dilluns, 31 de març del 2014


JEREMÍAS 6:16


“Así dijo el Señor: Paraos en los caminos, y mirad, preguntad por las sendas antiguas, cual será el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos”

La invitación de Jesús a los pecadores: “Venid a mí”. No existe diferencia entre el Nuevo y el Antiguo Testamento. Dios quiere que las personas se vuelvan a Él, que dejen de darle la espalda. El texto que comentamos de Jeremías es muy elocuente. El mensaje va dirigido a aquellos que se han extraviado y se encuentran perdidos en un mundo hostil. Vagan por el desierto y no encuentran el pasto suculento que necesitan su almas exhaustas ni el agua viva que refresque a sus marchitas almas.

Los extraviados, en su reflexión, si es que lo hacen, deben preguntar “por las sendas antiguas” que no son otras que la Palabra de Dios que ha llegado al hombre por medio de los profetas y apóstoles y, no por citarlo el último es el menos importante, todo lo contrario, Jesús es la base del anuncio profético y apostólico. Los extraviados deben encontrar el “buen camino” por el que deben andar. El buen camino no es una nueva filosofía, ni una nueva espiritualidad, ni una “nueva evangelización”, como hoy se repite insistentemente, sino el Mesías a quien anuncian los profetas y que el Nuevo Testamento señala en la persona de Jesús en quien habita la plenitud de Dios. Este Jesús es quien guía al pecador extraviado a encontrar el descanso que su alma necesita porque lo pone en el camino que conduce a Dios.

Dentro del proyecto de la Nueva Evangelización, al que se le da tanta resonancia, se encuentra recuperar la práctica de la confesión auricular que según el sacerdote Jaume Pedrós “es una práctica que se ha perdido en los últimos años”. La Nueva Evangelización, tal como indica el título, es algo nuevo que no forma parte de las “sendas antiguas” que señalan el “buen camino” para que el pecador que transite por él encuentre el descanso que su alma necesita.

¿Cómo reaccionaron los oyentes de las palabras que en Nombre del Señor Jeremías dirige a los jerosolimitanos? : “No andaremos”. El énfasis que se pone en recuperar el perdido hábito de confesarse con un sacerdote no es para llevar a las personas a Jesús  que es Dios que perdonas los pecados , sino recuperarlos para que pasen a engrosar a la institución eclesiástica.

Si el lector está preocupado por su salvación le remito al salmo 34:22 que dice: “El Señor redime el alma de sus siervos, y no serán condenados cuantos en Él confían”. “La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”                   (1 Juan 1:7)

 

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GÁLATAS 3:7


“Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos, entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales”

En su escrito “La conciencia moral”, Lluís Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona, dice: “La iglesia católica insiste en la importancia que tienen para los hombres de hoy ser fieles a una “conciencia bien formada”. En otro párrafo el cardenal escribe: “La conciencia enraizada íntimamente en nuestro ser nos dicta qué es  bueno y qué es malo, nos anima a hacer el bien y a evitar el mal, y juzga la rectitud o malicia de nuestras acciones u omisiones”.

Como texto base de esta meditación he escogido génesis 3:7 porque Adán y Eva se encontraban gozando de un estado de “conciencia bien formada”, conociendo el bien e ignorando todavía por propia experiencia lo que es el mal, deciden por éste. Si encontrándose en un estado de conciencia moral limpia fueron incapaces de conservarla, ¿cómo se puede pretender que la conciencia de la descendencia de Adán, toda ella contaminada por el pecado, pueda discernir entre el bien y el mal le anime a hacer el bien y evitar el mal? La Biblia refuta dicho argumento y nos muestra como la maldad se extiende rápidamente, siendo el primer juicio colectivo el Diluvio Universal, que de no ser por la gracia de Dios Noé y su familia también habrían perecido ahogados. ¿Dónde estaba la conciencia que discierne el bien y el mal y que anima a hacer el bien en aquel pasado lejano? Antes del Diluvio “vio el Señor que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6:5). Si el Señor volviese a escribir lo que hoy ocurre en la tierra volvería a redactar el mismo texto. El ser humano dejado a su libre albedrío contaminado por el pecado, siempre, con más o menos intensidad, escoge el mal. Viendo lo que ocurre a nuestro alrededor, leyendo las noticias de prensa o viendo los telenoticias, solamente se puede decir “que todo designio de los pensamientos de ellos es de continuo solamente el mal”.

