dissabte, 27 de gener del 2018

EL GRAN MANDAMIENTO

<b>El legalismo endurece los corazones y hace que los gobernantes sean insensibles a las necesidades del pueblo</b>
<b>Nemrod Carrasco</b>, profesor de Filosofía, en la entrevista que le hace Víctor-M. Amela dice algo chocante por la manera de decirlo, pero muy interesante: “Filosofar es tener huevos. Filosofar es empipar. Filosofar es preguntarte, es cuestionarte la realidad. Filosofar es distanciarte de tus propias creencias, descreer. Todo lo que está establecido y es incuestionable. No respetar ninguna opinión. Dinamitar todas las opiniones. Atacar a las opiniones no es atacar a las personas. Yo no soy mis opiniones. No tengamos la piel tan fina: ninguna opinión debería ir a misa. ¡Ataquémoslas todas!”
La filosofía no es algo que aparece por generación espontánea a la cual puedan adherirse todas las personas. Por ser los hombres de creación divina tenemos capacidad de razonar, de ser filósofos, de ser sabios. El apóstol Pablo a los que se creían ser sabios, filósofos, los zarandea, diciéndoles: “Nadie se engañe a sí mismo, si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, parta que llegue a sr sabio. Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios, pues está escrito: Él prende a los sabios en la astucia d ellos. Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios que son vanos” (1 Corintios 3:18-20). El apóstol menciona  dos tipos de sabiduría: la que es de este mundo y la que no lo es. Nos enseña a abandonar la primera para dejar la necedad y ser verdaderamente sabios.
La Biblia nos enseña que antes de la creación del hombre Dios creó a los ángeles, algunos de los cuales acaudillados por Lucifer se rebelaron contra su Creador, convirtiéndose el líder en Satanàs y  sus seguidores en diablos. A su vez Satanás se ha convertido en el “dios de este siglo”. La mayoría de los habitantes de la Tierra tienen como padre espiritual al diablo y, como Jesús dice: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira de suyo habla, porque es mentiroso y padre de mentira” (Juan 8:44). El origen de la sabiduría de este mundo de la que nos habla el apóstol Pablo, es satánica. Ahora que tanto se habla de la posverdad, para eludir la palabra mentira, sabemos que el comportamiento humano no es accidental, la filiación diabólica es su origen.
Filosofar según <b>Nemrod Carrasco</b> es: “Tocar los huevos, hacerse preguntas, cuestionar la realidad, distanciarte de tus propias creencias, descreer”, es decir, ser crítico con lo que ocurre. El origen de la sabiduría que permite conocer la causa por la que el mundo no funciona bien es: “ El principio de la sabiduría es el temor del Señor, pero los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza” (Proverbios 1:7). La sabiduría divina de que son portadores quienes creen en Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, no gusta a los poderes políticos y económicos de este mundo que son dirigidos por su padre espiritual que es Satanás.
Los poderes de este mundo esgrimen con suma celeridad la expresión: “·incitación al odio. Fleeming Rose, escribe: “La legislación europea contra la incitación al odio está legitimada por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de Naciones Unidas, adoptado el 1966. No obstante, poca gente sabe que las democracias liberales como Suecia, Noruega y Reino Unido votaron en contra del artículo que instaba a penalizar la instigación al odio. El artículo fue una iniciativa del bloque soviético. <b>Eleonor Roosevelt</b> que presidia la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, advirtió que podría ser utilizado por cualquier dictador para cerrar la boca a las voces críticas…Un problema crucial de las leyes contra la incitación al odio es que no existe una definición clara de la misma. Esto deja un margen a los poderes a utilizar la ley para reprimir las opiniones que no sean de su agrado. El 2015 la  comisaria europea de Justicia <b>Vera Jourova</b> declaró: “Si la libertad de expresión es una de las piedras angulares de una sociedad democrática, la incitación al odio es una flagrante violación de esta libertad. Se debe castigar severamente”. Un enfoque peligroso de la libertad de expresión sobre todo si no existe consenso sobre el concepto incitación al odio. De hecho, el derecho a ofender es parte de la libertad de expresión. Nadie no tiene derecho a no ser ofendido. La libertad de expresión incluye el derecho de decir a la gente lo que no le gusta, como dijo una vez George Orwell”.
Percibimos que se degrada el concepto democracia. Que las diferencias políticas tengan que dirimirse en el constitucional y en los tribunales. Las leyes son para ser obedecidas de acuerdo, pero en el momento en que dejan de contribuir a la paz y a la concordia de los ciudadanos porque la sociedad ha experimentado un cambio profundo desde el momento que se legislaron, el sentido común advierte que deben cambiarse por otras que se ajusten a la realidad vigente. Cuesta ser sensible a la necesidad de cambiar las leyes. Cuesta por una sencilla razón: se considera a los afectados por las leyes como súbditos a los que se les debe restringir el derecho a ser diferentes y que no se merecen ser tratados como personas poseedoras de una identidad que les ha dotado el Creador. “La justicia engrandece a la nación, mas el pecado es la afrenta de las naciones” (Proverbios 14:34). Cuando existen tantas leyes injustas que ocasionan incontables afrentas a los ciudadanos es una evidencia de que a pesar de que los legisladores y los gobiernos presuman de ser cristianos, de hecho, a conciencia ignoran el Gran Mandamiento: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo” (Lucas 10: 27). Cuando la grandeza de un país se encuentra en el cumplimiento estricto de las leyes humanas y se utilizan los poderes del Estado para aplicar la ley del embudo, debe cuestionarse la grandeza de tal Nación. En el año 2017 se celebró el Quinto Centenario de la Reforma iniciada por Martín Lutero. El lema de la Reforma es. “La Iglesia siempre reformándose”. La piedra angular de la reforma permanente de la Iglesia se encuentra en la obediencia a la autoridad suprema de la Biblia. No existe el Estado perfecto. Al igual que la Iglesia, el Estado debe encontrase en un estado permanente de reforma para conseguir que la justicia que engrandece a la Nación no sea una palabra vacía de contenido.

