SOFONÍAS 1:12
“Y acontecerá en aquel tiempo que
yo escudriñaré Jerusalén con linterna, y castigaré a los hombres que reposan
tranquilos como el reino asentado, los cuales dicen su corazón: El señor no
hará bien ni hará mal”
Quien tiene oído para oír que escuche
lo que el señor tiene que decirle. Sofonías con lenguaje gráfico que es
entendedor dice que el Señor lo ve todo.: “Yo escudriñaré Jerusalén con
linterna”. Es una manera muy clara de decir: Yo veo todo lo que hacen. No
hay nada por escondido que esté que mis ojos no lo vean. Dios que es justo en
sus juicios, al contemplar lo que descubre la linterna no le queda otro remedio
que “castigar a los hombres que reposan tranquilos como el reino asentado”.
Estas personas que “reposan tranquilas” no permanecen ociosas. Durante
la noche maquinan las fechorías que harán durante el día. Como no tienen en
cuenta a Dios en sus caminos porque no creen en Él porque que consideran que no
existe, que su existencia es una fábula inventada por los sacerdotes con el
propósito de atemorizar a las personas para tenerlas dominadas, dicen en su
corazón: “ El Señor no hará bien ni hará mal”. No tienen temor de
Dios y creen que sus crímenes permanecerán impunes.
Pero Dios que sí existe y que
además es justo en sus decisiones anuncia anticipadamente la sentencia que dará
para que puedan arrepentirse y abandonar sus pecados: “Por tanto serán
saqueados sus bienes, y sus casas asoladas, edificarán casas, mas no las
habitarán, y plantarán viñas, mas no beberán el vino de ellas” (v.13). El
anuncio que Sofonías hace del castigo que Dios infligirá a Jerusalén por mano
de Nabucodonosor rey de Babilonia, ¿nos lleva a reflexionar sobre lo que nos
ocurre hoy? Guerras devastadoras destruyen países sembrando dolor y miseria.
Amenazas de guerras que anticipan devastación, sufrimiento y hambrunas.
Gobernantes que gobiernan injustamente porque no tienen en cuenta la Ley de
Dios que enseña a gobernar con justicia. ¿Podemos seguir reposando tranquilos
como el reino asentado?
Para
aquellos que creían que el Señor no hará bien ni hará mal, les anticipa
la sentencia que ejecutará Nabucodonosor: “Esta ciudad alegre que estaba
confiada, la que decía en su corazón: Yo y no más. ¡Cómo fue asolada, hecha
guarida de fieras! Cualquiera que pase junto a ella, se burlará y sacudirá su
mano” (2:15). Hoy, la sentencia sobre los que dicen “El Señor no hará
bien ni hará mal”, en el momento oportuno se ejecutará. Cuando finalice el
período de gracia, cuando colme el vaso de maldad, se ejecutará la sentencia
divina. Cuando Dios cierre la puerta los lamentos serán innecesarios por
tardíos.
JEREMIAS 6:16
“Dijo el Señor: Paraos en los
caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cual sea el buen camino,
y andad por él, y hallaréis descanso para vuestras almas. Mas dijeron: No
andaremos”
La semilla de la desobediencia está sembrada en la buena tierra de un
corazón perverso y da fruto abundante. El profeta Jeremías denuncia la rebeldía
de Judá: “Destruiré a la delicada y bella hija de Sión” (6:2). El Señor siente compasión por la
rebelde Judá y amorosamente la invita a que deje de darle la espalda y se
vuelva a Él arrepentida para que pueda bendecirla.
El texto de Jeremías que comentamos es un toque de atención para la
rebelde cristiandad que fornica contra su Dios. El profeta nos invita a que
hagamos un alto en el camino y reflexionemos sobra la desastrosa situación en
que nos encontramos. “Preguntad por las sendas antiguas”. Habiendo
abandonado al Señor hemos escogido un nuevo camino que consideramos mejor que
el de Él. Si este acto de reflexión es sincero y no una tapadera para cubrir el
expediente descubriremos que el nuevo camino por el que transitamos no es el
que nos conviene. Debemos retroceder hasta la encrucijada en que nos
equivocamos de camino para coger “el buen camino y andar por él”, la
senda antigua indicada por el Señor ya
en Adán y seguida por los patriarcas y apóstoles, y andemos en ella. “Toda
la Escritura es inspirada por Dios , y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16,17). Cuando se sigue el camino
que señala la Escritura el caminante encuentra descanso para su alma. Toda la
Escritura es Palabra de Dios y en ella no hay nada que no lo sea por lo que
deben tenerse en cuenta todas las instrucciones que da y rechazar las novedades
que se pretende hacer pasar como si fuesen Palabra de Dios. Toda la Escritura
es Palabra de Dios y no hay en ella nada
que no lo sea. Toda la Escritura es la lámpara que ilumina el sendero por el
que transita el caminante para que no
caiga en las trampas que le tiende el Maligno. ¿Qué haremos de la senda
antigua que es la Escritura? ¿Seguiremos los pasos que dieron los judíos al
anuncio que les hizo el profeta Jeremías? : No andaremos. Judá fue
destruido por Nabucodonosor por su contumaz desobediencia. Los efectos de su
desobediencia persisten hasta hoy. Si la iglesia en la que nos reunimos se
encuentra en bancarrota sería bueno que preguntemos “por las sendas
antiguas, cual sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para
vuestra alma” A la invitación del
Señor, ¿responderemos: andaremos?
http://octaviperenyacortina22.blogspot.com
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