Solamente existe una manera de invertir la tendencia de hacer el mal por otra que tienda a hacer el bien: Volverse a Dios, dejar de darle la espalda, pedirle perdón y arrepentirse del pecado. Engañoso es el corazón humano y si no es por la conversión a Cristo que hace del pecador una nueva persona , cambiándole su conciencia endurecida por el pecado por otra de carne que tiene hambre y sed de Dios, el mal no puede desaparecer de la faz de la tierra.. Es cierto que no dejará del todo de hacer el mal debido a que su naturaleza pecadora que coexiste con la divina por la presencia del Espíritu Santo en su alma, pero el pecado dejará de ser su dueño y el deseo de hacer el bien se irá incrementando. La coexistencia de ambas naturalezas en el hombre convertido a Cristo despierta una dura batalla en el interior del alma. Gracias a que la Palabra de Dios es la luz que ilumina el camino del creyente, éste encuentra en ella el discernimiento del bien y del mal que no puede encontrar fuera de ella y la fuerza para hacer el bien y evitar el mal que sin la gracia de Dios no puede.

DEMOCRACIA DECADENTE


<b>Aún los déspotas presumen de ser demócratas. Ponen, pero a la Nación en peligro cuando se pasan el día pavoneándose de ser los mejores demócratas que hay en el País</b>

Juan Bautista Alberdi “uno de los más grandes pensadores argentinos”, según Felipe Pigna, retrata muy bien a quienes desprestigian a los políticos que piensan diferente y los acusan de nazis, antisistema o con cualquier otro peyorativo, cuando dice: “El déspota es aquel que cree que ser opositor al gobierno es un traidor a la patria”. El déspota es el verdadero traidor a la patria porque creyendo poseer la verdad absoluta  tiene orejas pero no escucha los puntos de vista de la oposición que pueden ser la expresión de un amor a la patria tanto o más auténticos que los del déspota que quiere impedir que la oposición se exprese. El despotismo es la manifestación de la fragilidad existente debajo de una capa de fortaleza. “Más ven cuatro ojos que dos”, dice el refrán.

Me siento demócrata que considera a esta filosofía política la mejor de las diversas existentes, pero que no es perfecta como tampoco lo es cualquier otra obra de fabricación humana. La imperfección de que adolece la democracia exige su control permanente para intentar evitar los abusos a los cuales tienden todos los seres humanos a cometer debido a la imperfección de su condición gracias al pecado que infecta al alma. Thomas Jefferson pone el dedo en la llaga cuando escribe: “La democracia no es más que el gobierno de las masas, en donde el 51% de las personas puede tirar por la borda los derechos de los otros 49%”. Manera de describir muy clara los peligros que acompañan a las mayorías absolutas. El exceso de poder que las urnas conceden a un partido político abre la puerta para que puedan cometerse toda clase de abusos. En vez de fomentar la justicia promueve las más graves injusticias que empobrecen al pueblo en todos sentidos y, ello en nombre de la fuerza que concede el 51% de los votos.

A menudo el resultado de las votaciones no puede predecirse. El gobierno ha cometido errores garrafales y las urnas le regalan el 51% de los votos. Incomprensible, pero es la triste realidad.  Aún cuando no exista mayoría absoluta, los intereses egoístas de los políticos les hacen tomar decisiones y pactos contrarios al bien general de todos los ciudadanos y con engaños fomentan la corrupción política porque se tapan mutuamente los trapos sucios. La democracia tiene muchos defectos que impiden generalizar la felicidad de los ciudadanos. Se precisa, pues, estar muy atentos y deben establecerse límites legales para impedir que los excesos queden impunes.

Democracia es sinónimo de justicia. El diccionario define justicia así: “Virtud moral por la cual una persona tiene la verdad como guía, una persona se siente inclinada a dar a cada uno lo que le pertenece, a respetar el derecho”. Esta definición tiene un cierto parecido con las palabras de Jesús: “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos, porque esto es la ley y los Profetas” (Mateo 7:12). La virtud moral que el diccionario considera es justicia y el comportamiento que Jesús requiere que los hombres se tengan entre ellos no es posible, ni soñando, si previamente las personas no son justas. El Nuevo testamento en concreto enseña como una persona injusta se puede convertir en justa. De cómo pasar de ser una persona egoísta a convertirse en otra altruista que piense en el bien del otro: “El justo vivirá por la fe” (Romanos 1:17) y, entre otros textos: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1). A partir de la declaración de Dios que considera justa a una persona injusta por la fe en el Nombre de Jesús empieza una nueva manera de vivir que comporta querer hacer a los otros lo que queremos que ellos nos hagan. En el momento en que Dios declara justa a una persona empieza la regeneración de la democracia porque desde la base social se inicia un proceso de andar en la justicia. Sin la justificación del pecador por la fe en Jesucristo la democracia es una falacia porque es totalmente imposible mantener la justicia, que es su cimiento. “El Señor es la justicia” (Jeremías 33:16). del creyente en Cristo quien se aparta de la injusticia, es decir, se esfuerza en vivir según la Ley de Dios. Después de decir el apóstol Pablo: “Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”, dirigiéndose a su discípulo Timoteo, le dice. “Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas y sigue la justicia…que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo” (1 Timoteo 6:10-14). El apóstol no exige que siga la justicia a un ateo, agnóstico o creyente no practicante, lo pide a un hombre de Dios porque éste es la única persona que puede desear ser obediente a la Ley de Dios sobre la que se sustenta la verdadera democracia.