Octavi Pereña i Cortina

1 REYES 10:8

“bienaventurados tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría”
El rey Salomón no es un personaje mítico como lo ha presentado el cine. Es un héroe famoso por la fama adquirida por el Nombre del Señor (v.1). Además de las riquezas, lo que le daba nombre al rey era su sabiduría. Es muy posible que la visita que le hizo la reina de. Sabá tuviese connotaciones económicas, intercambios comerciales entre ambos reinos, Parece ser que a la reina de Sabá le interesaba conocer de primera mano la sabiduría que se le atribuía ya que “vino a probarle con preguntas difíciles” (v.1)
Tan pronto la reina hubo llegado a Jerusalén  y presentadas las riquezas que transportaban sus camellos, “le expuso todo lo que su corazón tenía” (v.2). Cuando la reina hubo comprobado la sabiduría de Salomón y la gloria de su reino, manifestó: “Verdad es lo que oí en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría, pero yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto que ni aun se me dijo la mitad, es mayor tu sabiduría y bien que la fama que yo había oído” (vv. 6,7). Habiéndose extasiado con la gloria y la sabiduría de Salomón, la reina le dijo: “Bienaventurados tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría” (v.8).
El escritor sagrado no se excede al describir la gloria y la sabiduría de Salomón. No lo lisonjea para hacerse un lugar en la corte y así  poder disfrutar de los deleites que gozaban la servidumbre del rey. No. El escritor sagrado no perseguía idolatrar al monarca, se limitaba a exponer la realidad tal como era. Jesús reconoce la opulencia de Salomón cuando la compara con los lirios del campo: “Considerad los lirios del campo, como crecen: no trabajan ni hilan, pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos” (Mateo 6: 28,29). La gloria que tuvo Salomón  que Jesús compara con la belleza de los lirios, está diciendo que su gloria fue efímera.  En los jardines más bellos y más bien cuidados los jardineros tienen que cortar las flores secas para que su presencia  no afee la belleza del entorno. Lo más bello del mundo es efímero.
Pero la reina de Sabá está viva. Su cuerpo se ha convertido en polvo pero su espíritu vive y en el día de la resurrección su testimonio será inapelable: En palabras de Jesús: “La reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará, porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar” (Mateo 12: 42).
Pongamos un ejemplo actual. El papa en sus apariciones semanales en el balcón del Vaticano congrega millares de fieles. Durante sus viajes apostólicos (?) centenares de miles le vitorean, ¿podrá condenarlos  por haber elegido mal a quien venerar? Quien condenará será el mismo Jesús, pues, “no hay otro Nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12)

2 SAMUEL 6: 7

“Y el furor del Señor se encendió contra Uza, y lo hirió Dios por aquella temeridad, y cayó muerto junto al arca de Dios”
En tiempos del sacerdote Elí el arca del pacto fue capturada por los filisteos, cuando la devolvieron la depositaron en casa de Abinadab. Reinando David quiso trasladar el arca a Jerusalén. Se la transportó en carro. Durante el trayecto los bueyes tropezaron. Uza intentó evitar que el arca cayese. Dios mató a Uza por tocarla.
Este funesto acontecimiento debe hacernos pensar cómo se hacen las cosas en la iglesia del Señor. El arca debe llevarse a Jerusalén porque es el lugar escogido por Dios para morar entre su pueblo. “Entonces dijo David: El arca de Dios no debe ser llevada sino por los levitas, porque a ellos ha elegido el Señor para llevar el arca del Señor, y le sirvan perpetuamente” (1 Crónicas 15:2). “Así trajeron el arca de Dios, y la pusieron en medio de la tienda que David había levantado para ella” (16:2).
En Deuteronomio 25: 10-15 se describen las características que debía reunir el arca para que los levitas pudiesen transportarla. De haber seguido David las instrucciones que da Moisés se hubiese evitado que Uza muriese por su temeridad. Todo lo que tiene que ver con el culto que se le rinde a Dios debe hacerse  según las  instrucciones del Señor.
La idea de la paridad de género, de que la mujer debe tener más presencia en la administración pública, se ha introducido también en la iglesia y se llega a la conclusión que puede ser pastora. Las instrucciones que el apóstol Pablo da a Tito y a Timoteo no da lugar a ello. La Biblia  no es machista pero enseña una relación jerárquica: Dios, el hombre, la mujer, los hijos. Todos ellos sujetos a Dios. En el momento en que se pone en duda la autoridad de la Biblia y se democratiza la iglesia siguiendo el modelo del mundo, se pervierte el orden establecido por Dios y el caos impera en la iglesia. Se presume mucho de ser el pueblo de la Biblia. A la hora de la verdad la cosa no es así.
Pero dios no va reescribir la Biblia para adaptarla a las exigencias del hombre de  hoy: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir  en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3.16). Todo lo que se tiene que saber acera cómo adorar a Dios  ya está dicho. La  revelación está cerrada. No se le puede añadir ni quitar un tilde.

Tal vez Uza entendió que era mejor transportar el arca de Dios en carro que a cuestas, porque era más cómodo. Desobedecer la voluntad de Dios le acarreó la muerte. Hoy decimos que la paridad de género es más justo que el “machismo” de la Biblia. El resultado es que las familias se desintegran y las iglesias dejan de dar la luz que debe desprender la lámpara que debe iluminar el camino de quienes se consideran ser pueblo de la Biblia. Los gobiernos se corrompen por falta de la luz de Cristo. Nos convertimos en ciegos que guían a ciegos.

dilluns, 22 de gener del 2018


CRUELDAD O JUSTICIA


<b>¿Se acepta una justicia injusta?</b>

En una sociedad secularizada y a la vez tradicionalmente religiosa le va como el anillo al dedo la respuesta que <b>Augusto Comte</b> dio cuando se le peguntó dónde estaba Dios en su teoría científica: “No tengo necesidad de esta hipótesis”. ¿Realmente se puede vivir de manera satisfactoria sin Dios? La evidencia de que no se puede se pone de manifiesto en los medios de comunicación. Otro síntoma se encuentra en el aumento de bautismos laicos. ¿No indica ello de que subjetivamente al ser humano le inquieta la cuestión de Dios?

