JEREMÍAS 2: 28
“¿Y dónde están los dioses que te hiciste
para ti? Levántense ellos, a ver si te podrán librar en el tiempo de tu
aflicción, porque según el número de tus ciudades, oh Judá, fueron tus dioses”
Jeremías
en el Nombre de Dios acusa a Judá de adulterio espiritual por haber abandonado
al Señor que lo había librado de la esclavitud egipcia y haberlo establecido en
la heredad de la Tierra Prometida. A lo largo
de toda la historia del pueblo de Israel los profetas no se cansaron de
denunciar el adulterio espiritual cometido al haberle dejado por los dioses de
los pueblos que desalojaban y que terminaba con ser dominados por ellos. El
adulterio siempre tiene consecuencias desagradables para quienes los cometen. Se rompen vínculos
matrimoniales que afectan a toda la familia. ¡Cuántos conflictos no crea! En el
campo espiritual sucede lo mismo. Abandonar a Dios para adorar a dioses
fabricados con las manos es nefasto para
los idólatras.
En
tiempos de Jeremías Asiria había dejado de ser la dominadora del mundo para
ocupar su lugar Babilonia. Asiria no consiguió apoderarse de Jerusalén pero sí
lo haría Babilonia. La arrasó sin dejar piedra sobre piedra y con ello el
templo que era la gloria de los judíos. La idolatría se cobró su salario
La
historia bíblica no es un documento que sirve para recordar hechos pasados para
desvincularlos del presente. Registra hechos que tienen que ver con nosotros
pues se registraron para enseñarnos y si tenemos ojos para ver y oídos para
escuchar, no caigamos en el adulterio espiritual que cometieron los antiguos.
Jeremías
nos advierte: “¿Y dónde están los dioses que te hiciste para ti? Se
podrá decir que estas palabras no nos conciernen porque decimos que somos
cristianos. No es una excusa justificable porque el Dios del antiguo Israel es
el mismo Dios que adoran los cristianos. Haciendo zapping, de pasada veo en la
televisión la misa que se retransmite. Al contemplar el esplendor de los
templos, las ricas vestiduras de los oficiantes y las imágenes ricamente
adornadas, me hace pensar: ¿no han caído los cristianos en el mismo adulterio
espiritual en que cayó el antiguo Israel? “¿Y
dónde están los dioses que te hiciste para ti? Levántense ellos, a ver si te
podrán librar en el tiempo de tu aflicción, porque según el número de tus
ciudades, oh Judá, fueron tus dioses”. Se podrá decir que el cristianismo
católico es monoteísta. De hecho es
politeísta ¿Qué son sino dioses los santos y las vírgenes que se han convertido
en patrones de cada localidad, a los que se invoca cuando se celebra su
festividad y se busca su protección
cuando la adversidad se cierne sobre las poblaciones?
“Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e
Israel, porque mi siervo eres. Yo te formé, siervo mío eres tú, Israel, no me
olvides. Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados,
vuélvete a mí, porque yo te redimí” (Isaías 44: 21, 22). Jesús es el Salvador del pueblo de Dios. Ven
a mí te dice Jesús, yo te he redimido.
PROVERBIOS 7: 1
“Hijo mío, guarda mis razones, y atesora
contigo mis mandamientos”
Proverbios
7 como todo el libro es un cántico a la sabiduría, no a “la sabiduría de este mundo (que) es insensatez” (1 Corintios 3: 19). Quienes practican la sabiduría
de este mundo “profesando ser sabios se
hicieron necios” (Romanos 1: 22).
“Porque mirando yo por la ventana de mi casa,
por mi celosía, vi entre los simples, consideré entre los jóvenes, a un joven
falto de entendimiento, el cual pasaba por la calle, junto a la esquina, e iba
camino a la casa de ella” (vv. 6-8). Los versículos que
siguen tratan de la necedad de quienes buscan solaz en los brazos de una prostituta. El texto se refiere
a una persona, joven o adulta, falta de entendimiento. Son muchas las personas
que manifiestan su necedad acudiendo al sexo ilegítimo, sea el transgresor hombre o
mujer.
El
libro de Proverbios y el capítulo 7 en concreto trata de la sabiduría de Dios.
Conviene recordar que la Biblia no solo condena el sexo ilegítimo. Con contundencia también el adulterio
espiritual.
La
mujer que sale al encuentro del necio “le
rindió con la suavidad de sus palabras, le obligó con la zalamería de sus
labios. Al punto se marchó tras ella,
como va el buey al degolladero, y como el necio a las prisiones para ser
castigado” (vv. 21,22).
La
idolatría se presenta ante los ojos del necio con “astucia de corazón”, no lo hace con la fealdad que se esconde
debajo la belleza con que el tallista ha tallado la imagen y el orfebre la ha
cubierto con el esplendor del oro y la modista la ha vestido de delicados
vestidos y preciosos encajes. Los sacerdotes que fomentan la idolatría,
mintiendo la ensalzan como madre, la madre extraña “que le rindió con la suavidad de sus palabras”,
“Ahora pues, hijos” (dice la sabiduría divina) “oídme, y estad atentos a las razones de mi
boca. No se aparte tu corazón a sus caminos, no yerres en sus
veredas. Porque a muchos ha hecho caer heridos, y aun los más fuertes han sido
heridos por ella. Camino al infierno es su casa, que conduce a las cámaras de
la muerte” (vv.24-27). Tanto el sexo ilegítimo como el adulterio espiritual
llevan al mismo destino: LA MUERTE ETERNA.
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