Octavi Pereña i Cortina

dilluns, 24 de març del 2014


RENOVACIÓN POLÍTICA


<b>Con la renovación la política vieja ha pasado, debe empezar de nuevo</b>

Es evidente que la política está desprestigiada, no porque en si misma sea mala, sino porque los políticos la convierten en despreciable. Sólo con oír la palabra <i>política</i> las personas se alteran. La política se ha convertido en una especie de peste de la que uno desea apartarse de ella lo más lejos posible para evitar contaminarse. Lo que en buena parte ha prostituido a la política es el hecho de que los ciudadanos por pereza y por no querer complicarse la vida se han desentendido de ella y lo que debería ser una actividad de toda la comunidad se ha convertido en un gueto de unos pocos en los que más que el interés general prevalece el lucro personal. La privatización de la política en parte es la causa de la corrupción generalizada que se da en este ámbito.

Luis Foix  hace diana cuando explica la causa humana de la corrupción a gran escala que preocupa y enoja a los ciudadanos: “La corrupción que debilita o anula la libertad no es la de cuestiones menores como la de robar una gallina o llevarse una botella de alcohol caro de un supermercado. La corrupción es aquel estado personal o social en que nos podemos acostumbrar a vivir pensando que no es malo estafar un poco a Hacienda o evitar el IVA cuando pagamos al electricista del barrio.… Esta corrupción habitual, menor, es un indicio que acepta implícitamente la gran corrupción de quienes roban sin escrúpulos, favorecen amigos y parientes, silencian a la  oposición y utilizan la fuerza para mantener sus corruptelas a gran escala”.

El germen de la corrupción del que somos portadores todos los ciudadanos porque todos sin excepción somos pecadores hace posible la corrupción a gran escala que pone en peligro la libertad democrática alcanzada. Incluso un ciego verá que a partir de la microcorrupción se ha llegado a la macrocorrupción que fabrica los llamados <i>cementerios de elefantes</i>, una forma de retiros dorados para políticos de lujo que tienen nombre y apellidos. Esta situación de alta degradación moral y ética se ha llegado en parte por la desidia de los ciudadanos debido a que nos hemos desentendido de nuestras responsabilidades cívicas y nos hemos dejado arrastrar por la <i>corrupción habitual menor que implícitamente favorece amigos y parientes</i>. ¿Qué se sino una materialización de la corrupción que engendra el pecado el hecho de que en el Parlament de Catalunya se rechazó una moción presentada que proponía que los diputados implicados en un caso de corrupción debían ser destituidos de sus cargos de responsabilidad política? ¿No es corrupción a gran escala el hecho de que los cadáveres políticos se aparquen en el Senado, Consejo de Estado, instituciones y empresas públicas? Este malbaratamiento descarado de dinero público vacía las arcas del Estado y que se podría evitar si e tomase la decisión de coger el toro por las astas y reformar la <i>ley de partidos</i> que en su actual redactado favorece la corrupción. La reforma de dicha ley debería dejar bien claro que los políticos no están sujetos a una ley especial que blinda sus responsabilidades sino que están sujetos a la misma ley que el resto de los ciudadanos y que éstos pueden y deben fiscalizar sus actuaciones. La <i>ley de partidos</i> debería regular explícitamente la duración de los mandatos presidenciales y los años que los políticos pueden servir en la Administración. Debería prohibir las listas cerradas y ser sustituidas por abiertas  para que sean los ciudadanos quienes elijan directamente a sus representantes y pedirles responsabilidades. Finalizado el período determinado, la imposibilidad de ser sanguijuelas del Estado dejando de gozar de privilegios que no les corresponden. Finalizado el servicio al País deben convertirse en ciudadanos sin privilegios especiales que se ganan el sustento en las actividades en las que se dedicaban antes de dar unos años al servició del País. De esta manera se impediría que la política se convierta en un negocio que fomenta la corrupción.  

La regeneración política presenta un problema: “¿Quién podrá enderezar lo que él torció?” (Eclesiastés 7:13). La regeneración política tan deseada no será mínimamente alcanzada si previamente no se produce una regeneración moral y espiritual de todos los ciudadanos y de manera especial en aquellas personas que durante un tiempo limitado desean servir al País en bien de todos los ciudadanos. Esta regeneración imprescindible para el bienestar del colectivo no se puede alcanzar con sólo buenos propósitos porque a éstos el viento se los lleva con suma facilidad. Es preciso reconocer la corrupción individual que provoca el pecado y que por la fe en Jesucristo se convierte en una persona nueva en la que el amor al dinero no es una prioridad porque es cosa del pasado. La conversión a Cristo es la preparación previa para que el individuo pueda asumir de manera natural es espíritu de las leyes promulgadas para bien de toda la sociedad y someterse a ellas.

