolores</i>, en el salmo 38 que escribió incluye un aviso que reza así <i>Para recordar</i>, lo cual significa que el poema no se escribió para ser leído a toda prisa, sin darle el tiempo necesario para su comprensión, para hacer una lectura pausada y reflexiva.

Antes de dedicarnos al salmo, <b>Joni Earecvkson Tada</b> que en su adolescencia quedó parapléjica debido a un chapuzón, escribe: “A veces Dios permite aquello que odia para conseguir lo que ama. Mediante cosas como las enfermedades puede hacer mucho bien. No entenderemos a Dios ni a su manera de hacer las cosas hasta que no estemos en el cielo, pero nos da muchas pistas para comprender que podemos confiar en Él, y que si Él permite alguna cosa que odia, ha de ser para conseguir algo maravilloso. Él quiere que Cristo esté en ti y que sea tu esperanza de gloria”.

Creo que David no especifica en su poema ningún tipo de sufrimiento concreto, se refiere a ello de manera genérica, para que cada persona que sufre pueda hacer suya su experiencia : No hay nada sano en mi carne, a causa de tu indignación, no hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado. Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza, como carga pesada se han agravado sobre mí. Hieden y supuran mis llagas, a causa de mi locura. Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera, ando enlutado todo el día. Porque mis lomos están llenos de ardor, y nada hay sano en mi carne. Estoy debilitado y molido en gran manera, gimo a causa del gemido de mi corazón” (vv. 3-8).

Después de la larga exposición de sus sentimientos que son producto del dolor, David concluye su poema con una muestra de plena confianza en el Dios <i>cuyas saetas cayeron sobre mí</i> (v.2). De esta manera expresa su confianza en el Dios que permite que <i>ande en valle de sombra de muerte</i> (Salmo 23:4): <i>No me desampares, oh Señor, Dios mío, no te alejes de mí. Apresúrate a ayudarme, oh Señor, mi salvación”</i>.

Octavi Pereña i Cortina

 

SALMO 91:4


“Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro, escudo y coraza es su verdad”

Las personas, sea cual sea su condición social necesitan un castillo fuerte donde refugiarse. Necesitan la Roca donde poner los pies que las guarde de las inundaciones y lluvias torrenciales. En todas las clases sociales: tornados, tifones, ríos turbulentos,  amenazan su estabilidad. Los unos, debido a las crisis tienen dificultades para llegar a fin de mes y depende su supervivencia de las ayudas que puedan recibir de las instituciones privadas o gubernamentales que se dedican a este menester. Los otros, los que pertenecen a la clase opulenta no tienen problemas de dinero y pueden derrocharlo. Ah, pero tienen dificultades familiares. Han sobreprotegido a los hijos  y les han dado todo lo que han querido. No han puesto limitaciones a sus deseos. Por todo ellos los han convertido en pequeños dictadores que son aguijones en las vidas paternas. Las infidelidades conyugales son vendavales que flagelan sus rostros y los hijos drogadictos piedrecitas en los zapatos. Pobres y ricos, sin distinciones necesitan ayuda. La asistencia social no basta para los pobres. El dinero y el poder son insuficientes para aportar estabilidad a los potentados. El salmo 91 nos invita a apartar nuestros ojos de la caña cascada que atraviésala mano cuando nos apoyamos en ella y en ella buscamos la ayuda que no puede prestarnos . Todo lo contrario, nos abandona en el momento en que más necesitamos que alguien tienda su mano para ayudarnos. El salmo que comentamos nos invita a que busquemos refugio debajo de las alas del Altísimo donde estaremos seguros y bien protegidos.

El texto que comentamos nos lleva al Nuevo Testamento en donde Jesús muestra la ternura que almacena su corazón y expone el deseo de que Israel abandone la insensatez  de hacer caso omiso a la persistente llamada de Dios a que se recoja bajo sus alas: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas ,y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de sus alas”. Jesús pinta una escena bucólica en la que la gallina cuando olfatea el peligro y ve amenazados  sus polluelos se arrellana, extiende sus alas y con el sonido especial de peligro alerta a los polluelos de la amenaza y se apresuran a cobijarse bajo las alas protectoras de la gallina. Estos pequeñuelos indefensos nos dan una lección de obediencia. Jesús tiene que censurar a sus conciudadanos: “No quisisteis”. ¡Que triste que vayamos dando trompicones en nuestra huida del peligro cuando el Señor extiende sus alas protectoras en donde podemos encontrar refugio seguro, nos neguemos a aceptarlo!