Cuando al escritor británico <b>Philip Pullman</b> se le preguntó en qué creía, respondió: “Creo que estoy vivo, que vivimos. Creo que estamos conscientes, creo que el mundo es el lugar más maravilloso. La pegunta sobre si existe Dios o no, no ocupa gran parte de mi tiempo. No creo que necesitemos un Dios para explicar porque todo es aquí. Si hay Dios, está muy lejos ahora mismo” El mismo <b>Pullman</b> llamado a posicionase sobre la noción de Dios, afirma: “Si es un Dios el de la Biblia, es un criminal y estamos más bien sin él”. Dios no deja de existir por el hecho de que los hombres no crean en él o que esté muerto. <b>Agustín de Hipona</b> explica con claridad la razón del ateísmo o del agnosticismo: “Nadie niega a Dios sino aquel que le conviene que Dios no exista”. <b>Pullman</b> niega porque si es “como el de la Biblia es un criminal”, sería interesante escudriñar porque <b>Pullman</b>considera que el Dios de la Biblia es un criminal. Bien seguro que esta idea le nace al ver que lo que él considera crueldad en el Dios que se revela en el Antiguo Testamento. La primera manifestación de la “crueldad” divina se hizo patente en el Diluvio Universal. <b>Pullman</b> y todos los que piensan como él, ¿se han parado a pensar por qué Dios procedió de manera tan cruel? Guste o no, no podemos adaptar el carácter de Dios que se manifiesta en la Biblia  a lo que nosotros consideramos justicia. Nuestro concepto de justicia es muy voluble.

<b>José Luís Sampedro</b> dice que si existe Dios o no tanto le da: ”Porque no pedí venir a este mundo, él me ha hecho…Porque si he salido mal, es culpa suya, que construya mejor el juguete”. Cuando Dios finalizó la creación vio que todo lo que había hecho era muy bueno (Génesis 1:31). Dios no creó el “juguete” defectuoso. La condición malvada que hay en el hombre no se debe a un defecto de fabricación. Es la consecuencia de un acto de libre decisión. Negarlo no anula la realidad. El hombre a diferencia de un juguete fue creado con la capacidad de tomar decisiones libremente. Siguiendo el símil de un producto manufacturado que le acompaña un manual de instrucciones que el comprador debe seguir para su buen funcionamiento, al “juguete” racional que Dios creó sin ningún defecto le dio instrucciones para conservar la perfección: “De todo árbol del huerto podrás comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás”  (Génesis 2: 16, 17). La perfección con que fue creado el “juguete” se perdió en el instante en que desobedeció el manual de instrucciones del Fabricante. El “juguete” pronto dio evidencia del defecto adquirido cuando Caín mató a su hermano Abel.

“Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró a un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set” (Génesis 5:3). A partir de este instante  la humanidad se divide en dos familias espirituales: La de Caín y la de Set. La de Caín, la más numerosa sigue  las inclinaciones perversas de su padre el diablo. La de Set, minoritaria, la forman los hijos de Dios. Desde la creación de Adán hasta Noé transcurrieron unos mil años. De esta época Dios hace un retrato de la humanidad que desciende de Caín: “Y el Señor vio que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”  (Génesis 6:5). El juicio de Dios sobre el “juguete” que se deterioró por libre decisión fue: “Dijo, pues Dios a Noé: he decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos, y he aquí los destruiré con la tierra”  (v.13).

¿Por qué el Señor tardó casi mil años en destruir la humanidad? La paciencia de Dios tiene un límite. Cuando el límite se ha agotado la sentencia se ejecuta. El Señor le prometió a Abraham que la tierra que pisaban sus pies se la daría en herencia a su descendencia en la cuarta generación. ¿Por qué esta demora tan precisa? “Porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí” (Génesis 15: 16). El Señor siempre aplaza la sentencia hasta el momento en que la maldad colma el vaso y no es posible que el hombre haga marcha atrás en su camino de impiedad.

<b>José Luís Sampedro</b> dice algo que evidencia, aunque sea inconscientemente, su condición de pecador: “Porque aun cuando soy consciente de haber hecho mal muchas cosas en mi vida, y que he podido perjudicar involuntariamente a alguien, tengo la plena seguridad de no haber hecho mal deliberadamente a alguien”. Se quiera reconocer o no, si se es descendiente de Adán por la línea de Caín se nace pecador destituido de la gloria de Dios. Por la fe en el Dios de Set, que no es otro que Jesús, el pecador pasa a ser de hijo del diablo a serlo de Dios, hecho a imagen y semejanza suya. Noé, sus tres hijos con sus respectivas esposas fueron salvados de la destrucción universal porque se cobijaron en el arca que Dios había mandado a Noé que construyese. He aquí lo que el apóstol Pedro dice respecto a Noé: “Y no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos” ( 2 Pedro 2:5). Durante todo el tiempo que duró la construcción del arca los hombres escucharon l mensaje de la inundación que se acercaba, pero tenían oídos que no escuchaban. Decidieron no hacer caso del mensaje de salvación que pronunciaban los labios de Noé y de la fe que acreditaba tener al hacer caso de la amenaza de Dios y construir el arca en que se salvaría él y su familia.

La justicia para ser justa tiene que castigar al delincuente. En Adán todos hemos desobedecido a Dios y con él tenemos que morir física y espiritualmente. La demora en ejecutar la sentencia nos brinda la oportunidad de arrepentirnos y cobijarnos de la destrucción final que se avecina en Jesús.

Octavi Pereña i Cortina

 

LUCAS 16:8


“Y alabó el amo al mayordomo por haber hecho sagazmente, porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes  que los hijos de la luz”

El texto que comentamos siempre me ha intrigado, ¿qué significa? El misterio desapareció pocos días antes de ponerme a redactar este comentario al leer el capítulo 9 de Josué. Como cada día leo simultáneamente el Antiguo y Nuevo testamento, el texto de Josué lo había leído muchas veces, hasta que su lectura me aportó la luz que hizo desaparecer la oscuridad que envolvía el texto de Lucas que comentamos. Leyendo Josué 9 me ha hecho entender el por qué “los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de la luz”.

Los gabaonitas tenían que ser destruidos como todos los habitantes de la tierra que Dios había dado a Israel en herencia. Los gabaonitas se habían enterado de la conquista y destrucción de Jericó y Hay. Sabían que su turno estaba muy cercano. La astucia evitó la destrucción. ¿En qué consistió la astucia? Simulando que eran habitantes de una tierra lejana. Simulación que consistió en vestirse de harapos y llenar las alforjas de pan seco y mohoso. Josué y los ancianos de Israel fueron engañados por los astutos gabaonitas. Aquí se encuentra la clave del por qué “los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz”: “Y Josué hizo paz con ellos, y celebró con ellos alianza concediéndoles la vida, y también juraron los príncipes de la congregación” (v.15). “Y los hombres de Israel tomaron las provisiones de ellos, y no consultaron al Señor” (v.14)

Tres días después de celebrarse el tratado de paz Josué descubrió el engaño. Como siervo de Dios que era respetó el tratado a pesar de que era perjudicial para los intereses de Israel. Para Josué el sí era sí.

