LECTURA SALUDABLE
Tal como van las cosas parece ser que vence la superficialidad de
lo digital, pero lo que permanece es la consistencia del cimiento que se ha
colocado sobre la base de la perseverante lectura de calidad
Patricia Ramírez, sicóloga del deporte comienza así su
escrito La importancia de leer “En esta sociedad tan “sobre
estimulada” con Ipads, Ipods, programas chorras de televisión y alguno que otro
que vale la pena, videojuegos, videoconsolas de todas las marcas (¿hay alguna
maquinita de marca blanca?), ordenadores, móviles que parecen una tienda de
suvenirs en la que puedes encontrar de todo: wathsapp, facebook, twitter,
mensajes de audio, de texto y multimedia, internet, incluso alguna llamada,
etc., ¿de verdad pensáis que los niños ven atractivo leer? Pues por desgracia
no. Pero ni los niños ni los que dejan de serlo”. Con estas palabras la
comentarista pone de manifiesto la pugna existente entre el mundo digital y el
de papel. Entre las nuevas tecnologías y la clásica de la imprenta. En poco
tiempo los chismes digitales han inundado el mercado y los hogares se han
llenado de objetos electrónicos, en cambio el papel pierde posiciones: los
periódicos no se venden, en los hogares los
libros brillan por su ausencia y las librerías de toda la vida cierran
sus puertas.
La invasión digital la comparo al famoso caballo de Atila que por allí
pasaba no volvía a crecer la hierba. Las nuevas tecnologías en si mismas no son
nocivas, todo lo contrario, son muy beneficiosas. Es la receptividad
descontrolada lo que perjudica a la mente. La amplia oferta digital junto con
la insensatez con que se la acoge ha dado nacimiento a una nueva palabra
multitasking que se podría traducir: diversidad de tareas. Alternar simultáneamente televisión,
Facebook, Twitter… Dicha diversidad de
tareas encadenadas fabrica conexiones neuronales no profundas. Los neurólogos dicen que una manera de
prevenir el alzheimer pasa por fomentar las conexiones neuronales profundas,
por la concentración mental. Los niños y adultos
<i>multitasking</i> desconocen qué es concentrarse. Los encontramos
yendo de flor en flor como las abejas pero sin chupar el néctar del que
fabrican la dulce miel. El uso abusivo de las nuevas tecnologías los desorienta
y los desestabiliza. Están permanentemente conectados. Se relacionan con
multitud de amigos, yo diría desconocidos, porque el perfil que dan no siempre
es real, de ahí que cuando se descubre el fraude a menudo es demasiado tarde.
Tienen multitud de amigos digitales pero se encuentran en una angustiosa
soledad. Se sienten impulsados a clicar incansablemente hasta hacerse adictos a
las nuevas tecnologías las cueles producen daños sicológicos parecidos a los
que hacen las adicciones químicas. Debe iniciarse un proceso de desconexión
digital, la cual, forzosamente no debe ser repentina. Puede muy bien ser un
proceso paulatino, substituyendo el vacío con lecturas que devuelven la
concentración perdida con el multitasking. La lectura es un
hábito y toda costumbre es fruto de la repetición y, esta no tiene por que ser
gravosa si se tiene un motivo por el que merezca la pena hacerla. Si los padres
aprenden a saborear la lectura que entrena la concentración mental descubrirán
que en los buenos libros encontrarán un placer gratificante que les hará
olvidar la pasión enfermiza del multitasking digital. La
buena lectura les ampliará el horizonte cultural cosa que les permitirá gozar
de las joyas de la literatura. La lectura dejará de ser una imposición académica
o laboral para convertirse en un crucero de placer.
Descubierto el valor que tiene un buen libro en la formación de conexiones
neuronales profundas que fortalecen la concentración que permite sacar provecho
de la lectura, no se guardarán para sí mismos el descubrimiento que les ha
devuelto la salud mental perdida por la desconcentración digital. Procurarán
inculcar en sus hijos el placer de la lectura que tan buenos resultados les
aportará al capacitarlos para los estudios, poniendo a su alcance libros
apropiados a su edad que los estimulen a leer, a la vez siendo ellos un modelo
de lector. No se puede enseñar lo que no se tiene. El esfuerzo paterno
recompensará con creces al comprobar como mejora el rendimiento escolar de sus
hijos.
Me he referido a los buenos libros que sirven para fabricar conexiones
neuronales profundas que fomentan la concentración mental. De entre ellos
sobresale la Biblia que además de ayudar a la fabricación de conexiones
neuronales profundas tiene la virtud de forjar una personalidad sana que ama el
bien y aborrece la injusticia. Además de fomentar la concentración necesaria
para el aprendizaje proporciona integridad suficiente para resistir la
tentación de dejarse seducir por la corrupción tan en boga en nuestros días.
Octavi Pereña i Cortina
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