JUAN 1: 1,14


“En el principio era el Verbo…Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”

Génesis y el evangelio de Juan comienzan igual: “en el principio”. En “el principio” de Génesis “Dios creó los cielos y la tierra”. Juan al decir “en el principio era el Verbo” nos transporta  a antes de la creación de los cielos y la tierra. Nos está diciendo que el Jesús que presenta existe desde antes de la fundación del mundo. En definitiva que es Dios. Que todo lo creado existe porque el unigénito Hijo de Dios lo creó con su palabra. Jesús dijo y fue.


Juan nos dice que el Verbo que anuncia fue hecho carne y habitó entre nosotros. “No estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres, y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:6-8).

Juan el Bautista cuando presentó el Verbo que era Dios lo hace así: “He aquí el Cordero de Dios” (Juan 1:36). Desde el principio de la historia se anuncia que la simiente de la mujer liberaría al pueblo de Dios de sus pecados. No dice el texto de Génesis que sería la simiente del hombre quien lo conseguiría, no,  sino la simiente de la mujer , lo cual significa que el nacimiento de esta Simiente sería de manera sobrenatural. María le pregunta al ángel cómo seria posible que concibiese siendo virgen. Recibe esta respuesta: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios” (Lucas 1:35).

Por amor al pueblo de Dios, el Unigénito del Padre se hace carne en el seno de la virgen María con el propósito de que siendo el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, se ofrece en sacrificio para perdonar los pecados de quienes son pueblo de Dios.

Navidad y Gólgota son las dos caras de la misma moneda. La salvación prevista por Dios antes de la fundación del mundo no es posible si una de ellas no existe. El gozo de la Navidad depende de que quien la celebra tenga en cuenta el Calvario. Por ello que no debe extrañarnos que la Navidad vaya acompañada de depresiones, angustias, conflictos familiares porque a los celebrantes les falta el Gólgota, es decir, el perdón de los pecados por la fe en el Cristo crucificado la sangre del cual limpia todos los pecados. La persona que sea purificada por la sangre recibe el gozo del Señor. ¿Se ve el gozo del Señor en las multitudes que celebran la Navidad de manera pagana?

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dilluns, 15 de desembre del 2014


JUAN 16:13


“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiará a  toda verdad”

Cuando nos referimos a la verdad debemos preguntarnos. ¿qué es la verdad? Existen muchas verdades, pero ¿qué es la verdad? Existen verdades científicas que son irrefutables. Son verdad acontecimientos irrefutables. Prosigamos con la pregunta: Qué es la verdad?

Lo que perseguimos es descubrir la verdad que es de suma importancia para nuestras vidas. La Biblia habla de luz y tinieblas. Dos situaciones contrapuestas que jamás pueden ir juntas. La una hace desaparecer a la otra. Luz y tinieblas espirituales que nos pueden afectar para bien o para mal. Las verdades temporales tienen una importancia relativa porque negarlas o ignorarlas poco importa. Lo que verdaderamente importa es la verdad absoluta que para bien o para mal afecta a nuestro destino eterno: salvación o condenación y que también para bien o para mal tiene que ver con nuestra felicidad en el tiempo presente.

Debido al pecado, el tiempo presente se caracteriza por la confusión existente cuya presencia se debe al dominio que Satanás ejerce en el hombre, confusión que por cierto no se sabe como desprenderse de ella. Ello se debe a que las tinieblas espirituales que llenan el corazón impiden encontrar la luz que las despeje y puedan encontrar el camino recto que debe seguirse.

