diumenge, 31 d’octubre del 2021

 

FILIPENSES 4: 11

“Pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación”

Una de las causas del incremento de trastornos mentales que se han producido debido al Covid-19 se debe a que las personas no han aprendido a contentarse, sea cual sea el efecto. El descontentamiento tiene su razón de ser. La solución nos la propone el Padrenuestro, esta oración bien conocida por muchos, pero ignoran su significado porque  se les ha enseñado a recitarla como una mantra.

el Padrenuestro enseña el contentamiento cuando di ce: “Padre nuestro que estás en los cielos…Hágase tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra”  (Mateo 6: 9,10). Jesús el Maestro excelso que enseña como quien tiene autoridad y no como los doctores de la Madre Iglesia de todas las épocas. (Mateo 7: 29), puede impartir esta enseñanza porque siendo el Hijo de Dios eterno sabe que Dios lo ha creado todo y todo se mueve según su voluntad.

Lo que produce el descontento, en la mayoría de las situaciones no son graves trastornos sino pequeñas molestias que no se sabe cómo manejarlas. Estas pequeñeces que  se enfrentan a nuestra voluntad agrian  nuestro carácter haciendo que vivamos  enojados de manera permanente. Este estado es el que produce nuestros trastornos mentales que nos lleva al consumo desorbitado de pastillas para calmar la ansiedad, el cansancio crónico,  el desvelo, el estrés…Insignificancias que se convierten en gigantes que nos aturden.

Nada de lo que nos acontece es casual. Detrás de todos los acontecimientos se encuentra Dios, el Creador de todo lo existente y que hace que todo ocurra según su voluntad. Nada por pequeño que sea se escapa de su control. El Padrenuestro reconoce el señorío del Padre y nos induce a aceptar que se haga su voluntad.

El apóstol Pablo aprendió a contentarse en cualquiera que fuese la circunstancia que le tocase vivir porque reconocía la autoridad suprema de Dios. En vez de rebelarse contra la voluntad del eterno Dios la acataba humildemente y no luchaba contra ella.

Recordemos: La casualidad no existe. Todo lo que ocurre tiene un motivo de ser. Nuestros pensamientos que están muy por debajo de los pensamientos de Dios no entienden por qué ocurren las cosas.. Sometámonos a la voluntad de Dios tal como enseña el Padrenuestro y la paz de Dios que sobrepasa el conocimiento humano nos librará de la esclavitud de las pastillas que en vez de curar agravan el malestar emocional.


 

JEREMIAS 8:9

“Los sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron consternados, he aquí que aborrecieron la palabra del Señor, ¿y qué sabiduría tienen?”

Los dirigentes de Judá decían. “Nosotros somos sabios, y la Ley del Señor está con nosotros” (v.8). Los dirigentes de Judá eran muy presuntuosos. Quien decide si alguien es sabio o no es el Señor que es la plomada que calibra si el muro sube vertical o no. Los dirigentes de Judá presumían de ser sabios pero el Señor  descubre su presunción: “Por tanto daré a otros a sus mujeres, y sus campos a quienes los conquistan, porque desde el más pequeño hasta el más grande cada uno sigue a la avaricia, desde el profeta hasta el sacerdote todos hacen engaño. Y curaron la herida de la hija de mi pueblo con liviandad diciendo: Paz, paz, y no hay paz” (vv. 10, 11).

La palabra del Señor no ha perdido vigencia. Hoy,  cuando los políticos se comportan como ciegos guiando a otros ciegos, deambulan sin saber a dónde van. Como dicc la Biblia ambos caen en el hoyo. Los vemos a todos golpeando al aire tropezando aquí y acullá. ¡Cuán certera es la visión del profeta Isaías: “Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos” (Isaías 57: 20, 21). Siembran vientos y recogen tempestades. Le damos la espalda a Dios y recibimos las consecuencias. No queremos saber nada de su Ley que ha sido dada para nuestro bien. Darle la espalda a Dios hace que recibamos su reprobación. Nos acercamos peligrosamente al despeñadero. La catástrofe está cercana. Los acontecimientos la anuncian. Desciframos las señales del tiempo que anuncian lluvia o viento y sin embargo ignoramos las que anuncian nuestra inminente destrucción.

El anuncio del profeta Oseas es de rabiosa actualidad: “Habéis arado impiedad, y segasteis iniquidad, y comeréis fruto de mentira, porque confiaste en tu camino y en la multitud de tus valientes” (19: 13).

La ceguera nos impide darnos cuenta de que nos dirigimos directamente hacia la destrucción, como nación y como individuos. Le podemos pedir a Jesús que nos devuelva la vista. Recuperada la visión daremos media vuelta y nos alejaremos del precipicio en que estábamos a punto de precipitarnos.

 

 

 

SALUD MENTAL EN PELIGRO

<b>La impotencia antes los desafíos diarios causa la enfermedad mental</b>
“El Plan Nacional de Salud Mental dispondrá de 100 millones y un teléfono 24 horas”. “Sánchez admite el deterioro de la población debido a la Covid-19 y anuncia nuevas medidas. La Covid-19 ha creado una pandemia paralela que afecta a la salud mental”. La Covid-10 la provocan los virus. La enfermedad mental el pecado.

Palabras del presidente Sánchez. “Tenemos que analizar los problemas,  hacerles frente con el soporte de las sociedades científicas y el de la sociedad civil…La necesidad urgente de un sistema sólido de prevención, de promoción de la enfermedad mental. Nadie no está fuera de peligro, necesitamos una sociedad que facilite, alivie las vidas de estas personas y de las que las rodean, con un compromiso sanitario y político en que podamos afrontar este gran reto que tenemos delante”. Según el presidente Sánchez “no podemos normalizar que tantas personas necesiten pastillas para dormir o para levantarse y vivir. No podemos normalizar que el trabajo produzca ansiedad ni que el sufrimiento viva en soledad. Tenemos que dar respuesta inmediata a quienes tengan problemas de salud mental y abrir un gran debate social. Bla, bla, bla. El presiente Sánchez cifró en un 19% los españoles que consumen tranquilizantes, relajantes o pastillas para dormir. Esta triste realidad que creo es más dolorosa que la oficial. El presidente dijo: Tenemos que dar respuesta a este problema y analizar las causas que lo originan”. Tal vez sí que la Covid-19 haya intensificado los problemas de salud mental. Ya hace años que se viene anunciando su presencia y todavía no se ha dado respuesta a este problema ni se han encontrado las causas que lo originan. Los buenos propósitos del presidente no se han realizado porque la industria farmacéutica investiga las consecuencias pero es incapaz de investigar la  causa que provoca la diversidad de manifestaciones que tiene la enfermedad mental que no es biológica sino espiritual. La industria farmacéutica  pagaría gustosamente millones de dólares  a quien le proporcionase la solución al problema de la enfermedad mental.

