MATEO 15: 9
“Pues en vano me honran, enseñando como
doctrinas mandamientos de hombres”
El
contexto inmediato de estas palabras de Jesús se encentra el hecho de que se le
acercaron ciertos escribas y fariseos de Jerusalén quejándose de que sus discípulos
quebrantaban la tradición de los ancianos
porque no se lavaban las manos cuando comen pan. Esta denuncia da pie a
que Jesús les diga: “Por qué también
vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios de honrar a vuestro padre y a
vuestra madre, invalidando el mandamiento de Dios por vuestra tradición? A
los tradicionalistas les es muy fácil acusar a quienes no pertenecen a su grupo
a la vez que infringen sus propios preceptos. Jesús que conoce al dedillo las
interioridades del alma, con toda justicia bien se merecen que les llamase
“hipócritas”: “Bien profetizó Isaías de
vosotros cuando dijo: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos
de mí. Pues en vano me honráis, enseñando como doctrinas mandamientos de
hombres” (vv. 7-9).
La
apostasía no se presenta de manera repentina. Es un proceso lento del que uno
no se da cuenta. Es un lento y pausado abandono de la Palabra de Dios hasta
sustituirla por mandamientos de hombres. Los apóstatas dejan de verse tal cual
son y encuentran placer en acusar a su prójimo de las motas que hay en sus ojos
y no ven las vigas que hay en los propios.
Los
religiosos a los que Jesús denuncia como hipócritas han existido en todos los
tiempos. El nuestro tampoco se libra de
su presencia. El comportamiento de los políticos es una muestra de ello. Las
iglesias tampoco se libran de tal veneno. Es una verdad incontestable. Los
verdaderos cristianos tienen que apechugar con ello. El trigo y la cizaña andan
juntos en todas las iglesias de la misma manera que se daba en la iglesia
judaica. No es factible desarraigarla del todo hoy. No será posible hasta el
día que Jesús hará la separación definitiva. En tanto no llegue el día del
juicio de Cristo en que se efectuará la separación perfecta y definitiva, los
verdaderos cristianos, que son trigo, deberán permanecer fieles al Señor,
buscando en Él la fuerza para perseverar sin desfallecer ante la persistente
presión que la cizaña ejercerá sobre ellos. Jesús nos da ejemplo de resistir
ante la persecución que los hipócritas ejercieron sobe Él. Que los verdaderos
cristianos se mantengan fieles a la Verdad de la Palabra de Dios
fortaleciéndose en Él.
1 CRÓNICAS 28: 9
“Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de
tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario, porque el
Señor escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los
pensamientos. Si tú lo buscas, lo hallarás, pero si lo dejas, Él te desechará
para siempre”
La
política actual transita por un desierto de confusión. Los políticos no tienen
las ideas claras. Piensan poco y hablan demasiado. Actúan compulsivamente como
si estuviesen conectados a unos electrodos que intermitentemente transmiten
descargas eléctricas.
El rey
David, padre de Salomón que se convirtió
en el rey de Israel más preclaro, cuando llegó la hora de traspasar el trono en
su hijo, el padre, a pesar de la fama adquirida, entre otras cosas gracias a
sus hazañas como soldado, la gloria no se le subió a la cabeza. Casi siempre
mantuvo los pies erguidos sobre la Roca que es Jesús que era quien realmente
ganaba las batallas. A pesar de que fue un hombre de Dios, era un mortal
pecador como todos los hombres. Su condición de pecador le hizo cometer errores
que se convirtieron en aguijones que le dañaron mucho. Unos de sus desaciertos
fue no reprender las malas inclinaciones de sus hijos que le ocasionaron graves
problemas familiares y políticos.
La
Biblia nos relata dos de los pecados mayúsculos que cometió: El adulterio con
Betsabé y el asesinato de su esposo en
el intento de esconder su pecado a los ojos de los hombres, y el censo que
ordenó hacer con el propósito de conocer cuál era el poder militar que tenía.
La Biblia también nos habla de su arrepentimiento y de su restauración que le
siguió. David fue un gran hombre de Dios pro con pies de barro. Por la fe se
fortaleció en el Señor todopoderoso. Dado que David fue un hombre que conocía a
Dios podía decir. “Yo sé en quien he creído”. No conocía a Dios de oídas. Por
el Espíritu Santo moraba en su corazón.
La
familiaridad que mantenía con su Salvador hizo posible que al acercarse la hora
de su fallecimiento para presentarse ante la presencia de Dios aconsejase a su
hijo Salomón: “Reconoce el Dios de tu
padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario”
David a
lo largo de su reinado tuvo a su lado a profetas que como Natán le aconsejaban.
Hoy la esterilidad política se debe a que quienes son los protagonistas su
único contacto con la Religión es puntual y de carácter rutinario, tradicional. Los arzobispos y
cardenales, los clérigos únicamente dejan oír su voz cuando sus intereses
materiales se sienten amenazados. Están incapacitados para ofrecer
asesoramiento espiritual a los políticos. ¡Tienen tanta necesidad de luz! Si
siguen manteniéndose en tinieblas los políticos continuarán siendo un desastre.
Se comportan como ciegos que guían a otros ciegos. Ambos caen en los agujeros
que hay en el camino de la vida.
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