El texto que comentamos hoy nos presenta al Espíritu de verdad que guía a toda verdad. ¿Qué es la verdad? O mejor dicho: quién es la verdad a la que debe guiarnos el Espíritu de verdad? Hay un texto que aporta luz a la pregunta: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6)., afirma Jesús. Jesús es la verdad absoluta a la que guía el Espíritu de verdad, que da testimonio de la Verdad, que da testimonio de la Verdad  y que nos recuerda las palabras de Jesús para que no seamos huérfanos perdidos en medio de las espesas tinieblas espirituales que nos envuelven. Cuando Jesús dice: “Angosto es el camino que lleva a la vida, y pocos son los que lo hallan” (Mateo 7:14), se está refiriendo a sí mismo que es el Camino que lleva al Padre. El Espíritu da testimonio de la Verdad pero son pocos los que lo encuentran porque no se dejan guiar por el Espíritu. De ahí la confusión existente. Las tinieblas que confunden siguen haciendo su trabajo porque los hombres en su tozudez permiten que sea Satanás  que siga manteniéndoles en la mentira que confunde.


JEREMÍAS 17:7


“Bendito es el hombre que confía en el Señor, y cuya confianza es el Señor”

Adán y Eva no necesitaban esperanza porque no les faltaba nada de lo que necesitaban.. Además tenían el privilegio de charlar cara a cara con el Señor. Vivían en el Paraíso. Pero la existencia paradisíaca de Adán y Eva estaba condicionada a la obediencia de un mandato dado por el Creador: “Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás” (Génesis 2:12).La prueba a la desobediencia se presentó cuando Satanás disfrazado de serpiente apareció ante Eva sembrándole la duda respecto al mandato de Dios diciéndole que no moriría si come del árbol de la ciencia del bien y del mal. Eva miró al árbol y vio que el fruto era apetecible, y comió. Después la mujer indujo a Adán a hacer lo mismo. Les fueron abiertos los ojos y descubrieron que estaban desnudos. Habían muerto y con la muerte la necesidad de esperanza, la esperanza de que su culpabilidad y vergüenza desaparecen y la felicidad hasta ahora sentida y marchita, recuperada.

Navidad es la época de la esperanza que la Serpiente pretende, y lo consigue en muchos, hacer desaparecer. En vez de poner los ojos en la Simiente de la mujer que aplastaría la cabeza  de la Serpiente. Ésta induce a los hombres a poner los ojos en las cosas materiales. La Navidad se ha convertido en un intercambio de regalos, muchas veces de un coste superior a las posibilidades. En vez de ser la Navidad un tiempo de esperanza se convierte en una época de desilusión, de frustración, que afecta de manera especial a quienes se encentran solos o ingresados en hospitales y residencias de ancianos.

El profeta Hageo anuncia que “vendrá el Deseado de todas las naciones” (2:7), venida que se realizó hace 2000 años en Belén cuando la virgen María dio a luz al Niño que se llamaría Emanuel que significa Dios con nosotros  y  Jesús que significa Salvador. Cuando los ojos se ponen en el Deseado de todas  las  naciones, quien lo hace le liberará de la potestad de las tinieblas, y le trasladará al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13).La tinieblas con las que la Serpiente envolvió haciéndole errar el camino, Jesús, el Deseado de todas las naciones   hace resplandecer la luz de Dios en los corazones de quienes creen en Él. Para los verdaderos creyentes en Jesús la luz divina que resplandece en sus corazones convierte en oscuridad las resplandecientes luces navideñas que guían a los hombres a las compras compulsivas y los alejan de Jesús, el Deseado de todas la naciones que guía a los hombres a la vida eterna.

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dilluns, 8 de desembre del 2014


EL PROBLEMA DEL MAL


<b>¿Puede el leopardo borrar las manchas de su piel? Tampoco puede el corazón perverso dejar de pensar maldades, a no se que Cristo lo cambie</b>

<b>Oriol Pi de Cabanyes</b> comenta el pensamiento de la judía <b>Hannah Arendt</b>: “Asimismo <b>Eichmann</b>”, dice <b>Pi de Cabanyes</b>, “que para <b>Arendt</b> no es un simple monstruo sino una pieza de un engranaje criminal que lo ha desposeído de discernir entre lo que está  bien y lo que está mal de manera que puede sentirse eximido de toda conciencia de responsabilidad y de culpa…En su proceso de búsqueda de comprensión del holocausto como fenómeno el mal nunca es radical, como lo había creído. Porque no radica en las raíces de la humanidad sino en la superficie, como un hongo que seca las hojas. No se encuentra en la esencia de lo que es humano sino en lo que es circunstancial”.

