diumenge, 29 de setembre del 2024

 

SALMO 32: 6

“Por esto orará a ti todo fiel en el tiempo que puedas ser hallado, ciertamente la inundación de muchas aguas no llegarán a él”

Si Dios no nos dice lo contrario, está siempre dispuesto a escuchar. La sala de audiencias está abierta las 24 horas del día y los 365 días del año. El Rey sentado en el trono con los oídos dispuestos a escuchar. El Señor no hace vacaciones. Ni duerme tan profundamente que sus oídos no puedan escuchar nuestras súplicas de socorro. El único requisito que se exige de nosotros es que creamos en Él y estemos dispuestos a hacer lo que Él nos mande. Si no estamos dispuestos a hacer lo que Él nos mande no perdamos el tiempo porque el  Señor no autorizará al ujier que abra la puerta que da acceso a la sala de audiencias.

Por esto el fiel orará a Él todo el tiempo que puede ser hallado: SIEMPRE. El suplicante que acude a Él en busca de socorro se encuentra en una situación  desesperada: “Tú eres mi refugio, me guardarás de la angustia”. Los medios de comunicación se encargan de divulgar situaciones desesperadas en que se encuentran algunas personas. La angustia de infinidad de personas no merece la pena que ocupe espacio en los telediarios, pero es lo suficiente fuerte la angustia  que padece la persona como que el Consolador esté dispuesto a escuchar. La ayuda que el angustiado necesita no está al alcance del hombre porque bastante tiene con sus propios problemas. Si el lector está atravesando un período de angustia, sea lo que sea lo que la produzca, sepa que si humildemente acude a Él sepa que la puerta de la sala de audiencias se le abrirá automáticamente de par en par y el Rey sentado en el trono será todo oídos para escuchar sus lamentos.

¿Cuál será la consecuencia de la súplica dirigida al Todopoderoso? El salmista la expone: “Con cánticos de liberación me rodearas” (v. 7). Recuerde el lector que los salmos son poemas y que el autor emplea un lenguaje poético. Cánticos de liberación significa que una liberación de alcance inconcebible se producirá. Puede ser que la causa de la angustia no desparezca, pero la angustia sí porque Dios que consuela te enseñará el camino por el que debes andar porque Él es la luz que ilumina tu camino. Dejas de andar en tinieblas y, el Señor se hace tan real que los cánticos de liberación inundarán tu alma.

El salmista nos dice lo que no tenemos que ser:” “No seas como el caballo, o como el mulo sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y freno, porque si no te acercas a Él” (v. 9). Nos dice: abandonad el orgullo en la cuneta antes de venir a mí.

Lector, mientras estés en este mundo lo problemas te asaltarán. Jesús te dice “La paz te dejo, mi paz te doy, yo no te la doy como el mundo te la da, No s turbe tu corazón, ni tengas miedo” (Juan 14: 27).


 

GALATAS 1: 40

“Pues ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo”

Cristo es la cabeza de la iglesia y los cristianos son miembros del cuerpo cuya cabeza es Cristo. El sentido común nos dice que la cabeza gobierna el cuerpo. En la iglesia también tendría que ser así.

En el texto que comentamos el apóstol Pablo pone sobre la mesa el tema de la carnalidad o la niñez permanente de los cristianos. Los pastores, los diáconos, los fieles  en general, ¿buscan el favor de los hombres o el de Dios? Jesús por ser la Cabeza de la iglesia, a la vez que es Dios, se le tiene que amar sobre todas las cosas ¿lo hacemos? La verdad es que no. Ello se debe a que la carnalidad supera con creces a la espiritualidad. El apóstol escribiendo a la iglesia en Corinto, les dice: “De manera que yo hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo” (1 Corintios 3: 1). Los cristianos de la iglesia en Corinto llevaban años siéndolo, pero padecían la anomalía de la falta de crecimiento. Los padres al descubrir que algo extraño en el crecimiento físico de su hijo acuden al médico en busca de una solución. El apóstol ha detectado la dolencia en los cristianos de Corinto. Tiene que decirles: “Tengo que daros leche y no vianda” (v. 2). Tenían que ser adultos y todavía tenían como texto el “Catón”, el libro que años ha utilizaban los niños que estaban en párvulos. Físicamente algunos de los cristianos que estaban en la iglesia e Corinto, físicamente habían crecido, pero espiritualmente no habían abandonado la infancia. Tiene que seguir enseñándoles el ABC  del Evangelio, leche spiritual. Eran incapaces de coger el tenedor y el cuchillo, cortar la vianda y llevársela a la boca para masticarla.

¿Qué síntomas ve Pablo que le hacen  ver los cristianos de Corinto eran carnales, niños en Cristo? “Pues habiendo entre vosotros,  celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? (v. 3). La vida cristiana es una maratón. Los atletas que participan en una de olímpica se alimentan adecuadamente, llevan una vida sana y se preparan  poniendo el cuerpo bajo dura servidumbre. La pregunta obligada a hacernos es: ¿Por qué se encuentran tantos niños en Cristo en las iglesias? Jesús nos da la respuesta: “No todo el que me dice: Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”  (Mateo 7: 21). La fe en Jesús es la puerta de entrada en el reino de los cielos, lo cual nos convierte en atletas que corren en la maratón cristiana Para ello tenemos que prepararnos siendo perseverantes en la lectura de la Biblia y en la oración y, como escribe Santiago: “Siendo hacedores de la Palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (1: 22). A Dios rogando y con el mazo dando. No basta con decir amén a lo que se dice desde el pulpito. Se tiene que poner en práctica lo que se ha escuchado.