Octavi Pereña i Cortina

 

JUDAS 3,4


“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos”

Judas, no el que entregó a Jesús, siente un fuerte impulso de escribir a los hermanos en Cristo a que luchen ardientemente por la fe. ¿Por cual fe deben luchar? No por cualquier fe. En el mundo se encuentran muchas fes. Las hay para todos los gustos. Judas es muy selectivo: los cristianos deben “luchar ardiente por la fe que ha sido una vez dada a los santos”. Esta fe que se remonta  al paraíso con las pieles de los animales que cubrieron la desnudez de Adán y Eva, que simbolizan el sacrificio de Jesús para perdón de los pecados del pueblo de Dios, que a lo largo del Antiguo Testamento se va desarrollando aportando detalles y que en el cumplimiento del tiempo llega a su pleno desarrollo con la encarnación del unigénito Hijo de Dios en la persona de Jesús.

¿Por qué insta Judas a luchar ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos? “Porque algunos hombres han entrado encubiertamente”. Aquí Judas nos alerta del peligro que no se encuentra fuera de la iglesia, sino en su seno. Personas cubiertas con pieles de cordero que escondían a lobos rapaces que quieren destruir al pueblo de Dios. Dichas personas se manifiestan abiertamente enemigas de Dios y de su pueblo. Aparentan ser “hermanos”. Se presentan con un lenguaje bíblico carente del Espíritu de la letra bíblica. Estas personas que han entrado encubiertamente en las iglesias son muy activos, cosa que facilita el engaño porque su actividad se confunde fácilmente con consagración. Adquieren cargos de responsabilidad, llegando incluso a hacerse suyo el púlpito desde donde con mucha sutileza “niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo”.

Pero para “contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” se precisa mucha constancia en la oración privada y mucha lectura bíblica acompañada de la súplica de que el Espíritu Santo otorgue sabiduría para entender el misterio que guardan las páginas de las Sagradas Escrituras. Sin esta lucha fervorosa y secreta que se lleva a cabo en la intimidad de la habitación que tiene cerrada la puerta es totalmente imposible “contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos”. ¿Deseamos impedir que los ministros de Satanás que se visten como ángeles de luz nos engañen? Sólo existe una manera de poder hacerlo: “Contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” que se encuentra registrada con letras escritas con la sangre de Jesús en las  páginas de la Biblia”


1 TESALONICENSES 1:5


“Pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo”

Una cosa es la letra del Evangelio y ora muy distinta es su Espíritu. Es muy fácil predicar la moral del Evangelio. Es totalmente imposible predicar su Espíritu si el predicador previamente no se ha convertido a Jesús. Es muy fácil atraer a las masas a la letra del Evangelio porque es muy sensiblera. No lo es tanto llevarlas a Jesús porque se consideren pecadores que necesitan recibir el perdón y se conviertas en sus discípulos.

El apóstol Pablo nos sacude de nuestro sopor en el que hemos caído por el hecho de conformarnos con la letra del Evangelio y de haber arrinconado al Espíritu Santo que vivifica la letra.

Pablo dice a los tesalonicenses que el Evangelio que les predicó no eran solamente palabras carentes de vida, sino palabras saturadas del poder del Espíritu Santo. ¿Qué tipo de Evangelio es el nuestro?¿Consiste únicamente de palabras carentes de sentido o saturadas del Espíritu Santo?

Dada la condición decrépita en que se encuentran muchas iglesias es urgente hacer un alto en el camino, sentarnos en una piedra, inclinar la cabeza, taparnos el rostro con las manos y conscientes de encontrarnos ante la presencia del Señor y pronunciar una palabras de arrepentimiento nacidas del corazón: “Ten piedad de mí, Señor, que soy un pecador”. Sin el reconocimiento de que se es pecador, de que se posee un corazón inclinado al mal, jamás se irá a Jesús que es la Fuente de donde brota el poder que necesita todo cristiano y por descontado quien se presenta como siervo de Dios. Hoy la palabra pecado está devaluada. Ha perdido el significado de ofensa a Dios y se la edulcora como deficiencia debido a que todavía no se ha evolucionado lo debido hacia la plena humanidad. NO. Pecado es una trasgresión de la Ley de Dios . Sin ser plenamente conscientes de nuestra condición de pecadores jugaremos a iglesias convirtiéndolas en lugares en donde se enseña moral. Desde los púlpitos fluirán palabras que no llegarán a los corazones de los oyentes. Las conferencias serán muy gratas y ayudarán a pasar un tiempo distendido. Los corazones seguirán marchitos y la seguridad de la salvación será una doctrina desconocida. El miedo a la muerte seguirá haciendo estragos en las almas de quienes han recibido solamente palabras pero no el poder del Espíritu Santo.