El comentario  de <b>Pi de Cabanyes</b> <i>Hannah Arendt</i> no entra en la raíz del dilema del mal. Si es algo circunstancial como el hongo que seca las hojas no se resolverá la dificultad. Con argumentos filosóficos se puede razonar sobre hongos superficiales que marchitan el comportamiento ético, pues no se resuelve el problema de fondo que sigue produciendo hongos que banalizan el mal, convirtiéndolo en un enigma meramente filosófico, académico, de amantes de las letras. No podemos desviarnos del tema convirtiéndolo exclusivamente en un dialogo de eruditos.

Si como dice Pi de Cabanyes que Eichmann “para Arendt no es un simple monstruo sino una pieza de un engranaje criminal que lo ha desposeído de toda capacidad de discernir entre lo que está bien y lo que está mal”, el ser humano no es responsable de sus actos porque “somos una pieza de un engranaje criminal”. Con este razonamiento se puede llegar a la conclusión de que sobran los jueces y las cárceles porque los delincuentes y los criminales no son responsables de su comportamiento impropio. Es así como se banaliza el mal y no se le aplica el tratamiento adecuado para acabar con él.

Se banaliza el mal cuando se considera que el comportamiento indeseado del ser humano lo provoca las circunstancias. Se considera que el ser humano es bueno por naturaleza y que son las circunstancias las que lo convierten en malvado. Aquí podríamos discutir si primero es el huevo o la gallina. Si las circunstancias mueven al hombre a hacer el mal, ¿cómo es que son tal como son? ¿Es el hombre perverso quien las hace malignas? Si sin prejuicios vamos a nuestros orígenes como los enseña la Biblia entenderemos porque el engranaje criminal del cual somos una pieza nos impulsa a hacer el mal. “A Adán (Dios) le dijo: Porque has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol que te mandé diciendo: No comerás de él, maldita será la tierra por tu causa, con dolor comerás de ella todos los días de tu vida” (Génesis 3:17). Ahora ya sabemos quien es primero si el huevo o la gallina. El hombre es el engranaje criminal que crea los Eichmann de turno en toda su escala de degradación moral.

El capítulo 3 de Génesis nos describe el origen del mal. Nos presenta a un personaje que se llama Satanás, Diablo, que es un ángel que previamente se había rebelado contra Dios y que se encarna en una serpiente. Adán desobedeció a Dios por instigación satánica, pero el texto nos dice que el hombre fue responsable de su desobediencia lo cual le reportó castigo. Ahora el hombre es portador del virus del mal y con el apoyo satánico es el responsable de todas las fechorías que se cometen. La consecuencia de haber hecho caso al engaño de Satanás y de haber desobedecido a Dios  pronto se hacen notar. La Biblia registra el primer crimen que se cometió: Caín mata a su hermano Abel, hijos de Adán. Antes del diluvio “el Señor vio que la maldad del hombre era muy grande en la tierra, y que los propósitos del pensamiento de su corazón sólo era el mal todo el día” (Génesis 6:5). Si esto es lo que Dios vio en aquel tiempo lejano, ¿qué es lo que ve hoy? Desde su mismo inicio la historia de la humanidad está teñida de sangre. Se dicen muchos pronunciamientos de paz. Se firman tratados de paz y se hacen muchas ofertas de dialogo para resolver pacíficamente los conflictos, pero, mientras se firman y se habla ya se está pensado en convertir en papel mojado los buenos propósitos.