 

 

MARIA: PECADORA O IMMACULADA

“Aquest diumenge (1/097024)…que coincideix amb la festa de la Nativitat de la Mare de Déu. Aquest dia celebrem a Catalunya el dia de les marededéus trobades. Unes marededéus que, segons la tradició, van ser amagades durant la invasió musulmana i després trobades misteriosament” (Joan Josep Omella, arquebisbe de Barcelona). El purpurat barceloní cita del bisbe de Vic Josep Torras i Bages unes  advocacions de  la “Visita espiritual a Nostra  Senyora de Montserrat”. La primera advocació que cita el clergue, diu: “Verge prodigiosa, tron puríssim, on reposa l’eterna Saviesa, quan va venir al món a ensenyar el camí de la salvació, aconseguiu per als vostres catalans aquella fe que enfonsa les  muntanyes, omple les valls i fa planer el camí de la vida”. La donzella de Natzaret quan se’n va anar a visitar els pares de qui seria Joan Baptista, en la pregaria que va dirigir al Senyor va dir de si mateixa: “La meva ànima exalça la grandesa del Senyor, i l meu esperit s’alegra en Déu, el meu Salvador. Perquè ha mirat la petitesa de la seva serventa” (Lluc 1: 46-48). Gràcies siguin donades a Déu que ha tallat la comunicació entre les ànimes dels difunts que es troben en el paradís (Lluc 23: 43) i els vius que  habiten en aquest món controlat per Satanàs ( Lluc 16: 26) que és el príncep d’aquest món (Joan 16: 11). Cap de les bajanades que es diuen de Maria no arriben més lluny dels llavis que les pronuncien. L’immens goig que sent ara Maria al trobar-se davant la presència del seu Fill, Rei de reis i Senyor de senyors, no l’empastifaran. La serventa del Senyor que va acceptar que una espasa traspassés la seva ànima (Lluc 2: 35) no l’afectaran les poca-soltades que des de  el regne de Satanàs es diuen d’ella.

La segona advocació que l’eminència cita, diu: “Rosa de caritat, foc que sense consumir escalfa, traieu de Catalunya l’esperit de discòrdia i ajunteu tots els seus fills amb cor de germans”. Torras i Bages i tots els que creuen en la seva doctrina converteixen Maria en un ídol, Amb més claredat no ho pot dir l’arquebisbe barceloní quan referint-se a les marededéu amagades i misteriosament trobades, malgrat que no digui explícitament es refereix a imatges materials. La Llei de Déu prohibeix rotundament la idolatria. Ho fa amb aquestes paraules: “No tindràs altres déus davant meu. No els faràs cap estàtua ni cap imatge del que hi ha dalt dels cels, ni del que hi ha baix a la terra, ni de que hi ha dins les aigües sota la terra, ni et postraràs davant d’ells ni els serviràs, perquè jo, el Senyor el teu Déu, sóc un Déu gelós…” (Èxode 20; 3 6).

La mariolatria està basada en les tradicions humanes, no en la Paraula de Déu. Jesús té molt clar diu què pensa de les tradicions no bíbliques: “Aquest poble s’apropa a mi amb la seva boca i m’honora de llavis, però el seu cor é lluny de mi. Però m’adoren en va perquè ensenyen com a doctrina els manaments dels homes” (Mateu 15: 8,9). Joan Calví referint-se a les tradicions humanes ha deixat escrit: “Heus acci que l’apòstol Pau ens  amonesti admirablement dient que les tradicions humanes són laberint en el que les consciències s’hi troben cada cop més perdudes, i encara més, són trampes que atrapen les persones des del primer moment de manera que acaben per atrapar-les”.

L’apòstol Pau preveient el que passaria en el futur proper, escrivint al seu deixeble Timoteu, li diu: “Perquè vindrà un temps quan no suportaran a sana doctrina, sinó que, segons els seus propis desitjos, ells mateixos s’apilaran un munt de mestres, perquè tindran coïssor a l’orella, i apartaran l’orella de la veritat, i es giraran cap a les faules” (2 Timoteu 4: 3,4). El mateix apòstol escrivint a Titus, li diu: “I que no facin cas a faules jueves, i de manaments d’homes que s’han girat de la veritat” (Titus 1: 14). El mateix apòstol tractant el tema de l’apostasia, escriu: “Però l’Esperit diu clarament que en els darrers dies alguns apostataran de la fe, fent cas d’esperits enganyadors i de doctrines de dimonis. Aquests actuen amb la hipocresia dels mentiders amb la pròpia consciència marcada per la infàmia” (1 Timoteu 1: 1, 2).

L’antic Israel “va refusar d’obeir (les paraules dels profetes) i van oferir una espatlla obstinada, i van endurir les seves orelles per no escoltar. I van fer el seu cor tan dur com el diamant, per no escoltar la Llei ni les paraules que el Senyor dels exèrcits havia enviat pel seu Esperit, per mitjà dels primers profetes: i hi va haver una gran ira de part del Senyor dels exèrcits. I es va esdevenir que així com Ell va clamar i ells no van voler escoltar, així també ells van clamar i jo no els vaig voler escoltar, així diu el Senyor dels exèrcits” (Zacaries 7: 11-13).

L’obstinació dels qui s’anomenen cristians que es comporten com cavalls desbocats seguint l’exemple de l’antic Israel, bé se’ls pot aplicar les paraules que el profeta dirigeix als díscols israelites: “No sigueu com els vostres pares, als quals els primers profetes van proclamar, dient: Així diu el Senyor dels exèrcits: Torneu enrere dels vostres camins i dels vostres actes dolents, però ells no van escoltar, i no van fer cas de mi, afirmació del Senyor” (Zacaries 1: 4).

Vista la tossuderia que persisteix dels qui es consideren cristians que no volen caure de l’ase per tornar al Senyor, són escaients les paraules del profeta Habacuc: “Quin profit hi ha en l’estàtua que ha esculpit l’escultor? És una escultura de fosa que ensenya falsedat. Per què l’escultor que fa ídols muts, confia en la seva pròpia obra? Ai del qui diu a la fusta: Desvetlla’t, i a la pedra muda: Anima’t! ¿Podrà així ensenyar? Heus aquí, està recobert d’or i de plata, però no hi ha esperit dintre seu” (Habacuc 2: 15-19).

Octavi Pereña Cortina

 

diumenge, 22 de setembre del 2024

 

VIDA MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

Cuando la Iglesia abandona la autoridad de la Biblia el paganismo ocupa el vacío

Normalmente cuando se habla de la existencia de vida después de la muerte se acostumbra a decir que ningún difunto ha regresado del más allá para explicar lo que ha visto. Es cierto. A pesar de ello un instinto inconsciente impulsa a los incrédulos a reconocer la existencia de dos lugares bien diferenciados. En las tertulias de café, humorísticamente lo reconocen. Al cielo de los cristianos dicen no querer ir porque se morirían de aburrimiento. En el infierno, sí dicen que desearían pasar la eternidad porque tendrían a su alcance las bellezas del espectáculo. La eternidad para los incrédulos es una conjetura.

