dilluns, 14 d’octubre del 2013


PROVERBIOS 24:30-34


“Pasé junto al campo del hombre perezoso, y junto a la viña del hombre falto de entendimiento…”

La pereza es el enemigo número uno de la prosperidad. Sin esfuerzo no se consigue nada provechoso. El resultado de la pereza en la agricultura el autor del texto lo describe a la perfección al escribir: “Y he aquí por toda ella habían crecido los espinos, ortigas habían cubierto ya su faz, y su cerca de piedra estaba destruida” (v.31). La descripción de la viña del hombre perezoso manifiesta desolación y fealdad. Por propio conocimiento tenemos constancia de lo desagradable que es a la vista ver el deterioro que presentan campos antaño fértiles y de buen ver, hoy por diversas causas, abandonados y presentando un aspecto como el que describe el texto que comentamos.

Proverbios es un libro que de manera muy especial trata de la sabiduría en su sentido espiritual. El texto de la viña del hombre perezoso quiere también transmitirnos una enseñanza espiritual. La iglesia es la viña del Señor. A diferencia del hombre perezoso de Proverbios el Señor es muy diligente a la hora de conservarla en buenas condiciones: “La había cercado y despedregado y plantada de vides escogidas, había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar, y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres” (Isaías 5:2). El Viñador divino se lamenta: “¿Qué más se podía hacer a mi viña que yo no haya hecho por ella?¿Cómo esperando que diese uvas , ha dado uvas silvestres?” (v.4). Las vides de la parábola no son plantas, son personas que representan al pueblo de Israel apóstata. Dios envía profetas a Israel  para decirles que si no se arrepienten serán destruidos por Nabucodonosor el rey de Babilonia que dejará desierta la viña del Señor.

La historia se repite des de Adán hasta nuestros días.  El Señor no se ha cansado de enviar a sus siervos anunciando un mensaje de arrepentimiento para que la viña que es su iglesia no sea destruida. Pero los llamados cristianos han hecho y hacen oídos sordos al mensaje que Dios transmite por medio de sus siervos. Nuestro tiempo se caracteriza por una crisis acompañada de una  profunda crisis espiritual. La cizaña y los espinos  ahogan la espiritualidad que le debería caracterizar. Desolación y fealdad se extienden por doquier. La fealdad que representa la cizaña y los espinos, que son las falsas doctrinas que se predican,  se pretende cubrirlas con una capa de barniz  haciendo obras que mejoren la estética de los edificios, pero la cizaña y los espinos siguen afeando la viña del Señor. ¿Atenderemos a los siervos que el Señor envía tan amorosamente para que nos arrepintamos y abandonemos nuestra rebeldía y nos volvamos a Él para que desbroce a su viña?


1 JUAN 1:7


“Y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”


¿Quién es la persona a la que la sangre de Jesucristo la “limpia de todo pecado? El contexto nos dice quien es esta persona privilegiada cuyos pecados le han sido perdonados. Nos dice: “Dios es luz y en Él no hay ningunas tinieblas”. Ahora es cuando debemos prestar mucha atención: “Si decimos que tenemos comunión con Él, y andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad” (v.6). Se puede especular sobre lo que es tinieblas. Todo lo que sea contrario a los Diez Mandamientos o al resumen que Jesús hace de la Ley: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón” …y “amarás al prójimo como a ti mismo” (Mateo 22: 33,39), es caminar en tinieblas. A los tales la sangre de Jesucristo no los limpia de sus pecados. “Si andamos en luz, como Él está en luz” porque reconocemos nuestro pecado y se lo confesamos a El y nos esforzamos en vivir en la luz con la ayuda del Espíritu Santo, entonces sí que la sangre  de Jesucristo nos limpia de todo pecado. Es una promesa de Dios que nos asegura que todos los que viven en la luz todos sus pecados han sido borrados por la sangre que Jesús vertió en el Gólgota. La promesa del Señor es vida eterna para todos aquellos que creen en Él.

Con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró en Brasil el pasado julio de 2013, las personas que siguieron por Internet los eventos del viaje papal podrán participar de la indulgencia papal y recibirán un acortamiento de su estancia en el Purgatorio después de que sus pecados hayan sido perdonados por un sacerdote. Con la doctrina del Purgatorio se pone en duda que la confesión auricular pueda realmente perdonar pecados. Si la confesión auricular no es convincente, porque deja pecados sin perdonar ¿quién nos garantiza que los largos años sufriendo tormentos parecidos a los del Infierno servirán para eliminar cualquier resto de pecado que la confesión auricular no haya conseguido?

Jesucristo es el único camino que lleva a Dios y a la vida eterna. No se puede elegir otro sendero que no existe. Si el lector quiere eliminar sus dudas sobre su salvación sólo lo conseguirá creyendo en Jesús como a su Salvador personal y haciendo creíble su fe caminando en la luz de Dios. A Dios no se le  puede engañar porque conoce lo que hay escondido en las profundidades del corazón.

 

 

 

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