diumenge, 30 de gener del 2022

 

JOB 31: 35

“¡Quién me diese que alguien me escuchase! He aquí que mi deseo sería que el Todopoderoso me respondiese”

La pandemia de la Covid-19 ha trastornado a la sociedad. Las restricciones que las autoridades sanitarias han impuesto a los ciudadanos en el intento de frenar la expansión de la epidemia causa graves trastornos emocionales. Sobre todo en los ancianos que viven solos. Los facultativos alertan de que el confinamiento al que se somete a los ancianos no es bueno para su salud mental. La soledad forzada no es un buen compañero de viaje. Se buscan maneras de endulzar las vidas de aquellos que se ven obligados al aislamiento, que no tienen con quien descargar las penas que les afligen.

El patriarca Job se encontraba en una situación de profunda soledad. En un solo día perdió su hacienda y murieron  sus hijos. No bastando esto, una grave enfermedad cutánea cubrió todo su cuerpo de dolorosas úlceras que desprendían un olor nauseabundo que hacía que las personas se alejasen de él. No siendo esto suficiente, como no había perdido la fe en Dios  su mujer le dijo: “¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete” (Job 2: 9).

Unos amigos al enterarse de la situación en que se encontraba Job vinieron a él para consolarlo. En vez de ello se limitaron a culpabilizarlo y a acusarle diciéndole que su sufrimiento se debía a su pecado. Según ellos, las personas justas no sufren sinsabores. Decían que las personas justas no padecen sufrimientos. Consideraban que los dolores que padecía Job se debía a pecados concretos. El dolor propio de la dolencia se veía acrecentado por las acusaciones de sus amigos que en vez de tranquilizarle echaban más leña en la hoguera. Encontrándose Job en una situación tan embarazosa pronuncia las palabras del texto que comentamos: “¡Quién me diese que alguien me escuchase! He aquí que mi deseo sería que el Todopoderoso me respondiese”. Si nos encontramos en una situación parecida a la de Job que en el dolor no tiene a nadie con quien compartirlo, que tenemos a nuestro lado personas que nos atienden y que su consuelo y buenas intenciones no llegan en lo íntimo de nuestra alma, que Dios nos otorgue el don de la fe en su Hijo Jesucristo y que por la mediación del Espíritu Santo escucha nuestras súplicas de socorro. Palabras que Jesús dice a los menesterosos: “La paz os dejo, mi paz os doy, yo no la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14: 27).


 

GÉNESIS 25: 11

“Y oró Isaac por su mujer que era estéril, y la aceptó el Señor. Y concibió Rebeca su mujer”

Sara la mujer de Abraham era estéril. Rebeca la esposa de Isaac era estéril. Raquel la esposa de Jacob también lo era. La esterilidad de estas mujeres la causaba Dios. Así lo entendieron ellas y sus respectivos esposos. Suplicaron durante largos años para que la esterilidad diese paso a la fertilidad. Está claro que orar al Señor para exponerle nuestros problemas no lo hace todo el mundo. Solamente lo hacen quienes creen en Él. Lo que sucede es que la incredulidad en el Padre celestial lleva a confiar en sustitutos de invención humana. Puede ser que la invocación de falsos dioses detrás de los cuales se encuentra Satanás, se produzcan milagros (Apocalipsis 13: 13, 14). Los milagros de Satanás no son para bien de los beneficiarios, sino para engañarles con el propósito de que no crean en Jesús el Salvador. Al impedir el Maligno que los hombres crean en Cristo los conduce a la condenación eterna.

Cuando Dios no concede   la fertilidad debido a la infertilidad del marido o de la esposa no significa que se desentiende de ellos. Dios que es el Eterno sabe al dedillo el pasado, el presente y el futuro, si no concede lo que se le pide tal sea vez sea que el  hijo que no llega sería una fuente de quebrantos. Padre celestial te suplicamos que nos concedas un hijo pero que sea conforme a tu voluntad.

Se dan muchos matrimonios que se gastan fortunas para combatir la esterilidad, sea del marido o de la esposa. Los auténticos esposos cristianos ponen en las manos del Señor los anhelos de sus corazones. Esperan en Él y como dice el Padrenuestro: “Sea hecha tu voluntad  así en el cielo  como en la tierra”. No se desasosiegan. Viven confiados en que si no tienen hijos debe ser por algún motivo que ignoran. La carencia de hijos no los frustra. Guiados por el Señor canalizan sus energías por otros derroteros.

Elisabet,   la que fue madre de Juan el Bautista “concibió en su vejez”, cuando ya había perdido toda esperanza de ser madre. Dios el Padre de nuestro Señor Jesucristo es un Dios de imposibles. Padres pasan los años y no tenéis hijos. No desesperéis. Dejad que el Señor haga por vosotros lo que es más conveniente. No olvidéis: “Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre, mas el consejo del Señor se cumplirá” (Proverbios 19:21).

 

 

 

PERSONAS SENSATAS

<b>El temor del Señor nos muestra una nueva manera de vivir</b>

“Tenemos un problema como sociedad, que es que buscamos siempre la respuesta fácil: “No me encuentro bien, voy al sicólogo o al siquiatra y pastilla. Somos una sociedad <i>pastillera</i>. <b>Josep Maria Argimon</b>, consejero de Salud de la Generalitat de Catalunya). El mismo consejero dijo que se tiene que “desmedicalizar buena parte de este malestar que la pandemia ha exacerbado”.

<b>Josep Vergé</b>, presidente del consejo asesor de la Generalitat de Catalunya en salud mental y adicción, explica. “Vivimos en una sociedad en que cualquier cosa tenemos que resolverla por la vía rápida, pero hay circunstancias  de la vida inherentes al hecho de ser vivos. Situaciones de conflicto, dificultades laborales, profesionales, familiares que provocan ciertas molestias emocionales, pero no se tiene que sicolizar ni siquiatrizar lo que no es necesario”. Estos comentarios afectan a la población en general. Sanidad, pero, ha detectado un incremento de consumo de hipnosedantes en niños y adolescentes”. Los tranquilizantes y los somníferos ya son la cuarta droga más consumida de las analizadas en la encuesta sobre el uso de drogas en la enseñanza secundaria en España, elaborada por el Ministerio de Sanidad.

<b>Rafael Penedès</b>, sicólogo del Hospital Clínic de Barcelona, dice: “Un 88% de los adolescentes tienen claro que el consumo habitual desencadena problemas, así y todo, toman. Cosa que indica que no es un consumo por error o adicción, sino que tiene un objetivo terapéutico, para reducir la ansiedad o los sistemas emocionales”.

Los niños y adolescentes no se mueven en entornos estériles sino en uno contaminado por el pecado, del que también son portadores. El entorno familiar, escolar, social, generan situaciones de inestabilidad, incertidumbre, que no saben cómo gestionarlas. La manera aparentemente más fácil de hacerlo es medicarse. Consumiendo ansiolíticos e hipnosedantes que los convierte en adictos. Muerto el perro muerta rabia. Pero no. Eso no funciona así. El consumo de fármacos para eludir el malestar emocional es una forma de escapismo que no soluciona el problema. Es como si se escondiese debajo de la alfombra. Está allí, latente, esperando la oportunidad de salir con más virulencia.