Es cierto que ningún ser humano a regresado del más allá para explicar lo que haya visto. Dios, el Eterno, durante unos cinco mil años nos ha hablado de ello por medio de los profetas. En los últimos días nos ha hablado de ello por medio de su Hijo “quien siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su substancia” (Hebreos 1: 1-3). Jesús que en su humanidad esconde la gloria de su divinidad es el único que puede hablarnos del Padre, el Invisible, a quien no ha visto nunca. La crucifixión de Jesús aguarda en la esquina. Las pocas horas que le quedan las dedica a dar las últimas instrucciones a sus discípulos. Uno de los temas a los que le dedica tiempo es a hablarles del Padre: “Nadie viene al Padre si no es por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais, y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Felipe le dice: Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto el Padre, ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, Él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí, de otra manera creedme por las mismas obras” (Juan 14. 6-11).

Jesús por ser quien es, es la persona indicada para explicarnos qué hay más allá de la muerte. Lo hace por medio de la parábola del mendigo Lázaro y el rico opulento. Dos hombres separados socialmente por un abismo difícilmente franqueable. Espiritualmente tan alejados el uno del otro como el Este lo es del Oeste. No era la condición social lo que realmente los separaba. Era el concepto que tenían de Dios.  El mendigo lleno de úlceras yacía en el portal de la mansión del rico. Deseaba saciarse con las migajas que caían de la mesa de rico opulento (Lucas 16: 2, 21). “El hombre rico se vestía de púrpura y lino fino, y cada día hacía banquete con esplendidez” (v. 19).

“Aconteció que murió el mendigo y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham” (v. 22 a). Esto indica que Lázaro al fallecer se fue directamente al paraíso en donde las almas de los salvados aguardan el día de la resurrección. Jesús, al malhechor que colgaba en una cruz junto a Él y que unos minutos antes de morir creyó en Él, le dijo: “De cierto te digo hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23: 43). “Y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el hades alzó sus ojos estando en tormentos” (v. 22b). El hades es el lugar en donde las almas de los condenados aguaran el día de la resurrección para ser lanzados al infierno donde pasarán la eternidad. Jesús que sabe con certeza qué hay en el más allá enseña que sólo existen dos estadios entre el deceso y la resurrección: El paraíso para los salvos y el hades para los condenados. Así lo creían los cristianos hasta que Gregorio el Grande se hace suya la idea pagana de los tres estadios que enseñaban Platón y Virgilio. En el año 1459 el Concilio de Florencia proclamó la doctrina del Purgatorio como doctrina de la Iglesia Católica, lo cual abrió de par en par la puerta por la cual accedió la doctrina pagana de los tres estadios. Al nuevo estadio se le bautizó Purgatorio porque en él las almas que se encuentran hospedad as purgan los pecados no perdonados en vida. Con el invento del Purgatorio da la Iglesia da un paso más en el camino de querer arrebatar la exclusiva de Dios de perdonar pecados. Con la nueva legalidad se comercializa de manera vergonzosa el supuesto poder de perdonar pecados. En el tiempo de Martín Lutero apareció en el escenario europeo el monje ambulante Johann Tetzel que a bombo y platillo anunciaba la venta de indulgencias para acortar la estancia de las almas en el Purgatorio. Lo comunicaba con estas palabras: “Una vez la moneda entra en el cofre, una alma del Purgatorio se va al cielo.

Hoy  la Iglesia Católica no lo hace de manera tan descarada la venta del perdón de los pecados. Sigue usurpando la exclusividad de Jesús en perdonar pecados cada vez que uno de sus sacerdotes dice a alguien que se ha confesado: “Yo te perdono. Ve en paz”. Y los perdonados aparentemente tranquilos regresan a sus casas ignorando lo que les espera.

Octavi Pereña Cortina

 

 

JEREMÍAS 33: 3

“Clama a mí, y yo te responderé grandes cosas que tú no conoces”

Una declaración que sorprenderá por su contundencia pero que por haberla dicho Dios es verdadera y merece  que se le preste toda nuestra atención: “Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta del Señor” (Jeremías 17: 5).

El Señor dice a Israel y de rebote a nosotros: “¿En quién confías para que te rebeles contra mí? He aquí confías en este báculo de caña frágil, en Egipto, en el cual si alguien se apoya, se le entrará por la mano y la atravesará. Tal es el faraón rey de Egipto para todos los que en él confían” (Isaías 36: 5, 6). Estas palabras proféticas el profeta las dirige a Judá que ante la amenaza de Babilonia   dirige la mirada a Egipto en busca de ayuda militar. Lo que Dios dice a una nación es perfectamente aplicable a las personas individualmente. En otra dimensión también pueden emplear en las personas que se enfrentan a problemas económicos, de soledad, de pareja, con los hijos conflictivos, de insomnio…  En las situaciones de tribulación acostumbramos a refugiarnos en alguien a quien vemos. Este alguien es como Egipto “este báculo de caña frágil, en Egipto, en el cual si alguien se apoya, se le entrará por la mano y la atravesará”. ¡Cuánta verdad esconde las palabras “maldito el varón que confía en el hombre y su corazón se aparta del Señor”!  Este comportamiento proviene de Satanás que engañó a Eva diciéndole que Dios es un mentiroso (Génesis 3: 4, 5). Las consecuencias de esta mentira satánica aceptada  como verdad por Eva tienen consecuencias catastróficas para la humanidad. Hoy  seguimos sufriendo las consecuencias de la mentira. No hemos aprendido la lección y nos dejamos embaucar por Satanás el “padre de la mentira” que nos hace creer que él no existe, que es un personaje de ficción.

El texto que comentamos nos dice: Clama a mí, y yo te responderé, grandes cosas que tú no conoces”. Si el lector clama a Dios con sinceridad de corazón es posible que las circunstancias adversas por las que atraviesa, persistan. Lo que sí es cierto es que te enseñará grandes cosas que ahora desconoces. La primera que aprenderás es que el Dios desconocido, que considerabas ser una fábula, se convierte en el Dios invisible pero cercano a ti que en tus tribulaciones te dará el socorro que necesitas.

Antes de la Caída de Adán en pecado  la vida que Dios le había dado dependía de la obediencia a la prohibición divina de no comer del fruto del árbol del conocimiento del   bien y del mal (Génesis 3: 17). Hoy con la muerte y resurrección de Jesús y el envío del Espíritu Santo la amistad con Dios será permanente y lo que es más importante dejaremos de apoyarnos en la caña quebrada que es el hombre para hacerlo en el Salvador, Creador del mundo y de todo lo que existe en él. En el Todopoderoso.