Dios que tiene en su mano la salud mental llama a los enfermos y les dice: “A todos los sedientos: Venid a las aguas, y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche…Inclinad vuestro oído, y venid a mí, oíd, y vivirá vuestra alma, y haré con vosotros pacto eterno” (Isaías 55; 1-3).

La industria farmacéutica y la láctea comercializan productos energéticos que hacen saltar y bailar a ancianos decrépitos. La fatiga crónica que afecta a tantos no se cura con bebidas energéticas a base de minerales y vitaminas. Mucho menos la enfermedad mental que no es un problema biológico.

Existen dos tipos de personas: Las que confían en Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, y las que creen que Dios es un mito inventado por la clase sacerdotal con el propósito de vivir a costillas de las personas. Los incrédulos confían en ellos mismos o en instituciones humanas. Realmente creen en la capacidad humana de superar todas las  dificultades que se les presenten. La pandemia ha puesto en entredicho la creencia de que “juntos venceremos”. Ha puesto de manifiesto la debilidad humana sin Dios. Satanás que es el “padre de la mentira” nos hace creer que Dios es un mito que nos lleva a hacernos creer que los  fármacos nos curarán la diversidad de trastornos mentales que llevan a la adicción. El presidente Sánchez dijo que se tiene que dar respuesta al consumo excesivo de tranquilizantes, relajantes o pastillas para dormir. Dijo que espera dar respuesta a este problema. El tema de la enfermedad mental es uno de los que las autoridades sanitarias llevan años queriéndolo solucionar. Parches sí que se ponen y muchos. El propósito de querer solucionar el problema de la enfermedad mental puede ser sincero. Resolverlo es harina de otro costal. Se les escapa de las manos encontrar la solución de las enfermedades mentales porque no son de carácter biológico sino espiritual. La solución no se encuentra ni en la siquiatría ni en la sicología ni en la medicina en general .Solo en Jesús que da paz al cansado

La otra clase de personas que existen son las que confían en Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo que reconociendo su debilidad acuden a refugiase bajo las alas protectoras del Todopoderoso. Reconfortantes son las palabras que el profeta Jeremías escribe a un pueblo que a semejanza nuestra se encontraba en una situación político social muy grave: “Así ha dicho el Señor: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta del Señor. Será como retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los secadales en el desierto, en tierra despoblada y desierta. Bendito el varón que confía en el Señor, y cuya confianza es el Señor. Será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde, y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto” (Jeremías 17: 5-8). Lenguaje metafórico es el que emplea el profeta para destacar el estado desaliñado en que se encuentran las personas que rechazan a Dios y la frondosidad de las que confían en Él. El salmista gozoso se dirige a Dios en estos términos: “Has cambiado mi lamento en baile, desataste mi cilicio y me ceñiste de alegría” (Salmo 30: 11). Dios da vida a los muertos vivientes que confían en Él.

Octavi Pereña i Cortina

diumenge, 24 d’octubre del 2021

 

MARCOS 5: 27

“Cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto”

Muchos son quienes han oído hablar de Jesús pero muy pocos quienes tienen oídos para oír y retener sus enseñanzas. Pienso que la razón se debe a lo que el profeta Isaías escribe: “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra y la hace germinar, y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié” (Isaías 55: 10, 11).

Jairo, uno de los principales de la sinagoga y una mujer anónima salieron de en medio de una gran multitud de oyentes que estaban atentos a lo que Jesús decía pero no todos ellos estaban atentos a las palabras de sabiduría divina que fluían de los labios de Jesús. Las palabras de sabiduría divina que brotaban de los labios d Jesús eran la simiente que sembraba el payés que caía junto al camino, entre pedregales, entre  espinos, en buena tierra. El sembrador es Jesús el Hijo de Dios que “enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas” (Mateo 20: 16).

Podemos ponernos a discutir predestinación sí, predestinación no. Pero ahí tenemos el resultado de la predicación de Jesús: tres simientes se perdieron por diversas causas, solamente una de ellas dio fruto. Otra multitud escuchando a Jesús  y solamente un hombre y una mujer fueron buena tierra  de donde brotó y creció la semilla sembrada.

Dos personas desesperadas: un padre que agoniza por la vida de su hija acude directamente a Jesús. La mujer desesperada que había gastado todos sus bienes en médicos y la enfermedad le iba de mal a peor. Ambos tenían en común el desespero. ¡Ah! No todos los desesperados acuden a Jesús a que les solvente sus angustias. El rey Asa “enfermó gravemente de los pies. y en su enfermedad no buscó al Señor, sino a los médicos” (2 Crónicas 16: 12). Asa fue un rey muy religioso que promovió reformas religiosas que trajeron bienestar al reino. En la enfermedad Dios no cuenta. Confía en los médicos pero no en Él. El apóstol Pablo era atendido por Lucas el médico. Los médicos forman parte del plan de Dios para curar a los enfermos que quiere  remediar. No nos vayamos del tema principal. De una multitud únicamente un hombre y una mujer fueron bendecidos. La palabra que salió de la boca de Jesús hizo lo que tenía que hacer. Prosperó para aquello por lo que fue enviada.

La pandemia del Covid-19 ha puesto en situaciones embarazosas a millones de personas. Muchos han invocado a dioses y puesto velitas ante sus imágenes, pero no han acudido a Jesús en busca de ayuda. La muerte física y eterna es para muchos, pero la resurrección y la vida eterna es para muy pocos. ¿En qué grupo se encuentra el lector?


 

SALMO 90: 12

“Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría”

Este salmo es: “oración de Moisés, varón de Dios”. El salmo tiene dos objetivos. Primero ensalzar la eternidad de Dios: “Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación. Antes que naciesen los montes, y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo tú eres Dios” (vv. 1, 2).