La existencia en este mundo se la puede comparar como vivir en un lugar en donde lluvias torrenciales y vientos huracanados embisten las casas. Emocionalmente nos parecemos  a personas insensatas que construimos nuestras casas sobre cimientos de arena. Cae la lluvia. Aparecen las riadas. Soplan los vientos que embisten aquellas casas y se produce un estrepitoso derribo. Algo parecido ocurre a las personas que construyen sus vidas sobe cimientos tan instables como la arena y pretenden huir de la realidad  consumiendo ansiolíticos e hipnosedantes.

Quien edifica su vida sobre la Roca que es Jesús, cae la lluvia, llegan las inundaciones, soplan los vientos contra aquella casa y no se derriba porque está construida sobre la Roca.

El rey David es ejemplo de persona que edifica su vida sobre la Roca que es Jesús. David como cualquier otro mortal experimenta el impacto de las aguas torrenciales  y de los vientos huracanados que le embisten. Encontrándose en esta situación, por la fe en la Roca busca en Él el socorro que necesita. Con estas palabras describe la experiencia reconfortante de confiar en Jesús como a su Señor y Salvador: “Pacientemente esperé en el Señor, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo salir del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso, puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pies. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán muchos, y temerán, y confiarán en el Señor” (Salmo 40: 1-3). Feliz el hombre que puso su confianza en Jesús, la Roca inconmovible de los siglos.

Todos los seres humanos, sin excepción alguna, somos el blanco de agua torrenciales  y de vientos huracanados. Quienes por la fe tienen a Jesús cerca, el apóstol Pablo los anima con estas palabras: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones  y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4: 6, 7). La sensatez recibe su recompensa.

Octavi Pereña i Cortina

 

diumenge, 23 de gener del 2022

 

JUAN 17: 9

“Yo” (Jesús) “ruego por ellos, no ruego por el mundo, sino por los que tú me diste, porque tuyos son”

Cada año del 18 al 25 de enero se celebra la Semana de Oración para la Unidad de los Cristianos. Juan Antonio Monroy escribe: “Dentro de un ecumenismo más sentimental que bíblico, más aventurero que razonado, se están negando los grandes dogmas del cristianismo. Lo que se pretende hoy es reunir a una gran cantidad de personas en manifestaciones religiosas, sin importar lo que uno cree. Y esto, desde el punto de vista bíblico es un error”.

La iglesia cristiana en general ha apostatado de la doctrina apostólica. El ecumenismo en el que todo cabe y que pretende alcanzar la unidad de los cristianos amparándose en filosofías humanas, es un fracaso. Enseña como doctrina palabra de hombres, que Jesús recusa.

Un escrito de Rufi de Aquileia, escritor cristiano del siglo IV, en su comentario al “Símbolo Apostólico” ,nombre con el que también se conoce el Credo, dice: “Nuestros padres dan testimonio que después de la ascensión del Señor, cuando el Espíritu Santo descendió sobre cada uno de los apóstoles en figura de lenguas de fuego (para que pudiese hacerse entender en todas las lenguas), recibieron del Señor  la orden de separarse, para que una vez separados, no enseñaran una doctrina diferente a quienes intentaran instruir en la fe de Cristo. Por razones diferentes, muy justas, quisieron que esta regla se llamase Símbolo”.

Cuando el arzobispo de Barcelona Joan Josep Omella escribe: “Que santa María, estrella de la nueva evangelización nos ayude a vivir unidos y a buscar siempre la unidad”, me pregunto si la doctrina que enseña el arzobispo se ajusta al Credo Apostólico. Para que nadie se deje engañar por las falsas enseñanzas que en representación de la Iglesia Católica Romana transmite el arzobispo, así dic el Credo Apostólico:

“Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la Tierra. En Jesucristo su único Hijo, nuestro Señor. Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y que nació de santa María virgen. Al tercer día resucitó. Subió al cielo sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso. Desde allá ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, en la santa iglesia universal. En la comunión de los santos. En el perdón de los pecados. En la resurrección de los muertos. En la vida perdurable. Amén”

Lo que se nos enseña como doctrina cristiana ¿se ajusta a lo que enseña el Credo Apostólico?


 

2 SAMUEL 12: 11

“Así ha dicho el Señor: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol”

La historia de David y Betsabé, aparte  del mundo evangélico, creo que pocos son los que la conocen. Mucho se pierden quienes la desconocen porque responde a muchas preguntas que nos hacemos y que al ignorarla muchas cosas que nos angustian quedan sin respuesta.

Nos preguntamos por qué los abortos naturales y la muerte de recién nacidos. Al desconocer por qué ocurren, cuando nos afectan directamente nos decimos: ¿Por qué a mí? No me lo merezco. A muchos de los problemas familiares que nos afectan no les sabemos dar respuesta. La historia de David y Betsabé aporta mucha luz a los problemas familiares. David cometió adulterio con Betsabé y ésta concibió. David al tener noticia de la consecuencia de su adulterio hizo matar a Urías el marido de la mujer ultrajada. En nuestros días el adulterio lo consideramos como la cosa más normal. La Biblia lo considera pecado. A pesar que las relaciones sexuales extramatrimoniales puedan ser consentidas y no vayan acompañadas de violencia, la Biblia las sigue considerando pecado y, el pecado en primer lugar es una ofensa cometida a Dios. El pecado siempre tiene sus consecuencias negativas.

El texto que comentamos relata las consecuencias que tuvo el pecado de David. Pero hay más. “porque lo hiciste en secreto, pero yo haré esto delante de todos los hombres y a pleno sol” (v.12). Las palabras del profeta Natán llegaron a lo más profundo del corazón de David y cumplieron el propósito de recuperar a la oveja extraviada. “Entonces dijo David a Natán: Pequé contra el Señor. Y Natán dijo a David: También el Señor ha perdonado tu pecado: No morirás. Mas por cuanto con  este asunto hiciste blasfemar a los enemigos del Señor, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá” (vv. 13, 14).

Apocalipsis nos habla de unas plagas que Dios envía contra los hombres por su maldad. Dice: “Y los hombres que no fueron muertos por estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de manera, las cuales no pueden  ver, ni oír, ni andar. Y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de sus fornicaciones, ni de sus hurtos” (Apocalipsis 9: 20,21).

Ante la grave crisis que actualmente padecemos: Guerras y rumores de guerras, inmigración incontrolada, Covid-19, cambio climático…Los corazones siguen siendo tan duros como la piedra. No se ablandan para pedir perdón al Señor como lo hizo David con su pecado. Aún se está a tiempo. Hoy es el día de arrepentirnos. Mañana tal vez no tendremos la oportunidad.