 

MARCOS 3: 35

“Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, éste es mi hermano, y mi hermana, y mi madre”

“la gente que estaba sentada alrededor de Jesús le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan” (v. 32). Jesús les respondió diciendo: “¿Quién es mi madre y mis hermanos? Y mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, y mi hermana y mi madre” (vv. 33-35).

Las personas que avisaron a Jesús de que su madre y hermanos estaban allí y los consideraron como su familia carnal. La respuesta que Jesús da no es una renuncia de su familia carnal sino una ampliación de su familia espiritual. La Biblia no condena el amor de los hijos por los padres. Todo lo contrario, denuncia a los hijos  que en la vejez y en las necesidades de sus progenitores se desentienden de ellos. Jesús con toda dureza condena a los hijos que por tradición religiosa no honran a sus padres (Mateo 15: 3-6) con lo que transgreden el mandamiento de Dios de honrar a tu padre y a tu madre (Éxodo 20: 12).

La relación de los hijos con los padres tiene cierto parecido con la relación del ciudadano con las autoridades civiles y eclesiásticas. En tanto no se opongan a la Ley de Dios los ciudadanos y los fieles tienen que obedecerlas. Tanto en el ámbito religioso como en el civil el amor de Dios sobre todas las cosas prevalece sobre el deber de obedecer a las autoridades, sean civiles o eclesiásticas.  

Por ser todos los hombres descendientes de Adán, en un sentido general todos somos hermanos. Existe una hermandad espiritual que se produce cuando por la fe en Jesús  el creyente se convierte en hijo adoptivo de Dios y puede dirigirse al Padre celestial como enseña el Padrenuestro. Las mujeres que acudieron al lugar donde había sido enterrado a Jesús se encontraron con Jesús resucitado que les dijo: “Id, y dad las nuevas a mis hermanos” (Mateo 28: 10). ¡Qué privilegio es tener a Jesús como hermano! A pesar de la familiaridad existente con el Padre celestial y Jesús, ello no nos permite tratarlos como a iguales. Se les debe la reverencia, amarles sobre todas cosas por el hecho de ser Dios.

 

 

diumenge, 15 de setembre del 2024

 

JUAN 1: 46

“Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve”

En el evangelio de Juan desde su inicio no existe ninguna orden concreta que nos obligue a evangelizar. El escenario es Betábara, al otro lado del Jordán donde Juan el Bautista bautizaba (Juan 1: 28). Juan y dos de sus discípulos se encontraban juntos. Juan viendo que Jesús andaba por allí dijo a sus discípulos: “He aquí el Cordero de Dios”. Sus alumnos dejan a su maestro para seguir a Jesús. Éste al darse cuenta que le siguen se detiene para preguntarles: “¿Qué buscáis?”  Sus admiradores le responden que querían saber dónde moraba. Uno de los discípulos de Juan era Andrés, hermano de Simón Pedro. Cundo Andrés se encuentra con su hermano, sin pensárselo dos veces, se le acercó para hablarle de Jesús. Lo cogió del brazo y lo llevó a Jesús.

Al día siguiente Jesús encuentra a Felipe y le dice: “Sígueme”  (v. 43). Felipe se encuentra con Natanael y le dice: hemos encontrado a ”Jesús , el hijo de José de Nazaret” (v. 45). Natanael, incrédulo, le responde: “¿De Nazaret puede salir algo de bueno?” Felipe que no es ningún doctor en Teología, de Jesús sólo sabe la impresión que le ha causado su breve encuentro con Él. Sólo puede decirle: “ven y ve” (v. 46).

Encontrándose Jesús en pleno ministerio público  se topa con quien conocemos como el “endemoniado gadareno” que estaba poseído por una legión de demonios. Jesús le libera del poder satánico que lo esclavizaba. Cuando Jesús iba a subir al bote para abandonar el  lugar, quien había sido un “endemoniado” se acercó a Jesús para pedirle que le permitiera irse con Él. Jesús no se lo aprobó, pero le dijo: “Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas Jesús había hecho con él, y todos se maravillaban” (Marcos 5: 1-20).

Ni Felipe, ni Andrés, ni el gadareno no habían asistido a ningún curso de evangelización para aprender las técnicas de cómo evangelizar. Todos ellos explican lo que Jesús les había hecho. Sabían por experiencia en quien habían creído. Evangelizar consiste principalmente en compartir lo que Jesús ha hecho con uno. Los muertos que lo son todos los que han nacido de mujer cuando se encuentran con Jesús que es la Vida reciben la vida eterna. Los muertos que conviven con los que han recibido la vida eterna por la fe en Jesús necesitan saber lo que Jesús ha hecho en ellos. El testimonio de una persona a la que Jesús ha perdonado sus muchos pecados tiene mucho más valor que mil libros que enseñen cómo evangelizar.


 

HECHOS 1: 8

“Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en Samaria, y hasta lo último de la Tierra”.

Las palabras de ese texto las pronunció Jesús segundos antes de ascender a los cielos para sentarse al lado del Padre desde donde interceder por los suyos. Jesús durante la celebración de su última Pascua con sus discípulos les dijo que iba a dejarlos. Pero no os preocupéis: “No os dejaré huérfanos”. ¿Cómo no nos vamos a quedar solos si tú te marchas? La respuesta a esta pregunta la da Jesús cunado dice a sus discípulos: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi Nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”  (Juan 14: 26).

Ser cristiano no consiste en ser miembro de una iglesia que se considere cristiana, sino si su cuerpo se ha convertido en templo del Espíritu Santo: “Nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo” (1 Corintios 12: 3), lo cual significa que nadie nace de nuevo si el Espíritu Santo no lo engendra como hijo de Dios por adopción: “Los que son guiados por el Espíritu de Dios, esto son hijos de Dios” (Romanos 8: 14). En el primer Pentecostés después de la ascensión de Jesús a los cielos, el Espíritu santo vino a la Tierra para llenar con el poder de Dios a los cristianos.

En las iglesias se encentran dos tipos de cristianos verdaderos. Ambos son hijos de Dios por adopción porque ambos han recibido el Espíritu Santo que los ha sellado como hijos de Dios. Estos dos tipos de cristianos son los carnales y los espirituales. El comportamiento de los primeros tiene un gran parecido con el de los incrédulos. Son una anomalía ya que a dichos cristianos a se les tiene que alimentar únicamente con leche espiritual. El autor de Hebreos nos da un toque de atención: “Porque debiendo  ser maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuales son los primeros rudimentos de las palabras de Dios, y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche, es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño, pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para por los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (Hebreos 5: 12-14).