Adán fue creado para vivir eternamente pero debido a su pecado su vida fue limitada. “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado, pues polvo eres,  y al polvo volverás”  (Génesis 3: 19). “Pusiste  nuestras maldades delante de ti, nuestros yerros a la luz de tu rostro. Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira, acabamos nuestros años como un pensamiento” (vv.8, 9). “Los días de nuestra edad son setenta años, y en los más robustos  son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan y volamos”  (v.10). Moisés pinta un cuadro perfecto de la condición humana.

“¿Quién conoce el poder de tu ira, y tu indignación según que debes ser  temido?” Moisés reconoce su condición de pecador y que la indignación y la ira de Dios tiienen razón de ser. Pero Moisés también reconoce lo que es la misericordia de Dios: “Vuélvete, oh Señor, ¿Hasta cuándo? Y aplácate para con tus siervos. De mañana sácianos con tu misericordia, y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días, alégranos conforme a los días que nos afligiste y los años que oímos el mal”    (vv. 13-15).

Moisés le pide al Señor: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” (v. 12).   ¡Cuán distinto es el pensamiento de Moisés del de la actriz Belén Rueda: “Según te haces mayor, disfrutas mucho más del presente. Piensas un poco en mañana, pero no demasiado en pasado mañana”. Con esta forma de pensar la actriz viene a decirnos que la vida es efímera y que no merece la pena pensar en una existencia más allá del sepulcro. No necesita pensar en si existe o no algo más allá de la tumba La existencia de la actriz gira alrededor de lo material, lo sensual. Para ella no existe alma que cuidar.

Moisés le pide al Señor a contar los días para que la sabiduría divina penetre en su alma. Para él cada día es un día dedicado a buscar el pan  de vida que es Jesús. La muerte física es inevitable para Moisés como también lo es para nosotros. Pero quiere contar los días porque a cada día que pasa está más cercano el día de la resurrección  cuando el día que hoy tiene sujeto a la muerte y a la corrupción será revestido de incorrupción e inmortalidad. ¡Qué saludable es en Jesús contar nuestros días para traer sabiduría al corazón.

 

 

¿QUÉ PODEMOS HACER EN TIEMPO DE CRISIS?

”Tu fe te ha salvado, ve en paz”

Estamos viviendo un tiempo de desinformación, confusión y miedo. Todo ello inspirado por el “padre de mentira”, Satanás que desde el inicio del tiempo persigue dos objetivos: Crear división entre Dios y el hombre y, entre el hombre y el hombre. Lo consigue. Sus propósitos malignos se ven claramente en los enfrentamientos raciales y de sexo. Las diferencias políticas causadas por el odio. Creencias religiosas que se distinguen por el desprecio hacia aquellos que no son del mismo redil. En definitiva: Enfrentamiento de los unos con los otros con el propósito de destruir al adversario. Dicha situación no debería extrañarnos porque es la característica de los últimos tiempos (2 Timoteo 3: 1-5).

En estos tiempos de Covid-19, pandemia de alcance mundial y de confusión política y cultural, nos sumergimos en un crecimiento exponencial del sufrimiento debido a que somos impactados cada vez más por acontecimientos imprevistos que ensombrecen el futuro llenándolo de incógnitas que nos agobian. Familiares y amigos que han sido infectados por la Covid-19, algunos de los cuales han pasado una larga temporada ingresados en un hospital y algunos de ellos fallecidos. Los desahucios  que no cesan. La pobreza creciente. El crecimiento desorbitado del precio  de la energía y el combustible. El famoso cambio climático y los desórdenes ambientales que ocasiona…Todo ello hacen que la vida diaria se haga insostenible. El resultado de todos estos impactos negativos hacen intensificar los sentimientos de ansiedad, miedo, incertidumbre. ¿Cómo nos enfrentamos a este presente y futuro tan incierto?

La causa más importante del descalabro que nos amenaza es el hecho de haber abandonado a Dios el Padre de nuestro Señor Jesucristo que nos envía su luz  que nos permite navegar por las rutas marinas envueltos de espesas tinieblas espirituales sin chocar con los arrecifes que aparecen en nuestro navegar . El padre de la mentira, Satanás, la serpiente antigua antes mencionado, ofusca nuestras mentes llenándolas de incredulidad, lo cual nos lleva a la descreencia y por lo tanto a abandonar a Dios que tendría que ser la Roca sobre la que edificar nuestras vidas y así poder resistir los embates de las aguas turbulentas sin que se derrumben nuestras vidas. “Los que esperan en el Señor recibirán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán” (Isaías 40: 31).

¿Cómo afrontar las crisis que nos afectan sin que nos trituren? Filipenses 4: 6,7, nos enseña cómo superarlas victoriosamente: “Para nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios que supera todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.

Previamente hemos mencionado que Satanás es el padre de la mentira y nos hace dudar de la bondad y misericordia de Dios manifestada en su Hijo Jesús. De ninguna de las maneras desea que nos deshagamos del tentáculo de los sentimientos homicidas que ha inoculado en nuestros corazones. La palabra homicida incluye todo aquello que nos induce al pensamiento negativo.

El Dr. Nancy Fresure, especialista del corazón, dice. “No sabemos cómo cambiar los pensamientos negativos”. Se publican infinidad de libros sobre pensamiento positivo. Si no sabemos cómo cambiar los pensamientos  negativos que espontáneamente nacen en nuestras mentes, ¿de qué sirven los esfuerzos desesperados para cambiar nuestra forma de pensar?

Viendo un paciente una Biblia encima de la mesa de su siquiatra, le preguntó: “¿Vosotros los siquiatras leéis la Biblia? El Dr. Smiley Blanton le respondió: “No solamente la leo, la estudio” Y añadió: “Si las personas absorbiesen su mensaje muchos siquiatras perderían su trabajo”

La depresión y las enfermedades mentales que no tengan un origen biológico, alguien ha dicho que son “como una habitación en el  infierno”.

“El mensaje de la Biblia por lo que hace a la fe es claro. No tiene sentido preocuparse de todo aquello de la vida que no se puede controlar. Lo que sí se puede controlar es de qué manera damos respuesta a los desafíos y en dónde ponemos nuestra confianza. No se puede controlar la vida, pero sí podemos controlar la respuesta que le demos” (Jeff Monroe).