 

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dilluns, 17 de març del 2014


Salmo 51:17


“Los sacrificios agradables a Dios son el espíritu quebrantado, al corazón contrito y humillado, oh Dios, tú no lo desprecias”

Lo fácil es la práctica religiosa ceremonial. El ritual cuanto más lujoso más agrada a los religiosos del estilo de los fariseos. La hipocresía es lo más fácil de practicar. Ponerse en pié en un lugar público y con palabras rimbombantes exaltar las excelencias de las virtudes de que se carece, es muy fácil. Los fariseos eran expertos en el arte de la hipocresía religiosa. Jesús tuvo que reprenderlos públicamente. Hoy haría lo mismo con los cristianos hipócritas que se golpean el pecho públicamente y a la vez contribuyen a perpetrar grandes injusticias.

Lo difícil es encerrare en la habitación y lejos de ojos escrutadores de otras personas , a solas ante Dios abrirle la puerta del corazón para que Él pueda penetrar en su interior para que la luz divina ilumine los lugares más recónditos del alma poniendo al descubierto la miseria que alberga.

Para muchos “el espíritu quebrantado y un corazón contrito y humillado” es un ataque a la libertad del hombre. Es una imposición de la Religión para esclavizar a los hombres. Quienes así opinan, lo hacen porque de hecho no quieren reconocer su miserable condición. Dicho comportamiento es parecido al de Adán y Eva que pretendieron inútilmente amagar su desnudez cubriéndola con un delantal fabricado con hojas de higuera Pero la mirada escrutadora de Dios atravesó las hojas de higuera y vio el pecado de desobediencia que inútilmente intentaron ocultar. El pecador no regenerado por la sangre de Cristo por naturaleza es rebelde a Dios y no quiere que su pecado sea reconocido

Es cierto que la Religión en demasiadas ocasiones ha sido responsable de persecuciones, genocidios…, todo ello en nombre de Dios. Esta religión no es de origen divino. Es una adulteración de la verdadera Religión que Satanás con sus astutas artimañas engaña a la gente. Las religiones que bien se pueden considerar satánicas tienen la finalidad de engañar a las personas con el propósito de que tengan un concepto equivocado de Dios  y que lo consideren un déspota sin corazón y que lo único que perdigue es hacer sufrir a las personas. Éstas no quieren a un Dios de esta calaña.

Que Dios castiga a los pecadores por su fechorías, sí. Que al final del tiempo en el juicio final condenará eternamente, cierto. Que muchos al morir ya empiezan a gustar los horrores infernales, verdad. No debe olvidarse que en tanto la muerte no lleve al difunto a presentarse ante Dios para dar cuenta de sus obras, está abierto un período de gracia durante el cual existe la posibilidad del reconocimiento de pecado y pedir perdón al Señor. A partir de este instante un espíritu quebrantado  y un corazón contrito y humillado substituye al corazón altanero que tiene a Dios por enemigo. Llegado este momento se experimenta la máxima expresión del amor de Dios que dio a su Hijo a morir en el Gólgota por los pecadores entre los cuales también se encuentra el lector que todavía desconoce lo que es el amor de Dios .


1 SAMUEL 16:7


“Y el Señor respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho, porque el Señor no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el Señor mira el corazón”

El entrenador de baloncesto John Wooden solía decir a sus jugadores: “Vuestra reputación es lo que los otros ven en vosotros, vuestro carácter es lo que realmente sois. Podéis engañar a los otros, pero no os podéis engañar a vosotros mismos”. Cuando Juan escribe  a la iglesia de Sardis por indicación del Señor :“escribe al ángel (pastor)de la iglesia en Sardis: el que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas (pastores) dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre que vives, y estás muerto” /Apocalipsis 3:1).

Un toque de atención a los pastores y dirigentes religiosos: la vitalidad de las iglesias depende en gran medida de la sabia elección de los pastores y otros dirigentes que no debe hacerse en base a la reputación sino del carácter verdaderamente cristiano de los candidatos. A mi entender la filosofía política del mundo se ha introducido en las iglesias convirtiendo el gobierno teocrático que enseña la Biblia por otro de democrático. Tal conversión es el origen de las crisis permanentes que se dan en muchas iglesias porque edifican sobre la arena, convirtiéndose en instituciones con buena reputación pero carentes del carácter verdaderamente cristiano que deben poseer. Tales iglesias deben pedir perdón al Señor por su democratización y volver a sentar en el trono a Jesús al que se le ha despojado de su autoridad suprema.