 

 

LA GRAN MENTIRA

<b>La mentira de la guerra de Irak es una más de las que se dicen para conseguir fines políticos</b>

Refiriéndose al mundo que nos toca vivir el de “fake news”, noticias falsas, <b>Carlos Zamón</b> en su escrito “Miénteme y te amaré” muy acertadamente describe este mundo de falsedad en que nos movemos: “Y en esta función de mal teatro ya no nos podemos creer nada de lo que vemos, nos dicen, oímos o pensamos. Todo es esencialmente sospechoso sin posibilidad de desenmascaramiento. El mundo, nuestra vida, el futuro, al no tener relato con certezas y posibilidades, está desprovisto de significado. Y si es así nada tiene sentido, nada tiene manera de explicarse y explicarnos. Y gobernar esta nave de mentirosos cuando bajo cubierta andan haciendo ruido los monstruos escondidos, dados por muertos o negados  (nazismo, profetas apocalípticos, trumpismo, jueces y carolingios, Putin, Bolsonaro…) y cuando el orden                         – cualquier orden – es sospechoso de por sí, hace que esta nave de mentirosos solamente la puedan gobernar los chalados que, a cambio de distraernos, nos hacen creer que conocer es entender y que democracia es solamente votarlos a ellos”. Esta espesa niebla enturbiada por la mentira que disminuye la visibilidad del mal en el comportamiento político y social, dificulta la navegación que quiere llevar a puerto seguro nuestras vidas, tiene su razón de ser. No es una casualidad.

Encontrándose todavía Adán solo gozando de las delicias paradisíacas de Edén, en quien se encontraba en sus lomos toda la humanidad, Dios le dio el mandamiento de obedecer su orden de no comer el fruto del árbol del conocimiento del bien y el mal (Génesis 2: 16, 17). Su presencia en el paraíso y la de su descendencia dependía de su obediencia del mandato divino. Más tarde, disfrutando de la compañía de Eva, se presenta en el escenario un personaje nuevo: la serpiente que en aquel entonces andaba derecha. Su estado actual de arrastrarse por la tierra se debe a la maldición de Dios (Génesis 3: 14). Disfrazada la serpiente de ángel de luz, se acerca a Eva para decirle: “¿Con que Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del jardín?” En vez de alejase de criatura tan seductora Eva comete el error de entablar conversación con ella, y le dijo: “Del fruto de los árboles del jardín podemos comer, pero del fruto del árbol que está en medio del huerto  Dios dijo: No comeréis de él, ni lo tocaréis para que no muráis. Y la serpiente le dijo a la mujer: No moriréis” (Génesis 3: 1-4). Hasta este momento el árbol del conocimiento del bien y del mal no había atraído la atención de Eva. Ahora, seducida por las palabras de la serpiente la mujer se fija en el árbol “y ve que el árbol es bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar sabiduría, y tomó de su fruto, y comió, y dio también a su marido, el cual comió así como ella”(v.6). La consecuencia de comer el fruto que parecía ser tan apetitoso fue: “Fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos” (v. 7).

Dejarse cautivar Adán por el engaño de la serpiente tan seductora disfrazada de ángel de luz, permitió que la mentira se instalase en el ser humano. A partir de aquel momento el diablo se convierte en el padre espiritual del ser humano. Como dice Jesús: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y queréis hacer los deseos de vuestro padre…y  no se mantuvo en la verdad, porque en él no hay verdad. Cuando habla la mentira, de suyo habla, porque es mentiroso y padre de mentira” (Juan 8: 44).

“Con las últimas tecnologías ha habido un aumento de vértigo de la velocidad en que se transmite la mentira y su expansión se hace universal de manera casi instantánea” (<b>Rafael Argullol</b>) . El periodista norteamericano<b>Roger Cohen</b>, escribe: “La indiferencia ante la verdad y la mentira es una de las condiciones previas al fascismo. Cuando muere la verdad cae la libertad”. En poco tiempo la mentira ha crecido exponencialmente, pero no ha llegado todavía a su cenit. La Biblia enseña que al final del tiempo Jesús regresará glorioso. Cuando se dé este evento se producirá la resurrección de los muertos. Los cuerpos de los difuntos se levantarán para salir a recibir al Señor en el aire. Antes de que esto ocurra vendrá “la apostasía y se manifestará el hombre de pecado, el hijo de perdición, que se opone y se levanta  contra todo lo que se llama Dios y es objeto de culto…y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad, sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el aliento de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida, inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño  de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso para que crean la mentira” (2 Tesalonicenses 2: 3-11).

Si la Biblia ha anticipado todo lo que tenía que suceder y así ha sido, también ocurrirá en un futuro en que vendrá el misterio de la iniquidad.   No podamos comprender como será exactamente. La fe, no la vista, nos permite creerlo.

Octavi Pereña i Cortina

 

 

diumenge, 16 de gener del 2022

 

MATEO 15: 12

“Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos?”

El texto que comentamos pone de manifiesto la facilidad con que se altera el orden de las prioridades. Los tradicionalista, en el  campo religioso, lo son aquellos que cimentan sus creencias sobre las tradiciones humanas y no sobre la Palabra de Dios. Los fariseos que fueron los campeones del tradicionalismo en tiempos de Jesús se quejaron al Señor de que sus discípulos habían quebrantado la tradición de los ancianos. No se quejaron de que hubiesen quebrantado la Ley de Dios. Para ellos la Ley de Dios poco les importaba. Se quejaron de que hubiesen quebrantado enseñanzas humanas que habían suplantado a la Ley de Dios. No lo hicieron por la sencilla razón de que cuando no se tiene a Dios en el corazón el vacío que crea su ausencia tiene que llenarse con pensamientos humanos. En el caso del cristianismo el vacío tiene que llenarse con la Tradición, es decir, las enseñanzas que a lo largo de los siglos han impartido los doctores de la Iglesia. Poco a poco las enseñanzas eclesiásticas han ido marginando la Palabra de Dios ocupando el lugar preeminente que le corresponde a Ella. A los tradicionalistas de todos los siglos Jesús les dice: “Vosotros habéis invalidado la Palabra de Dios con vuestras tradiciones” (Marcos 7. 13). “Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías diciendo: De labios me honran, mas su corazón está lejos de mí, enseñando doctrinas y mandamientos de hombres” (Mateo 15: 7-9).

El apóstol Pablo antes de su conversión a Cristo fue un recalcitrante fariseo que perseguía a muerte a los cristianos. Acercándose a Damasco como inquisidor rabioso, se encontró con Jesús que le derribó del caballo lo cual le impulsó a preguntar: ¿Qué quieres que haga Señor? A partir de aquel momento se convirtió en una nueva persona y entendió que Dios y su Palabra tienen prioridad sobre las tradiciones de los hombres. Con estas palabras lo expresa: “Mirad que nadie se engañe por filosofías  y vanas sutilezas según la tradición de los hombres, según los rudimentos del mundo, y no según Cristo” (Colosenses 2: 8).

En la Iglesia Católica se ha oficializado la Tradición cuando el Concilio de Trento equiparó la Tradición con las Sagradas Escrituras. Con dicha resolución lo que se ha conseguido es que la Tradición haya suplantado la Palabra de Dios. Lo que se ha conseguido con ello es que la Iglesia Católica no pueda regenerarse al  no encontrarse en un permanente estado de renovación espiritual. De ahí los escándalos que manifiestan  la corrupción existente en la Jerarquía y de ahí en los fieles.