El secreto del por qué los hijos de este siglo son más sagaces que los hijos de la luz se encuentra en el hecho de que tanto Josué como los príncipes de la congregación no consultaron al Señor antes de cerrar el trato con los gabaonitas. Este hecho no consta en la Biblia para hacer bonito. El escritor sagrado dejó constancia escrita de este error para que las generaciones posteriores no tropecemos con la misma piedra. El error aparece en la Biblia para que sirva de instrucción para nosotros. La Biblia no se cansa de amonestar una y otra vez a Israel por no escuchar la voz de Dios. Muchos perjuicios le acaecieron por no hacerlo. ¿Aprenderemos la lección los cristianos del siglo XXI?


 

JUECES 22:1-3


“Y el ángel del Señor subió de Guigal a Boquim, y dijo: Yo os saqué de Egipto, y os introduje en la tierra de la cual había jurado a vuestros padres diciendo: no invalidaré jamás mi pacto con vosotros, con tal que vosotros no hagáis pacto con los moradores de esta tierra, cuyos altares habéis de derribar, mas vosotros no habéis atendido a mi  voz. ¿Por qué habéis hecho esto? Por tanto yo también digo: No los echaré de delante de vosotros, sino que serán azotes para vuestros costados, y sus dioses os serán tropezadero”

Son muchas las voces que se alzan en este mundo convulso acusando a Dios por su apatía en resolver sus graves problemas: Guerras. Violencia contra la mujer. Pederastia. Pornografía. Corrupción política. Justicia injusta, y un largo etcétera que hace muy desagradable la vida humana. Las campañas electorales anuncian propuestas para poner fin a las tragedias. La mayoría de las promesa se las lleva el  viento.

Dios sacó a Israel de Egipto para conducirlo a una tierra que “destila leche y miel”, manera de decir que su estancia en la Tierra Prometida, dentro de las limitaciones que impone el hecho de que la Tierra  ha sido maldecida por el pecado de Adán, serían felices. Pero la felicidad no llegó, al contrario, la desdicha fue su desayuno diario. ¿Por qué? El texto de Jueces que comentamos desvela la incógnita.

El Señor hace pacto con Israel para velar por su prosperidad. En todo pacto se exigen obligaciones que comprometen a ambas partes. Por parte del Señor el pecto le comprometía a “no invalidad jamás mi pacto con vosotros”. El compromiso divino quedaría sin efecto si los israelitas pactaban “con los moradores de esta tierra, cuyos altares habéis de derribar”. La relación de Dios con Israel y por extensión con toda la tierra es de vasallaje, de señor a vasallo. Históricamente está documentado que cuando un vasallo hacía tratos con los enemigos del señor, éste tenía derecho a intervenir y castigar al vasallo rebelde. El vasallaje es la relación existente entre Dios y el hombre, aunque no nos gusta que sea así. El hombre debe servir fielmente a su Creador. En el momento  en que hacemos tratos con Satanás, el dios de este mundo, liberamos a Dios de su responsabilidad de protegernos. “Mas vosotros no habéis atendido a mi voz”. En tono suplicante nos dice: “¿Por qué habéis hecho esto?” Nuestra desobediencia libera a Dios de su responsabilidad de cuidar de nosotros. “Por tanto yo también digo: No los echaré de delante de vosotros, sino que serán azotes para vuestros costados, y sus dioses os serán tropezadero”. “No tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12). Nuestros verdaderos enemigos que nos dañan y nos hacen sufrir no lo son las personas que lo hacen, sino los demonios que las impulsan al mal hacer. En tanto no nos sometamos a la autoridad suprema del Rey los demonios tendrán libertad para impulsar a hacer el mal a las personas que nos dañan.


 

dilluns, 15 de gener del 2018

LUCAS 16:8

“Y alabó el amo al mayordomo por haber hecho sagazmente, porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes  que los hijos de la luz”
El texto que comentamos siempre me ha intrigado, ¿qué significa? El misterio desapareció pocos días antes de ponerme a redactar este comentario al leer el capítulo 9 de Josué. Como cada día leo simultáneamente el Antiguo y Nuevo testamento, el texto de Josué lo había leído muchas veces, hasta que su lectura me aportó la luz que hizo desaparecer la oscuridad que envolvía el texto de Lucas que comentamos. Leyendo Josué 9 me ha hecho entender el por qué “los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de la luz”.
Los gabaonitas tenían que ser destruidos como todos los habitantes de la tierra que Dios había dado a Israel en herencia. Los gabaonitas se habían enterado de la conquista y destrucción de Jericó y Hay. Sabían que su turno estaba muy cercano. La astucia evitó la destrucción. ¿En qué consistió la astucia? Simulando que eran habitantes de una tierra lejana. Simulación que consistió en vestirse de harapos y llenar las alforjas de pan seco y mohoso. Josué y los ancianos de Israel fueron engañados por los astutos gabaonitas. Aquí se encuentra la clave del por qué “los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz”: “Y Josué hizo paz con ellos, y celebró con ellos alianza concediéndoles la vida, y también juraron los príncipes de la congregación” (v.15). “Y los hombres de Israel tomaron las provisiones de ellos, y no consultaron al Señor” (v.14)
Tres días después de celebrarse el tratado de paz Josué descubrió el engaño. Como siervo de Dios que era respetó el tratado a pesar de que era perjudicial para los intereses de Israel. Para Josué el sí era sí.
El secreto del por qué los hijos de este siglo son más sagaces que los hijos de la luz se encuentra en el hecho de que tanto Josué como los príncipes de la congregación no consultaron al Señor antes de cerrar el trato con los gabaonitas. Este hecho no consta en la Biblia para hacer bonito. El escritor sagrado dejó constancia escrita de este error para que las generaciones posteriores no tropecemos con la misma piedra. El error aparece en la Biblia para que sirva de instrucción para nosotros. La Biblia no se cansa de amonestar una y otra vez a Israel por no escuchar la voz de Dios. Muchos perjuicios le acaecieron por no hacerlo. ¿Aprenderemos la lección los cristianos del siglo XXI?