Las fechorías que nos dejan estupefactos porque ignoramos cómo pueden llegarse a cometer, y más si las hace alguien a quien consideramos buena persona, nacen en el corazón del hombre: “Porque del corazón nacen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, las blasfemias” (Mateo 15:19). Los pensamientos afloran antes que los hechos. Si se pretende erradicar el mal combatiendo las acciones dejamos intacto el corazón de donde provienen. Así no se resuelve el problema de los muchos Eichmann que nacen. “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23). El mal no es algo externo en el hombre. Se origina en su corazón y es aquí en donde debe erradicarse si es que en verdad nos preocupa su presencia entre nosotros. La excarcelación de violadores que se produjo hace unos meses  puso en estado de alerta a la ciudadanía porque no estaba segura que la cárcel reinserte a sus huéspedes. Es natural que las personas tengan miedo a la excarcelación de delincuentes peligrosos porque los programas educativos que se utilizan no sirven para curar el corazón. El lobo sigue siendo lobo, solamente necesita la oportunidad de morder. 

Octavi Pereña i Cortina

 

1 TIMOTEU 4: 7,8


“Ejercítate en la piedad, porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida , y de la venidera”

Vivimos en unos tiempos en los que prevalece el culto al cuerpo. Todo lo que tiene que ver con terapias antienvejecimiento es un campo que produce millones de euros de beneficio. Los gimnasios brotan como las flores en primavera. La sociedad actual gira entorno a la juventud y como preservarla con el paso de los años. Es tanta la obsesión en querer conservar la belleza juvenil que las personas, principalmente las mujeres, pasan por los quirófanos estéticos con el propósito de adquirir rasgos faciales que les asemejen a los ídolos del cine o de la  pasarela. Mucha atención se le presta al cuerpo y poca preocupación se le brinda al alma. La atención desproporcionada que se le da al cuerpo en detrimento del alma, en gran parte es la culpable del incremento de la diversidad de enfermedades mentales que son un azote para la sociedad occidental actual.

Parece ser que el interés excesivo por el cuerpo no es cosa de nuestros días. Cuando el apóstol Pablo escribe el texto que comentamos nos descubre que en la antigüedad tal preocupación también existía. El apóstol expone su preocupación porque no es un asunto banal, sino que tiene consecuencias eternas. El apóstol contrasta dos ejercicios: el corporal con la piedad. Apremia a sus lectores a que se decidan: por el cultivo del alma para conservar el cuerpo sano y bello a lo largo de toda la vida terrenal.

El hecho de que la “piedad para todo aprovecha pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera” , no significa que deba llegarse al extremo enfermizo de someter el cuerpo a prolongados ayunos  y dolorosas laceraciones para que no interfiera en la salud del alma. El cristiano debe cuidar dentro de límites razonables su cuerpo, procurando mantenerlo sano dentro de unos límites. A fin de cuentas Dios también se preocupa por nuestro cuerpo ya que en su día el cuerpo destinado a la muerta para ser pasto de los gusanos, en el día final lo resucitará un cuerpo inmortal e incorruptible. El ejercicio corporal no debe interferir en ejercitarse en la piedad. Ello se debe a que “ejercitarse en la piedad tiene promesa de esta vida presente y de la venidera”. El ejercicio de la piedad contribuye a conservar la salud corporal.

Ejercitarse en la piedad requiere tiempo. Debe programarse el día para que haya un hueco para la lectura de la Biblia y la oración. El cultivo del alma produce la salud mental tan necesaria en nuestros días en un mundo convulsionado por el estrés, depresiones…, a la vez mantiene viva la promesa de la vida venidera que se hará efectiva el día de la resurrección


LUCAS 2:20


“Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho”

Muchas son las personas que de oídas han oído el Nombre de Jesús, pero que no le conocen. Suponen que fue un gran hombre que hizo milagros, que se pudo al lado de los débiles,, que se enfrentó al poder religioso. Todo esto es cierto. Pero hay algo más.

Los comentaristas dicen que los pastores guardaban el rebaño de ovejas iban destinadas a ser sacrificadas en el templo. De ser cierta dicha interpretación cada uno de los animales eran un tipo del Mesías anunciado por el profeta Isaías que fue “herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados,, el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos curados” (53:5). Quizás los pastores de oídas conocían el significado redentor de las ovejas que cuidaban pero, saber la verdad de oídas no cambia a las personas.