La denuncia que Jesús hace contra la tradición de los ancianos enciende una luz roja que nos avisa del peligro que nos amenaza también a los evangélicos  porque sin darnos cuenta nos vamos deslizando por la pendiente del tradicionalismo con lo que la Biblia va perdiendo autoridad. Con ello vamos perdiendo nuestra razón de ser: Luz que alumbra en medio de un mundo envuelto de profundas tinieblas espirituales. Por dejar de ser faro que alerta del peligro de los arrecifes somos incapaces de iluminar el camino por el que transitan los ciegos.


 

1 SAMUEL 25: 21, 22

“Y David había dicho: Ciertamente en vano he guardado todo lo que este tiene en el desierto, sin que nada le haya faltado de todo cuanto es suyo y él me ha devuelto mal por bien. Así haga Dios a los enemigos de David y aun les añada, que de aquí a mañana, de todo lo que fuese suyo no he de dejar en vida ni un varón”

David se siente estafado. Sus hombres habían protegido a los pastores y rebaños de Nabal. Cuando David se entera de que se celebraba el esquileo de las ovejas, envía a diez jóvenes para pedir ayuda a Nabal. Éste los despide de malas maneras. Cuando los enviados regresan con las manos vacías David se enfurece y jura exterminar a toda la casa de Nabal. El odio ciega a David y le ofusca el entendimiento. “No digas: Yo me vengaré, espera en el Señor, y Él te salvará” (Proverbios 20: 22). Cegado por el odio que corroe  su corazón David reúne a sus hombres y emprende el camino para cumplir la venganza que el odio le había encendido.

Abigail, la esposa de Nabal se comporta como la mujer virtuosa que describe Proverbios 31: 10-31. Carga en unos asnos provisiones y  emprende el camino para encontrarse con l airado David. Cuando lo tiene enfrente desciende del asno “y postrándose sobre su rostro delante de David, se inclinó a tierra” (v. 23). Las feministas podrán encontrar este comportamiento inaceptable por humillante, olvidan pero que la humildad es la antesala de la exaltación. Abigail había aprendido del Señor que es “manso y humilde de corazón” (Mateo 10: 29). ¡Si se creyese lo que dice el proverbio: “La blanda respuesta quita la ira, mas la palabra áspera hace subir el furor”! (Proverbios 15: 1), disminuirían considerablemente los conflictos. Mientras pensemos que la humildad es un acto de cobardía, los  conflictos se incrementarán. La humildad es un apaga fuegos.

La humildad de Abigail va acompañada del amor al prójimo que nos enseña el Gran Mandamiento. Es por esto que busca el bien de David al decirle que no se deje guiar por la sed de venganza. Abigail sabe que David es el ungido del Señor y que un día será rey de Israel. Recordándole este futuro, le dice: “Entonces, señor mío, no tendrás motivo de pena ni remordimiento por haber derramado sangre sin causa, o por haberte vengado por ti mismo” (v. 31). La respuesta de David a las blandas palabras de la mujer es: “Bendito sea el Dios de Israel, que te envió para que me encontrases. Y bendito sea tu razonamiento, y bendita tú que me has estorbado hoy de ir a derramar sangre y a vengarme por mi propia mano” (vv. 32, 33).

¡Cuán necesitado está hoy el mudo de personas que posean el espíritu de Abigail que hablen blandas palabras y de personas que como David estén dispuestas a escuchar!

 

 

 

SUICIDIOS

<b>La carencia de sentido de la vida conduce a un creciente número de personas a intentar quitarse la vida</b>

El suicidio de Verónica Forqué  ha inundado los medios de especulaciones salvajes sobré qué la podría haber llevado a desear su desaparición. Siempre habrá personas devastadas por una variedad de heridas y enfermedades mentales y físicas que harán la vida intolerable” (<b>Teresa Sesé</b>, periodista).

En el fondo, el problema de los suicidios se encuentra en la debilidad humana. Esta impotencia no es exclusiva de los niños y adolescentes que intentan, o se quitan la vida, debido al acoso sistemático al que los someten sus compañeros. Las presiones que se convierten en pesadas cargas, además del educativo se dan en el ámbito laboral: banca, industria, comercio, servicios, televisión, música, teatro…Nunca son suficientes los beneficios. Cada año se tienen que incrementar. Es una maratón que carece de línea de llegada. Las personas se queman. Muchas se medican. Otras optan por quitarse la vida.

Cuando nos fijamos en las revistas del corazón que exponen a los lectores las magníficas mansiones de los astros y estrellas del cine, del teatro, la música, el deporte, los magnates de la industria, nos ilusionamos de la opulencia que disfrutan y de la vida regalada que llevan. Sentimos envidia de la prosperidad de que gozan y creemos que no tienen fatiga ni aflicciones como el resto de los mortales. A pesar de la prosperidad que gozan y los honores que reciben, no quita que no san nada más que figuritas de porcelana que se rompen fácilmente.

Un reportaje de <b>Begoña Corzo Suárez</b> titulado: <i>Angustiados por el peso de la corona</i> y con el subtítulo <i>La presión del rango pone en riesgo la salud mental de reinas y princesas</i>. El esplendor que las rodea. La majestuosidad de sus fiestas. Todo ello es un camuflaje para intentar esconder que de sangre azul nada de nada. La tienen roja como el resto de los mortales y que no pueden eludir las miserias que afligen a los plebeyos. Ni tampoco las enfermedades mentales que como muy bien lo expone el reportaje mencionado.

¿Por qué diantre se suicidan los famosos? Porque la fama no es una coraza que los proteja de su debilidad.

<b>Joaquim Puntí</b>, sicólogo de la área de salud mental del Hospital Parc Taulí de Sabadell, dice: “Tenemos que comenzar desde abajo, con la prevención, trabajando antes que aparezcan las conductas suicidas”. Las enfermedades mentales que no sean de origen biológico son de carácter espiritual y no se pueden tratar con fármacos porque las sustancias químicas que se suministran no llegan al alma que es la que está enferma.

Gal·la, la joven de 16 años que intentó quitarse la vida dos veces, manifestó que su dolencia no era física a sino espiritual cuando da su  testimonio: “Simplemente  llegó un momento que sentí que me colapsaba. Que había tocado fondo. Quería dejar de pensar. Dormir y no despertarme…Estaba frustrada, y me encerré en mi misma. Dejé de pensar en los otros. No quise compartir con nadie la tristeza que me atenazaba. Ni con la familia ni con las amigas. Sé que fue un error, pero no veía salida. Estaba cansada, exhausta como un juguete que se ha quedado sin pilas”

Si el sicólogo <b>Joaquim Puntí</b> firma que tiene que hacerse una labor preventiva para evitar que las personas que se sienten hastiadas de la vida  quieren quitársela, ¿cuándo y dónde deben iniciarse las tareas de prevención? ¿Quién cuida de los hijos desde su nacimiento? Los padres son quienes tendrían que realizar las tareas preventivas. No pueden porque desconocen qué tienen que hacer. Debido a esta desidia, la pandemia del Covid-19 ha hecho que las enfermedades mentales se hayan disparado entre niños y adolescentes.

