diumenge, 15 de setembre del 2024

 

JUAN 1: 46

“Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve”

En el evangelio de Juan desde su inicio no existe ninguna orden concreta que nos obligue a evangelizar. El escenario es Betábara, al otro lado del Jordán donde Juan el Bautista bautizaba (Juan 1: 28). Juan y dos de sus discípulos se encontraban juntos. Juan viendo que Jesús andaba por allí dijo a sus discípulos: “He aquí el Cordero de Dios”. Sus alumnos dejan a su maestro para seguir a Jesús. Éste al darse cuenta que le siguen se detiene para preguntarles: “¿Qué buscáis?”  Sus admiradores le responden que querían saber dónde moraba. Uno de los discípulos de Juan era Andrés, hermano de Simón Pedro. Cundo Andrés se encuentra con su hermano, sin pensárselo dos veces, se le acercó para hablarle de Jesús. Lo cogió del brazo y lo llevó a Jesús.

Al día siguiente Jesús encuentra a Felipe y le dice: “Sígueme”  (v. 43). Felipe se encuentra con Natanael y le dice: hemos encontrado a ”Jesús , el hijo de José de Nazaret” (v. 45). Natanael, incrédulo, le responde: “¿De Nazaret puede salir algo de bueno?” Felipe que no es ningún doctor en Teología, de Jesús sólo sabe la impresión que le ha causado su breve encuentro con Él. Sólo puede decirle: “ven y ve” (v. 46).

Encontrándose Jesús en pleno ministerio público  se topa con quien conocemos como el “endemoniado gadareno” que estaba poseído por una legión de demonios. Jesús le libera del poder satánico que lo esclavizaba. Cuando Jesús iba a subir al bote para abandonar el  lugar, quien había sido un “endemoniado” se acercó a Jesús para pedirle que le permitiera irse con Él. Jesús no se lo aprobó, pero le dijo: “Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas Jesús había hecho con él, y todos se maravillaban” (Marcos 5: 1-20).

Ni Felipe, ni Andrés, ni el gadareno no habían asistido a ningún curso de evangelización para aprender las técnicas de cómo evangelizar. Todos ellos explican lo que Jesús les había hecho. Sabían por experiencia en quien habían creído. Evangelizar consiste principalmente en compartir lo que Jesús ha hecho con uno. Los muertos que lo son todos los que han nacido de mujer cuando se encuentran con Jesús que es la Vida reciben la vida eterna. Los muertos que conviven con los que han recibido la vida eterna por la fe en Jesús necesitan saber lo que Jesús ha hecho en ellos. El testimonio de una persona a la que Jesús ha perdonado sus muchos pecados tiene mucho más valor que mil libros que enseñen cómo evangelizar.


 

HECHOS 1: 8

“Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en Samaria, y hasta lo último de la Tierra”.

Las palabras de ese texto las pronunció Jesús segundos antes de ascender a los cielos para sentarse al lado del Padre desde donde interceder por los suyos. Jesús durante la celebración de su última Pascua con sus discípulos les dijo que iba a dejarlos. Pero no os preocupéis: “No os dejaré huérfanos”. ¿Cómo no nos vamos a quedar solos si tú te marchas? La respuesta a esta pregunta la da Jesús cunado dice a sus discípulos: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi Nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”  (Juan 14: 26).

Ser cristiano no consiste en ser miembro de una iglesia que se considere cristiana, sino si su cuerpo se ha convertido en templo del Espíritu Santo: “Nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo” (1 Corintios 12: 3), lo cual significa que nadie nace de nuevo si el Espíritu Santo no lo engendra como hijo de Dios por adopción: “Los que son guiados por el Espíritu de Dios, esto son hijos de Dios” (Romanos 8: 14). En el primer Pentecostés después de la ascensión de Jesús a los cielos, el Espíritu santo vino a la Tierra para llenar con el poder de Dios a los cristianos.

En las iglesias se encentran dos tipos de cristianos verdaderos. Ambos son hijos de Dios por adopción porque ambos han recibido el Espíritu Santo que los ha sellado como hijos de Dios. Estos dos tipos de cristianos son los carnales y los espirituales. El comportamiento de los primeros tiene un gran parecido con el de los incrédulos. Son una anomalía ya que a dichos cristianos a se les tiene que alimentar únicamente con leche espiritual. El autor de Hebreos nos da un toque de atención: “Porque debiendo  ser maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuales son los primeros rudimentos de las palabras de Dios, y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche, es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño, pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para por los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (Hebreos 5: 12-14).

El consejo que la Palabra nos da: “Por tanto, dejando los rudimentos de la doctrina, vayamos adelante a la perfección” (Hebreos 6: 12). “El reino de los cielos sufre violencia, los valientes lo arrebatan”  (Mateo 11: 12).

 

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