El consejo que la Palabra nos da: “Por tanto, dejando los rudimentos de la doctrina, vayamos adelante a la perfección” (Hebreos 6: 12). “El reino de los cielos sufre violencia, los valientes lo arrebatan”  (Mateo 11: 12).

 

 

SERPIENTE ANTIGUA

¡Ay la serpiente antigua que por no creer en ella se le permite que campe a sus anchas haciendo el mal!

Del escrito de Llàtzer Moix Serpientes de todo el año extraigo unos textos que por ser jugosos merecen ser comentados: “Por estas fechas estivales solían aparecer en la prensa, puntuales, las serpientes veraniegas. Recibían este nombre las informaciones, a menudo falsas, sobre asuntos vistosos, pero menores, que animaban las páginas de una actualidad amodorrada bajo la canícula vacacional. Y que desaparecían fugaces haciendo zigzag como las serpientes que cruzan el camino para esconderse entre los márgenes herbosos…hoy esta serpientes se han desestacionalizado. Son vivas todo el año. Además de expandirse por el calendario han mudado la piel: ya no son extravagantes e inocuas, sino que las impulsan poderes ignotos y malvados. También han cambiado su nombre, ya que ahora se las conoce como cuentos o fake news…Del submundo de la delincuencia este abuso censurable del cuento ha pasado al de la política, donde las falsedades se utilizan sin ruborizarse, para confundir a la población y, de pasada someter el concepto de verdad en una sacudida que la deja irreconocible. Porque cuando la verdad yace desfigurada, la mentira luce sus mejores galas…”

De verdad agradezco a Llàtzer Moix los jugosos textos que nos sitúan tan bien en medio de la caótica situación actual.  A pesar que se diga que estas serpientes malvadas han venido para quedarse, no descubre quienes son estos estos poderes ignotos y malvados. Si deseamos conocer a ciencia cierta quienes son estos poderes perversos no nos queda otro remedio que acudir a la Biblia para desenmascararlos. Jesús hace una declaración religiosamente  incorrecta porque los poderes fácticos de la religión se suben por las paredes al escucharla: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de lo suyo habla, porque es mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8: 44). Estas palabras de Jesús que acusan a los fariseos de ser hipócritas nos transportan al jardín de Edén en donde aparece por primera vez en la Historia “la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero” (Apocalipsis 12: 9). Este sórdido personaje que personifica la maldad lo hace “como león rugiente que anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5: 8), no lo hace a cara descubierta. Lo “hace disfrazado como ángel de luz” (1 Corintios 11: 14). Satanàs es el primer hipócrita que aparece en la Historia. Tenemos a que acudir a Génesis 3 para contemplar la escenificación satánica. Con estas palabras la describe la Escritura: “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo” (Génesis 3: 1). Inicialmente la serpiente no era el animal repulsivo que hoy conocemos. Gravados antiguos nos muestran  que era una bestia de bella presencia que andaba erguida. Debido a la reprensión del Creador por haber engañado a Eva, su belleza inicial se convirtió en el repulsivo reptil que todos conocemos: “Y el Señor Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita será entre todas las bestias del campo, sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida” (Génesis 3: 14). Este animal de atractiva presencia quizás gozaba de la amistad de Eva. Externamente no había cambiado pero, estando poseída por Satanàs que posee poder de hacer milagros le concedió la capacidad de hablar. El padre de la mentira pronuncia el primer embuste. El Creador le dijo a Adán: “Puedes comer de todo árbol del jardín”. Existe una excepción: “Pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás” (Génesis 2: 17. La mentira fue: “Con que Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto” (3: 1). Eva comete el error de dialogar con Satanás: “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis, sino sabe Dios que el día que comáis de él serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (3: 4, 5). La duda ha sido sembrada y Eva se convierte en la madre de todos aquellos que anteponen la mentira satánica a la verdad de Dios. Esta es la causa de que sean tantos quienes de la Biblia no quieren ni oír hablar. El escrito de Llàtzer Moix expone una verdad incuestionable, pero no llega a la raíz del problema. Esta es la razón de que existan tantas serpientes venenosas que convierten el mundo en la antesala del infierno.

Por nacimiento natural todos nacemos siendo hijos del diablo. La solución pasa por dejar de ser hijos del diablo para convertirnos en hijos de Dios por adopción. El cambio no se produce masivamente porque siempre es una minoría la que cree en Jesús. Es a esta minoría a la que el Maestro se dirige y lo hace por medio de la conversación que Jesús mantiene con Nicodemo que de noche fue a visitarle. La conversación gira alrededor del nuevo nacimiento: La mera como un hijo del diablo se convierte en hijo de Dios. Jesús desconcierta a Nicodemo cuando le dice: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles que te dije: os es necesario nacer de nuevo” (Juan 3: 5-7).

Jesús recuerda a su visitante que durante la peregrinación de los hebreos por el desierto y, debido a su rebeldía dios envió una plaga de serpientes que causaban una gran mortalidad entre el pueblo. Los díscolos se arrepienten y le piden a Moisés que interceda por ellos ante Dios. Moisés acepta el encargo y Dios le dice que haga una serpiente de bronce, que la fije en el extremo de un palo y que la alce. Todos los que la mirarán curarán del veneno (Números 21: 4-9). Refiriéndose a este suceso Jesús le dice a Nicodemo: “Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre (Jesús) sea levantado para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3: 14, 15). Génesis 3: 15 es el primer anuncio del Evangelio. La simiente de la mujer (Jesús) aplastará la cabeza de la serpiente (Satanás). El anuncio profético del Evangelio se cumple en el Calvario en donde Jesús muere y resucita para salvación del pueblo de Dios. Satanás ha sido derrotado. De momento goza de  libertad restringida. Momentáneamente lo vemos en las maldades que se cometen. “Sabemos que todo el que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues aquel que ha sido engendrado por Dios, Dios lo guarda y el Maligno no le toca”.

Octavi Pereña Cortina

dissabte, 7 de setembre del 2024

 

ESPERANZA ¿DÓNDE TE ESCONDES?

