dimarts, 22 d’octubre del 2013


DIA DE LA REFORMA


<b>El Día de la Reforma no debe ser un día más en el calendario que nos recuerda vagamente su significado. Debe ser el despertador que nos abra los ojos para ver que sin Dios es imposible la renovación espiritual necesaria para salir de la crisis de valores que nos arruina</b>

La reforma religiosa que inició Martín Lutero no fue un hecho aislado de un loco visionario. Antes de Lutero, en Florencia apareció el monje Girolamo Savoranola que murió en la hoguera. Su pecado fue predicar contra la corrupción papal y de los Médicis. En Inglaterra surgió Wycliffee y en Bohemia Huss, ambos juzgados por herejes y condenados a muerte. En Europa hervía un caldo de cultivo que reclamaba con urgencia y a gritos la reforma de la Iglesia.

En el año 1506 el papa Julio II hizo derribar la deteriorada basílica de San Pedro para erigir un edificio majestuoso. Promulgó una indulgencia para recaudar fondos para su construcción. El papa León X, el 31 de marzo de 1515 extendió una bula que permitía la predicación de la indulgencia en diversos parajes de Alemania para destinar la recaudación a la construcción de la nueva basílica de San Pedro.

En el año 1510 Martín Lutero fue enviado a Roma para tratar asuntos de la orden. Lutero se escandalizó en ver la corrupción que había en los lugares considerados santos. Subió de rodillas la <i>escalera santa</i> que se decía fue transportada por ángeles de Jerusalén a Roma, diciendo un Padrenuestro en cada escalón. De súbito le vino a la memoria la declaración del profeta Habacuc que dice: “El justo vivirá por su fe” (2:4). Se dio cuenta que todas aquella penitencias y plegarias no valían nada. En el año 1512 recibió el título de Doctor en Sagrada Escritura que le otorgó la universidad de Erfurt. Poco después aceptó enseñar Teología en la recién fundada universidad de Wittemberg. Pronto se dio cuenta que era imposible reconciliar los principios doctrinales de la teología antigua con el descubrimiento liberador de que “el justo vivirá por su fe”. Así transcurrieron cinco años de fuertes conflictos internos.

En el año 1517 llega a los alrededores de Wittemberg el monje Juan Tetzel predicando la indulgencia extendida por león X, afirmando que cuando sonaba el clinc de una moneda cayendo dentro de la caja una alma era liberada del Purgatorio. Esto fue la gota que hizo verter el vaso. Lutero no pudo seguir manteniendo en secreto la fe que había recibido de la lectura de la Biblia. El 31 de octubre clavó en la puerta de la iglesia de Wittemberg las  95 tesis. Eran temas de discusión para conseguir la renovación de la Iglesia corrupta. Esta fecha se conoce en el mundo evangélico como el Día de la Reforma.

No fue fácil la consolidación de la nueva fe. Estallaron guerras que produjeron muchos desastres y sufrimientos. La interpretación errónea de las Escrituras hizo explotar la revuelta de los campesinos contra sus señores. Es cierto que la consecuencia lógica de la libertad que el ser humano adquiere en Cristo aleja el miedo al hombre. Aún cuando los opresores sigan esclavizando a los oprimidos, éstos no deben tomarse la justicia en sus manos. Los cristianos se refugian en el Señor que les da la fuerza para no desfallecer ante los tiranos. La simiente del Evangelio se extiende y en el momento oportuno da fruto, a treinta, a sesenta, a cien.

La expansión del Evangelio por Europa no fue nada fácil. Roma no quería perder el dominio sobre la población. Muchos evangélicos, luteranos se les llamaba en aquella época, decidieron abandonar Europa y buscar la libertad religiosa en las colonias americanas que tenía Inglaterra. La llegada de emigrantes ingleses, llamados <i>peregrinos</i> a bordo del Mayflower en tierras americanas en el año 1620 en lo que hoy es Massachussets   está bien documentada. Estos <i>peregrinos</i> constituyeron el embrión de las que serían las trece colonias que fueron los cimientos de lo que hoy es Estados Unidos. Los padres de la Constitución americana fueron fervientes cristianos que ponían a Dios y a su Palabra delante de todo.

La democracia americana con el paso del tiempo se ha ido devaluando porque el espíritu cristiano de sus fundadores se ha ido diluyendo al mezclarse con las filosofías anticristianas ambientales. De manera semejante a los antiguos israelitas que mezclaban la fe en el Dios que los había liberado de la esclavitud egipcia adoptando como propios a los dioses de los pueblos que tenían prohibido mezclarse con ellos, perdieron el favor de Dios, cayendo bajo la tiranía de dichos pueblos. Estados Unidos ha dejado de ser la democracia que ensalzaba Tocqueville, dejando de ser un modelo parea el resto del mundo.

Las iglesias evangélicas recuerdan el 31 de octubre como el Día de la Reforma. Dicha celebración   debería recordarnos que la libertad política va asociada a la obediencia a Dios y a su Palabra. Si España quiere consolidarse en la justicia y la libertad que son imprescindibles para la prosperidad, sólo podrá hacerlo si sus ciudadanos son libres y justos. La justicia y la libertad son un regalo de Dios que se obtiene gracias a la obediencia a Dios y a su Palabra. Es preciso recuperar el lema “el justo vivirá por su fe”,que la Iglesia con el instrumento de la Inquisición se encargó de hacerlo desaparecer del suelo patrio porque no quería que los españoles se uniesen a los europeos para  alcanzar la libertad que Cristo otorga a quienes confían plenamente en Él.

Octavi Pereña i Cortina

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