JUECES 2: 11-13

“Entonces los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del Señor, y sirvieron a los baales. Dejaron al Señor, el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron, y provocaron a ira al Señor: Y dejaron al Señor y adoraron a Baal y Astoret”
Josué había fallecido y partido su alma para estar en presencia del Señor. “Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no había conocido al  Señor, ni la obra que Él había hecho para Israel” (v.10).
¿Recuerda el lector qué tenía que hacer Israel con el mandamiento: “Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma y con todas tus fuerzas?  (Deuteronomio 6:5). La respuesta que da la Escritura es: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón, y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andan do por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (v .7). Resumiendo: Cada generación  debe empezar de nuevo pero no a partir de cero. El comienzo debe producirse a partir del legado que han dejado sus padres. De ahí la importancia de que los padres instruyan a los hijos en los caminos del Señor.
El libro de Jueces nos enseña algo que debemos tener en cuenta y es que a pesar de que “los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del Señor y sirvieron a los baales”, el Señor levantaba jueces que hacían que el pueblo se volviese a Dios y Éste los libraba de la opresión de sus enemigos.
A pesar que “en estos días no había rey en Israel, cada uno hacía lo que bien  le parecía” (Jueces 21:25), el libro de Rut nos enseña la existencia de Noemí, una mujer viuda que a pesar que quería que sus nueras la llamaran “Mara” “porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso” (Rut 1: 20), fue un ejemplo para su nuera Rut que dice a su suegra: “Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios” (v.16). No se nos dice nada de quienes fueron los padres de Noemí. Dado el silencio debemos suponer que se tomaron en serio educarla en el temor del Señor. Rut, a pesar de ser moabita fue una antepasada del Señor.
¿Qué tenemos que decir de Ana, la mujer estéril “que con amargura de alma oraba al Señor, y lloraba abundantemente “? (1 Samuel 1:10). Suplicaba por un hijo y la consecuencia de sus súplicas fue el nacimiento de Samuel que consagró al Señor y que se convirtió en juez de Israel, finalizando con él el oscuro período de Jueces. Gracias a madres y padres y piadosos y temerosos del Señor la Palabra de Dios ha llegado hasta nuestros días, iluminando corazones de hijos e hijas que la han transmitido que a su vez a sus descendientes.

¡Quiera el Señor utilizarnos a nosotros como heraldos de su amor para darlo a conocer a la generación que nos sigue!

dilluns, 8 de gener del 2018

REFORMA INACABADA

<b>Las 95 tesis de Martín Lutero siguen siendo tema de debate</b>
Un hecho que parecía superado porque se reservaba a épocas de oscurantismo religioso sigue siendo de actualidad: el comercio de reliquias. <b>Eusebio Val</b>, escribe: “Los italianos siempre han sido muy católicos y hábiles comerciantes. No debe sorprendernos el pujante negocio de las reliquias sagradas, y menos todavía en estos tiempos de tan fácil mercado global gracias a internet. En el portal de los estados Unidos d’eBay, coloso de las ventas y subastas en línea se ofrece un relicario que contiene un recipiente que supuestamente guarda leche del pecho de la Virgen María, la leche que amamantó a Jesús. El precio es de 3000 dólares”. No puedo imaginarme a alguien acercándose a María mientras amamantaba a su Hijo y ponerle un recipiente bajo el pecho para recoger una gotitas de tan preciado líquido. No puedo entender que alguien crea que después de más de 2000 años se haya conservado una minúscula muestra de la leche de María de no ser que la credulidad de dicha persona le haga creer la enseñanza de que huesos y otras reliquias de supuestos santos deban venerarse con una especie de culto religioso y ver en ellos medios de recibir gracias y favores divinos.
<b>Val</b> sigue escribiendo: “El Vaticano es muy consciente de esta escandalosa realidad y quiere ponerle límite…Por ello, el pasado sábado (que tendría que ser el 16 de diciembre de 2017) se anunció un amplio decreto de 38 artículos con instrucciones muy precisas sobre la autenticación y manipulación de las reliquias sagradas”. ¿Qué credibilidad se le podrá dar a la garantía que procede de una Institución dada a la mentira? El comercio de reliquias seguirá y se pagarán sumas astronómicas por ellas en tanto los fieles católicos sigan creyendo el engaño de que los considerados santos/as se les puede venerar y una vez fallecidos se les pueda rendir culto y súplicas como si fuesen dioses y de ellos recibir bendiciones espirituales y temporales. Una pregunta que deberían hacerse quienes se dejan seducir por el engaños de los poderes de las reliquias es: Si el apóstol Pedro que no aceptó en vida que el centurión Cornelio se postres a sus pies para adorarle cuando salió a recibirle  y levantándole le dijese: “Levántate, pues yo mismo también soy hombre” (Hechos 10: 25,26). ¿Cómo podría aceptar ahora que está muerto, aceptar el culto que se le rinde, adoración que pertenece exclusivamente al Señor Jesús? Es imposible esta herejía.
El culto a las reliquias también tiene un fuerte  sabor a fetichismo. El fetichismo es la forma más grosera de idolatría. Consiste en dar culto y atribuir virtudes mágicas a objetos materiales tal como los presenta la naturaleza. Solamente se precisa pronunciar unas palabras en latín y hacer con la mano la señal de la cruz y aquellos objetos inofensivos adquieren poderes milagrosos. El pan y el vino conservando sus características naturales, se transforman en el cuerpo y la sangre de Jesús, sustancias objeto de adoración cuando los fieles participan en la eucaristía y al ser llevados en procesión. El agua después de haber sido bendecida por el sacerdote tiene el poder de regenerar al bautizado. El aceite puro de oliva consagrado confiere gracia a los moribundos…
Según <b>Val</b> “la Santa Sede no quiere eliminar una expansión tan importante de la religiosidad popular –que es muy valorada por el papa actual, Francisco- sino regularla de una manera adecuada para evitar los abusos. Se imponen procedimientos muy precisos y controles estrictos”. ¡Sobre todo conservar la religiosidad popular que es contraria a las enseñanzas bíblicas!
Con la celebración del Quinto Centenario de la Reforma iniciada por Martín Lutero, la reforma de la Iglesia todavía no ha finalizado. Lutero denunció la corrupción y la superstición existentes en la Iglesia católica, no solamente denunciándolas, lo hizo de manera más efectiva poniendo al alcance de los alemanes la Biblia traducida su idioma. En otras naciones europeas se siguió el ejemplo alemán y se tradujo a sus respectivos idiomas la Palabra de Dios directamente del original hebreo y griego. Por fin la Palabra de Dios estaba al alcance del pueblo llano de manera comprensible. No basta con tener la Biblia al alcance de la mano, se precisa el deseo de leerla. Las versiones protestantes de la Biblia tienen una característica que las distingue de las católicas: No tienen notas a pie de página que guíen al lector a interpretarla según dicten los doctores que tiene la Santa Madre Iglesia.
Las iglesias tienen que estar en un constante proceso de reforma. Esto es posible si los fieles siguen las instrucciones  que el apóstol Pablo da cuando escribe a su discípulo Timoteo: “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quien has aprendido, y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:14-17). Este texto no invalida el pastorado evangélico. Refuerza el cumplimiento del deber que tienen los pastores de predicar la sana doctrina. A la  vez, el fiel es exhortado a velar por su salvación. N o puede dejarla pasivamente en manos ajenas. El que la Biblia esté en las manos el pueblo y la lea y medite lo leído hace posible que controle a los predicadores. Los pastores también son hombres falibles que asimismo necesitan ser corregidos cuando convenga. La reforma iniciada por Lutero el 31 de octubre de 1517 irá consiguiendo su objetivo en la medida que iglesias y fieles persistan en reformarse a la luz que irradia la Biblia. Se llegará a la meta en el día de la resurrección.
Octavi Pereña i Cortina