La esperanza cristiana consiste en aguardar que las promesas de Dios se cumplan

El calentamiento del planeta Tierra con todas las consecuencias medioambientales que le acompañan, no solo es motivo de preocupación de los científicos que estudian sus consecuencias, también lo es para los cristianos. Tanto es así que “el 1 de septiembre los líderes de las diversas confesiones religiosas de todo el mundo se reunirán. Será una jornada mundial de oración que nos ayudará a discernir la respuesta al grito de dolor de la Creación” (Joan Josep Omella, arzobispo de Barcelona). El prelado en su escrito “Brotes verdes” (La Vanguardia 25/08/2024), redacta: “Si miramos con ojos esperanzados sabremos ver los brotes verdes incluso en un bosque calcinado o entre los destrozos que provocan una sequía extrema”. El purpurado barcelonés escribe: “El lema de esta iniciativa ecuménica a partir del texto bíblico del apóstol Pablo, en que explica que el universo creado tiene un dolor intenso, como el del parto, pero no pierde la esperanza (Romanos 8: 20-22)”. El clérigo deja en suspense qué es la esperanza cristina. Desconozco la conclusión a la que llegarán los líderes de las distintas religiones. Sí puedo asegurar que tal como el purpurado presenta el texto del apóstol Pablo es motivo de confusión. ¿Qué es lo que motiva que el dolor de parto de la creación sea motivo de esperanza?

Intentaré aportar luz al texto de Romanos 8 que va desde el versículo 18 al 29). No pueden entenderse los dolores de parto que sufre la creación si no se tiene en cuenta la maldición divina que pesa sobre ella debido al pecado de Adán: “Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol que te mandé diciendo: No comerás de él, maldita será la Tierra por tu causa, con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra porque de ella fuiste tomado, pues polvo eres, y al polvo volverás” (Génesis 3: 17-19). Teniendo en cuenta este texto estaremos en condiciones de entender los dolores de parto que sufre la creación según el apóstol Pablo.

El purpurado barcelonés al texto Romanos 8: 20-22 que cita le acompaña la siguiente reflexión: “No pierde la esperanza”. ¿Es fiable la esperanza que sólo es un estado de ánimo optimista basada en la expectativa de que lo que se espera se hará realidad? Evidentemente: NO. ¿Cuántas esperanzas estériles no nos han frustrado? El texto de Romanos que comentamos se refiere a una esperanza que es sí, sí. No una ilusión pasajera. Es así como lo expresa el apóstol: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (v. 18). Los cristianos no caminamos por vista sino por fe. La gloria venidera que esperamos que se manifieste es la resurrección de nuestros cuerpos mortales que pondrá fin a los dolores de parto de la creación y de los nuestros. Es una esperanza cierta porque está basada en la resurrección de Jesús.

El apóstol relaciona estrechamente la creación material con la del hombre. La presenta como si ambas fuesen miembros de un mismo cuerpo. Lo que afecta a uno de los miembros repercute en el otro: “Porque el anhelo ardiente de la creación es aguardar la manifestación de los hijos de Dios” (v. 19). El apóstol presenta la creación como si fuese un ser vivo, con sentimientos, sensible a la maldición divina debido al pecado de Adán. Es consciente que la liberación de la maldición divina depende de la resurrección de los hijos de Dios.

Tanto la creación como el hombre ambos sufren dolores de parto: “Porque sabemos que toda la creación gime a una y a una está con dolores de parto hasta ahora, y no solo ella, sino que también nosotros  mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo” (vv. 22, 23). Tanto la creación como los hijos d Dios que han formalizado la adopción significa que ha dado luz a un cielo nuevo y una Tierra nueva en que mora la justicia en todo su esplendor. La criatura ha nacido y los dolores del parto son cosa del pasado

Aun cuando la plenitud de la salvación se vive en esperanza, en el momento que una persona cree en Jesús como Señor y Salvador es plenamente salva. No parcialmente. Lo que ocurre es que no se disfruta en toda su plenitud: “Porque en esperanza fuimos salvos, porque la esperanza que se ve, no es esperanza, porque lo que alguien ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos” (vv.24, 25).

El profeta Isaías nos da un indicio de cómo será la Tierra y con ella toda la creación el día que el cuerpo humano hoy sujeto a la muerte y a la corrupción sea revestido de inmortalidad e incorruptibilidad (1 Corintios 15: 53), entonces: “Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará, el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. Y la vaca y a osa pacerán, y sus crías se echarán juntas, y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará en la cueva del áspid, y el recién detestado extenderá su mano en el escondrijo de la víbora” (Isaías 11: 6-9). Ante el vislumbre de un mundo venidero tan maravilloso que nos es imposible hoy entender en toda su belleza, pero que los cristianos nos lo apropiamos por fe, ¿encontrará extraño el lector que lo esperemos con vehemencia?

Octavi Pereña Cortina

 

 

JEREMÍAS 4: 4

“Circuncidaos al Señor, y quitad el prepucio de vuestro corazón varones de Judá y moradores de Jerusalén, no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras”

La circuncisión es la señal externa de pertenecer al Israel nacional, así  como el bautismo por inmersión es el signo de que se pertenece a una iglesia visible. Los símbolos si no van precedidos por el milagro de haber sido el bautizado engendrado en hijo de Dios por haber sido sellado por el Espíritu Santo, pueden hacer creer que uno es lo que no realmente no es. Pero sí crean una responsabilidad de la que tendrán que rendir cuentas cuando comparezcan delante del tribunal de Cristo.

El texto que comentamos dice: Circuncidaos al Señor, y quitad el prepucio de vuestro corazón varones de Judá. Si el Espíritu Santo no ha dejado gravado su sello en el corazón del bautizado, el bautismo no es el pasaporte que autoriza a entrar en el Reino de Dios.

Juan el Bautista, a las personas que acudían a él a bautizarse les dice claramente que tenían que hacer antes de sumergirse en el agua bautismal: “Arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 3: 2). Jesús al inicio de su ministerio público  dice a sus oyentes: “Arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4: 17).

Juan el Bautista dotado con la percepción de leer lo que hay en el interior del alma. “al ver que muchos de los fariseos  y de los saduceos que venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento”  (Mateo 3: 7). ¡Cuántos bautizados creen que por el hecho de haber sido rociados con el agua bendecida o sumergidos en el agua, se han creído el engaño que ya son salvos! Cuando llegue el día que tendrán que comparecer ante el tribunal de Cristo y se justificarán presentado la señal del bautismo, escucharán la voz del Juez que les dirá: “Nunca os conocí, apartaos de mí, hacedores de maldad”  (Mateo 7: 23).

