¿QUÉ ES EL YOGA?
El Dr. K. P. Yohannan, de origen hindú
dice que encontrándose en una habitación de un motel, mientras se instalaba se
fijó en el gran televisor que presidía la habitación. Explica: “Lo que veía en
la pantalla me sorprendió más que todo lo que había visto en América. En un
color excelente aparecía una atractiva mujer que sentada en posición de loto
enseñaba yoga. Cautivado, miraba fascinado como alababa los beneficios que
aportaban a la salud las prácticas respiratorias y otros ejercicios de esta
práctica religiosa oriental. Lo que los teleespectadores desconocen es que el
yoga está pensado para un único propósito – abrir la mente y el cuerpo a los
falsos dioses procedentes de Oriente. Debido a que esta yogui americana vestía
chándal y pregonaba su doctorado en filosofía y que se dedicaba a la enseñanza
por televisión, pienso que muchos de los televidentes estaban engañados
creyendo que esto no era nada más que la exposición de unos ejercicios inocuos.
Pero quienes hemos nacido en naciones dominadas por poderes de las tinieblas,
sabemos que centenares de religiones orientales se promocionan en Estados
Unidos y Canadá bajo marcas inocuas de aspecto científico”. Se puede pensar que
dicha exposición es partidista porque la hace un cristiano que defiende su
religión. No es así.
La enciclopedia en línea Wikipedia nos dice que posturas
devocionales del yoga sirven para conseguir la unión del alma individual con la
divinidad (Brahman, Siva, Kali, etc.), dándonos la etimología de la palabra
yoga: “La palabra yoga procede del sánscrito que a la vez
viene del verbo insh: poner el yugo a dos bueyes para
uncirlos, concentrar la mente, absorberse en la meditación, recordar, juntar,
conectar, atrapar, etc. El verbo insh es de la misma raíz indoeuropea de las
palabras castellanas yugo y
conyugal.
El médico Moisés Broggi, que cualquier
parecido con el cristianismo es pura coincidencia, nos ofrece detalles muy
claros de que el yoga es mucho más que técnicas respiratorias y ejercicios
físicos que sirven para combatir el estrés. Que es una religión lo expone con
estas palabras: “A primera vista, el yoga puede parecer que sólo es una serie
de ejercicios físicos más o menos difíciles de efectuar. Detrás de estos
ejercicios se encuentra una filosofía de gran trascendencia y profundidad…En la
práctica del yoga se intenta mantener la atención, la conciencia en los asanes
y en el interior de uno mismo con el propósito de llegar al propio
conocimiento…Los fundamentos del yoga vienen de tiempos lejanos. Las prácticas
del yoga se citan en algunas Upanishads como sistemas de purificación y de
perfeccionamiento. En realidad el yoga no es un fin sino un medio que intenta y
puede ayudarnos a avanzar en el
conocimiento de nuestra propia alma y de la divina realidad”
El médico Moisés Broggi dice que el yoga
“puede ayudarnos a avanzar en el conocimiento de nuestra propia alma y de la
divina realidad”. La meditación introspectiva que promueve el yoga jamás puede
conducir al conocimiento de la propia alma
propia porque “engañoso es el corazón más que todas las cosas y
perverso” (Jeremías 17:9). Según Jeremías el corazón humano es engañoso y
confiar en él para encontrar la sabiduría y el conocimiento de uno mismo es lo
mismo que fiarse de una brújula defectuosa que guía al barco a embarrancar en
unos arrecifes con las funestas consecuencias que ello conlleva para los
pasajeros y la tripulación. Acto seguido el profeta sigue diciendo: Yo el
Señor, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según
su camino, según el fruto de sus obras”. El Señor nos conoce mejor que nosotros
a nosotros mismos.
Según Wikipedia la práctica del yoga lleva al alma a unirse
con la divinidad multiforme. Debido a ello el yoga es una práctica prohibida a
los cristianos: “No tendrás dioses ajenos delante de mí…No te harás
ninguna estatua ni ninguna imagen…No te postrarás ante ellos ni
los servirás, porque yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso…” (Éxodo 20:3-5).
Un sueño utópico es implantar el paraíso aquí en la tierra
en las condiciones actuales. Teresa Pons expresa. “Por otro
lado se dice que con la meditación se consigue limpiar la mente
y tener más paz interior. Un maestro experto en meditación zen, Taisen
Deshimarn, en el libro “Preguntas a un maestro zen”, escribe:
“Debemos crear el paraíso aquí y ahora. Si sufrimos, si dudamos, todo puede
convertirse en un infierno”. El hombre no puede crear el paraíso porque
revuelto en sus mejores pensamientos se encuentra el pecado que impide alcanzar
ahora la paz perfecta. El yoga enseña a mirarse a uno mismo y lo que descubre
es corrupción espiritual. Es un espejismo la unión con el absoluto que
promueven las religiones orientales. El Evangelio mueve al hombre a hacer a
Dios esta pregunta: “muéstrame a mí mismo”, es decir, hazme ver mi corrupción y
mi pecado y la necesidad que tengo de Jesús el Salvador que en el día final,
cuando regrese en su gloria introducirá a los suyos en el reino de Dios en el
que morará plenamente la justicia y la
paz mental.
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