El negacionismo vacunal  tendría que aplicarse en el campo del espíritu. Son muchos quienes niegan la existencia de Dios que creó al hombre compuesto de cuerpo y alma. La negación de Dios hace que muchos padres vean a sus hijos únicamente como polvo que vuelve a la tierra. Es por ello que se preocupan exclusivamente de cuidar sus necesidades físicas y descuidan las espirituales porque para los padres sencillamente no existen. Jesús invita a todos los que como Gal·la se encuentran cansados y exhaustos como juguetes que se han quedado sin pilas, diciéndoles: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar” (Mateo 11: 28). El profeta Isaías que anuncia a Jesús, el Mesías que tenía que venir en el cumplimiento del tiempo, escribe: “¿No has sabido, no has oído, que el Dios eterno es el Señor, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen, pero los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán”( Isaías 40: 28-31).

Si los padres de Gal·la le hubiesen hablado de Jesús que es el Médico que da vida a los muertos, y ella los hubiese escuchado, jamás hubiese llegado al extremo de sentirse hastiada de la vida, cansada y exhausta. Jamás la habría pasado por la cabeza intentar quitarse la vida por dos veces.

Octavi Pereña i Cortina

 

 

 

LA GRAN MENTIDA

Referint-se al món que ens toca viure el de “fake news”, notícies falses, Carlos Zamón en el seu escrit “Menteix-me i t’estimaré”, molt encertadament descriu quest món de maldat que ens toca moure’ns: “I en aquesta funció de mal teatre ja no ens podem creure res del que veiem, ens diuen, sentim o pensem. Tot és essencialment sospitós, sense possibilitat de desemmascarament. El món, la nostra vida, el futur, al no tenir relat amb certeses i possibilitats, està desproveït  de significat. I si és així, res no té manera d’explicar-se i explicar-nos. I governar aquesta nau de mentiders quan sota coberta caminen fent soroll els monstres amagats, donats per morts o negats (nazisme, profetes apocalíptics, trumpisme, jutges i carolingis, Putin i Bolsonaro…) i quan l’ordre –qualsevol ordre- és sospitós per se, fa que aquesta nau de mentiders només la puguin governar els guillats que, a canvi de destruir-nos, ens fan creure que conèixer és entendre i que democràcia és només votar-los a ells”. Aquesta espessa boira enterbolida per la mentira que pren visibilitat en l’amoral comportament polític i social, dificulta la navegació de les nostres vides a port segur, té la seva raó de ser.

Trobant-se Adam encara sol, gaudint les delícies paradisíaques del jardí de Edèn, quan tota la humanitat es trobava en els seus lloms, Déu li va donar el manament d’obeir la Llei que li dictava. D’aquesta obediència depenia que tant Adam com la seva descendència seguissin gaudint les delícies del paradís en que es trobava: “Pots menjar de tot arbre del jardí, però de l’arbre del coneixement del bé i del mal, no en mengis, perquè el dia que en mengis, certament moriràs” (Gènesi 2: 16, 17). Més tard, gaudint ja de la companyia d’Eva, es presenta a l’escenari un personatge nou, la serpent, que en aquell moment caminava dempeus. Arrossegar-se per terra com ho fa ara és a causa de la maledicció de Déu. La serp se’ls presenta disfressada d’àngel de llum. El rèptil s’apropa a Eva per dir-li: “Així que Déu ha dit: No mengeu de cap arbre del jardí”. En lloc d’allunyar-se d’aquesta seductora criatura, comet l’equivocació d’entaular conversa amb ella. Li va dir: “podem menjar del fruit dels arbres del jardí, però del fruit de l’arbre que hi ha enmig del jardí, Déu ha dit: No en mengeu ni el toqueu, perquè sino morireu”. I la serp li va dir a la dona: “No morireu pas!” (Gènesi 3: 1-4). Fins aquest moment l’arbre del coneixement del bé i del mal havia passat desapercebut als ulls d’Eva. Ara, seduïda per les paraules d la serp Eva es fixa en l’arbre i s’adona que “que era bo per menjar i que era agradable als ulls, i que l’arbre era desitjable per adquirir saviesa. I ella va prendre del seu fruit, en va menjar i en va donat també al seu marit que era amb ella. i ell també en va menjar” (v.6). La conseqüència de menjar el fruit que semblava tan apetitós  va ser que se’ls  “van obrir els ulls de tots dos, i es van adonar que anaven nus” (v.7).

Deixar-se seduir Adam per la serpent tan seductora va permetre que la mentira s’infiltrés en l’ésser humà. Des de llavors el diable es converteix en el pare espiritual de l’ésser humà. Com diu Jesús: “Vosaltres sou del vostre pare el diable, i voleu fer els desigs del vostre pare…i no es va mantenir en la veritat, perquè en ell no hi ha veritat. Quan parla la mentida, parla del que li és propi, perquè és mentider i pare de la mentida” (Joan 8: 44).

“Amb les últimes tecnologies hi ha hagut un augment de vertigen de la velocitat amb que es transmet la mentida i la seva expansió es fa universal de manera gairebé immediata” (Rafael Argullol, filòsof). El periodista nord-americà Roger Cohen, escriu: “La indiferència davant la veritat  i la mentida és una de les condicions prèvies del feixisme. Quan mor la veritat cau la llibertat”. Amb poc temps la mentida ha crescut exponencialment, però no ha arribat al seu zenit.

La Bíblia ensenya que Jesús tornarà gloriós. Quan aquest dia arribi es produirà la resurrecció dels morts. Els difunts reviuran i ascendiran per anar a rebre el Senyor en l’aire. Abans que això succeeixi vindrà “l’apostasia i es manifesti l’home de pecat, el fill de perdició, que s’oposa i s’exalça contra tot el que s’anomena Déu…I ara sabeu allò que el refrena, a fi que sigui manifestat en el seu moment. Perquè el misteri de la iniquitat ja està actuant, solament que ara hi ha aquell que l’està refrenant, fins que es retiri del mig, i llavors es manifestarà l’inic, que el Senyor consumirà amb l’alè de la seva boca, i anul·larà amb l’esplendor de la seva vinguda. La vinguda de l’inic és conforme a l’operació de Satanàs, amb tota mena de poder, i de senyals, i de prodigis de mentida, i amb tota mena d’engany d’injustícia en els qui es perden, perquè no van rebre l’amor de la veritat per ser salvats. I per això Déu els enviarà una operació d’error, perquè creguin la mentida” (2 Tessalonicencs 2: 3-11). Si la Bíblia ha anticipat tot el que havia  d’ocórrer, i es va fer  realitat en el temps establert, també es compliran les prediccions futures quan arribi el seu dia.. Avui, no sabem com serà exactament l’aparició del misteri d’iniquitat. Els qui visquin a la terra en aquell ho veuran clarament.

