CEGUERA ESPIRITUAL
<b> Debe distinguirse entre
sabiduría y cultura. La sabiduría hace a las personas honorables, la cultura
lleva a la confusión de nuestros días</b>
Dos viñetas que representan España y el estado en que se encuentra. Una
es de <b>Kap</b>: el barco España se hunde y <b>Pedro
Sánchez</b> se aleja de la nave remando cabalgando sobre una urna. La
otra es de <b>El Roto</b> en donde solamente aparece un navío en
medio de una fuerte tempestad. Le acompaña esta frase: “Para evitar el
naufragio, el capitán hunde el barco…” Ambos mensajes dicen lo mismo: España no
va bien.
Otra viñeta de <b>El
Roto</b>. Un hombre agachado hace de base de un televisor. En la pantalla
se puede leer: “NO ABANDONEN EL
TELEVISOR, los estamos programando”. Otra de <b>Flavita Banana</b>:
Un periodista con el micrófono en la mano entrevista a un anciano con un bastón
en la mano. El entrevistado le dice: “Primero fue votar, ahora tengo que
opinar, qué será lo próximo? ¿¿PENSAR?? Hoy va de viñetas. Otra de <b>EL
ROTO</b>. Una cara con los ojos
cerrados pensando. El comentario. “Todo va bien, todo va bien. No bran los
ojos”.
Me imagino que diariamente deben
publicarse millares de mensajes de este estilo. La reacción de los gobiernos
legislando leyes mordaza o inventándose eso de “instigación al odio” con la
finalidad de que periodistas, filósofos, población en general, con la finalidad de que vayan
repitiendo: “Todo va bien, todo va bien” para que se lo piensen dos veces antes
de decir algo que no agrade al gobierno de turno.
Durante la dictadura de Franco circulaba
este chiste: Un representante del Régimen, en un discurso que pronunciaba iba
explicando las maravillas económicas que se daban durante el gobierno del
dictador. Cada vez que el conferenciante
anunciaba la inauguración de un pantano, de una fábrica, de un canal…Uno de los
asistentes al acto con un movimiento de la cabeza negaba lo que estaba diciendo
el orador. Éste molesto por esta actitud se dirige al “negacionista”,
diciéndole: “Cada vez que anuncio esta o aquella inauguración usted lo niega. “Verá” dijo el interpelado,
“yo soy viajante y he pasado por todos estos lugares y no he visto nada de lo
que usted menciona”. El orador le responde: “Viaje menos y vea más el NODO”.
Una sonrisa tal vez. Es una realidad. Se nos está programando como dice el
texto televisivo.
No solamente España. El mundo en general
no funciona bien. A esta conclusión no soy yo solo en llegar. Son infinidad las
personas que llegan a la misma conclusión. Si alguien no se lo cree, con ver la
televisión o limitarse en leer los titulares de los periódicos, le bastará para
darse cuenta de la deformidad del entorno.
Se pretende darle la vuelta al calcetín,
legislando. Si no es suficiente, la solución se encuentra en los decretos ley
de cada viernes de inmediato cumplimiento. Existen infinidad de leyes que deben
cumplirse que una vez publicadas en el BOE se mueren de asco en el fondo de un
cajón cubiertas de papelorio sin que nadie se acuerde de su vigencia, de que no
han caducado. Al cabo de algunos años a alguien se le acude hacer sábado del
cajón y encuentra la ley en cuestión cubierta de telarañas. La desempolva, la
lee y piensa que con algunos retoques se podrá
aprovechar. La presenta en la reunión de ministros de los viernes. Con
algunos retoques se aprueba por unanimidad una ley que ya era vigente. Exagero,
sí. Lo que pretendo es que por más leyes que se aprueben no se le dará la
vuelta al caos existente. Que el ser humano no puede cambiar una situación que
es de origen espiritual. Está bien legislar con cautela pero no confiar en que
las leyes vayan a cambiar el desastre vigente.
A las personas que pretenden arreglar el
mundo ignorando la realidad espiritual Jesús las considera “ciegos guías de
ciegos, y si el ciego guía al ciego, ambos caerán en el hoyo” (Mateo 15:14). Por nacimiento natural,
cuando venimos a este mundo lo hacemos como ciegos espirituales incapaces de
ver la realidad espiritual cuyo desconocimiento nos conduce a la confusión
actual. Nos comportamos como ciegos que guían a ciegos. Todos nos caemos en el
hoyo. Debido a la ceguera espiritual de la mayoría de las personas la Biblia
nos dice que iremos de mal a peor. A esta situación no se le puede dar la
vuelta de no ser que la mayoría de personas recuperen la vista. Eso no ocurrirá
porque la Escritura también nos dice que las personas que recuperan la vista
siempre serán minoría. Seamos, pues, realistas. Por la gracia de Dios siempre
habrá ciegos que como el ciego Bartimeo al oír que Jesús pasa cerca de ellos le
llaman. Jesús se les acerca y les pregunta: ¿Qué queréis que haga con vosotros?
Le responden: “Señor, que veamos” (Marcos 10: 46-52). Cualquier ciego
espiritual que sea consciente de su ceguera y le dice a Jesús: “Señor, que
vea”, le sucederá lo mismo que le ocurrió al apóstol Pablo que en el momento
que creyó en Jesús “le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante
la vista” (Hechos 9:18).
¿Quiénes van al oftalmólogo? Quienes ven
bien o consideran que su visión es correcta, se quedan en casa tumbados al sofá
mirando la televisión. Los Bartimeos de hoy al oír que Jesús pasa cerca de
ellos se levantan rápidos y se abalanzan sobre Jesús gritando: “¡Señor, que
vea!”.
Octavi
Pereña i Cortina
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