La segunda pare del texto del profeta Jeremías que comentamos, dice: “no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras”. Si la sangre de Jesús no nos ha limpiado de todos nuestros pecados (1 Juan 1: 7), la señal del bautismo si no va precedida “de las buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2: 10), Cristo no nos reconocerá y nos echará sin contemplaciones al fuego eterno.


 

FILIPENSES 2: 3

“Nada hagáis por contienda o por vanagloria, antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo”

Ya en antigüedad, al inicio del tiempo, aparecieron “los varones de renombre” (Génesis 6. 4), que fueron los caudillos que empezaron a sobresalir de entre sus semejantes y con ellos la creación de incipientes imperios. La característica de “los varones de renombre” era el orgullo que los llevaba a creerse superiores al resto de los mortales. El texto que comentamos enaltece precisamente lo que es opuesto al orgullo: la humildad, la capacidad de ver a los demás como superiores a uno mismo.

Jesús quiere enseñarnos qué es humildad cuando dice. “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11: 29). La multitud de libros que enseñan sobre el mejoramiento personal y que pretenden enseñarnos a ser humildes chocan con el muro infranqueable del orgullo que ha echado raíces  en el corazón.

La enseñanza básica del texto de Mateo  citado es que tiene que haber una íntima comunión del creyente con Jesús. La fe viva en Jesús abre la puerta a que el Espíritu Santo convierta al creyente en Jesús en hijo de Dios por adopción. Ello hace que Cristo por el Espíritu more en el creyente y, por la obediencia a la Palabra de Dios el carácter de Jesús se refleje en él. Gálatas 5: 22 no cita la palabra humildad pero expones unas características que en su conjunto forman la humildad. Nos dice con toda claridad que la humildad no es producto de la voluntad humana. Afirma con toda luminosidad: “Mas el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia,  benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza”. El Espíritu Santo hace ver al creyente en Jesús que de su personalidad carnal no queda ni rastro. Esta visión mueve al creyente en Cristo al arrepentimiento por no haber alcanzado el nivel de santidad que se le pide por ser hijo de Dios. Pedir perdón por el pecado cometido y la solicitud de fuerzas para andar santamente. El reconocimiento de que no se ha alcanzado la  excelencia no permite que el creyente en Cristo se complazca en la ociosidad En palabras del apóstol Pablo: “No que lo haya alcanzado ya, ni que sea perfecto, sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo alcanzado, pero una cosa hago, olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que queda delante, prosigo la meta, al premio del  supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3: 12-14).

 

diumenge, 1 de setembre del 2024

 

MARCOS 5: 25-28

“Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía…cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si toco tan solo su manto, seré salvada”

Son de difícil digerir las enfermedades de larga duración. El texto que comentamos nos muestra a una mujer que durante doce años había sufrido un flujo de sangre que ningún remedio pudo detenerlo. Gastó todo su patrimonio sin encontrar remedio a su enfermedad. Pero el problema de la mujer no era solamente físico. También tenía que cargar con las consecuencias emocionales que acompañaban al flujo de sangre. He aquí lo que dice la Ley de Moisés al respecto: “Cuando la mujer tenga flujo de sangre, y su flujo fuese en su cuerpo, siete días estará apartada, y cualquiera que la toque estará inmunda hasta la noche” (Levítico 15: 19-33). Doce años ceremonialmente impura son muchos años de dolor inimaginable.

Hoy, muchas dolencias que hace unos pocos años eran incurables, gracias a la misericordia de Dios que ha dado sabiduría a los investigadores clínicos hoy son curables. Así y todo todavía quedan enfermedades que se resisten a que se encuentre remedio. A ellas se les tiene que añadir las de nuevo cuño y los accidentes que dejan parapléjicos a quienes los sufren por el resto de sus vidas. Si estas personas no gozan de un buen ánimo el resto de sus vidas es un infierno. Por su interior circulan partículas de arena que corroen las entrañas.

La mujer del texto que comentamos “oyó hablar de Jesús” y con ello de los milagros que hacía. Creyendo en el poder sanador de Jesús “vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto” (v. 27). Y “enseguida la fuente de su sangre se secó, y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote” (v. 29). Sabiendo Jesús que poder había salido de Él, preguntó: ¿Quién me ha tocado? (v. 31). La mujer se acerca a Jesús y le confiesa su responsabilidad. Éste le dice: “Hija tu fe te ha hecho salva, vete en paz y queda sana de tu azote” (v. 34).

Creer que Jesús tiene poder para curar todas las dolencias no significa que siempre quiera hacerlo. Sus razones tendrá. Su voluntad aunque a veces nos cueste creerlo siempre es justa. El Padrenuestro nos enseña a pedir a Dios: “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6: 10). Si se acepta su voluntad, sea cual sea ésta, representa tocar el manto de Jesús lo cual produce la curación de la dolencia mental que es más dolorosa que la incapacidad física. La paz que da Jesús es muy distinta de la que el mundo da (Juan 14: 27). Con la curación del alma la curación física incurable  deja de ser granos de arena que corroen el alma. Se goza de la paz de Dios que excede a la comprensión humana. ¡Ello es un gran milagro!


 

 SALMO 5: 3

“Oh Señor, de mañana oirás mi voz, de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré”

Si alguien dice que no merece la pena orar porque Dios no escucha, el tal lea atentamente el siguiente texto y entenderá por qué Dios hace oídos sordos a algunas oraciones: “He aquí que no se ha acortado la mano del Señor para salvar, ni se ha agravado su oído para  no oír, pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, vuestros pecados  han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír. Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad, vuestros labios pronuncian mentira, y habla maldad vuestra lengua” (Isaías 59: 1-3). Aparentemente el profeta presenta un panorama muy desolador. Las palabras del apóstol Pablo lo confirman: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3: 23). ¿No existe ninguna manera  de hacer las paces con Dios?