Octavi Pereña i Cortina

 

diumenge, 9 de gener del 2022

 

DEUTERONOMIO 32: 1

“Escuchad cielos, y hablaré, y oiga la tierra los dichos de mi boca”

Israel se encuentra ante la puerta de la Tierra Prometida, A Moisés se le prohíbe entrar en ella pero sí se le permite contemplarla desde lo alto del monte Nebo. Moisés se despide de su pueblo con un cántico del destacaré los dos primeros versículos sin menoscabo del resto del poema. Por estar registrado este cántico en las páginas de las Sagradas Escrituras sirve para enseñanza de todas las generaciones, sin olvidar la nuestra.

“Escuchad cielos, y hablaré, y oiga la tierra los dichos de mi boca. Goteará como lluvia mi enseñanza, destilará como el rocío mi razonamiento, como lluvia sobre la grama, y como gotas sobre la hierba” (vv. 1,2). El agua es fuente de vida. Sin ella la tierra se convierte en un desierto. En tiempo de sequía persistente los hombres ansían el agua como el ciervo brama por ella. Por acceder a las fuentes del agua a lo largo de la historia se han declarado muchas guerras.

El agua que cae del cielo puede ser torrencial y ocasionar destrozos difícilmente reparables como lo muestran las imágenes televisivas.

Los versículos que comentamos Moisés nos muestra el agua como goteo, rocío, llovizna. El cielo la deja caer lentamente, persistente, la suficiente para permitir que la tierra sea fértil para que produzca los alimentos que el hombre necesita para subsistir. No creo que Moisés tenga la mirada puesta en el bienestar físico del hombre únicamente,  porque al fin y al cabo la existencia del hombre sobre la Tierra es limitada para convertirse en polvo del cual lo extrajo el Creador.

Indiscutiblemente, Moisés al describir el agua, en primer lugar tiene presente a su pueblo. Pero su interés se ensancha hasta los confines d la Tierra por todas las generaciones. De la misma manera que la tierra necesita el agua para conservar su fertilidad, el hombre necesita la Palabra de Dios que es Jesús para que su alma viva. La sed espiritual del hombre se puede intentar apagarla bebiendo en aguas corruptas que como la salada no la apagan sino que la incrementan  hasta producir la muerte de quienes la beben.

La invitación del profeta Isaías a aquellos que tienen sed de Dios pero que no saben dónde encontrarle, les dice: “A todos los sedientos: Venid a las aguas, y a los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid comprad sin dinero y sin precio vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará el alma con grosura” (Isaías 55: 1,2).

Jesús distingue el agua del pozo de la que él da, al decirle a la samaritana: “Cualquiera que beba de esta agua, volverá a tener sed, mas al que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino el agua que yo le daré será en él una fuente que salte para vida eterna" (Juan 4: 13,14)


 

JUAN 8: 9

“Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salieron uno a uno, comenzando por los más viejos hasta los postreros”

Los fariseos formaban parte de una estricta secta religiosa que se consideraban irreprensibles con respecto a la Ley de Moisés. Eran tan engreídos en su perfecto cumplimiento de la Ley de Dios que les impedía ver la biga clavada en su ojo lo cual les impedía mirarse a sí mismos y ver sus muchas imperfecciones.

Cuando Jesús llamó a Mateo a que le siguiese  estando  sentado en su oficina recaudando los tributos que tenían que pagar los ciudadanos, Mateo invitó a Jesús a comer a su casa. Al verlo, los fariseos se quejaron a los discípulos de que su Maestro comiese con los cobradores de impuestos y pecadores.  Oyéndolo Jesús, les dijo: “Id, pues, y aprended  lo que significa: Misericordia y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino pecadores al arrepentimiento” (Mateo 9: 9-13).

En otra ocasión Jesús y sus discípulos caminaban junto a un campo de trigo. Era sábado. Los discípulos que tenían hambre arrancaron unas espigas y las desgranaron fregándolas con sus manos. Los fariseos que fueron testigos de lo que consideraban una grave infracción de la Ley se acercaron a Jesús para denunciar la infracción cometida por sus discípulos. Jesús les dice: “Y si supierais lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes” (Mateo 12: 7).

El perfeccionismo de los fariseos les impedía ver su propio corazón. Sí que se tienen que denunciar los pecados pero la corrección tiene que hacerse movidos por el amor de Dios que busca el arrepentimiento del pecador. Los juicios condenatorios que tan a menudo salen de nuestros labios contribuyen a endurecer nuestro propio corazón y no a hacer bien a los acusados. Tenemos que ser muy cuidadosos a la hora de enjuiciar a los pecadores.

Juan nos relata el caso de la mujer sorprendida cometiendo adulterio que los fariseos llevan ante la presencia de Jesús para que la condene para que fuese apedreada según la Ley de Moisés. A estos irreprensibles que presumían de cumplir la Ley de Moisés, Jesús les dice: “El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella” ¿Es que a Jesús no le importaba el comportamiento de la mujer adúltera? Claro que le importaba porque deseaba su bien. Cuando los acusadores de la adúltera abandonaron el lugar avergonzados y dejaron solos a Jesús y a la mujer, Jesús se dirige a la mujer y le dice: “¿Nadie te condenó? Ella responde. Nadie, Señor”. Jesús que es el único que puede perdonar los pecados, le dice a la pecadora: “Ni yo te condeno, vete y no peques más” (Juan 8: 3-11). ¿Hemos aprendido cómo deben tratarse los pecadores? Si no fuese por la misericordia de Dios, ¿dónde estaríamos nosotros?

 

 

 

SUFRIMIENTO

<b>Quien predique sobre el sufrimiento no le va a faltar auditorio</b>

<b>Lluís Amiguet</b> que entrevista a la doctora <b>Marion Muller-Colard</b>, teóloga, inicia la entrevista preguntándole: “¿Tiene algún sentido  que un niño sufra dolores terribles por un cáncer incurable?” La doctora le responde: “Vi que este sufrimiento, a veces horroroso, siempre nos sorprende cuando nos toca, porque nos consideramos buenas personas, y por lo tanto, protegidas por nuestra bondad, y el pacto con el Dios de este dolor. Y nos causa tal sorpresa ser sus víctimas que nos preguntamos sin respuesta: “¿Por qué yo?” “¿Por qué mi hijo?” Estos interrogantes sí tienen respuesta si se la busca en el lugar apropiado. La Doctora Marion dice: “Nos agarramos a cualquier explicación para poder sacar la cabeza del agua”.

A la pegunta del periodista: “¿No es la religión este consuelo?” La doctora responde: “Existe un consuelo milenario, pero falso en su sistema religioso llamado “retributivo” que supone que un Dios justo reparte desgracia y felicidad. Y a veces incomprensiblemente, pero que hemos de aceptar como creyentes”. Me da la impresión que la doctora acepta el dolor  con resignación, como si no hubiese más remedio que soportarlo. Ya que tiene la idea del Dios “retributivo”, que esparce la desgracia a capricho, este concepto le impide encontrar el sentido purificador que tiene el dolor. Si se tiene la idea del Dios justiciero que hace sufrir a las personas por venganza, jamás dejaremos de explotar quejosos: “¿Por qué a mí?”