¿Cómo podemos controlar lo que no se puede controlar? Jesús nos dice que no podemos servir a dos señores a la vez. No se puede festejar con Satanás y a la vez estar a bien con Dios. Ambos señores son tan incompatibles como el día y la noche. Tenemos que decidirnos por uno de ellos. Si elegimos a Satanás nos será imposible salir de la situación que tanto daño nos ocasiona. Si elegimos a Jesús y le consideramos Señor de nuestras vidas, los tentáculos de Satanás que nos obligan a pensar en negativo se romperán. Ya nos hemos liberado de su dominio. Como el mundo en el que vivimos hoy está dominado por Satanás “el príncipe de este mundo” (Juan 12: 31) significa que está envuelto de tinieblas espirituales. Quienes están en Cristo ya no se encuentran bajo el yugo satánico. Ello no significa que las travesuras que efectúa en el mundo que domina no afecten indirectamente a los verdaderos cristianos. Éstos, pero, como el salmista que al sentirse afectado por los acontecimientos pueden levantar al cielo esta plegaria: “Cuando yo decía: Mi pie resbala, tu misericordia, oh Señor, me sustenta. Entre la multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones me alegraban mi alma” (Salmo94: 18, 19). Cualquier creyente en Cristo, en los momentos de adversidad puede fortalecerse en el Señor, y el poder de su fuerza (Efesios 6: 10)

Octavi Pereña i Cortina

 

diumenge, 17 d’octubre del 2021

 

MATEO 12: 36

“Mas yo os digo que toda palabra ociosa      que dicen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio”

Con respecto al no oportuno nombre Día de la Raza o de la Hispanidad, políticos españoles al frente de los cuales aparece el ex presidente José Mª Aznar, han puesto el grito en el cielo ante el clamor de los pueblos  sudamericanos pidiendo justicia por los desmanes que los conquistadores castellanos cometieron durante la conquista. La incongruencia del caso es que quienes defienden a capa y espada la integridad de España adolecen de ignorancia histórica porque en aquel entonces España no existía. Defienden algo inexistente con palabras que destilan odio, no reconciliación con quienes piden reparación. Lo lamentable del caso es que quienes reaccionan de manera tan poco cristiana lo hagan personas que se confiesan cristianas. La usurpación del calificativo cristiano por parte de quien no lo sea realmente se carga con la doble responsabilidad al blasfemar el Nombre de Cristo que es Dios de perdón y de misericordia, que derriba los muros de separación que levanta el pecado.

El contexto inmediato del texto que comentamos es la enseñanza de Jesús sobre el árbol bueno y malo. En el capítulo 12 de Mateo toman relevancia quienes hipócritamente quieren presentarse en público como personas justas. Las enseñanzas de Jesús quitan la careta y muestran la hipocresía de quienes quieren aparentar ser personas justas.

“O haced el árbol bueno y su fruto bueno, o haced el árbol malo y su fruto malo, porque por el fruto se conoce el árbol” (v. 33). Cuando Jesús considera a los fariseos “generación de víboras”, utiliza las mismas palabras que empleó Juan el Bautista cuando los fariseos venían a su bautismo: “¡Generación de vívoras1 ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? (Mateo 3: 7). Jesús profundiza lo dicho por el Bautista cuando dirigiéndose a los fariseos les dice: “¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno siendo malos? Porque de  la abundancia del corazón habla la b oca…y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas” (vv.34, 35).

Las palabras buenas o malas no se las lleva el viento.  Quedan grabadas en el libro que registra todos los hechos de los hombres: ”Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios, y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida, y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros según sus obras” (Apocalipsis 20: 12). Jesús dando una oportunidad a los hipócritas de arrepentirse de sus pecados, dice a los fariseos: “Mas yo os digo que toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio” (v. 36).


 

SALMO 51: 17

“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado, al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”

El espíritu quebrantado es lo opuesto al espíritu orgulloso. Ambas maneras de ser quedan reflejadas en la parábola del fariseo y el cobrador de impuestos. Ambos adoradores suben al templo a adorar a Dios, pero la manera de hacerlos cada uno de ellos es distinta. En la introducción de la parábola. Jesús hace esta declaración con respecto a quienes convierten la adoración en una representación teatral: “A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban   a los otros” (Lucas 18. 9). Esta introducción merece que se le dedique un mínimo de atención porque la parábola que va a citar Jesús va destinada a desenmascarar a aquellos que a sí mismos se consideran justos. La parábola tiene el propósito de demostrar que aquellos que van a la iglesia sin espíritu quebrantado los rechaza..

Quienes poseen el espíritu farisaico son celosos de la adoración pública. Tales personas cuidan al detalle que los cultos se hagan decentemente y con orden. Los asistentes tienen que vestir decorosamente. Los  congregados tienen que vestir decentemente, especialmente las mujeres que tienen que vestir según el concepto que ellos tienen del recato. Cualquier discrepancia con los cánones por ellos establecidos son motivo de crítica feroz, robando a los enjuiciados el derecho al respeto.

El fariseo de la parábola da gracias a Dios “porque no es como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano” (v.11). En vez de poseer un espíritu quebrantado por reconocer su condición de pecador que clama a Dios por el perdón de sus pecados, con insolencia se dirige a Dios presumiendo de unas bondades de las que carece y se fija en las maldades de quien no es como él.

En las películas del Oeste cuando aparecen escenas de culto evangélico, las beatas de la congregación murmuran contra la mujer que no consideran digna a asistir a los cultos. Este comportamiento nada evangélico no se da solamente en el cine. El hecho de que Jesús tenga que denunciarlo en la parábola registrada en la Biblia lo ha sido para instrucción de los cristianos de todas las generaciones. La nuestra también.

Lo que Jesús rechaza en los asistentes a los cultos es la apariencia externa de piedad, bendice el espíritu del cobrador de impuestos: ”Dios, sé propicio a mí pecador” (v.13).

El texto del salmo 51 que ha servido de base a esta meditación lo escribió el rey David después de haber sido reprendido por el profeta Natán por su adulterio con Betsabé y el asesinato e su marido. Sea cual sea el pecado cometido no rechaza a los quebrantados de corazón. Los enaltece. A los presuntuosos los humilla. Que en las congregaciones prevalezcan los contritos de corazón para que se conviertan en oasis en donde pecadores como la samaritana puedan beber el agua viva que da vida eterna.

