dimarts, 1 d’octubre del 2019


LUCAS 11: 13

“Pues si vosotros siendo malo, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará el Espíritu Santo a los que se lo piden”
Con estas palabras Jesús deshace el concepto muy extendido entre los pecadores que no creen en Él, que el hombre es esencialmente bueno y que si hace mal se debe a factores externos a él. Las palabras de Jesús dictan sentencia respecto a la maldad del ser humano, aseguran que la imagen y semejanza de Dios en que fue creado el ser humano, el pecado de Adán no la echa toda por la borda. Deteriorada, sí. Aniquilada no. Queda un pequeño rastro de ella que es lo permite que Jesús pueda decir que siendo el hombre malo pueda hacer buenas obras.
Lo que el texto que comentamos dice que si los hombres en determinadas circunstancias pueden hacer buenas obras,  con mayor motivo Dios que es santo y justo, misericordioso y un largo etcétera, ¿no hará el  bien a quien se lo pida?
Las buenas obras de los hombres están manchadas por el pecado. El corazón de la persona que las hace está manchado por el pecado. El bien realizado es relativo. Sus efectos no son de larga duración. El bien que hacen es limitado. Ayudan a hacer más llevadera la vida en la tierra. Con la llegada de la muerte sus efectos no van más allá el sepulcro.
La segunda parte del texto dice que nuestro “Padre que está en los cielos dará el Espíritu Santo a los que se lo piden”. Diferenciándose de las buenas obras que hacen los hombres que tienen efectos temporales, la duración del bien que el Padre hace a los hombres en eterno. El Espíritu Santo sella el corazón del creyente en Jesús con la garantía de que es un hijo de Dios por adopción, lo cual le permite exclamar con convicción: “Padre mío que estás en el cielo”. Un hijo que ama al Padre celestial puede acercarse a Él con toda la confianza de que su petición será escuchada y contestada en el momento oportuno, aun cuando a veces la respuesta sea no.
El Padre celestial no es como los temporales que les molestan las exigencias de los hijos. El Padre de nuestro Señor Jesucristo y nuestro, escucha atentamente. Siempre a punto para escuchar nuestros gemidos y con su gracia suavizar el dolor que hay en el corazón. No dudemos nunca que los oídos del Padre eterno están siempre dispuestos a escuchar nuestras peticiones aunque a veces no sean coherentes. Sabe cuáles son  las intenciones de nuestro corazón. antes de hablar ya sabe lo que le vamos a pedir.


JUECES 14: 3

“Tómame esta por mujer porque ella me agrada”
Estas palabras las dice Sansón a sus padres. Sansón había visto a una mujer de los hijos de los filisteos” (v.1). Amor a primera vista. En el matrimonio la atracción física juega un papel importante que no debe prevalecer por encima de la Palabra de Dios. La palabra es clara: los padres israelitas tenían terminantemente prohibido dar a sus hijos e hijas en matrimonio con los hijos e hijas de los filisteos. Los padres de Sansón dijeron a su hijo: “¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos? (v.3).
No puede negarse que Sansón fue un verdadero hijo de Dios. Hebreos 11: 32 lo sitúa en la galería de los hijos de la fe. Pero no fue perfecto. Su debilidad fueron las mujeres de los incircuncisos. Del apóstol Pablo son estas palabras: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos, porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿ Y qué comunión la luz con las tinieblas?” (2 Corintios 6: 14).
El hecho de que la historia de Sansón haya quedado registrada en las páginas de la Biblia, significa que no lo ha sido para distracción del lector, sino para instrucción de  posteriores generaciones de adolescentes cristianos para que no se equivoquen a la hora de buscar marido o esposa. A pesar de sus proezas, Sansón como hijo de Dios moralmente fue un fracaso. Su carnalidad prevaleció por encima de la obediencia a sus padres. Peor aún: su desobediencia a la Palabra de Dios que le decía con quien no tenía que casarse. Lo cual le llevó a mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio. En nuestro tiempo, con la libertad sexual prevaleciente, la Palabra de Dios y en concreto sus enseñanzas sobre sexo pueden parecernos anacrónicas. Su vigencia no ha caducado. La relación sexual debe guardarse para el matrimonio. Asimismo quedan prohibidas las relaciones sexuales extraconyugales.
Sansón no fue polígamo. Fue monógamo en diversas ocasiones infringiendo la ley de Dios. Sus aventuras sexuales le llevaron a un final desdichado. A los jóvenes cristianos: ¿a dónde les lleva su sensualidad a buscar pareja. Si son verdaderamente cristianos buscarla entre los infieles  no les será provechoso. La luz y las tinieblas no pueden caminar juntas. En lo esencial estarán a años luz de sus parejas, lo cual les impedirá gozar como debería ser la comunión con el Señor. Podrán recibir el perdón del pecado, pero las con secuencias del pecado permanecerán durante toda su vida.




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