El apóstol Pablo, brevemente pero con total claridad expone cual es la base de sobre la que se debe asentar el gobierno de las iglesias: “Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor, en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu”  (Efesios 2:20-22). Podríamos describir a la iglesia local como un edificio espiritual que se construye sobre la Roca de los siglos que es Jesucristo. Sobre esta base a prueba a terremotos se sobreponen las piedras proféticas y apostólicas que son las enseñanzas que se encuentran en la Biblia. Sobre la Piedra angular y las piedras proféticas y apostólicas se van colocando las piedras vivas que somos los creyentes que se van uniendo a la iglesia del Señor a lo largo de los siglos que alzan el edificio espiritual en el que mora Dios en el Espíritu. La iglesia local a la que pertenezco, ¿posee esta característica). Recordemos: “Yo conozco tus obras, que tienes nombre que vives, y estás muerto”

 

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CONFLICTOS DE GÉNERO


<b>Las relaciones varón – mujer están marcadas por el autoritarismo masculino y la sumisión femenina lo cual genera conflicto</b>

La macroencuesta elaborada por la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, después de haber entrevistado cara a cara a 42.000 mujeres elegidas al azar en sus 28 países para dar respuesta a un interrogante que planea desde hace tiempo de si la violencia contra las mujeres es un problema común en la UE, la respuesta es rotundamente afirmativa. Morten Kjaerum, director de la Agencia afirma: “La enorme magnitud del problema es la prueba de que la violencia contra las mujeres no solamente afecta a unas cuantas, sino a toda la sociedad, cada día”.

Blanca Tapia, portavoz de la Agencia dice: “Les hemos preguntado hechos muy concretos: si te han tocado el pecho o el culo, si te han manoseado, si te han enviado fotografías pornográficas diciéndote que te quieren hacer esto…Han sido preguntas muy concretas sobre hechos muy concretos. No se ha dejado a la interpretación decir si te sientes o no asediada”.

Evidentemente la publicación de la encuesta ha proporcionado material para llenar espacio en las tertulias radiofónicas y televisivas. Los gurus que dan solución a todos los problemas que se discuten, por lo que hace a la violencia contra las mujeres se han limitado a decir que no se explican cómo puede ser posible que esto ocurra cuando la educación sexual es materia escolar desde hace años. Evidentemente la causa se encuentra en que en la educación sexual sólo da información biológica y mecanicista sobre el sexo, soslayando la formación espiritual. Al olvidar la dimensión espiritual del ser humano hace posible que la sexualidad se comporte como un caballo desbocado que arrasa por allí por donde pasa. La falta de experiencia genuinamente espiritual en el varón hace que la mujer se la considere un objeto de su propiedad y que debe complacerle en todo.

La violencia de género “no es un discurso nuevo”, dice Miguel Lorente, experto en violencia de género, “es el discurso de hace siglos, propio de hombrs que ven a las mujeres como un objeto sexual, que deben hacer lo que ellos digan para satisfacerlos porque sus deseos prevalecen por sobre  los de ellas. Son los machistas elevados a la enésima potencia, la cara más dura y cruel de una ideología mantenida en el tiempo”. Tan pronto el paraíso se convirtió en el escenario de una rebelión contra la autoridad del Creador,  el Señor se dirigió a Eva , entre otras cosas le dijo: “Y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti” (Génesis 3:16). Esta declaración divina pone en evidencia que la etapa de harmonía conyugal había finalizado. Y se iniciaba una de nueva de miles de años de conflictos de género. El primer indicio de que las cosas no eran como deberían ser en las relaciones varón – mujer lo encontramos en Lamec, el primer bígamo de la historia,  que dijo a sus dos mujeres Ada y Zila: “Escuchad mi dicho: que un varón mataré por mi herida, y un joven por mi golpe. Si siete veces será vengado Caín, Lamec en verdad setenta veces siete lo será” (Génesis 4:23,24). Estas palabras contienen un amenaza velada de que si desobedecen al macho pagarán las consecuencias. Desde que se pronunció esta sutil amenaza ha llovido mucho y la violencia contra la mujer ha adoptado las diversas formas con que se manifiesta en las variadas sociedades. Es por ello que en las sociedades occidentales tan bien informadas sobre el tema se ven incapaces de resolver el grave problema de la violencia contra las mujeres. Fuera de la Biblia no se halla explicación al hecho de que el drama se siga representando en tan variados escenarios.

Si la rebelión de Adán y Eva contra Dios introdujo el pecado de la violencia de género aquí en la tierra, por la fe en el Señor Jesucristo que con su muerte en la cruz perdona todos los pecados, también perdona el de la violencia de género. Aquí debemos hacer una pausa y dar una explicación. La fe en Cristo y su obra redentora definitivamente borra el pecado, pero, de momento no hace perfectos a los pecadores redimidos. Pero, estos pecadores ya no son esclavos del pecado. Con la fuerza que reciben de la presencia del Espíritu Santo en sus almas están en condiciones de frenar los impulsos de hacer daño a las mujeres. Habiéndose convertido en templos del Espíritu Santo pone en evidencia que el amor con que debe amarse a las mujeres no ha alcanzado la perfección. Todavía queda mucho camino por recorrer. Pero una cosa es cierta: disminuye la virulencia y las relaciones varón – mujer se van haciendo más harmoniosas, alcanzando poco a poco niveles más altos de respeto hacia las mujeres. La razón se debe de que en el centro de las relaciones entre géneros se encuentra gravado este mandamiento de Jesús, no solamente en la mente, sino también en el corazón: “Como yo os he amado, que también os améis unos a otros” (Juan 13:34)

