DÓNDE ESTÁ LA SABIDURÍA?
<b>”Y si alguno de vosotros está
falto de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente” (Santiago
1: 5)</b>
<b>Lluís Amiguet</b>
entrevista a <b>keisuke Matsumoto</b>, monje budista. Reproduzco
parte de lo que dice porque sus reflexiones pueden aplicarse perfectamente al
cristianismo. El periodista le pregunta a <b> Matsumoto</b>: ¿Por
qué se hizo monje? El entrevistado responde: “Quería vivir alguna cosa más que
la experiencia de una empresa a la que consagran su existencia casi todos los
japoneses”. En el fondo de su alma el monje budista no estaba satisfecho con lo
que le proporcionaba vivir exclusivamente para satisfacer la sensualidad del
materialismo. El ser humano necesita nutrir el alma que no encuentra descanso
en el materialismo. El hombre necesita alimentar su alma que no encuentra satisfacción
acumulando más y más objetos que una vez obtenidos no dan lo que se esperaba de
ellos. Jesús quiere hacernos entrar en razón cuando nos pregunta: “¿Qué
aprovechará al hombre si gana todo el mundo y pierde su alma?” (Marcos 8: 36).
¿Nos la hemos hecho esta pregunta? La respuesta no se encuentra en retirarse en
un monasterio para meditar mientras se realizan trabajos humildes porque el
apego a lo sensual se lleva grabado en el alma.
El periodista escarba en el monje y le pregunta: ¿El budismo no es una
multinacional? La respuesta es sincera: “Sí, pero lo descubrí después de
hacerme monje”. Tendría que haber sido un golpe muy duro descubrir que el retiro
buscado dentro de las paredes de un monasterio formaba parte de una
multinacional. A pesar de ello acepta que las organizaciones humanes acaben
siendo lo que son.
El periodista persiste en indagar lo que
hay en el alma del monje: Veo que no se ha ido del convento. El interrogado
responde: “Ahora sé que el budismo se ha convertido en un conjunto de creencias
dogmáticas e institucionalizadas al servicio de una elite”. ¿Qué sino el
cristianismo institucionalizado es una multinacional que impone lo que tienen
que creer quienes buscan refugio a la sombra de la institución. Las
multinacionales de la fe no dan opción a sus protegidos a pensar en libertad, a
investigar y a tomar conclusiones de su propia cosecha. Se lo dan todo
masticado. Tienen que aceptar por fuerza las reglas que impone la elite gobernante.
La disidencia se castiga con dureza. ¿Se encuentra en una multinacional de la
fe la paz que no se encuentra en el mundo materialista? Afirmo que no.
<b>Lluís Amiguet</b> no se
cansa de indagar. ¿Sólo el budismo? La respuesta que obtiene: “Por eso llegué a
la conclusión que lo que ahora necesitan los hombres es sabiduría, no religión.
Por esto todavía sigo en el convento”. Los hombres buscamos la sabiduría en la
filosofía. La filosofía es un conjunto
de razonamientos que hacen los hombres a partir de las tinieblas que anidan en
sus almas no iluminadas por la luz que es Jesús. Por esto no satisfacen sus
razonamientos. ¿Dónde hallar la verdadera sabiduría?
El libro de Proverbios es una exposición
de lo que es la sabiduría. No es filosofía, es una Persona que clama con
ternura a los hombres para que le presten atención y se dejen guiar por Él: “Oh
hombres, a vosotros clamo, dirijo mi voz a los hijos de los hombres. Entended,
oh simples, discreción, y vosotros necios, entrad en cordura. Oíd porque hablaré
cosas excelentes, y abriré mis labios para cosas rectas. Porque mi boca hablará
verdad, y la impiedad abominarán mis labios. Justas son todas las razones de mi
boca, no hay en ellas cosa perversa ni torcida” (proverbios 8: 4-8). El mismo
libro resume en pocas palabras Quien es la sabiduría: “El principio de la
sabiduría es el temor del Señor, los insensatos desprecian la sabiduría y la
enseñanza” (1:7).
Las personas tocadas por la sabiduría
divina no pueden comportarse como lo hace <b>keisuke Matsumoto</b>
que sigue en el convento porque “pretende liberar a los líderes religiosos de
las ataduras de la religión institucional”. La Biblia no se cansa de
advertirnos para que nos alejemos de las tinieblas de la religión
institucionalizada. Nos alerta del peligro que comporta refugiarnos bajo sus
alas. <b>keisuke Matsumoto</b> no abandona el monasterio que le da
cobijo porque intenta liberar a las
elites de la religión institucional. Todos los que han creído en Jesús que es
la Sabiduría divina abandonan las ataduras de la religión institucional. El caso más conocido es el de Martín Lutero,
monje agustiniano que intentó expulsar la corrupción existente en la Santa
Sede. Como el intento era como dar cabezazos contra la roca, colgó el hábito y
abandonó la religión institucional que ahoga a los fieles que buscan la
verdadera sabiduría. La luz y las tinieblas no pueden andar juntas.
Octavi
Pereña i Cortina
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