VIGOREXIA
<b>El
culto al cuerpo es la consecuencia de la insatisfacción que se tiene de uno
mismo</b>
“La
preocupación excesiva por tener un cuerpo perfecto, esta dictadura de la
imagen, también es cosa de hombres. O sea, un problema que ya no se escribe sólo
en femenino” (Cristina Sen). Según datos de la Fundación Imagen y
Autoestima, existe un 65% de
adolescentes españoles que se declaran insatisfechos con su cuerpo. La causa de
esta numerosa insatisfacción corporal en parte se debe a que el cuerpo masculino
se ha visto progresivamente expuesto a la opinión pública porque el descomunal
mercado de la belleza ha creado un ideal masculino en forma de V que es anormal
pero que se presenta como el modelo de belleza ideal. La culpa de que se haya
distorsionado el concepto de belleza masculina
se debe a que las imágenes de estos cuerpos <i>ideales</i>
son el producto de la manipulación fotográfica por medio de Photoshop que los
retoca y pule. El bombardeo constante de esta belleza artificial despierta la
insatisfacción en aquellos que se miran en este espejo y relacionan la imagen artificial con la
masculinidad. La autoestima y el estado de ánimo salen malparados de la
comparación, lo cual explica la dependencia de los insatisfechos al ejercicio
físico, de las muchas horas de gimnasio, del consumo de productos proteicos y
anabolizantes.
La
anorexia está más extendida en el ámbito femenino. En el masculino lo que
prevalece es la vigorexia que es la visión distorsionada del propio cuerpo al
considerarlo débil y que se debe vigorizar al precio que sea. El ideal estético del hombre musculado ha
sido una constante a lo largo d los siglos. Las obras escultóricas de la Grecia
clásica son un ejemplo de ello. Ahora, pero, la adolescencia está siendo
constantemente bombardeada por las imágenes de
de unos <i>cuerpos perfectos</i> elaborados por Photoshop,
cosa que permite que se multipliquen las insatisfacciones.
De
la anorexia se ha hablado extensamente. La
vigorexia de momento sigue siendo una palabra poco conocida pero que le
espera un futuro glorioso. La vigorexia consiste en un trastorno de la conducta
alimenticia que es consecuencia de poseer una imagen de belleza corporal
irreal. Normalmente afecta a varones que gracias a la publicidad se ven
excesivamente delgados y con insuficiencia masa muscular. En consecuencia se
dan al ejercicio físico de manera continuada y excesiva. Rechazan los alimentos
grasos e incorporan en la dieta gran cantidad de proteínas e hidratos de
carbono. A menudo la vigorexia está asociada al abuso e complejos vitamínicos y
anabolizantes derivados de la tetasterona, substancias con efectos secundarios
graves.
La
vigorexia es un trastorno que es el resultado de un ideal de belleza en el que
una persona piensa constantemente porque se reocupa por su cuerpo excesivamente
ya que lo considera débil lo cual le provoca un trastorno compulsivo. Las
personas que lo sufren se obsesionan con las supuestas imperfecciones que
distorsionan la percepción que tienen de sí mismos.
Uno
de los síntomas relevantes de la vigorexia es un programa duro de entrenamiento
centrado en el levantamiento de pesos con el propósito de desarrollar la
musculatura con la ayuda de anabolizantes. Se dan algunos factores que
contribuyen a la presencia e la vigorexia: La intimidación y las burlas durante
el período escolar. No bebe olvidarse el ensañamiento y el asedio de los niños
con lo que es diferente o desagrada. Como quiera que el trastorno empieza a
detectarse en la infancia y adolescencia los expertos consideran que se debe empezar
a trabajar con chicos en esta etapa de la vida en que la personalidad se
encuentra en proceso de formación. No habiendo alcanzado madurez
suficiente está abierta a la influencia
externa. La infancia/adolescencia es una etapa de la vida caracterizada por la
inseguridad y por buscar la aceptación del grupo en el que se encuentra el
modelo a imitar.
La
vigorexia con todos los trastornos compulsivos son el resultado de una
psicología débil debido a la carencia de una autentica espiritualidad. Los
expertos consideran que la prevención de la vigorexia se debe empezar a ejercer
cuanto antes mejor. Los mejores consejeros de los niños deben serlo los padres,
si esos son conscientes de la delicada misión de educr a sus hijos. Algunos
padres desearían que existiesen escuelas
de formación de padres que les enseñasen a comportarse como padres
responsables. Ese modelo de escuela no existe. Si alguna institución
pretendiese llenar el vacío existente no podría cumplir el objetivo porque su
enseñanza sería académica que no llegaría a llenar el vacío existente.
La
paternidad responsable que sabe inculcar en los hijos la fortaleza de carácter
que no se deja influir por las presiones externas que quieren conformarlos a la imagen de moda
cambiante se forja en la Biblia que hace resaltar los defectos de los padres y
pone ante sus ojos el modelo de hombre perfecto que es Jesús. Estos padres con
sus muchas debilidades y contradicciones saben que no son el modelo perfecto
para sus hijos pero teniendo ante ellos el modelo que representa Jesús les enseñan a depositar la fe en Él en donde
encuentran la fortaleza que necesitan para no dejarse guiar por los vaivenes de
la moda.
Octavi Pereña i Cortina
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