Por un lado el dolor nos alerta que somos polvo y que en polvo nos convertiremos. A este destino nos acerca cada día que pasa. Por esto, en vez de considerarlo un enemigo mejor sería que lo viésemos como el amigo que diariamente nos da una lección magistral sobre la VIDA.

<b>Marion Muller-Colard</b> dice que estudió teología protestante  y que es una fan del libro de Job que trata ampliamente sobre el dolor. Una cosa es conocer la letra del texto y otra muy distinta es  conocer al Dios que inspiró al autor humano a escribirlo. Mientras se considere a Dios una entelequia, una persona imaginaria que no tiene realidad objetiva, no se podrá entender la esencia del dolor que transmite la Biblia. Si no se tiene en cuenta a Dios porque nos hemos enemistado con Él por propia voluntad no entenderemos el significado del dolor. A pesar de ello no ha dejado de amarnos hasta el punto de enviar a su Hijo único a morir por nosotros para rescatarnos de las consecuencias de la absurda desobediencia que cometimos estando en Adán. Hace poco hemos celebrado la Navidad que recuerda la encarnación del Hijo de Dios. Desgraciadamente esta celebración se ha convertido en una fiesta pagana cuyo único propósito es gratificar nuestra sensualidad como lo atestigua el énfasis comercial que prevalece. Dado el desvío que se ha producido del sentido original de la Navidad no debe extrañarnos que cuando el dolor llama a la puerta de nuestra casa reaccionamos pataleando en sentido de desaprobación. Las protestas no contribuyen a serenarnos, Todo lo contrario hacen que el dolor emocional se haga más intenso. Carentes de la presencia de Dios que trae paz en la tierra y buena voluntad para con los hombres, nuestra existencia terrenal se convierte en la antesala del infierno. La cosa no tendría porque ser así.

Ante el sufrimiento, esta es la respuesta que nos da la Biblia: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas las nuestras tribulaciones para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación, o si somos consolados es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos. Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo seáis en la consolación” (2 Corintios 1: 3-7).

El sufrimiento evidentemente  es la consecuencia de la muerte física y espiritual  de Adán causada por la desobediencia a Dios al comer el fruto prohibido del árbol del conocimiento del bien y del mal (Génesis 2: 17). Los obispos contribuyen a descristianizar  la Navidad con el irresponsable comportamiento de bendecir imágenes de jesusitos que convierten a Jesús que nació en Belén para salvación del pueblo de Dios, como su Nombre significa, en objeto material para ser adorado, lo cual, aparta la mirada del Jesús vivo que está sentado a la diestra del Padre intercediendo por su pueblo.

La Ley castiga al infractor, pero la misericordia de Dios manifestada en Jesús la convierte en una fuente de bendición que además de hacer más llevadero el peregrinaje terrenal hacia las mansiones celestiales en donde Jesús está preparando un lugar para los que esperan en Él.

Octavi Pereña i Cortina

 

diumenge, 2 de gener del 2022

 

MARCOS 14:36

Y Jesús decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti, aparta de mí esta copa, mas no lo que quiero yo, sino lo que tú”

En el Padrenuestro, la oración modelo que Jesús enseñó a sus discípulos, entre otras cosas dice; “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6: 10). A una multitud angustiada por las muchas cargas que debe transportar sobre sus espaldas, Jesús le dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y llevaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11. 28-30).

Ambos textos tienen algo que ver con la oración que pronunció Jesús poco antes de ser prendido para ser juzgado y condenado a muerte. Jesús se encuentra en una situación angustiosa porque sabe el intenso dolor que le aguarda. Tiene que dar ejemplo de abrir su corazón al Padre poniendo frente a frente su voluntad con la del Padre. Se somete a ella: “mas no lo que yo quiero, sino lo que tú”. Ante dos voluntades enfrentadas, la del Pare es la que debe prevalecer. He aquí el problema del hombre, entre la voluntad del Padre y la propia, ésta es la  que prevalece. Escribo este comentario el 18 de diciembre de 2021  vigilia de la celebración de la Marató de TV3, este año dedicada a las enfermedades mentales. Debido a la pandemia de la Covid-19 los trastornos mentales se han incrementado exponencialmente debido al enfrentamiento entre la voluntad del Padre y la nuestra. La vida y la muerte están en manos de Dios. La pandemia no ha aparecido por arte de magia. Está fuera de nuestro alcance comprender el motivo porque el Señor ha permitido su presencia. La voluntad del Padre y la nuestra se enfrentan. Nos revelamos contra la presencia de la pandemia y luchamos contra la voluntad del Padre. Del enfrentamiento llevamos la de perder.

Jesús le dice al Padre: “Aparta de mí esta copa.” Si la oración terminase aquí podríamos pensar que Jesús está en desacuerdo con la voluntad del Padre que desea que muera para salvación del Pueblo de Dios. Jesús sigue diciendo: “Mas no lo que yo quiero, sino lo que tú”. Aquí se encuentra la razón de tantos trastornos mentales que no son de origen biológico, que nos consumen. Ante las situaciones desagradables que nos afectan, Él tendrá sus motivos para que nos afecten, nos rebelamos. Quisiéramos que las situaciones fuesen distintas y nos oponemos a su presencia. Luchar contra la voluntad de Dios es el causante de los trastornos mentales que nos obligan a medicarnos: estrés, insomnio…Mientras nosotros sufrimos, las farmacéuticas se frotan las manos de satisfacción por los pingües beneficios que les proporcionan el consumo desmedido de medicamentos.

Jesús nos da el ejemplo de lo que tenemos que hacer al enfrentarnos a situaciones difíciles de llevar: “Mas no lo que yo quiero, sino lo que tú”


 

DEUTERONOMIO 31: 17

“Y dirán en aquel día: ¿No me han venido estos males porque no está mi Dios en medio de mí?”

El Señor anuncia a Moisés que pronto va a dejar este mundo y partir para presentarse ante su presencia. Durante cuarenta años tuvo que lidiar con su pueblo que era duro de cerviz, Dios le había fortalecido. Dios que sabe  anticipadamente todo lo que va a hacer su pueblo, le dice: “Este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses ajenos de la tierra a donde va para estar en medio de ella, y me dejará, e invalidará mi pacto que he concertado con él, y se encenderá mi furor contra él en aquel día, y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro, y serán consumidos, y vendrán sobre ellos muchos males y angustias”  (vv. 16, 17). A continuación le sigue el texto sobre el que se basa esta reflexión: “Y dirán en aquel día: ¿No me han venido estos males porque no está Dios en medio de mí?”.A pesar que reconocían que los males que les afligían se debía a que Dios no estaba en medio de ellos, Moisés les dice: “Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado, y que os ha de venir mal  en los postreros días, por haber hecho mal ante los ojos del Señor, enojándole con la obra de vuestras manos” (v. 29).

