NEHEMIAS 8:8
“Y leían en la Ley de Dios claramente, y
ponían el sentido, de modo que entendían la lectura”
Un grupo de
judíos deportados a Babilonia regresa a Jerusalén y se enfrasca en la
reconstrucción de las murallas y el templo. Bajo la dirección de Esdras y el
pueblo concentrado en la plaza se leyó el libro de la Ley de Dios y, “ponían el
sentido, de modo que entendían la lectura”. Entender la Biblia es de capital
importancia para las personas que quieren crecer en el conocimiento de Dios.
Para ello es preciso que en las iglesias se encuentren personas dotadas por el
Espíritu Santo para hacer comprender el significado dela Biblia a quienes se
congregan para oír la palabra de Dios. Cristo ascendido a los cielos “dio dones
a los hombres” (Efesios 4:8). “Y El
mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a
otros pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra de
ministerio para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos
a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto,
a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (vv.11-13).
El ministerio
cristiano no es de elección humana. Es el Señor quien escoge a las personas que
deben desempeñarlo aun cuando lo hace por la instrumentalidad humana. La
iglesia incipiente cuando se vio en la necesidad de llenar en el grupo de los
apóstoles la vacante dejada por la muerte del traidor Judas, “orando dijeron:
Tú Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has
escogido” (Hechos 1: 24).
La iglesia no
es un partido político, ni una asociación sin ánimo de lucro que pueden elegir
a la ligera las juntas directivas. La iglesia debe escoger a sus pastores y
diáconos de manera muy seria porque tiene que ver con la gloria de Dios y la
salvación de los pecadores.
La iglesia
cuando se reúne para elegir a sus pastores debe tener muy claro que la
finalidad de los elegidos es “perfeccionar a los santos, para la obra del
ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos
a la unidad de la fe y del conocimiento
del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida y a estatura de la plenitud
de Cristo”.
Desconozco si
la iglesia en la que se congrega el lector se encuentra en el momento de tener
que elegir pastor. Según los textos empleados en este comentario, el futuro de
la iglesia depende de la idoneidad de las personas escogidas para gobernar a la
iglesia. La elección de quienes deben instruir al pueblo para que entienda la
palabra de Dios debe hace bajo la dirección del Espíritu Santo.
OSEAS 14: 9
“¿Quién es sabio para que entienda esto,
y prudente para que lo sepa? Porque los caminos del Señor son rectos, y los
justos andarán por ellos, mas los rebeldes caerán en ellos”
¿Por qué hay tantas
personas que cuando se refieren al Antiguo Testamento acusan a Dios de injusto y cruel por ordenar la
muerte de homosexuales, violadores del sábado, de hijos rebeldes…? Porque estas personas no son salvas, no
entienden, no son prudentes para saber.
Antes que nada
se debe tener presente que para entender correctamente la Biblia, el intérprete
debe poseer el Espíritu Santo. Sin su presencia al hombre le es totalmente
imposible entender el pensamiento de Dios que debe ser analizado
espiritualmente. Cuando se analiza el Antiguo Testamento con la ayuda del
Espíritu Santo, se entiende que las órdenes aparentemente injustas y crueles
que da Dios las da según su justicia sin mácula. Dios castiga a los pecadores
según la gravedad de su pecado. No debe olvidarse que la justicia de Dios es
perfecta y que todos los hombres deben
enfrentarse a ella en un momento u otro. De manera definitiva cuando deberá
enfrentarse al tribunal de Cristo en el día final.
Volvamos al
presente: “¿Quién es sabio para que entienda, y prudente para que lo sepa?”
Quienes son sabios y entienden que los caminos del Señor son rectos, el texto
nos dice que son los justos. Los justos, los que han sido salvados por la fe en
Jesús son los únicos capacitados para
entender que las supuestas injusticias y crueldades de Dios son actos de su
justicia. Los caminos del Señor son rectos y los justos andarán por ellos.
Transitan por el camino estrecho que es Jesús que conduce al Padre y a la vida
eterna. Lo que preocupa a los justos no
son los juicios de Dios, sino la rebeldía de los hombres que en su obcecación
persisten en enfrentarse a Dios. Desconocen lo que es el arrepentimiento y la
humildad para reconocer que son pecadores merecedores de oír la sentencia del
Juez justo: CULPABLE.
Los juicios de
Dios son justos y verdaderos. Cuando los rebeldes abran los ojos en el reino de
la muerte descubrirán que lo que ellos consideraban injusticias y crueldades de
Dios no lo eran. Lo descubrirán cuando será demasiado para arrepentirse.
Hoy es el día
de la salvación. Todavía está abierta la puerta que está abierta para que el
pecador ande por la fe por el camino estrecho que es Jesús que conduce a la
vida eterna. Es una decisión que el rebelde no puede dejar para mañana porque
es posible que el mañana no dé lugar al arrepentimiento.
http://octaviperenyacortina22.blogspot.com
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