El texto nos dice que los pastores “velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño” (v.8). Conociendo la condición humana es muy probable que los pastores que estaban despiertos y que se calentaban sentados alrededor de una hoguera pasasen la vigilia explicándose relatos picantes. Encontrándose los pastores cumpliendo con su deber de vigilar el rebaño, “y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor les rodeó de resplandor” (v.9). A menudo la experiencia espiritual redentora es imprevista. Los pastores distraídos contándose historias no se esperaban la presencia evangélica y ni mucho menos que ellos deberían ser los protagonistas de tan sobrenatural acontecimiento. Sorprendidos sí, obedecieron el mandato de ir a Belén y vieron que era cierto todo lo que les dijo el ángel.. Conocer la verdad transforma. “Y al verlo, dieron a conocer todo lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que lo oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían” (vv.17,18). La ley de causa y efecto también es aplicable en el campo de la espiritualidad. Todo encuentro con Jesús, por pequeño que sea,  produce gozo y, el gozo no puede mantenerse encerrado en la mazmorra del corazón. El gozo vuela a través de las rejas y como blanca paloma vuela gozosa anunciando al mundo que un Niño nos es nacido en Belén. El Príncipe de paz ha venido para ser conducido como oveja al matadero para dar salvación a quienes creen en Él, al pueblo de Dios.

La pregunta que le hago al lector es: ¿Adoras en espíritu y en verdad al Niño nacido en Belén?

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dilluns, 1 de desembre del 2014


CADUCIDAD DE LAS LEYES


<b>”Prefiero exponerme a los inconvenientes de una excesiva libertad que los que ocasionan limitarla” (Thomas Jefferson</b>

Hoy, el autoritarismo es un valor en alza en algunos ámbitos políticos. La intolerancia del poder impropia del pensamiento democrático, impide la discrepancia. El debate sereno, razonado, no interesa. Lo que prevalece es la imposición de los propios puntos de vista. La pluralidad de opiniones, sentimientos e ideas no tienen valor si están en contradicción con lo que se considera políticamente correcto. Este no es el camino que debe seguirse. El bien del país exige que no se regrese al imperio del dogmatismo empobrecedor, del sectarismo que anula el espíritu crítico necesario para corregir errores y enderezar entuertos. Más ven cuatro ojos que dos, dice el adagio. La realidad es mucho más compleja que la postura excluyente. La realidad es plural. No es ni blanca ni negra. Está formada por una escala de grises. Nos encontramos en un momento en que los valores de la Constitución de 1978 han quedado desfasados porque la realidad que no es inmutable ha cambiado y es preciso reformarla en profundidad para adaptarse a la nueva realidad. Si verdaderamente se desea construir un país cimentado en la libertad debe construirse sobre la base del respeto y el pluralismo. No de la imposición y del seguidismo empobrecedor.

Me mueve a escribir este comentario no el NO permanente de Mariano Rajoy, que es suficiente para disentir, sino por lo que recientemente ha dicho Alfonso Guerra: “El 9-N violó la ley. Es como un referéndum sobre si los maridos pueden pegar a sus esposas”. Esta declaración de quien fue expresidente del Gobierno de España es un insulto al respeto que se le debe a la mujer y un atentado contra la democracia porque se le niega a un pueblo a decidir sobre su futuro, de si quiere o no cambiar el estatus actual. En definitiva, en nombre de la democracia se pretende impedir por coerción que los catalanes abrazando el amplio abanico de matices políticos puedan expresar libremente lo que quieren ser. Si se prohíben las urnas, ¿dónde está la democracia?

El pensamiento único que defiende quien se cree en posesión de la verdad absoluta excluye cualquier otro pensamiento que no se conforme con lo que se considere políticamente correcto. Así se impide que la diversidad de pensamiento que conforma la realidad política del momento pueda aportar soluciones válidas para resolver el monumental conflicto político que España tiene actualmente por no haber sabido encontrar pacíficamente el encaje de Catalunya dentro del Estado español.