El llamamiento de Mateo es un texto clave para descubrir como los pecadores que son enemigos de Dios puedan convertirse en sus amigos: “Pasando Jesús por allí, vio a un hombre llamado Mateo sentado en el banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió” (Mateo 9: 9). Junto con Jesús Mateo invitó a cobradores de impuestos y a otros pecadores a comer en su casa. Que Jesús se sentase a comer con cobradores de impuestos y otros pecadores, ¡qué herejía! Los fariseos acérrimos enemigos de Jesús se quejaron a los discípulos del mal ejemplo que daba su Maestro: “¿Por qué come vuestro Maestro con cobradores de impuestos y pecadores?” (v. 11). Los fariseos se consideraban ser personas impolutas porque creían que eran estrictos cumplidores de la Ley de Dios. Su bondad extrema no les permitía compartir mesa con los cobradores de impuestos y otros pecadores. Se alejaban de ellos como si de leprosos se tratase. La actitud de los fariseos de alejarse de los pecadores como si de apestados se tratase, hace que Jesús se dirija a ellos sin tapujos diciéndoles: “Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos” (v. 12). Entonces Jesús se dirige a aquellos fariseos hipócritas,  de corazón duro como la piedra, que no podían compartir con el populacho indigno: “Id, y aprended lo que significa: Misericordia y no sacrificio Porque no he venido a llamar a justos, sino pecadores al arrepentimiento” (vv. 12, 13)

Quien cree en Jesús, su sangre derramada en el Calvario “lo limpia de todo pecado”  (1 Juan 1: 7). Habiendo creído en Cristo como Señor y Salvador nos podemos unir al salmista y con él exclamar: “Oh Señor, de mañana oirás mi voz, de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré” La pregunta planteada previamente: ¿No existe ninguna manera  de hacer las paces con Dios?, ha recibido la respuesta.

 

 

OLLA DE GRILLOS

“Porque los pastores se infatuaron, i no buscaron al Señor, por tanto, no prosperarán, y todo su rebaño se esparció” (Jeremías 10: 21)

Salvador Pié, teólogo y rector de Santa María del Mar, comienza su escrito: Un documento vaticano renovador, con estas palabras. “El papa Francisco recordó al inicio de su pontificado la necesidad “de una conversión del papado” ya que “una excesiva centralización más que ayudar complica la vida de la Iglesia y su dinámica misionera” (Evangelii gaudium, núm. 23). ¿Un documento vaticano renovador?, de renovador no tiene nada. Según Salvador Pié todo el documento gira alrededor del maquillaje del papado.

Según Salvador Pié, Un documento vaticano renovadorsugiere diversas propuestas concretas de futuro”. “La primera es una interpretación renovada del Concilio Vaticano I. “La segunda propuesta subraya la importancia del obispo de Roma y la realidad universal de la Iglesia”. “La tercera recomendación se refiere a la sinoledidad y autoridad de las conferencias episcopales en referencia al sínodo de los obispos. También en la necesidad de una mejor implicación de todo el Pueblo de Dios en los procesos sinodales”. “Finalmente se propone una premoción de la “comunión conciliar”, con los encuentros regulares entre los líderes de la Iglesia de todo el mundo”.  El teólogo y rector de Santa María del Mar cierra su escrito con clamor de victoria: “He aquí un documento propositivo y renovador”.

En el escrito del rector de Santa María del Mar no aparece ninguna muestra de arrepentimiento hacia Dios ofendido por los pecados de la Iglesia. Eso sí: Mucha actividad, muchas promesas de hacer. En definitiva una imitación de la clase política que promete constituir mesas de diálogo que a lo sumo se reúne una vez y dejar que el tempo arregle lo que no se puede arreglar.

Al Señor no se le puede dar gato por liebre porque conoce al dedillo lo que se esconde en el interior del hombre: “Si te vuelves, oh Israel, dice el Señor, vuélvete a Mí. Y si quitas de delante de Mí tus abominaciones, entonces no irás de acá para allá” (Jeremías 4: 1). El Señor Jesús narra la parábola del sembrador que a voleo esparce semilla de trigo. Una parte de la semilla cae entre espinos. Jesús explica el significado que esto tiene: “Éste es el que oye la Palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la Palabra, y se hace infructuosa” (Mateo 13: 22). El payés experimentado no comete el error de sembrar trigo en un campo sin artigar. Primero lo limpia. Después lo siembra. Luego a esperar que dé cien, setenta o treinta. Esto es lo que el Señor de la Iglesia espera: “Arad campo para vosotros, y no sembréis entre espinos” (Jeremías 4: 3). El Señor enfatiza: “Lava tu corazón de maldad, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo permitirás en medio de ti los pensamientos de iniquidad? (Jeremías 4: 14).

¿Qué le ocurre a la Iglesia Católica que siembra una y otra vez en un corazón sin artigar? a parábola del sembrador responde a la pregunta: “Éste es el que oye la Palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la Palabra y la hacen infructuosa”. Si Salvador Pié cree que de los despachos del Vaticano puede salir algo propositivo e innovador es que es un iluso.

¿Por dónde debe empezar la Iglesia Católica a artigar su campo para que dé trigo abundante? El salmista responde a la pregunta: “La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo” (salmo118 22). Si quienes construyen la Iglesia no lo hacen sobre la Roca que es Cristo, el resultado es decepcionante: “Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican, si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela el guardia. Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar” (Salmo 127: 1, 2). Sin Jesús que es la Roca sobre la que se construye la Iglesia el trabajo religioso es vanidad de vanidades.

Jesús explica la parábola de los viñadores malvados que hieren, matan a los siervos del dueño de la viña para terminar matando a su hijo. Jesús dice a sus oyentes: ”¿Qué es lo que está escrito? La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo. Todo lo que caiga sobre aquella piedra será quebrantado, mas sobre quien ella caiga, le desmenuzará” (Lucas 20: 17, 18). Para que nadie se salga por la tangente el apóstol Pedro identifica quien es a piedra que los edificadores de la Iglesia rechazan: “He aquí pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa, y el que en Él cree no será avergonzado. Para vosotros, pues, los que creen, Él es precioso, pero para los que no creen, la piedra que los edificadores rechazaron, ha venido a ser cabeza del ángulo, y Piedra de tropiezo, y Roca que hace caer, porque tropiezan en la Palabra, siendo desobedientes, a lo cual fueron también destinados” (1 Pedro 2: 6-8).

La Iglesia católica niega que Jesús sea “la principal piedra del ángulo, escogida y preciosa”, no implícitamente sino  anteponiendo a Él a María y a su cortejo de santos y santas que roban que Jesús sea “la principal piedra del ángulo escogida y preciosa”. No debe sorprendernos que la Iglesia católica se haya convertido en una olla de grillos.

Octavi Pereña Cortina