1 REYES 18: 17

“Y cuando Acab vio a Elías, le dijo: ¿Eres tú el que perturbas a Israel?”
Una larga sequía de tres años abocó a Israel a la miseria. Finalizado el tiempo determinado por el Señor, Elías recibe  el encargo: “Ve, muéstrate a Acab, y yo haré llover sobre la tierra” (18:1). Cuando Elías se encuentra con el rey Acab éste le dice al profeta  las palabras del texto que comentamos. Las palabras del monarca indican que en él no hay la más mínima responsabilidad por la catastrófica situación en que se encuentra el país. “¿Eres tú el que perturbas a Israel?” De Acab la Biblia dice: “Y Acab hijo de Omri hizo lo malo ante los ojos del Señor, más que todos los que reinaron antes de él” (1 Reyes 16:30). El profeta anuncia la sentencia por la impiedad del monarca: “Vive el Señor Dios de Israel en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra” (17:1). Desde el momento en que Elías predice la sequía hasta su reencuentro, Abdias,, siervo de Acab, le dice al profeta: “Vive el Señor tu Dios, que no ha habido nación ni reino a donde mi señor no haya enviado a buscarte, y todos han respondido: No está aquí, y a reinos y naciones ha hecho jurar que no te han hallado” (18:10). Para Acab Elías se había convertido en el enemigo público número uno de Israel. En palabras de hoy Elías sería el terrorista más buscado. ¿Era Elías el perturbador  de Israel? ¿Era el profeta el responsable de tan grave sequía? No. Elías era tan solo el heraldo del Rey que juzga y castiga la deslealtad de su vasallo Acab.
¿Qué le responde Elías a Acab de su acusación de ser el perturbador de Israel? “Yo no he turbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos del Señor, siguiendo a los baales” (18:18). La sequía no solamente afecto a Israel, países adyacentes también la padecieron. La viuda con el hijo que estaban a punto de morir de hambre, a los que el profeta salvó de la muerte, eran de Serepta de Sidón.
Las graves sequías que afectan a grandes extensiones de África y en otras zonas del mundo, los terremotos, las inundaciones catastróficas, la deforestación de las selvas por la mano del hombre, los incendios forestales naturales o provocados, todo ello y mucho más lo consideramos “catástrofes naturales”. Pero no, detrás d todo ello se encuentra la mano de Dios que castiga a los hombres por haber dejado “los mandamientos de Dios, y seguido a los baales”. Los baales los podemos sustituir perfectamente por los dioses de las zonas devastadas por las catástrofes naturales”. En los países cristianos afectados por las “catástrofes naturales” los baales son sustituidos por los santos/as, vírgenes que suplantan al Dios único y verdadero.
Acab acusa a Elías de perturbador. Los afectados por las “catástrofes naturales” acusan a Dios por no protegerlos. Si Dios hablase hoy por medio de un profeta, ¿qué les diría a aquellos que lo acusan de desentenderse de ellos? “Yo no he turbado vuestro país, sino vosotros y la casa de vuestro padre que habéis dejado mis mandamientos para ir en pos de los dioses que os habéis hecho con vuestras manos, que tienen ojos para ver pero no ven, oídos para oír pero no oyen; manos que no ayudan, y pies que no los acercan a vosotros. Abandonadlos y volveos a mí, Jesús, el Hijo de Dios vuestro Salvador.