 

 

ALIMENTO PARA EL ALMA

<b>Con sucedáneos no se nutre el alma</b>

<b>El Roto</b > tiene viñetas muy interesantes que hacen diana en cuestiones cruciales de nuestra sociedad. Un hombre bien vestido, sentado en un peldaño de una escalera lujosa, piensa: “Mi currículum es auténtico lo que es falsa es mi vida”. Esta reflexión llega al corazón de la situación política actual en que se ha puesto de moda el anhelo de la “titolitis”. El hombre de la viñeta que comentamos asegura que su “currículum es auténtico”, Con sinceridad meridiana afirma: “lo que es falsa es mi vida”. Si esta afirmación la dice una persona académicamente ilustrada, ¿Qué no deberían pensar de sí mismos quienes falsifican masters para prestigiar sus vidas profesionales y políticas.

El boom de los masters falseados otorgados desprestigia a las universidades que los conceden. Por otro lado colaboran en el fomento de la hipocresía.  Por naturaleza las personas tendemos a pensar en que somos lo que no somos. Buscamos el beneplácito de los otros sin tener en cuenta el coste. La hipocresía es un engaño y como todo fraude tiene sus peligros. En el diccionario encontramos la palabra sinceridad. Es interesante conocer su procedencia. Proviene de <i>sin cera</i>. En la antigüedad, en las alfarerías se acostumbraba a tapar con cera las grietas e imperfecciones de los objetos de cerámica. El comprador le preguntaba al vendedor: “¿Sin cera?” El vendedor corrupto respondía: “Sin cera”. En el momento en que el objeto “sin cera” se ponía en contacto con una fuente de calor o se le exponía al sol, la cera se fundía poniendo al descubierto la imperfección que escondía. Pues bien, la cera sustituida por un master falso pretende esconder la imperfección de una vida. Más pronto o más tarde el master falso estará expuesto a una fuente de calor, que puede ser una investigación periodística, pondrá al descubierto que detrás de una aparente erudición se escondía la falsedad de un alma mentirosa. El ridículo y la vergüenza serán inimaginables.

En los tiempos que vivimos se cuida el cuerpo de todas las maneras posibles. Alimentación, higiene, atención sanitaria, ejercicio físico y tantas otras cosas que se nos propongan para retrasar el envejecimiento. Pero, ¿Cómo se alimenta el alma? No se hace porque nos hemos olvidado de ella. ¿Por qué? Nuestra condición pecadora nos confunde haciendo que pensemos exclusivamente en nuestro aspecto físico en detrimento de la salud del  alma. De ahí viene el interés desmedido por la apariencia física y el olvido del cuidado del alma que nos hace a imagen del Creador. Si descuidamos el alma se produce un desequilibrio en nuestra personalidad integral que conduce a comportamientos indeseables tan notorios, entre otros la corrupción política, que no sabemos cómo deshacernos de ellos.

Ha llegado el momento en que debemos despertar  de la pesadilla en que vivimos y a empezar a pensar en que también debemos prestar atención al alma y cuidarla como se merece.

He empezado a redactar el borrador de este escrito por San Jorge, la Fiesta del Libro y de la Rosa. El gremio de libreros evalúa el éxito de la Fiesta según los libros vendidos y los beneficios obtenidos. Con antelación a la Fiesta la maquinaria publicitaria se pone en movimiento anunciando las novedades literarias que aparecerán en las librerías para que la gente sea motivada  a  comprar libros. Estos libros son comparables a las rosas que se regalan que en un día empiezan a manifestarse síntomas de marchitamiento, de pérdida de su belleza. La mayoría de los libros son como las rosas de un día.  No sirven para alimentar el alma. Distraen. Divierten. Momentáneamente hacen olvidar las preocupaciones. El alma sigue sedienta y hambrienta. Desnutrida y carente de vigor. La persona  que piensa como la describe <b>El Roto</b> reconoce que su vida es una falsedad. No se gusta. En momentos de lucidez se mira a sí misma y llega a la conclusión que su vida es un desastre. Que el bienestar material no le ha aportado la felicidad que prometía. Hace un buen razonamiento. Pero su vida sigue siendo una falsedad.

He escrito antes que debemos despertar de la pesadilla en que vivimos y empezar a pensaren que debemos prestar atención al alma. Pongamos manos a la obra. El  alimento que el alma necesita entra por los ojos. Ya que nos hemos referido a la Fiesta del Libro tenemos que buscar uno que además de distraer transforme la fealdad de nuestra alma en autenticidad. Despertando la necesidad de desprenderse de la cera con la que inútilmente se intenta a esconder la fealdad del alma. El alimento espiritual entra por los ojos. En el mundo solamente existe un libro que reúna estas características: la Biblia. Dios que conoce las necesidades de nuestra alma ha inspirado a unos hombres a escribir la Biblia con el propósito de que sirva de pan y agua que transforma la fealdad del alma en autenticidad. La Biblia pose esta peculiaridad porque nos descubre al Padre eterno que en su Hijo se encarna en la persona de Jesús con el propósito de que el alma insatisfecha de sí misma pueda encontrar sentido a su existencia.

En Jesús la falsedad del alma encuentra autenticidad. Ahora el alma tiene hambre y sed de Dios. Es aquí en done la Biblia ejerce su papel principal. No es un libro que se marchita como una rosa. Conserva inalterable su frescura a lo largo de los siglos. Es por ello, porque es el Libro de Dios, que ha sobrevivido a las hogueras de la Inquisición y  a los ataques de los censores de turno. Hoy como siempre, las almas sedientas y hambrientas de Dios encuentran en la lectura y meditación diaria de la Biblia el pan de vida y el agua viva que mantiene al alma sana y lozana.

Octavi Pereña i Cortina

 

diumenge, 10 d’octubre del 2021

 

ADICCIÓN AL JUEGO

<b>”La suerte se echa en el regazo, mas del Señor es la decisión de ella”</b>

<b>Maribel Verdú</b> que actúa como abogada brillante en la serie <i>Ana Tramel. El juego</i>, el periodista que la entrevista le pregunta: “¿Qué ha aprendido usted del mundo del juego con esta serie?” La respuesta de la actriz es muy explícita: “Que el  juego lleva a la ruina moral y económica  y que destruye a familias enteras. En el primer capítulo estamos mirando con uno de mis compañeros una sala de apuestas en donde hay un rótulo que dice: “Todos llevamos a un jugador dentro”. Y mi personaje le dice: “Imagínate que es un anuncio de whisky o de ron y dijese: “Todos llevamos a un alcohólico dentro”. A nadie se le acudiría hacer una publicidad como esta”. En el tema existe mucha impunidad. Hoy en día lo que mueve a la industria del juego solamente en España son más de 40 mil millones de euros al año”.