Octavi Pereña i Cortina

 

 

dissabte, 8 de març del 2014


ANARQUIA ESPIRITUAL


<b>Cuando la anarquía espiritual invade a una comunidad su destino final es el descalabro porque sin leyes morales válidas se inutiliza la brújula que avisa de la existencia de escollos peligrosos</b>

En los Estados Unidos cuando un nuevo presidente toma posesión de su cargo jura fidelidad  poniendo la mano sobre una Biblia. Esta tradición nace con George Washington, primer presidente de la recién nacida nación que uniteralmente se independizó de Inglaterra. Washington fue un genuino cristiano que sabía muy bien lo que significa jurar fidelidad poniendo la mano sobre una Biblia. Sabía que Dios, el Autor de las Sagradas Escrituras lo estaba contemplando y que no podía darle gato por liebre. Jurar fidelidad poniendo la mano en una Biblia tenía sentido para los primeros presidentes de los Estados Unidos. Con el tiempo esta tradición se fue convirtiendo en una costumbre vacía de contenido a pesar de que los presidentes electos juran fidelidad poniendo la mano sobre la misma Biblia en que lo hizo Washington.

Tienen sentido las palabras de John Adams que fue el segundo presidente del recién nuevo estado independiente: “Nuestra Constitución se hizo solamente para un pueblo moral y religioso. Es totalmente inadecuada para un gobierno de otras características”. No debe perderse de vista que la moral y la religión a las que se refiere el presidente Adams son la cristiana. El historiador Paul Johnson confirma la premonición del presidente Adams cuando escribe: “Hace cincuenta años los presidentes de América asistían regularmente a la iglesia y tenían un mejor conocimiento de lo que es malicioso, pero este sentimiento se ha hecho insostenible  así que el protestantismo en general se ha convertido en una cosa vacía, en fe de donut. Cuando las personas toman decisiones que afectan a sus vidas sin la humildad y modestia que engendran la creencia en un Dios todopoderoso, el resultado es la malicia”.

El diagnóstico  que hace Paul Johnson de la decadencia moral norteamericana también tiene aplicación en las democracias occidentales porque en cierta manera son hijas de la norteamericana. Aún se está a tiempo para cambiar el curo del declive moral que nos lleva a la miseria, por no decir la destrucción de nuestra civilización. La decadencia económica de Occidente no se debe a la competencia de las economías emergentes: China, India, Brasil…sino a la degradación moral que es su auténtico competidor. La degradación moral que es tan variada y multicolor tiene su raíz y desarrollo en una sola palabra: <i>pecado</i> que básicamente es desobediencia a la ley de Dios.

En Éxodo 20:1-17 Dios expone a los israelitas los llamados Diez Mandamientos que resumen la ley divina. En Éxodo 24:3 se describe la reacción de los israelitas a las palabras de Dios dadas en el Sinaí: “Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras del Señor, y todas las leyes, y el pueblo respondió a una voz; y dijo :Haremos todas las cosas que el Señor ha dicho”

Poco antes de entrar en la Tierra Prometida Moisés recordó a los israelitas los términos del pacto que Dios había hecho con ellos: “Sucederá que si oyes atentamente la voz del Señor tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también el Señor tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra” (Deuteronomio 28:1). Este capítulo de Deuteronomio describe las bendiciones que acompañan a la obediencia y las maldiciones que  siguen a la desobediencia de la Ley de Dios. Estas palabras las atienden aquellas personas que tienen sensibilidad espiritual para atender a la palabra de Dios  dada por el Espíritu Santo. Quienes carecen de ella las consideran fábulas con propósitos moralistas que se pueden despreciar con toda tranquilidad, sin esperar consecuencias.

Para sacar a España de la decadencia que es bien evidente no basta con que una ínfima minoría sea temerosa de Dios y viva en conformidad a sus enseñanzas. Es preciso que una amplia mayoría de sus ciudadanos sientan temor reverencial hacia el Señor Jesucristo y que no consideren sus palabras recordadas en la Biblia un anacronismo propio de sociedades subdesarrolladas. Es urgente volver a Dios para poder salir del cenagal en el que hemos caído debido a la incredulidad, el agnosticismo y el ateismo que nos dominan. La anarquía espiritual, el haz lo que quieras porque nadie te va a pedir cuentas, no nos sacará de la ciénaga en la que nos hemos metido.