1 REYES 8: 35,36

Si el cielo se cerrase y no lloviese, por haber ellos pecado contra ti, y te rogaran en este lugar y confesaren tu Nombre, y se volvieren del pecado, cuando los afligieres, tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden, y darás lluvia sobre la tierra, la cual diste a tu pueblo  por heredad”
Estamos pasando por una grave sequía que amenaza el suministro de agua potable en algunas poblaciones y la producción agrícola por la escasez de agua de riego. Hasta  el presente no tengo conocimiento de que se vayan a organizar procesiones y rogativas a santos y vírgenes locales para suplicarles que las nubes transporten agua.
Los versículos que comentamos no solamente tienen que ver con el Israel nacional. Tal como enseñan los versículos 41-43 las bendiciones de Dios también alcanzan a los extranjeros y se cumplen determinadas condiciones.
La extrema sequía que soportan algunos países va más allá el cambio climático. En un mundo que se seculariza y en donde la religión es una tradición sin relación íntima con Dios, no gusta relacionar los problemas hidrológicos con el Creador. Prefieren afrontar el problema de manera científica, olvidando que el grifo del agua lo abre y cierra Dios, no la ciencia. Esta intenta abrirlo pero no puede.
Si las nubes no transportan agua es “por haber ellos pecado contra ti”. Pecado es una palabra que se pretende eliminar del diccionario. Aun cuando se consiguiera, la rebeldía contra Dios persistiría. Quiérase o no el hombre es un pecador  que da la espalda a Dios. Se debe reconocer que hemos pecado contra Dios y que en vez de seguirle a Él lo hemos hecho a otros dioses de fabricación humana. La solución a los problemas hidrológicos es que los hombres rueguen al Dios único y verdadero y abandonen el pecado. Si no se produce una conversión masiva como la que se produjo en Asiria a la predicación de Jonás, en donde desde el rey hasta el último súbdito se arrepintieron de sus pecados y la destrucción que pendía de un hilo, se retrasó hasta que Nabucodonosor rey de Babilonia la conquistó, no saldremos del atolladero
No es cuestión de apedazar el problema del pecado y de la relación con Dios. A los habitantes de la Tierra se les debe enseñar “el buen camino en que anden, y darás lluvia sobre la Tierra”. Los hombres deben desnudarse ante Dios. Deben despojarse de sus delantales cosidos con hojas de higuera y que su injusticia sea tapada con las túnicas de lino blanco que representan  que sus pecados han sido lavados con la sangre de Jesús. Dudo que la conversión  masiva a Jesús sea un hecho. La Biblia no da pie a creerlo. Pero cada persona realmente convertida a Jesús se convierte en ciudadano de la Jerusalén celestial en donde en el día de la resurrección le espera un río limpio de agua de vida resplandeciente como cristal que sale del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, está el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto, y las hojas del árbol son sanidad para las naciones. El jardín convertido en desierto recupera la lozanía perdida.


dimarts, 2 de gener del 2018

NOTICIAS FALSAS

<b>Mentimos tan a menudo que terminamos creyendo que lo que decimos es verdad</b
<b>Victor Kubik</b>, refiriéndose al escrito <i>¿Por qué mentimos</i> publicado en <i>National Geographic</i> en junio de 2017, comenta: “El escrito en National Geographic intenta demostrar que mentir forma parte de la naturaleza humana. Algunos pueden erróneamente y peligrosamente derivar  a disculpar o justificarla. El autor indica que investigadores en ciencias sociales y neurólogos creen que mentir sin restricciones se considera <i>profundamente enraizado en la condición humana</i>. El autor no intenta afirmar que la mentira sea algo bueno. Pero confirma una terrible verdad: mentir es algo en que muchos de nosotros somos maestros. Mentimos fácilmente, grandes o pequeñas mentiras, a extraños, a compañeros de trabajo, a amigos, a personas amadas”. La mentira es omnipresente. Nadie es inmune a ella. Da lo mismo que uno sea un científico, no vacila en presentar como propios trabajos de investigación ajenos. Se presentan denuncias por plagios musicales, literarios, estudios realizados…Allí en donde se encuentra una persona le acompaña la sombra de la mentira. Se pueden dictar leyes para extirparla que no sirven para erradicarla, porque las leyes no cambian la naturaleza humana.
El  noveno mandamiento de la Ley de Dios, declara: “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio” (Éxodo 20:16). Esta declaración se acostumbra a resumirla en dos palabras: “No mentirás”. La Ley de Dios no tiene el propósito de denunciar un comportamiento con la finalidad de conseguir que el ser humano no haga lo que prohíbe. El objetivo de la Ley de Dios no es hacer buenas a las malas personas. Todo lo contrario, hacer ver a las personas que son malas y que no pueden dejar de serlo. El dirigente de Israel que se acerca a Jesús para preguntarle: ”¿Qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?” (Lucas 18:18). El Señor le dice que guarde los mandamientos. La respuesta que Jesús recibe es: “Todo esto lo he guardado desde mi juventud” (v.21). Al oír esto Jesús le dice: “Aún te falta una cosa: Vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo, y ven, sígueme” (v.22). La reacción del dirigente de Israel al oír esta respuesta fue: “Oyendo esto se puso muy triste, porque era muy rico” (v.23). El dirigente de Israel creía que cumplía los mandamientos de la Ley de Dios. En el momento en que Jesús rasca las profundidades de su corazón se descubre que la tal persona tenía el dios dinero que no era el Dios a quien tenía que amar por encima de todas las cosas.
La incapacidad del ser humano de guardar la Ley de Dios la pone de manifiesto Santiago cuando escribe: “Porque cualquiera que guarde toda la Ley, pero ofende en un punto, se  hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la Ley” (Santiago 2: 10,11). Jesús fue mucho más allá del pecado tangible cuando dijo: “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5: 27,28). De la misma manera que el adulterio espiritual forma parte de la naturaleza humana, y hoy más que nunca cuando la difusión de la pornografía por Internet al alcance de todo el mundo, sin excluir a niños y adolescentes, la mentira es imposible que la humanidad controlada por Satanás, que es el padre de la mentira, pueda superar este pecado.
Según el artículo publicado por  National Geographic el 22% de las personas mienten para tapar una trasgresión  personal. Un 16% miente y defrauda para conseguir beneficios económicos. Otro 15%  miente para obtener beneficios que van más allá e los económicos. Un 14% miente para evitar perder alguna cosa. Otro 8% miente para mejorar la imagen personal. El resto de las mentiras va entre explicar exageraciones para hacer reír a las personas, para hacer daño, para quedar bien, no molestar y por otros motivos. La expansión de la mentira es decepcionante. Produce muchos estropicios políticos, económicos y sociales.
“Martillo y cuchillo y saeta aguda es el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio” (Proverbios 28:18), es el concepto que la Biblia tiene de la mentira. El hecho de que el texto utilice tres armas que los soldados utilizaban en las guerras de la antigüedad pone al descubierto el poder que tiene la mentira para hacer daño. He aquí la importancia que tiene el mandamiento: No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”
Durante la pasada campaña electoral algunos de los candidatos a la presidencia de la Generalitat de Catalunya esgrimieron declaraciones que caben perfectamente en la categoría legal de <i>incitación al odio</i>. La ley, si lo hace puede sancionar hechos, pero es incapaz de cambiar las inclinaciones del corazón del que brotan sentimientos que la lengua transforma en martillos, cuchillos y saetas agudas. Es por ello que las <i>fake news</i>, noticias falsas proliferan tan abundantemente durante las campañas electorales.
Unos textos de la carta de Santiago:
“Pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos a Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a semejanza de Dios” (3: 8,9).
“Y la lengua es un fuego un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros  y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno” (3: 6). Este texto nos informa del origen de la mentira y por lo tanto nos proporciona la receta para curarla. Nos indica que nace en el infierno, manera de decir que las personas que tienen lenguas como martillos, cuchillos y saetas agudas se originan en Satanás que es el padre de la mentira. Por nacimiento natural todos nacemos siendo hijos espirituales del diablo. Esta es la razón por la que a mentira crece tan ufana como las malas hiervas. Por la conversión a Cristo el hijo  del diablo se convierte en hijo de Dios y la verdad de Dios empieza a manar de su corazón como aceite que apacigua al otro. No son palabras que encienden pasiones  sino palabras que hacen la convivencia más llevadera.