Ana Tramel, así se llama la protagonista de la serie “tenía que enfrentarse  a  una enorme  corporación de la industria del juego y sería como una lucha de David contra Goliat. Al final se da cuenta de que no se trata de una lucha contra el juego, sino contra un sistema que no funciona”. No es el sistema el que no funciona. Son las personas que aman excesivamente el dinero las que han pervertido al sistema.

Por presión popular, la publicidad de loterías y apuestas debe hacerse durante las horas que los niños no puedan verla. A pesar de ello los anuncios van precedidos de  una cínica advertencia: “Juega responsablemente y si eres mayor de edad”. Sin remordimiento de conciencia sabiendo que el juego es dañino para los jugadores dicen que si le toca el gordo podrán vivir como marajás el resto de sus vidas. Podrán disfrutar el resto de sus vidas de los placeres sensuales que el dinero les permitirá.

Los anuncios de apuestas y loterías saben muy bien estimular la codicia humana, la insatisfacción perenne que impulsa con el incansable deseo de conseguir más dinero para conseguir los deseos que sin abundancia de dinero no podría satisfacer nunca. El deseo desordenado de felicidad incentiva a buscarla en lugares equivocados. Dicho hace que solamente en España se malgasten en la industria del juego más de 40 mil millones de euros al año.

Roberto Santiago, autor de la novela que inspira la serie <i>Ana Tramel. El juego</i> dice que hizo una investigación exhaustiva sobre el mundo del juego. Todo lo que la serie expone  sobre este tema “no me lo han explicado, lo he visto con mis propios ojos, la serie tiene este punto de verdad total y absoluta, aunque por descontado todo está ficcionado”.

La adicción al juego es un tema que a menudo ha sido tabú”, lo dice OMS la Organización Mundial d Salud. Ahora bien, es una enfermedad que no pueda curarse con fármacos.

La lucha contra la enorme corporación de la industria del juego es como una lucha de David contra Goliat, afirma <i>Ana Tramel</i>, protagonista de <i>El juego</i>. Se equivoca de enemigo. No es contra las grandes corporaciones del juego contra las que se tiene que luchar. Existen porque hay demanda de juego. Es cierto que la publicidad incide sobre el amor al dinero que hay en las personas. Si este amor desmesurado no existiese la publicidad que incita a jugar sería un fracaso total. Pienso  que se tiene que ir a buscar la solución del problema en las personas que juegan, no en las corporaciones que hacen su agosto incitando a las personas a que jueguen.

Para salir victorioso en la lucha contra la adicción se tiene que planear bien la estrategia a seguir. El adicto tiene que empezar reconociendo el estado en que se encuentra y qué es lo que le ha llevado a la ruina moral y económica. Tiene que reconocer ineludiblemente que es su condición de pecador lo que le ha llevado a buscar la felicidad por caminos equivocados. Si se da este reconocimiento se ha dado un paso de gigante en la solución del problema de la adicción.

Ana Tramel hace mención del relato bíblico del enfrentamiento de David contra Goliat. David fue un adolescente pastor de ovejas que se enfrentó al poderoso Goliat con cinco piedras escogidas del riachuelo y guardadas en el zurrón y la honda en la mano. Goliat pertrechado para ir a la guerra. Nadie dudaba de quien sería el vencedor. Los pronósticos fallaron. Los espectadores desconocían que el adolescente David iba a enfrentarse a su enemigo amparándose en el Nombre del Señor (1 Samuel 17: 45). Los Goliat a los que tiene que enfrentarse el adicto al juego no son personas de carne y huesos convertidas en poderosas corporaciones, sino contra “potestades, potencias cósmicas de la tiniebla de este siglo, contra espíritus de maldad en los ámbitos celestiales” (Efesios 6: 12). Para decirlo con más sencillez contra espíritus satánicos. Para vencer al poderoso Goliat que el adicto al juego lleva dentro de sí debe  hacerlo en el Nombre de Jesús y revestido de su poder (Efesios 6: 10-17).

Octavi Pereña i Cortina

 

 

 

APOCALIPSIS 9: 4

“Y se les mandó que no dañaran la hierba de la tierra…sino solamente a los hombres que no tienen el sello de Dios en sus frentes”

Apocalipsis está escrito en su mayor parte en lenguaje alegórico. Algunas de las alegorías son difíciles de entender. En su interpretación debe buscarse siempre el sentido espiritual. El humo que salió del pozo del abismo que oscureció el sol y del que salieron langostas a las que se les dio poder como el que poseen los escorpiones pienso que no debe entenderse literalmente. Debe hacerse espiritualmente.

En el Antiguo Testamento nos encontramos con Abraham e Isaac que fueron protegidos de ser dañados por reyes.. David fue perseguido por el rey Saúl y por su hijo Absalón a pesar de gozar de la protección de Dios. Los salmos de David reflejan la persecución de sus enemigos a la vez que la protección que le brindaba Dios.

El texto que comentamos de las langostas que tienen el poder como el de los escorpiones se les impidió dañar a las personas que tenían el sello de Dios gravado en sus frentes. La primera referencia de una señal protectora la encontramos en Caín que el Señor le gravó para protegerlo de cualquier persona que intentase matarlo. (Génesis 4: 15).  Aun cuando puede darse el caso de que los hijos de Dios padezcan enfermedades dolorosas o puedan ser perseguidos a causa de su fe, gozan en las adversidades de la protección de Dios. El diablo no puede tocarlos. Nada ni nadie puede separarlos del amor de Dios que es en Cristo Jesús.

No todos los hombres que sobrevivieron a la plaga de las langostas tenían el sello de Dios en sus frentes. Los sobrevivientes no “se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios  y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra, de madera, las cuales no pueden oír, ni andar. Y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos” (vv.20, 21). En vez de arrepentirse de sus pecados  “blasfemaron el Nombre de Dios que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria”  (Apocalipsis 16: 9).