Desde la liberación de la esclavitud de Egipto y durante la peregrinación por el desierto y a lo largo de toda su historia, es de destacar la época de Jesús y de la iglesia apostólica, el pueblo de Israel se ha caracterizado por ser un pueblo de dura cerviz y obstinado de corazón. Nosotros podemos creer que somos mejores que el antiguo Israel. Si lo creemos pensamos mal. En la parábola de Lázaro y el rico opulento que no quiere que sus hermanos vengan a él en el lugar de tormento en que se encuentra. Para conseguirlo le pide a Abraham que envíe a Lázaro a la casa de su padre pensando que si reciben la visita de un resucitado, tal milagro despertará en sus hermanos en sentimiento de arrepentimiento. Abraham le respondió: “Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguien se levante de los muertos” (Lucas 16: 10-31).

Los judíos fueron y siguen siendo duros de corazón. Los gentiles no nos quedamos en zaga.

Estamos inmersos en una terrible pandemia que no sabemos cuánto tiempo va a durar. Muchos han fallecido por el virus. En Apocalipsis 9 Juan describe plagas muy duras que causaron muchas muertes: “Y los hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos,  ni dejaron de adorar a los demonios , y a las imágenes de oro, de plata, de broce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar, ni se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos” (vv.20, 21). ¿Dan muestras de arrepentimiento los seres humanos de nuestros días? Lo único que les importa es la economía. Las pérdidas que las medidas para frenar el avance del Covid-19 ocasiona en hostelería y locales de ocio nocturno. Prefieren seguir negando a Dios  basándose en un falso concepto de libertad. Así será hasta el final del tiempo.

 

¿EXISTE EL MAL?

<b>El mal no es una cuestión filosófica. Su presencia se debe a la existencia del diablo que es su padre</b>

El Instituto de Estudios Catalanes y creo que también lo habrá hecho la Real Academia  de la Lengua Española, ha incluido en su diccionario la palabra <i>negacionismo</i> que ha arraigado debido al Covid-19. Existen negacionistas no solamente del Covid-19, también del mal. <b>Ana Carrasco Conde</b>, filósofa, pertenece al grupo de los negacionistas del mal cuando dice: el malvado no tiene “una enfermedad, Al hablar del mal tendemos a pensar en situaciones muy cruentas que nos permitan justificarlo, pero no piensan en el mal de las pequeñas cosas, cuando tratan mal a quienes tienen cerca…”, “Sin ser conscientes”, le pregunta la entrevistadora”. “Así es muchas veces. En otras consideramos a los otros como actores secundarios de nuestra propia vida. Esto también es malo y no por esto somos enfermos”.

La periodista le dice a <b>Ana Carrasco Conde</b>: “Entrevisté a una jueza que decía que el mal existía “, Así responde la entrevistada: “Si consideramos que el mal es una esencia, una cosa que nos preexiste, estamos condenándonos ya, porque entonces que soluciones hay? Tenemos que vigilar mucho cuando relacionamos el mal con el ser humano, porque entonces lo damos todo por perdido”.

<b>Teresa Amiguet</b> la entrevistadora le dice a la filósofa: “El mal ganó las elecciones con Hitler: ¿cómo pudo votar el mal todo un país?” La respuesta que recibe de <b>Ana Carrasco</b>: “En un período de equilibrio y de certeza los alemanes no habrían votado a Hitler, pero en aquel momento histórico lo vieron como una salida: Es necesario acudir a las fuentes sicológicas, a estudiar tendencias como el expresionismo cinematográfico para entender los problemas de aquella sociedad”. “¿Y de allí a Auschwitz?”, le pregunta el periodista. La respuesta que recibe es muy inquietante: “Una vez que el nazismo se aposentó, adoctrinó ideológicamente a la sociedad, para que considerase  que los judíos no eran seres humanos. El mal tiene que ver también como una manera de demonizar a los otros”. La entrevista finaliza con una pregunta y una respuesta: “¿Cómo explica una filosofa del mal violaciones como las de La Manada?”. La respuesta fue: “Es una manera de reforzar la posición del hombre, su  potencia, su papel dentro de la estructura social”, Deduzco de la entrevista que para <b>Ana Carrasco</b> el mal es algo externo al ser humano, que no tiene nada que ver con su naturaleza. Si es así nada puede hacerse para combatirlo porque es algo que está fuera de nuestro alcance. Jesús no es de este parecer. Pasando Jesús por delante de la oficina de recaudación de impuestos Mateo se dedicaba a recaudarlos. Sin mediar palabra Jesús le dice al funcionario que trabajaba para Roma: “Sígueme”. Sin pensárselo dos veces Mateo se levanta de la silla e invita a Jesús a comer en su casa, Alrededor de la mesa se reunieron muchos recaudadores de impuestos y otros pecadores. Al ver la escena los fariseos que se consideraban buenas personas porque presumían de cumplir al pie de la letra la Ley de Moisés, se quejaron a los discípulos de Jesús. Jesús oye la queja y se dirige a los quejosos diciéndoles: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos” (Mateo 9: 9-17). La Biblia no entiende el mal como algo externo del hombre, sino como una enfermedad espiritual. Por esto es que considera a los hombres pecadores necesitados de que Jesús los cure. David el gran rey de Israel cometió adulterio con la mujer de unos de los oficiales de su ejército. Fruto de esta relación la mujer quedó embarazada. Al saberlo, David intentó esconder la fechoría dando la orden de que se pusiese el marido de la mujer ultrajada en un punto peligroso del combate para que fuese muerto por los enemigos. Así fue. David suspiró aliviado. Lo que el rey hizo en secreto no pasó desapercibido al ojo escrutador de Dios que envía a David el profeta Natán para que le reprenda del grave pecado cometido. El profeta con mucha sensatez utiliza una parábola para hacerle ver al adúltero la gravedad del pecado cometido, La historia trata de un hombre rico que recibe la visita de un amigo. Con el fin de agasajarlo le roba a un vecino pobre la única oveja que tenía. Al oír esto David se encabrita y desea la muerte del rico. El profeta le señala con el dedo: Tú eres este hombre porque teniendo muchas mujeres te has encaprichado de la única mujer de tu siervo Urias. (2 Samuel 12: 1-23). Dios por medio del profeta Natán le hace ver a David  que la maldad cometida no fue debida a una influencia externa sino de la maldad que se escondía en su corazón.

Fruto de la amonestación del profeta y del reconocimiento de su pecado  David escribió el Salmo 51. Antes de ir a este salmo nos ayudará a entenderlo mejor si nos fijamos en una frase que se encuentra en el Padrenuestro, la oración modelo que Jesús enseñó a sus discípulos; “Líbranos del Maligno” (Mateo 6: 13). Por nacimiento natural todos somos hijos de nuestro padre espiritual que es el diablo. Deseamos hacer sus deseos. Él es padre de mentira y homicida desde el principio (Juan 8: 44). Si tenemos en cuenta las palabras de Jesús: “Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos”, entenderemos mejor el salmo 51: “He aquí en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre…Purifícame y seré limpio, lávame y seré más blanco que la nieve…Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí…”

David reconoce su condición de pecador. No desplaza a un agente externo la responsabilidad de su maldad. Se acercó a Jesús el Médico del alma para que le perdone. Jesús siempre escucha al penitente que clama a Él y siempre le despide diciéndole: “Ve en paz, tu fe te ha salvado”

Octavi Pereña i Cortina