diumenge, 9 de juny del 2024

 

MATEO 16: 22

“Entonces Pedro tomándole aparte, comenzó a reprenderle, diciendo: Señor, ten compasión de ti, en ninguna manera esto te acontezca”

¿Cómo es posible que el apóstol Pedro se tome la libertad  de reprender a Jesús cuando está disputo a hacer la voluntad del Padre de ir a la muerte de cruz para dar al pueblo de Dios la vida eterna? El motivo es que todavía no entendía cuál era la misión que Jesús el Hijo de Dios había venido a cumplir aquí en la Tierra.

El versículo anterior dice. “Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos y de los escribas, y ser muerto y resucitar al tercer día”  (v. 21). Acto seguido es cuando Pedro dice las palabras que constan en el versículo que es la base de nuestra meditación. Después de la reprensión de Pedro Jesús le dice al discípulo sabelotodo: “¡Quítate delante de mí, Satanàs! Me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres” (v. 23).

¿Sabe el lector qué significa el nombre Jesús? el significado nos lo descubre el ángel que anunció a José que su desposada María no le había sido infiel. Le dice: “Y dará a luz un hijo, y llamará su Nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados”  (Mateo 1: 20, 21). Cualquier intento de infravalorar el sacrificio de Jesús de ser “el único Nombre dado a los hombres  en que puedan ser salvos” (Hechos 4: 12) es obra satánica. Se menosprecia la obra salvadora de Cristo cuando se le despoja de ser el único Salvador y se le equipara a los salvadores que la Iglesia Católica se saca de la manga: vírgenes, santos, purgatorio, la misma Iglesia que se atribuye el mérito que fuera de ella no es posible la salvación. Todo es medio verdades “Oremos para que el Espíritu ilumine nuestro mundo y lo haga más fraterno, más justo y humano” es de origen satánico ya que sin borrar del todo el Nombre Jesús, el mago se saca del sombrero los mediadores que ensombrecen el Nombre Jesús y acaban con desplazarlo a un segundo plano.

Después de la resurrección de Jesús y la plenitud del Espíritu Santo en Pentecostés aquel Pedro que reprendía a Jesús por anunciar su muerte voluntaria, escribe: “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivirla cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios” (1 Pedro 1: 18-20).


 

JUAN 14: 15, 16…26

“Si me amáis guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre…Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi Nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”

Se puede hablar mucho sobre el Espíritu Santo. Incluso se puede llegar a decir. “Oremos para que el Espíritu ilumine nuestro mundo y lo haga más fraterno, más justo y humano” (Juan José Omella, arzobispo de Barcelona). El Espíritu Santo puede ser tema de discusión teológica, pero si no ha hecho morada en la persona que discute, la tal persona no es hija de Dios, ni puede dirigirse a Dios como a su Padre que está en los cielos, ni puede reconocer que Cristo es el Señor.

Jesús dice a sus discípulos: “Si me amáis, guardad mis mandamientos”,  entones Jesús, “rogará al Padre, y os dará otro Consolador para que esté con vosotros siempre”. En la mayoría de las naciones en las que el cristianismo ha ejercido influencia, la mayoría de los ciudadanos no saben quién es Jesús y si han oído su Nombre, lo consideran un gran hombre, algunos lo enaltecen considerándolo el primer de los comunistas por su acción humanitaria. Jamás le consideran el Hijo de Dios que vino al mundo, no a salvar a todos los hombres, exclusivamente a los que el Padre escogió desde antes de la fundación del mundo y se los entregó para que los salvase muriendo en la cruz. (Mateo 1: 21).

Pedir como lo hace el purpurado barcelonés: “Oremos para que el Espíritu ilumine nuestro mundo y lo haga más fraterno, más justo y humano”, es pedir un imposible. Es ignorar lo que dice la Biblia. . Solo el Padre conoce a los elegidos. Nosotros no. Tenemos que orar por todos. Un mundo que obstinadamente aborrece a Cristo, el Espíritu no va a iluminar sus corazones.

La Iglesia tiene que empezar por recuperar la evangelización evangélica que consiste en anuncia el mensaje de salvación tal como se encuentra en la Biblia que, resumiendo consiste en decir que fuera de Cristo no es posible la salvación. Debido a esta verdad Jesús comenzó su ministerio público diciendo: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado. Arrepentíos, y creed en el Evangelio” (Marcos 1: 15).

Jesús crucificado es como un imán que atrae a los pecadores. El ladrón crucificado a su lado, viendo todo lo que ocurría a su alrededor se dirigió a Él y le dijo: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”  (Lucas 23: 42). El malvado no tuvo tiempo de dar muestras de amar a Jesús, pero sí recibir de Él el perdón de los pecados y la vida eterna al decirle Jesús: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (v. 43). El deseo del purpurado barcelonés “Oremos para que el Espíritu ilumine nuestro mundo y lo haga más fraterno, más justo y humano”, son palabras que el viento se lleva.

 

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