El Covid-19 se ha llevado a muchos a la eternidad sin haberse arrepentido de sus pecados. Muchos infectados han superado a la infección. Muchos otros no han enfermado. Pero lo que es un aviso de Dios al darles un plazo para el arrepentimiento, persisten en sus homicidios, en sus fornicaciones y en sus hurtos. Dios les ha dado un plazo para que puedan arrepentirse y recibir la vida eterna por la fe en el Nombre de Jesús. Finalizado el plazo concedido Dios los envía a la condenación eterna.


 

ESDRAS 7: 10

“Porque Esdras había preparado su corazón para ingerir la Ley del Señor, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos”

Es cierto que el Señor de la Iglesia otorga dones diversos  repartiéndolos a cada uno en particular como mejor le parece para edificación de su Iglesia (1 Corintios 12: 1-31). Evangelizar, sin embargo, es un encargo que se da a todos los cristianos. Desde los bancos en una iglesia local los creyentes también han recibido el encargo de contribuir a la edificación de la Iglesia la Cabeza de la cual es Jesús.

Es por esto que el texto de Esdras que comentamos considero que no debe aplicarse a unos cristianos en concreto poseedores de dones especiales, sino a todo el pueblo del Señor porque cada uno de ellos posee el don del Espíritu Santo. Siendo así no puede renunciar a anunciar la salvación por la fe en Jesús en el entorno en el que vive. Por otro lado se nos enseña que los niños en Cristo, paulatinamente tienen que ir dejando la leche espiritual, los rudimentos de la fe, y vayan poco a poco masticando carne que significa que van profundizando en “algunas cosas, entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos  e inconstantes tuercen como también las otras Escrituras, para su propia perdición” (2 Pedro 3. 16).

El ejemplo de Esdras es para que lo sigan todos los cristianos. No solamente quienes hayan recibido dones especiales.

Esdras había “preparado su corazón para inquirir la Ley del Señor” La Ley del Señor es oro puro que enriquece a quienes se afanan en buscarlo. Es una riqueza que el orín no corrompe y que el ladrón no puede robar. la holgazanería empobrece materialmente y espiritualmente. Es por ello que no podemos permanecer ociosos ante la Ley del Señor. Continuamente tenemos que inquirir en la Ley del Señor. Tenemos que evitar lo más posible las interferencias mundanas  que quieren distraernos del deber de inquirir en la Ley del Señor para que abandonemos la infancia y vayamos adentrándonos en la madures espiritual para no caer en la categoría de los indoctos que tuercen las Escrituras para su propia perdición

La constancia en la investigación en la Ley del Señor tiene unas consecuencias inevitables.. Nace el ferviente deseo de cumplir la Ley del Señor. No nos quedemos en ser simples oidores. La obediencia a la Ley del Señor hace que edifiquemos nuestras vidas sobre la Roca que es Cristo. Las inclemencias de la vida no pueden derribar la casa que edificamos sobre Cristo. Haciéndolo así nos convertiremos en maestros que enseñaremos las leyes y estatutos del Señor con los cual como piedras vivas contribuiremos  en la edificación de la Iglesia del Señor

 

 

dissabte, 2 d’octubre del 2021

 

SOFONÍAS 1: 4

“Extenderé mi mano sobre Judá, y sobre todos los habitantes de Jerusalén, y exterminaré de este lugar todos los restos de Baal, y el nombre de los ministros idólatras con sus sacerdotes”

El reinado de Josías se caracterizó por un avivamiento religioso lo cual no significó que fuese un avivamiento espiritual. El Señor  no mira la circuncisión externa sino la del corazón que es en donde nace el auténtico arrepentimiento. Lo que en el ámbito católico se conoce como piedad popular no significa genuina conversión al Señor.

Bien, encontrándose Judá inmerso en una fuerte efervescencia religiosa, Dios por medio del profeta Sofonías hace llegar al pueblo este dramático mensaje: “Destruiré por completo todas las cosas sobre la faz de la tierra, dice el Señor”  (v. 2). A Dios que ve los corazones no se le puede dar gato por liebre: “Extenderé mi mano sobre Judá…y exterminaré de este lugar los restos de Baal, y el nombre de los ministros idólatras con sus sacerdotes,  y a los que sobre los terrados se postran al ejército del cielo, y a los que prostran jurando por el Señor y jurando por Milcom” (vv. 4,5). Junto con la adoración en el templo se manifestaba la piedad popular. Desde los terrados de sus casas adoraban al sol. Con la astrología pretendían conocer el futuro junto con la adoración a los dioses paganos. ¿No guarda este comportamiento impío cierta semejanza con la “piedad popular” de nuestros días que junto con la adoración al Señor se venera a la multitud de santos y vírgenes que es abominación al Señor porque no se le ama sobre todas las cosas ni de corazón con todas las fuerzas. La consecuencia del adulterio espiritual es: “Destruirá por completo todas las cosas de la faz de la tierra”.

El Antiguo Testamento está saturado de referencias de catástrofes que consideramos naturales pero que realmente son juicios de Dios debido a la impiedad de los hombres. Jesús anuncia catástrofes que se irán intensificando antes de su venida gloriosa para instaurar el Reino de Dios eterno. Apocalipsis, el último libro de la Biblia, también describe cataclismos extraordinarios que son juicios de Dios. Catástrofes que no servirán para atraer turistas como se pretende hacer con el volcán de La Palma.

En los nuestros días se habla mucho del cambio climático como causante de sequías e inundaciones que se dan en muchos lugares. Pero ninguna referencia al arrepentimiento. Todo lo contrario. La idolatría prosigue galopante como si se tratase de una tisis. Ante las imágenes del volcán de La Palma que las televisiones se encargan de repetirla sin cansancio mostrando la destrucción que la lava deja a su paso, una ministra del Gobierno ve el dolor de tantos como un espectáculo para atraer turistas. Nada de arrepentimiento. Los intereses económicos prevalecen por encima del bienestar de las personas. No debe extrañarnos que la ira del Señor se intensifique a medida que se va acercando el día final.


 

1 JUAN 5: 3

“Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son gravosos”

Se acostumbra a decir en términos generales que todos somos hijos de Dios y que por tanto todos somos hermanos sea cual sea nuestra profesión de fe. En un sentido general todos somos hermanos porque todos somos descendientes de Adán.  En este sentido los humanos no podemos ser hermanos biológicos. No sería así si fuese  cierto lo que los evolucionistas enseñan, que el ser humano apareció en lugares distintos sin conexión alguna entre ellos.