Octavi Pereña i Cortina

JOB 1:1


“Hubo en la tierra de Uz un varón llamado Job, y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”

Al final de la tragedia de la que Job era el protagonista Dios habla al patriarca y le dice: “¿Quién es este que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría?” (38:2). Parece ser que existe una contradicción entre estas palabras y las del texto que comentamos. . Las palabras que Dios dice a Job al llegar al final del drama describen la realidad de lo que es el justo en el tiempo. Job 1 describe tal como Dios ve al justo en el tiempo.

¿Quién es el justo? Es una persona a la que Dios justifica, es decir, declara justa por la fe en el Nombre de Jesús. El justo no es una persona sin pecado, sino que por la sangre que Jesús vertió en el Gólgota sus pecados han sido totalmente borrados y, aún cuando aquí en el tiempo sigue siendo pecador, Dios no los tiene en cuenta porque ante Dios, Jesús al morir en la cruz  lo libera del pecado y de su culpa.

En la Biblia el justo es una persona que ha sido liberada de la esclavitud del pecado y con la ayuda del Espíritu Santo tiene fuerza suficiente para luchar contra el pecado que sigue vivo en su alma pero que no lo esclaviza porque Jesús lo ha liberado de su dominio.

El justo es la persona que teniendo los ojos puestos en Jesús lucha denodadamente contra el pecado que le asedia,  a menudo cae  en él y clama al Señor que se lo perdone y vuelve a emprender la carrera para que al llegar a la meta reciba la corona incorruptible de gloria.

El justo es una persona que es consciente de su fealdad pero que también cree en la promesa de Jesús de que en el día de la resurrección, con el cuerpo glorificado se presentará ante Él sin ninguna ”mancha ni arruga”. Es en aquel día glorioso cuando el justo alcanzará el objetivo que le ha señalado Jesús de ser “perfecto como mi Padre celestial es perfecto”.

Job 1:1 es la descripción de cómo ve Dios a la persona a la que la sangre de Jesús ha lavado todos sus pecados y a pesar de que se vea horrible y como de no ser merecedora del amor de Dios, lo que Dios ha hecho por ella al manifestarle un amor infinito dándole a morir por él sirva para hacerle desaparecer la creencia de que Dios se ha apartado de ella. En esta situación de duda embarazosa en que se encuentran muchos verdaderos cristianos , una súplica les será muy conveniente: “Señor, sé propicio a mí, pecador”


JOSUÉ 7:1


Pero los hijos de Israel cometieron una prevaricación en cuanto al anatema, porque Acán…tomó del anatema y, la ira del Señor se encendió contra los hijos de Israel”

El primer acto que los israelitas debían hacer para entrar en la Tierra Prometida era conquistar la ciudad de Jericó. La condición que impuso el General que mandaba las tropas comandadas por Josué era que los israelitas durante seis días dieran en silencio una vuelta a la ciudad, al séptimo debían dar siete vueltas. Finalizado el recorrido y después del toque  prolongado del cuerno debían gritar y las murallas se desplomarían. Otra condición del General era que el botín era  consagrado al Señor.

Poco después emprenden la conquista de la ciudad de Hai. Los israelitas tienen que retirarse con la cola entre las piernas. Lamentaciones. Consulta al Señor. Respuesta: Acán había quebrantado la orden del Señor quedándose un manto babilónico muy bueno, doscientos siclos de plata y un lingote de oro que pesaba cincuenta siclos. Hasta después de la derrota ningún israelita supo del pecado que Acán había cometido en secreto. Pero Dios si que fue testigo del robo cometido por Acán y todo el pueblo pagó las consecuencias de un solo pecado cometido en secreto por un solo hombre. La lección que transmite este texto que comentamos es que no existe vida privada. La vida de cada uno de los miembros de una sociedad pertenece a todo el grupo.

El periodista Sebastian Junger que acompañaba a un pelotón de soldados observó como un soldado se acercaba a otro que tenía desatado el cordón de una de sus botas avisándole de que en el momento crucial se podría caer y ponen en peligro a todo el grupo. El relato bíblico de Acán ilustra como los actos individuales afectan a toda la comunidad.

Hoy, con el individualismo excluyente llegamos a la conclusión de que somos amos de nuestras vidas y que con ellas podemos hacer lo mejor que parezca: Robar, cometer adulterio, abortar, cometer la necedad que no existe Dios. Podemos,…porque nadie puede entrometerse en nuestras vidas. Lo creemos así, pero lo cierto es de que nos pertenecemos a Dios y después los unos a los otros y que lo que hacemos con nuestras vidas más pronto o más tarde afecta el todo el grupo: la sociedad, la iglesia, la familia.

Dios nos observa desde el cielo y que a pesar que es paciente con nosotros una vez finalizado el tiempo de gracia que otorga da a cada uno de nosotros según los hechos cometidos. La ley de la siembre y cosecha es inexorable.

 

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