El gobierno de Mariano Rajoy se mantiene tozudo en no querer resolver el problema catalán que no se ha incubado recientemente sino que se ha venido gestando desde los últimos tres siglos, emparándose en la constitución vigente que por cierto se la cuestiona y se la interpreta de diversas maneras. Margrethe Vestager hablando recientemente sobre Catalunya   ha dicho que se debe escuchar a la gente aún cuando no se esté de acuerdo: “Sin escuchar a los otros, nunca será más sabio…Creo que también es muy importante que se pueda celebrar el debate sin interferencia europea y sin que yo tenga que dar una opinión”.

Mariano Rajoy y su gobierno siguen en sus trece en que la Constitución no puede reformarse. Maimónides filósofo judío nacido en Córdoba en el año 1135 hace nueve siglos, tiene algo muy interesante que decir sobre la duración de las leyes: “Por otro lado, si una ley es vigente desde hace mucho tiempo, y resultó ser anacrónica en el transcurso de los años, debe derogarse automáticamente. En términos jurídicos, la cuestión se resuelve así: Se sancionó una ley en Israel, y  fue vigente durante muchos años, y en un momento surgió un nuevo tribunal y comprobó que aquella ley no satisfacía  las exigencias del momento, en este caso debe anularse. Aún cuando el nuevo tribunal sea inferior en sabiduría y autoridad al tribunal original”.

El error de opinión es propio de la condición humana. Mariano Rajoy, mientras no se demuestre lo contrario, es humano y por tanto sujeto al error . Los políticos por el hecho de ser humanos también se equivocan y como dice Margrethe Vestager: “Sin escuchar a los otros jamás serán mas sabios”. Mariano Rajoy en vez de rodearse de aduladores que no desean dejar de salir en la foto debería intimar con consejeros que le dijesen la verdad aún cuando le hagan llorar. He aquí un consejo que da la Biblia: “Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo, mas en la multitud de consejeros hay seguridad” (Proverbios 11:14)

Octavi Pereña i Cortina

 

ISAÍAS 9:6


“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro, y se llamará su Nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz”

Por inspiración del Espíritu Santo el profeta Isaías describe algunas características que reuniría el Mesías que vendría para salvar al pueblo de Dios. Los nombres que recibe el Niño revelan su divinidad, pero al decir de Él”niño nos es nacido, hijo nos es dado”, sin duda alguna identifica que el Niño que es Dios a la vez es un niño de carne y huesos como lo son todos los niños que nacen. No nos equivocamos si afirmamos que el Niño que anuncia el profeta es Dios y Hombre. La naturaleza divino-humana del niño que nacerá nos la clarifica el Nuevo Testamento al decir quien es este Niño.

El ángel que se presentó a María identifica al Niño en cuatro aspectos:

·        “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y lo llamarás Jesús” (Lucas, 1:31). Aquí el ángel declara que el Niño nacido sobrenaturalmente será un verdadero hombre.

·        “Éste será grande, y será llamado Hijo del Altísimo”  (v. 32). El Niño al tener a Dios como Padre es el reconocimiento de que es Dios. Al decir Jesús que Dios es su Padre los judíos lo acusaron de blasfemo y le dijeron: “Por buena conducta no te apedreamos, sino por blasfemia, porque tú siendo hombre, te haces Dios” (Juan 10:33)

·        “Y el Señor Dios le dará el trono de David su padre” (v.32). El Señor escogió a David para ser rey de Israel, así se inicia una estirpe real. Uno de sus descendientes reinaría eternamente. El ángel le confirma a María que el Niño que concebirá por el Espíritu Santo  “reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin” (v.33).

El primogénito de María que tenía que ser consagrado a Dios se le puso el nombre Jesús porque salvará al pueblo de Dios de sus pecados. Saber del nacimiento del Hijo del Altísimo que ha venido a este mundo para salvarnos de nuestro pecado, ¿nos dejará indiferentes? ¿No sentiremos la necesidad de adorarlo como lo hicieron los pastores y los magos cuando supieron de tan extraordinario evento?

¿No sentirás la necesidad de abandonar el intercambio de regalos entre tus parientes para postrarte ante el Niño Rey para adorarle?

 

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