En el sentido espiritual lo deja bien claro Jesús cuando por medio del apóstol Mateo nos dice: “Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, éste es mi hermano, y hermana, y madre” (Mateo 17: 50). Una cosa es el parentesco sanguíneo y otra cosa muy distinta el espiritual. Por nacimiento de mujer todos somos criaturas de Dios. Únicamente son hijos de Dios quienes creyendo en Jesús son hijos de Dios por adopción: “A fin que recibiésemos la adopción de hijos. Y  por cuanto sois hijos, Dios envió a  vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre” (Gálatas 4: 5,6).

Juan despeja toda duda cuando escribe: “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios” (1 Juan 5: 1). Jesús en su conversación con Nicodemo, un principal entre los judíos, expone la necesidad del nuevo nacimiento que consiste en nacer del Espíritu (Juan 3: 5, 6,8).

Ser hijo de Dios no consiste en ser una persona bautizada y ser miembro de una iglesia local. El bautismo y la filiación en una iglesia local tienen que ser la consecuencia de haber nacido del Espíritu. Muchos que no han nacido espiritualmente son personas bautizadas y afiliadas en una iglesia local lo cual les hace creer que son hijos de Dios. Pero Dios que conoce los corazones les dirá: “No os conozco”

“De tal manera ha amado Dios al mundo”, es un amor sin tacha hacia sus hijos adoptivos.  Este amor especial deben manifestarlo quienes son sus hijos: “En esto conocemos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos” (v.2). Los hijos de Dios tienen que amar a sus enemigos de la misma manera que ellos son amados por Dios. Quienes son hermanos en Cristo tienen que amarse los unos a los otros para poner de manifiesto que son uno con el Dios trino (Juan 17: 11). La verdadera fraternidad entre los hijos de Dios es lo que hará que el mundo se interese por el Señor Jesucristo. Los antagonismos entre los hijos de Dios no son la manera para atraer pecadores hacia Jesús.

 

 

 

INCIVISMO

<b>Los padres son responsables del incivismo de sus hijos</b>

La canalización del río Segre en su paso por Lleida se ha convertido en zona de celebraciones de botellones multitudinarios que fastidian al vecindario por el escandaloso ruido que producen durante la noche. El alcalde de Lleida Miquel Pueyo ha dicho: “No son admisibles los botellones que convierten este espacio en un vertedero y supone un riesgo para la salud en la situación actual, además de las numerosas molestias al vecindario. Únicamente con actuaciones policiales no puede combatirse este tipo de comportamiento, hace falta que todo el mundo ponga de su parte y tenga un comportamiento más cívico”.

Pere Ferran, director de los Mossos, a raíz  del botellón que se celebró en el campus de la Universidad Autónoma de Barcelona el pasado 17 de septiembre de 2021, dijo: “Tenemos que hacer mucha pedagogía”.

Es una coincidencia que la sección PRIVAT del diario Segre de Lleida del 18 de septiembre del 2021 publique un comentario titulado: <i>Pedagogía urbana con muy poco éxito</i>, diga: “Ayer vimos como dos chicas jóvenes iban subidas al mismo patinete, circulaban por una acera estrecha por una calle cercana a la rambla Ferran y además sin casco. Tuvieron la mala suerte de pasar por delante de un urbano con el que por poco chocan, lo bueno fue que el agente era partidario de la pedagogía. Las paró, y les explicó las infracciones que cometían y que era peligroso que fueran dos en el patinete y sin casco y las dejó irse. El agente continuó la ronda y las chicas no tardaron ni cinco minutos en volver a pasar de la misma manera”. El civismo que pregona el alcalde  y la pedagogía que practicó el agente no funcionaron.

De entre los muchos proverbios cito dos: “Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza, mas no se apresure tu alma para destruirlo” (Proverbios 19: 18). “La vara y la corrección dan sabiduría, mas el muchacho consentido avergonzará a su madre” (Proverbios 29: 15). La pedagogía y el civismo deben comenzarse a aplicar en el hogar. Es responsabilidad de los padres disciplinar a los hijos des de su nacimiento. La pedagogía si no va acompañada de disciplina adecuada a la edad, no funciona. Tener hijos es una cosa, educarlos es otra. Requiere vocación y constancia. Tener objetivos cuanto más altos mejor, y perseverancia sin desfallecer.  Hay muchos padres, desgraciadamente que han abandonado sus responsabilidades educadoras y no se preocupan de poner límites a los desmanes que empiezan a manifestarse en los niños tan pronto como ven la luz del sol. Por desidia paterna los “angelitos” se convierten en pequeños dictadores que amargan a los padres. El comportamiento indeseado se traslada a la escuela haciendo insoportable la vida de sus compañeros. Tan pronto empiezan a emanciparse ensanchan los límites de su mal comportamiento. Lo que comenzó siendo un problema doméstico se convierte en un problema de orden público. Llegado a este punto las autoridades no pueden permanecer pasivas, tienen que actuar como tales.

“Sométase toda persona a las autoridades supriores, porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han estado establecidas. … Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno y tendrás alabanza de ella, porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo teme, porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para el que hace lo malo…” (Romanos 13: 1-5). Esta es la causa del incivismo creciente que padecemos: Si no hay Dios que delega en los padres y en las autoridades civiles su autoridad, el resultado es la anarquia.

Los alcaldes como responsables de las policías municipales, en colaboración con las policías nacionales tienen la obligación de perseguir los delitos que se cometen en sus respectivos municipios para llevarlos a los jueces que tienen que castigarlos proporcionalmente al delito cometido.

Son merecedores de alabanza los universitarios de la Universidad Autónoma de Barcelona que organizaron brigadas de limpieza para reparar la zona cuanto antes mejor. No es responsabilidad de los inocentes limpiar los platos que otros han ensuciado. Quienes los han ensuciado tienen que limpiarlos. ¿No sería de justicia que los jueces condenasen a los asistentes a los botellones  a limpiar los espacios públicos ensuciados con su incivismo? ¿No sería justo que los incívicos, y en su caso los padres, se hiciesen cargo de los gastos de reparación o sustitución del mobiliario público dañado? Si las autoridades abandonan sus responsabilidades porque lo consideran políticamente no conveniente la mano dura contra el incivismo, no debe extrañarnos que el desenfreno se extienda como una mancha de aceite. Que no hagan teatro con su desidia.

Octavi Pereña i Cortina