dissabte, 27 de gener del 2018

1 REYES 10:8

“bienaventurados tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría”
El rey Salomón no es un personaje mítico como lo ha presentado el cine. Es un héroe famoso por la fama adquirida por el Nombre del Señor (v.1). Además de las riquezas, lo que le daba nombre al rey era su sabiduría. Es muy posible que la visita que le hizo la reina de. Sabá tuviese connotaciones económicas, intercambios comerciales entre ambos reinos, Parece ser que a la reina de Sabá le interesaba conocer de primera mano la sabiduría que se le atribuía ya que “vino a probarle con preguntas difíciles” (v.1)
Tan pronto la reina hubo llegado a Jerusalén  y presentadas las riquezas que transportaban sus camellos, “le expuso todo lo que su corazón tenía” (v.2). Cuando la reina hubo comprobado la sabiduría de Salomón y la gloria de su reino, manifestó: “Verdad es lo que oí en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría, pero yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto que ni aun se me dijo la mitad, es mayor tu sabiduría y bien que la fama que yo había oído” (vv. 6,7). Habiéndose extasiado con la gloria y la sabiduría de Salomón, la reina le dijo: “Bienaventurados tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría” (v.8).
El escritor sagrado no se excede al describir la gloria y la sabiduría de Salomón. No lo lisonjea para hacerse un lugar en la corte y así  poder disfrutar de los deleites que gozaban la servidumbre del rey. No. El escritor sagrado no perseguía idolatrar al monarca, se limitaba a exponer la realidad tal como era. Jesús reconoce la opulencia de Salomón cuando la compara con los lirios del campo: “Considerad los lirios del campo, como crecen: no trabajan ni hilan, pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos” (Mateo 6: 28,29). La gloria que tuvo Salomón  que Jesús compara con la belleza de los lirios, está diciendo que su gloria fue efímera.  En los jardines más bellos y más bien cuidados los jardineros tienen que cortar las flores secas para que su presencia  no afee la belleza del entorno. Lo más bello del mundo es efímero.
Pero la reina de Sabá está viva. Su cuerpo se ha convertido en polvo pero su espíritu vive y en el día de la resurrección su testimonio será inapelable: En palabras de Jesús: “La reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará, porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar” (Mateo 12: 42).
Pongamos un ejemplo actual. El papa en sus apariciones semanales en el balcón del Vaticano congrega millares de fieles. Durante sus viajes apostólicos (?) centenares de miles le vitorean, ¿podrá condenarlos  por haber elegido mal a quien venerar? Quien condenará será el mismo Jesús, pues, “no hay otro Nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12)

2 SAMUEL 6: 7

“Y el furor del Señor se encendió contra Uza, y lo hirió Dios por aquella temeridad, y cayó muerto junto al arca de Dios”
En tiempos del sacerdote Elí el arca del pacto fue capturada por los filisteos, cuando la devolvieron la depositaron en casa de Abinadab. Reinando David quiso trasladar el arca a Jerusalén. Se la transportó en carro. Durante el trayecto los bueyes tropezaron. Uza intentó evitar que el arca cayese. Dios mató a Uza por tocarla.
Este funesto acontecimiento debe hacernos pensar cómo se hacen las cosas en la iglesia del Señor. El arca debe llevarse a Jerusalén porque es el lugar escogido por Dios para morar entre su pueblo. “Entonces dijo David: El arca de Dios no debe ser llevada sino por los levitas, porque a ellos ha elegido el Señor para llevar el arca del Señor, y le sirvan perpetuamente” (1 Crónicas 15:2). “Así trajeron el arca de Dios, y la pusieron en medio de la tienda que David había levantado para ella” (16:2).
En Deuteronomio 25: 10-15 se describen las características que debía reunir el arca para que los levitas pudiesen transportarla. De haber seguido David las instrucciones que da Moisés se hubiese evitado que Uza muriese por su temeridad. Todo lo que tiene que ver con el culto que se le rinde a Dios debe hacerse  según las  instrucciones del Señor.
La idea de la paridad de género, de que la mujer debe tener más presencia en la administración pública, se ha introducido también en la iglesia y se llega a la conclusión que puede ser pastora. Las instrucciones que el apóstol Pablo da a Tito y a Timoteo no da lugar a ello. La Biblia  no es machista pero enseña una relación jerárquica: Dios, el hombre, la mujer, los hijos. Todos ellos sujetos a Dios. En el momento en que se pone en duda la autoridad de la Biblia y se democratiza la iglesia siguiendo el modelo del mundo, se pervierte el orden establecido por Dios y el caos impera en la iglesia. Se presume mucho de ser el pueblo de la Biblia. A la hora de la verdad la cosa no es así.
Pero dios no va reescribir la Biblia para adaptarla a las exigencias del hombre de  hoy: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir  en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3.16). Todo lo que se tiene que saber acera cómo adorar a Dios  ya está dicho. La  revelación está cerrada. No se le puede añadir ni quitar un tilde.

Tal vez Uza entendió que era mejor transportar el arca de Dios en carro que a cuestas, porque era más cómodo. Desobedecer la voluntad de Dios le acarreó la muerte. Hoy decimos que la paridad de género es más justo que el “machismo” de la Biblia. El resultado es que las familias se desintegran y las iglesias dejan de dar la luz que debe desprender la lámpara que debe iluminar el camino de quienes se consideran ser pueblo de la Biblia. Los gobiernos se corrompen por falta de la luz de Cristo. Nos convertimos en ciegos que guían a ciegos.

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