 Octavi Pereña i Cortina

HEBREOS 12:2

“Puestos los ojos en Jesús, el Autor y consumador de la fe”
El mensaje es claro. La mirada puesta en Jesús porque en Él no hay sombra de pecado y porque Él es el Autor de nuestra salvación. Al contemplar la santidad de Jesús se pone de manifiesto la inmundicia del ser humano. A medida que la mirada se va apartando de Jesús se la va poniendo en el hombre, con lo cual “maldito el hombre que confía en el hombre,…y su corazón se aparta del Señor” (Jeremías 17:5).
Joan Josep Omella, arzobispo de Barcelona nos invita a apartar los ojos de Jesús cuando en su escrito: “Navidad o la humildad de Dios”, nos aconseja de seguir el ejemplo de Francisco de Asís que en el año 1223 “tuvo la inspiración de reproducir en vivo el nacimiento de Jesús. Una preciosa tradición que hemos de conservar. Animo a las familias a colocar el belén en sus hogares. Que la contemplación del nacimiento…nos aumente a experimentar de forma concreta, viva  y actual la humilde grandeza del acontecimiento del nacimiento del Niño Jesús”. El arzobispo nos está diciendo que debemos ir a Jesús con la ayuda de un mediador, en este caso de un belén. En otros, de María, de los santos y de la misma iglesia. Puesta en práctica esta teología no debe extrañarnos que los mediadores de fabricación humana sean cada vez más ensalzados y que el único Mediador entre Dios y el hombre que es Jesús quede relegado a un segundo plano y, en muchos casos, totalmente olvidado.
“Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a sr cabeza el ángulo.  Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro Nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:11,12). Pongamos, pues, los ojos “en Jesús, el Autor y consumador de la fe”.
Jesús conversando con Nicodemo “un principal entre los judíos” que se supone que si no era un “doctor de la iglesia judía”, debería ser versado en la Ley. A este erudito Jesús lo remite a Levítico 21: 4-9) en donde “habló el pueblo contra Moisés” y en consecuencia “el Señor envió  entre el pueblo serpientes ardientes que mordían al pueblo, y murió mucho pueblo de Israel”. Para acabar con la plaga el Señor mandó a Moisés que hiciese “una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta, y cualquiera que fuese mordido y mirase a ella vivirá”. Más tarde, el rey Ezequías “hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel” (2 Reyes 18: 4). Lo que fue un símbolo de salvación se convirtió en objeto de adoración. Al llevar Jesús a Nicodemo a recordar un hecho histórico lo hace con el propósito de enseñarle el significado que tenía la serpiente de bronce: “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda más tenga vida eterna” (Juan 3: 14,15). De la misma manera que los israelitas convirtieron a la serpiente en un ídolo los obispos lo hacen con el “Jesusito” de los belenes cuando los bendicen. La mirada de fe la debemos poner en el Jesús muerto y resucitado para salvación del pueblo de Dios.


SALMO 51: 5

“He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre”
La expresión teológica “pecado original” no aparece en la Biblia. Sirve para expresar el hecho de que todas las personas por el mero hecho de haber sido concebidas son engendradas pecadoras. El rey David después de haber sido amonestado por el profeta Natán por su pecado de adulterio e indirectamente haber asesinado a Urías el esposo de la mujer ultrajada, escribe el salmo 51. El  versículo 5 reconoce la universalidad del pecado. De que no hay nadie justo. Y que por el hecho de que todos hemos pecado, todos, sin excepción, estamos destituidos de la gloria de Dios.
El texto que transcribo de Joan Josep Omella, arzobispo de Barcelona, merece una reflexión: “Esta Navidad, os animo a contemplar con gozo a nuestros niños y a descubrir en ellos la mirada del niño Jesús”. El arzobispo barcelonés nos presenta una imagen idealizada de la infancia que no se ajusta a la realidad. Cuando contemplamos a un bebé sonriendo en la cuna acostumbramos a decir: ¡Qué guapo, sí parece un angelito! Cuando a este mismo bebé lo contemplamos chillando, pataleando por conseguir algo, deja de ser un angelito para convertirse en un monstruo. No se puede idealizar a la infancia.
Dada la condición pecadora de los niños, por buenos que sean dentro de los límites que implica ser buenos, jamás debemos contemplarlos con la posibilidad que nos puedan proporcionar un bien espiritual. Creo que el arzobispo  se excede cuando dic que hemos de “contemplar con gozo a nuestros niños y descubrir en ellos la mirada del niño Dios”
Los niños, a pesar de su apariencia angelical pueden llegar a cometer los crímenes más atroces. La historia nos muestra la perversidad de personas que se han criado en un buen entorno. Los padres jamás deben mirar a sus hijos esperando ver en ellos al “niño Dios”, sino como pecadores que como David necesitan un Natán que les haga ver su pecado que les lleve a confesar: “En maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre”.
Los padres jamás deben ver a sus hijos como ejemplo a imitar. El único modelo perfecto, sin efecto, sin pecado, es Jesús. Contemplarlo a Él  pone de manifiesto el pecado de los padres y la necesidad del perdón que Dios concede por la fe en su Hijo
David pide a Dios: “vuélveme el gozo de tu salvación”. ¿Qué ocurre  cuando alguien hace esta súplica? La tal persona está segura de su salvación y, de la abundancia del corazón habla la boca: “Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti”. Los padres que por fe miran a Jesús clavado en la cruz se convierten en los instrumentos que el Señor utiliza para que sus vástagos que por nacimiento natural son hijos del diablo puedan convertirse por la fe en Jesús en hijos de Dios.